XV: Estrella
negra
Salvando las cruciales conversaciones, aquella semana pasó
sin pena ni gloria. Era sábado por la noche: tras un duro día de ponerse las
pilas con las obligaciones académicas y domésticas, tocaba salir de fiesta,
disfrutar del ambiente, hacer honor a aquel dicho de que la noche es joven.
Ayashi Iwamori, estudiante de Veterinaria, no iba a ser menos. Llevaba todo el
día estudiando, descansando únicamente para comer y para limpiar la casa, por
lo que estaba deseando pisar la calle y divertirse. Se arreglaba con mucho
empeño y mucha ilusión. Pronto Yoshigi, su novio, se presentaría en el piso
para recogerla. Iban a visitar un local de fiesta muy concurrido y con grandes
clásicos de la música, por lo que se había arreglado para la ocasión. Lucía un
hermoso y ajustado vestido negro que marcaba sus sensuales curvas y le llegaba
hasta la mitad de los muslos, así como unos brazaletes plateados con esferas de
nácar blanco y unos tacones de aguja de color negro muy altos con algo de
plataforma. Por primera vez en mucho tiempo, se había dejado su enorme, salvaje
y tupida melena suelta y lacia, envolviéndola por completo. Tras rociarse con
su más afrodisiaco perfume, apagó la música que tenía puesta en el cuarto y se
miró una última vez en el espejo de pie del cuarto de baño: rompedora. Agarró
un bolso no muy grande que tenía sobre la cama y se lo colgó, tras lo cual fue
apagando las luces del piso, desconectando todo lo que no tuviese que estar
necesariamente funcionando todo el día y cerrando algunas puertas. Finalmente, se
quedó en la entrada, esperando a su chico, que solía ser puntual. Miró el
pequeño reloj de pulsera que tenía puesto bajo uno de los brazaletes: quedaban
tres minutos para la hora acordada, y Yoshigi siempre era puntual.
Pasados los tres minutos, oyó el timbre. Sin dilación, apagó
la única lámpara que le quedaba encendida y salió del piso, cerrando la puerta
tras de sí con dos vueltas de llave. Al abandonar el edificio, vio a su chico
esperándola en la puerta con el coche recién aparcado.
Buenas noches, mi reina.-la saludó galantemente el joven,
que también vestía ropas elegantes.
Buenas noches, querido.-respondió la chica con una
sonrisa-¿Listo para darlo todo esta noche?
Ya lo creo.-respondió Yoshigi-Vamos a bailar hasta quedarnos
sin suela, ¿de acuerdo?
No podría haberlo dicho mejor.-le respondió Ayashi con una
sonrisa.
Se subieron al coche. Yoshigi arrancó el motor y comenzó a
conducir rumbo al lugar donde iban a pasar la noche bailando y riendo.
¿Se supone que hemos quedado con los demás?-preguntó la joven
mientras disfrutaba de la travesía.
Sí, hemos quedado.-le explicó el chico-Tetsuo y los demás
nos esperan en el sitio directamente, me han dicho que hoy les pillaba de paso
por no sé qué movida.
Fantástico entonces.-dijo Ayashi con una sonrisa-Aunque, si
te soy sincera, me conformo con estar junto a ti.
La chica se giró a vislumbrar las luces nocturnas de la
ciudad por la ventanilla.
. . .
Entraron al sitio. Estaba abarrotado de gente bailando y
bebiendo.
¡Guau!-exclamó Ayashi al escuchar la música-¡Esto es Punk
del bueno!
Sabía que te gustaría.-le respondió Yoshigi felizmente.
A los pocos minutos, se acercó a ellos un chico bastante
lánguido, con ropas holgadas y aspecto desaliñado.
¡Buenas noches!-los saludó.
¡Buenas, Tetsuo!-saludó el novio de Ayashi con mucha alegría
mientras le daba la mano al otro chico.
Hola, Ayashi.-saludó el tal Tetsuo-¿Te acuerdas de mí?
