jueves, 31 de diciembre de 2015

Yamiyuki Kuroi is... Bayonetto! [¡Feliz 2016!]

¡HAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!-gritó Freya con vehemencia y solemnidad mientras lanzaba una potente patada voladora contra un enemigo gigante-¡MUERE!

La enorme y fornida pierna de Freya golpeó directamente contra aquel ingente monstruo, pero una brillante pantalla mágica de color azul redujo el impacto a una nulidad. Aquel escudo que no se dejaba ver y que únicamente aparecía cuando el enemigo recibía impactos parecía tan natural y propio de él como una piel. Se enfrentaban a una criatura de tamaño enorme, tal vez casi tanto como un edificio. Era un monstruo de color azulado parecido a un ave gigantesca. Entre lo que parecían sus alas sujetaba una enorme esfera de color azul eléctrico. Encima de ella reposaba su cabeza. Las patas de aquella mole estaban apoyadas en el suelo y rodeaban también a la esfera como si ésta fuese algo muy preciado para aquella criatura.

¡Maldición!-bramó Freya-¿Mi patada no ha hecho mella en su coraza? ¿Qué clase de mala bestia es ésta?

Demasiado has hecho acercándote a esa criatura.-comentó Yamiyuki-Mira que hemos matado a cosas enormes, pero creo que este bicharraco se lleva la palma.

Lo dices como si en algún momento me hubiera dado miedo acercarme a un enemigo por su tamaño…-respondió la chica.

Jamás se me pasaría por la cabeza tal idea.-explicó Yamiyuki-Sin embargo, acercarse a esa cosa con su manía de hacer aparecer tormentas mágicas a su alrededor no es tarea fácil. Aunque tu golpe no le haya hecho efecto, te felicito por haberle dado.

¡Siempre tan adulador!-se sonrió Freya-¿Alguna idea para acabar con este combate sin sentido? ¡Tenemos que seguir adelante! Esta cosa se ha auto-invitado a nuestra fiesta de patear culos y no sabemos si Shiroi y compañía nos han dado esquinazo ya.

Como si perseguir a un hijo de puta drogodependiente el mismísimo 31 de diciembre no fuera lo bastante triste, ¡encima viene un pingüino hormonado con una bola de mierda gigantesca a tocar las narices!-maldijo Ibara-¡Dejadme espacio para bailar! ¡Voy a freír a ese tanque viviente!

¡Con tu baile y mis poderes, le pondré una trampa de la que no podrá escaparse!-Itami se sumó a la llamada de Ibara.

Os aconsejo que forméis un pequeño corro detrás de mí.-pidió Metallurgy con una sonrisa candorosa-Voy a dispararle con una de mis máquinas y me parece que unas cuantas hectáreas van a hacer… ¡PUM!

Voy a vaciar tantas cargas de lanzacohetes que ni los mejores culturistas del mundo podrán cargar con la metralla.-dijo Aquanika en tono amenazador-Pongámonos detrás de Metallurgy, delante, a los lados o donde sea, pero acabemos de una vez con esa bestia.

Dalton y Marah se prepararon para disparar junto a Aquanika y Metallurgy. Ibara e Itami se colocaron estratégicamente para lanzar un ataque mágico. En la línea más arriesgada estaban juntos los que se iban a lanzar a un ataque cuerpo a cuerpo: Yamiyuki, Yurika, Nikola, Ayako, Yuuji y Ayame. Detrás de todos sus compañeros se colocó Freya, quien empezó a levitar, dispuesta a invocar a un espíritu mágico de gran tamaño para arremeter contra aquella gigantesca y enigmática criatura.

Tres…-Freya inició una cuenta atrás.

Ibara comenzó a bailar sensualmente en su bastón mientras le lanzaba su anillo a Itami.

…dos…-continuó la joven líder de aquel equipo.

Aquanika puso a punto sus lanzacohetes. Dalton y Marah prepararon unas torretas de Ether. Metallurgy había hecho aparecer un enorme cañón de iones con una longitud de varios metros el cual sujetaba con las manos como si tuviera la ligereza de una pluma.

…uno…-Freya estaba a punto de terminar su invocación.

Los que se estaban preparando para el ataque de cerca se pusieron en guardia. Nikola asió sus espadas láser, Ayako activó sus escudos de rodillas, Yuuji se preparó para atacar con su cetro, Ayame se puso en guardia para lanzar combinaciones de patadas, Yurika transformó sus piernas en dos enormes ancas robóticas y Yamiyuki envolvió sus puños en oscuridad.

… ¡CERO! ¡ES HORA DE TOSTAR A ESE CAPULLO!-bramó Freya mientras soltaba al enorme monstruo que había invocado.

Los ataques de los héroes llovieron uno tras otro sobre el enorme monstruo. El escudo parecía estar a punto de ceder una vez aquella magistral combinación de técnicas de combate hubo tenido lugar. Un puñetazo de Yamiyuki puso fin a la existencia de aquella coraza.

¡La barrera ha cedido!-informó Yamiyuki-¡Todo el mundo a la carga! ¡Patéale el corazón, Freya!

¡HAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!-gritó la joven mientras se lanzaba dispuesta a dar el golpe de gracia.

De pronto, el cuerpo de aquel enorme monstruo comenzó a brillar y emitió una potente onda de choque que cortó todos los ataques que le estaban lanzando.

¡Mierda!-exclamó Freya, viéndose obligada a aterrizar-¿Qué está pasando?

Creo que va a hacer algo raro.-dijo Yurika mientras señalaba un punto brillante en el centro de la esfera que sujetaba el monstruo.

Agh…-se quejó Ibara-…siento como si me atrayera. ¿Acaso esta cosa nos está aspirando?

Eso parece intentar.-diagnosticó Freya-¡Apartaos! ¡Tratad de alejaros todo lo posible!

Yamiyuki, que era el combatiente más cercano al monstruo, creó en su mano derecha una ingente bola de fuego con la que causó una implosión que calentó el área circundante hasta un extremo tal que la ráfaga de aire caliente resultante empujó a todos sus compañeros lejos del monstruo.

¿Qué estás haciendo?-preguntó Metallurgy extrañada-¿No pretenderás quedarte delante de esa aspiradora mientras nosotros nos quedamos en la seguridad?

Eso es exactamente lo que pensaba hacer.-respondió Yamiyuki mientras obligaba a sus compañeros a mantenerse lejos de él con una enorme muralla de fuego.

¡No, Yamiyuki!-pidió Yurika-¡Nadie sabe lo que puede pasar si te absorbe!

No va a pasarme nada, ¡confía en mí!-pidió el chico-Y, si pasa algo, creo que es mejor para nuestra misión que caiga un aliado antes de que caiga el equipo entero.

¡No queremos llegar a esa situación!-insistió Metallurgy-Yurika tiene razón. ¡Vuelve aquí!

