lunes, 14 de abril de 2014

Y volverán las oscuras golondrinas...

Dicen que lo bueno dura poco. Dicen que lo bueno, si breve, dos veces bueno. Dicen que las desgracias nunca vienen solas. Dicen que no hay mal que cien años dure. Dicen muchas palabras, tomad las que deseéis e interpretad la vida como mejor parados podáis salir con ello, pero los hechos son los que son, y es un hecho que... ¡estoy aquí! Por si aún había alguien preocupado por la inactividad de mi blog (circunstancia que sigo dudando, y más ahora cuando he dejado esto abandonado durante más de tres meses), escribo para afirmar que estoy vivo. Así es, señoritas y caballeros, vivo y coleando. Podría dar razones por las que no he escrito, pero los que me conocéis os las imagináis y los que no me conocéis no merecéis que haga un extenso tratado de contar penas para una miserable vez que me digno a escribir. No pretendo torturarme por ello, sólo me soy sincero: he dejado esto abandonado más tiempo del que pensaba. Avisé, sí, de que me iba a tomar un tiempo, pero ni yo imaginaba que ese tiempo iba a tener que alargarse tanto. Sin nada que envidiar a Dhalsim, de Street Fighter, o a Luffy, de One Piece, mi parón se ha alargado tanto que podemos afirmar, a modo de embellecimiento poético, que tiende a infinito, y digo tiende porque no tengo todas conmigo todavía. Seré breve: las circunstancias han sido más complicadas, aceleradas, densas y arduas de lo que imaginaba. No me está yendo mal, pero apenas tengo tiempo para mi disposición personal y, para no mentir, los pocos ratos libres que tengo los quiero invertir en cultivar mis aficiones, que llevan algo desatendidas varios meses. Estoy consiguiendo todo lo que me propongo, a mi ritmo, con ciertas dificultades, pero sin rendirme, sin perder la fuerza, el valor, el orgullo, el optimismo y la pasión. Hoy las circunstancias son un poco apremiantes, pero mañana podré estar más relajado: la vida es un toma y daca. No pretendo que os preocupéis por mí, pues estoy muy bien: sano, provisto de todo cuanto necesito, en armonía con mi familia y amigos y avanzando sin demora por encima de todas las dificultades, si bien el camino está resultando estar lleno de baches. Por ello, os digo una vez más, esta vez sin rodeos, que no os preocupéis, que estoy vivo y que no me he olvidado de que tengo un blog...un blog que no voy a dejar morir. A modo de declaración de intenciones, traigo un rediseño que no es la mayor de las proezas, pero es un soplo de aire fresco para el blog y me alegra la vista lo suficiente como para seguir poco a poco con este proyecto. Mis historias siguen estando congeladas hasta nueva orden, pero espero poder traeros algo medianamente interesante en lo sucesivo. Como os podéis imaginar, estoy aprovechando las vacaciones de Semana Santa para poner todo en orden: mi blog es una creación personal y voluntaria de la que no puedo desentenderme. Si de verdad quisiera dejarlo, lo anunciaría con una entrada y, cuando hubiera pasado un tiempo razonable para que mis seguidores la leyeran, lo borraría. No obstante, éste no es el caso: seguiré, aunque sea lento, aunque sea esporádico, aunque no sea el apogeo de los blogs. Sé que hay gente al otro lado leyéndome, ya no sólo mis más allegados que me leen por hacerme el favor, sino también personas que han llegado a mi vida por casualidad, se han interesado y ahora me leen. No son muchos, y tampoco pretendo que lo sean: sólo quiero que me lea quien realmente quiera, y que este número crezca o decrezca como mi ritmo y mis producciones dictaminen. Aunque no sean muchos, los tengo en estima y no quiero dejarlos sin nada de lo que en su día captó su interés. Lectores, estoy aquí. En ningún momento he perdido la voluntad. En ningún momento he perdido la fuerza. Jamás he perdido la noción de lo que tengo y lo que me rodea. Nunca he olvidado este pequeño, casero y familiar proyecto. La vida está hecha para seguir adelante y yo estoy hecho para adelantar a quien me rete. Tengo muchos proyectos de futuro, a corto, medio y largo plazo, personales y profesionales, de ocio y de deber, y muchos de ellos repercutirán en este blog tarde o temprano. Os saludo después de una larga ausencia que espero romper, y os animo a que sigáis leyéndome y a que no dejéis de pasaros por aquí. Pido que no escatiméis en expresar todas vuestras opiniones, dudas, comentarios, sugerencias, quejas y, en definitiva, lo que consideréis oportuno, en comentarios de los correspondientes artículos o por las vías que más fáciles y cómodas os resulten dentro de las posibles. Estoy aquí y, aunque no sé cuándo volveré a escribir ni sé qué será exactamente lo próximo que os pueda ofrecer, no me iré de vuestro lado. ¡Un saludo a todos y pasad unas felices vacaciones quienes las tengáis! (Yo estaré estudiando de sol a sol, como tiene que ser.)

Celebrad mi retorno con buena música, queridos lectores: