†
WORLDS
COLLIDE †
Episodio XXV · LOS MUNDOS CHOCAN PARTE I
¿Te
gusta el cuerpo humano?-preguntó Freya-Estudiarlo.
Yurika,
que cruzaba el pasillo caminando a su lado, negó levemente con la cabeza.
No ha
sido nunca de mis ramas favoritas.-respondió Yurika-La vida, la salud y esos
temas son, por supuesto, importantes y merecedores de estudio, pero no me
atraen especialmente.
Entiendo…-dijo
Freya.
¿Te
dedicas a algo relacionado en este centro?-preguntó Yurika.
Sí.-dijo
Freya-Aquí dirijo mi línea de investigación en Biomecánica. Nos dedicamos a
diseñar, calcular y reproducir trenes de musculatura artificial.
Bueno,
si es un estudio tecnológico…ya lo veo con distintos ojos.-Yurika se
animó-Biomecánica, ¿eh? Me puede interesar, más que el tema de los músculos, la
tecnología y los recursos materiales del proyecto.
Me lo
imaginaba.-Freya esbozó una media sonrisa-El laboratorio principal está tras
esa puerta grande. La mayoría de los ingenieros están dentro trabajando ahora
mismo. También tengo a un grupo de científicos cualificados. En el segundo
curso, Yurika, estudiarás los principios básicos de la Ciencia de los
Materiales. ¿Te interesa esa rama?
Aún no
he empezado a aprenderla, pero suena interesante.-respondió Yurika.
Vas a
ver materiales que no vas a dar en clase.-dijo Freya-Tenemos unas
flexialeaciones que no existen en ningún otro sitio.
Vaya…-dijo
Yurika-… ¿no es eso un secreto industrial?
Parcialmente.-respondió
Freya-No es preciso ocultar que trabajamos con flexialeaciones, pero sí es un
secreto industrial la composición, proporciones y formulación de las mismas…y
eso sólo lo sé yo. El resto de la plantilla siempre trabaja cuando he asentado
las bases. Me niego a compartir el secreto del material que he inventado con
nadie más.
Eres
precavida.-observó Yurika-Eso dice mucho de ti.
Siempre.-dijo
Freya-Es mejor prevenir que curar. Vamos a entrar, quiero que veas las
instalaciones.
Entraron
al laboratorio. Los que estaban allí, saludaron a las recién llegadas.
Hola a
todos.-saludó Freya-Ésta es mi becaria, Yurika Kurosu. Es una estudiante
superdotada que está cursando seis ingenierías a la vez y vendrá conmigo de
ahora en adelante muchas veces. Sólo quiero enseñarle las instalaciones, pues
tenemos una reunión en breve. Seguid trabajando, no molestaremos.
¿Una
reunión?-preguntó Yurika en voz baja para no molestar a los trabajadores.
Sí.-respondió
Freya-Os va a gustar.
Yurika
pensó inmediatamente en Metallurgy, Yamiyuki y Aquanika. Tras unas pocas
explicaciones y un recorrido detallado por el enorme perímetro, salieron de
nuevo al pasillo.
¿Qué
tal con Metallurgy?-preguntó Freya.
Me
resulta agradable y gratificante trabajar para ella.-respondió Yurika-Tanto tú
como ella me estáis enseñando muchas cosas y, sobre todo, me dais el aparato
práctico que falta en mis clases teóricas de la universidad. Además, gracias a
ambas, voy aún más adelantada en clase.
Me
alegro mucho.-respondió Freya-Me imagino que, dada su obsesión por las máquinas
grandes, te insistirá mucho con el torno, la cepilladora, la fresadora…
¡Sí!-Yurika
sonrió-Me resulta muy enriquecedor aprender también a trabajar con mis propias
manos. ¿Sabes? Siempre he pensado que los ingenieros somos los que dirigen a
los operarios de manera jerárquica, pero mi ambición va más allá de eso. No
quiero ser una vacua reina que mueva peones…quiero ser capaz de entender
perfectamente todo lo que hacen mis trabajadores y, ¿qué mejor manera para ello
que trabajar con Metallurgy? Es su propia ingeniera y su propia capataz…además,
en los días que paso con ella, me ha demostrado que no sólo tiene manos ágiles
en la maquinaria industrial, sino también en la cocina. Es muy amable y
hospitalaria, pero no deja de ser exigente y de imponerme nivel.
