miércoles, 24 de diciembre de 2014

Un pequeño aperitivo antes de la cena de Nochebuena...

¡Hola a todos, mis queridos lectores!

Llevaba muchísimo tiempo sin escribir algo dirigiéndome a vosotros... y, ¿qué mejor fecha que la de hoy para hacerlo? Lo cierto es que este año está resultando bastante movido y la primera mitad de 2015 pinta muy similar. Como podéis ver, a lo largo de la temporada de otoño de 2014 sólo he podido completar la tercera temporada de "Worlds Collide" y empezar con "Taimanin Yamiyuki", pero me voy a cenar esta noche con la satisfacción de saber que no he dejado de intentarlo.

Quiero comentaros varias cuestiones, así que aprovecharé para hacerlo ahora, ya que un simple mensaje de felicitación navideña quedaría muy escueto. Tampoco quiero ser muy pesado, pero... ¡allá voy!

- "Worlds Collide" acabará en la próxima temporada, seguro. Lo comenté en su día con el último capítulo de la tercera temporada, pero quiero dejarlo claro a todos los seguidores, que poco a poco van creciendo. Todas las incógnitas, todas las cuentas pendientes, todos los problemas, todas las batallas...todo, TODO terminará en los siguientes veinticinco episodios. No voy a revelar nada al respecto, pero confío en que os gustará.

- "Taimanin Yamiyuki" es una obra que me está generando muchas curiosidades. Desde que abrí el blog y empecé a sistematizar mi producción no me había pasado nada similar...y es que es la primera vez que me enfrento a una obra de duración indefinida. No sé cuánto va a durar, pero puedo decir que no será corta y que me está pareciendo un trabajo muy ambicioso...creo que incluso más que mi ópera magna "Worlds Collide", al menos en algunos aspectos. En cualquier caso, espero que sigáis pendientes de su publicación y que os guste. Me hace especial ilusión esta historia, siento que estoy poniendo mucho de mí en ella y que estoy mejorando con respecto a trabajos anteriores.

- A partir de ahora y hasta el verano, mi ritmo de publicación no será diario, no al menos estrictamente. Como veis, avanzo a trompicones, ya que no puede ser de otra manera. Estoy muy ocupado con diversas cuestiones, a las puertas de nuevos proyectos artísticos, con los estudios en su punto álgido, a punto de graduarme y elaborando, por tanto, mi TFG (Trabajo de Fin de Grado), del cual estoy orgulloso de tener hecha la mitad en aras de poder entregarlo en tiempo récord para exponerlo y finalizar mis estudios cuanto antes. Intentaré escribir todo lo que pueda, pero no creo que pueda ser sistemáticamente de lunes a jueves todas las semanas. No obstante, no hay mayor complicación: ¿queréis saber si hay algo nuevo? ¡Pasad por aquí, es gratis!

- Quiero pediros una vez más que no seáis silenciosos. Me gusta recibir opiniones, comentarios, sugerencias...si os pasáis a leer algo, por favor, dad vuestra opinión en comentarios. No es fama ni caché lo que deseo...es saber si de verdad mi trabajo aquí os resulta satisfactorio. Lo lejos o lo alto que pueda llegar lo determinará el éxito que tengan mis obras, y eso depende de cuánto me esfuerce. Quiero, por tanto, que me comentéis todo lo que creáis pertinente, tanto lo que os gusta como lo que no. Tal vez lo que necesito es promocionarme más, ¿puede ser?

- En base a lo anterior, quiero agradecer enormemente a mi compañera bloguera y amiga Darkness por su presencia, su constancia y todos sus comentarios. Creo que es la seguidora más activa que tengo, y valoro mucho que dedique su tiempo a leer mis obras y a comentarlas, a decirme lo que le gusta y lo que no, a opinar en profundidad...y realmente es gente como ella la que me motiva a hacerlo cada vez mejor, pues me hace sentir que llego a alguien. Lo dije una vez en una conversación entre amigos y lo repito ante todos vosotros: tendré pocos seguidores, pero tengo una que vale por cientos. Ya me gustaría que todos fueran tan sinceros y activos...aunque no con esto os estoy criticando ni atacando a nadie, cada uno es como es y también respeto que no queráis comentarme nada o incluso que penséis, si es el caso de alguien, que este contenido no merece la pena ni siquiera para comentarlo...todo puede ser. En cualquier caso, creo que es el mejor momento para agradecerle a ella y a todos los demás que os paséis por aquí y me leáis. Agradecimientos también a Nima, una chica con la que mantengo una buena relación desde hace ya un tiempo y que, por casualidades de la vida, empezó a leerme hace poco y también me transmitió unos comentarios muy motivadores vía Twitter. Gracias a vosotras dos y a todos los demás siento que podré progresar cada día más.

- Por último, quiero desearos una feliz Nochebuena y una feliz Navidad. Espero que esta noche sea de cine, que disfrutéis mucho, que os guste la cena, que no os pongáis enfermos del atracón y que mañana tengáis un día feliz y lleno de regalos, si lo celebráis así. Y, ¿qué demonios? ¡No sólo en Navidad! ¡Que todos los días sean grandes y maravillosos! Porque cada día son 1440 minutos que podemos aprovechar como queramos dentro de nuestras circunstancias... ¡avanzad siempre con la cabeza bien alta! Es cierto que estos años no están siendo los mejores de mi vida, pero siempre tengo fuerzas para resistir cuanto me venga y avanzar sin demora. ¡Espero que vosotros también podáis hacerlo! ¡Felices fiestas!

Y, con todo, muchas gracias por leerme. Espero que sigáis haciéndolo. ¡Un saludo!


miércoles, 17 de diciembre de 2014

[TY] Episodio 10: Batalla campal en Gokuruma

TAIMANIN YAMIYUKI
Episodio 10: Batalla campal en Gokuruma

¡Esa mujer no es del todo mala!-exclamó Shirubei-Aunque, siendo sinceros, me molesta lo fea que es…así que…Su Majestad, ¿puedo hacerla hermosa llenando su cuerpo de cortes y heridas sangrantes?

Shirubei sonrió macabramente mientras desplegaba las garras de sus cuatro extremidades.

Je…-Vrutha le dedicó una sarcástica y desdeñosa sonrisa fingida-… ¡inténtalo, plebeyo!

La orco sacó una enorme y pesada cadena de debajo de su falda. Ató un hacha a cada extremo de la misma y, agarrando el conjunto por el centro de la cadena, comenzó a agitarlo como si fueran unas boleadoras. Lejos de asustarse, Shirubei se lanzó valientemente a por quien era en ese momento su enemiga, lanzando una elegante patada alta con las garras de su pie derecho.

¡HA!-bramó secamente la princesa orco.

Blandió la cadena de tal forma que una de las hachas salió disparada hacia Shirubei, quien tuvo que patear el arma para no verse golpeado por ella. El choque lo retractó varios metros a la vez que lo dejaba impresionado ante semejante fuerza.

Qué fuerza…-susurró Shirubei-…es demoledora… ¡pero no lo suficiente como para vencer a los Taimanin!

¡Comprobémoslo!-gruñó Vrutha mientras repetía el movimiento anterior para derrocar al desequilibrado y sorprendido Shirubei.

Una fuerza sin igual se opuso entre su hacha y el Taimanin de cabello rubio: Rito se había puesto en medio y había interceptado el golpe con su arma. El chico no se movió ni un centímetro ante la fuerza de la orco.

Si hablamos de fuerza…-dijo Rito-…hablamos de mí. ¡Estaré encantado de ser tu oponente en esta batalla y darte una muerte honorable!

Es lo más bonito que creo que voy a oír jamás de la boca de uno de los vuestros.-dijo Vrutha con fingida apreciación-Ahora… ¡vete a hacer compañía a tu amigo en plañideras!

Con un ágil movimiento, Vrutha hizo que la cadena girase sobre su puño, dirigiendo el hacha que quedaba hacia la que estaba bloqueando Rito, concentrando más masa y fuerza en el punto del impacto. Lejos de achantarse ni debilitarse, el musculoso y gigantesco Taimanin se mantuvo quieto y erguido. Aprovechó entonces inteligentemente que las dos hachas de la orco estaban a la misma altura para girar su bastón sobre sus manos y entrelazar ambas cadenas, logrando que la dueña de las armas que le atacaban perdiera el control de las mismas.

¡HAAAAAAAAAAAAAAAAH!-Rito emitió un grito de guerra.

Ágil y vigorosamente, el chico embistió a la orco con un fuerte placaje de hombro, obligándola a retroceder.

¡No me hagas enfadar, Taimanin!-bramó Vrutha-¡Te haré pedazos!

Vrutha comenzó a darle vueltas a la cadena, creando un efecto de disco en el que ambas hachas golpeaban de manera alternada. Rito se vio obligado a caminar hacia atrás mientras bloqueaba los hachazos con una de las mazas que constituían los extremos de su bastón.

¡Aguanta, Rito, voy contigo!-exclamó Shirubei mientras repetía su asedio.

¡Mirad!-exclamó Hagane en medio de la escaramuza-¡Un ejército numeroso de algo muy grande se acerca desde el bosque de detrás de esos edificios!

Inuhito observó al lugar señalado por Hagane y clavó sus ojos en  los visitantes.

¡Ogros!-exclamó Inuhito-Son mucho más fuertes que los orcos…sería mejor que acabásemos con ellos antes de que se infiltraran en nuestras tierras…

Aoi asintió y corrió hacia el lugar por el que pretendían acercarse los ogros.

¡El jardín de dientes de león fue plantado por la casa Makihara hace décadas y es cuidado por ésta desde entonces!-exclamó Aoi-¡No dejaré que esos ogros ensucien nuestras flores! ¡Antes las arrancaría!

¡Aoi!-gritó Inuhito-¡Deja que te acompañe!

