lunes, 30 de septiembre de 2013

[WCII] Episodio XI: Paliza

COALESCENCE
WORLDS COLLIDE II
Episodio XI · PALIZA

No transcurrió ni medio segundo desde el chasquido de los dedos de Dalton hasta el desencadenamiento de una larga sarta de apariciones violentas y destructivas. Una brillante y cautivadora explosión de pétalos rojos hizo aparecer a Freya en el aire, cayendo sobre los treinta enemigos y pateándolos vigorosamente. Paralelamente, Yamiyuki apareció de entre unos gigantescos chorros de fuego que llovieron por el área y se unió a la escaramuza. Sin un retardo apreciable tras ello, una maza metálica gigantesca cayó del cielo, provocando un temblor. Se abrió y de ella salió Metallurgy, que agarró la pequeña nave de la que acababa de salir y comenzó a lanzar golpes.  El lugar del impacto se rompió y de él afloró un gigantesco taladro que no tardó en reducirse a dos bonitas piernas: las de Yurika, que emergió del suelo y se lanzó al ataque. Ibara e Itami cayeron juntos de una telaraña de cadenas pesadas que acababa de tejerse entre dos torres, sumándose al caos. Finalmente, Aquanika vació un rifle de francotirador desde la distancia y comenzó a acercarse lanzando armas arrojadizas. Pamela salió de detrás de ella y se limitó a mirar con los brazos cruzados.
¿QUÉ ES ESTO?-gritó el presidente-¡UNA EMBOSCADA NO DETECTADA! ¡IMPOSIBLE!
¡Cierra la boca, viejo!-le amenazó Freya.
Se hizo el silencio mientras la mujer, gigantesca a su lado, lo agarró del cuello y lo levantó del suelo.
Pamela, querida, no te veo ayudar.-dijo mientras silenciaba al presidente-Los 29 inútiles restantes, estaos quietos si no queréis que parta por la mitad a vuestro cabecilla, ¿de acuerdo?
¿Acabas de parar una oportunidad de cumplir vuestra supuesta misión para esto?-le espetó Pamela-¡No me creo nada de esta mierda! ¡Esto no es serio!
NUESTRA misión.-le corrigió Freya-Tú también estás en esto. Ah, y…aquí no hay oportunidades…hay éxito con probabilidad unitaria. –bajo la mirada persuasiva de Aquanika, Pamela corrió hacia uno de los políticos y lo enlazó con una llave-Damas, caballeros… ¡que siga la fiesta!
Freya soltó al presidente y le propinó una patada en el esternón, lanzándolo contra sus camaradas mientras se enmarañaban en aquella muchedumbre caótica y violenta.
¡Sois unos ilusos!-bramó Furui mientras forcejeaba con la fiera Ibara-¡Diez contra treinta! ¿Tenéis consciencia de lo descabellado de vuestro intento?
Aprended a contar.-les soltó Yamiyuki con la frialdad y el sobreimpulso de un hacha-Si evaluáis por cuántos de vosotros valemos cada uno de nosotros…somos un ejército inexpugnable ante vuestras nimias presencias. Además… ¿quién, repito, QUIÉN os creéis que se ha cargado a toda persona y máquina existentes en este cerco? ¡NOSOTROS!
Freya alzó su puño en un grito de guerra. Sintiendo una cierta confianza, Yurika y Metallurgy hicieron lo mismo. Aunque no habían estado junto a ellos, Nikola y Dalton hicieron lo propio.
¿Hay que dejar a alguien con vida?-preguntó Freya.
Por mí que no sea.-Dalton se encogió de hombros.
No encuentro placer en el matar…-dijo Nikola-…a diferencia de algunos de los aquí presentes…no obstante, no siento ninguna pena por ellos…
Ya lo habéis oído, chicos.-dijo Yamiyuki-¡Vamos a erradicar a esta morralla!
Sí quiero hacer una petición.-dijo Dalton mientras los treinta miembros del Gobierno forcejeaban con todo el equipo.
Pide y se te dará.-dijo Freya mientras estrangulaba con los muslos a uno de los hombres-Luego se te pedirá…
Los equipos que llevan.-explicó Dalton-Son armamento de primera clase de las artes cíbridas. Despojadlos de ellos y que lleguen a mí intactos a ser posible.
¡No será problema!-intervino Metallurgy-Nos separarán 5000 años, pero… ¡las máquinas son nuestras amigas!
¡BIEN DICHO!-Freya hizo unos cuernos al aire mientras se precipitaba para incrustar contra el suelo al hombre al que intentaba ahogar.
Veo que es hora de unirse…-dijo Dalton-…no vamos a dejar a nuestros nuevos compañeros hacerlo todo solos, ¿no es así?
No sería educado por nuestra parte.-corroboró Nikola-Y somos unos caballeros, ¿no es así?
Sí, así es.-respondió Dalton formando un aspa con los brazos-¡Activando malla exoesquelética!
Dalton se vio embutido en un traje de color azul oscuro muy ajustado que marcaba todos sus músculos y no dejaba ver nada desde el cuello hasta los pies. Tenía pequeñas protuberancias arqueadas en los hombros, en las costillas, en las manos y en los pies a modo de complementos defensivos.
Incorporando inyección de adrenalina…-ordenó Dalton mientras ejecutaba una kata muy antigua de artes marciales-¡mejora de movilidad general completada!
Optimizando distribución de tensiones hipodérmicas…-continuó mientras realizaba otra kata aún más intrincada y hermosa-¡densificación y endurecimiento de masa muscular completados!
Estimulando torrente nervioso…-realizó una última kata-¡finalizada la mejora crítica de percepción organoléptica!
Tras esto, Dalton se lanzó como una flecha y con una agilidad nunca vista a la maraña de gente, lanzando golpes devastadores, pesados y airosos. Por su parte, Nikola empuñó una espada láser con cada mano y corrió al combate.
¡Increíble!-dijo Freya mientras se intercambiaba con Yamiyuki a uno de los hombres como si de una pelota de voleibol se tratase-¡Este chico utiliza formas muy clásicas de las artes marciales, de las que resultan viejas y apócrifas incluso en nuestra época!
¡Me gusta su estilo!-gritó Yamiyuki mientras golpeaba al hombre para que se le oyera entre los golpes y gritos de los demás-¿Lo rematamos?
¡Claro!-sonrió Freya-Le quito lo que quiere Dalton y…-desarmó al soldado-… ¡todo tuyo!
¡Es tu hora, hijo de puta!-exclamó Yamiyuki mientras acampanaba el faldón de su sotana con las manos-¡Patada Cicloidal!
Yamiyuki atropelló a aquel hombre en una larga y repetitiva curva de patadas giratorias que acabó rompiéndole todas las juntas de la columna vertebral, acabando con su vida en una última patada que le astilló el cráneo.
¡NO!-chilló Shimizu-¡Rukai ha caído! ¿Cómo demonios hemos llegado a esto? ¡EL JAPÓN SE VA A PIQUE!
¡Japón será tan libre como cuando lo conocimos nosotros!-exclamó Yurika mientras le daba a Shimizu una patada en la frente-¡Nada de escoria dictatorial!
Convirtió una de sus piernas en una motosierra y comenzó a forcejear contra el faldón de su enemigo.
¿Qué es ese trasto, cara de lagartija?-preguntó Pamela al tipo al que estaba encarando.
 Ministro de Sanidad Asai Ishimazu.-le corrigió el hombre-¡Pronto sentirás la ira de las artes cíbridas!
Soy ingeniera, ¿sabes?-preguntó Pamela-Conozco las máquinas…y sé que no necesito ninguna para acabar contigo…ninguna que no sea ÉSTA.
La militar sacó su inseparable llave inglesa y comenzó a lanzarle golpes a destajo.
¡Seguid todos así!-los elogió Dalton-¡Vamos a hacer historia! ¡POR UN JAPÓN LIBRE!
Dalton golpeaba furioso con puñetazos y patadas a todos los hombres que intentaban ir a por él: por motivos obvios, intentaban obviar las presencias de los demás y se centraban en él y en Nikola. Uno de los hombres que intentaba agredirlo por la espalda recibió una fría sorpresa en forma de voz de mujer.
¡Nunca des la espalda a un enemigo!-chilló Ibara-¡NUNCA!
Mientras Itami le quitaba las armas, Ibara lo empalaba con una espada bastarda, causando su muerte por desangramiento.
¡Dejad el botín donde no puedan tocarlo!-les pidió Dalton entre golpes.
Itami y Yamiyuki cogieron las armas que habían logrado capturar y las subieron a la azotea de la torre más alta a base de ágiles saltos.
¡Quedan 28 personas!-exclamó Nikola mientras contenía con sus dos espadas a dos hombres muy fornidos-¡27 y el presidente!
¡Quedan 27!-exclamó Aquanika mientras cortaba la cabeza de uno de los hombres al que previamente había desarmado cuidadosamente tras haberlo sometido a base de golpes y disparos.
¡Son 26!-corrigió Pamela mientras reducía los sesos de uno de los individuos a pulpa con su llave inglesa-¡El trasto está intacto!
¡Mis electroimanes caseros te han dejado sin armas, amigo!-sonrió Metallurgy mientras forcejeaba paralelamente con un tipo.
