Episodio 9: La rosa
desviada
La imponente figura avanzó hacia las siete chicas. Era muy
alta, incluso más que Zira. Tenía unos pechos enormes, los ojos negros, una
larga melena azul hasta la cadera, peinada con ostentosos y salvajes
tirabuzones. Sus labios estaban pintados de un rojo muy intenso, y vestía un
traje elegante con camisa gris, chaleco negro, corbata negra, pantalones negros
largos y unos zapatos de tacón alto de aguja de color azul. Llevaba sus manos
cubiertas por mitones blancos, y sus largas uñas pintadas de rojo. Parecía
bastante mayor que las chicas. El sonido de sus tacones era enervante ante tan
opresora atmósfera.
Veamos…-dijo la mujer con una voz dulce y viperina-…os
coláis en mis dependencias durante la noche, os dedicáis a reventar mi
seguridad, metiéndoos en zonas a las que no os han pedido que vayáis, golpeáis
a mis guardias y… ¿con qué motivo, si se puede saber, heroínas de Victoria
Flowers?
No te hagas la sueca.-dijo Nadia-Vestirás bien, pero finges
fatal. Tienes toda la pinta de ser la cabeza pensante de toda esta masa
surrealista, se te ve a la legua. Además, si tan al tanto estás de quiénes
somos, por algo será…
¿Dónde está Kira?-preguntó Saya-¿Dónde está nuestro jurado?
No seáis ansiosas, chicas, ¿queréis?-preguntó dulcemente la
mujer recién llegada.
No hay mucho que decir al respecto, ¿no?-dijo Seira-Somos
siete y ella es una. Vamos a patearle el trasero y a ver qué se esconde tras la
puerta de la que acaba de salir…
¡Jajajajaja!-la mujer rió-Creo que no os conviene en absoluto
proceder por esa vía…
¿Tienes miedo?-preguntó Scarlet apretando los puños y
sonriendo con sorna.
Yo ninguno…-respondió la mujer con su sensual tono-…pero
vosotras deberíais.
Como si lo sacara de la nada, la elegante dama de exageradas
curvas tomó un látigo y lo hizo restallar contra el suelo. Pudieron ver que se
trataba de una cadena pintada de verde con largas y afiladas púas transversales
a la misma, con una piedra roja brillante en la punta tallada en forma de rosa.
Al sonido del latigazo acudieron numerosas chicas uniformadas que rodearon a
las chicas.
Entretenedlas.-ordenó-Y aseguraos de que entren intactas a
las jaulas. Todavía no puedo entretenerme, hay mucho que hacer.
La mujer volvió a entrar por la puerta por la que había
salido, cerrándola tras de sí. En el momento en el que la puerta se cerró, las
chicas del uniforme se abalanzaron contra las siete jóvenes, que no dudaron en
contraatacar. Tras unos minutos intercambiando golpes, las participantes del
truncado torneo lograron despachar a su comité de bienvenida, prescindiendo de
toda palabra superflua para correr juntas hacia la puerta y abrirla, entrando
en una sala redonda enorme llena de ordenadores, mesas y jaulas vacías. La
persona que perseguían estaba allí, de espaldas. Al oír los pasos de las chicas
se giró.
Sois demasiado persistentes.-dijo la mujer-No hay nada que
pueda ofreceros.
¡CHICAS!-exclamó una voz familiar-¡SUMO CUIDADO CON ELLA!
¡NO ES LO QUE PARECE!
Las chicas miraron en todas las direcciones. Una de las
jaulas no estaba vacía: dentro había una chica de melena roja y larga, ataviada
con un largo y voluminoso abrigo negro con correas, cadenas y ribetes rojos,
debajo del cual llevaba una falda negra y roja con cadenas, medias rasgadas,
botas altas negras de suela metálica y una blusa encorsetada y ajustada con
cremalleras y cadenas. Llevaba su cabello peinado con una enorme coleta alta
cardada en varias direcciones.
¡Kira!-exclamaron todas a coro.
¡Me secuestraron mientras llegaba al estadio!-gritó Kira-¡Me
sustituyeron por un robot! Luego, desperté aquí y… ¡esa arpía! ¡No os atreváis
a desafiarla!
Cuando todo esto acabe…-dijo Zira dirigiendo una fría mirada
a la mujer de los tirabuzones-…te explicaremos todo lo que ha pasado. Lo que
importa es que las ocho estamos juntas de nuevo. Ahora, sólo nos queda
llevarnos a esta mujer, por las buenas o por las malas, para que declare ante
la policía…no sin antes sacar de aquí a Hiroshi, a Naoki y a Narumi.
