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WORLDS
COLLIDE †
Episodio IV · SIN DEMORA
A la
mañana siguiente, las cosas no habían cambiado. Tras descubrir quién se hallaba
detrás de aquel repentino y sospechoso realce del crimen organizado, Freya y
Yamiyuki tuvieron claro que la urdimbre que pudiera existir iba mucho más allá
de un simple lío de mafias, dinero y ajustes de cuentas. Shiroi Kamiyama no era
alguien de quien se pudiese esperar nada que no fuera horrible. Asimismo, era
poderoso, demasiado poderoso, y no podía ser enfrentado de manera directa.
Decidieron investigar, cada uno por su cuenta, juntándose en caso necesario, e
intentar descubrir qué sucedía, cuáles eran los planes que su enemigo llevaba y
si sus sospechas de que no estaba trabajando solo eran ciertas. Así, tanto el
uno como la otra se dispusieron a iniciar su día como si de cualquier otro se
tratara, con la subyacente intención de buscar pistas para empezar a actuar
antes de que se desatara una catástrofe a gran escala. En ese sentido, la
suerte los acompañaba parcialmente, pues se movían en alrededores en los que su
objetivo tenía una moderada presencia y potestad: Yamiyuki, universitario, se
codeaba con estudiantes y profesores diariamente, y su impecable historial de
estudiante ejemplar le daba unos privilegios tales como hablar cara a cara con
todos los profesores, que eran doctores e investigadores, igual que Shiroi,
mientras que Freya era per se doctora, profesora e investigadora entre otras
cosas, por lo cual siempre estaba moviéndose entre laboratorios, universidades
y demás sitios de alto nivel académico que le permitirían buscar pistas.
. . .
Los
alumnos y alumnas de la facultad de Ingeniería que tanto prestigio mundial
ostentaba siempre se quedaban mirando a Yamiyuki cuando cruzaba los pasillos.
Era muy famoso en el ámbito estudiantil: notas perfectas, grandes logros,
cuerpo perfecto y muy fuerte, entrenado en una de las mejores escuelas de
formación académica y física, habiendo combatido grandes amenazas para Japón.
Ese día llevaba una chaqueta negra hasta la altura de las costillas con ribetes
anaranjados, una camisa negra, unos pantalones del mismo color, botas altas,
también negras, con detalles metálicos y un pañuelo naranja atado al cuello que
le caía por ambos lados hasta la altura de los tobillos. Todo el mundo
cuchicheaba a su paso. Haciendo caso omiso a todos los comentarios,
especulaciones, elogios, intentos de difamación y demás palabras que, por muy
débilmente que estuviesen siendo dichas, oía perfectamente, se dirigió a los
despachos del profesorado. Al llegar a la puerta del profesor con el que deseaba
hablar, llamó a la puerta con su mano derecha, enguantada en un mitón negro.
Tras escuchar el consentimiento desde el otro lado de la puerta, la abrió y
entró.
Buenos
días, profesor.-saludó el chico-Me gustaría preguntarle algo, si no es mucha
molestia.
Claro,
para eso estoy.-respondió el profesor-¿De qué se trata?
Me
gustaría saber cómo está el panorama doctoral en el país ahora mismo en las
áreas que juntan nuestra rama con las biosanitarias.-explicó el chico-Estoy
interesado en conocer la trayectoria actual de las líneas de investigación en
Biónica, Biomedicina, Biomecánica, Bioelectrónica y ramas similares.
Veamos…-el
profesor comenzó a teclear en su ordenador.
Yamiyuki
esperó pacientemente.
¿Quieres
dedicarte a esto en el futuro?-preguntó el profesor mientras buscaba-¿O es
simple curiosidad?
Puedo
decir que es una mezcla de ambas.-dijo el chico-Si bien ahora mismo es simple
curiosidad y deseo de informarme, puede
que en el futuro me dedique a investigar sobre esto…es muy interesante.
Ajá…-dijo
el profesor.
De la
impresora de su mesa salieron tres folios grapados. Se los entregó al chico.
Ahí
tienes.-dijo-Es lo único que el público puede leer. Lo demás queda de puertas
para adentro, Kuroi.
Muchísimas
gracias, profesor.-el chico hizo una reverencia-Lo leeré en cuanto pueda. Nos
vemos en clase.
Hasta
luego.-se despidió el profesor.
El
chico echó un vistazo a los folios. Su profesor era investigador en Biónica,
así que sabía que le iba a poder ayudar. En el papel, se exponía una lista de
las áreas tratadas actualmente en los laboratorios, así como los nombres de los
investigadores principales y las relaciones internacionales más importantes.
Biomedicina:
Simulación de catálisis enzimática en modelos reales.-leyó el
chico-Laboratorios…bla, bla, bla…jefatura de investigación…Vinokourov,
Aquanika. Así que está trabajando aquí…lo que nos faltaba. La vamos a tener
detrás seguro.
Mientras
caminaba, seguía leyendo en voz baja.