Con su fuerza hercúlea, lanzó el arma a lo alto de la torre, donde estaban dejando las demás.
Y, en cuanto a ti…-Metallurgy se crugió los nudillos-¡Técnica especial de Potencia Máxima! ¡Castigador SCARA!
Extendió una mano y formó un ancho círculo mágico del que emergió un ingente brazo robótico cuyo cuerpo y motores se encontraban muy lejos, en su fábrica. El dispositivo comenzó a moverse ágilmente alrededor del hombre al que estaba enfrentando y lo golpeaba duramente con un pistón macizo y pesado hasta que cayó rendido.
Supongo que 25…-dijo Metallurgy con un tono agridulce.
La cabeza del hombre saltó por los aires. Vio una pistola. Una mano: la de Itami.
Por si acaso.-le dijo entre risas.
Comenzaron a ver una nube de objetos metálicos volando armoniosamente hasta la torre. Freya estaba usando la magia para arrancar las armas de sus enemigos sin deteriorarlas y las movía por telequinesis hacia la azotea, donde estaban las demás.
¡Es hora de que YO me divierta!-exclamó Freya-¡Técnica especial del Combate Floral! ¡CORONA DE FLORES DE ORTIGA!
Haciendo un elegante gesto con las manos y finalizando en una artística pose corporal, Freya conjuró unas violentas corrientes de pétalos y hojas de ortiga que comenzaron a atravesar a los enemigos como si de agujas irrompibles se tratasen, provocando una lluvia de sangre sobre el campo de batalla.
¡Creo que quedan 10!-dijo Freya a sabiendas de que sus cuentas eran correctas-Os he dejado algo de diversión al resto…
Con un gesto propio del Aikido, Dalton sometió a uno de los ministros y, tras ello, se colocó a su espalda y le rompió el cuello con un movimiento seco y directo.
Nueve.-dijo secamente.
No quería ser yo quien lo hiciera…-dijo Nikola mientras intercalaba patadas y sablazos contra uno de los hombres-…pero no me dejas alternativa…
Nikola apagó y guardó sus espadas, tras lo que se colocó una especie de puños americanos que parecían llevar maquinaria impresa. Con fuertes puñetazos, inmovilizó a su enemigo a base de descargas eléctricas, le quitó el arma rápidamente y, finalmente, apretó uno de sus puños como si la vida le fuera en ello.
¡Power Surge!-exclamó.
Hundió su puño en el pecho de aquel hombre, provocando una sobrecorriente que le hizo escupir sangre a chorros, poniendo fin a su vida.
Ocho…-dijo Nikola mientras se limpiaba las gafas cabizbajo.
¡QUEDÁIS LOS SIETE MEJORES!-exclamó el presidente Nabeshima-¡NO ME FALLÉIS!
¿Me prometes que te vas a controlar?-preguntó Ibara.
Sólo porque me lo pide la tía más zorra que he conocido en este planeta y la que más me pone…-respondió Itami.
Te arrepentirás de tus palabras, caniche huesudo.-dijo Ibara lanzándole el anillo de erección.
Itami se colocó el objeto por dentro de la ropa y comenzó a agitar ambas manos. Antes del desastre, Ibara le quitó el arma al enemigo al que preveía que le iba a caer la desgracia. Pocos segundos después, una dama de hierro apareció y se cerró sobre él.
¡Para!-exclamó Ibara separándole los brazos de la entrepierna-Buen trabajo…
Le metió la mano en los calzoncillos y le quitó el anillo, guardándoselo en el escote.
Siete…-ladró Itami mientras se relamía.
Esto ya es procrastinar por vicio…-dijo Yamiyuki-¡SEIS!
Su grito tomó por sorpresa al hombre que estaba más lejos de él, que se vio devorado por una masa oscura que lo disolvió por completo.
No tenemos la culpa de que seáis unos depravados a los que os encanta matar…-dijo Aquanika.
…dijo el cántaro a la jarra.-Yamiyuki terminó la frase.
Así es.-dijo Aquanika-¡Vamos a dejarlos en cinco estrellas! O…cinco mierdas, según como se mire…
Venga.-dijo Pamela-Éste nos lo apuntamos juntas: que no se diga que no nos cobramos una vida en santa compaña una última vez antes de matarnos entre nosotras.
¡Qué puta manía!-rió Aquanika-¡Elige!
Al más feo excluyendo al presidente.-Pamela se ahuecó la melena.
Como si se leyeran la mente, Pamela y Aquanika lanzaron su ataque al mismo hombre: la mitad de su cabeza fue aplastada por una llave inglesa voladora, mientras que la otra mitad fue pulverizada con un disparo de arma pesada.
Quedan cuatro y el presidente…-dijo Freya-…todas las armas están intactas y…bueno, el plan va sobre ruedas.
Aún no me lo creo…-dijo Dalton-…vamos a liberar el país...
Un mar de llamas violetas consumió a los cuatro protectores del presidente que quedaban. Una figura de la estatura del presidente apareció tras ellas, posicionándose junto al mismo.
Tú…-balbuceó el presidente Nabeshima.
Dalton se llevó un susto tal que su malla se desactivó y volvió a quedar con la ropa de artes cíbridas. El recién llegado abrió una mano como si sostuviera una copa. Varias cruces de fuego violeta se formaron en el aire y volaron como puñales arrojadizos hacia todas las direcciones, clavándose y explotando en el lugar del impacto. Una atravesó y pulverizó al presidente como si fuese una figura de papel. Freya se acercó a Dalton y se cruzó de brazos.
El Ether tiene varias afinidades.-recitó Freya cerca del chico-A saber: fuego, hielo, electricidad, aura y energía lumínica, así como la posible alineación no elemental. En ningún código se especifica la oscuridad…si, entre esto y lo que te acabamos de mostrar, sigues sin creer en la magia, tenemos un problema…
Nikola se quedó perplejo mirándola.
Lo he leído en vuestras bases de datos mientras asaltábamos y hackeábamos el complejo.-dijo Freya sin darle mayor importancia.
Aparte de eso…-dijo Dalton-… ¡miradlo!
Ya…-dijo Freya-…algo me indica que estamos jodidos.
El tipo, que seguía sin hablar, mantenía su pose mientras forzaba una sonrisa diabólica. Era esbelto, de cuerpo fibroso, pálido y poseedor de una larga melena negra mate, lacia y casi hasta el suelo, así como unos ojos violetas muy penetrantes. Vestía con una blusa negra ancha de mangas blancas cortas y acampanadas con un medallón redondo dorado entre las clavículas, así como un pantalón ajustado de cuero negro y botas altas a juego con cordones violetas y rosas y suelas muy altas. Además de la longitud y la forma del cabello, también las medidas, las proporciones, las facciones del rostro y la forma de los ojos eran idénticos a los de Dalton: aquel hombre de aspecto joven era idéntico a Dalton en todo salvo en la coloración de su cabello y sus ojos, y tal vez un poco más de estatura.
¿De qué va todo esto?-se atrevió a preguntar Metallurgy.
¿Quién hace la prueba?-preguntó Freya haciendo caso omiso-¿Queréis que sea yo?
Ya voy yo, si no os importa.-dijo Yamiyuki.
El chico se adelantó un par de pasos y lanzó un chorro de fuego contra el recién llegado. El ataque se disgregó entre una pantalla de semitransparente oscuridad.
Parece duro…-dijo el chico tras hacer la prueba.
Sin mediar mayor palabra, aquel chico misterioso chasqueó los dedos y provocó una onda expansiva de negrura que barrió a todos los presentes salvo a Freya, dejándolos tumbados en el suelo.
Pequeño hijo de perra…-dijo Freya ladeando el cuello-…voy a tener que enseñarte modales.
¿Me han…-se preguntó Dalton en estado de shock-…clonado?
Yamiyuki miró a Dalton y, después, al chico. Luego, se miró a sí mismo. Sintió una punzada en el corazón. Fue el primero en levantarse para intentar avisar a Freya, pero una fuerza invisible tiró de él y lo volvió a hundir en el suelo.
¿Qué intentáis decirme?-preguntó Freya girándose hacia ellos.
El tipo lanzó una bola de oscuridad contra Freya aprovechando que se había dado la vuelta. Sin moverse, alargó el brazo, apretó el proyectil con la mano y lo reventó.
Craso error.-dijo Freya girándose de nuevo-Chicos, levantaos…hablaremos después, porque creo que esto va a dar mucho de lo que hablar…siento un poder más extraño que amenazador en él: hay gato encerrado. Tenemos que asegurar las armas mientras lidiamos contra este tipo…o le damos esquinazo.
Los compañeros de Freya comenzaron a levantarse uno a uno. No dudaron en mostrarse hostiles ante el callado joven.
¿Es la clonación un proceso viable en esta época?-preguntó Freya.
Rutinario.-respondió Nikola con un profundo suspiro mientras agarraba a su amigo por los hombros.
Mierda…-dijo Freya.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