¿Qué?-preguntó Kira extrañada.
Los raptaron delante de nuestras narices…-dijo Apsaras
apesadumbrada.
Después de mucho mirarte…-dijo Mirai-…he llegado a una
conclusión. Yo a ti te conozco.
¡Ni os acerquéis a la jaula!-exclamó la mujer al ver que
Apsaras y Scarlet intentaban liberar a Kira-¿De qué ibas a conocerme?
Tu rostro…-dijo Mirai-…tus facciones…tu porte. Han pasado
años y, aunque hayas cambiado, sigues siendo la misma persona…manteniéndote en
tu línea, por lo que veo. Tú eres Bara Inugami, la que fue subcampeona en la
primera edición de Victoria Flowers…hace veinte años.
La mujer no pudo ocultar una expresión de sorpresa.
¿Cómo es que me conoces?-preguntó-¿Tan forofa eres de estos
juegos que te sabes toda su historia?
Victoria Flowers es un juego con muchísima afición y una
historia bien redactada.-Seira se unió a la conversación-Todas las campeonas y
subcampeonas son prácticamente personajes públicos…gente famosa gracias a su
participación en el torneo. ¿Acaso alguna de las aquí presentes no ha oído
hablar de la grandísima Sayumi Otonashi, alias Tornado Rosa? Fue la primera
homosexual en participar en los juegos, y ganó la cuarta edición. Se casó con
la mujer de su vida y dicen que, con los buenos estudios que tienen, han
llegado a altos cargos y están viviendo genial… ¡hasta han tenido hijos por
fecundación in vitro! Por no hablar de Kuroya Takano, la Vampiresa, llamada así
por su maestría por luchar mientras agitaba esas telas rojas y negras en el
aire en un auténtico espectáculo sin par… ¿por qué no iba a conocerte a ti, que
además gozas del “honor” de haber sido de la primera tanda de luchadoras en la
historia del torneo?
Vaya, vaya…-dijo Bara, sorprendida-…habéis hecho los
deberes.
Para serte sincera, Bara…-dijo Mirai-…sí, estoy bastante
puesta en la historia de los juegos y he leído todo lo que he podido al
respecto. No obstante, hay algo por lo que me resultas inconfundible entre lo
inconfundible. ¿Recuerdas a la persona a la que te enfrentaste en la final, la
que te ganó, Mai Kurono?
¿Cómo no iba a recordarla?-dijo Bara apretando los puños-Esa
arpía truncó mis planes de amor y felicidad eternos…
Pues, verás…-dijo Mirai cruzando los brazos por debajo de
sus pechos, alzándolos notablemente-…”esa arpía” es mi madre. Cuando te
derrotó, se declaró a mi padre…y son la pareja más feliz del mundo. Cuando era
pequeña y una novata en Taekwondo, mi madre me contaba la historia una y otra
vez, me enseñaba las fotos y…la verdad es que me motivó mucho para progresar en
las artes marciales, hasta tal punto que le prometí a mi madre que algún día yo
seguiría sus pasos. ¿Sabes cómo es la sensación que me produce que una supuesta
deportista haya degenerado en una criminal como tú? ¿Sabes cómo me siento?
¿Sabes cuántas ganas tengo de darte tu merecido? ¡Tantas que ni me las creo!
¡Haciendo esto no sólo violas la ley, sino que insultas a mi madre, al resto de
tus rivales de la primera edición y a todas las mujeres enamoradas que hemos
participado en la historia de estos juegos tan bonitos! Bara Inugami, te
prometo que te haré sentir la rabia de una mujer ultrajada a la que no le dejan
expresar su amor sincero. ¡O vienes, o voy!
La joven gótica se lanzó corriendo a por Bara, quien le
agarró una muñeca, aprovechó su fuerza para desequilibrarla y la tiró al suelo
pesadamente, zarandeándola por los aires y retorciéndole el brazo una vez la
tuvo de boca contra el suelo.
¿Eso era una técnica de Aikido?-preguntó Saya asustada.
No…-dijo Kira-…no del ortodoxo al menos…esta mujer conoce
técnicas de todos los estilos, y las adapta de una forma tan violenta que da
hasta miedo.
¡Suéltala!-gritó Zira mientras lanzaba una patada contra
Bara.