Biomecánica:
Cálculo, diseño y ensayo de trenes de musculatura artificial con flexialeaciones
ricas en biomateriales.-siguió leyendo-Jefatura de investigación…Freya. ¿Esta
mujer nunca se cansa de trabajar? A ver… Bioelectrónica: Semiconducción en
materiales orgánicos y circuitería lógica en inteligencia pseudohumana. Línea
conjunta con Alemania a manos de la doctora… ¿quién es esta mujer? Tiene un
nombre tan exótico y poco escuchado por aquí como el de nuestra querida
Aquanika. Biomatemática: Estudio inductivo en diferencias de la Biosfera. ¿Otra
vez Freya?
Siguió
leyendo las largas listas hasta que sus ojos se clavaron en una línea.
¡Aquí!-el
chico apretó el puño que tenía libre-Toxicología: Psicoactividad, posología y
síntesis de compuestos específicos. Jefatura de investigación: Kamiyama,
Shiroi. Así que ahí están tus laboratorios, ¿eh? Habrá que hacerte una visita…
. . .
Y, como
podéis observar, la reproducción del Oryctolagus cuniculus sigue una sencilla
ecuación en diferencias que procederemos a resolver en la clase del próximo
día.-dijo Freya mientras señalaba en la pizarra con una varilla-Se ha acabado
el tiempo por hoy. Pasad una buena mañana.
Los
alumnos abandonaron el aula. Freya se quedó recogiendo sus papeles, borrando la
pizarra y apagando el ordenador. Llevaba una chaqueta negra, una falda de
tablas del mismo color hasta la mitad de los muslos, medias negras
semitransparentes, zapatos de tacón con plataforma y una blusa sin mangas
debajo de la chaqueta. También llevaba unas gafas rectangulares de montura
marrón con un serpenteante ribete de color crema que la adornaba entera. Escuchó
que alguien abría la puerta trasera del aula.
Vaya,
vaya, doctora Freya…-dijo un hombre-…dichosos los ojos.
Buenos
días, profesor Ogawa.-saludó la chica.
Llevabas
mucho tiempo sin pisar la facultad de Ciencias Biológicas y
Ambientales.-observó el recién llegado-¿Qué te ha impedido visitarnos?
He
venido a suplir las clases magistrales de hoy y mañana en Teoría de
Poblaciones, Química y Matemáticas porque los profesores correspondientes están
de prácticas con los alumnos aventajados.-explicó Freya-Normalmente no paso por
aquí si no es a los laboratorios de investigación para dirigir mi proyecto en
Biomatemática.
¿No
estaba investigando en Biomecánica?-preguntó mordazmente el profesor.
Esa
labor la llevo a cabo en un complejo de laboratorios privado que no pertenece a
las universidades de Japón.-explicó Freya-¿Puedo ayudarle en algo?
No,
nada…-dijo el profesor Ogawa-…sólo venía a saludar. Me parece tan raro verla
por aquí…aunque siempre es un placer, señorita Freya.
Y
dígame, profesor Ogawa…-dijo Freya mientras intuía que ese hombre no estaba ahí
por casualidad-… ¿se llevan a cabo más investigaciones en esta facultad ahora
mismo?
Oh,
claro.-dijo el profesor-Ha habido flujos de doctores entre las distintas
facultades biosanitarias de la ciudad y ahora tenemos a un nuevo profesor…el
brillante y sin parangón Shiroi Kamiyama, que no sólo imparte la asignatura de
Biología en el instituto del que es director, sino que ahora está en nuestra
plantilla en calidad de profesor de Bioquímica y Genética a la vez que dirige un
proyecto en Toxicología del que se encarga esta universidad en unos
laboratorios cedidos. Admirable, ¿verdad?
Sin
duda.-dijo Freya disimulando su asco-¿Trabaja usted con él en el proyecto?
Así
es.-dijo el doctor Ogawa-El doctor Shizumi y yo somos las dos partes de la mano
derecha del profesor Kamiyama en esta investigación.
Muy
interesante.-dijo Freya esbozando una media sonrisa-¿Qué le parece si hablamos
un poco más al respecto?
Como
desee.-el doctor Ogawa sonrió ampliamente; en sus ojos se veía la lascivia que
la mujer le provocaba-Tengo cafetera en mi despacho…
Eso es
estupendo.-concluyó Freya mientras terminaba de dejar el aula impecable-Tengo
que ir a mi despacho a dejar esto, así que después pasaremos al suyo. ¿Le
importaría acompañarme?
¡En
absoluto!-el hombre intentó parecer caballeroso.
Recorrieron
el amplio pasillo que llevaba a los despachos, que estaban divididos en
secciones.
¿Dónde
está su despacho?-preguntó Freya a aquel encorvado hombre de mediana edad que
apenas le llegaba a la mitad del muslo.
Cátedra
de Bioquímica, señorita.-dijo el doctor Ogawa-¿Y el suyo? Asociados, me
imagino.
