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WORLDS
COLLIDE †
Episodio XVII · OSCURAS INTENCIONES
No
llevaremos esa mierda.-dijo Itami.
Vamos,
chicos…-dijo Shiroi-…son totalmente personalizables.
No.-dijo
Itami-¿Estás sordo?
Itami…Ibara…no
tenéis opción.-dijo Shiroi-Trabajáis para mí. Sois míos. Os salvé la vida.
¿He
oído bien?-preguntó Ibara-Trabajamos para ti porque sueltas más pasta que un
viejo moribundo con deseos de grandeza, pero somos nuestros y de nadie más.
Respecto a lo de que nos salvaste la vida…ese “argumento”, por llamarlo de
alguna manera, tiene la validez de una cagada de perro con lombrices
intestinales. Mandaste a tus energúmenos a matarnos y, justo cuando les quedaba
poco, les ordenaste parar para tenernos cogidos por las pelotas. En cualquier
caso, no llevaremos esos uniformes asquerosos.
Veo que
razonas bien.-dijo Shiroi con una sonrisa despótica-Me gusta tener a gente
inteligente en mi plantilla. Por cierto, mis camaradas no son energúmenos,
¿sabes, querida?
Ni
camaradas.-replicó Itami-Son tus esclavos, la mayoría por miedo. Eres un tío de
lo puto peor.
Y, si
tan malo soy, ¿qué hacéis sirviéndome?-preguntó Shiroi.
Es tan
sencillo como que nos importa una mierda si eres un misionero de la caridad o
un genocida.-respondió Itami-Nos interesa tu dinero, el cual parece generarse a
espuertas en tu haber. Mientras nos pagues bien, nos zurraremos con quien
quieras.
Me
gusta que mis súbditos no me cuestionen.-lo elogió Shiroi-Es una visión muy
sabia por vuestra parte. No obstante, me temo que eso va a tener que acabarse.
Habéis fallado en todo lo que os he pedido. Cuando entrasteis en mis filas, me
dijisteis que teníais poder suficiente como para matar a Yamiyuki Kuroi, y que,
además, os motivaba especialmente porque queríais violarlo. No sólo
fracasasteis contra él, sino que también lo hicisteis contra esa arpía salida
de la nada conocida como Metallurgy Watanabe, quien, por vuestra culpa, nos ha
saqueado todas las bases de datos, a mí y a mis allegados, obligándonos a
permanecer quietos. ¿Realmente me es rentable teneros aquí sólo porque queráis
violar a Yamiyuki Kuroi tanto como yo quiero matarlo?
Vamos,
que pasas de nosotros.-dijo Ibara-Hasta nunca, entonces. Ahí te pudras.
Vámonos, Itami.
Te lo
diré de otra manera, Ibara.-rebatió Shiroi-Estaréis en mis manos hasta que
muráis. Vuestro contrato conmigo es vinculante e irrescindible. Por ende,
dictamino que vuestra próxima misión, la cual está aún por asignar, será
vuestra última oportunidad.
Me vas
a hacer un cunnilingus, machote.-dijo Ibara-Métete tus amenazas, tus palabras y
tu supuesta peligrosidad por el culo, a ver si descubres que te gusta y se te
va esa cara de mierda podrida que tienes, ¿de acuerdo?
Te lo
diré de otra manera AÚN MEJOR, Ibara.-gritó Shiroi-¡Cumple con mis mandatos o
te forzaré a tener una hija detrás de otra para que me las pueda follar contra
tu cama delante de tu puta cara! ¡Y tú, perro sarnoso, si de verdad la
aprecias, haz todo lo posible por lograr
lo que os pida, o me aseguraré de eliminar para siempre tu amor por el dolor!
¿ME HABÉIS OÍDO?
No.-le
espetó Itami con una sonrisa.
Ni él
ni su compañera entendieron muy bien qué había pasado, pero vieron un fogonazo
blanco cegador, escucharon un tremendo golpe y se vieron en el suelo, a varios
metros de donde estaban, doloridos por todo el cuerpo.
La
próxima vez no seré tan magnánimo como hasta ahora.-dijo Shiroi-Ahora, para que
veáis cómo lo hace un devoto mío de verdad, vais a acompañar a mis leales
generales servidores a una misión. No entraréis en combate ni actuaréis, sólo
miraréis desde un vehículo cómo entre los dos comandan a mis soldados y logran
un objetivo.
Ibara e
Itami se levantaron con cara de asco, rabia, impotencia y dolor.