¡He de honrar a mi familia!-gritó Aoi-¡Lo siento!

Pero…-intentó negociar Inuhito-… ¡UN MOMENTO!

Una figura desconocida y de aspecto amenazador había cruzado por aquel lugar a gran velocidad. Parecía dirigirse a algún edificio alejado.

¡Maldita sea!-exclamó Inuhito-¡Esa persona, cosa, bestia o lo que sea se dirige hacia la casa Momota!

La casa Momota…-susurró Hagane-… ¡Rinako-sensei!

Así es.-dijo Inuhito-No dejaré que nadie hiera a mi preciada maestra.

¡Ve, Inuhito!-pidió Yamiyuki-Y recuerda que todo esto es una estratagema para separarnos… ¡demuéstrales quiénes somos los verdaderamente sagaces aquí!

¡Les dolerá, te lo aseguro!-exclamó Inuhito antes de perderse de vista-¡Seré tu orgullo una vez más! ¡SEREMOS tu orgullo! ¡Que vivan los Taimanin!

. . .
¡QUE VIVAN LOS TAIMANIN!-gritó Aoi al escuchar a su compañero en la lejanía-Lo habéis oído, ¿no es así, malditos ogros?

Aoi estaba encarando a una horda de enormes y amenazadores ogros. Aquellas criaturas, de facciones toscas y rudas y cuerpos grandes y fuertes, no medían menos de dos metros y estaban dispuestos a usar sus gigantescos y duros puños con eficiencia. Algunos llevaban garrotes de madera o de piedra.

¡JAJAJAJA!-rió uno de los ogros-¿Envían a un único hombre para hacernos frente a todos nosotros? Están locos…

No han enviado a nadie.-respondió Aoi taimadamente sosteniéndole la mirada al ogro-He venido por mi cuenta.

¿Tan pocas ganas de vivir tienes, joven?-le preguntó otro de los ogros.

Esa pregunta debería hacérosla yo a vosotros.-dijo Aoi-Fuera de nuestras tierras. ¡Ahora!

Creo que no entiendes la situación…-dijo un ogro amenazándolo con un garrote gigantesco.

Sin esperar a que respondiera, el ogro lanzó un fuerte garrotazo contra Aoi. Un sonido de rotura le informó de que su asedio había sido fallido: el chico había parado el garrotazo con tres cuchillos kunai entre sus dedos, de tal forma que se clavaron en el garrote y, con un pequeño giro impreso por las hábiles manos del chico, hicieron que el arma saltara en pedazos.

¡Maldito Taimanin!-bramó el ogro.

El enorme ser se lanzó contra Aoi con los puños cerrados. El chico aprovechó la rabia del ogro para burlarlo, pues la ira nublaba el juicio de los ogros y absorbía la mínima inteligencia que poseían. Tal fue la suerte del ogro que se vio en el suelo tras recibir una llave por parte del joven.

¿Quién quiere ser el siguiente?-preguntó el chico.

¡Veamos si tus cuchillos pueden cortar esto!-gritó otro ogro.

El ogro que se había lanzado a por Aoi tenía un garrote metálico. El Taimanin no necesitó hacer demasiados cálculos: lanzó los cuchillos contra la mano del ogro, refrenando así el impacto. Tras ello, enroscó su látigo en el garrote y utilizó su poder ninja de la electricidad para hacer pasar la corriente por la superficie conductora del arma, electrocutando violentamente al monstruo.

Mucha fuerza y poco cerebro…-dijo Aoi-…sois las presas perfectas para mí.

El Taimanin recibió un fortísimo impacto en el plexo solar, saliendo propulsado antes de chocar contra un robusto árbol. El dolor del impacto era intenso, pero no dejó que le dominara. Se centró en entender la situación: aquellas criaturas habían comenzado a rodearlo y ahora no podía ver a la totalidad de sus enemigos a la vez. Analizando el dolor que sentía, se imaginó la forma del objeto que  había colisionado con su cuerpo e infirió que había recibido un puñetazo, si bien no había podido verlo.

Vamos a darte una cura de humildad…-dijo uno de los ogros mientras los demás reían.

Ven a dármela.-lo invitó Aoi sin torcer su gesto.

El ogro se lanzó contra el árbol, pero el chico se había sobrepuesto al dolor y pudo esquivar ágilmente el placaje que iba a recibir, colocándose entonces a la espalda de su enemigo, al cual pudo estampar contra el árbol con una patada voladora con los dos pies juntos. El tronco del árbol vibró de tal manera que comenzaron a caer gran cantidad de hojas del mismo. Aoi se sonrió.

Ninpô – Kata no Jutsu!-exclamó el chico.
(¡Arte ninja de la dureza!)

Las hojas se endurecieron y se hicieron pesadas y afiladas como trozos de piedra cortada y pulida. Cayeron entonces como una pesada lluvia de cuchillas que se fueron clavando en el cuerpo del ogro y causándole heridas profundas y muy grandes, con tal suerte que le causó la muerte.

Henchidos de rabia, los ogros se lanzaron todos en tropel contra Aoi, quien sacó su látigo de nuevo y comenzó a girar sobre sí mismo, dando latigazos circulares que mantenían alejados a los ogros lo suficiente como para evitar un linchamiento.

Tengo que escaparme de este punto…-pensó Aoi-…mis latigazos no son lo suficientemente fuertes como para impedir que los ogros se acerquen… ¡es ahora o nunca!

Aoi saltó y se alejó de los ogros.

. . .

¡Rinako-sensei!-bramaba Inuhito mientras se acercaba a la casa Momota-¡Rinako-sensei!

Su audición sobrehumana le permitía escuchar gritos. La voz era la de su maestra, y la entonación le daba a entender que eran gritos de guerra. Al llegar a las inmediaciones de la mansión, vio a su preciada maestra destrozando a las tropas demoníacas con su katana.

Menos mal…-suspiró Inuhito.

Inuhito.-dijo la maestra tras aniquilar al último de los demonios cortándolo en dos por su eje de simetría-Me alegro de verte. ¿Te importaría lidiar con el encapuchado que nos observa? Tengo que entrar en la casa e impedir que la ensucien los Mazoku…

He venido por él.-dijo Inuhito-Déjamelo a mí.

La mujer asintió. Jovencísima para ser una maestra, la hija de los Momota se introdujo en la mansión corriendo a una velocidad tal que no hacía sino demostrar la fuerza desmedida que tenía.

Una figura antropomorfa cubierta con una capa negra y una capucha descendió de entre los árboles. Parecía tener instrumentos cortantes en sus manos, por lo cual el chico lo recibió con varios cuchillos kunai en cada mano, pudiendo repelerlo con seguridad.

¿Quién diablos eres?-preguntó Inuhito-¡Ni se te ocurra acercarte a la casa Momota!

El encapuchado se limitó a lanzar unos extraños objetos punzantes. El Taimanin los esquivó y, una vez clavados en un arco ornamental de madera, vio que se trataba de jeringuillas llenas de un líquido que no inspiraba confianza.

Tienes suerte de no haber contaminado un árbol con esas cosas.-dijo Inuhito-Nuestras tierras no son para que las ensuciéis… ¡basura!

El individuo se acercó a Inuhito e intentó darle un puñetazo, pero el chico le apresó el brazo y se lo retorció con fuerza, obligándolo a hincarse de rodillas y a someterse.

Buen chico.-dijo Inuhito mientras clavaba uno de sus pies en las costillas del individuo-Ahora… ¿qué tal si te quitas la capucha?

El tipo obedeció. Bajo la capucha se escondía un cabello rosa, un rostro pálido y unos ojos rojos que lo miraban con superioridad, lujuria y sorna.

¡Karistus!-bramó Inuhito-¡Craso error por tu parte el haberte metido en este follón! ¡Los peces gordos tendríais que quedaros atrás!

Lo mismo podría decirse de vosotros…-dijo Karistus mientras se zafaba del agarre de su contendiente con sorprendente facilidad.

Lanzó un zarpazo. Inuhito creyó apartarse a tiempo, pero se quedó con tres cortes paralelos en un brazo.

¡Hijo de puta!-le espetó el Taimanin mientras observaba qué llevaba su enemigo en la mano.

Escalpelos…-dijo Inuhito-…qué cabrón…

La única pena es que no me ha dado tiempo a mojarlos con mi última droga experimental…-dijo Karistus relamiéndose.

Malditos chiflados…-dijo Inuhito-… ¿los demonios científicos sólo pensáis en desarrollar drogas? Yo también soy un científico y siento más vocación por…no sé, mejorar el mundo en el que vivimos.

Pese a sus amaneramientos estrambóticos y su personalidad algo salvaje, Inuhito era un joven muy comprometido con el desarrollo intelectual de la especie. Como licenciado en Química, una de las circunstancias que más le disgustaban era la de quienes utilizaban la ciencia para ejercer el mal.

¿Un científico?-preguntó Karistus con desdén-¿Tú? ¿Un crío? No me hagas reír…

Claro que no.-dijo Inuhito sacando su aro-¡Te haré sufrir!

Quedan pocos minutos para la señal.-dijo Karistus-Si no logras matarme para entonces…estáis acabados…tú y todos los Taimanin.

La única señal que va a verse va a ser la de tu cabeza colgando de un mástil como señal de nuestro noble exterminio anti-demonios.-le respondió Inuhito.

. . .

¡Me da igual cuánto podáis golpearme!-bramó Aoi tras recibir otro puñetazo-¡No pisaréis los dientes de león!

¡Aparta de nuestro camino!-bramó un ogro dispuesto a partir su garrote contra las costillas de Aoi.

¡AAAAAAAAAARGH!-gritó el chico tras recibir el garrotazo-¡Malditos!

Uno de los ogros le había inmovilizado las manos mientras otro le sujetaba los pies. Los restantes lo golpeaban con fuerza.

