miércoles, 25 de marzo de 2015

[TY] Episodio 40: Implacable

TAIMANIN YAMIYUKI
Episodio 40: Implacable

La sargento Layla Phoenix acababa de aterrizar en medio del combate.

¡Por fin nos vemos las caras!-exclamó con tono amenazador.

¿Eres la responsable de todo esto?-preguntó Kuroageha desafiante.

¿A ti qué te parece?-le espetó la militar.

¡Señora!-apeló James-¡Cubriremos sus acciones desde la retaguardia!

De eso nada.-respondió la sargento-¡Vosotros os largáis!

¡Eso sí que no!-terció Shiena-¡Ahora que por fin os hemos encontrado, vamos a vapulearos!

¿Quién te crees que eres, mocoso?-preguntó Layla con desdén-¡Soldados! ¡Os permito un ataque más antes de despediros!

¡Ya lo habéis oído, equipo!-exclamó James-¡Arreciemos sobre los Taimanin y cumplamos las órdenes de la sargento!

Los androides y demás máquinas de combate que rodeaban la plaza hacían difícil cualquier maniobra evasiva.

Nuestra orientación diplomática está muy clara, soldados.-dijo James-Estamos en el bando de la justicia, ¡el bando ganador! Nuestro contacto, la experta Belladonna Rubidium, doctora en Ciencias Políticas, avala nuestra causa. ¡Honrémosla en esta batalla!

Shirubei estalló en carcajadas.

¿Doctora en Ciencias Políticas?-preguntó-¿Y os lo creéis? Pero, ¿en qué cabeza cabe? ¿Qué va a saber de política un agente perturbador del orden público?

¡Basta de muestras de insolencia!-terció Grant-¡Miller, bárrelos!

¡Sí, Steeler, así lo haré!-exclamó Christian mientras preparaba sus yo-yos-E.M.Y.Y.!

De las hendiduras de ambos yo-yos afloraron unos dientes de sierra radial que iban cargados de una luz verde que les daba propiedades eléctricas muy poderosas. Ambos objetos redondos se precipitaron hacia los Taimanin. En ese instante, Aoi decidió tomar la iniciativa.

Ninpô – Raiton no Jutsu! –exclamó.
(¡Arte ninja de la electricidad!)

Con su manipulación eléctrica, desvió los yo-yos de Christian y los hizo volar hacia los soldados. Si sus cálculos eran correctos, no sólo lograría desperdigarlos por el campo de batalla, sino que, además, la onda expansiva podría apagar para siempre algunas de las máquinas de combate.

¡Maldita sea!-bramó Christian.

¡Miller!-gritó Grant-¡Apaga eso antes de que nos golpee o juro ante Dios que te arrepentirás hasta de haber nacido!

Lo intento, pero…-dijo Christian-… ¡no responde!

El ingeniero de campo militar trataba de apagar su equipo eléctrico, pero había algún tipo de impulso que impedía su desactivación. Ese impulso tenía nombre y apellido: Aoi Makihara. El joven Taimanin de cabello azul eléctrico miró con una sonrisa de satisfacción el panorama.

¡Mierda!-gritó la sargento-¿Es que no se os puede dejar ni un margen de libertad? ¡Maldita la hora en la que me asignaron a unos CRÍOS!

¡MILLER, APAGA ESO!-insistió Grant-¡AHORA!

¡QUE NO PUEDE, JODER!-terció James-¡APARTAOS ANTES DE QUE LOS YO-YOS NOS CONSUMAN Y DEJAD DE CHILLAR!

Los yo-yos de Christian impactaron en el centro de la formación. Los seis militares saltaron en direcciones distintas, pero la onda eléctrica resultante los empujó y les causó daños más que considerables.

¡Pagarás esta falta de respeto, templanza y disciplina, Silver!-lo amenazó Grant-¡Aunque seas nuestro líder, la disciplina se imparte a todos por igual!

