TAIMANIN
YAMIYUKI
Episodio 29: Guerra
ardiente en Gokuruma
¿Qué está pasando aquí?-se
preguntó Kuroageha entre la duda y la extenuación.
El asalto demoníaco contra
Gokuruma se había identificado. Más que una toma de control parecía una guerra
a gran escala. La Taimanin se preparó para seguir combatiendo. Los sonidos de
su flauta eran amplificados por su poder ninja, produciendo impactos
destructivos contra los invasores. Por suerte, no había ningún general Mazoku:
todos los invasores eran soldados rasos y, por tanto, fáciles de repeler.
¡Kuroageha-dono!-oyó una voz
detrás de ella-¡No luches sola, no es necesario!
Detrás de ella estaban algunos
antiguos Taimanin: los hombres y mujeres de generaciones anteriores cuyos hijos
eran los actuales guerreros se habían puesto sus viejos uniformes y habían
tomado la determinación de pelear por sus tierras aun si la edad les había
restado capacidades. Kuroageha pudo distinguir a los progenitores de algunos de
sus alumnos e incluso de amigos.
¡Está bien!-respondió la
joven-¡Lucharemos por Gokuruma! ¡Muerte a los demonios!
¡MUERTE!-gritaron todos a coro.
Kuroageha lideró aquel
contraataque. Sus movimientos ágiles, rápidos, elegantes y certeros destacaban
entre la multitud que formaban aquellos hombres y mujeres experimentados.
Algunos eran ancianos o casi ancianos, pero no dejaban de ser Taimanin y en su
juventud habían cumplido misiones de gran importancia, tal y como Kuroageha
hacía en la actualidad. Pese a su edad, se movían muy bien y poseían mucha
fuerza, así como poderes especiales muy llamativos.
Las demás profesoras no tardarán
en llegar.-dijo Kuroageha mientras paraba las espadas de dos mercenarios con
las cuchillas de su flauta y su cerbatana-Contengamos juntos a estos maleantes
hasta entonces.
Los mayores continuaron
luchando. Todos aguardaban con
expectación noticias de los seis genios y de los recién graduados, pero no
parecían estar por la labor de llegar. Entre sus pensamientos, Kuroageha fue
sorprendida por un perro demoníaco. Los mercenarios habían traído una jauría
con ellos y los estaban soltando por las tierras de Gokuruma. Antes de poder
reaccionar, la maestra vio que una lanza azul salida de la nada se clavaba en el
perro, dejando su cuerpo moribundo en el suelo. Giró la cabeza hacia la
dirección de la que había llegado la lanza y vio a Seika corriendo hacia el
perro.
Ninpô – Kinton no Jutsu!
Tekken!-exclamó la recién llegada.
(¡Arte ninja de los metales! ¡Puño de Hierro!)
Seika saltó hacia el perro. Su
puño derecho se transformó en un puño de hierro muy pesado con el cual cayó
encima del moribundo animal, destrozándolo de un puñetazo antes de recoger su
lanza.
¡Hemos vuelto!-exclamó Seika.
Una flecha blanca voló
horizontalmente girando sobre sí misma hacia uno de los mercenarios que
sujetaban a los perros. Se clavó en su abdomen, revelando su identidad: era
Veena, que se había lanzado en una patada taladro con las piernas juntas y
cruzadas. Antes de dejarle reaccionar, le cortó el cuello con la cimitarra a su
presa, causando confusión entre los perros, a los que pudo ajusticiar
fácilmente clavándoles su arma.
Nuestra primera misión como
graduadas ha sido un éxito.-informó Veena-Nuestros superiores están aquí.
Un destello de fuego azul
interrumpió la conversación. Por arte de magia, Belladonna apareció en el
lugar.
¡Justo a tiempo!-exclamó la
Mazoku-¡No os saldréis con la vuestra, Taimanin!
Empuñó su arma. Justo cuando iba
a atacar, se quedó mirando con los ojos como platos al horizonte: seis hombres
jóvenes y apuestos se aproximaban. Los Taimanin que habían matado a sus
compañeros, liderados por Yamiyuki, se acercaban a paso firme y decidido al
campo de batalla.