Deberíamos humillarlo…-dijo uno de los ogros-… ¡seguro que es virgen! Je…

Aoi clavó sus ojos en el ogro que acababa de hablar.

No vamos a dejaros repetir vuestras atrocidades.-dijo Aoi con orgullo-¡NUNCA!

¿Cómo vas a impedírnoslo?-preguntó el ogro tras darle varios puñetazos-Venga… ¡desnudadlo!

El chico respiró hondo. Entre gritos de dolor y chorros de sangre, las manos de los ogros que lo sujetaban se desprendieron de sus cuerpos. Libre de nuevo, Aoi tiró los cuchillos ocultos con los que había mutilado a sus captores y saltó para alejarse de los restantes, dando varias volteretas elegantemente.

Hemos sido entrenados para esto…-Aoi se sonrió-…no vais a poder acabar conmigo.

¿Estamos perdiendo a nuestros hermanos por unas estúpidas flores?-preguntó uno de los ogros-¡Acabad con las flores primero!

El gesto de Aoi se congeló. Ante el apremiante avance de los ogros, se adelantó hacia los dientes de león y, sacando un kunai, se agachó entre sus preciadas flores.

Como ya decía…-siseó-… ¡antes de que pisarais los dientes de león con vuestros sucios pies, los cortaría!

El chico hizo un elegante movimiento circular, cortando buena parte de los dientes de león. Los agarró con su mano izquierda todos juntos, formando un gran ramo, y sopló hacia los ogros. Los dientes de león se deshicieron, formando una ventisca blanca que se aventuró  hacia sus enemigos.

Ninpô – Kata no Jutsu!-pronunció Aoi con orgullo.
(¡Arte ninja de la dureza!)
Los fragmentos de los dientes de león se convirtieron en esquirlas penetrantes que arreciaron contra los ogros, acribillándolos mortalmente. Una vez hubieron caído todos, Aoi se dejó caer jadeante entre la hierba.

Su descanso duró poco, pues alguien más le salió al paso: un ogro más, al parecer, el jefe de aquella avanzadilla.

. . .

Rito y Shirubei continuaban forcejeando con Vrutha. A las inmediaciones de la escaramuza llegaban constantemente bestias llameantes. Mientras sus compañeros lidiaban con la orco, Hagane ayudaba a Yamiyuki a despachar a los monstruos.

¡No se acaban nunca!-exclamó Hagane tras cortar por la mitad a un perro infernal con uno de sus abanicos-¡Tenemos que localizar su fuente!

Seguro que es esa mujer…-dijo Yamiyuki tras astillar el cráneo de una serpiente de fuego azul con un pisotón-…Belladonna.

¡HAAAAAAAAAAAAH!-oyeron gritar a Vrutha.

Una de sus hachas echó hacia atrás a Shirubei. La otra golpeó el bastón de Rito y obligó a éste a hincarse de rodillas.

Veo que no erais más que palabrería…-dijo Vrutha-… ¡sois muy débiles!

Maldito orco hormonado con tetas…-susurró Shirubei tras toser y expulsar algo de sangre.

¡Te he oído!-le espetó Vrutha-¡No me trates como si fuera un hombre!

La princesa comenzó a sermonear a Shirubei entre insultos y maldiciones.

Princesa o no, todo orco tiene una estupidez característica de la que no puede librarse en su vida.-siseó Shirubei-Ahora está distraída… ¡túmbala, Rito!

El Taimanin de cabello verde se lanzó contra Vrutha y la estampó contra el suelo  con una brutal llave. Acto seguido, bloqueó sus hachas con su bastón e inmovilizó su cuerpo con sus piernas.

¡Suéltame, hombre asqueroso!-bramó la orco.

Que un orco llame “asqueroso” a otro individuo es más que paradójico…-dijo Rito mientras impedía los movimientos de Vrutha.

Una figura irrumpió en aquel lugar, cortando el aire con su increíble velocidad. La onda expansiva que produjo su parada en seco fue suficiente como para hacer que Rito se soltara un poco de Vrutha, permitiendo a ésta quitárselo de encima de una patada.

Por fin has llegado…-saludó Vrutha.

La figura tenía forma humana, aunque iba completamente cubierta con una capa plateada. Tras las palabras de la orco, se quitó la capucha y se arrancó la capa, dejándola caer contra el suelo.

Yo también me alegro de verte, Vrutha.-respondió la recién llegada.

Aquella mujer era la portera del Moist Desire: alta, de complexión robusta y con una característica mata de rastas de colores, esta vez suelta. Lucía un uniforme negro de lucha libre muy ajustado con ribetes rojos, así como botas y mitones blancos con adornos también rojos. Era muy, muy musculosa.

Sí…-dijo la orco-…siempre es un placer, Virgo.

¡Eh!-oyeron una voz familiar detrás de todo aquello.

A la escena llegó corriendo Seika, que todavía llevaba el uniforme de Gokuruma, modificado de tal manera que no se veía nada de su cuerpo.

¿Qué estáis haciendo con los alumnos?-preguntó Seika con tono apremiante.

¿Sucede algo?-preguntó Yamiyuki.

Están secuestrando a muchos alumnos.-dijo Seika-No sé hacia dónde los llevarán, pero se dirigen hacia aquí…

La orco y la recién llegada, que respondía al nombre de Virgo, se sonrieron.

¿Han llegado a pasar alguna vez por este lugar?-preguntó Yamiyuki.

No: los he adelantado para poder anticiparme a su ataque.-explicó Seika-Son demasiado fuertes… ¡los alumnos están indefensos por ahí detrás!

Yo iré.-dijo Yamiyuki-No se llevarán a nadie.

Virgo y Vrutha intentaron salirle al paso, pero Shirubei y Rito contuvieron a la princesa orco. Por su parte, Hagane intentó lanzarse a por Virgo, pero Seika se le adelantó. Lanzó un golpe con el canto de su mano, obligándola a saltar. Su salto fue tal que se subió a lo alto de un arco de madera.

¿Tienes miedo?-preguntó Seika con cierta inseguridad.

Creo que tú tienes más.-dijo Virgo-¿Por qué no subes y lo desmientes, señorita falta de orgullo?

Seika saltó sobre el arco y se encaró a Virgo. Habiendo permitido la retirada de Yamiyuki para ayudar a los secuestrados y con Vrutha contenida por Shirubei y Rito mientras Hagane expulsaba a las tropas que llegasen, la hermana melliza de Rito sintió que su deber era enfrentarse a aquella mujer de cabello policromado.

Je…-Virgo apretó los puños y se puso en guardia-…vas a durar muy poco.

Eso ya lo veremos.-dijo Seika ejecutando una guardia propia del Aikido.

. . .

No puedo evitar preocuparme por Seika…-susurró Rito mientras forcejeaba con Vrutha-…es su primera situación crítica…y ya sabes cómo es…

En un gesto de amistad y comprensión, Shirubei excusó a su amigo.

Ve con ella.-dijo Shirubei-Yo me encargaré de esta vigoréxica.

Pero…-dijo Rito-…no quiero que te hiera…

¡Sacaré fuerzas de donde no haya con tal de ayudarte!-exclamó Shirubei-¡Ve, Rito, y asegura la victoria de tu hermana!

Rito se escapó de Vrutha y se acercó a Seika.

¿Tu amigo te ha dejado solo después de tanto cuchicheo?-preguntó Vrutha lanzando una vigorosa patada contra Shirubei.

Los amigos tenemos que saber acercarnos y alejarnos en los mejores momentos.-dijo Shirubei mientras bloqueaba y agarraba la pierna de Vrutha-Te aseguro que soy…que SOMOS unos estrategas.

. . .

¡Vamos, señorita!-exclamó Virgo en un intento de provocación hacia Seika-¿Por qué no atacas?

Seika se mantuvo en su guardia, taimada y observadora.

Está bien…-Virgo se tomó la licencia de atacar-… ¡toma esto!

La mujer musculosa lanzó una patada lateral contra Seika, quien paró el ataque con un agarre y retorció la pierna de su enemiga de una manera tal que la obligó a hincarse contra el suelo de espaldas a ella. Haber hecho bien el primer movimiento le dio seguridad, por lo que se sonrió levemente y procedió a continuar la ofensiva.

¡YAH!-gritó Seika.

Aún efectuando su agarre, la chica volcó a Virgo del arco. La caída libre finalizó en una pesada caída acompañada por un quejido de la que supuestamente era un demonio.

Y, ahora…-susurró Seika-… ¡HAAAAAAH!

Agarrándose la falda para que no se le viera nada, Seika saltó del arco hacia su enemiga, que yacía tumbada. Al caer, dirigió un fuerte pisotón contra una de las piernas de Virgo, quien rodó ágilmente y se levantó con presteza.

No soy tan fácil, ¿sabes?-se jactó Virgo.

Seika cambió de guardia, colocándose en posición de Karate.

No me asustas.-dijo Seika con seriedad pero todavía cierta falta de confianza-¡SHEEEEEH!

Lanzó un fuerte puñetazo recto contra el esternón de Virgo. El impenetrable cuerpo de puro músculo de ésta inutilizó el ataque. La Mazoku aprovechó entonces para agarrar el puño de Seika y apretarlo fuertemente con objeto de romperle la mano, que mantenía vendada.

Agh…-Seika puso una expresión de dolor.

¡Suelta a mi hermana, arpía!-bramó Rito.

El chico embistió a Virgo, librando a Seika de ella.

Vaya, vaya…-dijo Virgo-…creo que tú estarás más a mi altura…me parece que voy a pasar de la niña y voy a ir a por ti…

No te burles de mi hermana…-le advirtió Rito-¡HIYAH!

El chico lanzó un fortísimo gancho alto contra el abdomen de Virgo, pero fue inútil: su musculatura estaba muy dura.