¡Abre los ojos, Grant!-le pidió James-¡Graduarnos como soldados no nos ha convertido en personas radicalmente distintas! ¡Antes no eras así! ¡Eras mi mejor amigo!

¡Soldado Steeler para ti!-exclamó el chico de gafas apuntando a su líder con el bastón-¡No me hagas repetírtelo! ¡Soy el impositor disciplinario de esta avanzadilla! ¡Mi palabra es la ley y autoridad!

¡Y yo soy vuestro líder!-gritó James-Y, como tal, te digo que no llevas razón por muy prácticas que sean tus intenciones. Además, aunque Christian la haya jodido con sus yo-yos, no ha sido culpa suya: ¡ese Taimanin lo ha manipulado!

Divide y vencerás.-pensó Aoi-Sólo queda ver esto comiendo unas palomitas…

Basta.-susurró Layla.

¿Disculpe, señora?-se atrevió a preguntar Leon.

¡BASTA!-chilló la mujer-¡Sois unos niñatos sin experiencia! ¡Una vergüenza para las notas que habéis sacado! ¡Quedáis retirados de este combate! ¡Largaos, damiselas!

Pero, señora…-intentó decir James.

¡QUE OS VAYÁIS A LA MIERDA!-gritó Layla-¡Soldado James Silver, coge ese coche y llévate a tu patrulla de aquí! Entre que han secuestrado a Elizabeth y que vosotros no sabéis hacer nada bien… ¡menuda basura de día!

¿Qué coche?-se sorprendió James-Y, ¿cómo es que han…

Yo no diría que “secuestrar” es el verbo correcto…-pensó Émile.

Éste.-dijo Layla chasqueando los dedos.

Del avión del que se había tirado comenzó a bajar un 4x4 con un mecanismo de suspensión para el aterrizaje.

Pagarás por esto, Aoi Makihara.-dijo James en un tono amenazador antes de dar la orden a sus compañeros para que se montaran en el coche.

Cuando todos estuvieron subidos en el vehículo, James comenzó a conducir, abandonando Amidahara a toda prisa. Layla volvió a chasquear los dedos. Las máquinas se lanzaron en tropel sobre los Taimanin.

Ninpô – Ototon no Jutsu! Ikusa no Uta!-exclamó Kuroageha.
(¡Arte ninja del sonido! ¡Canción de Guerra!)

La líder del equipo más pequeño tocó una melodía con su flauta. Aquella música poseía poderes sobrenaturales que aumentaban las capacidades de combate de sus aliados.

Aprovechando la melodía de Kuroageha, Aoi comenzó a lanzar rayos. Lo siguió Hagane creando potentes corrientes de viento. Tras él, Rito y Shirubei se unieron al despliegue con estacas de roca y de hielo respectivamente. Los siguió Yamiyuki liberando unas enormes llamaradas. Tras esto, Seika, Veena e Inuhito se sumaron al asedio: las dos chicas produjeron lluvias de metales fundidos y de tinta negra respectivamente, mientras que Inuhito bailaba en medio de la tempestad de ataques cortando a todos los enemigos que podía con su cuerpo.

¡No te quedes ahí, Shiena!-exclamó Kuroageha-¡Únete al resto!

El primo menor de los Sonozaki asintió y desplegó su urumi, fustigando a varios enemigos a la vez y haciendo mella en sus armazones. Aquel encarnizado forcejeo estuvo reñido: las máquinas tenían puños fuertes, garras y cañones. Entre golpes y disparos, los Taimanin acabaron bastante malogrados.

¡Estas máquinas no se acaban nunca!-se quejó Shiena mientras esquivaba disparos y contraatacaba dando patadas con los armazones cortantes que llevaba en los pies-¡Y esa mujer ni siquiera ha lanzado un puñetazo!

Layla se sonrió. Quería sembrar la desesperación en sus enemigos. Mientras observaba el combate, se sorprendió con la forma en la que uno de sus robots era despedazado por un chorro de agua a presión: aquel chico con cuatro garras se le antojaba interesante.