No es propio de un caballero…-Yamiyuki se calló un momento antes de reforzar su muralla de fuego con una ingente nube de electricidad-…dejar a unas señoritas tan esplendorosas como vosotras ante un peligro tan grande.

¡No me jodas!-exclamó Ibara-¡Siempre suelta el mismo rollo! Menos mal que a mí me da igual que se muera o que no.

¿Sin habérnoslo follado?-preguntó Itami.

Es la única pena que me daría.-respondió la chica.

Si quieres ser un caballero, ¿por qué no dejas que te ayudemos nosotros?-preguntó Nikola-¡Hay más hombres contigo!

Si Nikola va, yo también. ¡Juntos hasta la muerte!-añadió Dalton.

A mí dejadme en paz.-Itami se encogió de hombros.

En primer lugar…-dijo Freya entre amenazadoras pausas-… ¡Itami, no te pago para esta mierda! ¡A ti tampoco, Ibara! Y, en segundo lugar… ¡mierda, Yamiyuki, no te diviertas tú solo! No es propio de una señorita dejar a un caballero tan polifacético como tú al borde del peligro. ¡Me voy contigo!

¿Y le importa más nuestro sueldo que Yamiyuki?-siseó Ibara.

No te equivoques, guapa.-respondió Freya tajantemente-Simplemente confío más en él que en vosotros, y por eso me preocupo más de que la caguéis antes que él.

Yuuji se acercó a Nikola y a Dalton, dispuesto a ayudar a Yamiyuki y a Freya.

¡Atrás!-les pidió Freya.

La chica deshizo las dos barreras de Yamiyuki de un manotazo. Lo que encontró al otro lado fue una escena muy apremiante: el chico estaba flotando hacia la esfera, a punto de ser absorbido.

Al menos me ha salido bien lo de ganar tiempo.-dijo Yamiyuki mientras se acercaba a la pared de la esfera sin poder evitarlo.

Tú también lo habías pensado, por lo que veo.-dijo Freya.

¿El qué?-preguntó Yamiyuki-¿Que el punto débil de esta fiera puede estar en su interior y por eso no somos capaces de eliminarlo desde fuera? ¡Claro que lo he pensado! ¡No me dejo absorber por un pingüino mutante sólo por caballerosidad! De nada me sirve la “G” de “galán” si no la comparto con la de “genio”.

¡Ése es el Yamiyuki Kuroi que conozco!-exclamó Freya con una sonrisa mientras apretaba el puño-¡Rájale las tripas!

¡A la orden!-exclamó Yamiyuki mientras terminaba de ser absorbido por la esfera.

¡Se lo ha tragado!-Freya oyó que sus compañeros gritaban detrás de ella.

. . .

¡Ugh!-Yamiyuki emitió un quejido, pues había caído de golpe en una superficie oscura que no era nada cómoda.

Miró a su alrededor. Todo era negrura. Se miró las manos, los pies y el resto del cuerpo. Se encontró con que estaba completamente desnudo.

¿Qué cojones está pasando aquí?-preguntó el chico en voz alta.

¡Yamiyuki!-el chico oyó la voz de Freya.

Se giró. Detrás de él había un holograma con el rostro de su compañera.

Por alguna extraña razón, podemos verte como si la esfera que sujeta ese monstruo fuera un monitor.-explicó la chica-Ha dejado de atacarnos, así que lo sucesivo está en tus manos. Ah, y, aunque estés dándonos la espalda, ¿podrías taparte un poco?

Yamiyuki se tapó la entrepierna entrecruzando las dos mitades de su larguísima melena como si de una cortina se tratase.

No lo he hecho adrede.-dijo el chico girándose para mirar a los ojos a aquel holograma-¿Veis algo que no vea yo?

Todo oscuridad.-terció Aquanika-Estás jodido, chaval.

Gracias por tu constante apoyo, Aquanika.-respondió Yamiyuki en tono ácido. ¿No veis una tienda de ropa ni nada?

Tranquilo, pimpollo.-respondió la joven de cabello rosa-Veo algo mucho mejor.  Llévate las manos al pecho. Tienes algo centrado donde nosotras tenemos el comúnmente llamado canalillo.

El chico tocó lo que parecía una joya redonda incrustada en su pecho. Se miró y se dio cuenta de que era un pequeño disco plateado que parecía poder abrirse como si fuera un espejo de mano. Al intentar abrirlo, cedió con suavidad, mostrando en una de las caras internas un espejo y en la otra una colección de balas de color rosa firmemente incrustadas.

¿Un espejo de mano incrustado en mi pecho?-preguntó Yamiyuki-He de suponer por tu comentario, Aquanika, que esto es de utilidad para mi situación actual.

¡Desde luego!-respondió la chica-Mira, no sé cómo ha podido pasar, pero parece ser que dentro de esa esfera tienes poderes mágicos. Enhorabuena, Yamiyuki, eres un mago o incluso un brujo. Conozco ese objeto y sólo lo utilizan personas con poderes mágicos… concretamente brujas, por eso creo que eres más un brujo que un mago. Si alguna vez te has planteado que la vida era injusta contigo por ser de los pocos del grupo que no tiene dominio sobre la magia, es hora de que dejes atrás esas ideas, pues ya eres de los nuestros. ¡Usa ese espejo mágico para vestirte!

De acuerdo.-respondió Yamiyuki-Me imagino que si te pido explicaciones me dirás que tengo que concentrarme, unirme mentalmente con el objeto y todas esas cosas que soléis decir los magos, así que voy a hacerlo a mi manera.

Todavía tapándose los genitales con su melena, Yamiyuki rodeó el espejo con sus manos y cerró los ojos. Su pelo comenzó a brotar y a hacerse más y más largo, enredándose en su cuerpo y formando un perfecto y elegante traje negro, pues él era moreno. El chico abrió los ojos justo a tiempo para ver cómo sus manos se bañaban de una luz blanca que no tardó en convertirse en unos largos y ajustados guantes de dicho color. El uniforme tenía un corte muy sensual y revelador: era totalmente ceñido y apretado, marcando todas y cada una de sus curvas, así como sus elegantes y varoniles músculos. Le tapaba los hombros y bajaba por su cuerpo formando una provocativa “V” que dejaba al descubierto todo su torso  y abdomen, cerrándose a la altura de la entrepierna para cubrir su zona íntima. Por detrás hacía la misma “V”, dejando ver parte de sus hombros, toda su columna vertebral y parte de la cadera, cerrándose justo para tapar la parte de los glúteos. Las piernas las tenía totalmente cubiertas, como si llevara unos leggings que acabaran en zapatos de tacón alto. Las mangas tenían gran cantidad de flecos, como si fueran dos melenas, y bajaban hasta sus rodillas, dejando ver entre medias los guantes blancos. A ambos lados del pecho tenía unas finas tiras negras que sujetaban el espejo plateado. Por detrás, su melena caía lacia y abundante. En la parte de arriba llevaba un apretado moño cónico al que estaban muy bien apretadas unas brillantes y vistosas tiras rosas que llegaban hasta el suelo, de cuyos extremos colgaban cruces plateadas con piedras doradas en el centro. En la parte de atrás de las mangas, cayendo desde los hombros, ostentaba varias cadenas plateadas de cuyos extremos colgaban brillantes piedras preciosas de colores.

