XIX: Entre
nosotras
¡YIAH!-gritó Ayashi.
Lanzó grácil y ferozmente su brazo como si de un látigo se
tratase. Izaya flexionó un brazo, atrapando el de su contendiente entre las dos
partes del mismo apretando el codo. Acto seguido, giró la cadera, arrastrando a
Ayashi con brusquedad y despojándola de equilibrio, por lo que pudo fácilmente
cargársela a la espalda y tirarla al suelo.
Joder, tía…-dijo Ayashi-…voy a tener que aprender de ti.
No tienes nada que envidiarme.-dijo Izaya-Levanta, la fiesta
acaba de empezar.
¡HAAAAAAAAAAH!-gritó Ayashi levantándose con una patada
ascendente.
Izaya saltó hacia atrás, hizo una cruz con sus brazos y
bloqueó el golpe.
Ha sido una idea fantástica esto de quedar para entrenar
juntos el cuerpo a cuerpo.-dijo Xing Yi mientras observaba a sus compañeras
sentado en un banco-No sé por qué no lo hemos hecho antes.
Ya te digo…-dijo Saito, que estaba sentado al lado de Xing
Yi-…me pone bastante ver cómo se zurran…aunque no se lleguen a zurrar del todo.
¡YIEEEEEH!-gritó Izaya.
La palma de su mano golpeó el pecho de Ayashi, haciéndola
caer de nuevo.
Buen trabajo.-dijo Izaya mientras le tendía la mano para
ayudarla a levantarse-¿Nos releváis, chicos?
Saito y Xing Yi se levantaron. Izaya y Ayashi se sentaron en
el banco junto a Ririka, que estaba allí observando tímidamente y sin apenas
mediar palabra.
¿Qué tal el hombro?-preguntó Xing Yi mientras estiraba-Si
ves que te molesta, me lo dices y paramos inmediatamente…
Perfectamente.-dijo Saito crujiéndose los nudillos-Es de
suponer que hiciste un buen trabajo, porque el fisio me dijo que apenas había
trazas de daños musculares…
Entonces…-dijo Xing Yi-…preparados…listos…
¡YAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!
Con un exagerado giro de cadera, Xing Yi lanzó una potente
patada contra Saito, que la bloqueó con un antebrazo. Acto seguido, apartó la
pierna de su contendiente y dio un fugaz paso para pegarse a él, posición en la
que aprovechó para lanzarle un gancho a las costillas. Xing Yi se apartó y
contraatacó lanzando su codo derecho contra la garganta de Saito, que rodó
sobre sí mismo en el suelo, abriéndose en una patada baja que su compañero
sobrevoló con un salto y tras la cual contraatacó con una patada aérea que pudo
esquivar rodando hacia atrás.
Me voy a acabar divirtiendo y todo…-dijo Saito-…veamos qué
tal te sabe… ¡ESTO!
Saito se lanzó como una flecha corriendo acuclillado hacia
Xing Yi con los puños muy juntos. El chico de cabello verde se echó hacia
atrás, librándose de un brutal puñetazo, aprovechando para agarrarle el brazo y
darle la vuelta a la totalidad del cuerpo de Saito en el aire, acabando por
tirarlo al suelo.
. . .
Ha estado muy bien.-dijo Ayashi tras beber un trago de agua
de la botella que llevaba en la mano-Me he divertido bastante y hemos sudado lo
suficiente como para considerarlo una buena sesión de ejercicio. Deberíamos
repetirlo.
No me importaría.-le comentó Saito-Yo también me he
divertido…y hacía bastante que no utilizaba las artes marciales en combates en
los que no me juego la vida.
Hablando de eso…-dijo Izaya-…al final quedamos en que la de
esta tarde sería la última clase de barra que daríamos antes de contraatacar
contra…lo que sea que nos amenaza, ¿no?
Sí…-dijo Xing Yi-…mañana contactaremos con la policía.
Más nos vale pasarlo bien hoy en barra.-dijo Saito-Por lo
que pueda pasar. ¿Qué hacemos al final con los profesores? ¿Los metemos en el
ajo?
Ni de coña.-dijo Izaya-No sabemos nada realmente. De lo otro
ya tenemos fotos y direcciones por lo que os pasó a Xing Yi y a ti el otro día,
pero de ellos no. Además, como ya os dije…yo no me dedicaría a tocarles las
pelotas.
Si descubrimos que de verdad están metidos en el
asunto…-dijo Ayashi-…siempre estamos a tiempo de ampliar la denuncia, ¿no?
Desde luego…-recapacitó Saito.
Pues nada…-dijo Izaya-…está siendo una buena manera de
aprovechar el único día libre que tengo este mes aparte de los fines de semana.
Una mañana de entrenamiento, una tarde de clase de barra…me gusta. Bueno,
entonces…nos vemos esta tarde, ¿no? Me imagino que querréis estudiar antes de
que se haga la hora de comer.
No me vendría mal.-dijo Ayashi.