¡Claro!-respondió ella con cordialidad-¿Cómo iba a
olvidarte?
Pasado un rato, decidieron sentarse en uno de los cómodos y
vanguardistas sofás curvos, alrededor de una mesa donde tenían puestos algunos
refrescos sin alcohol.
Tienes un gusto realmente excelente con las chicas,
Yoshigi.-comentó Tetsuo.
Vaya…-dijo Ayashi-…gracias, supongo.
No tienes que darlas.-respondió el chico.
Alrededor de la mesa estaban ellos tres y el resto del grupo
de amigos, compuesto por varios chicos y chicas de más o menos la misma edad.
Entre baile y baile, se sentaban un rato a conversar: realmente tenían muy buen
ambiente y estaban disfrutando de la noche.
¿Qué me dijiste que estabas estudiando, Tetsuo?-preguntó
Ayashi mientras se ajustaba el escote.
Tercero de Ingeniería Informática.-respondió el chico
desviando la mirada.
¡Guau!-dijo Ayashi-Yo estoy en cuarto de Veterinaria. Y
dime, ¿estudias aquí o fuera?
Aquí.-respondió Tetsuo volviendo a mirarla-¿Tú también?
¡Sí!-dijo Ayashi con una sonrisa-¿Conoces a los de primero
de este año de tu carrera?
A algunos sí, pero a la mayoría, no.-respondió Tetsuo-En
cualquier carrera somos muchos y nos movemos más o menos siempre entre los
mismos… ¿lo dices por alguien en especial?
Sí, verás…-dijo Ayashi-…tengo un amigo allí. Un yogurín…y un
cerebrito. Se llama Saito, Saito Hakuroku.
¡Joder!-exclamó Tetsuo impresionado-¡A ése lo conoce hasta
el bedel! ¡Es archiconocido!
¿Por qué motivo?-preguntó Ayashi con curiosidad mientras se
acercaba su vaso a los labios.
Saca unas notas jodidamente buenas.-respondió
Tetsuo-Demasiado para lo que es nuestra carrera. Tiene boquiabiertos a muchos
profesores…y a todas las alumnas. Deja un charco de babas femeninas allá donde
pasa…femeninas y no tan femeninas, porque los pocos gays que conozco dentro de
mi facultad se motivan mucho cuando lo ven.
¡JAJAJA!-rió Ayashi-Me imaginaba que sería popular, pero no
pensé que lo fuera tanto. ¿Sois amigos? ¿Os lleváis bien?
Nos hemos conocido este año.-le explicó Tetsuo-Pero la
verdad es que nos hemos cogido confianza bastante rápido. No estudiamos juntos
porque sólo tenemos una asignatura en común, esa puta mierda de primero que se
me atasca, pero hacemos bastantes cosas entre los dos: reventamos ordenadores,
trasteamos, nos echamos unos señores piques a la videoconsola y…joder, todo hay
que decirlo, me pasa el porno más exquisito que he visto en mi vida.
Hombres…-dijo Ayashi dándole la espalda y girándose a su
novio-… ¿bailamos otra, Yoshigi?
¡Claro, corazón!-respondió el chico con motivación.
Se levantaron y comenzaron a sacudir sus cuerpos al
frenético ritmo de la música. Punk, Rock, Metal…todo tipo de temas llenos de
fuerza e ímpetu sonaban en aquel sitio, lo cual los motivaba. Conforme se
movían por el local entre los pasos de su baile, Ayashi comenzó a sentirse
medianamente buena: si bien lo suyo era bailar en una barra, había aprendido a
controlar mejor su cuerpo para realizar cualquier movimiento rítmico, cosa para
la que sólo era buena en las artes marciales hasta antes de empezar con el
curso de baile de barra. Mientras recordaba cuánto le debía a ese curso, chocó
con algo. Al girarse, vio que se trataba de una fina barra metálica decorativa.
No dudó ni un segundo, se encaramó y comenzó a girar de manera frenética
mientras se abría de piernas y sacudía la cabeza, agitando su melena.