¡Está buenísimo!-bramó Ibara-¡Más que de costumbre! ¡Menuda frikada de traje! ¡Es una puta pasada!

El holograma del rostro de Itami apareció al lado del de Ibara para silbarle provocativamente.

¿En qué acabo de convertirme?-preguntó Yamiyuki.

¡En un brujo de Umbra!-exclamó Aquanika-¡Al menos no estás en pelotas!

¿Puedo llamarte Bayonetto mientras lleves ese traje?-preguntó Ibara.

NO.-respondió Yamiyuki tajantemente.

¿Bayonetto?-preguntó Metallurgy extrañada a la vez que el holograma de su rostro aparecía alrededor de Yamiyuki.

Me recuerda a un videojuego al que jugué hace poco en casa de Itami.-explicó Ibara.

Creo que han detectado tu poder.-dijo Freya-Vemos enemigos acercándose desde tu espalda. ¡Gírate!

Yamiyuki se encaró a la dirección a la que apuntó Freya y vio varias figuras envueltas en luz dorada aproximándose velozmente hacia él.

¿Son ángeles?-preguntó Yamiyuki-¿Como los de Shiroi?

Algo así.-supuso Freya-¡Dales su merecido! ¡No creo que esos tridentes con los que te apuntan sean para jugar!

¿Cómo funciona esta condición de brujo?-preguntó Yamiyuki.

Dale un puñetazo al ángel que tienes más cerca.-dijo Aquanika-¡No preguntes! ¡Actúa!

Yamiyuki vio que el ángel que se le acercaba tenía intención de clavarle su tridente. Para evitarlo, lanzó un vehemente puñetazo. De la nada se dibujó un círculo mágico de cuyo centro emanó un enorme brazo negro que imitó el puñetazo del chico, haciendo pedazos al ángel.

¡Qué pasada!-exclamó Yamiyuki-¡Voy a intentarlo de nuevo!

Un ángel se le acercaba por la derecha. Lanzó una patada lateral y volvió a pasar lo mismo: un círculo mágico lo acompañó y de su centro salió una gigantesca pierna negra que pateó y destrozó al ángel.

¡Guau!-exclamó Yamiyuki-¡No está nada mal!

¡No hay tiempo para celebraciones!-exclamó Aquanika-Si quieres que te dirija en el uso de tus nuevos poderes, ¡sé más rápido! ¡Te van a arrancar la cabeza!

Yamiyuki miró hacia arriba: un ángel trataba de asestarle un golpe letal con su tridente. En respuesta a esto, agarró el arma dorada con la mano y la desvió. Tras ello, giró sobre sí mismo y fustigó la cara de aquel enemigo de una fuerte patada. Dándose cuenta de que no necesitaba estar lejos para invocar aquellas extremidades gigantes y que podía golpear con su propio cuerpo, el chico se enzarzó en un intercambio de golpes con el ángel, tardando poco tiempo en someterlo y matarlo.

Parece que no hay más de esas cosas por aquí cerca.-dijo Yamiyuki-Un placer trabajar contigo, Aquanika.

Yo siempre ficho a los mejores compañeros de trabajo.-se jactó Freya.

Oh, sí.-corroboró Yamiyuki-Tú la primera. ¿Te acuerdas de cuando trabajamos juntos en un polideportivo enseñando baile de barra vertical a un grupo reducido?

¡Fue genial!-asintió Freya-¡Nos lo pasamos de puta madre, sobre todo cuando tocó reventar cabezas ajenas!

¿En qué clase de líos os metéis vosotros?-preguntó Metallurgy con una mezcla de curiosidad y miedo.

Sólo estábamos trabajando.-explicó Freya-¡El dinero no crece de los árboles, tenemos que mantenernos!

Tu pelo es tu arma, tu armadura, tu cuerpo, tu poder, ¡todo!-explicó Aquanika-Todo lo que puedas imaginar lo puedes hacer con tu cabello. ¡Ése es tu poder como brujo de Umbra! Tu melena puede transformarse en cualquier cosa y se trata de ser un hijo de la gran puta en cada instante. ¡Busca una salida y una manera de destruir al bicho!

Me pregunto si conservo mis poderes de siempre aunque no sean mágicos.-Yamiyuki hablaba para sí en voz alta mientras escuchaba y asentía a lo que decía Aquanika.

De repente, la oscuridad se rompió violentamente por un dorado y brillante rayo de luz. El joven miró hacia arriba y vio que en la negrura se abría lo que parecía un portal luminoso. Mientras esquivaba los rayos que emanaban de él, se hizo camino hacia el haz. Sus saltos eran sorprendentemente altos y vigorosos. Si bien Yamiyuki siempre había sido un excelente saltador, aquellos movimientos eran más propios de alguien con el don de la ingravidez. Cuando le faltaba poco para alcanzar aquel resquicio de luz, de éste salieron más ángeles, esta vez acompañados de algunas bestias con armaduras doradas y gigantescas armas encantadas con una luz blanca.

¡HAAAAAAH!-bramó Yamiyuki mientras apuntaba a sus recién llegados enemigos con la palma de la mano izquierda.

Como él esperaba, de su mano brotó un potente chorro de fuego que prendió y ralentizó al grupo de enemigos.

¡Conservo mis poderes!-se alegró el joven-¡Bien! ¡Tomad ésta, panda de capullos! ¡Fuera de mi camino!

Yamiyuki lanzó una patada al aire. De su pierna salió un manojo de rayos azules que impactó contra uno de los ángeles, haciendo que explotase entre electricidad.

Ya está aprendiendo los movimientos típicos de los de su condición.-observó Aquanika-¡Mirad qué frescura y qué encanto en los movimientos del chico!

Mientras Aquanika comentaba las proezas del chico, éste se dedicaba a cargar sus puños con oscuridad y castigar a los ángeles conforme se le acercaban. Una de las enormes bestias consiguió acercársele y asestarle un brutal martillazo que hizo que saliera propulsado.

¡JO-DER!-exclamó el chico mientras se recuperaba del golpe.

Te doy otra pista.-insistió Aquanika-En el sitio en el que te mueves no existe la noción de suelo. Controlas la tierra, ¿no?

Yamiyuki se sonrió con picardía. Dio un pisotón en el aire y comenzaron a brotar rocas de debajo de la bestia, golpeándola fuertemente.

¡Me encanta esto!-el chico parecía estar a gusto con sus nuevos poderes.

El monstruo angelical trató de lanzar otro martillazo, pero Yamiyuki decidió no caer dos veces bajo el mismo truco y esquivó el golpe con una pirueta.

¡Justo a tiempo!-comentó-¡Casi me golpea de nuevo! Eh, ¿por qué se mueve todo tan lento?

