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WORLDS
COLLIDE †
Episodio XXIII · TERCERA Y VENCIDA
Ibara e
Itami subieron las escaleras laterales que daban a la tarima donde iban a
actuar. Taimada y estilosamente, caminaron hacia el centro de la misma, donde
se giraron y encararon al multitudinario público. Ibara llevaba un precioso
vestido negro con vuelos y la parte de abajo hecha de vaporosas capas que se
iban degradando en violeta, una gargantilla de oro blanco y unos zapatos de
tacón de color violeta oscuro con flores en la zona del empeine. La parte alta
del vestido estaba entallada y algo encorsetada, y el escote era generoso. Por
su parte, Itami llevaba un collarín rígido negro con hileras de tachas, púas y
cadenas, hombreras negras con flecos y cadenas que caían lacios hacia abajo,
correajes pesados rodeando su tronco, muñequeras de tela negra con gemelos de
plata, leggings negros de cuero y, encima, una sobrefalda negra de aspecto
pesado sujetada con un cinturón muy grueso del que pendían varias cadenas
formando arcos parabólicos. Sus pies estaban cubiertos por unas botas altas con
hebillas y suela metálica. Se prepararon para iniciar su actuación colocándose
en una elegante posición. En ese preciso instante, la música comenzó a sonar.
Comenzaron
a danzar con elegancia. Sus movimientos eran artísticos y precisos, a la par
que sensuales. En concordancia con el erotismo de la canción de fondo, la
pareja parecía querer seducir al público con sus semblantes de lascivia y sus
pronunciados y sugerentes pasos. Conforme avanzaba el tema de fondo, parecían
mostrarse más serios y decididos a entregarse a las pasiones. Pronto quedó
claro que su actuación era un número erótico con todas las de la ley, pues, al
ritmo de la música, con elegancia, lentitud, insinúo y lascivia se desnudaron
mutuamente. Cuando se encontraron bailando completamente desnudos, comenzaron a
acariciarse, a abrazarse y a tocarse mutuamente, sin ningún pudor a la hora de
estimularse sus zonas erógenas, tanto genitales como no genitales. Mientras
seguía sonando la música, la evidencia saltaba a los ojos del público: podía
verse claramente en sus cuerpos, por cuestiones muy características, que
estaban muy excitados sexualmente. Bailaban a la vez que se daban placer
mutuamente e intercambiaban fluidos a un ritmo tan lento y gráfico que hasta el
espectador más alejado podía darse cuenta. En la recta final del tema, incluso
iniciaron la cópula y, unidos más que nunca, bailaron sincronizados con sus
cuerpos pegados mientras sus caderas se movían ardientemente, sin equivocarse
ni una sola vez y logrando esparcir las hormonas por todo el largo, ancho y
profundo de la estancia. Cuando la canción acabó, se separaron y terminaron
juntos haciendo una pose conjunta muy erótica en la que se podía ver sus
cuerpos desnudos en todo su esplendor y sin ningún tipo de impedimiento: ni un
mechón de sus largas melenas tapaba un centímetro de sus alzados.
La
muchedumbre aplaudió generosamente. El hombre que presidía el público, que no
era ni más ni menos que Shiroi, se levantó, se giró hacia el resto del público
y se acercó a los labios un micrófono de mano.
Queridos
invitados…-dijo-…es para mí todo un honor que hayan disfrutado del espectáculo
erótico de apertura de nuestra reunión. Podéis dirigiros al comedor contiguo,
donde empezaremos a tratar los asuntos que nos atañen mientras disfrutamos de
una buena cena. Los grandes nobles se reúnen por la noche. Espero poder seguir
siendo vuestro anfitrión durante muchos años.
Contentos,
los asistentes, todos hombres de mediana
edad, se levantaron a sus asientos y fueron guiados hasta el comedor por dos
chicas adolescentes vestidas con uniformes de criada. Una vez se encontró solo
con sus sirvientes, que se estaban terminando de vestir, Shiroi se giró hacia
ellos.
Vosotros
dos…-dijo Shiroi-…no lo habéis hecho mal. Habéis sabido entretener a mi
público. Llego a saber antes que erais tan guarros y os habría pedido más
espectáculos como éste.
Era
nuestra profesión antes de que nos monopolizases con tus grasientas
pezuñas.-comentó Ibara-Bailarines eróticos.
Muy
interesante.-dijo Shiroi haciendo caso omiso de las palabras de Ibara.
. . .
¿Has
manipulado alguna vez una fresadora?-preguntó Metallurgy.
No…-dijo
Yurika al ver la máquina enorme a la que su compañera acariciaba como si fuera
una mascota.
Creo
que será bueno que te enseñe.-le dijo Metallurgy-Fresar es un oficio que no es fácil
de dominar, pero no estará de más que aprendas lo elemental sobre la máquina.
Como estás estudiando Ingeniería Mecánica, Eléctrica y Electrónica a la vez,
darás varias asignaturas comunes a las tres y que, por tanto, te servirán para
las tres con cursarlas una vez. Una de ellas trata de los procesos de
fabricación en la industria, y aprenderás muchas cosas sobre las
máquinas-herramientas. Esto te vendrá bien para las prácticas.
Yurika
había empezado su primer día como becaria. Llevaba varias horas con Metallurgy
y, después, estaría media tarde y parte de la noche con Freya. En su primer
día, había ayudado a poner en orden un laboratorio, a manipular un programa
elemental de simulación mecánica y, en ese momento, iba a ver cómo se usaban
las máquinas para fabricar objetos. Ya se conocían desde hacía un tiempo, y era
sabido por todos que Metallurgy siempre vestía de blanco y enseñando la mayor
parte de su cuerpo. Yurika comprendió que, en un entorno de trabajo así, unas
ropas ligeras y cómodas serían más propicias, lo que no tardó en experimentar
en la fábrica, por lo que llevaba una camiseta escotada de tirantes de color
negro, una falda de tablas negra por encima de las rodillas y un par de botines
metálicos con chapas violetas y rosas muy oscuras formando complicados dibujos.
El
descanso para comer tendrá lugar dentro de muy poco tiempo.-informó Metallurgy
con una sonrisa-Bueno, vamos a iniciar tu toma de contacto con esta
preciosidad. Es una de mis mejores fresadoras, la construí hace unos años y la
guardo con cariño. Considero que es la más didáctica, ¿sabes? En primer lugar,
es importante elegir el material adecuado. Como te decía antes, necesitamos
varias decenas de engranajes y, dada la aplicación en la que van a trabajar,
esta aleación que acabo de ordenar sacar del almacén va a ser la mejor. Elegir
materiales no es fácil, y lo que te estoy enseñando es sólo el resultado de un
estudio que he tenido que hacer. Como puedes ver, la máquina tiene una serie de
controles a mano izquierda…
. . .
Llamaron
a la puerta.
¿Doctora
Vinokourov?-preguntó una científica.
¿Qué
sucede?-preguntó ésta desde su escritorio, donde manejaba cuatro ordenadores
portátiles a la vez.
¿Es muy
perjudicial para el caso experimental 138-A que los niveles de
alcohol-deshidrogenasa desciendan por debajo del cuatro molar?-preguntó.
El
intervalo de confianza al 97% de molaridad para el 138-A es de 3.98 a
6.27.-respondió Aquanika-Menos del 4 produciría oxidaciones aceleradas y, más
del 6, en promedio, sobreamortiguamiento. Recuerda mantener la presión exacta a
0.956 bares: la más mínima fluctuación requeriría una tabulación distinta a la
que tenéis que cumplimentar y que no os puedo administrar hasta terminado el
descanso de las tres.