¡Yamiyuki!-exclamó Kuroageha-Oh,
¡cuánto me alegro! Seika, Veena, ¡habéis hecho un trabajo excepcional!
¡Gracias,
Kuroageha-sensei!-exclamaron a coro las dos chicas.
Hola de nuevo, ciudadanos de
Gokuruma.-saludó Yamiyuki cuando llegó al núcleo de la trifulca-No negaré que
me han torturado, pero no he venido aquí a contar mis penas, sino a arreglar lo
que no funciona bien.
Rito, Shirubei, Aoi, Hagane e
Inuhito sonrieron. Miraban a los demonios con gestos amenazadores capaces de
helar la sangre de cualquiera.
Seika, Veena, avisad al resto de
Taimanin.-pidió Kuroageha-Es hora de acabar con esto de una vez por todas.
Las dos chicas asintieron y se
retiraron.
Yamiyuki, me alegro muchísimo de
verte.-dijo Kuroageha cuando las recién graduadas se hubieron
retirado-Hablaremos más tarde…
Por supuesto.-dijo el chico.
¡ME NIEGO!-bramó Belladonna-¡YO,
BELLADONNA RUBIDIUM, ME ENCARGARÉ PERSONALMENTE DE QUE PEREZCÁIS AQUÍ!
La dama demoníaca alzó su bastón
y convocó a un tupido ejército de demonios de todas las razas.
¡ARRASAD GOKURUMA, ESCLAVOS!-gritó-¡INCLUYENDO
A SUS HABITANTES!
Orcos, ogros, perros, serpientes,
no muertos, vampiros…aquel elenco de bestias rompió filas y se lanzó al ataque
en todas las direcciones.
Ninpô – Ototon no Jutsu!-exclamó
Kuroageha.
(¡Arte ninja del sonido!)
La chica frotó sus dedos y
produjo unas fortísimas ondas sonoras que resquebrajaron el suelo y mermaron la
movilidad de los atacantes.
¡Sin piedad!-exclamó
Yamiyuki-¡ESTO ES LA GUERRA Y VAMOS A GANAR!
Ninpô – Raiton no Jutsu! Kaminari
no Rensa!-exclamó Aoi.
(¡Arte ninja de la electricidad! ¡Cadenas de Relámpago!)
Ninpô – Fuuton no Jutsu!
Kamaitachi!-lo siguió Hagane.
(¡Arte ninja del viento! ¡Viento Cortante!)
Los rayos de Aoi encadenaron y
electrocutaron a los enemigos más cercanos, formando una red que se extendía
hacia las lejanías. La prisión de electricidad y sonido permitió que el ataque
de Hagane cortara en pedazos fácilmente a muchos demonios.
¡Vamos, Rito!-exclamó Shirubei al
ver que su más musculoso amigo era el que más cerca tenía.
¡Sí!-exclamó Rito-¡Acabemos con
ellos!
Ninpô – Hyouton no Jutsu! Kouri
no Yaiba!-gritó Shirubei.
(¡Arte ninja del hielo! ¡Espada de Hielo!)
Ninpô – Dôton no Jutsu! Nessa no
Senpuu!-lo siguió Rito.
(¡Arte ninja de la tierra! ¡Remolino de Arena Tórrida!)
Shirubei creó una fina hoja
vertical de hielo que se movía a través del suelo. Aquel rectángulo de gran
altura comenzó a atropellar a varios demonios a su paso, cortándolos por la
mitad. A la vez, el ataque de Rito arreció contra esos mismos enemigos, propulsando
las dos mitades de su cuerpo para asegurar su muerte.
Ninpô – Kiba no Jutsu!-los siguió
Inuhito.
(¡Arte ninja de los colmillos!)
Como un bailarín, Inuhito giró
sobre sí mismo con un pie apoyado en el suelo. La otra pierna estaba suelta,
cortando a todos los enemigos que se encontraban cerca de la trayectoria de
aquella fatídica peonza.
¡Inútiles!-exclamó Belladonna
mientras invocaba a más refuerzos-¡Matadlos!