La mujer le agarró la pierna a Zira, soltó a Mirai, hizo
girar a la chica cyberpunk sobre sí misma, la cogió por la cintura, saltó, le
dio la vuelta y la estampó de bruces en el suelo.
¿Una llave de Wrestling?-se sorprendió Seira mientras
intentaba soltar a Kira-¡Maldita sea, está cerrada!
¡He dicho que no os acerquéis!-gritó Bara mientras corría
hacia Seira.
¡Patéala!-gritó Scarlet-¡Vamos, rompe el cerrojo!
La joven de sangre inglesa se puso entre Seira y Bara,
lanzando un puñetazo hacia esta última, quien lo desvió y contrarrestó con
otro, mucho más fuerte y violento, tumbando a la boxeadora. A la cuarta patada,
Seira logró encasquillar la puerta. Kira aprovechó la situación para hacer
alarde de su fuerza y tirarla de un empujón. Acto seguido, lanzó una feroz
patada contra Bara para proteger a su liberadora.
¿Vuelves a por más, Minazuki?-preguntó Bara con sorna.
¡No!-respondió Kira, desafiante-¡Vengo a devolverte el
favor!
Bara bloqueó la patada de Kira con un antebrazo, atrasando
la mitad contraria del cuerpo. Acto seguido, giró la cadera para volver a
adelantar su cuerpo y acompañar el movimiento con un puñetazo recto a la altura
del vientre, lanzando por los aires a la chica visual.
¿Karate también?-se sorprendió Scarlet.
Hay muchas cosas que sé sobre la lucha.-respondió Bara
haciendo un gesto para que las demás se acercaran.
Saya y Apsaras se lanzaron juntas a por la mujer. Ésta, al
verlas, dio dos volteretas hacia atrás, esquivando la palma de Apsaras y el
codazo de Saya, movimientos tras los cuales contraatacó cogiendo a la chica
india y lanzándola contra la joven de cabello verde. Seira intentó sorprender a
Bara desde el aire, lanzando una patada con salto, pero ésta fue más rápida y
la interceptó con un potente gancho ascendente de boxeo. Nadia se lanzó a por
ella desde su flanco derecho, siendo máxima su sorpresa cuando la vio sacar su
látigo con forma de rosal. Tras agitarlo amenazadoramente, Bara fustigó a
Nadia, quien salió disparada en un grito de dolor. Se miró: tenía varios cortes
sangrantes.
No podéis ni pensaros el luchar contra mí.-dijo Bara-Quería
encerraros a todas, pero fuisteis demasiado escurridizas. No obstante, con Kira
he tenido bastante.
¿Qué demonios me has hecho?-preguntó la joven bailarina de
ballet mientras se reponía del golpe.
Desde que perdí a manos de esa Mai…-dijo Bara-…decidí que me
haría invencible, y que mi fuerza férrea sería mi arma para hacerme notar allá
por donde pisara. He ido reclutando a muchas luchadoras, como podéis ver…y a
todas les he hecho…una pequeña extracción.
¿Estás loca?-preguntó Saya-¿De qué va todo esto?
Un poco de ADN por aquí…-dijo Bara-…un buen equipo
computerizado por allá…sólo quiero aprender técnicas de lucha de manera
eficiente.
¿Modificaciones genéticas?-preguntó Scarlet-¿Eres medio
robot?
Soy totalmente humana.-respondió Bara-Sólo me aseguro de
gozar de todo el arsenal de lucha de toda mujer que se me cruce. ¡Con mi lista
infinita de técnicas de combate, soy la mujer más fuerte del mundo y pronto me
lanzaré a la conquista!
Me parece vergonzoso que una deportista del nivel de las que
participamos en un torneo como Victoria Flowers tenga ese mal perder.-dijo
Zira-A todas nos duele no ganar…a todas nos duele no ser las mejores…pero el
deporte nos enseña que no siempre se gana, que es mejor ser derrotada
limpiamente que ganar con trampas, que lo importante es darlo todo en el
terreno de juego…
¡Eso es cierto!-exclamó Apsaras-¡He tenido que estudiar
muchísimo para conseguir viajar hasta aquí desde la India! ¡He tenido que
aprender el idioma a marchas forzadas! ¡He tenido que entrenar de una manera
que roza lo inhumano, todo por exigencia propia! ¡Estoy enamorada, mi chico
está a países de distancia y yo he venido aquí para decirle cuánto lo quiero!