Sintiéndose cortejado, Yoshigi se acercó un poco más a la barra mientras veía
cómo todo el bar, especialmente los hombres, se había quedado mirando a la
chica. Tetsuo se quedó anonadado hasta tal punto que se le cayeron las gafas en
el vaso. Pasados unos minutos, la chica bajó de la barra de un salto y se tiró
a los brazos de su novio, que la agarró y la besó. Entre aplausos, la pareja
volvió al sofá cogida de la mano.
¡Eso ha sido genial!-exclamó Yoshigi-¡Me ha encantado! ¿Es
lo que aprendes por las tardes?
¡Sí!-exclamó Ayashi-Aunque esta música no es adecuada para
el baile de barra…algún día te haré una demostración en privado con música
adaptada, ¿de acuerdo?
¿Cuándo podría ser?-preguntó el chico emocionado.
Dentro de muy pocos días, mi vida.-dijo dulcemente la
chica-La barra plegable que encargué debe de estar a punto de llegarme. Para
practicar en casa, ya sabes.
¡Eso es genial!-exclamó Yoshigi.
Ya me lo dirás cuando lo veas.-Ayashi le guiñó un ojo.
Se giró de nuevo hacia Tetsuo.
No serás tú el famoso experto en reventar la seguridad
informática de todo lo que pase por tus manos, ¿verdad?-preguntó Ayashi.
¿Quién te ha dicho eso?-dijo Tetsuo.
Saito dice que tiene un amigo que es muy buen hacker y que
le va a ayudar a no sé qué.-le explicó la chica-Me gustaría comprobar cuán
pequeño es el mundo sabiendo si eres tú o no.
Pues…-dijo Tetsuo rascándose la cabeza-…sí.
Perfecto.-susurró Ayashi con una sonrisa en los labios.
Oye, ¿te puedo preguntar una cosa?-dijo Tetsuo cambiando de
tema.
No veo por qué no.-respondió Ayashi.
¿Nunca has pensado en hacer un baile de ésos para que te
paguen?-preguntó el chico-Ya sabes, un contratillo puntual, sin compromiso,
para sacarte un plus…
Ya lo creo que lo he pensado.-dijo la chica-Pero es mucho
más difícil de encontrar de lo que podréis pensar. Además, no sé si me
aceptarían por ser una estudiante y no una experta.
¿Nadie de tu clase lo intenta?-preguntó el chico.
El cabrón de mi amigo Xing Yi lo ha conseguido este fin de
semana.-explicó la chica-Ahora mismo tiene que estar restregándose de lo lindo
y ganándose una pasta. No sé cómo lo hace, pero tiene mucha suerte. El otro día
se pasó por no sé dónde y hoy lo han llamado para que vaya a bailar…tremendo.
Vaya…-dijo Tetsuo sin poder evitar dirigir sus ojos a los
enormes pechos de la chica-…es una pena, porque lo haces muy bien.
Comenzó a sonar un tema que le encantaba a Ayashi. Se sintió
motivada, encendida, contenta…se sintió ella.
¿Sabes?-preguntó Ayashi-Me apetece follar.
Pu…pues…-tartamudeó Tetsuo mientras enrojecía-…dile a
Yoshigi que…no sé, en un baño, en el coche…
Nunca quiere.-dijo Ayashi susurrando-Sólo le gusta hacerlo
en casa…no sabe el morbo que me da hacerlo en un sitio público.
Vaya…-dijo Tetsuo con los puños apretados y las piernas
pegadas-…lo siento.
Si tuvieras novia…-dijo Ayashi-…¿te importaría hacerlo con
ella de esa manera?
¡Para nada!-gritó el chico-Todo por complacer a mi dama…
Entonces…-dijo Ayashi-… ¿lo hacemos? Uno rápido, sin
compromiso, que podamos disfrutar los dos. Nadie tiene por qué enterarse.
¿Qué?-chilló Tetsuo-¡NO! Yoshigi es mi amigo…
Y mi novio.-respondió Ayashi-Te prometo que no le voy a
dejar de querer por ello. Va, venga…lo estás deseando, puedo notarlo. Además,
esta canción me pone demasiado. ¡Vamos!