¡Tiempo Brujo!-exclamó Aquanika-¡Tu nuevo poder ralentiza el entorno como respuesta a una emoción fuerte! ¡Aprovéchalo para ser más rápido que nunca ante el enemigo y acabar con él!

¡Chupaos ésta!-exclamó Yamiyuki.

El chico se colocó en medio de sus enemigos y comenzó a girar sobre sí mismo como si bailara. Liberó entonces un enorme aro de fuego que prendió a todos los ángeles y, tras ello, lanzó una rapidísima sarta de puñetazos contra la bestia que lo había golpeado. Pronto se dio cuenta de que su puño se cargaba con un aura mágica de color rosado.

Siento que cuanto más le golpeo más fuerte me vuelvo.-comentó el chico-¡Ser un brujo no está nada mal a pesar de llevar estas pintas!

Dio el golpe de gracia a la bestia con un tajo descendente de Karate, partiéndola por la mitad.

Lo dices como si no te gustara tu nuevo modelito.-comentó Freya.

Tienes razón.-respondió Yamiyuki-¡Me encanta! ¡Es puro estilo!

El portal de luz comenzó a empequeñecerse.

¡Corre, Yamiyuki!-lo animó Metallurgy-¡Tú puedes salir de ese sitio tan oscuro y poco aportador! ¡Vamos!

¡Date prisa!-pidió Freya al ver que al joven le costaba llegar.

¿Es que no puedo dejarte solo?-se quejó Aquanika-Usa tu… ¿qué cojones tendrás tú? Ah, ya sé. ¡Usa tu león interior!

¿Mi qué?-preguntó Yamiyuki.

¡QUE CORRAS, HOSTIA!-bramó Aquanika.

Yamiyuki intentó darse más prisa y, mágicamente, se convirtió en un enorme león negro con una tupida melena roja. De su cuello colgaban tiras rosas. En esta nueva forma, su velocidad se incrementó tanto que logró atravesar el portal de luz.

No era tan difícil, ¿verdad?-comentó la joven kazaja.

El chico sólo pudo responder con un rugido. Al llegar a su nueva ubicación, lo que parecía un enorme anfiteatro rodeado de un soleado cielo, se vio rodeado de bestias voladoras con halos en la cabeza. Desde el pilar de piedra en el que estaba apoyado, lanzó otro rugido, esta vez para amenazar a los ángeles.

El brujo no debe salir vivo.-dijo una voz desconocida desde la nada.

Tras oír esta frase, todas las bestias se abalanzaron sobre Yamiyuki, quien volvió a convertirse en hombre y barrió a todas las bestias voladoras con una patada giratoria acompañada de la misteriosa pierna gigante que había aprendido a utilizar antes.

Creo que alguien me quiere ver muerto.-comentó Yamiyuki mientras saltaba hacia una de las criaturas voladoras para iniciar seriamente el combate.

¡Cuidado!-gritó Metallurgy.

La enorme garra de la bestia se acercaba peligrosamente hacia Yamiyuki.

Tiempo Brujo, ¿verdad?-preguntó el chico haciendo acopio de lo que estaba aprendiendo-¡Vamos allá!

Al esquivar el zarpazo, se sorprendió convirtiéndose en un enjambre de mariposas negras con dibujos rosados en las alas. Estas mariposas volvieron a juntarse en la espalda del monstruo, dándole forma de nuevo al chico, quien se vio rodeado de la misma aura violácea que cuando había esquivado el martillazo de la bestia anteriormente. Aprovechando que todo a su alrededor se movía más lentamente, el chico agarró a la bestia por la cola y comenzó a hacerla girar dando vueltas en el aire.

¡Buen dominio de tu mariposa interior!-gritó Aquanika.

¿Cómo sabes tanto de esto?-preguntó una incrédula Yurika.

Digamos que tengo contactos.-se limitó a responder Aquanika.

Mientras tanto, Yamiyuki disfrutaba lanzando a la bestia que había agarrado contra otra cercana. El choque fue tan fuerte que las dos cayeron en picado hacia el suelo desde la altura a la que se encontraban.

¡Es hora de un Ataque Clímax!-bramó Aquanika-¡Invoca a un demonio! ¡Seguro que alguien como tú tiene a cientos a su cargo!

¿De qué me hablas?-preguntó Yamiyuki.

¡Recuerda lo de tu pelo!-repitió Aquanika-¡Deja de hacer preguntas estúpidas y piensa en tu cabellera! ¡El nombre del conjuro saldrá solo!

Casi involuntariamente, Yamiyuki articuló unas palabras en un idioma irreconocible. Como si obedeciera una orden, su cabello se desprendió de su cuerpo, descubriéndole los brazos y los muslos, tomando la forma de un enorme fénix negro hecho de pelo con fuego entre las plumas. Su majestuoso vuelo arrolló a las dos bestias, haciéndolas estallar en llamas y generando una onda expansiva que sacudió a las demás que estaban volando por los alrededores.

¡Qué pasada!-comentó Freya-¡Así me gusta, Yamiyuki!

Yamiyuki cayó al suelo de pie mientras su cabello volvía a vestirlo. Las bestias que no habían muerto por el ataque anterior descendieron en picado. Antes de que el chico pudiera hacer nada, a su alrededor aparecieron, rodeándolo, más bestias portadoras de martillos como las que habían aparecido anteriormente.  Comenzaron todas a lanzar martillazos. Yamiyuki inició una cadena de maniobras evasivas con elegantes volteretas a la vez que contraatacaba con hermosas patadas y movimientos dignos de un espectáculo circense. En pleno combate, se acercó a una bestia, le arrancó el martillo de las manos y golpeó su tronco superior, partiéndola por la mitad.

¡Eh!-se sorprendió el chico-¡No está nada mal este martillo! Seguro que me sirve para… ¡ESTO!

El chico miró hacia arriba, reparando en las bestias que iban a caer sobre él. Lanzó el martillo, golpeando a una y lanzándola de nuevo hacia arriba. Sus acompañantes se desconcertaron, dándole a Yamiyuki la oportunidad de electrocutarlas en el aire y someterlas a una devastadora y estruendosa explosión de oscuridad.

¡Cuidado en la caída!-exclamó Freya-¡Te has librado de los voladores, pero quedan algunos terrestres! Porque aquí ya existe el suelo, ¿verdad?

¡Utiliza un Ataque Tortura al bajar!-ordenó Aquanika-¡Matarás a uno y acojonarás al resto! ¡Sólo imagina que quieres que aparezca una máquina de tortura para matar a uno de esos capullos.

¡Te elijo a ti!-exclamó Yamiyuki señalando con el dedo a una de las bestias portadoras de martillos-¡MUÉRETE!