Y, ¿sabes qué? ¡Perdí en la primera ronda! ¡El primer combate de la primera
ronda, el combate inaugural! ¡Lo perdí! ¡Fui la primerísima en caer! ¡Claro que
supuso un duro golpe para mí! ¡Claro que no me dio ningún gusto! Pero,
¿realmente tengo que enfadarme con Nadia por haberlo hecho mejor que yo en los
juegos? ¿Tengo, acaso, derecho a ello? ¡Nadia me derrotó porque corrió y peleó
mejor que yo! ¿He de amargarme porque sea más fuerte que yo? De una chica de su
calibre no se puede esperar menos…y ahora está en la final. ¡Y le deseo lo
mejor! ¡Nadia es una compañera más, una
hermana espiritual, una igual deportista, una rival! ¿Acaso a tu edad confundes
rivalidad con enemistad? ¡En ambos casos hay encarnizadas pugnas, pero los
rivales pueden ser grandes amigos! La madre de Mirai podría haber sido una gran
amiga tuya si tu falta de madurez y tu amargura no te hubieran cegado…
Tras esas palabras, Apsaras rompió a llorar. Emocionada por
la confesión, Nadia se levantó, pese a que era la que peor parada había salido.
No ha podido decirlo más claro…-dijo Nadia-…porque no se
puede. ¿Quieres mis técnicas, Bara? ¿Quieres aprender Francombat autóctono? EN
GARDE! À LA BATAILLE!
Nadia se lanzó de nuevo contra Bara, dispuesta a someterla y
apresarla en el suelo.
¡Es inútil, francesita!-gritó Bara.
Se ladeó, esquivando a Nadia, tras lo cual le golpeó en la
nuca con el canto de la mano, tirándola de bruces al suelo.
Mira qué calibre tiene tu “amiga”, señorita de anuncio de
curry.-le espetó la mujer a Apsaras mientras señalaba a la pobre Nadia.
¡Esos comentarios tan ofensivos y xenófobos te los puedes
ahorrar!-exclamó Saya.
Nadia…-dijo Apsaras-… ¡no sabes cómo es Nadia! ¡No tienes
derecho a juzgarla!
La joven india se levantó y corrió enfadada hacia Bara,
quien no dudó en embestirla con una brutal patada giratoria en la cabeza,
haciéndola chocar contra una jaula.
¿Lo sabes tú?-preguntó Bara-La acabas de conocer. Lo único
que sabes es que te ha dado una paliza. Vuestros discursos de amor y amistad
son tan falsos como todo lo que los rodea.
Deduzco por tu tono y por tus palabras…-dijo Zira-…que tu
amor del torneo se rompió violenta y abruptamente, ¿verdad?
¡Cállate, fantasma!-gritó Bara-¿Quién es un espantajo como
tú para especular sobre mi vida?
¡Has dado en el clavo, Zira!-dijo Kira con una sonrisa-Eres
una inmadura, Bara…así no se habla ni se razona.
¡El maldito espantajo segundo!-gritó Bara-¡Vosotras y
vuestro mal gusto os habéis ganado una buena tunda!
Bara apareció ante los ojos de Zira, tras lo cual se dio una
voltereta con patada hacia atrás, haciendo chocar a la chica contra el techo.
Acto seguido, se lanzó hacia Kira y la embistió con un brutal gancho. Como si
tuviera ojos en la nuca, sintió a Saya lanzándose en una patada voladora, por
lo que la interceptó con una patada trasera que la tiró al suelo, donde recibió
una caída de Bara con el codo en su esternón.
¡Agh!-gritó Saya.
Bara se levantó, parando de inmediato una larga pierna que
amenazaba con golpearla. Se giró para mirar a la dueña: Mirai.
¿Pretendes llevarte esto a lo personal?-preguntó Bara.
Mi madre se pondrá muy contenta cuando sepa que te he hecho
morder el polvo.-dijo Mirai con determinación.
Bara no dijo más. Dejó caer la pierna de Mirai y la empujó
con las palmas de las manos, tras lo cual la atropelló con una combinación de
patadas, seguida de dos fuertes puñetazos, una cadena de latigazos y un
guantazo en la cara que la tiró pesada y sonoramente contra el suelo.
Una muestra del amor que le tengo a tu sangre.-dijo Bara con
una sádica sonrisa.
Oh, tía, eres odiosa…-bramó Scarlet-¡vas a tener que chuparte
ésta!
