†
WORLDS
COLLIDE †
Episodio XXI · EL BRAZO A TORCER
Al día
siguiente, cuando aún eran horas dolorosas e inhumanas para interrumpir el
dulce abrazo de Morfeo y lidiar contra el frío y duro mundo real, Freya y
Yamiyuki ya estaban despiertos, habían hecho varias cosas productivas y se
hallaban reunidos, tomando un abundante y lujoso desayuno.
¿Y
bien?-preguntó Yamiyuki-¿Has localizado a Aquanika?
Sé
dónde va a estar hoy.-dijo Freya-Podremos ir a hablar con ella antes de que
salga a trabajar, es decir, ya mismo, o cuando vuelva, esto es, pasada la
medianoche.
Cuanto
antes, mejor, ¿no es así?-propuso Yamiyuki.
Exacto.-dijo
Freya-Por eso traigo esto conmigo.
Señaló
un carro metálico en el que había una enorme y pesada caja de color negro.
¿Qué
es?-preguntó Yamiyuki-Bueno, supongo que será…
Todo
pescador usa un cebo.-dijo Freya.
Exacto,
justo lo que pensaba…-Yamiyuki se apartó la melena de su hombro derecho.
Está un
poco lejos de aquí.-dijo Freya-No sé qué coño hace en unas ruinas de un templo
antiquísimo que ni siquiera es de nuestra cultura. Supongo que le recordará a
su tierra…
¿No
será una de esas ruinas falsas que se construyen para llenarse los bolsillos
con el turismo?-preguntó Yamiyuki.
Todo
puede ser.-dijo Freya-Aunque lo único que me interesa es que con el GPS de mi
coche puedo conducir apuntando a su opulento culo.
Entonces…-concluyó
Yamiyuki-…nos espera un rato muy movidito, ¿no?
Mucho.-dijo
Freya-Vamos a terminarnos el desayuno…hoy nos va a hacer falta.
Sin
mediar más palabra, echaron mano de sus cubiertos y comenzaron a comer de la
deliciosa macedonia que había en el centro de la mesa entre otras cosas.
. . .
No
tardaron en subirse al coche y salir de la ciudad. Aún no había amanecido del
todo, pero tenían que hacerlo obligatoriamente a esa hora si no querían que
Aquanika desapareciese para hacer su dudosamente legal trabajo diario. Conforme
se alejaban de la civilización, la carretera se hacía más serpenteante. El
tenuemente iluminado cielo se veía paulatinamente cubierto de nubes negras. Sin
saber exactamente el porqué, se sentían en la dirección correcta, como si aquel
panorama, que, además, estaba cada vez menos poblado de vegetación, les
indicara que se estaban acercando hacia su objetivo. Divisaron los restos de un
edificio derruido. Arcos, columnas y cornisas medio destruidas eran los únicos
elementos que quedaban en pie.
Decidieron
aparcar detrás de un ennegrecido y altísimo árbol sin hojas para que no se
divisara el coche desde las ruinas. Comenzaron a acercarse a pie al lugar.
Tengo
que pensármelo varias veces para creérmelo.-dijo Freya-Voy a decirle a Aquanika
Vinokourov que si me echa una mano.
Fue
idea tuya.-dijo Yamiyuki.
Lo
sé.-dijo Freya-Y orgullosa estoy de ello. No obstante, sigue siendo un juego de
riesgo. Me encantan las emociones fuertes.
Y a mí
también.-respondió el chico-Estoy deseando ver la cara de Aquanika.
El
viento apenas soplaba. Sólo se escuchaban los suaves pasos de la pareja y el
soniquete de las ruedas del carro que portaba Freya. Cuanto más se acercaban,
con mayor nitidez veían una figura en el centro del lugar. El tamaño y el color
de su melena le pusieron nombre y apellidos: era ella.
Cuando
por fin estuvieron entre las ruinas, la encontraron de espaldas, hablando con
un teléfono móvil cuya cobertura veían inexplicable. Se detuvieron.
¡Hombre,
vieja zorra!-exclamó Aquanika con aparente jovialidad-¿Cómo te trata la vida?
