TAIMANIN
YAMIYUKI
Episodio 40: Implacable
La sargento Layla Phoenix acababa
de aterrizar en medio del combate.
¡Por fin nos vemos las
caras!-exclamó con tono amenazador.
¿Eres la responsable de todo
esto?-preguntó Kuroageha desafiante.
¿A ti qué te parece?-le espetó la
militar.
¡Señora!-apeló James-¡Cubriremos
sus acciones desde la retaguardia!
De eso nada.-respondió la
sargento-¡Vosotros os largáis!
¡Eso sí que no!-terció
Shiena-¡Ahora que por fin os hemos encontrado, vamos a vapulearos!
¿Quién te crees que eres,
mocoso?-preguntó Layla con desdén-¡Soldados! ¡Os permito un ataque más antes de
despediros!
¡Ya lo habéis oído,
equipo!-exclamó James-¡Arreciemos sobre los Taimanin y cumplamos las órdenes de
la sargento!
Los androides y demás máquinas de
combate que rodeaban la plaza hacían difícil cualquier maniobra evasiva.
Nuestra orientación diplomática
está muy clara, soldados.-dijo James-Estamos en el bando de la justicia, ¡el
bando ganador! Nuestro contacto, la experta Belladonna Rubidium, doctora en
Ciencias Políticas, avala nuestra causa. ¡Honrémosla en esta batalla!
Shirubei estalló en carcajadas.
¿Doctora en Ciencias
Políticas?-preguntó-¿Y os lo creéis? Pero, ¿en qué cabeza cabe? ¿Qué va a saber
de política un agente perturbador del orden público?
¡Basta de muestras de
insolencia!-terció Grant-¡Miller, bárrelos!
¡Sí, Steeler, así lo
haré!-exclamó Christian mientras preparaba sus yo-yos-E.M.Y.Y.!
De las hendiduras de ambos yo-yos
afloraron unos dientes de sierra radial que iban cargados de una luz verde que
les daba propiedades eléctricas muy poderosas. Ambos objetos redondos se
precipitaron hacia los Taimanin. En ese instante, Aoi decidió tomar la
iniciativa.
Ninpô – Raiton no Jutsu! –exclamó.
(¡Arte ninja de la electricidad!)
Con su manipulación eléctrica,
desvió los yo-yos de Christian y los hizo volar hacia los soldados. Si sus
cálculos eran correctos, no sólo lograría desperdigarlos por el campo de
batalla, sino que, además, la onda expansiva podría apagar para siempre algunas
de las máquinas de combate.
¡Maldita sea!-bramó Christian.
¡Miller!-gritó Grant-¡Apaga eso
antes de que nos golpee o juro ante Dios que te arrepentirás hasta de haber
nacido!
Lo intento, pero…-dijo Christian-…
¡no responde!
El ingeniero de campo militar
trataba de apagar su equipo eléctrico, pero había algún tipo de impulso que
impedía su desactivación. Ese impulso tenía nombre y apellido: Aoi Makihara. El
joven Taimanin de cabello azul eléctrico miró con una sonrisa de satisfacción
el panorama.
¡Mierda!-gritó la sargento-¿Es
que no se os puede dejar ni un margen de libertad? ¡Maldita la hora en la que
me asignaron a unos CRÍOS!
¡MILLER, APAGA ESO!-insistió
Grant-¡AHORA!
¡QUE NO PUEDE, JODER!-terció
James-¡APARTAOS ANTES DE QUE LOS YO-YOS NOS CONSUMAN Y DEJAD DE CHILLAR!
Los yo-yos de Christian
impactaron en el centro de la formación. Los seis militares saltaron en
direcciones distintas, pero la onda eléctrica resultante los empujó y les causó
daños más que considerables.
¡Pagarás esta falta de respeto,
templanza y disciplina, Silver!-lo amenazó Grant-¡Aunque seas nuestro líder, la
disciplina se imparte a todos por igual!