Es
mucho más fuerte que nosotros, aunque me joda admitirlo…-susurró Ibara.
Vaya
que si lo es…-maldijo Itami.
¡Butcher!
¡Lithe!-gritó Shiroi-¡Aquí de inmediato!
Las
puertas se abrieron. Entraron dos personas que a Ibara y a Itami les resultaron
familiares: el musculoso chico de pelo verde y la menuda chica de cabello rojo
que los asaltaron y abatieron aquel fatídico día, obligándolos a jurar lealtad
hacia Shiroi Kamiyama.
¿Llamaba,
amo Shiroi?-preguntó Butcher, la chica, arrodillándose.
Coged a
cincuenta de los jóvenes, montadlos en un camión e id a asaltar la localización
que os señalaré en los sistemas de posicionamiento global.-ordenó Shiroi-Que
este par de estúpidos os acompañe y vea cómo lo hacéis desde las ventanillas
del camión, ¿de acuerdo?
A la
orden.-dijo Lithe, el joven de ostentosa musculatura, mientras se
doblaba-¿Algún objetivo en particular?
Sí.-respondió
Shiroi-Antes de que estos negligentes permitieran el encadenado de nuestras
alas en el mundo, recibí un chivatazo. Nuestros infiltrados en las distintas
universidades avistaron a Yamiyuki en una escuela que no era la suya…hablando
con una joven que, indagando, ha resultado ser como él pero en versión
femenina…muy guapa, por cierto. Traédmela viva, quiero hacerla gritar mi nombre
antes de decidir si matarla o no, previo interrogatorio. Tendréis fotografías
suyas en las pantallas interactivas del camión. ¡LARGO DE MI VISTA!
¡SEÑOR,
SÍ, SEÑOR!-gritó Butcher.
Se
levantó y corrió hacia la salida junto con su compañero.
¡Vamos,
vosotros dos!-imperó la chica-¡Moveos!
Ibara e
Itami los siguieron.
¡Los
uniformes!-exclamó Shiroi-Que no se os olviden.
Ibara
se giró y le apuntó con el dedo corazón durante unos dilatados segundos. Acto
seguido, salieron de la sala dando un portazo que provocó un retumbo en las
paredes.
. . .
Yurika
aprovechó el descanso entre clases para salir al jardín. Se sentó bajo un árbol
y abrió su mochila bandolera por un bolsillo grande en el que tenía varias
videoconsolas portátiles de todas las generaciones con las baterías
perfectamente cargadas. Decidió sacar una de ellas y disfrutar de una partida
rápida hasta que tuviera que volver a entrar a clase. Normalmente estudiaba
entre horas, pero aquel día había madrugado más de lo normal y había adelantado
mucho más trabajo, pudiendo disponer de un breve lapso temporal de ocio. Justo
cuando iba a sacar una de las consolas, vio pasar un camión de colores oscuros
por allí. Intuyó que algo no iba bien, pues nunca solían pasar camiones a esas
horas con intención de aparcar en el campus, y menos con esa coloración.
Decidió volver a cerrar la mochila. Se levantó. Llevaba un vestido corto de
color negro, decorado por la parte baja con tiras de color violeta oscuro del
mismo estilo de las que ribeteaban el escote y los tirantes. Calzaba unas botas
altas con mucho tacón, de color negro con un decorado con forma de mosaico
escamado rosa y plateado en la parte de atrás. Se acercó al sitio al que había
ido el camión, sigilosa y precavida, para ver de qué se trataba. Cuando vio
salir del vehículo a decenas de chicos y chicas uniformados, sus sospechas se
confirmaron: algo iba mal.
Hay
gente muy rara en las inmediaciones de mi facultad.-Yurika escribía un mensaje
con uno de sus móviles-Llevan uniformes de color gris marengo, ¿quiere decir
eso algo especial?
Tras
pulsar el botón, el texto fue enviado a Yamiyuki. Acto seguido, decidió
alejarse, pero pronto vio que eran ellos los que querían acercarse a ella.
Irrumpieron en tropel entre los árboles, cerca de donde estaban los edificios
del campus, y corrieron hacia ella, quien no tardó en alejarse lo máximo
posible del campus para evitar ser vista y levantar sospechas. Los jóvenes no tardaron
en rodearla.
¿Quiénes
sois?-preguntó Yurika.
Tienes
una invitación.-oyó una voz detrás del círculo humano.
Los
adolescentes abrieron paso a un chico muy musculoso de pelo verde y a una chica
delgada y menuda de cabello rojo.