Está mirando mucho a Shirubei…­-pensó Yamiyuki-…será mejor que se pongan todos a salvo.

Nodachi en mano, Yamiyuki atravesó a un robot que amenazaba con atacar a su amigo por el flanco derecho.

No para de observarte.-le susurró-Ten cuidado, por favor…

Descuida.-respondió Shirubei en un susurro casi imperceptible.

El que parece un travesti tampoco lo hace nada mal…-pensó Layla mientras observaba a Hagane-…aunque el musculitos es sin duda un hacha. El chico de las pecas parece poca cosa con lo mínimamente que se hace oír, pero tampoco hay que tomárselo a broma. El albino me recuerda un poco a nuestro verdugo y, sin duda, el líder está a la altura de lo que decían…

Un disparo alcanzó a Rito en el costado izquierdo.

¡Hermano!-exclamó Seika.

¡HAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!-gritó Veena con rabia.

Lanzó al aire un golpe con su cimitarra. Ésta se escindió en varios fragmentos unidos por una cuerda elástica en su interior: aquella cimitarra era una espada serpiente que llegó hasta el robot que había disparado, cortando sus cables por la mitad y paralizándolo. Seika agarró a Rito por los hombros mientras se regeneraba, mientras que Shiena se interpuso entre Veena y un robot espadachín.

¡No dejaré que nadie la toque!-exclamó Shiena-¡Deja a Veena en paz, amasijo de hierro!

El joven propinó dos arañazos al robot: sus dedales punzantes rasgaron la coraza del mismo, permitiéndole penetrarla de una patada.

¡No tocaréis a la mujer a la que amo!-pensó Shiena-¡Jamás!

Cuando Rito se hubo recuperado de la herida de bala y ya se encontraba como si nada hubiera sucedido, se acordó de una conversación que tuvo con su hermana.

. . .

Ninpô – Fushikakuzei, el despertar del inmortal.-dijo Seika-El poder que heredamos de los Yatsu y compartimos con ellos.

Los dos hermanos se encontraban en un aula vacía del instituto. Debatían sobre la naturaleza de su poder y su abanico de aplicaciones.

¿Y si la regeneración es energética?-Seika lanzó la cuestión al aire-A lo que me refiero es al hecho de que, tal vez, nuestra capacidad regenerativa se deba a un tipo de energía especial que emite nuestro cuerpo y que es capaz de atraer las partes de nuestro cuerpo que se desprenden hasta juntarlas como si no hubieran sido agredidas…

Suena plausible.-dijo Rito-Pero, ¿por qué estás de repente tan interesada en ese tema?

Porque…-respondió Seika-…la energía no entiende de formas corpóreas…la energía sólo fluye.

Creo que te entiendo, pero, ¿a qué te refieres exactamente?-preguntó el hermano.

He estado investigando y experimentando al respecto…-susurró Seika.

La chica apretó los puños, respiró hondo y abrió las manos como si dejara escapar a un pájaro. De sus palmas comenzó a brotar una luz verde muy intensa.

. . .

Deseando que acabara aquella pelea tan injusta por números, Rito apretó los puños y tomó aire.

Ninpô – Fushikakuzei! . . .-exclamó.
(¡Arte ninja! ¡Despertar del inmortal!)

De sus puños comenzó a brotar luz verde en grandes cantidades. Recordó todo lo que habló con su hermana y, tras ello, las imágenes de sus padres se dibujaron en su mente, dándole una fuerza que nadie pensaría que tenía.

No puede ser…-pensó Seika-… ¿¡va a hacerlo!?

¡Apartaos!-exclamó Seika-¡Dejad espacio a Rito!

. . . Inochi no Hikari!!!!!!!!!!!!!!!!!!-exclamó Rito.
(¡¡¡¡Luz de Vida!!!!)