Kuroageha, que contenía a los
enemigos desde la distancia disparando dardos con su cerbatana, saltó desde la
rama del árbol en el que se había subido y cayó cerca de Shirubei. Se miraron y
asintieron.
Ninpô – Dokuton no Jutsu!-conjuró
la chica.
(¡Arte ninja del veneno!)
Ninpô – Suiton no Jutsu!-lo
acompañó el joven rubio.
(¡Arte ninja del agua!)
De los dedos de Kuroageha salió
disparado un chorro de un líquido violeta altamente tóxico. Shirubei hizo lo
propio, dejando salir de sus dedos un gran chorro de agua a presión. Los dos
chorros se juntaron, barriendo a varios enemigos. El aro de Inuhito rodó entre
medias, causando una rápida mortandad entre varios miembros de aquella horda.
Aoi interceptó a los que se habían librado de este último ataque y los lanzó
por los aires de un latigazo haciendo ondear su arma. Rito pudo darse cuenta de
que la mirada de su amigo había cambiado: haber compartido aquel momento íntimo
le había ayudado de verdad, y ahora se encontraba en óptimas condiciones.
Yamiyuki decidió no ser menos y unirse al asedio.
Ninpô – Bara no Jutsu! Netsu no
Muchi!-exclamó con solemnidad.
(¡Arte ninja de las rosas! ¡Látigo Febril!)
De una de las manos de Yamiyuki
brotó una enorme rosa roja de cuyo
centro salió un larguísimo tallo lleno de espinas. El chico comenzó a agitar su
brazo, propinando fuertes y lacerantes latigazos a todos los demonios que se
acercaban. Sus elegantes movimientos permitían un rango de alcance óptimo para
el látigo, cuyas espinas daban buena cuenta de los enemigos. Cuando hubo matado
a unos cuantos, cambió de técnica.
Ninpô – Bara no Jutsu! Kyouki no
Ibara!-gritó.
(¡Arte ninja de las rosas! ¡Espina de la Locura!)
El chico volvió a hacer que se
formara una rosa roja en una de sus manos, pero, en esta ocasión, lo que salió
de su centro fue una rama rígida y puntiaguda rodeada de espinas. Comenzó a
atacar con ella como si manejara un florete, acabando elegante y dolorosamente
con más demonios.
¡No paréis!-bramó Belladonna
mientras invocaba a más.
¡Hay que matar a esa
bruja!-exclamó Kuroageha-Si la seguimos dejando a su libre albedrío, esta horda
no se acabará nunca.
Los mayores de las filas traseras
estaban empezando a tener problemas. Algunos edificios ya estaban parcialmente
derruidos. Se escuchaban gritos de auxilio.
Bueno…-dijo Yamiyuki-…creo que ya
no tiene sentido que siga ocultándolo. Me habéis hecho enfadar, demonios…y
mucho. Todo lo que ha pasado en esta última temporada ha sido…en términos
sencillos… ¡INADMISIBLE! ¡Preparaos para morir!
Una llamarada explosiva salió de
las manos de Yamiyuki, dejando entre sus manos su arma personal, la cual no
había utilizado desde que se graduó: una larguísima y pesada nodachi con una
funda de color granate ennegrecido y una empuñadura de color rojo anaranjado
con enjoyes dorados. Bajo la atenta y anonadada mirada de todos los presentes,
desenfundó su inmensa arma y la asió con ambas manos, poniéndose en guardia.
Por primera vez en mucho tiempo, Yamiyuki iba a demostrar sus dotes de
espadachín.
¡HAAAAAAAAAAAAAAAAH!-gritó el
chico.
Como una ola invisible que
cortaba el aire, el chico comenzó a destruir a todo aquel ejército él solo. Sus
cortes eran poderosos, precisos y con un alcance muy largo gracias al tamaño
del arma. Aquella iniciativa envalentonó a los luchadores. Una gélida ventisca
sacudió la estancia. Como si de un enjambre se tratase, una gran cantidad de
cisnes de hielo voló en la dirección de la ventisca, estallando contra los
demonios.