Aquanika
no parecía haberse dado cuenta de que tenía visita.
Ya, ya,
ya, sí, eres joven, sí, vieja zorra.-respondió Aquanika-¿Que por qué te llamo?
Verás…sé que te quedaste con las ganas de revivir los viejos tiempos cuando
pasó todo eso. ¿Por qué no te das una vuelta por lo que tengo montado? Igual
puedes revivir tus años mozos…
Seguía
hablando animadamente.
No me
llames puta, por favor.-dijo Aquanika-No me obligues a volar hasta allí para
patearte el culo. Ya, claro…sí, lo que tú digas. ¿Te espero?
La
conversación no parecía tener un pronto final.
Bueno,
como quieras, ya lo hablamos con más calma luego.-concluyó la kazaja-Tengo que
irme a trabajar y, antes de eso, tengo que patear dos bonitos y musculosos
traseros. ¿Que los descuartice en una videollamada? Puta psicópata, ¿a quién me
recuerdas? ¡JAJAJA! Bueno, te dejo…el tajo es el tajo.
Aquanika
apagó el dispositivo, se lo guardó en un bolsillo y se giró, mirando con sorna
a Freya y a Yamiyuki. Pudieron verla con claridad: llevaba una blusa negra con
un generosísimo escote y mangas de campana, unos guantes rosas con correas
negras y nudillos plateados, una minifalda de color rosa pálido con correajes
negros, medias negras ajustadas y botas altas de tacón. Tenía puestas unas
gafas ovaladas de montura blanca azulada.
¡Buenos
y suicidas días!-los saludó-¿Tan cansados estáis de vivir que habéis venido
directamente a mi humilde morada a que os dé fin?
Te
equivocas, máquina de ladridos.-respondió Freya.
Un
chasquido de dedos.-respondió Aquanika-Un pisotón. Un paso en falso. Lo que
sea. Un ínfimo movimiento, tanto por mi parte como por la vuestra…y miles de
instrumentos de joder a la peña se estamparán contra vuestros cuerpos, que
sucumbirán por duros que sean.
Haz el
favor de hacer honor a tu elevadísimo coeficiente intelectual por una puta vez
en tu puta vida y escúchame.-dijo Freya-Vengo a decirte algo razonable.
Te voy
a dejar que lo digas por ser tú.-respondió Aquanika-Tendría que sentir honor
por recibir la visita de la gran Freya. ¿Qué quiere la jirafa?
Sé que
te sientes ofendida y ridícula teniendo que decirme eso teniendo dos metros de
estatura.-respondió Freya con una simpática sonrisa-Bueno, Aquanika…te lo voy a
decir alto, claro y una única vez. Eres una asesina de las que ya no quedan,
una mercenaria inigualable. Quiero tus servicios. Así es, vengo en calidad de
clienta. Voy a contratarte.
Se hizo
el silencio.
¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!-Aquanika
estalló en carcajadas a la vez que se produjo un trueno.
¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!-se
rió Freya a la vez-¡YA LO HAS OÍDO!
Tu
humor es tan negro como tus pintas.-dijo Aquanika-Si me disculpas y, si no,
también, procedo a matarte con…
No es
ninguna puta broma.-dijo Freya-Quiero contratarte. Te pagaré lo que sea
necesario. Firmaremos un contrato legal. He traído el papeleo y bolígrafos.
Pero,
¿tú eres subnormal o qué?-preguntó Aquanika-Jamás seré la perra de otra perra.
Freya
tiró del carro y lo puso frente a ella. Con una patada, lanzó la caja negra
volando hasta los pies de Aquanika.
La
combinación son cuatro ceros.-respondió Freya.
No voy
a tocar esa trampa.-dijo Aquanika.
La
chica se esfumó. Acto seguido, una púa metálica sobrevoló la estancia cortando
el aire, se clavó en la caja e hizo que la tapa saltase por los aires. De la
caja comenzaron a brotar fajos y fajos de billetes que estaban metidos a
presión.
¡Vaya!-exclamó
Aquanika apareciendo de nuevo en el mismo sitio en el que había desaparecido.