Rito juntó las manos y dejó salir de ellas un inmenso chorro verde de energía. Aquel impacto lleno de poder redujo a cenizas a los robots a los que atropelló. Pivotando sobre una pierna, el hercúleo Taimanin redirigió el chorro, describiendo un círculo con él y limpiando el campo de batalla de toda máquina invasora. Cuando el haz de luz llegó hasta Layla, ésta saltó tan alto que no sufrió ni un rasguño. Rito iba a apuntar hacia arriba con su chorro, pero se interrumpió súbitamente: aquel ataque era muy agotador.

Agh…-jadeó el joven.

¡Rito!-exclamó Yamiyuki mientras agarraba a su amigo de los hombros-¿Qué te pasa?

Está bien.-terció Seika-Sólo necesita descansar. No ha salido perjudicado de ese ataque…

¿Estás segura?-preguntó el líder del equipo más grande.

Tan segura como de que esa técnica es invención mía.-respondió la hermana taimadamente.

Layla dio varias palmadas lentas simulando un aplauso después de aterrizar.

Buen trabajo lidiando con mis robots.-dijo-Ahora… ¿qué tal si probáis conmigo?

Yamiyuki y Kuroageha se miraron y asintieron.

¡TAIMANIN, AL ATAQUE!-gritaron los dos líderes a coro.

Los diez guerreros se lanzaron en tropel a por Layla, quien soltó una risotada y se limitó a lanzar una brutal patada giratoria que, burlando los límites de lo físicamente posible, enganchó a todos los atacantes y los lanzó volando por los aires. Sin duda, sus larguísimas piernas contribuían a la realización de patadas tan impresionantes.

¡Es muy fuerte!-pensaron muchos de los caídos a la vez.

¿Pensabais que iba a ser un hueso tan fácil de roer como mis subordinados?-les espetó la militar-¡No tenéis ni idea!

Los Taimanin se levantaron. Ignorando el daño sufrido, se pusieron de nuevo en guardia con las armas en las manos.

Yamiyuki no ha soltado la nodachi desde que volvimos de las instalaciones de los antiguos Neo-Nómadas…-susurró Hagane.

Está, como se suele decir, hasta la polla.-dijo Shirubei también susurrando-Es normal que esté deseando rajar al personal…como yo también lo deseo.

Yamiyuki…-dijo Kuroageha en voz alta-…sabes que no podemos permitirnos esto.

No…claro que no.-corroboró el chico-Y menos desde que el resto de esos incordios de máquinas se están moviendo en dirección a Gokuruma.

¿Se ha dado cuenta?-pensó Layla-¡Qué sagaz! Pensaba que con los rastreadores ocultos en las máquinas podría localizar esa maldita aldea, pero creo que no va a ser tan fácil…

Nos largamos.-pensó Rito mientras se recuperaba del ataque que había lanzado-Yamiyuki nos va a decir que nos vayamos, estoy seguro. Querrá que interceptemos a esos robots, pero seguro que su meta principal es alejarnos de esa mujer…

Está bien, equipo.-dijo Yamiyuki-Dejadme el resto. Id tras esos robots y machacadlos. Protejamos Gokuruma.

Les daréis apoyo, chicos.-dijo Kuroageha girándose hacia su equipo-Yo me quedaré con Yamiyuki.

Alguien tendrá que plantar cara a esta fresca teniendo en cuenta que Yamiyuki no pega a mujeres...-pensó.

¿Seguro que es la mejor opción dejaros solos contra esta mujer?-preguntó Shiena.

Lo es, creedme.-dijo Kuroageha-Tengo más experiencia que vosotros, y no creo que estéis preparados para combatir a Layla Phoenix. Será mejor que vayáis con el equipo Yamiyuki para haceros cargo de las máquinas y asegurar Gokuruma…

Varios cuchillos llovieron del cielo. Se clavaron entre los pies de los Taimanin, pero no hirieron a nadie.

No voy a esperaros…-dijo Layla-… os mataré a todos si no os decidís.