¡Hielo!-exclamó
Kuroageha-¡Admirad el poder de los Taimanin elementalistas!
Los Taimanin elementalistas eran
aquellos que podían dominar uno o varios elementos de la naturaleza con sus
artes ninja. Yamiyuki, Shirubei, Hagane, Rito y Aoi eran claros ejemplos de
Taimanin elementalistas.
Esos cisnes…-dijo Shirubei
buscando su origen con los ojos-… ¡SÍ!
A lo lejos, había un hombre de
unos cincuenta y cinco años, con barba y un traje azul de Taimanin. Tenía un
sello ninja hecho con sus manos, y lo mantenía mientras yacía sentado en una
silla de ruedas. Una mujer de una edad similar y también con un uniforme de
combate azul sujetaba dicha silla con determinación. Tenía el cabello rubio y
entrecano, y lo llevaba recogido en una coleta.
¡Padre! ¡Madre!-exclamó Shirubei.
Los dos Taimanin sonrieron a su
hijo desde la lejanía. Se sentían orgullosos de él.
¡Tenéis carta blanca para violar
a todas las Taimanin que queráis!-bramó Belladonna desde su posición-¡Seguid
hostigando a los habitantes de este pueblo! ¡Quebradlos!
¡MUJERES!-bramaron los orcos-¡A
POR ELLAS!
Un destello rosa desbarató sus
planes: Hagane había aparecido ante ellos y había roto las mandíbulas de varios
con una patada giratoria aérea. Recordó la trágica pérdida de su madre y el
doloroso ataque psicológico de Delphine al echárselo en cara. No quería ver
sufrir a ninguna mujer.
¡Hijos de puta!-gritó con los
ojos llorosos-¡Vuestro terrorismo se terminó hace años! ¡No vais a tocar a
nuestras mujeres! ¡NO OS LO PERMITIRÉ!
Como una máquina tuneladora,
Yamiyuki avanzó entre las hordas hacia Hagane, que había comenzado a bombardear
a los orcos con ventarrones mientras acuchillaba con sus abanicos a los que
lograban acercársele. Al ver a su líder luchando por él, Hagane se motivó aún
más.
Ninpô – Fuuton no Jutsu! Hana no
Taifun!-exclamó.
(¡Arte ninja del viento! ¡Tifón Floral!)
Un enorme ciclón arrasó a los
orcos que intentaban perseguir a las mujeres de Gokuruma. Arrastraba pétalos de
muchas flores diferentes. El ataque terminó con la explosión de la célula
ciclónica, provocando caídas mortales en los que habían salido volando.
¡Qué vigor tenéis los
jóvenes!-exclamó una voz grave y robusta.
Una campana metálica aplastó a
gran cantidad de demonios. Tras ella apareció un hombre mayor, alto, musculoso
y con barba que portaba un uniforme verde. Lo seguía una mujer también alta,
robusta, muy musculosa y ataviada con otro uniforme verde. Rito se acercó.
¡Padre, madre!-exclamó-¡Ya estoy
en casa!
Bienvenido, hijo.-dijo el
hombre-Hemos convencido a tu hermana para que venga de nuevo con nosotros…
¡Vamos, Seika, saluda!-exclamó la
mujer.
Seika saltó de detrás de su
madre, uniéndose al combate.
¡Señores Sonozaki!-exclamó
Yamiyuki mientras sujetaba su nodachi-¡Qué honor!
Las profesoras están reunidas y a
punto de atacar todas juntas.-dijo Seika-Veena está con ellas.
¡Acabemos con los enemigos en
esta zona entonces!-exclamó Rito-¡Al ataque!
Los padres de Rito y Seika
comenzaron a devastar a los demonios. Entre las artes ninja de ataque a
distancia de los padres de Shirubei y los ataques cuerpo a cuerpo de este
matrimonio, las tropas de los mayores se motivaron más.
Me honra tenerles cerca, señores
líderes del clan Sonozaki.-los saludó Kuroageha-Permítanme ayudarles.