Tendré que imprimir más fuerza en mis ataques…-dijo Rito.

¡AAAAAAAAAAAARGH!-oyó gritar a Shirubei tras él.

Vrutha lo había sobrepasado. La situación se tornaba preocupante. Virgo y Rito se mantenían agarrados y forcejeando, intentando hacerse una llave el uno a la otra.

¡Ayuda a Shirubei, hermano!-exclamó Seika-¡Yo me quedo con esta tiparraca! ¡HAAAAH!

Seika rompió el agarre de Virgo con un empujón y, acto seguido, lanzó  una patada alta contra el cuello de la mujer, quien no necesitó tensarlo para inutilizar el impacto.

Los rehenes ya están en tránsito…-dijo Virgo-…es hora de recoger.

Los alrededores estallaron en llamas azuladas. Comenzaron a circular unos carruajes de aspecto macabro con algunos estudiantes atados a vigas colgando del mismo. De uno de los carruajes colgaba una chica de piel muy morena y dorada, con un punto rojo en la frente y una larga melena blanca recogida en una trenza. Parecía inconsciente, y estaba semidesnuda, recubierta por algo de ropa rota. Seika se deshizo al ver la imagen.

¡Veena!-gritó-¡VEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEENAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!

Aquella chica era la mejor amiga de Seika. Intentó correr hacia ella para salvarla, pero darle la espalda a Virgo le dejó carta blanca para noquearla.

¡Seika!-exclamó Rito-¡SEIKA!

Apretó los puños.

Maldita víbora…-dijo Rito-…voy a darte tu merecido.

. . .

Aoi entendió que no podía forcejear mucho más con aquel ogro enorme en su estado actual. Aquel tipo no era verde como los demás. Su piel tenía un tono ocre, y su larguísima melena tenía mechas blancas y negras. Era muy alto incluso para ser un ogro, superando incluso el doble de la altura de Aoi. Su cuerpo estaba recubierto por un taparrabos con faldón de color negro y unos arneses negros y rojos en el pecho con hombreras, brazaletes y botas de los mismos colores. A pesar de su corpulencia y su dureza facial, parecía muy joven dentro de su raza.

No pisaré tus flores.-dijo el ogro-No me preocupan ni me importan, pero tenemos algo mucho peor reservado para vosotros.

Vete al infierno…-murmuró Aoi entre jadeos.

Soy Kazark.-dijo el ogro-Recuerda mi nombre como el del demonio que destruyó tu vida y la convirtió en un infierno.

Un brutal puñetazo privó a Aoi de su consciencia. Tras esto, el ogro, llamado Kazark, sacó un pequeño pulsador de mano de un bolsillo de su faldón y lo apretó.

. . .

¡La señal!-exclamó Karistus-¡Por fin!

El demonio científico lo estaba pasando realmente mal frente a Inuhito: el chico era ágil, fuerte y despiadado, y su aro permitía propinar unos golpes increíblemente destructivos. Tras recibir la señal que esperaba, sacó un pulsador de mano de su capa y apretó el botón. La zona tembló. Comenzó a desplazarse una hilera de maquinaria muy pesada y, en cuestión de segundos, un montón de cañones plateados rodeaban y apuntaban hacia Gokuruma en su totalidad.

¿Qué demonios es todo esto?-preguntó Inuhito.

Vuestra perdición, Taimanin.-le espetó Karistus.

Aprovechó la distracción de Inuhito para clavarle un manojo de escalpelos en el estómago, pero no tuvo suerte: la percepción sin parangón del chico le permitió darse cuenta y esquivar el impacto, contraatacando con una patada. No obstante, los cañones se dispararon. Algo parecido a granadas gaseosas comenzó a llover sobre Gokuruma, creando una niebla de color azul con notas violáceas que avivó todas las llamas demoníacas que arreciaban contra el campo de batalla a la vez que causaba inconvenientes en los cuerpos de los Taimanin.

¿Qué está…-intentó decir Inuhito-…pasando? Me siento…débil.

. . .

Shirubei terminó por caer ante Vrutha. Aquella niebla había mermado sus fuerzas. Hagane intentó ayudarle, pero la extenuación de eliminar a las tropas comenzaba a atacarle. Además, los cañones que habían visto disparar y extender aquel humo habían hecho que el fuego azul, símbolo de la magia Mazoku, se avivase, por lo que las bestias ardientes llegaban mucho más grandes y fuertes. Agotados, Hagane y Shirubei se vieron obligados a ceder.

A su lado, Rito, que había vuelto a enfrentarse a Virgo, estaba sufriendo los mismos efectos. Afortunadamente, había conseguido que algunas mujeres Taimanin se llevasen a Seika a un lugar más seguro.

Cuando todo parecía a punto de acabar, aparecieron las profesoras en el lugar de la escaramuza. Estaban protegidas contra la niebla, por lo que no les afectaba.

Llevaos a los chicos.-oyeron que decía la voz de Belladonna.

Una imagen de ella se proyectaba por todos los alrededores.

Queridas jefas de Gokuruma, os habla Belladonna Rubidium.-continuó la demonio-Os proponemos un intercambio: los seis chicos por las vidas del resto.

¿Han hecho todo esto por nosotros?-preguntó Rito mientras luchaba por seguir despierto.

Nos negamos.-respondió la directora en voz alta.

Estamos preparados para destruir Gokuruma.-dijo Belladonna-Vuestra historia se acabará aquí.

Una explosión de fuego azulado barrió la estancia: Belladonna se había teletransportado al lugar donde habían aparecido las profesoras.  Por alguna razón, Yamiyuki estaba con ella.

Nos entregamos.-dijo el chico-No podemos permitir que Gokuruma caiga por sólo seis personas. ¡Somos muchísimos más!

¡No!-bramó la directora-¡Tiene que haber otra manera!

Mis compañeros están inconscientes.-dijo Yamiyuki-Cogedlos ya y vámonos: no quiero que hagáis sufrir más a nuestra aldea.

Sabias palabras.-dijo Belladonna chasqueando los dedos.

Se abrió un portal de oscuridad. También teletransportó frente a ella al resto de generales.

Metedlos al portal.-ordenó Belladonna.

Karistus con Inuhito a cuestas, Kazark con Aoi en una mano, Virgo con Rito en brazos y Vrutha con Shirubei a los hombros cruzaron el portal.

Hombres, llevaos al del trajecito rosa.-Belladonna señaló a Hagane-Se lo daremos a Delphine…se la tiene jurada.

Varios orcos cargaron con Hagane y cruzaron el portal.

Yamiyuki Kuroi…-dijo Belladonna-…cruza la puerta y todo esto habrá terminado.

Te estoy esperando en el otro lado desde hace tiempo…-dijo Yamiyuki-… ¡BRUJA!

Belladonna se giró hacia el portal y vio que Yamiyuki había desaparecido por él.

Insolente…-siseó.

Sin mediar más palabra, Belladonna entró en el portal a la vez que de él salía un kunai. El portal se cerró detrás de la mujer y tanto los cañones como la niebla como los monstruos se esfumaron. Todo volvió a la normalidad…salvo los escombros y las señas de batalla.

La directora vio que en un árbol se había quedado clavado el kunai que había salido del portal. Llevaba una nota atada:

He visto a través de todas sus estrategias y las he desmantelado. Hemos ganado. Yamiyuki Kuroi.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

[TY] Episodio 9: Problemática

TAIMANIN YAMIYUKI
Episodio 9: Problemática

Tras pasar un primer día libre separados, el segundo de los días de recompensa por el hundimiento del Moist Desire transcurrió tal cual los chicos desearon. Invirtieron el día en divertirse juntos fuera de casa, viviendo por unas horas como chicos normales, disfrutando de su tiempo libre, de su juventud y de su amistad. Después de una jornada muy completa y memorable, llegó el día siguiente, en el cual volvieron a incorporarse al trabajo. Como no tenían ninguna misión programada, los seis chicos estuvieron en las principales instituciones de Gokuruma haciendo diversos trabajos, generalmente de gestión y administración. A las pocas horas de comenzar el turno matutino, lo que parecía que iba a ser un día pacífico y llevadero amenazó con convertirse en un caos.

Shirubei se desplazó hacia el despacho en el que Yamiyuki estaba desempeñando su labor. Tras llamar a la puerta y recibir permiso para entrar, el chico irrumpió ante su líder y amigo.

¡Yamiyuki!-exclamó Shirubei-¡Tenemos problemas!

Tranquilízate, Shirubei…-pidió Yamiyuki taimadamente-…siéntate y cuéntame qué sucede.

Inteligencia…-comentó Shirubei entre jadeos-… ¡han sido interceptados!

¿Qué?-Yamiyuki se sorprendió.

Hemos recibido un comunicado del único miembro del escuadrón de investigación de campo que ha conseguido escapar.-explicó Shirubei-Han sido atrapados y confinados en el laboratorio del doctor Karistus…al parecer contaban con una tecnología de detección y alarma totalmente puntera entre los Mazoku…y las pertinentes bestias guardianas no parecen haber faltado.

¡Maldita sea!-exclamó Yamiyuki.

Ese tal Karistus experimentará con ellos, seguro.-dijo Shirubei fríamente-Tiene toda la pinta de ser un matarife de sangre gélida…no quiero ni imaginarme qué clase de modificaciones corporales les puede implantar…a qué clase de torturas les puede someter…

No dejaremos que eso pase.-dijo Yamiyuki-Dejaremos el papeleo a los funcionarios subordinados contratados a tal efecto y buscaremos una manera de llevar a cabo una operación de rescate.

Está bien.-dijo Shirubei-Será lo mejor…

¿Lo saben los demás?-preguntó Yamiyuki.

No.-respondió Shirubei-Como acabo de enterarme, he preferido que fueras tú el primero en saberlo.