De debajo de los pies de la bestia salieron unos grilletes que le ataron sus cuatro patas. Alrededor de estos grilletes se dibujó un aro de agujeros en el suelo de cuyos interiores brotaron larguísimas espinas que atravesaron a la bestia para inmovilizarla. Un círculo negro apareció encima de la cabeza del monstruo. De su centro cayó un enorme péndulo cortante del cual se colgó Yamiyuki para empezar a balancearse sensualmente a la vez que movía las caderas como si su cuerpo le exigiera un baile, cortando al monstruo en pedazos. Los más cercanos a la víctima comenzaron a correr sin control por el campo de batalla.

¿Por qué corren tanto?-preguntó Yamiyuki-Echo en falta las pistolas que llevaba en los bolsillos de la ropa que me ha desaparecido mágicamente. Vienen bien en estos momentos.

¡No me jodas!-gruñó Aquanika-¡Todos los brujos de Umbra tienen cuatro! ¡Llámalas!

¡Claro, es en lo que todos pensamos cuando suena el despertador cada mañana!-corroboró Yamiyuki-“Si fuera un brujo de Umbra, tendría cuatro pistolas. ¡Buenos días!”

Del cielo cayeron cuatro objetos que el chico identificó como unas pistolas. Dos de ellas cayeron mágicamente en sus manos. Las otras dos se ciñeron a sus tobillos, quedando cada una paralela a un tacón.

¡Guau!-exclamó Yamiyuki-¡Qué bonitas!

Las pistolas eran bastante grandes, de cañón marcadamente alargado y de color negro con decorados plateados. En la parte trasera, donde una pistola convencional llevaría el martillo, tenían unos grandes y vistosos adornos en forma de alas de mariposa de varios colores. Sin dudar ni un momento, el joven comenzó a disparar contra las bestias que huían despavoridas, frenando su avance.

¡Menuda cadencia!-comentó Yamiyuki-¿Esto también es por la magia de Umbra?

¡Ya lo creo!-respondió Aquanika-¡Machácalos!

Te veo demasiado simpática hoy.-comentó Freya-¿Es porque estamos en fin de año?

¡Cierra la boca y mira el espectáculo, incordio de tía!-le espetó Aquanika.

Yamiyuki daba buena cuenta de las bestias. No tardó en darse cuenta de que no necesitaba apretar mucho los gatillos, pues las pistolas disparaban a su conveniencia, razón por la cual se lanzó a disparar con sus piernas, dando elegantes patadas al aire y acompañándolas con letales ráfagas de balas.

¿Por qué no te marcas un Break Dance en medio del campo de batalla?-preguntó Aquanika-¡Tirotéalos con estilo!

Lo he bailado muchas veces, pero prefiero marcarme un… ¡Jumpstyle!-respondió Yamiyuki.

El chico comenzó a bailar ágilmente con gran cantidad de saltos, zancadas y movimientos intrincados con sus piernas. Cada paso era un balazo directo a un punto vital de aquellas bestias.

¡Qué bien bailas, Yamiyuki!-comentó Dalton-¿Te lo pasas bien?

¡No te imaginas cuánto!-respondió el nuevo brujo de Umbra mientras bailaba y disparaba a las bestias-¡Es hora de hacer que exploten! ¡A bailar, chicos! Let’s dance, boys!

Yamiyuki saltó de nuevo y dejó de usar sus pistolas para lanzar golpes de palma al aire. Las gigantescas manos mágicas que lo acompañaban comenzaron a palmear a las bestias, aplastándolas severamente. Terminó el ataque cayendo en picado con una pierna en vertical y la otra cruzada elegantemente por encima de su rodilla mientras extendía sus brazos y colocaba sus manos en posición de meditación. La caída liberó una onda expansiva de fuego explosivo que hizo saltar en pedazos a todas las bestias.

¡Vía libre!-informó Yamiyuki con satisfacción-Veamos hacia dónde me lleva la guía de luz que he estado siguiendo…

Tras un corto paseo, el chico llegó a una gigantesca puerta de madera. Sin miramientos, le dio una patada, abriéndola de par en par. Lo que le esperaba al otro lado era la tranquila calle de una ciudad de noche.

¿Dónde estoy?-se preguntó Yamiyuki en voz alta-Ah, no, no me digáis nada, ya sé que estoy en el estómago de un monstruo gigantesco.

Escucha, pimpollo.-dijo Aquanika-Tienes a tu servicio a más demonios de los que conoces. El que da los puñetazos y las patadas contigo y ese fénix no son los únicos. No obstante, no todos los demonios sirven a los brujos de manera directa. Muchos espíritus lejanos se materializan en nuestro espacio y tiempo en forma de armas mágicas de gran poder. Hay una cerca de ti, puedo verla detrás de tu campo de visión, en un edificio muy alto. Cógela antes de que lleguen más enemigos. En el momento en el que la agarres sabrás su nombre.

Yamiyuki se giró y vio un destello en lo alto de un bloque de viviendas de gran altura.

Si puedo transformarme en mi león interior cuando necesito correr muy rápido, estoy más que seguro de que puedo convertirme en otro animal para volar.-reflexionó Yamiyuki-Después de todo, las explicaciones de Aquanika son bastante reveladoras y, si nos las tomamos al pie de la letra, puedo hacer lo que me salga de la real y reverenda polla sin restricciones.

Calmadamente, Yamiyuki se convirtió en un cuervo de gran envergadura y voló elegantemente hasta lo alto del edificio. Volviendo a su forma humana, agarró el objeto que había visto brillar desde abajo: era un disco de música antiguo, un vinilo.

Sólo es un LP, Aquanika.-Yamiyuki se encogió de hombros-Pero no voy a hacerte gastar más saliva de la que necesitas: se convierte en un arma, ¿verdad? ¡Música, maestro!

El chico lanzó el disco por los aires y lo paró en seco con un dedo, haciéndolo girar como si fuera la aguja de un tocadiscos. Comenzó a sonar música electrónica.

¡Qué temazo!-reparó el chico-Esto le encantaría a un gran amigo mío.

El vinilo comenzó a brillar hasta que estalló en pedazos y se convirtió en un par de enormes y pesados abanicos metálicos de color gris violáceo metalizado con algunas hojas rojas brillantes. Yamiyuki agarró uno con cada mano a la vez que las pistolas que llevaba desaparecían para su comodidad y conveniencia.

¡Bienvenidos a mis manos, Black Roses!-exclamó el joven mientras blandía los abanicos-Ah, pues es verdad que tienen nombre y que llega a mi conocimiento automáticamente.

¡Vas a poder estrenar tu nuevo regalo de Navidad!-comentó Freya-En la plazoleta que hay debajo del edificio, justo al otro lado de donde has aparecido, hay una congregación de ángeles.

¡Recuerda que sigues llevando dos pistolas en las piernas!-le gritó Aquanika.

Yamiyuki saltó hacia los ángeles y cayó frente a ellos.

Liarme a palos es muy divertido, pero quiero preguntaros quién os comanda y por qué no quiere que salga vivo de aquí.-dijo el chico.