A mí tampoco.-dijo Xing Yi.
Ídem.-concluyó Saito.
Yo…-dijo Ririka-…también…
Oye, Ririka…-dijo Xing Yi-…la próxima vez que quedemos para
combates de entrenamiento, participarás tú también, ¿no?
¿Yo?-preguntó Ririka con cara de asombro-Pero…si no sé…
Ya lo creo que sí.-dijo Ayashi-Esa noche es imposible de
olvidar, por unos motivos u otros.
Pero…-dijo Ririka-…vosotros…sois mucho mejores. Yo no
podría…
No lo sabrás hasta que no lo intentes.-dijo Izaya-Bueno,
hora de irse, me imagino. Me gustaría ir a un par de librerías, así que voy a
ducharme ya. ¡Hasta luego!
. . .
Tras una productiva mañana, Izaya llegó a su casa. Colocó
los libros que se había comprado en los huecos que había preparado expresamente
para ellos y, tras dejarlo todo en orden, se dirigió a la cocina para
prepararse la comida. Al poco tiempo, mientras cortaba unas verduras, sonó su
teléfono móvil, el cual había dejado en el otro lado del mueble. Se acercó a
cogerlo y vio que quien la llamaba era Ayashi.
Hola, Ayashi.-dijo Izaya-¿Qué pasa?
¡Tía!-exclamó la otra chica desde su casa-¡Me ha llegado la
barra que pedí! ¡Ya voy a poder practicar en mi piso!
¡Joder!-dijo Izaya-Eso tiene que molar.
Cuando quieras te vienes y practicamos las dos.-dijo
Ayashi-En cuanto termine los exámenes tendremos todo el tiempo del mundo.
¡Eso sería genial!-exclamó Izaya-Pues a por todas con esos
exámenes, termínalos bien y, cuando estés libre, quedamos para quemar la barra
y pensar en cómo podemos utilizarla para cazar hombres. ¿Dónde la has comprado?
En un sitio web que me recomendó un compañero de
clase.-respondió Ayashi-Me salió bastante más barata de lo que normalmente
cuestan…
Luego me pasas la dirección.-dijo Izaya-Igual me compro una
cuando me den las vacaciones. Oye, voy a tener que dejarte, me has pillado
cocinando…
Ah, vale.-dijo Ayashi-Sólo quería decirte una cosa más…
¿recuerdas ese mensaje que te mandé desde el baño la noche que quedamos todos
juntos para hablar?
Izaya apretó el puño.
. . .
Tras unas horas, llegó la hora de la clase de baile de
barra. Saito se sentía agradecido por haberse recuperado del daño que le hizo
Stracciatella en el hombro. Durante el calentamiento comprobó que podía asir la
barra y realizar movimientos en ella sin ningún tipo de problema. Tras los
quince minutos habituales de calentamiento, llegó la profesora.
Buenas tardes.-dijo la sensual joven con el mismo tono de
cada día mientras cerraba la puerta tras de sí.
Tras dejar, como siempre, sus cosas sobre el banco, se giró
hacia sus alumnos.
Bienvenidos un día más a clase de baile de barra.-dijo la
chica-Dentro de poco se cortarán las clases hasta septiembre, así que hemos
decidido que lo dado hoy será lo último que aprenderéis hasta entonces. Como es
algo complicado, le vamos a dedicar varios días a práctica y corrección,
quedando los últimos días del curso para hacer un repaso global de todas las
técnicas que hemos aprendido. Aún estáis muy lejos del dominio y, aunque haya
movimientos que ya se den por estudiados, os falta práctica en ellos. Vuestro
nivel es bastante bueno, pero no lo suficiente para ser los mejores. No
obstante, todo es posible si ponéis de vuestra parte. Hoy vamos a hacer una
introducción a los descensos, una gama de movimientos bastante complicada en
comparación con el resto. Hecha esta introducción, comenzaremos con el primer
tipo, que nos llevará el resto del curso, del que queda menos de lo que os
imagináis, que es el descenso vertical simple.
La chica flexionó las piernas, se agachó y, desde esa
posición, saltó con fuerza, agarrando la barra en su punto más alto, tocando el
techo con la mano mientras inclinaba su cuerpo para no tocarlo con ninguna
parte más del cuerpo. Tras ello, acercó sus piernas a la barra y la rodeó con
sensualidad. Desde esta posición, a muchísima más altura que de costumbre, giró
su cabeza hacia los alumnos. Su melena colgaba por su cuerpo y suspendida en el
aire, haciendo un efecto majestuoso.
Es frecuente en nuestro arte el acabar en lo alto de la
barra tras un cierto paso.-comenzó a explicar-Como bien se dice, todo lo que
sube ha de bajar, sin ser nosotros una excepción. Estar en el punto más alto no
es cómodo ni operativo, y merma las posibilidades. Si uno no es lo
suficientemente hábil, puede arruinar su coreografía en cuestión de segundos si
está demasiado tiempo a alturas tales como ésta. Lo más frecuente al alcanzar
estas posiciones es bajar, pues las concatenaciones de movimientos a ras del
techo se verán en próximas sesiones que tendrán lugar ya finalizado el verano.