De
acuerdo, doctora.-respondió amablemente la mujer-Muchas gracias y perdón por
las molestias.
Se
retiró del despacho. Aquanika se separó un poco las solapas de la bata de
laboratorio que llevaba encima de su ropa. Con sus dos brazos, manipulaba
ágilmente dos ordenadores con cada uno. Movía continuamente su cuello y sus
ojos para leer con rapidez las cuatro pantallas.
Freya…-dijo
Aquanika para sí-…no eres una puta. Eres LA PUTA. Seguro que me has mandado el
trabajo más horrible para joderme…eres una cabrona y siempre te ha gustado ver
sufrir a la gente. Heroína, heroína… ¡una sádica es lo que eres! Hackeando
redes a cuatro bandas…y aún tiene la cara de decir que es legal. Legal para lo
que quiere. Claro, que…habló de cuernos el ciervo.
Uno de
sus cuatro ordenadores emitió un pitido.
A ver…
¿qué te pica?-dijo Aquanika acercándose a la pantalla-Ya…un cortafuegos. Podría
decir por dónde me lo paso, pero es más que obvio. Me lo salto en lo que tardo
en dar un pisotón en el suelo.
Volvieron
a llamar a su puerta.
¡No me
volváis a entorpecer con lo de los niveles de ADH!-exclamó Aquanika-¡Acabo de
dar directrices muy claras!
Doctora…-dijo
un hombre a través de la puerta-…tiene visita.
Oh,
mierda…-susurró-… ¡adelante!
Abrió
la puerta un científico de los más jóvenes. Detrás de él, apareció una persona
que no se esperaba.
No
puede ser.-Aquanika esbozó una media sonrisa-¿Qué coño haces aquí? Disculpa…ya
me has traído a la visita, ¿podrías irte y cerrar la puerta? Échale un ojo al
246-G, es hora de tomarle nota.
El
hombre se fue, cerrando la puerta tras de sí.
¿Tan
poco te alegras de verme?-preguntó.
No he
dicho eso, joder.-respondió Aquanika-¿Qué te trae por aquí? Estás un poco lejos
de tu tierra…
También
lo estaba por aquellas fechas…-sonrió.
Ah…qué
vida la nuestra.-Aquanika sonrió-Siéntate y dime a qué debo el honor.
Aquanika
siguió tecleando a gran velocidad, manejando los cuatro equipos a la vez.
No
somos de piedra.-le dijo-Me gustan las aventuras, ya lo sabes…
Sólo
alguien como tú podría tomarme en serio.-dijo Aquanika sin apartar la vista de
su trabajo, pero dejando ver que estaba contenta.
¿Qué
haces?-preguntó.
Programar
varias aplicaciones, hackear redes y cubrir una proporcional del control
numérico de una fábrica que está a kilómetros de aquí porque su jefatura tiene
más trabajo que antes.-dijo Aquanika-Mi nuevo empleo…uno de muchos. No es lo
más divertido que tengo en mi vida, pero el dinero que voy a ganar sí que lo
será.
Los
megamillonarios sois tan materialistas…-dijo.
Lo
dices como si no lo fueras.-dijo Aquanika.
¡Intentaba
comportarme con modestia!-se quejó.
¿Perdiste
eso antes o después de los dientes de leche?-preguntó Aquanika-O, mejor dicho…
¿alguna vez has tenido de eso?
No.-respondió-Odio
pecar.
Je…-rió
Aquanika-…la modestia es un pecado, ¿eh?
Para
mí, sí.-respondió.
Y todo
lo que haces… ¿qué es?-preguntó Aquanika.
Trabajo.-contestó.
Veo que
tienes menos cargo de conciencia que modestia.-dijo la chica de pelo rosa-Ya
somos dos en ese barco.
Bueno,
dame los detalles, que no tengo todo el día.-le instó-La otra vez tuvo un final
un poco abrupto.
Verás…-dijo
Aquanika.