Ayashi se levantó mientras escuchaba a Tetsuo susurrar una
respuesta afirmativa.
Voy un momento al baño, cielo.-dijo Ayashi.
Agradecida por el hecho de que sólo Tetsuo pudiera oírla
debido el alto volumen de la música, la chica se alejó y se colocó en un
pasillo recóndito donde estaba la puerta del cuarto de la limpieza. Tetsuo no
tardó en llegar.
¿Tienes condones?-preguntó Ayashi.
Pues…-Tetsuo se tocó los bolsillos.
¡Deberías!-se quejó Ayashi en tono seductor-¡Eres un tío! No
te preocupes, yo traigo siempre por si acaso.
La chica sacó un preservativo enfundado de su escote. Rasgó
un poco el precinto y se lo colocó en la mano. Acto seguido, se agachó y le
desabrochó el cinturón al chico. Al ser los pantalones muy acampanados, no
tardaron en caérsele. Le estiró bruscamente de la ropa interior, le agarró el
pene, que estaba casi erecto y, tras masturbarlo durante aproximadamente medio
minuto para terminar de forjar su erección, le colocó el preservativo con
delicadeza y conocimiento de causa. Tras ello, se quitó las bragas y las dejó
entre sus pechos, acto tras el cual se colocó pegando la espalda a una pared y
levantando una pierna de forma totalmente vertical haciendo alarde de su gran
flexibilidad. Por el hueco de su vestido se apreciaban perfectamente sus
cuidados y húmedos genitales.
Lléname.-dijo la chica mientras sudaba y se lamía un dedo.
Dejando atrás las dudas, Tetsuo agarró la pierna de Ayashi
para mantenerla recta y comenzó a penetrarla. La canción seguía sonando,
aumentando la excitación de la chica. Presa del placer, la lascivia y el morbo,
comenzó a gemir de gozo a voz en grito, sin preocuparse por ser escuchada al
amparo de la elevada música. No se sentía nada culpable por lo que estaba
haciendo, y estaba segura de que tampoco se sentiría culpable una vez
terminado. Motivado, Tetsuo puso las manos en los senos de la chica, viendo el
cielo abierto ante sus ojos. Ayashi puso los ojos en blanco mientras seguía
sudando. Al chico se le salieron las gafas en uno de los empellones, acabando
los dos desordenados y sucios en el momento del orgasmo, donde ambos gritaron
fuertemente. Mientras hacían lo posible por ocultar todo rastro de lo que
acababan de hacer, se dieron cuenta de que tres personas se habían quedado
mirándolos en la boca del pasillo. Asustado, Tetsuo se encogió y deseó que se
lo tragara la tierra.
¡Buenas noches!-dijo Ayashi sonriente mientras se colocaba
el pelo con las manos-¿Pasa algo? Os veo mala cara…
Dicho esto, apartó a los tres desconocidos con un leve pero
decidido empujón y se introdujo en el baño, donde se quitó el sudor con agua,
se retocó un poco el leve maquillaje que llevaba y se peinó un poco antes de
salir. Volvió al sofá como si nada, donde la esperaba Yoshigi.
¿Por qué has tardado tanto, princesa?-preguntó el novio de
la joven.
Había muchísima cola…-dijo Ayashi-…y, bueno, si te soy
sincera, me he estado retocando cuando por fin ha llegado mi turno.
¡Qué coqueta!-dijo Yoshigi entre risas.
Quiero estar perfecta para ti.-respondió tajantemente
Ayashi.
Eres perfecta para mí.-la rebatió Yoshigi.
Se miraron unos segundos. Comenzaron a besarse
apasionadamente. Tetsuo, que ya se encontraba allí sentado con los demás, no
daba crédito a lo que estaba sucediendo.
Tras soltarse de los brazos de Yoshigi, Ayashi se giró
levemente hacia Tetsuo y le guiñó un ojo.
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