¡Abre los ojos, Grant!-le pidió
James-¡Graduarnos como soldados no nos ha convertido en personas radicalmente
distintas! ¡Antes no eras así! ¡Eras mi mejor amigo!
¡Soldado Steeler para ti!-exclamó
el chico de gafas apuntando a su líder con el bastón-¡No me hagas repetírtelo!
¡Soy el impositor disciplinario de esta avanzadilla! ¡Mi palabra es la ley y
autoridad!
¡Y yo soy vuestro líder!-gritó
James-Y, como tal, te digo que no llevas razón por muy prácticas que sean tus
intenciones. Además, aunque Christian la haya jodido con sus yo-yos, no ha sido
culpa suya: ¡ese Taimanin lo ha manipulado!
Divide y vencerás.-pensó Aoi-Sólo
queda ver esto comiendo unas palomitas…
Basta.-susurró Layla.
¿Disculpe, señora?-se atrevió a
preguntar Leon.
¡BASTA!-chilló la mujer-¡Sois
unos niñatos sin experiencia! ¡Una vergüenza para las notas que habéis sacado!
¡Quedáis retirados de este combate! ¡Largaos, damiselas!
Pero, señora…-intentó decir
James.
¡QUE OS VAYÁIS A LA MIERDA!-gritó
Layla-¡Soldado James Silver, coge ese coche y llévate a tu patrulla de aquí!
Entre que han secuestrado a Elizabeth y que vosotros no sabéis hacer nada bien…
¡menuda basura de día!
¿Qué coche?-se sorprendió James-Y,
¿cómo es que han…
Yo no diría que “secuestrar” es el verbo correcto…-pensó Émile.
Éste.-dijo Layla chasqueando los
dedos.
Del avión del que se había tirado
comenzó a bajar un 4x4 con un mecanismo de suspensión para el aterrizaje.
Pagarás por esto, Aoi
Makihara.-dijo James en un tono amenazador antes de dar la orden a sus
compañeros para que se montaran en el coche.
Cuando todos estuvieron subidos
en el vehículo, James comenzó a conducir, abandonando Amidahara a toda prisa.
Layla volvió a chasquear los dedos. Las máquinas se lanzaron en tropel sobre
los Taimanin.
Ninpô – Ototon no Jutsu! Ikusa no
Uta!-exclamó Kuroageha.
(¡Arte ninja del sonido! ¡Canción de Guerra!)
La líder del equipo más pequeño
tocó una melodía con su flauta. Aquella música poseía poderes sobrenaturales
que aumentaban las capacidades de combate de sus aliados.
Aprovechando la melodía de
Kuroageha, Aoi comenzó a lanzar rayos. Lo siguió Hagane creando potentes
corrientes de viento. Tras él, Rito y Shirubei se unieron al despliegue con
estacas de roca y de hielo respectivamente. Los siguió Yamiyuki liberando unas
enormes llamaradas. Tras esto, Seika, Veena e Inuhito se sumaron al asedio: las
dos chicas produjeron lluvias de metales fundidos y de tinta negra
respectivamente, mientras que Inuhito bailaba en medio de la tempestad de
ataques cortando a todos los enemigos que podía con su cuerpo.
¡No te quedes ahí, Shiena!-exclamó
Kuroageha-¡Únete al resto!
El primo menor de los Sonozaki
asintió y desplegó su urumi, fustigando a varios enemigos a la vez y haciendo
mella en sus armazones. Aquel encarnizado forcejeo estuvo reñido: las máquinas
tenían puños fuertes, garras y cañones. Entre golpes y disparos, los Taimanin
acabaron bastante malogrados.
¡Estas máquinas no se acaban
nunca!-se quejó Shiena mientras esquivaba disparos y contraatacaba dando
patadas con los armazones cortantes que llevaba en los pies-¡Y esa mujer ni siquiera
ha lanzado un puñetazo!
Layla se sonrió. Quería sembrar
la desesperación en sus enemigos. Mientras observaba el combate, se sorprendió
con la forma en la que uno de sus robots era despedazado por un chorro de agua
a presión: aquel chico con cuatro garras se le antojaba interesante.