Así no está bien, pero…-pensó Kuroageha-…a veces es necesario hacer las cosas un poco mal para evitar incurrir en hacerlas aún peor.

Que esta sea la última vez…-pensó Yamiyuki-…no se merecen que los dejemos atrás cuando las cosas se ponen feas…son tan Taimanin como nosotros…no estamos haciéndolo bien. Nos excusan las máquinas invasoras, pero la próxima vez no habrá excusa…

Yamiyuki y Kuroageha se volvieron hacia el resto.

¡TAIMANIN, RETIRADA!-exclamaron-¡ES UNA ORDEN!

¡SÍ, CAPITÁN!-exclamaron Shirubei, Hagane, Rito, Aoi e Inuhito.

¡SÍ, CAPITANA!-respondieron Shiena, Seika y Veena.

Los ocho Taimanin se alejaron de la plaza, tratando de seguir el rastro a las máquinas que se alejaban de forma subrepticia de Amidahara. Yamiyuki y Kuroageha quedaron solos ante Layla.

¿Hasta cuándo tendremos que cortar las alas de nuestros camaradas?-preguntó Yamiyuki con un deje de amargura-Proteger está bien…reprimir no lo está.

Sólo un poco más, por favor…-pidió Kuroageha-…vuestro entrenamiento especial está progresando. Cuando éste termine, nunca más necesitaréis este tipo de estrategias, porque… seréis invencibles.

Que así sea…-susurró Yamiyuki.

No hace noche para filosofar, ¿no creéis?-los provocó la sargento.

Llevas razón…-dijo Kuroageha mientras avanzaba hacia ella-…hace una noche perfecta para partirte la cara.

¡JA!-bramó Layla-Como si tuvieras alguna oportunidad contra mí…

Mira y aprende.-dijo Kuroageha guiñándole un ojo a Yamiyuki.

Sí…-añadió la militar-…mira y aprende cómo tu amiguita es partida por la mitad de una patada.

Layla lanzó una patada giratoria alta contra la cabeza de Kuroageha, quien se agachó ágil y elegantemente, esquivando el impacto y poniéndose de nuevo de pie mientras giraba sobre sí misma para levantarse con golpe de palma directo al esternón de su enemiga. Ésta lo esquivó saltando hacia atrás, tras lo cual lanzó una patada frontal.

¡Agh!-gruñó Kuroageha tras encajar el impacto.

¡Toma ésta!-bramó Layla.

La militar saltó, giró sobre sí misma y liberó una patada giratoria descendente. Su pierna caía como un látigo.

¡HAH!-Kuroageha dejó salir un grito de guerra.

Esquivó la patada y contraatacó lanzando ella otra. La militar bloqueó la pierna de Kuroageha con la suya propia, venciendo su fuerza y obligándola a retroceder. Siguieron intercambiando patadas durante unos minutos, pero la Taimanin se vio obligada a cambiar de estrategia, pues Layla no sólo bloqueaba sus patadas, sino que también las desviaba demostrando una diferencia de fuerza más que notable.

Verás lo que es bueno…-susurró la ninja.

Con una maniobra casi sobrenatural, desapareció de la vista de la militar y apareció en su espalda, desde donde disparó un manojo de dardos con su cerbatana como si de una ametralladora se tratase. Sin ni siquiera volverse, Layla sacó el codo hacia los dardos, dejando que éstos se clavaran en la codera romboédrica que llevaba. Tras agitar el brazo para que los dardos cayeran al suelo, se lanzó a por Kuroageha con un rodillazo aéreo. La rodillera metálica que llevaba impactó contra las clavículas de la Taimanin, provocando que cayera al suelo.

Eres bastante débil, ¿lo sabías?-se jactó Layla mientras oprimía los hombros de Kuroageha con sus rodillas.

Eso quiero que pienses.-dijo Kuroageha sin alterarse lo más mínimo.