El Padre no tiene necesidad de que lo conozcas.-dijo uno de los ángeles-¡Nuestra obligación es acabar con quien ose entrar en nuestros dominios! ¡A la carga, ángeles!

Yamiyuki levantó los abanicos para ponerse en guardia. Notó que eran muy pesados, por lo que supuso que, aunque se veían afilados, no eran unos abanicos cortantes demasiado convencionales. Por ello, decidió utilizarlos de manera contundente, como si fueran dos mazas. En medio del intercambio de golpes comenzó a alternar entre lanzar martillazos y cortes, causando devastadores daños en los enemigos. Entre su incesante danza de abanicos alternaba brutales patadas que acompañaba con contundentes disparos a quemarropa. Tras ser golpeado un par de veces por el ejército enemigo, el joven ejecutó una brillante maniobra evasiva con la que activó de nuevo el Tiempo Brujo. Aprovechó este momento para apuntar a los enemigos con los abanicos desde lejos, mostrando que tenían decenas de agujeros en la parte delantera por los cuales comenzaron a disparar balas de ametralladora, acribillando a todos los enemigos.

¡Es la hora de un Ataque Clímax!-exclamó el chico.

De su boca volvieron a salir unas palabras mágicas indescifrables. El pelo que cubría sus piernas se deshilachó, brotando hacia diferentes direcciones de la pequeña plaza en la que se encontraban los combatientes. A los pocos segundos, los mechones se entrelazaron, formando a un pavo real demoníaco con una cola enorme entre cuyas plumas había cristales azules que repartían electricidad. El poderoso golpe del gigantesco pavo cuando su cola de abanico golpeó el suelo causó una explosión eléctrica que desintegró a todos los ángeles menos a uno.

A veces me he preguntado si en otra vida yo he sido un guerrero ninja cazador de demonios…-dijo Yamiyuki mientras se dirigía al ángel que había dejado vivo-…y ahora me sorprendo siendo un brujo cazador de ángeles. ¡Qué paradójico! A ti te he dejado vivo por contestarme mal. ¡Vas a decirme todo lo que sabes!

¡No revelaré nada que tenga que ver con el Padre!-insistió el ángel.

¿Seguro?-insistió Yamiyuki asestando un potente rodillazo cargado de electricidad contra el ángel.

¡Seguro!-bramó la criatura, ya hincada en el suelo.

Alguien más listo que tú me lo dirá por ti.-dijo el chico a modo de despedida.

Atrapó al ángel con una voltereta con patada, clavando el tacón bajó el mentón de su enemigo, pudiendo atravesarle la cabeza de un disparo con la pistola que llevaba anclada al pie.

Parece que me estoy acostumbrando a sentir la presencia de los enemigos con la percepción de la magia.-comentó Yamiyuki-¿Estáis desde ahí fuera de acuerdo conmigo en que si continúo por esta dirección –señaló una calle con un dedo- podré tender una emboscada a un grupo de ángeles y llegar así a un lugar donde se encuentra algo muy poderoso?

En efecto.-respondió Freya-Aprendes muy rápido, Yamiyuki. ¡Así me gusta!

Creo que eso tan poderoso que dices será un arma más.-conjeturó Aquanika-Acércate y trata de  hacerte con todo lo que puedas, ¡vamos!

Yamiyuki se acercó al lugar donde pensaba que iba a encontrar una concentración de ángeles. Al llegar al sitio, vio que todas las criaturas, algunas más antropomorfas que otras, escuchaban las palabras de quien parecía una persona. Su cuerpo tenía forma humana, pero llevaba una túnica blanca y una máscara dorada que impedían ver nada de su ser. Ni siquiera se podía notar si era un hombre o una mujer.

¡Os dijimos que el brujo estaba cerca, Su Santidad el Padre!-dijo uno de los ángeles-¡Podría ser peligroso!

He venido a zanjar en persona el problema que tenemos con este intruso.-dijo la figura de la túnica blanca mientras hacía aparecer un disco de vinilo en una de sus manos mágicamente.

La voz de aquella persona era masculina. No sólo había revelado que lo que había bajo la túnica era un hombre, sino que, además, había dado a Yamiyuki una pista auditiva: la voz de aquel hombre era la misma que había resonado desde la nada en una de las batallas anteriores.

Yamiyuki Kuroi, nuevo brujo de Umbra…-comenzó a decir el Padre-… he conseguido aprender lo básico sobre ti en el poco tiempo que llevas entre nosotros. No eres conveniente. Tenemos que acabar contigo. Si destruyes esta realidad, alguien en los cielos se enfurecerá sobremanera.

Perdóname la descortesía, pero no me hace gracia que un desconocido me esté mareando en sus tierras y encima venga a pedirme que me deje matar.-le respondió Yamiyuki-Voy a cerrarte esa bocaza, señor enmascarado.

No imaginaba que fueras a dejarte matar.-respondió el Padre-Es más, te traigo un regalo para que dures más en un combate contra mí. ¡Ten!

Lanzó el disco contra Yamiyuki, quien lo paró con un dedo y lo hizo girar. Comenzó a sonar música étnica de estilo árabe.

Esto le encantaría a uno que yo me sé.-comentó el chico-No por el hecho de que le guste la música árabe, sino porque es muy dado a escuchar música relajante antes o después de descuartizar cruelmente a sus enemigos como voy a hacer contigo. ¡Vamos allá, arma, manifiéstate!

El disco estalló en pedazos y la luz que brotó de él cubrió la cintura y las caderas de Yamiyuki. Encima de su traje de brujo quedó vestido con un pañuelo bastante largo de danza del vientre de color negro azulado con lentejuelas plateadas colgando por todos los picos. Iba sujeto al traje con un cinturón plateado con cintas negras de las cuales colgaban cascabeles, también plateados.

¿Un accesorio de danza del vientre?-preguntó Yamiyuki-Emblem es tu nombre, ¿verdad? Espero que me asegures unos buenos bailes.

¿Yamiyuki baila la danza del vientre?-preguntó Itami con curiosidad.

Puedo asegurarte que sí.-respondió Freya-Es un excelente bailarín en ese estilo.

Con los abanicos en las manos y el pañuelo colgando de su tronco inferior, Yamiyuki se encaró al Padre y a su horda de ángeles.

¡Atacad!-ordenó el Padre.

¡Es hora de mover esas caderas!-se animó Yamiyuki-¡Ser malo nunca estuvo tan bien!

El joven brujo se lanzó al ataque. Comenzó a agitar las caderas y a golpear con ellas a los ángeles que se le acercaban, alejándolos de él.

Parece que esta arma fortalece los golpes que doy con mis caderas.-apreció Yamiyuki-Veamos si hace algo más… ¡mágico!