Bara se giró y vio a Scarlet intentando lanzarle un puñetazo
por sorpresa: salió expelida de un cabezazo. Seira volvió a intentarlo también,
pero recibió un rodillazo aéreo y cayó.
¡Ya es suficiente!-gritó Bara-¡Me encargaré de dejaros a todas
bien dormiditas! Cuando no podáis forcejear, me haré con vuestros arsenales de
pelea.
La ostentosa mujer dio varias volteretas hacia atrás,
quedando frente a todas las chicas. Alzó las manos y concentró una enorme bola
de energía de color azul parecido al de su cabello.
¡Haaaaaaaaaaah!-gritó Bara, concentrada.
¡Ya os tengo!-gritó una chica uniformada que se había
colado.
Llevaba un explosivo en la mano. Saltó y se dispuso a
lanzarlo contra el suelo, para sorpresa de todas las doloridas chicas…pero,
para una sorpresa aún mayor, cuando la chica iba a dejar caer el explosivo, dos
piernas aparecieron de la nada y patearon su cabeza, una por la cara y otra por
la nuca, dejándola suspendida en el aire como si estuviera sujeta con una
pinza. Una pierna estaba descubierta y llevaba un zapato con un lazo, mientras
que la otra llevaba una bota rosa muy alta.
¡Naoki!-exclamó Mirai-¡Narumi!
Las dos presentadoras habían irrumpido en la sala y habían
noqueado a la guardia que se había inmiscuido.
¡Hola a todas!-dijo Naoki-¡Me alegro de que estéis bien!
¡No nos miréis con esa cara!-dijo Narumi guiñando un
ojo-Antes de ser presentadoras, comentaristas y jurado, fuimos participantes.
Naoki y yo nos conocemos desde la duodécima edición de Victoria Flowers, donde
ambas luchamos. Digamos que nos defendemos bien.
Retiraron sus piernas, dejando que la chica cayera. Le
retiraron el explosivo de las manos.
¡Bienvenidas!-exclamó Bara-¡Os dejaré en coma a vosotras
también! ¡Vuestros arsenales me pertenecerán!
¿Dónde está Hiroshi?-preguntó Kira preocupada.
A salvo.-respondió Naoki-Necesitamos tiempo, tenéis que
parar el cañonazo que va a soltar Bara.
Y pensar que fue una de nuestras primeras senpai en los
juegos…-dijo Narumi.
Las ocho chicas se levantaron. Se pusieron en fila india,
protegiendo a Naoki y a Narumi de Bara. Acto seguido, se pusieron a concentrar
energías todas. Sus auras aparecieron alrededor de sus cuerpos: estaban
colocadas de una manera tal que formaban un perfecto arco iris con sus auras.
¡YIAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!-gritó Bara, soltando la
energía en forma de un enorme rayo.
¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!-gritaron las ocho chicas a
coro.
Nadia lanzó un rayo eléctrico enorme, Scarlet dejó salir de
sus manos un chorro de fuego, Saya lanzó un tornado a chorro en horizontal,
Kira disparó un chorro verde de energía terrestre, Apsaras dejó fluir un gran
rayo de luz, Seira disparó agua a presión, Zira lanzó un chorro verde punzante
de energía tóxica y Mirai lanzó un haz de oscuridad. Los ocho haces elementales
chocaron contra el enorme rayo de Bara, provocando una inmensa explosión de luz
blanca. La estancia se llenó de humo y radiaciones irisadas. Se oyeron golpes:
cada chica salió disparada en una dirección, incluidas Naoki y Narumi. De
pronto, se oyeron pasos de gente corriendo cual marabunta, acompañados por
gritos.
¡POLICÍA!-gritaron-¡Que nadie se mueva!
El grupo de policías entró y vio el panorama: todo
destrozado, varias chicas magulladas estampadas en distintas paredes o por el
suelo y, en el centro, una mujer de aspecto sospechoso hincada de rodillas y
con las manos en la cabeza.
¡Bara Inugami!-gritó uno de los policías apuntándole con la
pistola-¡Se le acusa de secuestro, intento de homicidio, suplantación de
identidad, intento de terrorismo y prácticas invasivas no autorizadas sobre
terceras personas! ¡Tenemos pruebas! ¡No se mueva!
¡La policía!-exclamó Scarlet-¿Cómo…
Entre los agentes estaba Hiroshi, rodeado de varios hombres
que lo protegían. El comentarista saludó con la mano y sonrió: se alegraba de
ver que todos estaban bien.