Está mirando mucho a Shirubei…-pensó Yamiyuki-…será mejor que se pongan todos a salvo.
Nodachi en mano, Yamiyuki
atravesó a un robot que amenazaba con atacar a su amigo por el flanco derecho.
No para de observarte.-le
susurró-Ten cuidado, por favor…
Descuida.-respondió Shirubei en
un susurro casi imperceptible.
El que parece un travesti tampoco lo hace nada mal…-pensó Layla
mientras observaba a Hagane-…aunque el
musculitos es sin duda un hacha. El chico de las pecas parece poca cosa con lo
mínimamente que se hace oír, pero tampoco hay que tomárselo a broma. El albino
me recuerda un poco a nuestro verdugo y, sin duda, el líder está a la altura de
lo que decían…
Un disparo alcanzó a Rito en el
costado izquierdo.
¡Hermano!-exclamó Seika.
¡HAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!-gritó
Veena con rabia.
Lanzó al aire un golpe con su
cimitarra. Ésta se escindió en varios fragmentos unidos por una cuerda elástica
en su interior: aquella cimitarra era una espada serpiente que llegó hasta el
robot que había disparado, cortando sus cables por la mitad y paralizándolo.
Seika agarró a Rito por los hombros mientras se regeneraba, mientras que Shiena
se interpuso entre Veena y un robot espadachín.
¡No dejaré que nadie la
toque!-exclamó Shiena-¡Deja a Veena en paz, amasijo de hierro!
El joven propinó dos arañazos al
robot: sus dedales punzantes rasgaron la coraza del mismo, permitiéndole
penetrarla de una patada.
¡No tocaréis a la mujer a la que amo!-pensó Shiena-¡Jamás!
Cuando Rito se hubo recuperado de
la herida de bala y ya se encontraba como si nada hubiera sucedido, se acordó
de una conversación que tuvo con su hermana.
.
. .
Ninpô – Fushikakuzei, el
despertar del inmortal.-dijo Seika-El poder que heredamos de los Yatsu y
compartimos con ellos.
Los dos hermanos se encontraban
en un aula vacía del instituto. Debatían sobre la naturaleza de su poder y su abanico
de aplicaciones.
¿Y si la regeneración es
energética?-Seika lanzó la cuestión al aire-A lo que me refiero es al hecho de
que, tal vez, nuestra capacidad regenerativa se deba a un tipo de energía
especial que emite nuestro cuerpo y que es capaz de atraer las partes de
nuestro cuerpo que se desprenden hasta juntarlas como si no hubieran sido
agredidas…
Suena plausible.-dijo Rito-Pero,
¿por qué estás de repente tan interesada en ese tema?
Porque…-respondió Seika-…la
energía no entiende de formas corpóreas…la energía sólo fluye.
Creo que te entiendo, pero, ¿a
qué te refieres exactamente?-preguntó el hermano.
He estado investigando y
experimentando al respecto…-susurró Seika.
La chica apretó los puños,
respiró hondo y abrió las manos como si dejara escapar a un pájaro. De sus
palmas comenzó a brotar una luz verde muy intensa.
.
. .
Deseando que acabara aquella
pelea tan injusta por números, Rito apretó los puños y tomó aire.
Ninpô – Fushikakuzei! . . .-exclamó.
(¡Arte ninja! ¡Despertar del inmortal!)
De sus puños comenzó a brotar luz
verde en grandes cantidades. Recordó todo lo que habló con su hermana y, tras
ello, las imágenes de sus padres se dibujaron en su mente, dándole una fuerza
que nadie pensaría que tenía.
No puede ser…-pensó Seika-…
¿¡va a hacerlo!?
¡Apartaos!-exclamó Seika-¡Dejad
espacio a Rito!
. . . Inochi no
Hikari!!!!!!!!!!!!!!!!!!-exclamó Rito.
(¡¡¡¡Luz de Vida!!!!)