[WCII] Episodio X: Inicio y fin de una guerra civil

COALESCENCE
WORLDS COLLIDE II
Episodio X · INICIO Y FIN DE UNA GUERRA CIVIL

Bueno…-dijo Dalton mientras la masa de humanos y máquinas se abalanzaba amenazadoramente sobre ellos-…ahora que ya no soy militar, puedo quitarme esta ropa horrible, incómoda, anticuada y cargada de significados negativos.  ¡Todo ventajas!
Dalton volvió a utilizar su algoritmo de cambio rápido para alterar su indumentaria. Apareció con unos pantalones de campana de color gris oscuro con tiras negras y rojas, así como múltiples y muy largas cremalleras doradas y plateadas. Botas negras con suelas plateadas metálicas y cordones naranjas. Una camiseta roja muy ajustada que dejaba intuir unas costillas marcadas y un abdomen trabajado. Encima, una chaqueta a juego con los pantalones, abierta y hasta la altura de la mitad del esternón, con mangas de campana llenas de tiras rojas y negras, así como las mismas cremalleras plateadas y doradas. Guantes negros con ribetes rojos y placas metálicas blancas con grabados plateados. La melena suelta.
¿Es eso un uniforme distintivo de las artes cíbridas?-preguntó Nikola.
En efecto.-dijo Dalton-No voy a contenerme lo más mínimo contra esta escoria.
¿Puedes devolverme mi ropa y mis armas?-preguntó Nikola-Será todo más rápido, fácil y cómodo. Tal vez una talla más no me habría estado comprimiendo los hombros durante un buen rato.
Salta.-dijo Dalton agitando una mano.
Nikola saltó hacia el círculo azul que apareció encima de su cabeza. Salió de él con las mismas ropas que llevaba antes, el pelo suelto y el reconfortante peso de todo lo que cargaba consigo.
¡Por fin!-dijo Nikola mientras caía-¡No me gusta llevar el pelo recogido!
Pues es hora de desmelenarse contra este pequeño ejército…-dijo Dalton- ¡a por ellos!
Los robots abrieron fuego. Algunos soldados corrieron hacia la pareja para atacarles desde cerca.
¡Ilusos!-exclamó Dalton-Intentando atacarnos de cerca de nosotros, dos de los pocos privilegiados que conocemos las artes marciales…
Nikola sacó un matraz del bolsillo de su gabardina. Contenía un líquido rojizo que comenzó a enardecerse y refulgir al ritmo con el que su propietario lo agitaba con la mano.
¡Emperor’s Flask!-gritó Nikola mientras lanzaba el matraz a los robots que disparaban desde la lejanía.
El recipiente reventó, liberando el líquido de su interior, que llegó a mojar a cinco máquinas de gran tamaño. Tras unos segundos, redirigieron sus cañones y comenzaron a disparar a todos los soldados y androides que tenían cerca, causando bajas a gran velocidad. Dalton interceptó a los soldados que se acercaban con sus rifles en las manos y comenzó a desarmarlos con golpes de sus antebrazos. Al último le dio una patada en la cabeza, propulsándolo por los aires.
¿Qué ha sido eso?-preguntó Dalton.
Uno de mis más prolíficos experimentos electroquímicos.-dijo Nikola-Una disolución, secreto industrial, por supuesto, capaz de influir en la circuitería lógica invirtiendo sus algoritmos clave de comportamiento. Disponía de poca instrumentación digital ahí abajo, pero aproveché bien la poca que llegó a mis manos.
Bien hecho, amigo mío.-Dalton levantó un pulgar.
Las cinco máquinas contaminadas saltaron en pedazos: varios soldados las habían bombardeado. Con las bombas sobrantes, hicieron lo propio contra Nikola y Dalton.
¡Neutra-Tubos!-exclamó Nikola.
Sacó varios tubos de ensayo con tapones de corcho que contenían un brillante y resplandeciente fluido azul celeste. Los lanzó contra las bombas, interceptándolas en el aire y mojándolas con el líquido, que hizo que los explosivos se apagasen y se desintegrasen gradualmente mientras volaban sin explotar.
Una pena que sólo utilicéis la modulación iónica para crear explosivos…-dijo Nikola-…mi sustancia especial no habría funcionado contra un explosivo clásico… ¿o tal vez arcaico? Uno coetáneo de las alcantarillas a las que me enviasteis…uno como ÉSTE.
Nikola sacó una esfera maciza recubierta de un brillante plástico negro.
¡Bomba Incendiaria!-gritó mientras la lanzaba.
La bola explotó contra los soldados, bañándolos en peligrosas y potentes llamas. Un robot los roció con agua utilizando un brazo pulverizador.
Ether 07021487.-dijo el robot con una voz sintética-Medica Rest.
Todos los heridos fueron bañados en una cálida luz que recuperó sus heridas.
¡Maldición!-exclamó Nikola.
Son demasiados…-dijo Dalton-…voy a tener que dar una primera muestra de seriedad… ¡activando cremalleras automáticas!
Sin que Dalton tuviera que hacer nada más, las cremalleras de sus pantalones comenzaron a subir hasta su final, aproximadamente en la mitad de los muslos, convirtiendo los pantalones en unas exóticas y extrañas cortinas de tiras que dejaban entrever la práctica totalidad de las piernas del chico. Las suelas metálicas de sus botas se hicieron pedazos y comenzaron a extenderse formando extrañas piezas que no tardaron en encajarse unas sobre otras alrededor de los pies del chico, formando unas botas metálicas plateadas bastante toscas que le llegaban hasta la mitad de las tibias, con suelas muy gruesas y llenas de pequeños tubos. Se puso en una guardia muy extraña, haciendo una kata marcial con las manos mientras tensaba sus piernas. Las tiras a las que se habían reducido sus pantalones eran tan ligeras que se movían solidariamente al peso del cuerpo del chico, quedando las piernas y las botas libres.
Las artes cíbridas de Dalton…-dijo uno de los soldados-…son las más temibles, duras y sobresalientes de Japón… ¡huyamos!
¡Nadie va a huir!-exclamó Dalton mientras lanzaba una fuerte patada alta al aire.
Al rozar su pie el suelo, liberó una llamarada a ras de tierra que se extendió como un feroz abanico, quemando a todo enemigo que encontraba a su paso. Los que les apuntaban desde los flancos no tardaron en acercarse a ellos. Nikola comenzó a despacharlos con su espada láser verde.
Venid en las cantidades que queráis…-dijo Dalton mientras saltaba.
Cayó sobre el área más masificada, repartiendo fugaces y potentes patadas propiciadas por el elevado peso de sus botas. Cada patada liberaba una pequeña explosión de fuego que debilitaba gradual y severamente a los afectados, no teniendo que preocuparse por asestarles el golpe de gracia uno a uno y cerciorarse de que no le plantarían batalla más. Al llegar a un robot de varios metros, comenzó a patearlo rápidamente con la misma pierna, liberando penetrantes chorros de fuego a cada golpe. Tras un rato, cambió de pierna y, cuando la máquina estaba por fundirse a nivel de chasis, le empujó con la planta de un pie, liberando una ola de fuego que barrió a todas las unidades que tenía detrás. Un robot trampa emergió bajo sus pies, montándose a sus espaldas y preparándose para oprimirlo entre dos grandes presas.
¡Diode Samurai!-oyó gritar a Nikola.
Hizo una técnica especial con su espada láser, cortando rápida y salvajemente las presas, que cayeron al suelo verticalmente sin herir a nadie.
Métete con alguien de tu tamaño.-susurró el chico de ojos plateados mientras corría rodeando a la enorme máquina.
¡Power Thrust!-exclamó al llegar al frontal.
Hundió la espada en el centro del robot, tras lo cual apretó un botón oculto en la empuñadura de la espada que hizo que la cantidad de energía del láser se multiplicara exponencialmente los segundos suficientes como para hacer reventar la máquina.
Parece mentira que estemos pudiendo con ellos…-dijo Nikola-…sin duda eres todo un maestro de las artes cíbridas.
No me gusta usarlas…-dijo Dalton-…prefiero las artes marciales o cosas menos masivas, que permitan un combate más deportivo y honorable…pero, como todo en esta vida, está para usarlo cuando se necesite. Voy a diezmarlos, a aniquilarlos si hace falta. Gracias por salvarme de esas presas.
Nikola se puso espalda con espalda con su amigo mientras el círculo de enemigos volvía a cerrarse. Apuntó decididamente con su espada láser.
Gracias a ti por darme la vida de nuevo.-dijo Nikola.