Yamiyuki comenzó a contonear sensualmente su pelvis. El pañuelo comenzó a levantarse de manera reveladora y las lentejuelas se orientaron hacia los enemigos. En un instante, se agrandaron hasta alcanzar el diámetro aproximado de un CD y de ellas comenzaron a brotar cuchillas, convirtiéndose en discos de sierra. La danza de Yamiyuki adquirió entonces unas peligrosas y destructivas propiedades cortantes con las que comenzó a destruir a las hordas de ángeles.

¡Vamos!-el chico se sentía cada vez más animado-¡Bailad conmigo la danza del vientre!

Lanzó los abanicos hacia arriba y comenzó a acompañarse de las manos para bailar con más ímpetu. Los movimientos sensuales y elegantes de sus brazos se coordinaban con los de sus piernas. El baile comenzó a hacerse más y más frenético. Cada golpe de cadera de Yamiyuki ocasionaba derramamientos de sangre por los discos cortantes. Entre aquel encarnizado y espectacular intercambio de golpes, hacía pausas periódicas para marcar una postura determinada, haciendo incluso los gestos con las manos. Estos movimientos marcados desataban ondas expansivas cortantes que no tardaron en diezmar a sus enemigos. Cuando los ángeles hubieron caído, los abanicos descendieron hasta las manos de Yamiyuki, quien los agarró y apuntó con uno de ellos al Padre.

Por fin solos.-dijo mientras le guiñaba un ojo.

Me alegro de que te haya gustado mi regalo.-dijo el Padre-Veremos si ahora eres capaz de enfrentarte al Padre Xydxsaqa en un mano a mano.

¿Padre qué?-se extrañó Yamiyuki-¿Xydxsaqa? ¿Qué clase de nombre es ése?

El mío, alfeñique.-respondió el hombre enmascarado-¡Prepárate para luchar!

El arma del Padre se materializó en sus manos: una enorme rueda dorada que sujetaba con ambas manos aprovechando dos huecos en su intrincado diseño.

Mi misión es apoderarme de la Iglesia y remodelarla por completo.-explicó el Padre-No puedo dejar que herejes como tú campen a sus anchas. ¡Prepárate!

Con menudo majadero he ido a cruzarme…-se lamentó Yamiyuki.

Sin mediar más palabra, el joven brujo embistió al Padre con sus abanicos, pero éste lanzó un potente golpe con su rueda dorada y se los saltó, haciendo que desaparecieran al poco tiempo.

¡Black Rose, no!-se lamentó Yamiyuki-Les estaba cogiendo cariño, maldito mamón. ¡Emblem, es hora de darle una lección a este chalado!

Yamiyuki volvió a bailar con unos sensuales pasos de danza del vientre. El pañuelo comenzó a atacar violentamente al Padre, pero éste lo bloqueó interponiendo la rueda en medio de la trayectoria del ataque. Acto seguido, hizo que girara sobre sí misma formando una bola que enganchó y arrancó el pañuelo de las caderas de su dueño, haciendo que desapareciera también.

¡Si acababas de regalármelo!-exclamó Yamiyuki-¡Qué ser más incoherente resultas ser!

¡Cállate!-le espetó Xydxsaqa.

El Padre golpeó a Yamiyuki con su rueda, lanzándolo por los aires.

El tío es fuerte.-pensó Yamiyuki-Voy a tener que ponerme serio.

¡Arde bajo el fuego sagrado!-el Padre emitió una sentencia condenadora.

La rueda que sujetaba aquel hombre se cubrió de fuego dorado. Con un vehemente movimiento, el enmascarado agitó el arma y disparó el anillo de llamas brillantes que había creado en dirección a Yamiyuki.

¡De eso nada!-exclamó el joven brujo-¡El fuego es mi especialidad!

Con su habilidad para manipular el fuego, Yamiyuki deshizo el anillo y lo convirtió en una cola de fuego que redirigió hacia el Padre. Durante el trayecto, las llamas perdieron el color dorado y se volvieron mucho más vivas y ardientes.

¡NO!-gritó Xydxsaqa mientras se protegía con la rueda-No sabía que tenías ese poder… ¡pero me has dado la mejor pista! ¡Ahógate en tu tumba!

El Padre desapareció momentáneamente y apareció detrás de Yamiyuki, colocando la rueda bajo sus pies y haciendo que de ella emanara un géiser enorme. El agua atrapó al joven a la vez que lo impulsaba hacia arriba.

Tengo que hacer algo ya.-pensaba Yamiyuki mientras se debatía en el agua-¡Tiempo Brujo!

El chico hizo ademán de salir del agua, logrando ralentizarla lo suficiente como para escapar del géiser, llamar a sus cuatro pistolas y golpear con una de ellas a su enemigo en la cara de una patada.

Ya no eres tan bueno, ¿eh?-preguntó Yamiyuki.

¡No cantes victoria!-respondió su contendiente.

El Padre asió de nuevo la rueda y trató de golpear de nuevo a Yamiyuki, pero éste se protegió con las pistolas que llevaba en las manos, parando el golpe con ellas.

Me gusta cantar, pero prefiero bailar.-le explicó el chico-¡Bailaré sobre tu tumba!

¡Insolente bravucón!-bramó el Padre-¡Te arrepentirás de tu arrogancia!

Con un gran alarde de poder, Xydxsaqa invocó a un enorme ángel con forma de dragón. Instintivamente, Yamiyuki respondió invocando a otro de sus demonios. Apareció un enorme león hecho de pelo negro con una mata de brotes verdes gigantescos a modo de melena. Comenzó a intercambiar golpes y mordiscos con el dragón. En aquellos momentos, el Padre sujetaba la rueda con una mano mientras con la otra comandaba al dragón. Yamiyuki se encontraba semidesnudo, con su cabello tejiendo y nutriendo al poderoso león.

No estás en posición de pelear con esas pintas, ¿no crees?-preguntó Xydxsaqa.

Estoy en posición de hacer lo que me dé la gana.-le espetó Yamiyuki.

¡Zanjemos este asunto de una vez!-el Padre lanzó un ultimátum.

Atacó de nuevo con su rueda. Yamiyuki paró el golpe de un puñetazo y superó la fuerza de su atacante, obligándolo a retroceder y a apartar el arma.

¿Cómo has…-se sorprendió el enmascarado.

¡YAAAAAAH!-gritó Yamiyuki.

Con una potente patada voladora, recortó la distancia que lo separaba de su enemigo, impactando en su pecho y quitándole potencial para controlar al dragón. Esto hizo que el león pudiera someterlo y acabar con él.

¡No!-gritó el Padre.

El pelo de Yamiyuki volvió a su sitio, dándole la suficiente fuerza como para atrapar a su contendiente en una combinación de golpes que terminó con un gancho alto. El Padre salió disparado hacia los cielos.

¡Cárgatelo!-bramó Aquanika.

¡Lanza uno de esos Ataques Clímax!-pidió Freya con entusiasmo-¡Son preciosos!

El pelo que cubría la espalda de Yamiyuki se convirtió en un hermoso par de alas con algunos detalles de colores. Alzó el vuelo y se colocó a la altura del Padre, quien quedó ingrávido por efectos de la magia oscura que rodeaba al joven brujo.

