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WORLDS
COLLIDE †
Episodio III · TRAS LA ELEGANCIA
Un
gigantesco coche negro aparcó en la acera que más llena estaba de sitios de
dudosa calidad y legalidad. Sólo había otro automóvil aparcado en toda la
calle, lo cual era un indicador del potencial miedo que podía tener el
ciudadano promedio a posarse en aquellos territorios.
Se
abrieron ambas puertas delanteras del vehículo, bajando de él Freya y Yamiyuki.
Tras cerrar el vehículo con el mando, la chica señaló uno de los locales.
Tengo
entendido que muchas mafias van ahí a jugar.-explicó la chica-Un pasatiempo
entretenido el suyo…
¿Qué se
hace ahí?-preguntó el chico.
Peleas
clandestinas con apuestas.-informó Freya-Vamos…entremos para ver a quién nos
encontramos.
Ambos
se dirigieron a la entrada. Lo primero que vieron fue un hombre desplomado
frente a la puerta con una gumía clavada en la frente y saliéndole por la nuca.
Interesante,
cuanto menos.-observó Freya.
Libres
de un portero que intentara cobrarles, abrieron la puerta y entraron.
Como te
decía, aquí lo que buscamos es a cabrones con pintas que estén apost…-se
aventuró a decir Freya.
Se
calló cuando vio el panorama. Un hombre muerto y la gente aplaudiendo. No era
eso lo que la impresionaba…de hecho, le parecía cotidiano. Lo que llamó su
atención fue la persona que se alzaba victoriosa en el ring.
No
puede ser.-dijo Freya-Aquí, en nuestra tierra, no…como si no hubiera
suficientes países en esta mierda de mundo.
Desde
la altura del ring, los recién llegados no pudieron pasar desapercibidos.
¡JAJAJAJAJAJAJA!-rió.
¿De qué
te ríes, arpía?-preguntó Freya.
¡Qué
agradable coincidencia!-dijo Aquanika con su voz gutural de marcado
acento-¡Cuánto tiempo! La grandiosa Freya y el pequeño genio Yamiyuki Kuroi…
¿qué os trae por aquí?
Tú no,
desde luego.-respondió Freya desde el otro lado de la sala a la vez que el
público se callaba.
Pero,
¿qué poca cordialidad es ésa, amiga mía?-preguntó con sorna la mujer de cabello
rosa.
No
vayas de educada cuando eres una perra amargada como la que más.-le espetó
Freya-Y no hagas ver que somos amigas cuando quieres matarme casi una
diezmilbillonésima parte de lo que yo quiero matarte a ti.
El
público comenzó a armar jaleo y a intentar meter cizaña.
¡Callaos
la puta boca, escoria!-gritó Freya-Esto es entre ella y yo.
¿No
decías que no venías por mí?-preguntó mordazmente Aquanika.
Y así
sigue siendo…-contestó la otra joven-…pero sabes tan bien como yo que no vas a
dejarme hacer mi cometido tranquila. Quieres que me suba a esa mierda de tarima
que no limpian y te zurre, ¿verdad?
Me lees
la mente.-dijo Aquanika-Casi diría que tienes poderes psíquicos. ¡SÍ, SÚBETE
AQUÍ Y PELEA! ¡SE ADMITEN APUESTAS! PUEDES GANAR DINERO, COMO YO AHORA MISMO.
Sarcasmos
sobre lo que tenga o no tenga aparte.-dijo Freya crujiéndose los nudillos-Voy a
meterte en cintura, rata apestosa.
Antes
de acercarse al ring, se giró hacia Yamiyuki.
Aunque
estemos juntos en esto…-dijo Freya-…los dos sabemos muy bien que lo que se haya
de hacer aquí lo podríamos resolver cualquiera de nosotros por nuestra cuenta y
sin ayuda. Tenemos que estar preparados para cualquier daño colateral en una
misión, y más cuando actuamos por nuestra cuenta, nadie nos manda y somos
nuestros propios jefes. Yo la entretendré, tú haz lo que hemos venido a hacer.