Un mercenario de gran estatura y
complexión estaba frente a ellos. Kuroageha se acercó a él y comenzaron a
intercambiar golpes. Las artes marciales chinas resultaban todavía más bellas y
elegantes si las ejecutaba aquella mujer tan despampanante.
Ninpô – Dokuton no Jutsu! Shinen
no Dokubari!-exclamó la chica.
(¡Arte ninja del veneno! ¡Aguijón Abismal!)
Una de las piernas de Kuroageha
se cubrió de manera dinámica de una sustancia tóxica. Girando sobre sí misma,
estampó una patada en el esternón del mercenario, clavando su pierna en él e
inyectando un líquido venenoso que le causó la muerte.
¡A ver cómo reaccionáis a
ESTO!-les gritó Belladonna.
Con su magia, elevó en el aire a
gran cantidad de demonios y les prendió fuego. Juntó sus cuerpos y creó una
gran bola de fuego azul que catapultó hacia los Taimanin.
¡NO!-exclamaron los padres de
Rito.
La pareja se puso en medio de la
trayectoria de la bola.
¡Madre!-exclamó Seika-¡Padre!
Tanto Seika como su hermano se
lanzaron a ayudar a sus padres. Los cuatro juntos pararon la bola de fuego y
recibieron todo su impacto, resultando gravemente quemados.
Ninpô – Fushikakusei!-exclamó la
familia a coro.
(¡Arte ninja! ¡Despertar del Inmortal!)
Los cuatro se regeneraron como si
no hubiera sucedido nada. Las profesoras llegaron y descargaron su poder sobre
los Mazoku, diezmándolos.
¡Asagi-sama!-exclamó Yamiyuki.
Perdón por el retraso.-dijo la
directora-Me alegro de verte, Yamiyuki.
Asagi-sama, me honra verla de
nuevo.-dijo Yamiyuki-Como le dije en mi nota, pude burlar todos sus planes:
¡hemos ganado! Ahora sólo queda ganar este asalto para ganar la guerra…
Así será.-respondió la mujer.
Por cierto…-añadió Yamiyuki-…allá
donde todos vemos pero nadie mira…en el lugar donde pasado y presente
conviven…en la soledad reside la presencia.
La directora y Yamiyuki solían
comunicarse en forma de acertijos cuando la situación era delicada. Lejos de
sorprenderse, ésta entendió perfectamente las palabras del chico y asintió,
asegurándole que tomarían medidas al respecto. Cuando todo parecía que iba a
terminar, Belladonna se incorporó de manera activa al combate. Con total
seriedad y concentración, sin mediar palabra, lanzó un conjuro con un área de
efecto muy amplia. Un campo de energía de color azulado cubrió el suelo que los
Taimanin pisaban.
¿Qué es esto?-preguntó Inuhito
mientras se acercaba a Aoi, que era el guerrero que tenía más cerca en aquel
momento.
Pues…-intentó decir Aoi.
Todos se dieron cuenta de que era
un campo energético que ralentizaba los movimientos. Su agilidad en aquellos
momentos era inexistente…
No dejo de ser una bruja.-siseó
Belladonna-Maldiciones como éstas son lo mínimo que puedo conjurar…juré que
acabaría con vosotros y será lo que haré.
Continuó con otro hechizo
maldito: cubrió a los Taimanin de una niebla vaporosa que les cortaba la
respiración, les nublaba la vista y les causaba un dolor cada vez más agudo.
Maldita…-gruñó Yamiyuki-…sea…
Alzó su nodachi a duras penas.
Entre las heridas que le habían hecho en las dependencias de los Mazoku y los
maleficios de Belladonna, su capacidad ofensiva había caído en picado.
Je…-rió Belladonna
sádicamente-…os haré sufrir…lentamente. ¡Ahora, esclavos!
Se escuchó una espada atravesando
a una persona. El grito desgarrador de un hombre.
¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAARGH!-chilló
el padre de Rito.
¡PADRE!-bramaron Seika y Rito.
Ante la cara de sorpresa de los
dos hermanos, el padre de ambos había sido apuñalado por la espalda
aprovechando que ninguno de ellos podía moverse. La espada fue retirada de su
cuerpo, generando un corte interno más profundo que aseguró que el hombre
moriría en pocos segundos.