Vamos a comunicárselo.-dijo Yamiyuki-Les enviaré un mensaje, pero tienes que hacerme el favor de dejarlo todo hablado en estas oficinas.

¡De acuerdo!-respondió Shirubei despidiéndose con la mano.

Yamiyuki cerró todas las ventanas de su ordenador y abrió un canal de comunicaciones secreto al que se accedía con varias contraseñas. Tras ello, inició una videoconferencia con Rito, Aoi, Hagane e Inuhito.

¿Hola?-saludó Aoi dubitativo-¿Sucede algo?

Buenos días de nuevo.-terció Hagane-Yamiyuki, te veo concentrado de más…

Parece que ha pasado algo…-respondió Inuhito.

Karistus ha atrapado a los especialistas de Inteligencia que habían ido a investigar su laboratorio.-dijo Yamiyuki-Shirubei está abriendo las vías burocráticas para que todo lo que hagamos a continuación no se considere saltarse nuestro trabajo original. Confiando en su agilidad administrativa, podemos ponernos manos a la obra con la prioridad principal de idear una operación de rescate.

El primer paso será hablar con Asagi-sama, ¿verdad?-preguntó Hagane.

Voy a ir a buscarla.-dijo Yamiyuki-Shirubei está resolviendo los papeles de los seis, pero, de todas formas, avisad en vuestros puntos de trabajo de la aparición de esta nueva prioridad. Evitad que cunda el pánico.

¿Necesitas que te acompañemos?-preguntó Rito-Yo tengo bastante movilidad ahora mismo…

Agradecería que al menos uno de vosotros viniera conmigo.-dijo Yamiyuki-Cuantos más seamos, más rápido nos dejarán pasar a donde sea que tengamos que dirigirnos.

Voy contigo,  no te preocupes.-dijo Rito-Te recojo en la puerta del edificio en el que estás.

Una pregunta, chicos.-terció Aoi-¿Quién ha dado esta noticia?

Según Shirubei, el único miembro de la brigada de Inteligencia que ha conseguido escapar de la trampa de Karistus.-explicó Yamiyuki.

Y…-se preguntó Inuhito-… ¿no lo saben ya en Dirección?

Seguro que sí.-infirió Hagane-Agilizaría el proceso, la verdad…

Rito y yo nos encargaremos de comprobarlo.-dijo Yamiyuki-Los demás centraos en salir del trabajo sin despertar alarmas y en prepararos para lo que pueda suceder.

Ya que no es necesario que nos juntemos todos ya…-dijo Aoi-… ¿podrías venir conmigo, Inuhito?

Lo intentaré nada más salga.-dijo Inuhito-¿Qué puedo hacer por ti?

Se ve algo desde esta ventana…-dijo Aoi-…algo que tú podrás dilucidar mejor que nadie.

Joder…-suspiró Inuhito-…me da muy mala espina eso.

A mí también.-respondió Aoi-Será mejor que nos movamos ya.

Eso es, chicos.-dijo Yamiyuki-A por ello. ¡Corto!

Tras cerrar todas las comunicaciones, Yamiyuki apagó el ordenador y salió del despacho. Casi se chocó con Shirubei, quien se disponía a entrar.

¡Todo listo!-avisó Shirubei-¡Vámonos!

Rito nos espera abajo.-explicó Yamiyuki tras asentir con satisfacción-Nos vamos al instituto.

¿Voy con vosotros o quieres que haga alguna otra cosa?-preguntó Shirubei.

Acompáñanos al instituto.-dijo Yamiyuki-Algo me dice que las cosas allí dentro van a estar revueltas…

Al salir del edificio se encontraron con Rito. Los tres se dirigieron juntos al instituto. Cuando no llevaban ni la mitad del camino recorrido, escucharon una gran explosión. La sacudida que experimentaron les dio a entender que dicho fenómeno había sucedido muy cerca.

Oh, oh…-dijo Shirubei.

¡¿Un ataque?!-se alarmó Rito.

Se giraron. A su derecha había un trozo de bosque que ardía con llamas azules. Entre la arboleda se veían grietas y amagos de cráter en el suelo, lo que parecía indicar que había sido el epicentro de la explosión.

¿Fuego azul?-preguntó Yamiyuki-¡Eso es magia Mazoku! ¿Cómo han entrado en esta tierra sagrada? Tendrían que haber explotado al contacto…

Se me ocurren dos posibilidades.-dijo Rito.

A mí también.-añadió Shirubei.

Exacto:-corroboró Yamiyuki-Que hayan lanzado el ataque desde fuera y hayan conseguido que traspasara las barreras…o que se hayan hecho con el control de los maestros de las barreras.

En cualquiera de los dos casos…-dijo Rito-…han tenido que utilizar un hechizo muy, pero que MUY poderoso para lograr este impacto.

Los chicos se adentraron en el malogrado bosque. No había nadie.

Quienquiera que haya causado esto se ha esfumado de aquí.-dijo Yamiyuki-¡Será mejor que corramos hacia el instituto!

Su camino se ensombreció. Miraron hacia el cielo y vieron a un enorme pájaro cubierto de llamas moradas volando en dirección al instituto. Por suerte para los chicos, aquella amenaza fue interceptada por un enjambre de armas arrojadizas. Parecía que los pelotones ocultos de defensa estaban movilizándose.

Al llegar a las inmediaciones del instituto, el panorama no mejoró. Como si de una pelea callejera vulgar se tratase, montones de orcos estaban acosando y atacando a los lugareños, quienes tenían la suerte de poder defenderse por ser en su totalidad Taimanin graduados o aprendices de Taimanin.

¡Asquerosos!-siseó Yamiyuki.

El chico se cambió rápidamente a su ropa de combate con un destello llameante. Sin dilación, se introdujo en la pelea y comenzó a despachar a los orcos con elegantes patadas en el cuello, en el pecho o en el esternón estratégicamente aplicadas para cortarles la respiración. Al girarse desde un orco hacia el contiguo, cerró la cadena de golpes con un fuerte puñetazo en las mandíbulas de este último.

¡Yamiyuki!-oyó que decían algunas personas-Tan fuerte y apuesto…ha venido a ayudarnos…

¿Qué estáis haciendo aquí, basura?-preguntó Yamiyuki con desdén-¿Quién os ha dado permiso para entrar en Gokuruma? Y lo más importante… ¿CÓMO habéis descubierto Gokuruma? ¡Hablad, sacos de mierda!

Sabía que era una mala idea venir aquí…-dijo uno de los orcos-…nos van a matar…

Además de asquerosos…-resaltó Yamiyuki-…cobardes y derrotistas. ¿Para qué servís los malditos orcos? Ah, no me lo digáis: ¡PARA FOLLAR! Si vuestra capacidad reproductiva no fuera tan elevada, os habríais extinguido…pero dejadme que os diga dos cosas: la primera es que dais asco por todo lo que hacéis…y la segunda...es que si no os habéis extinguido por selección natural… ¡lo haréis por selección Taimanin!

No nos queda otra posibilidad…-dijo otro orco-…si estos chicos de los que nos advirtieron no hubieran aparecido, nos habríamos llevado a todas estas mujeres para convertirlas en carne esclava, pero ahora…no tenemos más remedio… ¡a la carga!

Los orcos se abalanzaron contra Yamiyuki tras recuperar la respiración. Shirubei y Rito se cambiaron también de manera instantánea e interceptaron a las hordas demoníacas. Las garras de Shirubei comenzaron a segar las vidas de varios orcos con cada tajo, mientras que Rito los mandaba a volar con vehementes golpes de su bastón. La fracción que se salvó de la criba llegó hasta Yamiyuki, quien tenía preparada una sorpresa para ellos.

Ninpô – Bara no Jutsu!-exclamó.
(¡Arte ninja de las rosas!)

Una explosión de pétalos de rosa sacudió la zona. La fragancia floral atontó a los orcos, dando a Yamiyuki carta blanca para asesinarlos a sangre fría: a algunos les rompía el cuello, a otros les clavaba cuchillos kunai, a otros los decapitaba… hasta que, de pronto, llegaron muchos más y los rodearon, tanto a los tres chicos como a los que ya estaban allí forcejeando previamente.

¡En Gokuruma somos muy responsables con la gestión de residuos y basuras!-bramó Yamiyuki-¡Que alguien me explique cómo ha podido juntarse tanta mierda en nuestra tierra en tan poco tiempo!

Qué elocuente.-dijo una voz desconocida.

Entre la muchedumbre de orcos sobresalía una figura. Su estatura la hacía fácilmente reconocible. A la vez que hablaba, se acercaba al centro del círculo en el que habían quedado rodeados los Taimanin. Ninguno se esperaba lo que vio a continuación: una mujer casi dos cabezas más alta que la mayoría de los orcos. La forma de su cara, con los colmillos inferiores sobresaliendo hacia arriba, y su complexión robusta daban a entender que también pertenecía a la raza de los orcos. A diferencia del resto de sus congéneres, que tenían pieles verdosas, grisáceas o azuladas, ella tenía una piel oscura y rojiza de un tono parecido al del cinabrio oscurecido. Ostentaba una larga melena blanca y unos músculos desarrollados y prominentes en todo su cuerpo. Tenía unos pechos generosamente grandes y de aspecto duro, recubiertos por una coraza negra con revestimientos metálicos. De cintura hacia abajo iba cubierta por una falda larga de cota de cuero negro y unas botas del mismo color. En sus muñecas había fijados brazaletes con adornos de colmillos. Sujetaba dos enormes hachas de doble filo, una en cada mano.

¿Quién coño eres tú, fea?-le espetó Shirubei.

¡Muestra más respeto ante la nobleza!-le espetó la mujer orco apuntándole con un hacha-¡Soy Vrutha, la princesa de los orcos! ¡Te haré recordar mi nombre!