Dalton friccionó el suelo con una patada rasante, provocando un enorme y violento rizo de fuego que chocó velozmente contra una parte de los enemigos que los rodeaban. No cayeron ni la décima parte de los afectados.
Han enviado a los ignífugos.-dijo Dalton con una media sonrisa-Creen que, al igual que el resto de los militares, mis artes cíbridas se reducen a un arma de preferencia…y no es así. ¡Cambio de equipo! ¡Redistribución de cremalleras automáticas!
Las botas de fuego se desintegraron y volvieron a ser las de antes a la vez que las cremalleras se cerraban, volviendo a formar el pantalón. Esta vez, se abrieron las de los brazos, formando las mismas cortinillas ligeras que dejaban ver la práctica totalidad de los delgados pero fibrosos brazos del chico. De los guantes que llevaba comenzaron a salir pequeñas tiras de metal negro, enroscándose en sus codos y formando unos robustos pero extremadamente flexibles manguitos. La totalidad de cada guante se desintegró en pequeñas piezas que se transformaron, uniéndose a las piezas de sus codos formando unos afilados y puntiagudos apéndices curvos con la forma de la aleta superior de un tiburón. Su guardia esta vez era con las piernas flexionadas y los brazos doblados de tal manera que apuntaba al frente con los codos. Sin esperar ni un segundo, corrió hacia los que habían recibido la llamarada y comenzó a golpearles con los codos. Sus movimientos parecían los de un grácil bailarín a la vez que denotaba ser un vigoroso artista marcial. Sólo daba codazos: giraba sobre sí mismo, agitaba los brazos, pivotaba, se deslizaba…y ajusticiaba a sus enemigos con los extremadamente pesados y lacerantes apéndices con forma de aletas.
Intentaré estar a la altura…-dijo Nikola-… ¡iré por el otro flanco! ¡Emperor’s Flask!
Nikola comprobó que, por muy ignífugos que fuesen los robots, seguían siendo débiles a su penetrante mezcla. Ayudado por tres torretas móviles que había poseído con su líquido especial, comenzó a abatir a soldados y androides a base de sablazos y patadas. Un androide de dos metros le dirigió un fuerte puñetazo que le golpeó en la nuez.
Tú lo has querido…-dijo Nikola-¡Heavy Carthweel Combination!
Nikola se dio una volteta y cayó girando sobre el androide, golpeándolo correlativamente con las dos piernas, tras lo cual estuvo de pie encima de él, pisándole el cuello y el abdomen. Desde esa posición, lo atravesó limpiamente con la espada. Detrás de él, Dalton liberaba el potencial de sus artes cíbridas: burbujas plateadas muy pesadas llovían sobre los enemigos, aplastándolos y ahogando a los que sobrevivían al impacto. Tiró varias torres. Mientras comandaba a las esferas y las hacía bailar, seguía con su elegante descarga de codazos. Pronto salió la misma masa plateada y líquida a chorro de sus cuchillas de aleta, agrandándolas en gran medida. El filo plateado resplandecía y parecía casi blanco nuclear. Comenzó a girar sobre sí mismo con los brazos posicionados estratégicamente: el radio de giro que le proporcionaba su nueva extensión lo convirtió en un ciclón letal que asoló rápidamente a todas las unidades que alcanzaba.
¡ElectroWhip!-exclamó Nikola paralelamente.
Había conectado a una batería de mano el extremo de su pesado tramo de cable. Fustigó a varias personas y robots a la vez aprovechando la longitud y la masa del cable: el contacto del extremo desnudo del cable con las partes metálicas les hacía llegar una corriente prácticamente letal.
¡Las cosas se ponen serias!-exclamó Dalton mientras saltaba de torre en torre.
Nikola miró hacia arriba. Shimizu, Furui y muchos otros que iban vestidos con ropas parecidas y llevaban armas de artes cíbridas lo perseguían.
¡Redistribución de equipo!-exclamó Dalton en el aire.
Sus coderas se desintegraron y los fragmentos comenzaron a serpentear por sus brazos hasta rodear sus muñecas, donde formaron dos pulseras octogonales de gran tamaño, tanto en radio como en espesor. Eran plateadas, verdes y marrones a franjas. En pleno vuelo, comenzó a golpear con las muñequeras a los soldados de más alto rango del Gobierno. A base de golpes de muñeca, los lanzó contra la azotea de una torre.
¡Están llegando todos!-exclamó Dalton-¡No me puedo creer que la totalidad del Gobierno esté aquí intentando darme caza!
Abajo, Nikola despachaba con determinación a todos los que se le acercaban blandiendo una espada láser verde en cada mano. No tardó en ver cómo todos los persecutores de Dalton caían en picado al suelo. Tras ellos, cayó el propio Dalton, estampando sus muñequeras en el suelo y provocando un plegamiento de tierra masivo que barrió a todos sus contendientes y a buena parte de los de su amigo.
La energía terrestre os ha gustado, por lo que veo…-se jactó Dalton.
No sabían cómo, pero Shimizu tenía de nuevo su faldón en condiciones óptimas. Furui, con su lanza ácida, lo respaldaba. Los otros hombres llevaban armas tan variadas como palas alabeadas en las manos, cuchillas cargadas con fotones, etcétera. Dalton volvió a golpear el suelo con una muñequera, provocando un terremoto. Tras ello, lanzó otro estampido, causando que una estaca enorme de piedra saliese del suelo y levantase a las masas de combatientes.
¡No paran de llegar!-exclamó Nikola, que había empalmado las dos espadas a la altura de las empuñaduras y manejaba el conjunto como una doble lanza-¿Cuántos hay?
Me han anulado los contactos con la logística central.-dijo Dalton-Ya no puedo contar cuántos quedan en reserva…pero no pienses que serán pocos…
Sin mediar más palabra, Dalton saltó y clavó sus muñequeras en el suelo, abriendo un cráter del que salieron vapores muy calientes a presión, diezmando de manera crítica a las tropas restantes.
Si seguimos así…-apuntó Nikola-…nos acabaremos cansando…espera…has estado peleando a la vez ahí arriba con… ¿treinta hombres?
Estos treinta…-Dalton señaló a los que acababa de dejar semiinconscientes-…son el Gobierno. Si los vencemos del todo, los habremos derrocado y nuestro país volverá a la paz política.
¿Y el presidente?-preguntó Nikola.
Está entre ellos.-dijo Dalton-Es ese viejo musculoso…
No lo recordaba así…-Nikola se extrañó.
Tantas mejoras genéticas le han pasado factura…-dijo Dalton-…una de sus operaciones salió mal y, a raíz de ésa, todas las demás.
Las muñequeras de Dalton se deshicieron. Sus guantes volvieron a la normalidad y las cremalleras de sus brazos se cerraron.
Tendremos que acabar con ellos…-dijo Dalton de nuevo-…pero necesitaremos dejarlos solos.
Nikola sacó un puñado de sus Emperor’s Flasks y los lanzó en todas las direcciones, provocando que todas las máquinas se volvieran contra todas.
Me he quedado sin Emperor’s.-dijo Nikola-Espero que duren lo suficiente como para anularse entre ellos…
Tras unos minutos, todo el panorama quedó despejado: no había ni rastro de actividad, sólo cadáveres y máquinas desguazadas. Treinta personas debatiéndose entre la vida y la muerte.
Nikola se dejó caer de rodillas mientras jadeaba. Dalton se quitó la chaqueta y se la ató a la cintura. Al tener su camiseta el cuello vuelto, su sudoración se incrementaba.
No tardarán en volver…-dijo Dalton cruzándose de brazos-…no podremos descansar mucho más.
Los treinta miembros del Gobierno comenzaron a levantarse con esfuerzo. Nikola se levantó y apretó los puños en señal de beligerancia.
¡El presidente Noriyuki Nabeshima va a hablar!-exclamó Shimizu.
El anciano con cuerpo de vigoréxico se adelantó.
¡DESPLIEGUE DE TODAS LAS UNIDADES!-bramó-¡MUERTE A GISHI JOHN AMETATSU DALTON Y A SHOGUN NIKOLA CHOU TESLA!
Nadie acudió.
No puede ser…-dijo Furui.
¡Desplegad los sensores!-ladró el presidente.
Quedan…-dijo otro de los oficiales-…cero unidades activas en kilómetros a la redonda. Ni biológicas ni mecánicas…estamos solos.
Nikola se sorprendió, pero Dalton no pudo evitar sonreír.
Piensa el porqué, Nikola…-dijo Dalton con sorna.
¡Claro!-Nikola sonrió.
¿Qué demonios estáis cuchicheando?-preguntó el presidente Nabeshima-¡Estáis acabados!
Dalton les sonrió ácidamente y chasqueó los dedos.