Tómatelo
como un incentivo para aceptar el contrato.-dijo Freya-No es nada comparado con
tu sueldo.
¿No te
voy a salir un poco cara?-se regodeó Aquanika.
No
mucho más que la ropa interior que llevo ahora mismo.-respondió Freya con
desprecio-¿Aceptas o aceptas?
Aunque
somos enemigas, me conoces lo suficiente como para saber que el dinero me pone
burra…-dijo Aquanika-…has conseguido llamarme la atención, sí, me has…activado.
¿Dónde
te has comprado esas lentillas?-preguntó Freya al ver que los ojos de Aquanika
habían cambiado de negro a marrón claro.
Nunca
lo sabrás.-respondió Aquanika-Como iba diciendo…vamos a hacer una cosa. Tú y
yo, aquí y ahora. Una pelea entre guerreras con todas las de la ley. Si ganas,
firmo el contrato…pero, si pierdes, cosa probable en terreno minado por una
servidora, tú y tu amiguito seréis ajusticiados. ¿Te atreves o te vas
corriendo? El dinero del suelo, por supuesto, me lo quedo.
¿Cómo
no nos vamos a atrever?-preguntó Yamiyuki cruzándose de brazos-Venga, Freya,
haz que esto sea digno de grabar.
Será un
placer.-dijo mientras se acercaba a Aquanika con los puños apretados.
Bien,
Freya, bien, no me has decepcionado. Eres valiente.-dijo Aquanika mientras
alzaba un puño-¡Los cementerios están llenos de valientes!
Y la
mierda está compuesta por cobardes.-dictaminó Freya haciendo un tajante gesto
con una mano.
Sopló
una leve y momentánea brisa que hizo que la vaporosa vestidura de Freya
ondease. Llevaba un top negro con el cuello en forma de flor y que únicamente
le cubría los pechos, una falda de tablas del mismo color con cruces doradas y
plateadas alternando en cada tabla, guantes largos de rejilla, botas negras de
tacón con espirales de cadenas metálicas y un cinto a la altura de la cadera
con un lazo en forma de flor por la espalda del que colgaban dos tiras de tela
con vuelo.
Veamos
cuánto duras.-dijo Aquanika-¡YIAAAAAAAAAAAAAH!
Aquanika
desapareció del panorama. Segundos después, apareció peligrosamente cerca de
Freya, dispuesta a golpearla en la cara con un rodillazo aéreo, pero fue
bloqueado por las manos de su contrincante, quien, acto seguido, le agarró la
pierna y, girando sobre sí misma, intentó hacerle una llave. La chica de
cabello rosa se las ingenió para zafarse y, aún sin tocar el suelo, lanzó una
patada voladora a modo de contraataque y alejamiento. Freya se apartó con una
voltereta hacia atrás y, tras estabilizarse, corrió hacia su contendiente con
el puño en alto. A medio camino, la vio desaparecer de nuevo, por lo que se dio
la vuelta y lanzó un puñetazo que rozó a la otra chica, que acababa de aparecer
en el lugar marcado por el puño pero había sido lo bastante ágil como para
esquivarlo en el último segundo.
¿Y si
nos zurramos y dejamos de jugar al gato y al ratón?-preguntó Freya.
Me
parece bien.-respondió Aquanika.
La
mujer kazaja sacudió sus brazos. De sus mangas salieron sendas cadenas que
llevaban sendas hachuelas atadas en los extremos.
A ver
cómo te defiendes con esto…-dijo la asesina con una sonrisa.
Comenzó
a lanzar latigazos. Las cadenas oscilaban ante los rítmicos y vehementes
braceos de Aquanika, y las hachuelas danzaban en los extremos peligrosamente.
Freya esquivó varios cortes que podrían haber sido fatales y, acto seguido,
concentró energía en una mano. Juntó las dos manos y expulsó un proyectil
azulado de energía espiritual que Aquanika destrozó con un golpe de hachuela,
agarrando dicho objeto con la mano tras ello.