Rito juntó las manos y dejó salir
de ellas un inmenso chorro verde de energía. Aquel impacto lleno de poder
redujo a cenizas a los robots a los que atropelló. Pivotando sobre una pierna,
el hercúleo Taimanin redirigió el chorro, describiendo un círculo con él y
limpiando el campo de batalla de toda máquina invasora. Cuando el haz de luz
llegó hasta Layla, ésta saltó tan alto que no sufrió ni un rasguño. Rito iba a
apuntar hacia arriba con su chorro, pero se interrumpió súbitamente: aquel
ataque era muy agotador.
Agh…-jadeó el joven.
¡Rito!-exclamó Yamiyuki mientras
agarraba a su amigo de los hombros-¿Qué te pasa?
Está bien.-terció Seika-Sólo
necesita descansar. No ha salido perjudicado de ese ataque…
¿Estás segura?-preguntó el líder
del equipo más grande.
Tan segura como de que esa
técnica es invención mía.-respondió la hermana taimadamente.
Layla dio varias palmadas lentas
simulando un aplauso después de aterrizar.
Buen trabajo lidiando con mis
robots.-dijo-Ahora… ¿qué tal si probáis conmigo?
Yamiyuki y Kuroageha se miraron y
asintieron.
¡TAIMANIN, AL ATAQUE!-gritaron
los dos líderes a coro.
Los diez guerreros se lanzaron en
tropel a por Layla, quien soltó una risotada y se limitó a lanzar una brutal
patada giratoria que, burlando los límites de lo físicamente posible, enganchó
a todos los atacantes y los lanzó volando por los aires. Sin duda, sus
larguísimas piernas contribuían a la realización de patadas tan impresionantes.
¡Es muy fuerte!-pensaron muchos de los caídos a la vez.
¿Pensabais que iba a ser un hueso
tan fácil de roer como mis subordinados?-les espetó la militar-¡No tenéis ni
idea!
Los Taimanin se levantaron.
Ignorando el daño sufrido, se pusieron de nuevo en guardia con las armas en las
manos.
Yamiyuki no ha soltado la nodachi
desde que volvimos de las instalaciones de los antiguos Neo-Nómadas…-susurró
Hagane.
Está, como se suele decir, hasta
la polla.-dijo Shirubei también susurrando-Es normal que esté deseando rajar al
personal…como yo también lo deseo.
Yamiyuki…-dijo Kuroageha en voz
alta-…sabes que no podemos permitirnos esto.
No…claro que no.-corroboró el
chico-Y menos desde que el resto de esos incordios de máquinas se están
moviendo en dirección a Gokuruma.
¿Se ha dado cuenta?-pensó Layla-¡Qué
sagaz! Pensaba que con los rastreadores ocultos en las máquinas podría
localizar esa maldita aldea, pero creo que no va a ser tan fácil…
Nos largamos.-pensó Rito mientras se recuperaba del ataque que
había lanzado-Yamiyuki nos va a decir que
nos vayamos, estoy seguro. Querrá que interceptemos a esos robots, pero seguro
que su meta principal es alejarnos de esa mujer…
Está bien, equipo.-dijo
Yamiyuki-Dejadme el resto. Id tras esos robots y machacadlos. Protejamos
Gokuruma.
Les daréis apoyo, chicos.-dijo
Kuroageha girándose hacia su equipo-Yo me quedaré con Yamiyuki.
Alguien tendrá que plantar cara a esta fresca teniendo en cuenta que
Yamiyuki no pega a mujeres...-pensó.
¿Seguro que es la mejor opción
dejaros solos contra esta mujer?-preguntó Shiena.
Lo es, creedme.-dijo
Kuroageha-Tengo más experiencia que vosotros, y no creo que estéis preparados
para combatir a Layla Phoenix. Será mejor que vayáis con el equipo Yamiyuki
para haceros cargo de las máquinas y asegurar Gokuruma…
Varios cuchillos llovieron del
cielo. Se clavaron entre los pies de los Taimanin, pero no hirieron a nadie.
No voy a esperaros…-dijo Layla-…
os mataré a todos si no os decidís.