martes, 24 de septiembre de 2013

[WCII] Episodio IX: Jaque al jefe

COALESCENCE
WORLDS COLLIDE II
Episodio IX · JAQUE AL JEFE

¿De verdad es ésta vuestra forma de recibir a vuestro jefe?-preguntó Dalton-Si de verdad trabajáis para la seguridad, sabréis a quién os estáis intentando oponer.
Se ha detectado un insurrecto emergido del mundo de abajo.-dijo la voz sintética-Procediendo a su eliminación.
¿Os habéis vuelto locos?-gritó Dalton-¡Sé que me estáis escuchando! ¿Acaso no me reconocéis? ¿O es que hemos venido a una trampa?
Sea lo que sea…-dijo Nikola-…están empezando a cargar los cañones.
Uno de los robots disparó contra Nikola, que se encontraba desarmado. Dalton se interpuso y bloqueó el disparo desplegando un escudo electromagnético.
Open Ether Circuit…-susurró Dalton-…¡Thunder Bolt III!
Un rayo cayó del cielo y escindió al robot, provocando su explosión inmediata.
Espero que os sirva como advertencia.-dijo Dalton.
Los demás robots dispararon todos a la vez. Dalton se pegó a Nikola y desplegó una semiesfera electromagnética que absorbió los disparos.
¡No le haréis ni un solo rasguño!-exclamó-¡Ni uno!
Los robots desplegaron unos pequeños brazos dotados de largas púas y se lanzaron a la embestida.
¡Ellos lo han querido!-exclamó Nikola-¡Levanta el escudo!
Dalton le hizo caso sin preguntar nada. Nikola atrapó al vuelo a uno de los robots y lo estrelló contra el suelo simulando una poderosa llave.
Esos brazos son tan prodigiosos como parecen…-lo elogió su amigo-…has destrozado la máquina de un golpe…y son tan naturales como los de un recién nacidos. Para que luego digan que sólo los mejorados genéticamente pueden ganar peleas…
Dalton esquivó con una elegante maniobra a uno de los robots que intentaba ensartarlo, tras lo cual lo pateó con dureza hasta estamparlo contra la puerta grande, desde donde cayó inerte al suelo.
Basta de juegos.-dijo Dalton-¡Ether Drive! ¡Lightning III!
Del cielo cayeron tantos rayos como robots había, acabando con todos a la vez.
Tu dominio del Ether poco tiene que envidiar a mis brazos, ¿no crees?-preguntó Nikola.
Juntos somos imparables, ¿recuerdas?-preguntó Dalton con una sonrisa.
¿Cómo olvidarlo?-Nikola le devolvió la sonrisa.
Las puertas se abrieron. Un pequeño grupo de soldados armados salió y rodeó a la pareja, apuntando a Nikola.
¡Señor Dalton!-exclamó el más alto-¡Está usted violando nuestras leyes!
Y, ¿qué estáis haciendo vosotros al amenazar a vuestro jefe?-preguntó Dalton-¿Cumplirlas y predicar con el ejemplo?
El cuartel ha determinado que…-intentó argumentar otro soldado.
¡LA TOTALIDAD DEL CUARTEL ES TAN SUBORDINADA MÍA COMO VOSOTROS!-exclamó Dalton-Dadme un único motivo para no punir esta insubordinación con la dureza que caracteriza a nuestro régimen.
¡No puede acercarse gente de abajo!-exclamó uno de los soldados.
Gente de abajo…-dijo Dalton con rabia-… ¡ASQUEROSOS! ¡ODIOSOS! ¡ESO ES LO QUE SOIS! La gente no es más que eso, gente…él es tan hombre como yo y, con creces, más hombre que todos vosotros. Vuestra lógica retrógrada me está irritando…y no voy a ser yo quien os puna, no…haremos algo mejor y más divertido.
Se giró a su amigo.
Nikola, amigo mío, sé que, por mucho que te esfuerces en mantener la corrección, les guardas cierto rencor a todos los peces gordos.-dijo Dalton-¿Te apetece desquitarte? Son todos tuyos. Los entrené hace un año, no son rivales para ti.
Bueno…-dijo Nikola-…es cierto que venía en son de paz para hablar las cosas, incluso vengo sin armas, pero…no creo que las necesite.
Los soldados comenzaron a disparar a Nikola a bocajarro. Con sorprendente agilidad, el joven saltó y cayó a espaldas de dos de ellos, los agarró del cuello y chocó sus cabezas con fuerza, haciendo que se desplomasen. Tenía a otro hombre delante y a otro más detrás. Se deshizo del que tenía detrás con una vigorosa patada trasera que lo lanzó por los aires y, al volver a la posición de guardia, lanzó una patada alta contra el mentón del otro soldado, causando que saliese disparado también. Los tres hombres que quedaban comenzaron a disparar a la vez. Nikola se agachó, se deslizó por el suelo y agarró a uno con las piernas haciendo un movimiento de tijeras con el que lo derribó hasta el suelo, donde lo estranguló secamente. Sin levantarse, alzó las piernas para golpear y tirar a los otros dos. Se subió encima de uno de ellos y lo dejó inconsciente a puñetazos, tras lo cual rodó hacia el otro, agarrándole el brazo en pleno giro y rompiéndoselo mientras terminaba de rodar. Dalton aplaudió.
Era una trampa.-dijo Dalton-Quieren quitarme de en medio, por lo que veo. Una pena que no vayan a poder…
Siguieron avanzando por el pasillo con la intención de llegar a la vena central del complejo de edificios. Pasaron por al lado de un enorme tubo transparente que contenía una plataforma circular de ascensor. En ella bajaban dos hombres con uniformes distintivos parecidos al de Dalton pero menos ostentosos.
Vaya, vaya…-dijo Dalton mientras el tubo se abría en el nivel en el que estaban.
Los hombres salieron.
Shimizu, Furui…-dijo el chico pelirrojo-…exijo una explicación.
Estás exento de todos tus cargos.-dijo uno de los hombres-Hemos descubierto que conocías las intenciones de este golpe de Estado desde que fue ideado. En la última retransmisión te encontrabas en el mismo espacio físico que los individuos que fueron avistados saboteando nuestras acciones…la mujer que voló el edificio y la que secuestró la flota de naves y permitió que la gente de abajo se extendiese por nuestras nobles tierras.
¿Sabéis qué?-dijo Dalton sin sorprenderse lo más mínimo-No me cuesta pagar ese precio. Sois, en número, en peso, en importancia y en consideración, menos los que os habéis sublevado contra mí que los que se han sublevado por sus DERECHOS, los que les corresponden por el mero hecho de haber NACIDO. Si queréis expulsarme de la política, hacedlo: nunca me ha gustado. Habéis caído como idiotas: os habéis comido mis engañifas como si fueran platos de manjares. Todo esto ha sido por el bien de la igualdad y la justicia…y, por supuesto, el siguiente paso… ¡es acabar uno a uno con todos vosotros!
El faldón de la chaqueta de Shimizu se alargó enormemente, desplegando un abanico de cuchillas automatizadas debajo de él mientras se ponía en guardia. Furui ensambló, a base de piezas que salían disparadas de su uniforme, una lanza de dos puntas que desprendía una radiación verde de aspecto peligroso.
Artes cíbridas…-dijo Dalton-…veo que queréis jugar en serio…
Dalton extendió su mano derecha hacia ellos mientras atrasaba ligeramente la pierna izquierda. El brazo derecho lo dejó completamente lacio.
Con una mano me basto para haceros morder el polvo.-dijo Dalton con seriedad.
¡No nos toma en serio!-exclamó Shimizu-¡Vamos a matarlo!
Sozaburo Furui era conocido por sus tendencias psicópatas en el campo de batalla. Su tosca y pesada lanza desprendía rayos descontrolados de luz ácida: su tecnología era tal que habían podido fusionar las propiedades físicas de la luz con las de los ácidos en disolución líquida. Saltó hacia Dalton con un agudo grito. Akihiro Shimizu era mucho más frío y reservado, pero muy duro en combate, por lo que se limitó a ondear la cola de su chaqueta, provocando una onda cortante cargada de energía eléctrica.
Open Ether Circuit.-dijo Dalton sin ninguna emoción-Blizzard II.
Sendas explosiones de hielo interrumpieron los ataques de sus agresores, obligándolos a retirarse.
¿Estás usando un Ether de nivel por debajo del máximo normalizado?-preguntó Shimizu-¿Te burlas de nosotros?
No merecéis que utilice más.-respondió el adolescente sin cambiar de posición-Con los robots era inevitable porque su chasis era más duro que vosotros, vejetes…
¡Voy a arrancarle la piel a tiras!-exclamó Furui-¡Encaja ESTO!
Furui corrió hacia Dalton mientras hacía círculos con su lanza gigantesca. Chocó contra algo duro. Su estómago se encogió y el dolor comenzó a latir. Escupió sangre. Nikola había interpuesto su brazo derecho en su trayectoria con una agilidad y un acercamiento tal que no había podido esquivarlo.
No es justo un combate de dos contra uno.-dijo Nikola-Ni lógico siendo nosotros dos.
Él es una de las muchas razones por las que no necesito cambiar de posición para ganar este combate.-dijo Dalton.
¡Ni siquiera llevas armadura de disrupción estándar!-le espetó Furui a Nikola-¡Un golpe de mi lanza te hará pedazos!
Si me alcanza, claro.-Nikola movió circularmente los hombros.
¡Insolente rata de alcantarilla!-chilló Furui.
¡Está bien!-exclamó Shimizu-¡Ataquemos a los dos a la vez!
Shimizu agitó ferozmente su faldón, extendiendo las cuchillas en un peligroso patrón curvo hacia Nikola y Dalton. Furui se introdujo en la curva para evitar la huida y comenzó a maniobrar peligrosamente con su lanza.
Open Ether Circuit…-mencionó Dalton con cierto aburrimiento-…Inferno I.
Unas brillantes explosiones de fuego quemaron a los oficiales y frustraron sus ataques. A Furui se le escapó la lanza y el faldón extensible de Shimizu se tambaleó, momento que Nikola aprovechó para saltar por encima de él, agarrarlo y atárselo a su dueño alrededor del cuerpo.
Ése ha sido incluso más débil…-dijo Furui-…eres tan insolente como parecías mientras compartíamos bando, mequetrefe…
Cierra la boca, psicópata fascista.-dijo Dalton en voz bastante baja, todavía sin cambiar de posición.
Nikola saltó para alejarse de Shimizu, que comenzó a electrocutarse.
¿Cómo has detectado que había activado el pulso eléctrico de mis cuchillas?-preguntó Shimizu anonadado.
La electricidad no esconde secretos para mí, señor.-dijo Nikola con fingida amabilidad-Prácticamente puedo olerla. Y ahora mismo huele a…cortocircuito.
El faldón de Shimizu cayó lacio sobre sus piernas.
No puede ser…-dijo Shimizu, frustrado-…la corriente ha realimentado el arma y… ¿cómo ha podido pasarme esto a mí?
Eso te pasa por no ser ingeniero.-se burló Dalton-Los militares os emocionáis con la tecnología armamentística y os centráis en manejarla como vuestra burda sed de sangre os da a entender, pero no os paráis a pensar en cómo funcionan los artilugios que usáis.
¡Este niño se está riendo de nosotros!-ladró Furui.
¡Mi arma ya no funciona!-exclamó Shimizu-¡Tendré que recurrir al Ether! Niño, no seré tan juguetón como tú… ¡voy a ir directamente a matar! Unleash Ether Vibration… ¡Beam Bolt III!
Una explosión luminosa de color azul celeste sacudió a Dalton, que mantuvo estoicamente su posición.
Débil.-dijo Dalton-Permíteme que te enseñe cómo se hace… ¡Ether Drive! ¡Satellite III!
Una esfera del mismo color ascendió por encima de sus cabezas y se dividió en dos proyectiles que cayeron sobre cada uno de los hombres, sumiéndolos en sendas explosiones que acabaron por desarmarlos y tirarlos al suelo.
No…puedo…-se quejó Shimizu-…continuar…
Esto…-farfulló Furui-…es…increíble…
Se terminaron de desplomar. Dalton bajó la mano y aunó sus piernas de nuevo.
Patéticos.-dijo-Gracias por tu asistencia, Nikola.
No hay de qué.-dijo su amigo con una sonrisa.
El complejo entero comenzó a sacudirse. Se dispararon todas las alarmas.
¡Alerta roja!-exclamó una voz sintética-¡Amenaza de máxima prioridad! ¡Objetivo: Ichinoji Sakurai, antiguamente jefe Gishi John Ametatsu Dalton!
Maravilloso.-dijo Dalton.
¿Sabías o, al menos, intuías que esto iba a ser una trampa?-preguntó Nikola.
A ti no te mentiría nunca: sí.-dijo Dalton-Tú has dado tu golpe de Estado y yo daré el mío a la vez. Derrocaremos al Gobierno. Es nuestra única oportunidad. Ahora o nunca.
Está bien.-dijo Nikola-Podremos con todos.
Ése es el espíritu.-Dalton hizo un gesto de aprobación.
Se abrieron todas las puertas y bajaron todos los ascensores. Ambos se esperaban masas y masas de máquinas y soldados dispuestos a destruirlos con grandes y peligrosos arsenales equipados. La descarga no fue para nada menor: comenzaron a salir guardias y todo tipo de máquinas automatizadas de todas partes con la disposición de acabar con Dalton y con su amigo Nikola.
No son ni la décima parte de lo que hay almacenado.-advirtió Dalton-Vamos a tener que esforzarnos un poco.
Me encanta esforzarme.-Nikola se puso en guardia con los puños muy apretados.
Ya somos dos.-Dalton se puso los brazos sobre las caderas mientras su gesto se iluminó como si acabase de tener una idea revolucionaria.