Bonito
truco.-dijo Aquanika con sorna-Pero no lo suficiente. ¡Mira y aprende!
Aquanika
saltó y, en el aire, dejó caer sus cadenas para agarrarlas en el extremo más
alejado para así poder aprovechar su longitud al máximo. Comenzó a girar sobre
sí misma a gran velocidad, logrando que las cadenas se tensaran y describieran
un aro cortante con las hachuelas a su alrededor.
¡Extreme
Flowering Gale!-gritó Aquanika mientras descendía hacia su contendiente con un
peligroso brillo rosa en los filos de sus armas.
Freya
comenzó a alejarse encadenando volteretas mortales hacia atrás, esperando a que
la otra mujer se cansara de girar. Al ver que no era así, decidió cambiar de
estrategia, se dobló hacia atrás, separó las piernas y se deslizó hacia el
cuerpo de la chica, pasando por debajo de su peligrosísimo y vertiginoso aro de
cadenas. Conforme se acercaba, arrastrándose, escuchaba leves y precisos
sonidos metálicos procedentes del cuerpo de su enemiga. No se paró a pensarlo,
sino que apoyó la espalda en el suelo y le dio una patada en lo que podría ser
su estómago, logrando interrumpir el giro y proyectándola por los aires.
¡Bien,
justo como esperaba!-exclamó Aquanika-¡Cross Ripper Slasher!
En el
aire, Aquanika giró sobre sí misma en sentido contrario al anterior, dejando
salir de su ropa, con unas pocas vueltas, montones de cuchillas curvadas que
llovieron girando sobre sí mismas contra Freya, quien se levantó y corrió a
toda velocidad. Al ver cómo las armas reducían a polvo un trozo de columna,
decidió quedarse quieta y hacer una pantalla mágica con sus manos para
protegerse. Al cesar el arrecio, finalizó su hechizo, dejando que todas las
cuchillas cayeran al suelo, produciendo un molesto tintineo. Sólo habían pasado
unos segundos, y Aquanika seguía descendiendo hacia el suelo tras el impulso de
la patada. Comenzó a agitar los brazos, sacando armas de debajo de su ropa. De
nuevo, Freya se vio obligada a esquivar una jabalina que se había clavado
hondamente en el suelo, seguida de otra, otra más, y otra…y tras ellas fueron
hachas de doble filo de gran tamaño, que no paraban de clavarse y minar la
estancia.
¡Es
gracioso que tu poder no sirva de nada si no tienes tiempo para usarlo!-exclamó
Aquanika mientras lanzaba armas.
¡Es
gracioso que una ingeniera física no sepa que la gravedad la va a devolver a su
sitio!-exclamó Freya imitándola.
Aquanika
cayó de pie en el suelo, momento que Freya aprovechó para aparecer detrás de
ella en una espiral de pétalos de rosa. En esta posición, la agarró de debajo
de los brazos, separándoselos fuertemente y le propinó un fuerte rodillazo en
medio de la espalda. Tras ello, la dejó caer, desestabilizada, y le asestó una
patada giratoria en la cabeza que la lanzó a rodar por el suelo.
Eres un
poco notable en combate, pero no te confíes.-dijo Aquanika enseñando un manojo
de shuriken que se había sacado, literalmente, de la manga-¡Ahí va un regalito!
¡Ninpo Breeze!
Dando
vueltas, Aquanika lanzó con enérgicos braceos una gran cantidad de estrellas
shuriken, cuchillos kunai, agujas senbon y cuchillas kama que se dirigieron
amenazadoramente hacia Freya.
Lo
patético de todos tus devastadores trucos es que se pueden burlar de la misma
manera.-dijo Freya-¡Dragón de Viento!
Freya
hizo una elegante kata marcial y liberó un aura verdosa a su alrededor. Un
agitado viento en forma de dragón verde jade giró sobre ella, desvió todas las
armas y, acto seguido, se dirigió a chorro hacia Aquanika, surcando el cielo.
La asesina se apartó y vio cómo el ataque impactaba en el suelo y producía un
cráter.