Así no está bien, pero…-pensó Kuroageha-…a veces es necesario hacer las cosas un poco mal para evitar incurrir
en hacerlas aún peor.
Que esta sea la última vez…-pensó Yamiyuki-…no se merecen que los dejemos atrás cuando las cosas se ponen feas…son
tan Taimanin como nosotros…no estamos haciéndolo bien. Nos excusan las máquinas
invasoras, pero la próxima vez no habrá excusa…
Yamiyuki y Kuroageha se volvieron
hacia el resto.
¡TAIMANIN,
RETIRADA!-exclamaron-¡ES UNA ORDEN!
¡SÍ, CAPITÁN!-exclamaron Shirubei,
Hagane, Rito, Aoi e Inuhito.
¡SÍ, CAPITANA!-respondieron
Shiena, Seika y Veena.
Los ocho Taimanin se alejaron de
la plaza, tratando de seguir el rastro a las máquinas que se alejaban de forma
subrepticia de Amidahara. Yamiyuki y Kuroageha quedaron solos ante Layla.
¿Hasta cuándo tendremos que
cortar las alas de nuestros camaradas?-preguntó Yamiyuki con un deje de
amargura-Proteger está bien…reprimir no lo está.
Sólo un poco más, por favor…-pidió
Kuroageha-…vuestro entrenamiento especial está progresando. Cuando éste
termine, nunca más necesitaréis este tipo de estrategias, porque… seréis
invencibles.
Que así sea…-susurró Yamiyuki.
No hace noche para filosofar, ¿no
creéis?-los provocó la sargento.
Llevas razón…-dijo Kuroageha
mientras avanzaba hacia ella-…hace una noche perfecta para partirte la cara.
¡JA!-bramó Layla-Como si tuvieras
alguna oportunidad contra mí…
Mira y aprende.-dijo Kuroageha
guiñándole un ojo a Yamiyuki.
Sí…-añadió la militar-…mira y
aprende cómo tu amiguita es partida por la mitad de una patada.
Layla lanzó una patada giratoria
alta contra la cabeza de Kuroageha, quien se agachó ágil y elegantemente,
esquivando el impacto y poniéndose de nuevo de pie mientras giraba sobre sí
misma para levantarse con golpe de palma directo al esternón de su enemiga.
Ésta lo esquivó saltando hacia atrás, tras lo cual lanzó una patada frontal.
¡Agh!-gruñó Kuroageha tras
encajar el impacto.
¡Toma ésta!-bramó Layla.
La militar saltó, giró sobre sí
misma y liberó una patada giratoria descendente. Su pierna caía como un látigo.
¡HAH!-Kuroageha dejó salir un
grito de guerra.
Esquivó la patada y contraatacó
lanzando ella otra. La militar bloqueó la pierna de Kuroageha con la suya
propia, venciendo su fuerza y obligándola a retroceder. Siguieron
intercambiando patadas durante unos minutos, pero la Taimanin se vio obligada a
cambiar de estrategia, pues Layla no sólo bloqueaba sus patadas, sino que
también las desviaba demostrando una diferencia de fuerza más que notable.
Verás lo que es bueno…-susurró la
ninja.
Con una maniobra casi
sobrenatural, desapareció de la vista de la militar y apareció en su espalda,
desde donde disparó un manojo de dardos con su cerbatana como si de una
ametralladora se tratase. Sin ni siquiera volverse, Layla sacó el codo hacia
los dardos, dejando que éstos se clavaran en la codera romboédrica que llevaba.
Tras agitar el brazo para que los dardos cayeran al suelo, se lanzó a por
Kuroageha con un rodillazo aéreo. La rodillera metálica que llevaba impactó
contra las clavículas de la Taimanin, provocando que cayera al suelo.
Eres bastante débil, ¿lo
sabías?-se jactó Layla mientras oprimía los hombros de Kuroageha con sus
rodillas.
Eso quiero que pienses.-dijo
Kuroageha sin alterarse lo más mínimo.
Se escabulló del agarre de Layla.
