III: Una
decisión dolorosa
Me parece un poco fuerte que el segundo día de clase
tengamos que decidir el nivel que nos va a impartir…-comentó Xing Yi tras tomar
un sorbo de refresco de limón-…pero, a la vez, es algo excitante, ¿no creéis?
Ir a la aventura, a lo desconocido…
El caso es que estamos aquí, a las once de la mañana, en el
bar de siempre…-dijo Ayashi-…para decidir nuestra respuesta. ¿Qué opináis?
¿Ritmo normal o “la decisión más dolorosa de nuestras vidas”?
No me va el rollo sado…-replicó Xing Yi-…pero, por esta vez,
elijo el dolor. Quiero medirme físicamente y, ¿qué mejor forma para ello que
someterme a un entrenamiento de supuesta élite? ¿Qué opináis los demás?
Para presumir, hay que sufrir.-dijo Ayashi-Y quiero presumir
hasta que a más de uno no les llegue sangre al cerebro para procesar mi
presunción. Elijo la vía del dolor, también.
Me gusta, tío y tía.-comentó Izaya-Yo no me tiro al primero
que pille porque no me gusta jugar en modo fácil, vida sólo hay una y hay que
vivirla intensamente. ¡A tope con ese dolor!
Estás un poco falta de sexo, ¿no, Izaya?-preguntó
Ayashi-Aunque, bueno, ya somos dos…
Lo de que no follo desde que tenía novio al empezar la
carrera iba en serio.-dijo Izaya-Y no sé si alegrarme en cierto modo, porque
pensé que sufría ninfomanía aguda…creo que me dejó por eso, ¿sabes?
¡JAJAJA!-se rió Saito-¡No jodas! ¿Te dejó por darle mucha
candela?
Qué va.-dijo Izaya mirando con dejadez el zumo de manzana
que había en su vaso-Lo dejamos porque, durante uno de mis cumpleaños, me
regaló unas horquillas que no me hacían muy buena imagen en la melena.
¿Eh?-preguntó Saito.
Que me puso los tochos.-respondió Izaya-Los cuernos. Que me
hizo el salto. Me fue infiel. La muy zorra...pero peor era él por seguirle el
juego…
No merece la pena que te vengas abajo por cosas del
pasado.-dijo Saito con una sonrisa-Yo también elijo la vía dolorosa, por
supuesto…quiero aprender rápido y bien para poder ponerme morado en los clubes
nocturnos. ¿Qué hay de ti, Ririka?
Yo…estoy de acuerdo si a vosotros os parece bien.-respondió
tras alejarse de los labios su vaso de café helado-Es una buena manera de
ponerse en forma.
Unanimidad.-dijo Izaya-De puta madre, damas y caballeros.
Sólo hay un pequeño inconveniente y es
que…en el grupo somos quince más. No conozco a nadie aún…
¡Ah!-sonrió Xing Yi-No os preocupéis.
Xing Yi se metió la mano en un bolsillo y sacó un smartphone
de última generación, con una gran pantalla y una buena luminosidad.
¿Qué haces?-preguntó Ayashi.
Voy a conectarme a LINE.-respondió Xing Yi-Les mandaré
mensajes a algunos de los de la clase para ver qué opinan.
¿Ya has hecho migas con los demás?-le preguntó Saito-¡Qué
facilidad de relación!
Xing Yi comenzó a toquitear con sus ágiles dedos su móvil,
enviando mensajes a gran velocidad.
Tiene cojones el muchachito.-comentó Izaya.
¿Qué pasa?-preguntó Saito.
Si estuvieras a su lado en vez de enfrente, verías lo que
estoy viendo yo en esa pedazo de pantalla.-respondió la chica de cabello
azul-Sólo tiene agregados a los tíos.
¡JAJAJA!-rió Ayashi-Es un chaval que sabe lo que quiere,
¿qué hay de malo?
No lo sabéis vosotros bien…-dijo el chico de cabello verde
mientras mandaba mensajes.
A los pocos minutos, comenzó a pitar el terminal del chico.
Le estaban respondiendo todos los chicos que tenía agregados en el móvil.
Buenas noticias, gente.-dijo Xing Yi mientras leía-Todos
quieren fiesta de la buena.
Perfecto.-dijo Ririka con una sonrisa.