Ya has
enseñado demasiado por hoy.-continuó Freya-Es hora de que te despidas. ¡Técnica
especial del Combate Floral! ¡Ventisca de Pétalos de Cerezo!
Freya
comenzó a girar sobre sí misma, liberando un fiero vendaval cargado de rosados
y hermosos pétalos de cerezo. El ataque arreció contra Aquanika, haciéndola
volar por los aires.
¡Ugh!-exclamó
Aquanika.
La
joven kazaja comenzó a descender en picado. Observó que Freya había aparecido
justo debajo de ella y tenía una pierna levantada y doblada: iba a patearla si
no hacía algo.
¡Haaaah!-chilló
Aquanika.
De su
pronunciado escote salieron dos objetos metálicos alargados. Los asió con sus
manos y los agitó, abriéndolos y mostrando que eran dos abanicos metálicos
cortantes. Giró sobre sí misma mientras caía, obligando a apartarse a Freya. En
esta posición, una vez se halló de pie, comenzó a danzar elegantemente con los
abanicos, desarrollando una combinación de cortes que obligó a su contendiente
a esquivarla sin descanso. Tras varios segundos girando e intentando acercarse
a Freya, Aquanika lanzó una vehemente patada que golpeó en el esternón a Freya
y le dio un instante de ventaja que aprovechó para lanzar un fuerte corte con
el abanico, haciéndole un sangrante corte a la altura de las costillas.
Eres
una zorra…-dijo Freya mientras se llevaba la mano a la herida-…una zorra mala…y
a las zorras malas… ¡se les imponen castigos acordes!
Freya
saltó con fuerza y se abrió de piernas en el aire, levantando ambas
extremidades a la vez y saltándole los abanicos a su contendiente. Acto
seguido, cerró sus piernas sobre el cuello de Aquanika, giró hacia abajo hasta
apoyar las manos en el suelo y arrastró a la asesina hasta golpearla contra el
suelo. Desde esta posición saltó y sobrevoló a su oponente hecha un ovillo
hasta caer sobre ella con ambas rodillas.
Yo
gano.-informó Freya mientras cargaba energía en una mano y sujetaba a Aquanika
por el cuello con la otra-Como siempre.
No tan
rápido.-susurró Aquanika.
La
joven se volvió a esfumar, haciendo que el impacto energético de Freya
agujereara el suelo limpiamente. Freya miró hacia arriba y también desapareció.
Yamiyuki pudo observar pequeños golpes y perturbaciones en el aire que sonaban
como aceros chocando. Las dos chicas estaban saltando a gran velocidad y
golpeándose, como si fueran dos aves de presa. Su agilidad y ligereza era tal
que no se las veía. Se movían como auténticas guerreras ninja legendarias.
Finalmente, se escuchó un gemido. Una gota de sangre cayó al suelo. Freya
descansaba arrodillada en el suelo, jadeando, con un cuchillo tantô en una mano
y una lanza naginata en la otra, mientras que Aquanika caía con dificultad,
herida, con tres katana en una mano y un revólver en la otra.
Has
sido una oponente muy rebelde, he de admitirlo.-dijo Freya-Pero es hora de
acabar con esto. Tenemos más cosas que hacer en el día de hoy.
Freya
dejó caer las armas y saltó, girando sobre sí misma con las palmas de las manos
por delante, como si fuera una bala giratoria decidida a atropellar a Aquanika,
quien, al ver lo que sucedía, también soltó sus armas y se puso en guardia.
Ejecutó un tajante bloqueo que le permitió agarrar las muñecas de Freya,
cruzarle los brazos y castigarla con varias patadas rápidas en el cuello.
Pateas
como un enano de jardín.-le espetó Freya.
A ver
si esta patada te gusta más que las otras.-dijo Aquanika.
De la
puntera de la bota de Aquanika salió una punzante y larga cuchilla. Freya se
apartó arqueando la espalda y, acto seguido, se dio una voltereta para romper
el agarre y patear el mentón de su contendiente. Tras volver a pisar el suelo,
vio que su contendiente se acercaba hacia ella corriendo y ladeándose
violentamente, con un bamboleo que la hacía parecer borracha.