De
acuerdo.-respondió el chico sin pensarse si quiera el hacer una pregunta.
Confiaban
el uno en el otro, o eso parecía. El chico se escabulló entre la multitud
mientras Freya aterrizaba en el ring con un vigoroso salto con volteretas,
piruetas y tirabuzones.
¡La
recién proclamada campeona Aquanika Vinokourov se enfrenta a la aspirante
Freya!-gritó el anunciador ante el micrófono.
¡Vaya!-Freya
fingió sorpresa-¡Saben mi nombre! ¡Qué halago!
Voy a
devolvértelas todas juntas.-dijo Aquanika poniéndose en guardia mientras
imaginaba con cara de placer la paliza que pensaba darle a su enemiga.
¿Tú y
cuántas más?-preguntó Freya apretando los puños y ejecutando una guardia.
Se
lanzaron la una a por la otra en un grito de guerra. Aquanika comenzó a lanzar
puñetazos vigorosos y veloces a la vez que Freya los esquivaba uno por uno con
serpenteantes movimientos.
¡Estás
retrasando lo inevitable!-le espetó Aquanika a Freya mientras seguía lanzando
puñetazos-¡Voy a agujerearte con éstos, puta jirafa mutante! ¡VACA!
¡Eh!-dijo
Freya-Yo no tengo culpa de que seas una enana ni de que tengas tetas de niña
pequeña.
¡Me
cago en tu vida!-le soltó Aquanika-¿Quién no va a ser una enana sin pechos ante
ti, jodido ente antinatural?
Envidiosa.-dijo
Freya esquivando un puñetazo.
Giró
sobre sí misma y lanzó una potente patada con el exterior del pie, lanzando a
Aquanika bien lejos. Ésta se levantó sin rechistar y se volvió a lanzar a por
Freya con una sarta de potentes y rítmicas patadas. Ágilmente, Freya las
bloqueó con sus antebrazos y, acto seguido, golpeó a su oponente en el esternón
con las palmas de ambas manos, volviendo a proyectarla contra el suelo.
¡Vamos!-gritó
Freya-¡Sabes hacerlo mucho mejor!
Aquanika
se levantó y lanzó un furioso puñetazo. Freya lo esquivó, le agarró el brazo y
le hizo una ágil luxación, obligándola a caer contra el suelo siguiendo el giro
para no quedar lesionada.
¡Quítate
esos putos guantes y usa tus manos con libertad, joder!-le espetó de nuevo la
chica de cabello azul-¡Deja de ponérmelo tan fácil o te mataré
estrepitosamente!
Automáticamente,
la chica de cabello rosa se quitó los guantes y los dejó en el suelo. Llevaba
las manos protegidas con vendas rosas de artes marciales. Se lanzó corriendo a
Freya, separó sus piernas, se encalló en el suelo y comenzó a lanzar
rapidísimos y rígidos embates de palma con ambos brazos.
Sumo,
interesante…-dijo Freya mientras serpenteaba estilosamente esquivando todos los
golpes-…pero inútil contra mí, como todo lo que quieras hacer.
Con la
rapidez del rayo, Freya agarró uno de los brazos de su oponente en el momento
que soltó un golpe, se lo cargó a la espalda, se irguió al máximo, se dobló
hacia delante y la estampó fuerte, rápida y sonoramente contra el suelo. El
golpe sonó como un pistón golpeando una placa.
¿En
Kazajstán sólo te enseñaban a recibir golpes?-preguntó Freya mientras se
disponía a someterle el brazo que le tenía agarrado.
Ya te
gustaría.-siseó Aquanika.
Agarró
a Freya de la tela de su top, tiró hacia abajo y la arrastró hasta el suelo con
ella, tras lo cual rodaron un cuarto de vuelta, quedando Aquanika encima de
Freya, apresándola con las piernas y teniendo las manos libres para golpearla.