Se escabulló del agarre de Layla. Apareció encima de ella y le pateó el cuello, haciéndola rodar por el suelo hasta chocarse contra una farola. Sin darle tiempo a reaccionar, apareció frente a ella con una agilísima maniobra y la lanzó contra el otro lado de la plaza con una elegante llave. La interceptó en la caída con varias patadas giratorias altas y una última llave aérea con las piernas.

¿Decías algo sobre mi fuerza?-preguntó la Taimanin mientras sujetaba a Layla contra el suelo con ambas piernas.

Sí, que es escasa.-insitió la militar levantando su pierna hasta fustigar con ella a su enemiga.

Kuroageha rodó por el suelo para evitar el siguiente movimiento de Layla, que fue un pisotón. En el fragor del combate, comenzaron a aparecer algunos robots de combate. Eran pocos, pero aquello significaba un juego aún más sucio. Antes de que la joven ninja se pudiera preocupar de ello, Yamiyuki ya había cortado en dos a los robots, que empezaron a arder tras ser cortados.

No te preocupes.-dijo el chico con seguridad.

¡No lo haré!-exclamó Kuroageha motivada-¡Gracias!

Las dos mujeres comenzaron a enzarzarse en otro intercambio de patadas mientras que Yamiyuki, como un bailarín de fondo en aquel carnaval bélico, saltaba entre robot y robot para acabar con ellos gracias a sus llamas y su espada.

¡Sus patadas no son rivales para las mías!-pensó Layla-¡La victoria es mía!

Entre patada y patada, Kuroageha intercaló las cuchillas de su flauta y de su cerbatana, sorprendiendo a Layla y obligándola a escudarse con los codos. Gracias al tamaño amplio de las coderas, Kuroageha pudo aprovechar la reducción en el campo de visión de su contendiente para colarse entre sus defensas y propinarle un rodillazo en el estómago. Tras esto, le propinó dos cortes con sus cuchillas.

¡Maldita zorra!-gritó Layla llevándose las manos a las heridas-¡Te haré sufrir!

Je…-Kuroageha se sonrió-…eres mucho ruido y pocas nueces…

Ya lo veremos.-la amenazó Layla-¡Te enseñaré mi especialidad: LOS CUCHILLOS!

La militar sacó puñados  y puñados de cuchillos de diferentes estilos. Los dos Taimanin esperaron que fuera a lanzarlos, pero no lo hizo de la manera esperable, sino lanzándolos por los aires y pateándolos para que siguieran trayectorias muy precisas.

Kick and Knife!­-exclamó Layla mientras lanzaba su ataque.
(¡Patear y apuñalar!)

Kuroageha comenzó a verse algo apurada. Los cuchillos de Layla eran demasiado numerosos. Esquivaba algunos, desviaba otros con los dardos de su cerbatana e irremediablemente sufría cortes con otros.

Ya no eres tan presumida, ¿eh?-preguntó Layla mientras tiraba cuchillos a patadas contra Kuroageha.

No soy presumida…-dijo Kuroageha mientras desviaba algunos puñales con las cuchillas de sus armas-…sólo soy consciente de la gran persona que soy.

Cuánta modestia…-dijo Layla con sarcasmo-…voy a tener que enseñarte una pizca…

La Taimanin lanzó chorros de veneno con su poder especial. Sin darle demasiada importancia, Layla lanzó también cuchillos contra Yamiyuki, quien no dudó en fundirlos en sus llamas.

No lo hacen nada, pero que nada mal…-pensó la sargento.

Yamiyuki reparó en lo extremadamente fuerte que era Kuroageha: no era lo común que estuviera aguantando así contra una persona como Layla, que podía levantar el peso de diez personas con una pierna, ni siquiera para una Taimanin. ¿Sería su amiga realmente más fuerte que él o que el resto de sus camaradas?