Apareció encima de ella y le pateó el cuello, haciéndola rodar por el suelo
hasta chocarse contra una farola. Sin darle tiempo a reaccionar, apareció
frente a ella con una agilísima maniobra y la lanzó contra el otro lado de la
plaza con una elegante llave. La interceptó en la caída con varias patadas
giratorias altas y una última llave aérea con las piernas.
¿Decías algo sobre mi
fuerza?-preguntó la Taimanin mientras sujetaba a Layla contra el suelo con
ambas piernas.
Sí, que es escasa.-insitió la
militar levantando su pierna hasta fustigar con ella a su enemiga.
Kuroageha rodó por el suelo para
evitar el siguiente movimiento de Layla, que fue un pisotón. En el fragor del
combate, comenzaron a aparecer algunos robots de combate. Eran pocos, pero
aquello significaba un juego aún más sucio. Antes de que la joven ninja se
pudiera preocupar de ello, Yamiyuki ya había cortado en dos a los robots, que
empezaron a arder tras ser cortados.
No te preocupes.-dijo el chico
con seguridad.
¡No lo haré!-exclamó Kuroageha
motivada-¡Gracias!
Las dos mujeres comenzaron a
enzarzarse en otro intercambio de patadas mientras que Yamiyuki, como un
bailarín de fondo en aquel carnaval bélico, saltaba entre robot y robot para
acabar con ellos gracias a sus llamas y su espada.
¡Sus patadas no son rivales para las mías!-pensó Layla-¡La victoria es mía!
Entre patada y patada, Kuroageha
intercaló las cuchillas de su flauta y de su cerbatana, sorprendiendo a Layla y
obligándola a escudarse con los codos. Gracias al tamaño amplio de las coderas,
Kuroageha pudo aprovechar la reducción en el campo de visión de su contendiente
para colarse entre sus defensas y propinarle un rodillazo en el estómago. Tras
esto, le propinó dos cortes con sus cuchillas.
¡Maldita zorra!-gritó Layla
llevándose las manos a las heridas-¡Te haré sufrir!
Je…-Kuroageha se sonrió-…eres
mucho ruido y pocas nueces…
Ya lo veremos.-la amenazó
Layla-¡Te enseñaré mi especialidad: LOS CUCHILLOS!
La militar sacó puñados y puñados de cuchillos de diferentes estilos.
Los dos Taimanin esperaron que fuera a lanzarlos, pero no lo hizo de la manera
esperable, sino lanzándolos por los aires y pateándolos para que siguieran
trayectorias muy precisas.
Kick and Knife!-exclamó Layla
mientras lanzaba su ataque.
(¡Patear y apuñalar!)
Kuroageha comenzó a verse algo
apurada. Los cuchillos de Layla eran demasiado numerosos. Esquivaba algunos,
desviaba otros con los dardos de su cerbatana e irremediablemente sufría cortes
con otros.
Ya no eres tan presumida,
¿eh?-preguntó Layla mientras tiraba cuchillos a patadas contra Kuroageha.
No soy presumida…-dijo Kuroageha
mientras desviaba algunos puñales con las cuchillas de sus armas-…sólo soy
consciente de la gran persona que soy.
Cuánta modestia…-dijo Layla con
sarcasmo-…voy a tener que enseñarte una pizca…
La Taimanin lanzó chorros de
veneno con su poder especial. Sin darle demasiada importancia, Layla lanzó
también cuchillos contra Yamiyuki, quien no dudó en fundirlos en sus llamas.
No lo hacen nada, pero que nada mal…-pensó la sargento.
Yamiyuki reparó en lo
extremadamente fuerte que era Kuroageha: no era lo común que estuviera
aguantando así contra una persona como Layla, que podía levantar el peso de
diez personas con una pierna, ni siquiera para una Taimanin. ¿Sería su amiga
realmente más fuerte que él o que el resto de sus camaradas?