¿Princesa?-preguntó Shirubei entre risas-No sabía que los orcos tuvierais algo así. En cualquier caso, si has venido buscando pelea, seas princesa o pueblerina, vas a durar poco. ¿Estás preparada?

Los Taimanin sois unos pretenciosos, sí.-dijo Vrutha-Tenéis esa fama entre nosotros, y no es para menos. Os enseñaré algo de humildad. ¡Hombres, acabad con ellos!

Los orcos comenzaron la ofensiva. Algunos con sus puños, otros con armas blancas y otros con armas de fuego, todos lanzaron ataques con todas sus fuerzas. Su corta inteligencia los llevó a un asalto caótico en el que se herían más entre ellos que a sus objetivos.

¡Son muchísimos!-se quejó Rito mientras repelía los ataques de tan numeroso ejército.

¿Por qué os veo tan bonitos en este momento?-se preguntó Shirubei mientras atacaba-Los orcos sois horribles, pero…veros sufrir y sangrar de esta manera a mis manos…por algún motivo que escapa a mi conocimiento…me resulta bello. ¡Jodeos, escoria, jodeos! ¡Voy a hacer vuestros últimos segundos de vida un infierno inolvidable!

Veo que mis hombres son demasiados para vosotros…-dijo la princesa orco-…al final va a resultar que no sois para tanto, ¿no es así?

¿Quieres que lo probemos?-la retó Yamiyuki-Chicos, limpiad esta mitad del campo en tiempo récord…que nuestra invitada aprenda a no menospreciarnos.

Rito y Shirubei sonrieron con cierto sadismo.

Ninpô – Suiton no Jutsu! Shimetta Yubi!-exclamó Shirubei.
(¡Arte ninja del agua! ¡Dedos Húmedos!)

Ninpô – Dôton no Jutsu! Nessa no Senpuu!-bramó Rito.
(¡Arte ninja de la tierra! ¡Remolino de Arena Tórrida!)

Shirubei colocó los dedos índice y corazón de su mano derecha entre sus dos ojos. Como por arte de magia, se convirtieron en una masa de agua que pequeño tamaño. En ese instante, el chico sopló y lo que antes fueron sus dedos salió volando en forma de un fino chorro de agua a presión, como un rayo. Golpeó en el pecho de un orco, que se rió ante la pequeñez del impacto…pero pronto entendió el verdadero horror de aquel ataque: la presión del agua en un chorro tan delgado era tal que pronto atravesó todo su cuerpo y reventó su corazón, saliendo por su espalda en busca de un nuevo objetivo, propagándose como una cadena viral. Por su parte, Rito hizo girar su enorme bastón, generando una corriente de arena caliente que barrió a todos los orcos a su paso a la vez que les causaba algunas quemaduras. Con estos dos ataques de gran potencia, la mitad de los orcos que habían llegado con Vrutha cayó.

¡No me asustáis!-bramó la mujer-¡Preparaos para sentir mi fuerza!

Vrutha comenzó a lanzar hachazos contra los tres chicos. Yamiyuki hizo una señal para que Shirubei y Rito se encargaran de ella, ya que él nunca pegaba a mujeres.

¿Qué te pasa?-preguntó Vrutha mientras forcejeaba con los dos chicos-¿Eres el supuesto líder y no vienes a enfrentarte a mí?

No sería justo que todos nos centráramos en su majestad la princesa y nadie les sirviera una bebida a sus lacayos…-dijo Yamiyuki con sorna.

¡Lo único que vais a poder beber, desgraciados, va a ser la sangre de vuestros congéneres muertos!-escucharon que decía una voz familiar.

Inuhito había llegado. Con ayuda de su aro gigantesco, se abrió paso entre los orcos. Lo acompañaba Aoi, con quien había quedado anteriormente. Éste acortó su látigo y comenzó a propinar golpes a corta distancia con él para abrirse camino.

Esto era lo que veía…-dijo Aoi a modo de saludo-… ¡una invasión!

Estos demonios odiosos no saben dónde se  han metido…-dijo Inuhito-… ¡han cavado su propia tumba! ¿Quién es ésta, por cierto?

Otro orco.-respondió Shirubei-Nada de lo que preocuparse. Lleva falda, pero no es más que uno de estos asquerosos inútiles sebosos.

¡Tu lengua sucia será tu perdición, innoble pendenciero!-bramó la princesa.

Estoy deseando ver eso.-dijo Shirubei a modo de reto.

Vrutha se lanzó de nuevo al ataque. Entre los forcejeos, el chico pudo ver que una fuerte corriente de viento empujaba a los orcos que quedaban en las inmediaciones. Una figura se movía entre ellos a gran velocidad y los cortaba por la mitad.

¡Perdonad por el retraso!-exclamó Hagane mientras agitaba sus abanicos-¡Me he visto envuelto en el escenario de un secuestro! Esta líder orco no es la única representante Mazoku importante que ha venido hoy…hay al menos un objetivo invocando monstruos desde el interior del bosque, otro colocando trampas mecánicas y otro raptando a personas…

Una llamarada violeta se alzó desde el corazón del bosque. En su cúspide estaba posada una pequeña figura cuya imagen comenzó a proyectarse mágicamente por todo Gokuruma.

¡Saludos, Taimanin!-dijo la artífice de aquel conjuro-¡Somos los Neo-Nómadas, y hemos venido a arrasar vuestra tierra, Gokuruma, como venganza por las afrentas al noble clan Black!

Toda la aldea se conmocionó. ¿Quedaba algo del ejército que Asagi y las suyas aniquilaron en su día? ¿Realmente era cierto lo de la esposa del difunto Edwin Black?

Esa mujer…-murmuró Aoi-… ¡Belladonna Rubidium!

Si ella está aquí…-conjeturó Inuhito-…entonces el tal doctor Karistus puede andar cerca.

Los Neo-Nómadas somos una élite guerrera, social y económica entre los Mazoku.-se jactó Vrutha-Habéis hecho enfadar a la gente equivocada…la demolición del bar de Delphine fue una petición firmada de eutanasia que nos entregasteis sin demora alguna.

Os maldecimos por pisar nuestra tierra.-le espetó Hagane-No obstante…ahora que os tenemos aquí, entre nosotros, aprovecharemos para exterminaros de una vez por todas.

Vrutha lanzó dos hachazos encadenados contra Hagane, quien intentó contraatacar con los abanicos pero sólo consiguió evitar salir herido. Cayó al suelo ante la abrumadora fuerza de la guerrera orco.


Eso ya lo veremos.-respondió con orgullo la princesa.

martes, 2 de diciembre de 2014

[TY] Episodio 8: Placer sincero

TAIMANIN YAMIYUKI
Episodio 8: Placer sincero

He tenido suerte con tu proposición…-dijo Shirubei mientras acariciaba a Hagane lentamente-…iba a proponértelo yo, pero me lo has ahorrado.

Hagane acarició un tobillo de Shirubei mientras cruzaba miradas con él. Lentamente, fue subiendo la mano por toda la pierna, frotó sus dedos lenta y pausadamente en la zona de la ingle y subió hacia el torso. Aun recibiendo los tocamientos por encima de la ropa, Shirubei se empezaba a sentir excitado. Correspondió a su amigo masajeando sus muslos lentamente con ambas manos. Se miraron sin poder evitar sonreír. Hagane desde su silla y Shirubei sentado en la cama intercambiaban caricias y tocamientos lenta y pacientemente. Ambos querían que aquel momento de placer fuese lo más duradero posible. Comenzaron a acercar sus cabezas: se acercaba el momento de repetir aquel beso que los empujó a la situación que estaban viviendo. Cuando sus labios, húmedos y cálidos, se encontraron, comenzaron a besarse con pasión y sin ninguna contención. En lugar de abrazarse, siguieron buscándose con caricias: cada uno se deleitaba con el tacto del cuello y el cabello del otro. Shirubei rodeó lentamente el torso de Hagane con sus brazos, mientras que éste puso sus manos en las mejillas de su compañero mientras lo besaba. Tras unos minutos con los ojos cerrados sintiéndose mutuamente, se separaron para mirarse de nuevo. Sus sonrisas de corrección y tranquilidad se habían teñido con un colorido deje de lascivia. Antes de pensar en desvestirse, Hagane se soltó el pelo. Se sentía mucho más cómodo y suelto a la hora del sexo así y, además, su melena lacia y colorida le confería un aspecto muy sensual.

Empezamos a desmelenarnos por el sentido más literal del término, ¿no es así?-Shirubei le sonrió con picardía.

El coletero es sólo el principio de todo lo que me voy a quitar esta noche…-respondió Hagane-…pero antes… ¡ven aquí!

Shirubei se dejó caer grácil y silenciosamente desde la cama sobre la silla. Hagane lo apresó con sus brazos y comenzó a lamer y besar su cuello. A modo de acompañamiento, el chico rubio rodeó y apretó a su pasional amigo con sus piernas, de tal modo que su entrepierna y el pecho de él se presionaron mutuamente.

Ah, joder…-suspiró el chico de ojos verdes-…estás tan caliente ahí abajo…uffff…

Pues ya verás cuando empiece a excitarme de verdad…-dijo Shirubei mientras Hagane seguía adorando su cuello.

Quiero ver eso…-dijo el otro chico-… tú eres de los que se moja mucho, ¿no?

Nunca he tenido problemas de lubricación.-respondió Shirubei mientras tocaba el cuerpo lleno de curvas de su amigo.

Eres de los míos entonces.-comentó Hagane-Estoy deseando ser testigo…

¿Quieres verlo?-preguntó el rubio con sensualidad-Quieres verlo, ¿eh? Te propongo algo: lógralo. Haz que me ponga a mil y te garantizo una noche inolvidable.

Con una condición.-respondió Hagane apartando levemente a Shirubei de encima de él.