Me
alegro de que estés contenta trabajando con nosotras.-dijo Freya-Bueno, es hora
de la reunión. Aquanika, Metallurgy y Yamiyuki están avisados.
¿Nos
vamos a ver aquí?-preguntó Yurika.
La
doctora Vinokourov…-dijo Freya con cierto asco-…ha tenido la amabilidad de
cedernos una sala libre del complejo en el que se encuentra hoy para reunirnos.
Ya…-dijo
Yurika-…¿con qué le has apuntado en el cráneo?
No
quieras saberlo.-Freya se quitó la bata blanca y se dirigió hacia su despacho,
seguida por Yurika.
Tras
dejar sus cosas en el despacho, cerró la puerta con llave y guió a Yurika hasta
el garaje del personal, donde tenía estacionado el coche para dirigirse hacia
los laboratorios de Aquanika.
. . .
Freya
aparcó el coche en las plazas de estacionamiento que había a cielo abierto a
las puertas del edificio. Tanto Yurika como ella salieron y se dirigieron a la
entrada, donde vieron a una figura esbelta, con bata blanca, un corsé marrón y
negro, una falda de tubo negra y medias semitransparentes de color gris oscuro.
Llevaba su larguísima melena rosa recogida en una coleta muy alta con un
coletero blanco de joyas preciosas. De ambos lados de su cabeza caían sendos
mechones que le llegaban hasta las costillas.
Muy
amable por tu parte el esperarnos en la puerta, Aquanika.-dijo Freya a modo de
saludo.
Os
tendré que colar para saltarnos el papeleo.-dijo Aquanika-Los recepcionistas
hoy no han follado.
¿Y
tú?-preguntó Freya.
Piérdete.-respondió
Aquanika-¿El resto de la gente viene o qué?
Perdonen
el retraso, señoritas.-Yamiyuki irrumpió entre ellas.
¿Has
llegado ahora mismo?-preguntó Yurika al fijarse en su coche.
Sí.-dijo
Yamiyuki-Tenía un pequeño trabajo que finiquitar y he salido todo lo rápido que
he podido. Sólo faltan Metallurgy y…
Freya
se sonrió. Yamiyuki no terminó la frase.
¿Qué
coño os pasa?-preguntó Aquanika.
Nada,
Aquanika, no te preocupes.-respondió Yamiyuki.
Un
coche blanco de aspecto lujoso y sofisticado comenzó a vislumbrarse en el
extremo de la carretera. Lo seguía de cerca uno de color violeta intenso.
Ni que
decir tiene quién será la del coche blanco.-comentó Aquanika-¿Y el coche que va
detrás?
Puede
tratarse de más trabajadores de este complejo.-dijo Freya-Porque no lo tienes
monopolizado, ¿verdad?
Todavía
no.-respondió Aquanika-Me gustaría que se fueran a la mierda los de Botánica y
me dejaran el edificio para mí sola. Mejoraría la logística de mis trabajos.
No todo
es perfecto en esta vida…-dijo Freya.
Pero tú
has monopolizado varios complejos y no tienes el mismo problema.-le espetó
Aquanika.
Si te
sirve de consuelo, no puedo monopolizar las universidades públicas.-dijo Freya.
Ah…-suspiró
Aquanika-…la universidad. Cómo me gustaría que las cabezas de mis alumnos
explotasen…no con armas, sino con exámenes. Lástima que no sea profesora…
Ésa no
es la mentalidad.-dijo Freya.
Ya,
claro.-le respondió Aquanika-Tú pones los exámenes fáciles, ¿no?
En absoluto.-dijo
Freya-No obstante, un buen profesor no es el que pone los exámenes difíciles,
sino el que imparte y asegura unos conocimientos tales que, sea como sea el
examen, los alumnos serán capaces de aprobarlo.
Los
coches terminaron por acercarse al complejo y aparcaron en plazas bastante
alejadas. Del vehículo blanco descendió Metallurgy, brillando con su
característica piel gris. Caminó hacia los que estaban esperando en la puerta y
sonrió amablemente.
¡Hola!-exclamó
muy contenta-¡Me alegro de veros a todos! ¿De qué se tratará esta reunión,
Freya?
Faltan
dos personas.-dijo Freya.
¿He
oído bien?-preguntó Aquanika.
Perfectamente.-respondió
Freya.