lunes, 23 de septiembre de 2013

[WCII] Episodio VIII: Prisa

COALESCENCE
WORLDS COLLIDE II
Episodio VIII · PRISA

¿Piensas acudir tú solo a esa llamada?-preguntó Freya.
Desde luego que no.-Dalton se sonrió-Voy a llevarles a Nikola para que lo vean bien y se traguen sus ansias de dominación.
¿Y nosotros?-preguntó Metallurgy con cierto recelo.
Va a haber movimiento, ¿verdad?-preguntó Nikola.
Sí.-le respondió Dalton, tras lo cual se giró al grupo de personas que procedían de una época situada cinco milenios atrás-Estáis todos invitados a venir conmigo. No os aburriréis. Sin más dilación, por favor, subid y presentaos brevemente.
Freya, Yamiyuki, Aquanika, Pamela, Ibara, Itami, Metallurgy y Yurika subieron al estrado mientras Nikola y Dalton se sentaban juntos en las sillas del público. Sin que nadie lo propusiese y, pareciéndoles natural a todos, fue Freya quien se adelantó y tomó la palabra.
Mi nombre es Freya, como ya sabéis, y tengo 20 años.-se presentó-En mi época, soy la líder de la comunidad científica, esto es, la ciencia contemporánea no esconde secretos para mí y muevo el mundo científico, tecnológico y académico a nivel mundial. Antes de continuar, me gustaría que mis compañeros pudieran presentarse debidamente.
Mi nombre es Yamiyuki Kuroi.-el chico de cabello negro y ojos rojos se acercó a Freya-Tengo 18 años y, oficialmente, soy un estudiante de Ingeniería Electrónica. Realmente tengo el nivel de conocimientos teórico-prácticos y la capacidad operativa de un doctor ingeniero en diversas ramas, principalmente la Ingeniería Electrónica, la Ingeniería Eléctrica, la Ingeniería Física, la Ingeniería Mecánica, la Ingeniería Aeronáutica, la Ingeniería de Telecomunicaciones, la Ingeniería Informática y la Ingeniería de Control.
Y así, uno a uno, todos se fueron presentando. La última en hacerlo fue Pamela.
No os debo nada como para facilitaros información sobre mí, pero las circunstancias así lo exigen.-Pamela miró a Freya con cara de asco-Soy, como ya os he dicho, la jefa Pamela Rosenstiehl, tengo 26 años y, al igual que el resto del grupo, salvo los que aún están estudiando, soy ingeniera. Me doctoro en Matemáticas y Física antes de cursar mis estudios ingenieriles, tras lo cual estudié Ingeniería Mecánica, Ingeniería Eléctrica, Ingeniería Informática, Ingeniería Electrónica, Ingeniería de la Edificación, Ingeniería Naval, Ingeniería Aeronáutica, Ingeniería Forestal, Ingeniería de Caminos, Ingeniería Química, Ingeniería Genética, Ingeniería Biomédica, Ingeniería Civil, Ingeniería Física e Ingeniería de los Recursos Energéticos de manera más o menos simultánea. No tengo mucho más que decir…que os importe, al menos.
Freya volvió a tomar la palabra.
Somos un grupo de científicos e ingenieros que trabaja de manera colectiva para nuestro beneficio académico, laboral, personal y económico aprovechando las sinergias existentes fruto de la combinación de nuestras destrezas.-dijo Freya-Asimismo y, fuera de lo oficial hablando burocráticamente, nos dedicamos a la lucha activa contra el terrorismo mundial, especialmente contra las fuerzas mágicas del mal. He observado que, para vosotros, no existe la magia, lo cual me hace pensar que o bien se ha extinguido o, por contraparte, y más creíble a mi óptica, se ha separado completamente del planeta. Vuestro bagaje historiográfico ha sufrido el peso de demasiados años de humanidad, por lo cual veo coherente que hayáis perdido información de una época donde existió la magia, si bien sabéis qué tipo de máquinas y qué tipo de estudios tenemos en nuestra era, lo cual es una laguna que rellenaremos en lo sucesivo, estoy segura de ello. Nos hallábamos en la persecución del criminal Shiroi Kamiyama, que se vale de su caché como científico para encubrir sus líneas turbias: pederastia, tráfico de drogas, tráfico de armas, tráfico humano, explotación de empleados, especialmente menores, experimentos con humanos y un largo etcétera. Decidimos realizar un asalto frontal cuando, de pronto, descubrimos que se había rodeado de individuos mágicos muy poderosos y, juntos, solaparon nuestras épocas con un hechizo. Si yo no hubiera estado ahí para interrumpirlo, ahora mismo la colisión habría sido total y no estaríamos aquí para contarlo. Puesto que he participado, al principio sin saberlo, por simple persecución de la justicia, en vuestra guerra, creo que estamos en condiciones de cooperar y trabajar mano a mano: os ayudaremos en esta guerra civil si y sólo si nos brindáis vuestro apoyo para nuestra empresa: Kamiyama anda suelto y sus aliados también. No dudarán en sembrar el terror y el desorden allá por donde pasen para la consecución de sus fines egoístas, y tampoco dudarán en aliarse con posibles individuos de esta época que se les asemejen. Nuestras cooperaciones no son sólo en el campo de batalla, sino también a nivel de logística, empleo, productividad y optimización del trabajo: la estrategia básica es combinar la vida diaria con la extraoficial para lograr efectos sinérgicos en ambas esferas, alcanzando grandes resultados. No sé si lo seguís manteniendo en la literatura, pero, al igual que existen las máquinas, existen los monstruos: criaturas mágicas. Igual que de la ciencia y la tecnología surgen los robots, de la magia surgen los monstruos, tomad esa analogía. Son como autómatas, pero vivos y de composición orgánica totalmente. Al igual que las máquinas, los monstruos pueden ser beneficiosos o perjudiciales, ya no en función de sus programas, sino de sus intenciones, pues son seres inteligentes. Por el poco tiempo que tenemos y todo lo que es preciso realizar en estos momentos, concluyo en que será mejor ir limando el resto de asperezas y subrayando los detalles que hayan quedado en suspensión en lo sucesivo, mediante la pura práctica de nuestros esfuerzos dirigidos al equilibrio y al bien. ¿Alguna pregunta?
Los dos chicos negaron con la cabeza.
Bien.-dijo Freya-¿En marcha?
Nikola y Dalton asintieron mientras se levantaban.
Menudo equipo…-dijo Dalton-…todos superdotados, con grandes habilidades y con muchos estudios. Serán un buen partido, una buena alianza.
Nos han salvado de estar abajo.-recordó Nikola-Ya son merecedores de honor por ello. Espero conocerlos mejor en lo venidero. La magia me resulta inquietante…
Hemos de pensar en ella como si fuera el Ether pero sin nanomaquinaria, ¿verdad?-preguntó Dalton.
Algo así es lo que pienso.-respondió Nikola-Freya se ha explicado muy bien.
Dalton dio dos palmadas al aire.
¡Bien!-exclamó-Es hora de personarse en el Cuartel General Central. La red de infraestructuras del país ahora mismo es tan ingente que nuestro Cuartel General es un intrincado puzzle…
Te seguiremos.-asintió Freya.
Si me disculpáis, voy a cambiarme.-dijo Dalton.
Un círculo de luz azul barrió su cuerpo. Sus ropas cambiaron completamente: llevaba un uniforme militar de color marrón. Pantalones de combate, botas altas negras y una larga chaqueta abierta a partir de la cintura, con puños negros. Una gorra militar. Guantes blancos.
Odio vestir así…-dijo Dalton-…pero es lo que toca. De acuerdo, equipo, yo iré delante. Nikola, me seguirás de cerca, asegurándote de que permanezcas tan visible como yo en cada momento. Los demás ya podéis ir pensando cómo me vais a demostrar las habilidades que decís que tenéis para la infiltración y el sigilo. Me gustaría poder depender de vosotros si lanzase cualquier tipo de señal.
Chasquea los dedos y tus enemigos quedarán reducidos a partículas.-le aseguró Freya.
De acuerdo, pues.-dijo Dalton-¡En marcha! Oh, se me olvidaba…
Se quedaron mirándolo.
Como pensaba…-dijo Dalton-…tenemos tu talla en el almacén, Nikola.
Otro círculo azul. Esta vez cambió las ropas de Nikola: pantalones rectos de color verde muy oscuro, botas negras altas sin ningún tipo de adorno, camisa de color verde claro. Su pelo se recogió en una coleta: el coletero era blanco y plateado.
No te alarmes.-dijo Dalton-Tenía que quitarte la ropa para evitar sospechas: no estás entre los privilegiados que tienen derecho a aparecer armados por las instalaciones. Ya voy yo armado por los dos, no te preocupes.
Nikola asintió y echó a andar detrás de Dalton, que abandonaba las instalaciones a toda prisa. Freya y los demás los siguieron de cerca. Cuando se encontraron de nuevo al aire libre, Dalton se giró hacia el resto y tomó la palabra.
No deben veros.-dijo Dalton-Y no me refiero a la vista fisiológicamente hablando: ningún sensor os debe detectar. Sé que vais armados, así que os será aún más difícil pasar desapercibidos. Si os detectan, no podréis escapar.
No creo que te defraudemos.-dijo Yamiyuki-Y, en el remoto caso de que nos detecten…no necesitaremos escapar…podremos con quien aparezca y/o con lo que aparezca.
Se os ve confiados…-Dalton sonrió-…veremos si esa confianza está fundamentada o no.
Ya lo creo que lo está.-apostilló Freya.
¡Venga, vieja, alegra esa cara!-Aquanika le dio una palmada en la espalda a Pamela-¡Vamos a cargarnos a gente juntas! ¡Como en los viejos tiempos!
Estoy hundida en la mierda.-dijo Pamela.
Yo también.-dijo Aquanika-Lo está todo aquel ser viviente que se atreve a ir en contra de los caprichos de nuestra ilustre líder. No obstante, algún día la derrocaremos. Hasta entonces, hay que pensar en cómo, cuándo y en cómo divertirnos hasta entonces para no amargarnos, ¿no crees? ¿O ya estás amargada? La menopausia…
Vete al infierno, Aquanika.-Pamela le giró la cara.
Yo también te quiero.-Aquanika sonrió.
Seguid soñando.-dijo Freya-¡Vamos! ¡Tras ellos!
Todo el grupo se esfumó.
Veo que están haciendo los deberes…-dijo Dalton mientras corría hacia el lugar donde lo habían citado.
¿Puedes detectarlos?-preguntó Nikola mientras lo seguía-Está claro que yo no…acabo de emerger de siglos y siglos de atraso tecnológico.
La verdad es que…-dijo Dalton-…no. ¿Cómo lo hacen?
Magia.-oyó una voz en su cabeza.
¿Te pasa algo, Dalton?-Nikola le agarró un hombro.
No ha sido nada…-respondió-…tal vez alguna interferencia de señal entre tanto tráfico aéreo de aviones de combate. Podemos seguir, estoy bien.
Tras un rato más de camino, vieron frente a ellos una enorme estructura de planta circular, rodeada por un aislamiento cristalino y transparente y dividida en módulos estratégicamente posicionados, como si fuera una ciudad a pequeña escala. Las puertas de entrada eran de color crema muy saturado con grabados en brillante y afilado color rojo.
Ya estamos aquí.-dijo Dalton.
Extendió la mano hacia la puerta. Se abrió un panel flotante táctil de comunicaciones. Pulsó un par de botones y activó una cámara que le enfocó la cara de manera remota.
Ministro Gishi John Ametatsu Dalton presentándose.-hizo un saludo militar-¿Me han llamado?
El panel pasó de azul a rojo. Se activó una alarma y se desplegaron miríadas y miríadas de robots voladores de aspecto ligero y armados con cañones que rodearon y apuntaron a la pareja.
¡Alerta!-exclamó una voz sintética-¡Intruso!
Lo siento, Dalton…-se excusó Nikola.
He sido yo quien te ha traído.-dijo Dalton-Eres mi protegido político, no hace falta ni decirlo. Y, por encima de ello, eres mi mejor amigo. Vamos a salirnos con la nuestra, Nikola, lo vamos a hacer a lo grande, ¿de acuerdo?
Nikola sonrió y se crujió los nudillos.
De acuerdo.-dijo.