No me
apetece ir a ninguna fiesta.-replicó la joven-No quiero llegar tarde a clase,
así que…mejor dejadme.
No
puedes rechazar la invitación…Yurika Kurosu.-dijo la chica.
Me
importa una mierda lo buena que vaya a ser la fiesta.-replicó ésta-Dejadme en
paz.
No lo
decía en ese sentido…-dijo la pelirroja-…me refiero a que no tienes
alternativa.
No me
hagas reír.-dijo Yurika-¿De qué va todo esto?
Lo
verás muy pronto.-dijo el chico-¡Pilladla!
La
pareja se retiró saltando hacia atrás. A la vez, los chicos y las chicas se
arremolinaron contra Yurika y comenzaron a asaltarla con golpes en todas las
alturas.
¡Guau!-exclamó
Yurika mientras esquivaba ágil y elegantemente todos los intentos de
agresión-¡Sabéis moveros un poco! Pero muy poco, no os confiéis… ¡dejadme que
os enseñe!
Con un
fuerte y cortante grito, giró sobre sí misma, abatiendo a tres personas de una
patada.
Nada
mal, ¿verdad?-preguntó-¡Ni siquiera me he planteado el precalentar todavía!
Con
otro dominante grito, saltó y lanzó una patada alta en el aire, tirando a dos
personas más al suelo. Al caer, giró en sentido contrario a las agujas del
reloj y soltó una penetrante patada que empujó a una chica contra sus
compañeros de atrás, tirándolos por efecto dominó.
¿Esto
es todo?-preguntó.
¡No
flaqueéis!-oyó chillar a la chica.
Los
agresores continuaron lanzando golpes continuamente. Yurika rodó por el suelo
y, al levantarse, lanzó una patada frontal, golpeando con el empeine en la
nariz a un chico y haciéndolo caer redondo al suelo.
¿Seguro
que todos queréis recibir vuestra parte?-preguntó Yurika-Aún estáis a tiempo de
largaros…
¡Agarradla
ya o las consecuencias serán terribles!-gritó el chico de pelo
verde-¡Incompetentes!
¿Habéis
visto el espectáculo que estamos dando?-preguntó Yurika-Como pase alguien, me
esfumaré y os echaré las culpas. No obstante, hasta entonces…
Profirió
otro penetrante grito, lanzando por los aires a otro reducido número de jóvenes
con una patada giratoria. Al terminar el movimiento, continuó girando una vez
tras otra, lanzando una patada en medio de cada vuelta, barriendo ordenadamente
al resto del grupo.
¡LEVANTAOS!-gritaron
los que parecían ser sus superiores.
Los
jóvenes se iban levantando conforme eran golpeados y volvían a lanzarse contra
Yurika. Poco a poco, se formó una escaramuza que parecía interminable. Entre el intercambio de golpes, la chica iba
recibiendo algunos, aunque pocos.
¿Shiroi
se ha interesado por esto?-preguntó Lithe-Sólo es una tía buena que sabe dar
patadas.
¡Te he
oído, patán!-chilló Yurika-¡Ven aquí si eres hombre y déjame que te enseñe que
soy mucho más que eso!
Con más
potencia que antes, se abrió paso entre la multitud a patadas y corrió hacia
Lithe nada más verlo. Butcher se interpuso y le lanzó un rayo, que Yurika
esquivó con una voltereta, viendo en el aire cómo se convertía en un machete
clavado en el suelo.
¿Qué
demonios…-preguntó Yurika para sí en voz baja.
Butcher
se giró y, apuntando alto, lanzó otro rayo. En mitad del vuelo se convirtió en
una katana que avanzaba peligrosamente hacia Yurika, quien no dudó en ladearse,
agarrar el arma por la empuñadura e impulsarse con las piernas en el tronco de
un árbol para caer sobre la muchedumbre con un tajo brutal. Derramó bastante
sangre, provocando que se desmayaran unas cinco personas en el impacto.
No sé
qué has hecho, pero has cometido un craso error.-dijo Yurika-Soy más que
experta en el manejo de la katana. Ahora…o desembucháis, o me cargo a los
vuestros.
Cárgatelos.-dijo
Butcher-Si puedes…
La
chica chasqueó los dedos. El arma que estaba en manos de Yurika se convirtió en
un manojo de rayos que envolvió dolorosamente sus manos, convirtiéndose en una
punzante atadura de alambre de espino que comenzó a atravesar su piel lenta y
dolorosamente.
Agh…-se
quejó Yurika.
Intenta
soltarte, si quieres.-le espetó la pelirroja-Tal vez se te caigan las manos al
suelo en el intento.