Pero…-balbuceó
Metallurgy.
Los
conoces.-dijo Yamiyuki-Tú no, Yurika, pero en breve sí.
Del
coche violeta descendió Ibara del asiento del conductor, a la vez que Itami
bajaba del asiento del copiloto.
¿Son
ésos?-preguntó Aquanika-¿Más críos? ¡No me jodas!
¿Quiénes
son?-se extrañó Yurika.
No…-dijo
Metallurgy con reticencia-…vosotros…
Se
acercaron al resto del grupo, ambos con expresiones serias.
Veo que
no nos hemos equivocado de lugar.-gruñó Ibara.
Vamos
dentro, Aquanika, si eres tan amable…-dijo Freya.
Quiero
una explicación de todo esto.-dijo Aquanika-El arma de fuego más cercana no
está en el cajón de mi despacho, como en las películas…sino mucho más a mano…
La
tendrás.-le cortó Freya-Vamos dentro, he dicho.
Aquanika
se giró y abrió las puertas. Los demás la siguieron en tropel.
Miembros
de la comunidad científica.-ladró Aquanika a los recepcionistas-Están
interesados en que les venda unos patrones experimentales. No nos llevará más
de una o dos horas de reunión.
Pero,
doctora Vinokourov…-dijo uno de los hombres de la ventanilla de la recepción.
Es un
asunto de prioridad alta.-dijo Aquanika-No podrán venir a reunirse en lo
sucesivo, debemos hacerlo hoy. Hay una sala libre en la planta cuarta. No
interrumpiremos las líneas ajenas a la mía.
No
obstante, se ha de firmar un…-dijo el hombre.
Cierre
la boca o haré que le despidan.-dijo Aquanika.
Se dio
la vuelta y continuó caminando. Metallurgy le hizo una agobiada reverencia a
modo de disculpa y siguió al resto del grupo.
Te
pueden amonestar por eso.-contestó Freya.
Cortaría
las cartas de amonestación a medida y las plegaría sobre un cilindro de cartón
que colocaría en los dispensadores de papel higiénico de los servicios.-dijo
Aquanika-Me quedarían muy bonitas.
Vaya…-dijo
Freya.
Al
llegar a la sala, vieron una enorme mesa redonda de madera. Los presentes
tomaron asiento, con Freya en la presidencia.
Ya
estamos todos.-dijo Freya mientras cruzaba las piernas en su asiento-Ante todo,
mis disculpas por interrumpir vuestro calendario de actividades. Ésta será
nuestra última reunión antes de proceder con la operación en su totalidad. Lo
primero que quiero hacer es presentar formalmente a nuestros dos nuevos
cooperadores: ella es Ibara Kasumidai y él es Itami Kirishima. No son
científicos ni ingenieros, pero supondrán una gran ayuda en el campo de
batalla. Además, me he encargado de hacerles pruebas de inteligencia para
comprobar si, en efecto, eran superdotados, como el resto de nosotros. Ante la
positividad de las pruebas, no puedo
hacer otra cosa que darles la bienvenida.
¿Freya?-preguntó
Metallurgy.
Adelante.-dijo
ésta con cordialidad.
Pensaba
que esta pareja trabajaba para Shiroi Kamiyama…-dijo la chica de cabello
blanco…que eran parte del enemigo.
En
efecto.-terció Yamiyuki-Eran. Fueron engañados, forzados y amenazados por
Shiroi para batirse contra nosotros y, tras el violento resultado del combate
en el que pretendieron robarnos un objeto importante, los hemos convencido para
que lo dejen atrás. Puede que hayan intentado herirnos en más de una ocasión,
pero Shiroi es tan malo para ellos como para nosotros. Tienen un contrato legal
de las mismas características que el de Aquanika.
Sois
tontos.-dijo Aquanika mientras aplaudía-No sabéis en qué mierda os habéis
metido. Esta zorra de largo infinito os va a tener en escuadra a cada segundo,
no vais a poder ni parar para respirar.
Nos
gusta esforzarnos.-respondió Itami.
A ella
en el fondo también.-Freya le dio la razón.
Oye,
tía…-dijo Ibara.
¿Me
dices a mí?-preguntó Freya-Mi nombre es Freya.
A
ver…Freya…-dijo Ibara con asco-…vamos a ayudarte, sí. Lucharemos junto a ti,
seremos tus matones. Nos podrás mandar a las batallas que quieras, como hacía
Shiroi, pero…no queremos que nos pagues.