jueves, 19 de septiembre de 2013

[WCII] Episodio VII: Contrastes

COALESCENCE
WORLDS COLLIDE II
Episodio VII · CONTRASTES

Nadie se inmutó.
He hecho una petición clara.-dijo Freya-¿Dónde queda vuestra consideración?
Yurika fue a protestar por la interrupción de su combate, pero Freya la cortó con un gesto de su mano que le indicó que parase.
Yurika…-Freya se giró hacia su compañera-… ¿qué ha pasado?
Esa mujer ha salido de la nada y me ha atacado.-se limitó a decir Yurika-Está aquí por ella.
Señaló a Aquanika.
Así que la doctora Vinokourov pensaba que podía atacarnos desde dentro…-dijo Freya-…creía que teníamos un contrato.
Gracias por pedirme una explicación con la misma neutralidad que a esa niña.-dijo Aquanika.
¿Qué quieres?-le preguntó Freya-¿Que me fíe de una persona que ha estado persiguiéndome e intentando matarme infructuosa y recurrentemente?
Para tu información, Freya…-dijo Aquanika-…mi contacto estaba aquí por motivos académicos: un proyecto conjunto. Vamos a llevar a cabo una línea de investigación entre las dos y aproveché que había viajado hasta Japón para reunirme con ella…sólo pensaba en optimizar tiempo, por lo que le dije que se encaminase hacia el lugar de Kamiyama para cargarse a quien se le terciase. Estaba aquí para, digamos…ayudarnos.
Según me ha dicho…-rebatió Yurika-…tenía información sobre nosotros facilitada por ti y quería enfrentarse a cualquiera de los aquí presentes…-miró a los hombres que habían llegado con Freya-…salvo los recién llegados…
Un ligero golpe sacudió el suelo. Pamela emergió del cráter que Freya había abierto con su propio peso. Con la ropa llena de polvo, la gorra torcida y el pañuelo del pecho aflojado, hizo un saludo militar lleno de socarronería.
Hola a todos y gracias por hablar de mí a la ligera, incrementando mi fama.-dijo-Soy la jefa Pamela Rosenstiehl, y, al igual que vosotros, soy doctora científica y técnica. ¿Es ésta la forma que tenéis de tratar a los ingenieros en Japón?
No.-dijo Freya-Yo también soy ingeniera y me trato muy bien.
¿Te crees muy graciosa?-preguntó Pamela apuntándole a la cara con un destornillador que había sacado de uno de sus aparentemente infinitos bolsillos.
No especialmente.-respondió Freya mientras agarraba el destornillador y lo doblaba por la mitad-Te aconsejo no buscarme las cosquillas.
Hija de…-dijo Pamela contemplando horrorizada su destornillador.
Aquanika…-dijo Freya-…has traído a tu amiga al mismo destino que tú encontraste conmigo.
No me jodas…-dijo Aquanika.
¿De qué está hablando ese mastodonte?-preguntó Pamela.
¿Te interesa que te contrate?-Freya sonrió-Habrá dinero, trabajos ingenieriles y gente a la que matar.
Suena interesante.-dijo Pamela-No obstante, mi única jefa soy yo.
Rechaza esa oferta de mierda o estarás 24/7 con un arma empuñada por esa mujer apuntándote a la nuca.-dijo Aquanika.
Está rechazada.-dijo Pamela.
Has atacado a una de mis empleadas y le has causado daños físicos.-dijo Freya-¿Cómo piensas indemnizarme? Parece que no entiendes bien tu situación.
¿Empleada?-Pamela se rió-Es menor de edad, chica…eso es ilegal, podría denunciarte y adiós  a tu indemnización y a tu vida. Que un menor trabaje es algo, hasta cierto punto, normal, pero que se vaya de misiones con un grupo de psicópatas suicidas…es ilegal.
No debe de ser mucho menos legal que cargarse a gente por placer y realizar determinados experimentos con aplicación al BIOTERRORISMO.-respondió Freya-Podríamos batirnos en un duelo de quién denuncia antes, pero saldrías perdiendo. Ni la luz es más rápida que yo.
¿Cómo coño…-preguntó Pamela.
Sé que has oído hablar de mí.-dijo Freya-Y más cuando Aquanika te ha pasado dossiers sobre nosotros. Soy Freya, lo sabes, ¿no?
Espera…-dijo Pamela-… ¿la misma Freya que, por activa o por pasiva, directa o indirectamente, con o sin conocimiento de la empresa, es nuestra jefa en última instancia?
Veo que nos vamos entendiendo.-Freya alzó la punta de un pie-La cabeza actual de la comunidad científica. ¿Cómo no voy a conocer los profundos, sobresalientes e infames trabajos de la aún más infame doctora Pamela Rosenstiehl? Te gusta demasiado investigar con virus mutagénicos, ¿no es así? Vendes tu mierda a manos más sucias que tus propósitos, ¿verdad?
¡Pamela Rosenstiehl!-exclamó Yamiyuki-¡Estaba en la lista que obtuve en mi facultad, Freya! ¿Recuerdas que te hablé de una mujer de apellido impronunciable?
Ahora todo cuadra…-Freya sonrió perversamente: tenía a Pamela contra las cuerdas.
Mierda, Aquanika…-dijo Pamela-…mierda. No me dijiste que esa Freya era la que todos los científicos conocemos. ¡Me cago en ti, niña de mierda, me has engañado! ¡Eres una pequeña puta!
Si te lo hubiera dicho, habrías pasado de venir a verme.-rió Aquanika-No habría sido tan divertido.
Con todo lo que me debes…-dijo Pamela-… ¡tú y yo vamos a acabar matándonos!
Rosenstiehl, vieja zorra…-dijo Aquanika-…sé que te gustan las emociones fuertes.
Me has hundido en mierda en cero coma, niña endemoniada…-le espetó Pamela-…te voy a dar unos buenos azotes cuando te pille…
En resumen…-las interrumpió Freya-…firma usted el contrato, ¿no es así, doctora Rosenstiehl?
¡Puta zorra rastrera!-maldijo Pamela por lo bajo en francés.
Antes de ponerte en ridículo, ¿por qué no vigilas que no haya nadie a tu alrededor que entienda el idioma que usas?-dijo Freya en el mismo idioma.
Pamela se calló.
Buena chica.-dijo Freya.
Esto no quedará así…-dijo Pamela-…en la vida me habían ninguneado de esta manera… ¡descuídate y acabaré metiéndote ESTO por donde te quepa!
Pamela apretó un brazo, mostrando un portentoso bíceps. Freya se puso de espaldas, se apartó la melena e imitó el movimiento de Pamela, mostrando también su bíceps.
Aficionada…-dijo Freya.
Nikola se quitó las gafas y se las volvió a poner, incrédulo.  Aquanika reprimía una risa, Yamiyuki sonreía con satisfacción, Metallurgy miraba la escena con preocupación mientras dejaba que Yurika se apoyase en ella. Ibara e Itami miraban con lascivia.
Esto me pone demasiado.-dijo Ibara.
Ya somos dos…-corroboró Itami.
Freya.-Yamiyuki rompió el silencio.
¿Sí?-preguntó Freya girándose hacia su compañero.
Tendríamos que reunirnos para formalizar y poner en común los últimos hechos.-dijo el chico-Apenas ha pasado la noche, pero han sucedido demasiadas cosas e incluso hay más personas involucradas. Huelga decir que son de fiar.
¿Por qué lo sabes?-preguntó Ibara, recelosa.
Los ha traído Freya.-dijo Yamiyuki-O son de fiar o, en su defecto, como Pamela y Aquanika, como si lo fueran.
Llevas razón.-Freya asintió-Necesitaríamos un lugar de reuniones. ¿Los autóctonos…bueno, los coetáneos…conocéis alguno?
Dalton abrió la boca por primera vez.
Conozco un lugar.-dijo-Está algo lejos de aquí, pero la totalidad del edificio me pertenece. Es un búnker de seguridad dotado de múltiples dependencias, incluida una sala de juntas.
No se hable más.-asintió Freya.
. . .
Apenas había pasado media hora y ya se encontraban en una sala llena de sillas con una tarima llena de maquinaria expositiva y pantallas. El edificio estaba intacto, y se extendía bajo tierra, siendo la entrada una pequeña esclusa en el suelo.
Hoy no llegaremos tarde a trabajar.-dijo Freya mirando su móvil- Ni a trabajar, ni a entrenar, ni a clase, ni a nada.
Yamiyuki asintió mientras miraba el suyo.
Tokyo se ha ido a la mierda.-dijo Freya-Todos los sitios en los que trabajo están cerrados por alarma crítica o destruidos.
La universidad se ha congelado.-Yamiyuki estaba leyendo también sus mensajes.
Las noticias no son nada alentadoras…-Ibara e Itami pirateaban varias señales de televisión desde sendas tabletas.
Voy a avisar a mis operarios para que se pongan a salvo y activen las defensas de mis dominios al máximo.-dijo Metallurgy mientras tecleaba con un portátil que había podido extraer gracias a su magia-Enviaré personalmente las claves secretas a la matriz del sistema mediante telemanipulación. Nada ni nadie podrá hacer mella en mi fábrica. Se mantendrá viva mientras esté fuera.
Son gente pluriempleada…-observó Nikola, que estaba con Dalton apoyado en una pared.
Como nosotros.-añadió Dalton mientras levantaba su puño.
Nikola chocó su puño con el de su amigo mientras se sonreían.
Nikola, Dalton,-dijo Freya-,¿podríais acercaros un momento?
Los dos chicos se acercaron.
Me gustaría que subieseis vosotros primero a la tarima y nos explicaseis exactamente quiénes sois y cualquier cosa que debamos saber sobre nuestro mundo. Nosotros haremos lo propio.-les pidió.
No habrá problema.-dijo Dalton-Tomad asiento.
Los dos chicos subieron al estrado mientras los demás tomaban asiento. Bajo las miradas de Freya, Yamiyuki, Metallurgy, Yurika, Aquanika, Pamela, Ibara e Itami, comenzaron su improvisada ponencia. Nikola se adelantó.
Mi nombre es Gareki Kashima.-se presentó-Nombre en clave Shogun Nikola Chou Tesla, Nikola o Tesla para todos. Tengo 26 años y soy inventor. Por motivos de fuerza mayor, no pude estudiar siguiendo los planes actuales del país, por lo que tuve que aprender con herramientas arcaicas y con conocimientos también arcaicos. A vuestros ojos, sería químico e ingeniero eléctrico, principalmente, pero nuestros planes de estudio difieren de los vuestros. Como sabéis, somos de una generación que dista de la vuestra más de cinco milenios.
Comenzó a proyectar imágenes del país en aquellos momentos, así como de distintos aspectos de la dimensión científica de su mundo. Iba renovando los gráficos mientras hablaba.
Nos encontramos en una crisis política y social.-continuó informando-Nuestros gobernantes se han corrompido, han intentado convertir Japón en una potencia malvada, que viva del mal por el mal y ha revivido penas tan antiquísimas como la esclavitud, penas por profesar ideologías diferentes…en resumidas cuentas, estamos bajo una dictadura. Bajo este suelo hay simuladas una recreación de unas alcantarillas de finales del siglo XX donde nos encarcelan a todos bajo cadena perpetua, emulando incluso la contaminación, un fenómeno que, a día de hoy, no existe, si bien en vuestra época lo tratáis de solucionar, no consiguiéndolo hasta mucho más tarde, por desgracia. He estado 7 años encerrado ahí abajo. Se considera clandestino comer decentemente, estudiar, asearse, trabajar y, en general, todo  lo que implique gozar de los derechos de la ciudadanía. Me obligaron a trabajar para ellos, matando a todas las personas que, aun dentro de la celda de castigo, se extralimitaban. Fue ahí donde me preparé para dar el golpe de Estado que hoy ha estallado gracias a Freya. He engañado al Gobierno durante siete años, no he matado a nadie y he estudiado ahí abajo con ayuda de todo lo que tiraban y desperdiciaban a nuestro vertedero: cosas tan antiquísimas como dispositivos de almacenamiento en soportes ópticos, libros y demás útiles que, en vuestra época, son cotidianos, hoy en día son basura obsoleta para los opresores, pero valiosos tesoros para los que apreciamos el valor de la sabiduría. Es por esto que debo de ser la persona de esta época más cercana a vosotros en lo que a conocimientos académicos se refiere. Todo esto no habría sido posible sin la ayuda inestimable de cierta persona…el único miembro honrado del Gobierno, la única persona bondadosa de los altos cargos políticos y militares del país…y mi mejor amigo.
En la pantalla más grande apareció una orla universitaria. Distinguieron a Nikola, que por aquel entonces llevaba el pelo recogido en una trenza y todavía no usaba gafas, así como a Dalton, que tenía el pelo bastante más corto y las facciones mucho más suaves. Parecía que se habían graduado juntos en la universidad.
No puede ser…-cuchicheó Metallurgy-…fíjate en Dalton, parece un niño en esa foto.
Yo diría que, por aquel entonces, lo era…-respondió Freya, que estaba a su lado.
Mi nombre es Ichinoji Sakurai.-dijo Dalton cambiándose de sitio con Nikola-Nombre en clave Gishi John Ametatsu Dalton, Dalton para todo el mundo. Actualmente soy el jefe de seguridad del país, comando y coordino a todas las fuerzas del ejército: tierra, mar, aire, asuntos internos, externos, diplomacia, seguridad ciudadana…todo. Es por eso que me han correspondido varios cargos políticos simultáneos en el actual panorama. Asimismo, soy el actual líder y, en su día, uno de los fundadores, de la Real División de Ingenieros Polivalentes de Japón, la RDIPJ. Soy doctor en Ingeniería del Ether, Ingeniería Micro-Macrocibernética, Ingeniería de Control de Sistemas, Ingeniería de Obras, Exploraciones y Comunicaciones Intergalácticas e Ingeniería Nanomédica, entre otras titulaciones de menor rango. Cuando accedí a formar parte del Gobierno no me imaginé que las cosas iban a ser así. Me propuse a mí mismo utilizar mi influencia, mis habilidades, mis conocimientos y mi poder para intentar cambiar el sistema desde dentro de manera encubierta, lo cual estaba muy acentuado por el encarcelamiento de mi mejor amigo, el cual podría haber sido toda una eminencia si no lo hubieran arrancado de su vida en la superficie. El golpe de Estado de Nikola ha coincidido con un solapamiento temporal provocado por causas desconocidas, por lo que es hora de actuar y cambiar lo que queramos cambiar aprovechando que todo está cambiando. ¿Alguna pregunta? Os noto un poco inquietas.
Sí…-dijo Yurika.
¡No seas indiscreta!-susurró Metallurgy.
¿Cuántos años tienes?-preguntó Yurika.
Tengo 16 años.-dijo Dalton-Aprovecho que habéis sido vosotras las que me habéis preguntado para disculparme con la señorita… ¿Metallurgy? por haberla atacado de manera precipitada. De no ser por todos vosotros, nunca habríamos avanzado tanto en nuestra lucha contra el Gobierno en un solo día…
¿Tiene mi edad?-preguntó Yurika-¿Y ya es doctor? ¡Es demasiado! ¿A qué edad obtendría Freya su primer doctorado?
A la misma.-la oyeron responder.
Me gustaría saber el valor de su CI…-dijo Pamela entre dientes.
Desplegando sensor neural de CI.-dijo Dalton.
Un pulso suave y mantenido recorrió la sala. Marcadores digitales flotantes mostraron los valores de los coeficientes intelectuales de todos los presentes. El de Dalton era exageradamente alto, pero no difería demasiado de los de Yamiyuki y Metallurgy, que lo superaban, ni del de Nikola, que lo igualaba. El de Freya era exageradamente más alto, lo que sorprendió a todos.
¿Podemos continuar?-preguntó Dalton.
Todos asintieron. Las pantallas se llenaron de una transmisión de vídeo.
¡Ministro!-exclamó un hombre con un uniforme militar-¡Persónese en el Cuartel General Central en una hora! ¿Quién es toda esa gente?
Allí estaré, no se preocupe.-dijo Dalton-Cortando transmisión.
Las imágenes se apagaron. Dalton bloqueó las líneas de entrada.
No tengo mucho más que decir al respecto…-dijo Dalton-…ya que vuestro presente y el nuestro están solapados, ¿por qué no nos sentamos ahora nosotros entre el público? Supongo que necesitaremos saber muchas cosas de vuestra época…