¿Sí?-preguntó su amigo relamiéndose.

Que sea mutuo.-dijo Hagane-Convierte cada una de mis respiraciones en un gemido…hazme arder…necesito un buen polvo desde que nos besamos en la misión…

Ardamos juntos.-propuso Shirubei-¿Te parece?

Sin pensárselo dos veces, Hagane empujó a Shirubei hacia arriba, dejando que cayera sobre la cama. Acto seguido, saltó encima de él, se inclinó y comenzó a besar sus brazos y lo que su ropa dejaba ver de sus clavículas. Estaba muy excitado por el perfume de su amigo, que lo estaba volviendo loco. Se notaba una profunda higiene y un uso muy correcto del perfume: había sido aplicado en las horas más propicias del día y ahora estaba seco, habiendo dejado su fragancia impregnada en la piel y la ropa del dueño como un grabado a fuego.  Su aroma era muy característico, masculino y juvenil. Era fresco, penetrante y difícil de olvidar, con un fuerte sustento acuático contrastando con un aroma jabonoso y suave. Las notas especiadas daban a esa mezcla de penetrante y explosiva frescura un toque muy picante y sensual, especialmente por el generoso toque de pimienta que contenía la fórmula. Fuera como fuere, a Hagane le excitaba tanto que no podía evitar quitarle toda la ropa a su acompañante. La parte de las prendas que estaba en contacto directo con su piel estaba, lógicamente, más caliente, por lo que desprendía con más facilidad el olor de aquel perfume ligeramente mezclado con el propio olor característico de su piel. En aquella nube de fragante erotismo, el chico de cabello rosa y ojos verdes no se daba demasiada cuenta de que el otro chico, descalzo, le estaba quitando ropa ágilmente con los pies.

Maldito ladronzuelo desgraciado…-susurró Hagane al verse semidesnudo.

Con la parte de arriba de su vestimenta colgando únicamente de un brazo y los pantalones desabrochados y medio bajados, el chico no pudo sino dedicar un cumplido a los ágiles pies de su amigo, que se hallaba recostado en la cama en ropa interior con las manos debajo de la nuca.

Nos vemos constantemente en los vestuarios…-dijo Hagane observando atentamente el cuerpo de Shirubei-…pero no en las circunstancias más propicias para notar que tienes un jodido cuerpazo…

Shirubei sonrió. Sólo sus mejores amigos conocían a la bestia severa y sanguinaria que se escondía tras aquella sonrisa resplandeciente y de oreja a oreja. Su cuerpo, totalmente lampiño y resplandeciente, tenía una morfología curiosa. Todos los músculos de su cuerpo eran redondeados y de aspecto blando y suave, recordando a los de un bebé…de casi dos metros. El clan Anome, famoso entre todos sus ninja por el uso óptimo de una flexibilidad sobrehumana sólo superada por dos casas, siendo una de ellas la casa Kuroi, tenía una genética muy peculiar que los hacía desarrollarse de esa forma, lo que les confería su profunda y perenne flexibilidad. Además, se decía de los Anome que sus cuerpos tenían dos formas, pues, cuando tensaban los músculos, parecían auténticas bestias cazadoras, ya que la elasticidad de sus músculos permitía que se deformaran y se recuperaran de manera extraordinaria.

Deleitándose, Hagane acarició el cuerpo de Shirubei. Sus músculos en reposo eran ciertamente blandos, por lo que no pudo evitar masajearlos. Rápidamente, el chico rubio se incorporó para descolgar del brazo de su amigo lo que quedaba de ropa. En ese instante, sus músculos tomaron una forma mucho más adulta y fibrosa, como si fuera una persona diferente. También se endureció sobremanera. Sin poder dejar de sorprenderse, Hagane se dejó hacer. Reparó en los calzoncillos de su amigo, unos bóxers no muy ajustados de color verde caqui con la zona del elástico de color plateado y brillante. Estaban totalmente secos, señal de que el chico se estaba conteniendo para retrasar el placer lo máximo posible. Tras quitarse los pantalones del todo y exhibir su ropa interior, Hagane se dejó caer encima de Shirubei, apoyando la cabeza en su entrepierna. El leve aroma tibio, masculino y limpio lo embriagó.

¿Te importa si lo pruebo?-preguntó Hagane tras lamer la tela de los bóxers de Shirubei.

Adelante…-dijo Shirubei con una sonrisa-…siéntete como con tu cuerpo. Espero que tengas hambre…

Hagane comenzó a masajear el pene de su amigo por encima de la ropa interior. Los masculinos atributos del chico comenzaban a erigirse.

¿Me puedes hacer un favor antes de la felación?-preguntó Hagane con la excitación grabada en su rostro.

Suena a que no voy a poder negarme…-Shirubei le guiñó un ojo.

Suéltate el pelo, por favor.-pidió Hagane-Me pone muchísimo pensar en ti con la melena al viento…me hará querer comértela hasta ahogarme…

Para incentivar a su acompañante, Hagane continuó acariciando su pene con una mano mientras con la otra masajeaba suavemente sus testículos, todavía sin quitarle la ropa interior. Se incorporó para ver la reacción de su amigo, pero éste le puso la pierna encima y le hizo presión para que no pudiera despegarse de su entrepierna. Hagane entendió el mensaje y continuó trabajando el pene de su amigo con sólo una fina tela de separación. En respuesta, Shirubei se llevó las manos a la nuca y se soltó las coletas que siempre solía llevar bajo su corte de cazo. Su melena se dejó caer como la crin de un caballo. Rubio, brillante, fino y largo como una cortina, el pelo de Shirubei rodeó su cabeza, su cuello y parte de sus hombros como si fuera una campana. Tenía el pelo algo más largo que Hagane.

Perdón.-dijo Hagane-Te pagaré otros.

¿Eh?-preguntó Shirubei.

Antes de poder comentarlo, vio cómo Hagane rasgaba sus calzoncillos por la mitad y tiraba los restos contra el suelo. Por fin pudo contemplar el pene de su amigo, caliente y en proceso de erección.  Era de un ancho algo notable, aunque no demasiado. Su longitud era espectacular, y sus testículos eran bastante grandes y colgantes. Mientras que sus testículos estaban totalmente depilados, alrededor de la base del pene conservaba una bien cuidada y reducida corona de vello rubio y brillante. Su prepucio parecía muy estrecho y tenso.

Qué belleza…-dijo Hagane sujetando el pene de Shirubei con sus manos.

¿Te gusta?-preguntó el otro chico.

Me encanta.-dijo el joven de ojos verdes-Es precioso…

A ver el tuyo…-dijo Shirubei mientras le arrebataba la ropa interior a Hagane con los pies.

El pene de Hagane empujó la ropa interior y facilitó que se dejara caer entre sus piernas. También estaba cerca de la erección.

¡Nada mal!-comentó Shirubei-Buena polla, claro que sí…no esperaba menos de uno de mis más grandes y queridos amigos. Su forma me recuerda mucho a la mía… ¡es como la mía pero algo menos grande!

Calidad y cantidad no siempre van juntas, lo sabes, ¿no es así?-le advirtió Hagane.

No lo dudaba.-dijo Shirubei-Pocos chicos de nuestra edad tienen eso que sostienes entre tus piernas, igualmente…

Entonces ya ni hablemos de ti…-comentó Hagane mientras jugaba con el pene de su amigo.

Disfrútalo.-respondió Shirubei recostándose en la cama.

Oye…-comentó Hagane-…tu prepucio está…

Shirubei sonrió con picardía.

Pruébalo.-dijo Shirubei-Si crees que tengo fimosis, es el momento para que salgas de dudas…vamos, atrévete…no me harás ningún daño…no temas.

Hagane intentó retraer el prepucio de su amigo. Como si fuera automático, se deslizó a la perfección, dejando ver un glande con un aspecto fungiforme más acusado que el suyo y de un tono más rojizo, parecido al del vino.

¡Es increíble!-exclamó Hagane-¡Parece un martillo!

Es hora de que te pongas duro tú también…-dijo Shirubei-…te recomiendo dejar el frenillo accesible… ¡prepárate!

Shirubei coló sus piernas entre las de Hagane y las abrió para forzar la separación de las de su amigo, que cayó hacia el frente. Evitando un choque, Shirubei agarró el cuerpo de su amigo con las piernas y lo colocó a la altura óptima para que sus penes se chocaran y se rozaran mutuamente en cada movimiento a la vez que mantenían sus labios a una distancia suficiente para intercambiar besos. No tardaron en completar la erección los dos. La sensación tórrida y espasmódica de frotar sus penes los estaba calentando rápidamente.

Nunca pensé que esto fuera tan placentero…-comentó Hagane.

Aún no hemos hecho nada…-dijo Shirubei-…espera y verás…

Lo siento…-se disculpó Hagane-…no voy a esperar más. Tú sabrás hacer buenas presas… ¡pero yo sé romperlas!

Hagane escapó rápidamente de las piernas de Shirubei y se dejó caer entre ellas. Con fruición y ansia, comenzó a lamer el majestuoso pene delgado y curvo de su amigo como si fuera un helado a punto de derretirse.

Ahh…-gimió Shirubei-…ahhhhh…

El sabor uniforme y agradable que Hagane estaba notando en su boca comenzó a cambiar. Cuando dejó de lamer el pene de Shirubei para introducirlo en su boca rítmicamente, notó unas notas saladas: el glande de su amigo se estaba humedeciendo con fluidos preseminales.

¿Estoy cumpliendo mi parte del trato?-preguntó Hagane mirando el rostro enrojecido de su amigo.

Shirubei volcó a Hagane contra la cama, le separó las piernas entrelazándolas con las suyas y le inmovilizó los brazos con sus manos. Acto seguido, se dobló sobre sí mismo desde encima del cuerpo de su amigo para alcanzarle el pene e introducir en su boca sólo el glande, trabajándolo con movimientos circulares de su lengua. En respuesta a esto, Hagane comenzó a gemir con satisfacción.