¡Te
tengo!-exclamó la kazaja con una sonrisa sádica-¡Te haré papilla!
Comenzó
a lanzar brutales puñetazos sobre Freya con cada vez más fuerza y rapidez.
Mientras hacía por librarse, la chica de negro distinguió en el fondo a
Yamiyuki sometiendo a base de golpes a varios tipos que tenían aspecto de ser
los que buscaban. Satisfecha con el
trabajo de la noche, decidió que ya había llegado el momento de dejarse de preámbulos
y continuar con lo que habían ido a hacer allí.
Lo
siento.-dijo Freya parando en seco los puños de Aquanika agarrándola de ambas
muñecas-Esta noche no puedo jugar más.
Freya
lanzó hacia arriba a Aquanika levantando una pierna. Acto seguido, saltó, la
agarró y describió un arco en el aire tras cuyo final cayó en picado
verticalmente, estampando a su enemiga de cabeza contra el suelo y cayendo ella
de pie con una voltereta. Tras ello, la agarró del cuello y la levantó del
suelo. La miró a los ojos, y vio que los tenía de color aguamarina brillante.
Joder…-dijo
Freya con segundas.
Me
pones enferma.-dijo Aquanika mientras intentaba soltarse a patadas-Y, ¿qué coño
hace ahí un murciélago?
Mientras
bloqueaba las patadas de Aquanika con el brazo que tenía libre, Freya se echó a
reír.
¿Pretendes
que me trague ese truco?-preguntó-No me voy a dar la vuelta: no te voy a dejar
posibilidad de escape. Me temo que mañana te vas a despertar dolorida… ¡BUENAS
NOCHES!
La
chica de la melena azul hizo un vehemente movimiento circular y lanzó a
Aquanika por la única ventana que había. Antes del vidrio había una reja de
negros barrotes, pero el enorme cuerpo de la mujer rompió tanto la reja como el
vidrio, saliendo expelida fuera del local. Entre los restos de la destrozada
ventana, que saltaban por los aires, distinguió a un murciélago huyendo
despavorido. Al final, su asquerosa conocida llevaba razón.
Todos
empezaron a aplaudir. Freya bajó del ring de un salto y agarró al anunciador de
los testículos con fuerza.
¿Hemos
estado aquí?-preguntó.
No…-dijo
el anunciador con lágrimas en los ojos.
Mi
dinero.-dijo-No es que lo quiera, pero…ya que me lo he ganado…es mejor que
dejar que esa zorra se lo lleve.
Le
entregó un fajo enorme de billetes correspondiente a todas las apuestas del
público.
Suéltame…-dijo
el hombre-…por favor.
Freya
le soltó la entrepierna y lo miró con desdén. Apenas le llegaba a la cintura.
Sé que
me vas a vender.-le dijo-Que vas a decirle al primero que te pague, te amenace
o te ofrezca una trampa que he estado aquí, y más cuando sabes quién soy. Así
que…
¡No,
por favor!-gritó el hombre.
Le
golpeó en el cuello con el canto de la mano, arrancándole la cabeza. Tras ello,
agarró el micrófono que estaba usando.
Estimado
público.-dijo-Mejor olvidad esta noche.
Tiró el
micrófono al suelo y saltó hacía donde estaba Yamiyuki, que había montado su
propio gabinete de interrogatorios: tenía a todas sus presas atadas del cuello
en serie con una larguísima cadena que había ido enganchando a distintos puntos
de las paredes y el techo en las distintas heterogeneidades que había ido
encontrando, pendiendo el último extremo de su mano.
Hablad.-dijo
secamente.
Tiró de
la cadena, apretando fuertemente los cuellos de las decenas de hombres que
había allí. Freya llegó y se quedó tras él de brazos cruzados. Los hombres sólo
gemían lastimeramente.