¿Disculpa?-preguntó
Freya.
Te
debemos una.-dijo Ibara-Estaba hecha mierda, pero vi cómo les zurraste a los
esbirros de Shiroi cuando os persiguieron por habernos llevado con vosotros.
Nos has salvado la vida y vamos a ayudarte por ello. Será nuestro pago. Además,
nuestros deseos de venganza se pueden comparar a los vuestros de erradicarlo.
Itami,
¿estás de acuerdo?-preguntó Freya con diplomacia.
Esto lo
hemos decidido entre ella y yo.-respondió Itami asintiendo-No creemos que
suponga problema para vosotros…vamos a hacer lo mismo que haríais pagándonos,
pero gratis. No nos malinterpretes, no nos consideramos tus amigos ni tus
colegas, ni tuyos ni de nadie de los presentes, pero nos gusta luchar y ya
hemos visto que, para vengarnos de Shiroi, necesitaremos más manos. Lo único
que pedimos a cambio es que nos dejéis trabajar como queramos fuera de esto.
Eso
es.-lo respaldó Ibara-Queremos tener nuestra vida: ir a clase, matar a quien
nos pidan, actuar en antros…queremos hacer lo que hacíamos antes de que Shiroi
nos agarrase.
Eso es
algo que hacemos todos los aquí presentes.-dijo Freya-Dadlo por hecho. Sólo os
llamaremos cuando tengamos que obrar colectivamente.
Freya…-dijo
Metallurgy-…me sorprende que hayas traído a tantos enemigos a nuestro bando.
Como
dije la otra vez…-dijo Freya-…no tenéis que fiaros de ellos si no queréis.
Fiaos de mí.
Metallurgy
asintió con la cabeza.
Ya no
somos vuestros enemigos.-dijo Ibara.
Pero…-dijo
Metallurgy.
¡Tranquila,
guapa!-terció Itami-Nos zurramos una vez, pero no nos zurraremos dos. Ahora,
lucharemos en el mismo bando.
Nunca
os perdonaré lo de Stern…-dijo Metallurgy amargamente.
Oh, es
cierto…-dijo Ibara-…robasteis los datos de Shiroi. Jugamos con ventaja, ¿no?
De eso
se trata la reunión de hoy.-dijo Yamiyuki-A partir de hoy, sí tenemos
oficialmente la ventaja.
Freya
sonrió.
Gracias
a nuestras averiguaciones sobre Shiroi y el chantaje implícito ante el que lo
tenemos sumido…-dijo mientras jugueteaba con su pelo-…gracias a las técnicas de
adquisición y protección de información de Metallurgy…gracias al hacking de
Aquanika…gracias a la magia introducida por Yurika por sus pesquisas sobre el
libro…y gracias a la potencia de combate que aportáis todos y cada uno de
vosotros…creo que estamos preparados para atacar de frente.
¿Vamos
a ir a por Shiroi?-preguntó Yurika.
Así
es.-dijo Freya.
Me
parece bien.-dijo Aquanika-Ya tenía ganas de mover el esqueleto. ¿Cuándo, dónde
y cómo?
Mañana
por la noche, a bocajarro.-respondió Freya-Gracias a la planificación que había
entre los datos que Metallurgy adquirió en la gala, estoy enterada de que
mañana habrá poca concentración de personal en su complejo. Asimismo, con los
informes de producción de su fábrica, estoy más que segura de que tenemos armas
grandes y pesadas suficientes para proceder. Sumémosle a todo eso nuestras
particulares y personales colecciones de armas: dos matones, una mercenaria…y todos
somos grandes artistas marciales oficialmente reconocidos. Vamos en cabeza. Hay
algo escrito sobre una reunión secreta, lo cual es la segunda razón por la que
pienso hacerlo mañana por la noche. ¿Alguna pregunta?
Miles.-respondió
Yurika-No obstante, estoy ya acostumbrada a esta locura y haré lo que haya que
hacer.
Sabias
palabras.-dijo Freya-No esperaba menos.
Freya
se levantó de la mesa y comenzó a dibujar esquemas estratégicos en la pizarra
blanca con un rotulador negro. Comenzó a explicarles paso por paso lo que
harían y, finalmente, fijó las horas del encuentro.