Bueno, zanjado el asunto, me gustaría preguntar algo.-dijo
Izaya-¿Podrías pasarnos los números de los chicos? Tenemos que ir repartiéndolos
entre las depredadoras, ¿sabes? Antes de nada, quiero deciros que el pelirrojo
tiene un polvazo y me gustaría dárselo.
¡Joder!-respondió Ayashi-¿Ése que está como una raspa de
pescado y le queda la ropa como un saco? Está jodidamente bueno, sería capaz de
hacer que me persiguiera poniéndome un trozo de chocolate entre las tetas.
¿Sanagi?-preguntó Xing Yi-Me encantaría ver qué secreto
tiene entre las piernas. Verlo y saborearlo. A ése se la como entera antes del
solsticio de verano como que me llamo Xing Yi Hwong.
¿Sabes acaso sus preferencias?-preguntó Saito con una mirada
maliciosa.
No.-respondió, sonriente, Xing Yi-Pero todo en esta vida
puede dar muchas vueltas.
La mesa se echó a reír.
Bueno, mira, si acaba siendo gay o bi y lo quieres, te lo
dejamos.-dijo Izaya-Pero a los de la fila de atrás nos los dejas…los ponía
contra una pared, los abría de piernas y les enseñaba a ser el hombre de la
relación.
¿Te va eso de dominarlos?-preguntó Saito.
No en plan BDSM, pero sí me gusta ser la que lleva las
riendas…-dijo Izaya-…la que se pone encima.
Una chica con carácter.-la elogió Saito-Eso me pone.
Tú me pones.-dijo Xing Yi interrumpiendo la conversación.
A mí me ponéis los dos.-dijo Ayashi-¿No quieres probar a una
chica, Xing Yi? ¿Ni un poquito?
Soy vegetariano.-respondió Xing Yi-La única carne que como
es en barra.
¡JAJAJA!-rió Izaya-Ah, ¡hola!
Por al lado de su mesa pasaban varias chicas que también
iban con ellos a clase de baile de barra.
¡Hola!-respondió una de las chicas-Todavía no sé vuestros nombres,
pero sois compañeros de barra, ¿verdad? Justo ahora veníamos de discutir lo de
la decisión…
Esta mesa está de acuerdo en optar por la vía de la
jodienda.-les dijo Saito con una mirada penetrante y una cara seductora-Nuestro
relaciones públicas ha hablado con el ala masculina del grupo y parece haber
unanimidad también.
Xing Yi levantó los dedos índice y corazón de una mano
mientras sonreía ampliamente.
Nosotras estábamos pensando en lo mismo…-dijo otra de las
chicas-… aunque el primer día fue letal. ¿En serio queréis instarla a que se
nos encabrone bien?
Todo lo que una tía haga para intentar joderme me pone…-dijo
Saito-…hasta tal punto que acabamos jodiéndonos el uno a la otra donde mejor
nos pille.
¡Saito!-exclamó Izaya-¿Es ésa forma de presentarte a tus
compañeras?
No pasa nada.-respondió
otra integrante del grupo-Ya lo conocemos. Cuando nos graduamos en el
instituto, fuimos a un local de chicos y nos recibió él con unos calzoncillos
de neopreno y una bandeja llena de dulces.
Cómo os va la marcha por aquí…-comentó Ririka.
Seguro que a ti también.-Ayashi le guiñó un ojo.
Entonces, ¿decís que queréis ir por lo difícil?-preguntó
Saito.
Que así sea.-respondió otra de las chicas.
¡Perfecto!-exclamó Xing Yi-Si conocéis a alguien más, sobre
todo de las chicas, que no conocemos a ninguna más, decídselo. Esta tarde
tenemos que darle nuestra resolución a la maestra.
. . .
Llegó la hora. Presos de una mezcla de entusiasmo,
obediencia y cierto miedo, todos estaban con las barras ya colocadas y
calentando.
Cualquiera ignora a esa mujer tan implacable.-oían comentar
a algunos de los alumnos.
Saito estaba calentando las piernas mientras se agarraba a
la barra para estirar los brazos.
Ayashi, ¿me ayudas con los isquiotibiales?-preguntó Izaya.
¡Claro!-respondió la otra chica.
Ayashi empujó a Izaya hacia delante por la espalda,
forzándola a sobrepasar las puntas de los pies con sus manos.
A Saito Hakuroku le gusta esto.-dijo Xing Yi mirándolas
mientras estiraba un cuádriceps sobre la barra.