Vaya, vaya, Bara…-dijo una mujer que avanzaba pistola en
mano entre los policías.
¡Jefa!-exclamaron a coro todos los agentes.
No os preocupéis.-dijo ella mientras le daba vueltas a la
pistola con el dedo.
Ugh…-Bara sentía que le iba a explotar la cabeza.
Cuánto tiempo sin vernos, ¿no crees?-preguntó la jefa de
policía.
¡Mamá!-exclamó Mirai mientras intentaba levantarse.
No sólo has cometido todos los crímenes de los que te
acabamos de acusar…-dijo Mai, la jefa de policía, la madre de Mirai, la
ganadora de la primera edición del torneo-…sino que además has practicado el
maltrato a menores y…¿qué demonios?-le lanzó la pistola a uno de los agentes,
que la cogió al vuelo-¡LE HAS PUESTO LAS MANOS ENCIMA A MI HIJA! ¡TE VOY A DAR
PARA EL PELO! ¡Agentes, salgan y llévense a las chicas!
Pero…-dijo uno de los más jóvenes.
¡Es una orden!-dijo-¡Llevaos también al jurado del torneo!
¡Tienen que salir todos de una pieza! ¡Que los evacúen los bomberos!
¿Los bomberos están aquí, inspectora Kurono?-preguntó Kira.
¡Jajaja!-rió Mai-¡Me llamas por mi apellido de soltera! ¡Me
caes bien, chica! ¡Agente Tategami para todo el mundo, pero me gusta bastante
la idea de usar mi antiguo apellido! Y sí, los bomberos están aquí…tienes sus
ojos.
¿Eh?-se extrañó Seira.
Mi madre.-respondió Kira-Es la jefa de los bomberos de esta
ciudad. Jamás ha muerto nadie en un rescate que ella haya liderado. Estamos a
salvo. ¡Vamos!
Sí, salid.-dijo Mai-Estáis rodeadas de policías, nadie podrá
haceros daño.
No se preocupe, señora.-dijo Scarlet-Confiamos en ustedes
y…bueno, digamos que, si han encontrado a alguna chica noqueada…algo hemos
tenido que ver.
Cerrad la puerta al salir.-dijo Mai cambiando su sonrisa a
un tono totalmente serio y frío.
Los policías se llevaron a las participantes y al jurado del
torneo hacia los camiones de bomberos. Mientras se alejaban, oyeron fuertes
golpes y estridentes gritos, todo de manera repetida y violenta. A los pocos
segundos, se abrió la puerta y salió Mai llevando a Bara encadenada debajo de
un brazo. La criminal estaba magullada, con expresión dolorida, casi
inconsciente y con la ropa destrozada.
Las que no quise darle por no dejarla en ridículo en su
día.-dijo al ver las caras de sorpresa de todo el mundo-Más las que se merecía.
A mi familia no la toca NADIE.
. . .
Las ocho participantes del torneo y los tres miembros del
jurado salieron del complejo. Iba toda una caravana de coches de policía y
camiones de bomberos.
¿Qué va a pasar con los juegos?-preguntó Narumi.
Anulados, supongo…-respondió Hiroshi.
¿No tendríamos que preguntar a las participantes?-se quejó
Naoki.
Nadia y Mirai se miraron.
¿Queréis librar la final?-preguntó Naoki con seriedad.
Lo…-dijo Nadia-…lo estoy deseando.
Yo también.-respondió Mirai.
¿Qué hora es?-preguntó Naoki.
Las cinco de la madrugada.-respondió Narumi.
No tenemos ningún circuito reservado, los contratos han
vencido…-dijo Hiroshi.
¿Y si nos enfrentamos la una a la otra?-preguntó Mirai-Un
combate en el ring como los que siempre hemos hecho…al estilo
tradicional…incluso podríamos ir con los uniformes de nuestros respectivos
estilos, ¿qué os parece?
¡Suena genial!-respondió Hiroshi.
Tenemos la ropa en los vestuarios del estadio.-dijo
Nadia-Aún podemos ofrecer un gran espectáculo.
¡Oído!-exclamó el conductor del camión que los llevaba-¡Iremos
todos a parar al estadio!
¿Estaría la vigésima edición de Victoria Flowers fuera de
peligro? ¿Cómo afectarían los hechos al torneo? ¿Se librará la final? De ser
así, ¿quién la ganará?
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