No
necesito mis manos para nada en estos momentos.-respondió una estoica
Yurika-¿Qué te has creído?
Manteniendo
las manos juntas y quietas, lanzó una ráfaga de patadas contra los chicos que
la rodeaban, abatiéndolos. Conforme golpeaba a los que tenía delante, se
levantaban los que tenía detrás. Al estar parcialmente distraída por el dolor y
el cuidado que tenía que tener para no intensificarlo, la agarraron por la espalda
y la zarandearon hasta tirarla por los aires, tras lo que aterrizó entre las
manos de la muchedumbre, quedando completamente inmovilizada.
Sigo
sin saber qué ve Shiroi de especial en esta tía.-dijo Lithe.
Es
guapa y menor de edad.-le recordó Butcher-Su alimento favorito.
¿De qué
coño estáis hablando?-preguntó Yurika indignada-Un momento…
En ese
preciso instante, Yurika recordó las palabras de Yamiyuki. ¿No sería la persona
de la que estaban hablando el archiconocido Shiroi Kamiyama? ¿No se habría
producido lo que le advirtió?
¿Sabes
de parte de quién venimos?-preguntó Butcher-Si eres de ciencias, te debe de
sonar…
¿No
seréis…-preguntó Yurika mientras intentaba liberarse de la presión conjunta de
decenas de personas-…los esbirros de Shiroi Kamiyama?
No.-dijo
Lithe-Somos los CAMARADAS de Shiroi Kamiyama. Básicamente, vas a contarle todo
lo que sabes de la gente con la que has empezado a relacionarte y, luego, según
tu coño, vivirás más o menos tiempo.
Yurika
se sintió vejada, ofendida y afrentada, por lo que comenzó a enfadarse.
Permíteme
discrepar.-dijo Yurika desafiante.
En el
libro me he enfrentado a cosas mucho peores…-pensó Yurika-…esa cosa me absorbe,
pero me dota de poderes cuando estoy dentro…y creo que es la primera vez, desde
que me metí en ese lío, que he deseado tener las mismas capacidades fuera de
sus páginas de mierda…
¿Rezando
tus últimas oraciones?-preguntó Lithe.
La
religión es para imbéciles.-le espetó Yurika.
Entonces…-Lithe
se aventuró a responder-… ¿podemos llevarte a tu destino ya?
Cuando
en tu cabeza florezcan neuronas, cara de simio.-le espetó Yurika.
Intentó
lanzar una patada, pero algo no salió como esperaba…sino mejor. Uno de los
jóvenes cayó por los dos lados del suelo, partido sagitalmente en dos. La chica
no se lo creía, pero su cabeza comenzó a atar cabos.
¿Qué
coño ha sido eso?-preguntó Lithe sorprendido.
¡No lo
sé!-exclamó la chica cargando rayos en sus manos-¡Dispárale! ¡Vamos a fundirla
y a llevárnosla por la fuerza! Pero…recuerda que no hay que matarla.
Lithe
lanzó bolas de energía verde contra Yurika, mientras Butcher disparó una
miríada de cuchillos curvados. La chica saltó muy alto, separando los brazos
mientras veía caer el alambre cortado en pedazos y notando la liberación en sus
magulladas y enrojecidas muñecas, resultando en un impacto generalizado de los
proyectiles contra los propios esbirros, que acabaron todos en el suelo.
Habéis
matado a vuestra gente…-dijo Yurika-… ¡permitidme que os diga que sois unos
ineptos!
¡FRÍELA,
LITHE!-gritó Butcher mientras lanzaba ataques-¡HAGAMOS QUE SE DESMAYE!
Vamos,
Butcher, relájate…chillando así no harás que caiga antes…-dijo Lithe mientras
cargaba energía en sus manos.
Otro
ataque combinado. Yurika intentó lanzar un contraataque, pero vio cómo una
densa y resplandeciente pantalla de fuego se interponía entre sus amenazas y
ella. Al disiparse, vio afilados tornillos cayendo del cielo hacia la pareja,
que comenzó a esquivarlos, dejando que se clavaran hondamente en el suelo. No
tardaron en caer rayos que el chico desvió con sus proyectiles verdosos. Un
temblor del suelo los desestabilizó y, finalmente, una onda de corrimiento de
tierra tiró al suelo a Lithe, dejando a Butcher aparte.
Llego
justo a tiempo, ¿verdad?-preguntó Yamiyuki apareciendo de entre los árboles,
por detrás de Yurika.
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