miércoles, 18 de septiembre de 2013

[WCII] Episodio VI: Encontronazos

COALESCENCE
WORLDS COLLIDE II
Episodio VI · ENCONTRONAZOS

Sintieron cada uno la mano del otro. Sus cuerpos les parecían pesados y se encontraban en una situación de aturdimiento pasajero. Estaban empotrados en un cerco de escombros. A su alrededor, veían las calles de Japón tal cual las veían siempre, pero sin viandantes.
Fuera lo que fuere lo que nos empujó hasta aquí…-dijo Ibara incorporándose-…no ha sido capaz de separar tu mano de la mía.
Jamás me separaré de ti, Ibara.-le respondió Itami sin soltar su mano mientras se desencajaba del boquete que su cuerpo había formado.
Cuando por fin se hubieron despegado de la mole de escombros, se abrazaron y se besaron. Sabían que habían iniciado el asalto de noche y que habían estado un buen rato peleando dentro de las instalaciones de Shiroi…y, sumándolo al tiempo que podrían llevar inconscientes en aquella calle medio destruida, no les extrañaba que rayase el alba. Tras separarse, se levantaron del suelo y comenzaron a caminar.
¿Cómo hemos llegado hasta aquí?-preguntó Itami-Estamos cerca de tu casa…
Ni idea, pero ese bastardo la lió bien con ese hechizo.-respondió Ibara-Aunque no sé muy bien si ha sido más culpa del hijo de puta o de Freya.
Tal vez sea una oportunidad inigualable para desentendernos de todo y dedicarnos a nuestra vida como hasta hace poco.-adujo Itami-Vamos a tirar esos comunicadores que nos dieron contra el suelo: puede servir como excusa el que se hubieran roto en la explosión si algún día nos descubren…
No hará falta…-dijo Ibara mirando su aparato-…está frito. ¿Y el tuyo?
Itami sacó su comunicador de detrás de una de las corbatas que llevaba.
Muerto también.-informó el chico.
Ibara se encogió de hombros y miró al horizonte.
¿Vamos a mi casa?-preguntó.
El chico asintió y, juntos, echaron a andar hacia el bloque donde vivía Ibara. Su sorpresa fue muy grande al darse cuenta de que, justo al lado de ese edificio, se extendía un área llena de rascacielos gigantescos, edificios flotantes, vehículos aéreos y robots que corrían y disparaban salvajemente unos contra otros.
¿Qué coño es esto?-Ibara dio un paso hacia el frente.
No tengo ni idea…-dijo Itami-…pero será mejor que nos quitemos de la vista.
Entraron al edificio y subieron al piso de la chica. Era muy grande y lleno de lujos impropios de una estudiante adolescente. La totalidad del apartamento estaba decorada al gusto de la chica, con paredes negras, rojas, violetas y rosas, pósters de grupos de música, de imágenes eróticas y pornográficas desde hombres y mujeres desnudos hasta auténticas orgías bisexuales, cadenas pesadas a modo de guirnaldas colgando alrededor de los techos, estanterías llenas de libros de gran tamaño, electrodomésticos de última generación…opulencia en grandes cantidades.
Menos mal que todo está en su sitio…-dijo Ibara mientras paseaba por el apartamento-…aunque no sé por cuánto tiempo…estamos en una zona limítrofe por motivos desconocidos.
Itami había entrado en el cuarto de la chica. Un escritorio muy bien organizado y listo para estudiar con gran intensidad, un armario gigantesco y robusto lleno de ropa y armas, una cama de matrimonio con sábanas de seda roja y blanca, una mesita de noche con una lámpara muy tétrica, estanterías llenas de material de lectura, adornos, cajas y varios objetos de fetichismo, un mueble auxiliar con una televisión muy grande de la que colgaban infinidad de cables por todas las videoconsolas que tenía conectadas, todas ellas con dos mandos. Un telar negro con un pentáculo invertido en el techo. Un trozo de elástico negro pinchado en una pared del que se sujetaban, mediante trabas de seda, látigos, fustas, pinzas, ropa interior ceñida de ambos sexos, tacones, corsés y demás objetos negros y metálicos dedicados al sadomasoquismo.
Has vuelto a decorar la estantería…-dijo Itami fijándose en la parte de los fetiches.
Ibara se acercó y agarró un manojo de calzoncillos y bragas de diseños rompedores.
¿Has visto qué bonitos son todos?-preguntó Ibara con una sonrisa pícara-Son los trofeos que tomé de las personas a las que me tiré la semana pasada. Las manchas están ahí como prueba de lo que se mojaron gracias a mí. Lavarlos sería borrar mi mérito.
Eres una guarra.-le espetó Itami con la lascivia marcada en su rostro.
Ibara le lanzó el puñado de ropa interior usada a su novio a la cara, tras lo cual le empujó en el pecho con una mano y lo tiró contra la cama.
Desnúdate.-le ordenó-Voy a enseñarte lo que les pasa a los perros que ladran a sus amas.
Una erección casi instantánea dibujó la respuesta de Itami.
. . .
Salieron juntos de la ducha. Todavía desnuda, Ibara abrió el armario.
Aún tengo lo que te dejaste la otra vez.-dijo Ibara-Por si quieres cambiarte…
Será mejor, sí.-dijo Itami-La ropa que llevábamos puesta ha quedado inservible.
Y las sábanas…-dijo Ibara al ver cómo chorreaba su cama.
Terminaron de cambiarse. Ibara se había puesto un corsé de color rojo anaranjado con ribetes de espumillón plateado que simulaba alambre de espino, una minifalda negra de tablas, varias cadenas colgando de ella y unas botas altas negras con el empeine, la puntera y la suela de color rojo metalizado. Un chal rojo a juego. Itami tomó del armario lo único que había en él que le pertenecía: una camisa negra de manga corta que colgaba por la parte de atrás hasta casi el suelo, unos bóxers negros ajustados de los que colgaban cadenas e imperdibles, unas medias semitransparentes, unas botas altas de cordones negros trenzados, mitones negros y una gargantilla metálica con la cabeza de una serpiente reposando entre sus dos clavículas. Se ató varios cables negros al pelo.
¿Qué armas has traído?-preguntó Ibara.
Haciendo muestra de su habilidad de ocultación, Itami mostró su arsenal oculto. Ibara hizo lo propio, dejando ver que ambos eran comparables y se complementaban en cierto modo.
¿Quieres coger algo de aquí?-Ibara abrió las partes del armario en las que guardaba las armas.
Me han faltado un par de alfanjes, una espada serpiente y un puñado de granadas de mano. Son armas que me gustan demasiado, sobre todo mis alfanjes del alma…-comentó Itami.
Sírvete.-le dijo la chica-Yo añadiré a mi equipo varios látigos de distintos modos de uso, esta recortada y…tal vez la alabarda.
Una vez se hubieron equipado, no necesitaron intercambiar demasiadas palabras para saber que tenían que salir de allí antes de que las explosiones, cada vez más cercanas, volaran el edificio con ellos dentro. Tomaron una salida improvisada: saltaron por la ventana de la cocina, que daba al patio de luces del edificio. Desde allí, tiraron una puerta y salieron a la calle por detrás del edificio. ¿Realmente seguían en Japón?
¿Qué mierda es esto?-preguntó Itami al ver el panorama.
Estamos metidos de lleno en…este extraño lugar que aparentemente ha colisionado o se ha mezclado con nuestro lugar de residencia.-comentó Ibara-Esto parece sacado de una novela cyberpunk…todo lleno de tecnología punta y destrucción y miseria a su alrededor… ¡mira ese edificio, joder!
Itami miró hacia donde su chica señalaba.
Está lleno de gente y no se les ocurre otra idea maravillosa que hacer un cerramiento con una ventana transparente gigantesca…se ve a todo el mundo desde aquí…me imagino que no les importará mucho que se sepa lo que sea que estén haciendo.-dijo Ibara mientras se fijaba en la gente-¡Un momento!
¡Sí!-Itami se dio cuenta-Ésos son…
En aquel edificio estaban Shiroi y la mayoría de las demás personas que habían visto en aquella reunión interrumpida. Se fijaron especialmente en el chico y la chica que, al parecer, tanto odiaban. También había algunas caras nuevas, como una mujer rubia mucho más alta que todos ellos que parecía ir vestida de novia y un niño pequeño que, por cierto motivo, les resultaba familiar…
¡Mierda!-dijo Itami-¿Te acuerdas que te dije que creía haber visto a un niño apoyado en la ventana mientras follábamos?
¡No me jodas!-dijo Ibara-¿No era una alucinación? ¿Era de verdad? ¿Era ése que está ahí?
Sí…-dijo el chico.
Bueno, no es la primera vez que tenemos público.-Ibara no le dio mayor importancia-Ganamos dinero gracias a eso, de hecho.
Sólo espero que ese niño no se emocione y se piense que lo mío lo tiene todo el mundo cuando termina de crecer, ¡JAJAJAJAJAJAJA!-rió Itami.
Es una de las razones por las que me gustas tú y nadie más.-dijo Ibara acariciando la entrepierna del chico con suavidad, notando una dureza que se adivinó con gran rapidez.
Ahhh…-gimió Itami mientras rodeaba a Ibara con un brazo y le palpaba un seno.
Mientras se tocaban, se dieron cuenta de que el grupo que estaban observando se había separado, quedando ahí quietos únicamente el niño y la mujer de cabello violeta que tanto había impactado a Aquanika.
¡Es la nuestra!-dijo Itami-¿Subimos, nos los cargamos y nos desfogamos sobre sus cadáveres?
¿Follar o matar?-preguntó Ibara relamiéndose-Las eternas drogas, el gran dilema…ahh, al infierno , ¿por qué elegir? ¡Ambas cosas! ¡Vamos a reventarles la cabeza y a echar un polvo sobre sus restos! Necesito liberar tensiones por toda esta cadena de incomprensiones asquerosas… ¡vamos a elaborar una estrategia rápida para maximizar nuestras oportunidades!
Itami asintió.
Yo no lo haría.-dijo una voz masculina conocida detrás de ellos.
Se giraron. Subido a una farola, con su melena y la cola de su sotana mecidas por el viento, se hallaba Yamiyuki.
Vaya…-dijo Ibara.
Tú…-se limitó a decir Itami.
Buenos días, Ibara. Buenos días, Itami.-dijo Yamiyuki con una sorna tan descomunal y malintencionada que se podía cortar con un cuchillo, tras lo cual saltó de la farola, cayendo de pie frente a la pareja-Técnicamente me alegro de veros. Veo que habéis pasado por vuestro fondo de armario…bonitos modelos.
Se acabó nuestro plan de vivir al margen de toda esta mierda, supongo.-dijo Ibara.
No si nos lo cargamos y no dejamos que avise a su amiga…-propuso Itami.
Oh…yo no haría eso, no lo intentaría bajo ningún concepto.-dijo Yamiyuki mientras abría una mano, materializando una bola de fuego gigantesca encima de su cabeza.
La pareja notaba el calor. No respondieron.
Voy a interpretar que estáis de mal humor debido a esta larga ristra de problemas inesperados.-Yamiyuki deshizo la bola de fuego cerrando la mano-Veo que estáis ilesos. Mi comunicador está roto y no he podido contactar con ninguno de vosotros.
Los nuestros también.-dijo Ibara con asco-Mira, por encima de todo…nos salvasteis la vida. Estamos muy quemados con todo este asunto y queremos acabar con Shiroi y sus asquerosos aliados que no conocemos pero que, por el hecho de estar con él, tienen que ser parecidos.
Es comprensible.-dijo Yamiyuki-Yo también quiero ver muerto a Shiroi. Es más, creo que quedó claro que seré yo quien acabe con su vida, sin dudar en matar a quien intente privarme de semejante placer. Todos los polvos que habéis echado en vuestra vida no suman ni una milésima del placer que sentiré cuando ajusticie a ese pedazo de mierda podrida. De momento, lo mejor que podemos hacer es quitarnos de la vista de esa gente desconocida que no tardará en declararse nuestra enemiga. Lo prioritario ahora mismo es reagruparse. Si Shiroi vuelve por donde se ha ido, quedarán sus ojos frente a nuestra posición.
Ibara gruñó levemente. Itami soltó un bufido.
Me lo tomo como un asentimiento.-dijo Yamiyuki-He peinado toda la zona que está detrás de nosotros, así que vamos hacia el frente.
Echó a correr, no tardando en saltar de montículo en montículo para agilizar la exploración. Ibara e Itami lo siguieron de cerca. Tras avanzar un trecho considerable, comenzaron a escuchar gritos y golpes. Yamiyuki se paró en seco e hizo un gesto para que sus compañeros hicieran lo propio.
Hay una pelea cerca.-dijo.
En efecto.-corroboró Ibara-Dos personas, ¿no es así?
Si mis sentidos no fallan, así es.-respondió Itami.
Ni tres ni cuatro.-finalizó Yamiyuki-Dos personas, exactamente. Dos mujeres, a juzgar por las voces. Conozco a una. Vosotros, de hecho, también.
Me lo temía…-dijo Itami.
¡La niña!-maldijo Ibara-¿Ya le están zurrando?
¡Efectivamente, es Yurika!-exclamó Yamiyuki-¡Vamos! ¡Puede estar en problemas!
Con sigilo, se acercaron al lugar de la pelea. No tardaron en alcanzar a ver a las dos mujeres. Una, como habían identificado, era Yurika. Estaba algo despeinada, magullada y con la ropa algo rota, pero no parecía estar demasiado preocupada. Su oponente era una mujer que nunca habían visto, muy alta, robusta y llena de curvas y músculos marcados.
¡Yurika!-exclamó Yamiyuki.
La chica ni se giró, pero se dio cuenta de la presencia de los tres.
¡Atrás!-exclamó Yurika mientras desviaba un puñetazo de Pamela, que se había quitado la chaqueta y la llevaba atada a la cintura-¡Esto ya es algo personal! ¡Voy a estrangular a esta perra!
¿A quién llamas perra?-preguntó Pamela mientras lanzaba un golpe con la pesada llave inglesa que llevaba en la otra mano.
Ese acento me recuerda al de la kazaja...-dijo Ibara-…el ángel que vimos aquel día… ¿recuerdas? Cuando estabas observando en aquella ventana, Itami… ¿quién nos iba a decir que eran Freya y Aquanika zurrándose? ¿Quién nos iba a decir que acabaríamos junto a ellas?
Esa tía tan tremenda…-dijo Itami-…nunca la olvidaría. Quiero enterrar mi polla en sus tetas hasta que grite y gima…
¡MIDE TUS PALABRAS, SACO DE PULGAS!-se escuchó un grito varios metros al otro lado del lugar donde se desarrollaba el combate-¡VOY A MATARTE AHORA MISMO, HIJO DE PUTA!
No puede ser…-dijo Itami-…puta sea nuestra suerte, ¿¡es ella!?
Yamiyuki oteó el horizonte. Aquanika se estaba acercando aceleradamente y con armas muy grandes en las manos:  un hacha larga y pesada de doble filo y un lanzacohetes. Detrás de ella estaban Freya y Metallurgy acompañadas de dos hombres jóvenes que nunca había visto.
¡Vaya!-dijo Metallurgy con cierto alivio-¡Nos hemos juntado todos! ¡ESPERA UN MOMENTO! ¡YURIKA, NO! ¡Yo te ayudaré!
¡Ni se te ocurra!-chilló Yurika mientras intercambiaba golpes con Pamela-Recién llegados, ¡no mováis un puto dedo! ¡Es MÍA! ¡La voy a despellejar! ¡Zorra engreída, ven aquí!
¡Tu boca es más grande que tus puños, niña!-le espetó Pamela.
Un brutal mandoble con la mano inglesa explotó contra la cara de Yurika, haciéndola caer al suelo. No tardó en levantarse y lanzar una fugaz combinación de patadas que terminó con la chica encima de Pamela agarrándole los brazos con las corvas, doblando fuertemente las piernas.
¡Vaya con la niña!-dijo Aquanika viendo la escena-¡No lo hace nada mal! ¡Ey, Rosenstiehl, vieja zorra, veo que sigues en tus trece! ¡Así me gusta!
Es cierto…-dijo Ibara-…parece buena.
Está MUY buena.-subrayó Itami.
Demasiado…-dijo Ibara-…joder, ¿por qué tenéis que tener todos semejante polvazo?
Con cierta reticencia, Metallurgy miró a Freya. Sabía que la última frase de Aquanika la había activado en cierto modo. En efecto, se echó la melena hacia atrás y dio un paso al frente. Con la ligereza de un ave, saltó hacia la batalla e interceptó a Pamela, agarrándola del cuello y hundiéndola fuertemente en el suelo, formando un cráter.

Vais a explicarme ahora mismo qué coño está pasando aquí.-dijo Freya-Especialmente tú, pequeña furcia.-señaló a Aquanika.