¿Todo
claro?-preguntó.
Todo
aquello había sido muy súbito para todos, pero, en resumidas cuentas, lo que
tenían que hacer era estar a la hora acordada en el lugar acordado, pues todo
lo demás sucedería de manera guiada.
. . .
El
extrarradio estaba bastante oscuro, únicamente iluminado por las lejanas luces
de la ciudad. Freya lucía un ostentoso corsé negro de placas, una minifalda y
unas botas altas de suela gruesa con tiras metalizadas, así como unas medias de
rejilla, unos guantes de pico y un faldón vaporoso de tela curvada. Tras ella,
estaba su enorme coche y, a su lado, Yamiyuki, con su cuerpo cubierto en una
ostentosa túnica negro muy ceñida y retorcida sobre sí misma hasta la altura de
la cadera, donde descendía formando una campana. Tenía un cuello cuadrado
blanco con ribetes negros y dibujos de cruces, a juego con los puños de las
retorcidas mangas, y unas botas altas ajustadas con cordones blancos.
Tendrán
que estar al caer.-dijo Freya mirando el reloj.
Aquí
estoy, sí.-respondió una voz entre las sombras.
Aquanika
descendió de entre los árboles. Iba envuelta en una capa negra y cubierta con
una capucha. Se puso de pie, se quitó la capucha y se echó la capa hacia atrás,
revelando un uniforme de espionaje apretado de cuero sintético negro con un
cierre de cremallera abierto hasta el ombligo, luciendo un generoso y
pronunciado escote. Se soltó la melena por encima de la capa. Detrás de ella se
escucharon sigilosos pasos. Gracias a los focos del coche, distinguieron a
Ibara y a Itami acercándose. Ibara iba ataviada con un sujetador negro con
corazones rojos dibujados rodeando la zona del pezón, unos cortísimos
pantalones negros, botas altas negras y una cadena colgando del lateral del pantalón.
En una mano, llevaba una cadena que acababa en un collar que Itami llevaba en
el cuello. El chico la acompañaba a cuatro patas como si fuera un perro.
Llevaba una camisa negra abierta cortada a media altura, tapándole sólo hasta
las costillas, unos calzoncillos muy ajustados, medias negras, botas con
pinchos y, en el cuello, junto al collar de mascota, un aro negro del que
colgaban, unas al lado de otras, varias corbatas largas, cada una de un color,
todas brillantes y saturadas.
Bien,
ya estamos todos.-dijo Freya-Conduzco yo. Yamiyuki, al copiloto. Vosotros tres,
detrás. Aquanika, siéntate en medio de esos dos: me niego a que se produzca
ninguna obscenidad en mi coche.
Los
jóvenes ocuparon sus asientos. Freya arrancó el motor, encendió el equipo de
música y seleccionó una canción para amenizar el viaje.
Pisó el
embrague y comenzó a conducir rumbo al complejo de Shiroi.
Ese
capullo se va a enterar.-dijo Freya-Lo vamos a pillar en plena reunión y le
vamos a dar una lección.
Ya
sabes las reglas.-dijo Yamiyuki-Quiero ser quien lo mate.
No nos
interpondremos en el combate si consigues establecer contacto directo con
él.-dijo Freya-¿Lo habéis oído?
Sí.-dijo
Aquanika, quien notaba algo extraño a sus laterales.
Miró a
ambos lados. Ibara e Itami se miraban con lascivia mientras miraban a la propia
Aquanika. Bajó sus ojos y vio una mano de Ibara y otra de Itami dirigiéndose
hacia ella: querían agarrarle un seno cada uno. Los agarró por las muñecas y se
las retorció, convirtiendo sus caras de placer en muecas de dolor.
Pregunta
que si os habéis enterado.-dijo Aquanika.
Sí…-gimió
Ibara.
…perfectamente.-respondió
Itami.
Volved
a intentar tocarme las tetas y será lo último que haréis.-Aquanika soltó las
manos de la pareja.
No
hablaron mucho más. Al llegar a las instalaciones de Shiroi, vieron a un montón
de robots y máquinas automáticas de combate peinando la zona.
¿Qué es
eso?-preguntó Itami.
La
seguridad.-respondió Freya-Nada de lo que haya que preocuparse.
¿No van
a querer aplastarnos?-preguntó Ibara.
Sí,
pero no van a poder.-respondió Freya-Mirad bien por las ventanas.