Si fuera un hombre, ya habría muerto.-pensó Kuroageha mientras se
despegaba de una pared contra la que Layla la había lanzado de una patada-Yamiyuki es invencible, pero, ahora mismo,
no puede hacer frente al líder enemigo, no sólo por el hecho de que es una
mujer, sino porque los robots no dejan de venir…
El combate continuó. La Taimanin
logró depositar un fuerte codazo en el esternón de Layla, por lo cual se
dispuso a tirarla al suelo con una llave.
¡HAAAAAAAAH!-gritó Layla.
Con una brutal patada, Kuroageha
volvió a salir expelida. A lo largo de la caída, la cola de su vestido desplegó
sus alas y reveló su forma de mariposa gigante.
. . .-Kuroageha se centró por un
instante.
Kick and Knife!-bramó Layla
mientras lanzaba más cuchillos a patadas.
La ninja esquivó los proyectiles
con una gran maniobra de agilidad, pero cometió un craso error en el que no
reparó hasta que no fue demasiado tarde: la militar había guardado un enorme
machete para ejecutar su ataque final. Lo lanzó a la altura del abdomen de
Kuroageha y lo pateó con la parte trasera del talón. Esta patada hizo que el
cuchillo se clavase profundamente en la barriga de la Taimanin, quien escupió
un chorro de sangre mientras sus ojos lagrimeaban.
¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARGH!-gritó
mientras sentía que su consciencia se perdía.
¡Kuroageha!-exclamó
Yamiyuki-¡KUROAGEHAAAAAA!
¡Mierda!-pensó Kuroageha enfurecida a la vez que dolorida, provocando
que las lágrimas se convirtieran en un llanto de rabia-¡Mierda! ¡MIERDA! ¡MIERDAAAAAAAAA! Ahora que por fin había conseguido
capitanear un equipo y simultanearlo con la docencia…ahora que por fin iba a
reabrir mi bar…ahora que por fin todo iba bien…ahora…ahora…tengo que…acabar…así…
¡MIERDAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!
Un violento muro de fuego separó
a Layla de Kuroageha. Yamiyuki agarró el cuerpo de su amiga.
¿No decías que no pegabas a
mujeres?-preguntó Layla-¡Casi me quemas viva!
Yamiyuki deshizo el muro de fuego
y provocó que se desperdigara en chorros de llamas que explotaron contra los
robots que quedaban presentes. Acto seguido, apuntó a la soldado con su
nodachi.
A las mujeres no.-dijo Yamiyuki-¡A
ti, sí! ¡Teme las consecuencias de lo que has hecho hoy, Layla Phoenix!
El chico se preparó para saltar
hacia la salida de Amidahara.
¿Te vas?-preguntó Layla-Conque
los Taimanin sois cobardes, ¿eh?
Tus provocaciones son inútiles
contra mí.-dijo Yamiyuki-La vida de Kuroageha es más importante que jugar
contigo. La pondré a salvo y, cuando me asegure de que todo está estabilizado,
materializaremos tus peores pesadillas.
Sólo sois palabrería…-dijo Layla
con desdén.
Espero que sigas teniendo ese
valor, esa entereza, ese orgullo, esa seguridad y esa fuerza tan hermosas para
repetirme eso la próxima vez que nuestros caminos se crucen.-dijo Yamiyuki antes
de desvanecerse en un estallido de llamas.
¡Las órdenes de Nioiko son
claras!-exclamó un observador desde una azotea-¡Layla Phoenix es el objetivo
más prioritario del bando estadounidense! ¡A por ella!
Unos hombres con armaduras
violetas cayeron del cielo, rodeando a Layla.
Vaya, vaya…-dijo Layla-…no sé
quiénes sois, pero no habéis venido a charlar, ¿verdad?
La militar arqueó una ceja.
Pues Layla será mala pero parece un poco la puta ama, no como la pobre Belladonna que ya le estoy cogieno hasta aprecio sólo por lo mal que le sale todo xDDDD
ResponderEliminarTiene que haber de todo. Sí, diseñé a Layla para que fuera la que partiera el bacalao...y aún tiene que partir mucho...
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