. . .
Freya y
Yamiyuki se encontraban en un parque poco concurrido. Se habían dado cita para
intercambiar unas palabras antes de cambiar de trabajo, cada uno por su parte.
¿A qué
venía todo ese misterio?-preguntó Yamiyuki.
He
encontrado un objeto mágico en esta isla.-dijo Freya-Uno de los importantes.
¿Qué?-se
sobresaltó el joven.
Es uno
de los pocos cristales inhibidores naturales que quedan en este
planeta.-explicó Freya-He tenido que recurrir a muchos hechizos para
encontrarlo, pero…está en la playa rocosa del Este. Allí donde hay árboles, un
gran acantilado y, bajo él, una costa inmensa. Será preciso que vayamos a por
él. Si nadie ha intentado tomarlo, puede que sea porque no ha sido descubierto.
Mañana mismo iremos. No debe caer en malas manos, podría ser una perdición. Los
niveles de magia están más altos que nunca: han llegado visitantes de gran
poder mágico a los alrededores. Tenemos que proceder con la máxima discreción y
prontitud. Mañana por la mañana extraeremos el cristal y nos retiraremos
sigilosamente, ¿de acuerdo?
Perfecto.-dijo
Yamiyuki-Estaré preparado para lo que pueda pasar.
Gracias
por entenderlo.-dijo la chica-Hablaremos esta noche, si quieres. Tengo que dar
clase…
Yo iré
a entrenar.-dijo Yamiyuki-Hasta esta noche, pues.
. . .
Tengo
una noticia buena y mala para vosotros.-Shiroi irrumpió en el cuarto donde
Ibara e Itami hacían entrenamiento físico-Es buena porque vais a volver a la
acción, y mala porque os costará la vida si fracasáis. Es vuestra última
oportunidad para dar caza a Freya y a Yamiyuki Kuroi. Mañana por la mañana, en
la playa rocosa del Este. Tendedles una emboscada.
Sin
darles tiempo a responder, Shiroi se fue dando un portazo.
Mierda.-dijo
Itami-Esta vez, tendremos que matarlos a sangre fría. Por la espalda, sin darles
tiempo a reaccionar…
Jamás
había visto a ese energúmeno actuar tan fríamente…-dijo Ibara-…algo me dice que
va en serio y, por ende, estamos jodidos.
Tendremos que darlo todo para acabar con ellos.
Seguro
que nos sacan de la cama de madrugada y nos transportan hasta la playa.-predijo
Itami-Nos tirarán a patadas del helicóptero y…si lo logramos, nos recogen y, si
no, desde el mismo helicóptero nos fusilan.
¡Esto
es una MIERDA!-chilló Ibara-Lo hemos intentado miles de veces…no hay salida, no
hay posibilidad de escape, todos aquí son más fuertes que nosotros y…y nuestros
jodidos objetivos también.
Ibara…-Itami
abrazó a la chica.
Ibara
le devolvió el abrazo. Comenzaron a frotarse cuerpo contra cuerpo.
No
quiero que las cosas acaben.-dijo Itami-Y, por tanto, no acabarán. Te
protegeré. Nadie nos va a matar. Saldremos de ésta. La vida nos ha dado muchos
golpes, pero siempre nos hemos recuperado. Juntos.
Yo te
protegeré a ti, Itami.-respondió Ibara tras besar sus labios-Nos protegeremos
mutuamente, lucharemos, mataremos, follaremos…nos alzaremos con la victoria
entre fluidos corporales de guerra y de sexo, ¿verdad?
Verdad.-respondió
Itami.
Incluso
si ello conlleva…-dijo Ibara-…mostrar lo que nunca hemos mostrado ante nuestras
reticentes presas.
Itami
se sonrió y se relamió. Ibara lo observó e, inmediatamente, se dibujó una
sádica sonrisa en su rostro. Continuaron rindiéndose culto mutuamente…
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