Para
nada.-respondió secamente la mujer-Al ser multidisciplinar, me dieron a elegir
cuando ingresé en la plantilla de esta universidad, y elegí ocupar la vacante en
la Cátedra de Matemáticas, que es mi rama predilecta.
Oh,
perdón…-se excusó el profesor.
Al
llegar al despacho de Freya, ésta se giró hacia el profesor. No había nadie en
el pasillo.
Craso
error…-dijo Freya-…por parte de Shiroi al mandarte ante mí, y por la tuya,
viejo apestoso, por obedecerle.
Antes
de que el doctor pudiera articular palabra alguna, Freya le crujió el cuello
con una mano, dejando que se desplomara en el suelo. De su escote sacó un
detector de metales de mano y comenzó a cachear el cuerpo del profesor. Escuchó
un pitido. Se quitó las gafas y parpadeó. Vio claramente el interior del cuerpo
del hombre, y vio que tenía un dispositivo muy pequeño de captación y grabación
de imágenes y sonido entre las costillas. Presionó con un dedo en el punto
donde veía aquel objeto. Un leve chispazo y un sonido fugaz pusieron inicio y
fin a un delgado y penetrante rayo que salió del dedo de la chica, destruyendo
por completo el dispositivo. Acto seguido, sus ojos volvieron a la normalidad,
se puso de nuevo las gafas y abrió la puerta del despacho con su llave. Entró,
dejó sus cosas encima de la mesa y metió el cadáver del hombre en el
habitáculo, el cual cerró con llave desde el interior. Una vez encerrada en su
despacho, dejó los papeles relacionados con las clases en el archivador y se
guardó convenientemente el detector de metales. En la habitación había un dulce
aroma a canela, vainilla y jazmín.
¿Cómo
ha dicho?-preguntó Freya para sí-¿El doctor Shizumi?
Se
sentía segura, pues no había nada más dentro de aquel hombre: lo había
examinado por completo. Recordó entonces que el profesor Shizumi era colega y
amigo del difunto Ogawa, y que sus despachos estaban uno al lado del otro. Miró
a la pared, donde tenía fijado un portafolios del que colgaban varias listas
cogidas con la pinza del mismo. Hojeó hasta encontrar las tablas de los
horarios de la facultad, y observó que el doctor Shizumi estaba en ese preciso
instante dando clase, es decir, fuera de su despacho.
Perfecto.-dijo
Freya.
Agarró
el cuerpo de Ogawa y se deshizo en una explosión de pétalos de rosa roja. No
tardó ni un nanosegundo en materializarse en el interior del despacho de
Akihiko Shizumi. Como no estaba segura de lo que encontraría en el despacho,
decidió aparecerse en la ventana que daba al exterior, punto muerto de todas
las cámaras de vigilancia que pudiera haber, y con su cuerpo y el de Ogawa
hechos invisibles con magia. Efectivamente, había una cámara. Shiroi era listo.
La chica chasqueó los dedos y la cámara reventó. Acto seguido, saltó al interior
del cubículo y dejó el cadáver, que se hizo visible al separarse de Freya,
encima de la mesa, asegurándose de que se viera bien el agujero. Tras ello,
volvió a su despacho. Salió del mismo y volvió a cerrarlo con llave. Con total
naturalidad, caminó hacia la entrada del garaje de profesores: tenía trabajo en
otro sitio.
. . .
Ese
hijo de puta desquiciado va en serio.-dijo Freya-Está en la facultad de
Biológicas donde trabajo yo, no sé si por coincidencia o por premeditación, y
me ha preparado un cepo tremendo.
Yo me
he enterado de dónde están sus laboratorios.-comentó Yamiyuki.
El día
se había pasado volando entre la investigación y el deber. Caía la tarde y
ambos se encontraban caminando por la calle.
Perfecto.-dijo
Freya-Con sus laboratorios, su instituto y su universidad, podremos tenerlo
vigilado.
Eso
espero.-dijo el chico-¿Qué te ha hecho, por cierto?
Me ha
mandado a un viejo salido.-dijo la chica-Llevaba una grabadora metida en el
cuerpo…pensaba espiarme. En cuanto lo he escuchado hablar de Shiroi he sabido
que se trataba de uno de los suyos, así que…lo he matado y lo he dejado dentro
del despacho del otro doctor que hay en la universidad trabajando para él. Va a
parecer que uno ha matado al otro, por lo cual el que queda vivo caerá por su
propio peso, la investigación de Shiroi se parará bruscamente, se molestará,
hará ruido, lo escucharemos y podremos pillarlo desprevenido.
Exquisito.-comentó
Yamiyuki-Esperemos que esta vez le podamos dar donde le duele.
Créeme…-dijo
Freya-…le daremos. Y muy duro.
Detrás
de ellos había dos presencias siguiéndolos de cerca…
Así que
ésos son los de la otra noche, ¿eh?-preguntó.
Sí…-dijo-…estaban
donde mandé al ángel.
Pues ya
son tres ángeles…-dijo la primera.
¿Jugamos
a cazar ángeles?-preguntó el segundo.
Lo
estoy deseando.-respondió.
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