¡Vinokourov
Roll!-exclamó.
Acompañó
su profundo bamboleo con puñetazos en arco, cada vez más rápidos. Cada vez
describía arcos más pequeños y golpeaba más rápido y más alto, poniéndose cada
vez más erguida, hasta el punto de estar completamente recta con las piernas
separadas describiendo pequeñísimos ángulos que hacían parecer que su cuerpo
vibrara mientras sus puños, envueltos en un aura rosada, golpeaban a Freya
incesantemente. Finalizó la combinación con un gancho alto que hizo volar a la
otra chica, tras lo cual la cazó con otro ataque.
¡Vinokourov
Special!-gritó Aquanika de nuevo.
Una
sarta de patadas rápidas interceptó a Freya. Acto seguido, giró y lanzó varias
patadas cruzadas a la misma velocidad. Pivotó varias veces alternando patadas giratorias
con ambas piernas y terminó dándose una brutal voltereta, golpeando a la chica
con sus dos pies, que estaban cargados de un aura rosa.
¡Qigong
Fist!-chilló Aquanika, dispuesta a terminar el combate.
Lanzó
sus puños envueltos en un aura de color rosa que se convirtió en una gigantesca
esfera. Freya se fijó en que los ojos de su contendiente tenían un dejo de
color aguamarina. No obstante, se vio en un apuro y decidió destruir la bola
energética de su contendiente con un puñetazo. Ambas estaban cansadas y
heridas.
No he
invertido mi precioso dinero para nada.-dijo Freya-Hoy caes, Aquanika, te guste
o no.
Las
piernas de Freya se cargaron con energía oscura.
¡Arco
Danzante Nocturno!-gritó.
Comenzó
a ejecutar una elegante y grácil danza de patadas al aire. Cada patada liberaba
un fino, radiante y peligroso arco cortante que volaba velozmente hacia
Aquanika, quien se vio arrollada por tan potente ataque. Los arcos comenzaron a
cortar su ropa en pedazos, a hacerle sangrantes cortes y a provocar que sus armas
ocultas se cayeran al suelo en masa. Cayó de rodillas, ensangrentada y
enfurecida. Freya estaba ante su rostro, elegantemente erguida con una pierna
levantada y los puños apretados, indicando que lanzaría una patada altamente
destructiva si seguía resistiéndose. Entonces pensó que tenía el lugar lleno de
trampas para ocasiones como aquélla. Decidió jugársela a la chica de cabello
azul, pero vio que algo no iba bien…
¿Buscas
esto?-preguntó Freya poniendo ante sus ojos un interruptor de mano-No pensarías
que te iba a dejar usar tretas en un combate entre guerreras, ¿verdad?
Mierda…-dijo
Aquanika.
¿Firmarás
el contrato?-preguntó Freya.
¡Púdrete!-exclamó
Aquanika.
Por
aparente arte de magia, Aquanika sacó dos enormes cañones gatling modificados y
comenzó a disparar contra Freya, quien tendió un muro mágico que bloqueó todas
las balas hasta que las armas quedaron vacías. Mientras la asesina recargaba,
Freya apareció ante sus ojos y la embistió con una brutal patada giratoria
aérea en el cuello, produciendo un desagradable crujido. La asesina sintió cómo
su dolorido y palpitante cuello era agarrado por la firme y enguantada mano de
Freya.
¿FIRMARÁS
EL CONTRATO?-preguntó Freya.
No
hay…-dijo Aquanika-…remedio. Firmaré. La palabra de una guerrera ha de
mantenerse…
Quedas
contratada.-Freya sonrió sin soltarla-Bienvenida a bordo.
Yamiyuki
sonrió.
La
primera reunión tendrá lugar mañana.-dijo Freya-En la cafetería del hospital
privado de la zona sur. A las cuatro de la tarde. No falles. Decidiremos tus
condiciones de trabajo y conocerás todo lo necesario al respecto. No te
necesitamos para una pelea, sino para mucho más. No te preocupes, todo quedará
reflejado en tu sueldo.
Le
guiñó un ojo.
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