Si fuera un hombre, ya habría muerto.-pensó Kuroageha mientras se despegaba de una pared contra la que Layla la había lanzado de una patada-Yamiyuki es invencible, pero, ahora mismo, no puede hacer frente al líder enemigo, no sólo por el hecho de que es una mujer, sino porque los robots no dejan de venir…

El combate continuó. La Taimanin logró depositar un fuerte codazo en el esternón de Layla, por lo cual se dispuso a tirarla al suelo con una llave.

¡HAAAAAAAAH!-gritó Layla.

Con una brutal patada, Kuroageha volvió a salir expelida. A lo largo de la caída, la cola de su vestido desplegó sus alas y reveló su forma de mariposa gigante.

. . .-Kuroageha se centró por un instante.

Kick and Knife!-bramó Layla mientras lanzaba más cuchillos a patadas.

La ninja esquivó los proyectiles con una gran maniobra de agilidad, pero cometió un craso error en el que no reparó hasta que no fue demasiado tarde: la militar había guardado un enorme machete para ejecutar su ataque final. Lo lanzó a la altura del abdomen de Kuroageha y lo pateó con la parte trasera del talón. Esta patada hizo que el cuchillo se clavase profundamente en la barriga de la Taimanin, quien escupió un chorro de sangre mientras sus ojos lagrimeaban.

¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARGH!-gritó mientras sentía que su consciencia se perdía.

¡Kuroageha!-exclamó Yamiyuki-¡KUROAGEHAAAAAA!

¡Mierda!-pensó Kuroageha enfurecida a la vez que dolorida, provocando que las lágrimas se convirtieran en un llanto de rabia-¡Mierda! ¡MIERDA! ¡MIERDAAAAAAAAA! Ahora que por fin había conseguido capitanear un equipo y simultanearlo con la docencia…ahora que por fin iba a reabrir mi bar…ahora que por fin todo iba bien…ahora…ahora…tengo que…acabar…así… ¡MIERDAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!

Un violento muro de fuego separó a Layla de Kuroageha. Yamiyuki agarró el cuerpo de su amiga.

¿No decías que no pegabas a mujeres?-preguntó Layla-¡Casi me quemas viva!

Yamiyuki deshizo el muro de fuego y provocó que se desperdigara en chorros de llamas que explotaron contra los robots que quedaban presentes. Acto seguido, apuntó a la soldado con su nodachi.

A las mujeres no.-dijo Yamiyuki-¡A ti, sí! ¡Teme las consecuencias de lo que has hecho hoy, Layla Phoenix!

El chico se preparó para saltar hacia la salida de Amidahara.

¿Te vas?-preguntó Layla-Conque los Taimanin sois cobardes, ¿eh?

Tus provocaciones son inútiles contra mí.-dijo Yamiyuki-La vida de Kuroageha es más importante que jugar contigo. La pondré a salvo y, cuando me asegure de que todo está estabilizado, materializaremos tus peores pesadillas.

Sólo sois palabrería…-dijo Layla con desdén.

Espero que sigas teniendo ese valor, esa entereza, ese orgullo, esa seguridad y esa fuerza tan hermosas para repetirme eso la próxima vez que nuestros caminos se crucen.-dijo Yamiyuki antes de desvanecerse en un estallido de llamas.

¡Las órdenes de Nioiko son claras!-exclamó un observador desde una azotea-¡Layla Phoenix es el objetivo más prioritario del bando estadounidense! ¡A por ella!

Unos hombres con armaduras violetas cayeron del cielo, rodeando a Layla.

Vaya, vaya…-dijo Layla-…no sé quiénes sois, pero no habéis venido a charlar, ¿verdad?


La militar arqueó una ceja.

2 comentarios:

  1. Pues Layla será mala pero parece un poco la puta ama, no como la pobre Belladonna que ya le estoy cogieno hasta aprecio sólo por lo mal que le sale todo xDDDD

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    1. Tiene que haber de todo. Sí, diseñé a Layla para que fuera la que partiera el bacalao...y aún tiene que partir mucho...

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