¿Contesta esto a tu pregunta?-rebatió Shirubei dejando de lamer unos segundos.

Hagane notó que la boca de su amigo había quedado unida a su pene por un pequeño hilo brillante de líquido preseminal y saliva. Shirubei, que parecía disfrutarlo, siguió haciéndole aquella felación a su amigo, que empezó a salivar levemente. Tras unos intensos minutos, Shirubei se volvió a erguir y besó apasionadamente a Hagane, iniciando un intercambio de fluidos.

Esto es demasiado…-dijo Hagane-…estoy muy cachondo…qué bien lo haces…

Lo mismo digo…-dijo Shirubei-…me arde la polla…

¡Déjame seguir!-exclamó Hagane lanzándose de nuevo a devorar el pene de su amigo.

De eso nada…-dijo Shirubei resistiéndose a gemir-… ¡o jugamos todos o se rompe la baraja!

Shirubei se volcó sobre Hagane de tal manera que pudo colocar su cabeza frente a su pene, pudiendo devolverle el favor a la vez que él se lo hacía. Las sábanas de la cama ya estaban totalmente arrancadas y revueltas, pero poco parecía importarles a aquellos jóvenes apasionados que disfrutaban de la postura 69.

Tras lo que pudo ser una hora de intercambio de felaciones, los cuerpos de ambos comenzaron a temblar.

Parece que nos vamos a correr…-dijo Hagane entre risas.

Pero quiero disfrutar más…-añadió Shirubei.

Bueno…-dijo Hagane-…nadie nos impide eyacular más de una vez esta noche. Además, yo no he descargado esta tarde, así que tengo muchas ganas.

¿Llevas toda la tarde masturbándote y no has llegado al clímax?-preguntó Shirubei-¿Te estabas conteniendo para esto?

Digamos que sí.-respondió Hagane.

Qué sucio…-comentó Shirubei sarcásticamente-…voy a darte tu merecido.

El chico rubio comenzó a lamer el pene y los testículos de Hagane con gusto y dedicación.

Maldito cabrón…-balbució Hagane con insultos desde el cariño-…te vas a enterar…

Hagane volvió a trabajar oralmente el pene de Shirubei. La excitación de volver a estar unidos en esa postura los llevó a eyacular finalmente. No pudieron inundar cada uno la boca del otro porque se vieron obligados a apartar la cabeza para gemir fuertemente. Ambos orgasmos fueron explosivos y majestuosos. Caudalosas eyaculaciones de varios chorros que alcanzaron alturas impresionantes antes de caer sobre la cama y sobre sus cuerpos fueron la blanquecina guinda de aquel pastel.

Vaya…-comentó Hagane-…lo hemos dejado todo pringado… ¿seguimos en el suelo? La habitación es grande…

¿Por qué no vamos mejor a la mía?-preguntó Shirubei-Me daría mucho morbo que ensuciáramos mi cama con nuestro semen igual que ésta…no es nada que nuestra lavadora no pueda arreglar.

Es tu habitación…-dijo Hagane-…si quieres, no veo inconveniente.

¡Vamos!-dijo Shirubei entusiasmado.

Agarró a Hagane de la muñeca, cerraron la puerta del cuarto y entraron al de Shirubei, quien cogió unos calzoncillos limpios y los colgó del picaporte exterior antes de cerrar la puerta. Sin dejar que su amigo abriera la boca, lo agarró y lo lanzó contra la cama como si fuera una pluma.

Je…-Hagane rió con lascivia. Su pene todavía estaba erecto y deseando tener acción.

Shirubei se subió encima de Hagane y comenzó a prepararse para la penetración. El cuarto era espacioso y cómodo, aunque en ese momento sólo había un par de luces ambientales muy tenues y azuladas que reducían la visibilidad. La cama era grande y espaciosa, así como también lo era el armario. Tenía una enorme estantería llena de libros sobre temática económica y financiera, novelas de distintos géneros, prensa macroeconómica y mucho más material de lectura. En una estantería tenía colocadas con agarraderas varias pelotas de distintos juegos deportivos: de fútbol, de baloncesto, de béisbol, de tenis…de todos los deportes que le encantaba practicar. También tenía las paredes decoradas con bates, raquetas y demás accesorios para otros deportes. Entre la decoración también había trofeos deportivos e imágenes de deportistas famosos. En un pequeño estante arrinconado tenía una enorme pila de material gore que rara vez compartía con nadie. Rodeados por aquella atmósfera nocturna y acogedora, hicieron el amor. La habitación de Shirubei olía tanto a él que Hagane no podía evitar excitarse más y más. Dejes de su perfume, de su marca de jabón de preferencia, de su propio cuerpo, de las horas que probablemente estuvo masturbándose…un olor único y característico que tenía nombre y apellido: Shirubei Anome.

¡Argh!-gimió Hagane.

¿Te duele?-preguntó Shirubei tras la primera penetración-No estás muy estrecho, lo siento si te he…

No, no me duele…-dijo Hagane-…el placer me desborda…quiero que sigas…como desees…

Entonces…-dijo Shirubei-…empezaré a moverme.

Shirubei movió sus pronunciadas y sensuales caderas. La humedad de su pene sirvió de lubricación. En pocos minutos, el coito entre ambos era fluido y estable, placentero para ambos, divertido y agradable.

Joder…-gemía Shirubei-…esto es genial…

¡Sí!-profirió Hagane-¡Lo es! ¡No pares! ¡Quiero que me des más! ¡Ah! ¡Ahhhh!

¡Oh, Dios!-Shirubei se retorcía de placer mientras penetraba a su amigo-¡Vamos a subir hasta el cielo si seguimos así!

Como una vez dije antes de graduarnos…-dijo Hagane entre jadeos y gemidos-…no importa cuál sea el destino si es en vuestra compañía…con un amigo como tú iría a cualquier parte…y más en un momento como ést… ¡AHHHH! ¡JODER, SHIRUBEI, JODER! ¡ERES UN EXPERTO!

Es la primera vez que lo hago con un chico…-dijo Shirubei-…estoy intentando extrapolar lo que hacía con las chicas y no me está resultando muy extraño ni complicado…me alegra que estés disfrutando.

¿Cómo puedes ser tan educado y taimado en un momento así?-preguntó Hagane-Tu polla…está cada vez más hinchada…tienes que estar…jodidamente…lleno…ahhh…

Shirubei se limitó a continuar sus embestidas que combinaban amabilidad y consideración con lascivia y regodeo.

Pensaba que te ibas a poner como en el campo de batalla…-dijo Hagane-…como un auténtico psicópata…como esa bestia que me excita por mucho miedo que dé…

Tengo un lado muy hijo de la gran puta, lo sé.-respondió Shirubei-No obstante, no puedo ser así con vosotros…no me sale. Creo que os merecéis lo mejor de mí.

¿Lo mejor de ti es esta pedazo de tranca que está hirviendo mis entrañas?-preguntó Hagane-Si es así, quiero seguir mereciéndomela indefinidamente… Dios…

Relájate.-Shirubei extendió los brazos de Hagane y le hizo leves cosquillas con las yemas de los dedos por todo el cuerpo-Tienes que disfrutar tú también…tenemos que corrernos juntos de nuevo…extiende los brazos sobre la cama, relájate y déjate hacer…

Hagane encontró plena concordancia entre sus instintos y los deseos de su amigo, con lo cual obedeció. Shirubei agarró entonces el gran pene de su amigo y comenzó a masturbarlo con las dos manos de una manera lenta y acentuada, con gran maestría, demostrando que tenía mucha práctica al respecto.

Voy a quedar inconsciente como esto siga así…-dijo Hagane.

Estás en una cama, no pasa nada.-dijo Shirubei-Te dejaría descansar hasta que despertases por tu cuenta…

¿Seguro que no me harías nada mientras estuviera inconsciente?-preguntó Hagane.

Nada que no te gustase…-dijo Shirubei mientras frotaba el glande de su amigo con ambos dedos pulgares-…pero te encanta que te toque y te encanta saborearme, así que no habría problema en todo lo que tengo pensado…

Así planteado…-comentó Hagane entre jadeos-…me entran ganas de quedarme inconsciente de verdad…aunque, si me vas a follar la boca, prefiero estar consciente para no perderme ni el más mínimo detalle.

Te tomo la palabra.-dijo Shirubei-Cuando terminemos de follar, nos duchamos y te pongo de rodillas, ¿qué te parece?

No hace falta.-dijo Hagane-Ya me pongo yo solo…

De momento, ya veremos cómo acabamos después de esto…-comentó Shirubei-… ¡estoy a punto!

¡AAAAAAAAH!-Hagane gemía fuertemente.

El chico de cabello rosado y ojos verdes levantó las piernas y se dobló sobre sí mismo. Hagane se contorsionó de tal manera que uno de sus pies tocaba un pie de Hagane, apoyándose con el otro en la cama para poder seguir con la penetración mientras masturbaba a su amigo de todas las formas que se le ocurrían.

Ufff…-jadeaba Shirubei-…aaaaahhh…. ¡sí, por favor! ¡SÍ! ¡AAAH! ¡AAAAAAH!

¡Me corro!-gritó Hagane-¡ME CORROOOO!


Entre orgásmicos gemidos, los dos chicos eyacularon a la vez. La cama quedó igual o peor que la de Hagane. Se desplomaron los dos en la cama. Estaban extenuados, sudando, satisfechos, temblando de placer y mojados con semen por todas partes. Se quedaron así un rato más. Ya se habían acostumbrado al olor del semen y al aumento de la humedad ambiente que había producido, por lo que decidieron quedarse descansando un rato más antes de limpiarlo y recogerlo todo.