¿Qué pretendes hacer?-preguntó Xydxsaqa-Tu magia es inmadura, todavía no puedes…

Se calló al ver que Yamiyuki le apuntaba a la cabeza con una de sus pistolas.

¡NUNCA JODAS A UN BRUJO!-bramó el chico.

Disparó. La bala destrozó su máscara, pero el Padre se dobló de dolor de tal manera que no dejó ver su cara.

¡Ha llegado tu hora!-dictaminó Yamiyuki-¡ES LA HORA DE UN CLÍMAX INFINITO!

Yamiyuki volvió a pronunciar un conjuro indescifrable. Sus guantes se deshicieron en luz mágica para potenciar su hechizo. Absolutamente toda su ropa se separó de él y todo el pelo se concentró en su entrepierna, formando una especie de calzoncillos mágicos con adornos rosas. Pronto, estos calzoncillos mutaron, tomando la forma de un enorme dragón cuyas alas imitaban los pétalos de una rosa. Aquella enorme criatura negra tenía muchas luces rosas entre los pétalos de sus alas, y su larguísimo cuello parecía un pene gigante saliendo del cuerpo del brujo. El dragón rugió y comenzó a mordisquear al Padre, rasgándole la túnica. Terminó el ataque lanzando un brutal rayo rosa que lo lanzó hacia el horizonte.

Mientras tanto, el chico movía elegantemente sus manos. Quería invocar al poseedor de esas extremidades gigantes que tanto le habían ayudado. Cuando apareció, se encontró a un enorme y estilizado íncubo de oscuridad. Lejos de querer lanzar puñetazos o patadas contra el Padre, pegó su enorme miembro viril al cuello del dragón y emitió un potente rayo blanco que se juntó con el rayo rosa del dragón, causando una explosión de energía inmensa, tan fuerte que le saltó el espejo del pecho a Yamiyuki.

¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!-gritó Xydxsaqa-¡Volveré miles de años después y tiranizaré la Iglesia! ¡Recordad mis palabras! ¡No habrá cura ni monja que pueda conmigo!

El joven había derrotado al Padre, pero sentía que se desnudaba y que no podía hacer nada más de lo que había hecho antes. Se le nublaba la vista y lo único que alcanzaba a ver era que su espejo de mano se perdía en la altitud del cielo.

. . .

¡Va a explotar!-exclamó Freya-¡Atrás!

Yamiyuki salió disparado de la esfera de aquel monstruo. Nikola se puso en medio de su trayectoria y aprovechó su gran fuerza muscular y el gran tamaño de sus manos para pararlo a la vez que le daba un reconfortante abrazo.

¿Nikola?-preguntó Yamiyuki, quien no había abierto los ojos todavía y sólo podía identificar a su camarada por el olor.

¡Sí!-respondió éste con una sonrisa-¡Lo has conseguido!

El joven miró a su alrededor. El monstruo se estaba deshaciendo a la vez que la brisa esparcía sus pedazos.

¡Enhorabuena!-lo elogió Freya.

Mientras sus compañeros le aplaudían, Yamiyuki se apoyó en las manos de Nikola para incorporarse.

Muchas gracias por sujetarme, Nikola.-dijo con caballerosidad-Y muchas gracias a todos por vuestro ánimo. Ah, y… gracias, Aquanika, por guiarme.

Ya te lo cobraré.-respondió la asesina de cabello rosa.

Supongo.-respondió Yamiyuki cruzándose de brazos-Y, como es normal en nosotros, no vamos a detenernos a reflexionar sobre lo que ha pasado, ¿verdad? Vamos a continuar con nuestro camino y ya lo hablamos mientras avanzamos.

Me parece una buena idea.-dijo Freya-¿Vamos?

¡Sí!-exclamaron los demás.

Aquel numeroso y heterogéneo grupo echó a andar. Cuando todavía no habían avanzado ni un kilómetro, se giraron todos hacia atrás, como si alguien los hubiera llamado. Se giran hacia ti, lector.

¡FELIZ AÑO NUEVO!-gritan todos-¡Y nos vemos en “Finale ~ Worlds Collide IV ~! Hasta entonces… ¡QUE TENGÁIS UNA MUY FELIZ NOCHEVIEJA Y UN PRÓSPERO 2016! ¡GRACIAS A TODOS POR ACOMPAÑARNOS!

Tras decir estas palabras, vuelven a su camino. No obstante, Yamiyuki vuelve a girarse. Parece que tiene algo que decirte. Te mira con unos ojos llenos de lascivia, una sonrisa llena de inteligencia y picardía y ambas manos en la entrepierna.

Mis andanzas en el Reino de Tokyo no han terminado.-dice-Conmigo tenéis doble cita. Nos vemos también en “Taimanin Yamiyuki” antes de lo que os podáis imaginar. Os aseguro que vais a disfrutar, vais a sentir, vais a sufrir, vais a VIVIR la historia. Nos acercamos al final, pero eso no quiere decir que quede poco. ¡Os estaré esperando con mis amigos Taimanin! ¡Feliz año!

Vuelve a girarse para continuar la marcha con sus camaradas. Del cielo cae algo brillante, tal vez algo plateado. Conforme se acerca al suelo se hace más y más identificable. ¡Es el espejo de mano que Yamiyuki llevaba en el pecho! Sin saber si por casualidad o por obra de una mano desconocida, este espejo parece que va a caer justo en el bolsillo de la chaqueta que lleva el chico… pero no puedes ver si termina de meterse en el bolsillo o si, por contraparte, cae al suelo porque el joven héroe pasa justo en ese momento por al lado de una masa de arbustos.

. . .
Yamiyuki Kuroi is …

… BAYONETTO!

¡Feliz Nochevieja y muy feliz 2016, mis queridísimos lectores y amigos! Este año he decidido hacer sólo un discurso, el de Navidad, y cambiar el de Año Nuevo por esta pequeña historieta spin-off de “Worlds Collide”. ¡Espero que os haya gustado! Para darle más interés a este episodio que flota en la cronología de la historia, os propongo un pequeño juego: a ver cuántas referencias a la saga de videojuegos “Bayonetta” sois capaces de encontrar (aunque algunas son obvias) a la vez que también encontráis referencias a otras historias mías (¡y éstas ya no son tan fáciles, sobre todo si no os habéis leído alguna obra!). Podéis decirme todas las referencias que encontréis por comentarios, en respuestas, por Twitter o como queráis. Simplemente me hace mucha ilusión saber cuánto controláis de mis historias y hasta qué punto os intereso. ¡Muchas gracias por leerme hasta aquí y espero de corazón que os haya gustado! Desconozco qué ritmo podré llevar en 2016, pero os aseguro que las historias que tengo preparadas son cada vez más y mejores. ¡No os libraréis de mí! ¡Un beso enorme! ¡Y, de nuevo, mil gracias!

Yamiyuki Kuroi