Hasta justo hoy y ahora, lo que hacíais si se daba esta situación era descender
con giros o agarres combinados…o bien haciendo como si treparais, en caso de
disponer de menos habilidad. Hoy vais a ver que ésas no son las únicas
posibilidades, así como tampoco lo serán si se les suma lo que veremos hoy. El
público quiere excitación, quiere sorpresas, quiere ímpetu, quiere fuerza,
quiere valía, quiere que se sepa poner bien la carne en el asador. No podemos
permitirnos caer en la monotonía: si hemos ascendido con giros, descender con
giros puede ser un fallo grave si no se conocen al menos treinta tipos
distintos de giros con sus respectivos campos de aplicabilidad. Una vía de
escape ante esta problemática no es ni más ni menos que…
El cuerpo de la chica salió disparado en vertical y hacia
abajo hasta parar en seco a pocos centímetros del suelo, donde se quedó
agarrando la barra con un brazo y las piernas cruzadas, en una pose con la que
parecía estar sentada en el aire, quedando su melena dispersa por el suelo.
…realizar un descenso directo.-la profesional terminó la
frase-Si no podemos, no sabemos o no queremos mover nuestro cuerpo…que el campo
gravitatorio del planeta lo haga. Aunque estemos sobre colchonetas, me gustaría
daros unas indicaciones antes de pediros que lo intentéis…por lo que pueda
pasar.
La profesora les dio una serie de indicaciones sobre cómo
tenían que soltar y apretar los músculos, cómo debían estimar la duración del
descenso y cómo parar de manera adecuada e indolora. Tras ello, los alumnos
fueron subiéndose a sus respectivas barras para intentar el descenso. Xing Yi
casi lo consiguió, pero perdió el equilibrio y cayó de espaldas al suelo en el
último momento. Saito terminó apoyando los pies para amortiguar la caída, por
lo que no frenó correctamente. Ayashi intentó frenar, pero lo hizo con
demasiada fuerza y se quedó a medio camino a merced de la gravedad. Mirumi estuvo también a punto de lograrlo,
pero terminó apoyando ambos glúteos en la colchoneta por tardar demasiado en frenar.
Genjuro se descoordinó y agarró la barra con la mano en mitad de la caída, por
lo que frenó a mucha altura. Ririka se echó demasiado hacia atrás y cayó sobre
la colchoneta sin poder agarrar la barra. Mientras que los demás lo seguían
intentando, Izaya vio que, a pesar de la tremenda sensación de velocidad que
había sentido, podría decirse que lo había logrado, por lo que lo intentó otra
vez. Con fuerza, rectitud y decisión,
volvió a frenar en el momento justo. Todos se quedaron mirándola con
asombro. Al darse cuenta, sonrió con altivez y lo hizo una vez más, obteniendo
por tercera vez consecutiva un buen resultado.
Buen trabajo.-dijo la profesora-Algunos casi lo tenéis.
Otros estáis a medio camino. Algunos estáis al principio del camino. Sea cual
sea vuestra situación, no os preocupéis: estáis aquí para aprender. Bien, ahora
que ya sabéis cómo funciona esto, procedamos a estudiar con la dedicación que
se merece este movimiento conocido como descenso simple.
. . .
Una vez finalizada la clase, los alumnos empezaron a recoger
sus cosas.
Yo me he visto muerto la primera vez.-dijo Xing Yi-¡Qué
peligro tiene ese movimiento!
La verdad es que sí.-comentó Saito-Aunque, cuando le vas
cogiendo el truco, es hasta adictivo.
¿A vosotros también os ha gustado la sensación de velocidad
y de vértigo que se tiene?-preguntó Ayashi-Quiero dar más prácticas de esto, es
sencillamente genial.
Estarás contenta, ¿no, Izaya?-preguntó Xing Yi-Hoy te has
lucido.
Sí, estoy muy contenta.-respondió Izaya-Ha sido una muy
buena clase…y esperemos que no la última.
Sí…-dijo Ayashi-…mañana toca dar el paso. Lo haremos por la
mañana temprano, ¿verdad?
Así es.-dijo Saito-Entonces nos veremos los cinco en la
entrada del parque cercano a la comisaría, ¿no es así?
Sí.-dijo Xing Yi.
Vamos a las duchas y relajémonos lo máximo posible antes de
que pase lo que tenga que pasar…-dijo Izaya-…puede que estemos más cerca de
liberarnos de esta mierda de lo que pensemos.
Eso espero…-dijo Ririka.
Cuando terminaron de recoger, se dirigieron a la salida de
la sala para encaminarse a los vestuarios. Ayashi clavó su mirada en Izaya,
quien la notó inmediatamente, se giró hacia ella y se la sostuvo unos largos
segundos. Finalmente, hizo un leve gesto que parecía un asentimiento.
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