Friki de las redes sociales.-respondió Saito mientras le
daba la razón con los ojos.
¿No tenéis Facebook?-preguntó Xing Yi.
Claro que sí.-respondió Izaya-Hoy en día lo tienen hasta las
macetas de la ventana de mi vecino de enfrente.
Los demás asintieron con la cabeza.
Pues ya está.-respondió Xing Yi fingiendo indignación de
manera sobreactuada a la vez que cambiaba de pierna en el estiramiento-Frikis
somos todos.
Un poco sí, para qué nos vamos a engañar.-respondió Ayashi.
Ririka, joder, estás muy callada…-dijo Xing Yi.
No os preocupéis, de verdad.-dijo Ririka mientras doblaba
alternativamente las piernas, golpeándose levemente con los talones sobre las
nalgas-Nunca he sido muy habladora…
Buenas tardes.-dijo la profesora cerrando la puerta tras de
sí justo cuando habían terminado de transcurrir los quince minutos de reloj-Veo
que habéis respetado la posición de mi barra, muchas gracias. La he dejado aquí
para no demorarme y poder comenzar nada más llegar, sin tener que perder ni un
minuto en sacar una barra y colocarla. Bienvenidos un día más a clase de baile
de barra. Creo que tenéis algo que decirme, ¿verdad?
Abrió su clipboard y posó el bolígrafo sobre la hoja donde
tenía las fotografías de los veinte miembros del equipo.
Levantad la mano los que queráis ir por lo suave.-instó la profesora.
Nadie.
Levantadla ahora los que queráis, asumiendo las dificultades
que eso os acarreará, la vía del dolor.-dijo entonces la experta.
Echó un vistazo. Dibujó veinte cruces en la lista, una por
miembro.
Mayoría absoluta.-dijo, cerrando el bolígrafo y el clipboard
y echándolos sobre el banco, al lado de su toalla, mientras sonreía
perversamente-No perdamos ni un segundo más. Vamos a ver técnicas básicas de
iniciación al encarame.
. . .
Pasaron los días uno tras otro. Las clases eran de una
dureza ejemplar. Aprendían un gran arsenal de movimientos, pero también
realizaban los más variados y dolorosos estiramientos, ejercicios de
acondicionamiento, miles de abdominales, fondos, planchas, sentadillas y demás
ejercicios darios, rigurosas técnicas de control de la respiración, ejercicios
de fuerza, pruebas de agilidad y coordinación…todo ello a un nivel muy elevado,
con gran exigencia, derramamientos de sudor por doquier, extenuación, agujetas,
dolores, sueños recurrentes…pero ninguno se echaba hacia atrás. Todos estaban
dispuestos a seguir con el arte del baile de barra…se sentían…enganchados,
adictos, dependientes. En menos de dos semanas, las casi crueles órdenes de la
profesora, junto al sufrimiento colectivo y el deseo común de brillar en el
escenario, unieron a los chicos y chicas. Se iban conociendo, iban hablando,
compartiendo opiniones y gustos, aprendiéndose los nombres de los demás,
quedando de vez en cuando para tomar algo antes o después de las clases…se
respiraba un gran ambiente de compañerismo, confianza y buena voluntad, si bien
era cierto que cada día les dolían más partes del cuerpo que no sabían ni que
tenían.
¡JAJAJA! No es que me alegre de vuestras desgracias, pero,
gracias a vosotros, voy a adquirir tanta práctica que voy a sacar unas notazas
este cuatrimestre.-decía a menudo Xing Yi, a quien le quedaba poco para
graduarse en Fisioterapia.
Xing Yi no estaba autorizado para dar tratamientos, pero,
como sólo estaban sobrecargados, de vez en cuando accedía a darle un masaje a
alguien por una pequeña cantidad de dinero. Por respeto y rigor, se negó a
tratar ninguna lesión, pero descargar tensiones fruto de la fatiga le era fácil
y no le daba miedo hacerlo, además de que ninguno había resultado lesionado. Y
así, entre clases, masajes, horas de bar, Izaya buscando trabajo, Ayashi
encerrada en su casa estudiando, Saito corriéndose las juergas de su vida y
Ririka hablando un máximo de una ó dos palabras en un día con respecto al
anterior, los veinte elegidos fueron adquiriendo una cierta soltura. El ritmo
de las clases era marcadamente exponencial. Y así, un día más en clase…
Anoche nos fuimos de fiesta.-dijo Saito-Ayashi, Xing Yi,
Kaya, Mekai, Asatsu, Ritsuko, Midori y yo. ¡Menudo desfase! Estuvimos dándolo
todo en varios antros. ¿Por qué no te viniste?