¡Querido!-exclamó su esposa con
los ojos llorosos-¡NOOOOOOOOOOOOOOOOO!
Lo siento, amada mía.-dijo el
hombre con una sonrisa amarga-Nos veremos en el Más Allá. Hijos míos…Rito,
Seika…sois el orgullo de esta familia, ¿me oís? EL ORGULLO del clan Sonozaki.
Vivid, encontrad el amor y, junto a las personas con las que compartáis vuestros
corazones, perpetuad el clan. Cuidad de…vuestra madre…
Finalmente, el veterano murió. Belladonna
sonrió con sadismo. El mismo mercenario que había matado al hombre atravesó en
ese momento a su esposa.
Agh…-boqueó la mujer sin poder
escaparse-…mi amado…ya voy…hijos…Rito…Seika…vivid y luchad…seguid
siendo…personas…honorables…
Rito y Seika observaban la escena
incrédulos mientras las lágrimas salían de sus ojos como cataratas. La
conmoción los paralizó: habían matado a sus padres delante de ellos.
¡JAJAJAJAJAJAJA!-rió Belladonna
mientras le daba vueltas a su bastón-¡La diversión acaba de comenzar!
A la niebla maldita se unió una
lluvia cortante. Las gotas de negrura que caían del cielo cortaban
dolorosamente todo lo que tocaban. El dolor se estaba adueñando de todos los
afectados…salvo de Rito y Seika, que estaban tan dolidos que les daba igual el
ataque de Belladonna.
. . .-Yamiyuki se puso totalmente
serio.
Con un estallido blanco, los
hechizos de área de Belladonna se disiparon. En el epicentro de aquella luz se
encontraba Yamiyuki, que había hecho un sello ninja con una mano.
¿Qué…-se sorprendió Belladonna.
Asquerosos demonios…-siseó
Yamiyuki-… ¿CÓMO OS HABÉIS ATREVIDO A HACER ESTO? VOY A MATAROS A TODOS.
PREPARAOS. ¡OS HARÉ SUFRIR!
El chico lanzó la nodachi hacia
arriba y se colocó en una posición centrada.
¡Arded!-exclamó el Taimanin-Ninpô
– Katon no Jutsu! Hissatsu! Shakunetsu no Hana!
(¡Arte ninja del fuego! ¡Técnica exterminadora! ¡Flor Ardiente!)
Ejecutando una elegante y sensual
pose, Yamiyuki dejó que en el centro del pueblo se abriera una enorme flor de
fuego. Las llamas de sus pétalos se esparcieron de manera explosiva por la
totalidad de Gokuruma, prendiendo fuego a absolutamente todo. Los demonios morían
derretidos mientras los aliados sentían el fuego como ilusorio. Los edificios y
las plantas tampoco se resentían. Absolutamente todos los demonios que habían
penetrado en Gokuruma murieron calcinados: se había producido una auténtica
purga. Cuando la flor se marchitó y el terreno volvió a la normalidad, la
nodachi terminó de caer y Yamiyuki la agarró con una mano, apuntando a
Belladonna, que había quedado indefensa. Entendió que herir los sentimientos de
los amigos de Yamiyuki había sido un error. En una fracción de segundo, un
individuo muy veloz montado en algo parecido a un vehículo volador se llevó a
la bruja, evitando que fuera asesinada.
¡COBARDES!-gritaron los Taimanin
hacia los dos Mazoku que huían-¡DEBILUCHOS! ¡RATAS SIN HONOR!
Reencuentro familiar para que muera el padre de Rito -.-''
ResponderEliminarQue digo que por lo menos Belladonna a matado algo (ya puede decir que ha matado a un Taimanin, que la pobre mujer sufría derrota tras derrota sin desanimarse), ya puede dormir la pobre mujer y sus orcos en paz xDDDDDDDDDDDDDDDD
Sí, la caída de los padres de Rito y Seika (un hecho trágico) es algo que tenía pensado para darle fuelle a Belladonna...aunque insisto en que aún le quedan cartas en la manga.
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