Montones
de robots blancos, plateados y grises estaban sitiando a los robots de
seguridad mientras les golpeaban, les disparaban y les lanzaban proyectiles
pesados.
Hay que
reconocer que Metallurgy trabaja bien.-dijo Yamiyuki.
Muy
bien.-respondió Freya mientras seguía conduciendo-¿Has visto para lo que sirve
tu CNC, Aquanika?
¿He
estado dirigiendo todo este tiempo la fabricación de estas cosas?-preguntó Aquanika-Vaya,
no está mal…
La
optimización.-corrigió Freya-El grueso de las máquinas lo ideamos y pusimos en
fabricación entre Metallurgy y yo hace un tiempo. No obstante, nos has sido de
gran ayuda igualmente.
Hablando
de la reina de Roma…-dijo Ibara-…¿dónde están la lolita y la peliblanca?
Yamiyuki
señaló hacia arriba.
Se
reunirán con nosotros cuando bajen.-dijo.
Un
enorme robot con forma de dragón sobrevolaba las instalaciones. Era blanco
nuclear con articulaciones plateadas, garras plateadas y doradas y ojos
dorados. Las articulaciones de las alas tenían barras plateadas, blancas y
negras. A base de cañones, ametralladoras, disparadores, rayos láser y
lanzallamas, destruía a las hordas de seguridad que encontraba mientras emitía
señales electromagnéticas para burlar la seguridad.
Están
un poco altas ahora mismo.-dijo Freya-Pero no os preocupéis, las veremos.
¿Están
dentro de ese dragón?-preguntó Itami.
Metallurgy
dijo desde un principio que, por regla general, no viajaría con nosotros.-dijo
Freya-Está haciendo honor a su palabra. Si bien se ha unido al campo de
batalla, está actuando por su cuenta y con sus medios. Esa máquina con forma de
dragón la pilota ella. Yurika también está dentro. A eso me refería ayer en la
pizarra con lo del ataque por lo alto.
Llegaron
a las plazas de aparcamiento. Sin preocuparse ni un ápice, Freya aparcó en
pleno campo de batalla. Veían chispas, explosiones, fuego y trozos de máquinas
saltando aquí y allá. Se bajaron del coche.
Ahí
está la puerta.-dijo Freya-Entraremos por la entrada principal, como toda
visita de honor que se precie.
Freya
echó a andar con decisión. La siguió Yamiyuki. Lo siguió Aquanika. Tras ellos,
Ibara e Itami, cogidos de la mano, caminaban también hacia la entrada del
edificio que tan amargos recuerdos les traía. Hacía mucho viento. Juntando el
efecto de dicho viento con las ondas expansivas del campo de batalla, las
melenas y las ropas de los héroes que caminaban atravesando la seguridad sin
que ésta tuviera tiempo de herirlos ondeaban salvaje y elegantemente.
Finalmente, se colocaron frente a la puerta principal, protegida con una pesada
puerta de seguridad automática firmemente cerrada. Se colocaron los cinco en
fila india, dispuestos a entrar en cuanto pudieran. El dragón emitió un rugido
que se tradujo en un pulso electromagnético elevado. Oyeron un chasquido y la
puerta automática comenzó a abrirse como si los invitara a pasar.
Bien,
Metallurgy.-dijo Freya sonriéndose-Bien, Yurika.
La
puerta terminó de abrirse, quedando ante ellos unas escaleras y una puerta
común que, en caso de estar cerrada, podría romperse fácilmente. Ascendieron
las cortas escaleras de entrada con presteza, dispuestos a entrar por la
puerta.
. . .
¿Qué
encontrarán nuestros héroes en las instalaciones de Shiroi? ¿Estará solo o
acompañado? ¿Qué habrá detrás de tanta y tan avanzada seguridad? ¿Qué sucederá
en medio de este despliegue tecnológico de combate? ¿Tendrá Shiroi Kamiyama un
as en la manga para cambiar las tornas? ¿Será éste su fin? Las respuestas a
todas estas preguntas y a muchas otras que podáis tener las leeréis
próximamente, ¡en la segunda temporada de Worlds Collide! ¡No os perdáis, en un
futuro cercano, Coalescence ~ Worlds Collide II!
WORLDS COLLIDE
CONTINUARÁ
No hay comentarios:
Publicar un comentario