Me surgió un trabajillo.-dijo Izaya-No me han llamado de
ningún laboratorio, pero un grupo de estudiantes desesperados me pidió que les
diera clases de Química de dos a cinco de la madrugada. Me jodieron la fiesta,
sí, pero me soplaron un buen pellizco.
¿En serio hay gente que pide esas cosas?-preguntó Saito
extrañado.
¡Claro!-dijo Ayashi, que acababa de llegar y había empezado
a hacer algunas flexiones-Algunos estudian, querido.
¡Oye!-exclamó Saito-Yo también estoy estudiando.
No te he visto en mi puta vida con un ordenador, y eso que
vas para ingeniero informático.-rebatió Ayashi.
Se me dan muy bien, señorita.-respondió Saito.
¡Doy fe!-exclamó Xing Yi mientras estiraba sobre la barra-El
otro día se me jodió el portátil que me llevo a clase, se vino a mi casa un par
de horas, me lo arregló en tiempo récord y luego estuvimos jugando a la
consola.
Ay, mira, no me lo recuerdes.-dijo Saito riéndose-Todo el
porno gay ahí metido a presión en
cientos de carpetas…flipé al encender ese trasto.
Claro, seguro que, si yo te cojo el portátil, no te
encuentro ningún par de tetas tamaño camión como las de la profesora en ninguna
carpeta.-respondió Xing Yi.
Si sólo fuera un par, chaval…-dijo Saito.
Buenas tardes.-dijo la profesora, tan perfectamente puntual
como siempre, cerrando la puerta tras de sí.
Dejó su toalla en el banco, pero el clipboard no. En lugar
de eso, lo abrió, aflojó la pinza y sacó un pequeño puñado de folios de
colores. Tras volver a ajustar la pinza, cerró el clipboard y lo dejó junto a
la toalla.
Bienvenidos otro día más a clase de baile de barra.-dijo
educadamente-Antes de comenzar con la lección de hoy, que, como os dije,
tratará sobre técnicas básicas de gimnasia con apoyo en la barra, tengo que
comentaros una cosa. Traigo aquí unas…ofertas de empleo. Muchos clubes
nocturnos están buscando espectáculos de baile de barra, y por esta zona
siempre nos contratan a los mismos. He hablado con los cabecillas y les ha
gustado mi idea de…mandar a jóvenes promesas en el arte. En efecto, podéis ir a
cualquiera de estos sitios a hacer una actuación…pagan MUY bien. Son cuantías
jugosas, pero tenéis que hacerlo de manera impecable, tenéis que enardecer al
público y ganaros lo que os pueden pagar. Los dejo aquí, en el banco, para que
luego los cojáis. Son varias ofertas y he hecho varias fotocopias de cada una
para que todos podáis llevaros un folio a casa. No todos los locales piden a
una persona, algunos piden grupos grandes, así que podríais intentarlo los
veinte. Ya os dije que no íbamos a prepararnos en el arte como en una carrera,
pero tomaos esto como el equivalente académico de lo que sería un examen.
Ahora, sin más dilación…-dijo, mientras dejaba el manojo de folios en el
banco-…todos conoceréis el spagat frontal…
La profesora siguió hablando, ilustrando sus palabras con
los movimientos correctos. Los alumnos la escuchaban, procesaban sus enseñanzas
y la intentaban seguir en la medida de lo posible, pero seguía siendo algo
frenético y desproporcionado, por lo que seguían experimentando graves
dificultades. Estaban todos pensando en las ofertas de empleo. No podrían leer
los folios hasta que finalizase la clase, pero habían podido ojear la letra
grande cuando la tutora los había enseñado y se habían quedado con la idea de
que las actuaciones pedidas tendrían lugar en el plazo de un par de semanas,
por lo que aún tendrían unas cuantas clases para prepararse y decidirse: cuatro
días a la semana, tres horas y media al día…nada mal para consolidar
conocimientos de un arte que les habían dado la posibilidad de ejercer antes de
lo que se imaginaban…
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