He
dicho que habléis.-Yamiyuki seguía tensando la enorme cadena-¿A quién debéis
lealtad?
Kamiyama
nos pagó un pastón por controlar el cotarro en esta zona.-dijo el más
débil-También mandó a gente a por el MHC…
¿Kamiyama?-preguntó
Yamiyuki-¿Shiroi Kamiyama?
El
mismo…-dijo con ojos llorosos el mismo hombre-…ahora, por favor, suéltanos…
Yamiyuki
se giró hacia Freya.
Ese
bastardo hijo de puta está detrás de todo esto…-dijo con pesadumbre.
…lo cual
confirma nuestras sospechas iniciales.-dijo la chica-Como suponíamos, el crimen
organizado es lo de menos en todo esto. Algo gordo está empezando a moverse.
Será mejor que actuemos cuanto antes si no queremos que el caos vuelva a asolar
a nuestro país.
Tienes
razón…-dijo Yamiyuki-…aquí ya no parece haber más que hacer.
¿Una
pequeña cosa, tal vez?-Freya esbozó una media sonrisa.
Claro…-concedió
el chico.
Pegó un
fuerte tirón con la mano con la que asía la cadena, estrangulando letalmente a
todos los hombres trajeados que había atrapado con la cadena. Comenzaron a
vomitar sangre al unísono, tiñéndolo todo de rojo a la vez que chorreaba al
piso de abajo, donde estaban el ring y el conmocionado público.
¿Por
dónde empezamos?-preguntó Yamiyuki mientras recogía la cadena manchada de
sangre.
Por
saber qué trama ese capullo exactamente.-dijo Freya-Tocará colarse en sus
dominios o algo…
¿Sabes
lo que siento acerca de todo esto?-preguntó Yamiyuki con trascendencia.
Sorpréndeme.-dijo
la chica.
Que no
está solo.-dijo el chico-No sé por qué, pero me da que Shiroi está trabajando
con alguien.
¿Ese
loco?-preguntó Freya-Sería raro por su parte, pero…no me niego a pensarlo,
¿sabes? Viniendo de él, me espero cualquier cosa que le sirva para dar más por
culo. Tal vez se haya dado cuenta de que es un inútil y necesita un empujón…
Es un
inútil con poder.-dijo Yamiyuki-Espero que esta vez caiga a la altura que se
merece…
A mí
también me gustaría.-comentó Freya-Y, ya que está coaligado, espero encontrarme
con más caras conocidas que tengo ganas de patear…pero bueno…vámonos de aquí y
veamos qué podemos hacer.
El
chico asintió. Con el mismo porte impositivo y majestuoso con el que entraron,
salieron del antro, dando un portazo tras de ellos. Rayaba el alba.
Tendríamos
que retirarnos.-dijo Freya-Mañana trabajo en diez sitios y entreno en cinco…y
supongo que tú tendrás clase.
Sí,
tengo que ir a la universidad.-dijo Yamiyuki-Tengo que escuchar lo que sabía
desde muy pequeño para aparentar ser alguien normal.
Piensa
que estamos haciendo lo correcto.-dijo Freya-En fin, vámonos a casa, que
llevamos manchados de sangre desde esta tarde.
Buena
idea.-le respondió el chico-Seguiremos en contacto.
Se
despidieron con un gesto. Mientras Freya se dirigía hacia su coche, Yamiyuki
echó a andar, solitario. Escuchó el suave ronroneo del motor al arrancar: la
perfección del vehículo era tal que apenas hacía ruido. Conforme caminaba, se
acercaba al otro coche que había en aquella calle. Al pasar por su lado, vio a
dos personas, un chico y una chica, teniendo sexo dentro, pero no le dio
ninguna importancia ni se sorprendió: sólo quería llegar a casa, meterse en la
ducha, ponerse ropa limpia, estudiar y recibir el nuevo día con optimismo.
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