TAIMANIN
YAMIYUKI
Episodio 31: Humedad
bajo el silencio
Hay muchos tipos de huevos
masturbadores.-dijo Rito-Como tienes fimosis y es la primera vez que lo
pruebas, he traído el más suave y menos comprometedor que había. He traído un bote entero del lubricante que
había en el sobre para añadir más…así nos aseguramos que no hay problemas. Dudo
que esta cosita tan suave y blanda pueda hacerte daño, pero siempre es mejor
prevenir que curar.
¿En qué consiste el
juguete?-preguntó Aoi con curiosidad.
En el interior tiene un patrón
estriado.-explicó Rito-Introduces el pene en el orificio como si estuvieras
realizando sexo penetrativo con una mujer o con otro hombre y obtienes placer
con el roce.
¡Qué guay!-exclamó Aoi-Una pena
que con el prepucio no pueda beneficiarme de todo ese contacto…
Sí, eso es cierto, la penetración
es tanto más placentera cuanta mayor facilidad de retracción tiene el prepucio,
pero es importante que explores nuevas formas de masturbarte para hacer que se
mueva tu prepucio con frecuencia.-explicó Rito-Cuanto más lo ejercites, siempre
y cuando tengas cuidado, mejores resultados obtendrás. De todas formas, también
creo que es interesante probar cosas nuevas… ¿te animas? A la mínima
incomodidad, lo dejamos y jugamos con otra cosa, por supuesto.
Vamos allá.-dijo Aoi-Si tuve la
valentía de patear a unos ogros que me rodearon y me golpearon, ¿por qué no iba
a penetrar a esta cosa tan inofensiva?
Ése es el espíritu.-lo elogió
Rito.
Aoi cogió el juguete. Rito sacó
de su mochila el bote de lubricante que había mencionado antes y amablemente se
lo roció en el pene.
Gracias.-Aoi le guiñó un ojo.
La sensación refrescante del
lubricante le dio un escalofrío de placer. Con una mano comenzó a extenderlo
por todo su pene. Una vez hubo terminado, asió el juguete con la otra mano e
introdujo el pene en el orificio.
Ay…-susurró Aoi.
¿Te hace daño?-preguntó Rito
preocupado.
No, no exactamente.-dijo Aoi-Es…diferente,
extraño, infrecuente, no sé cómo decirlo. Noto que el prepucio se mueve… ¿está
bien si sigo mientras no me duela ni me incomode?
Sí, sí, tranquilo.-respondió Rito
mientras sacaba otro huevo de la mochila.
Le quitó el precinto, utilizó el
lubricante con el interior y comenzó a acompañar a su amigo en la masturbación.
Al tener el glande completamente expuesto, Rito podía sentir un placer muy
intenso.
Ahhhh…-gimió.
Rito se relamía. Como su prepucio
se invertía por completo en la erección, la parte más externa del huevo
acariciaba el interior de dicha piel. Además, como su frenillo era
particularmente largo, la zona de éste que era estimulada por el huevo era lo
bastante amplia como para provocarle delirantes sensaciones de placer sexual.
Es genial…-continuó Rito-… ¿te
gusta, Aoi?
Sí…-Aoi se había sonrojado
levemente y su expresión facial había cambiado-…no me quiero ni imaginar el
gusto que tiene que dar con el glande expuesto…
El día que lo pruebes será un
gran día para ti, amigo…-dijo Rito mientras se recostaba-…ahhh…
Aoi se sentía muy contento y
motivado: su amigo daba por hecho que se iba a librar de su actual limitación.
Lo esperaré con ansia entonces…-respondió
Aoi mientras descubría un nuevo mundo con aquel huevo elástico.
Rito sacó su pene del huevo. Un
grueso y pesado hilo líquido unía su enorme miembro viril con el juguete.
Aquella mezcla de lubricante y fluidos preseminales amenazaba con caer.
Creo que te voy a manchar el
suelo…-se excusó Rito.
No pasa nada, se puede
fregar.-respondió Aoi mientras se levantaba la sudadera.
¡JAJAJAJA!-rió Rito-Demasiado
ocupado como para preocuparte por tu suelo, ¿eh?
¿Tú qué crees?-preguntó Aoi algo
extasiado.
Eres un viciosillo…-dijo Rito
mientras se acercaba a su compañero con el pene mojado.
Agarró el huevo en el que su
amigo tenía introducido el pene y comenzó a moverlo con suavidad con su mano
derecha. Aoi aprovechó que se le habían quedado las manos libres para terminar
de quitarse la sudadera. Rito se abrió la blusa con la mano que tenía libre,
dejando entrever su musculoso pecho y su férreo y cuadriculado vientre.
¿Y si vamos más
despacio?-preguntó Aoi.
¿No te habré hecho daño?-Rito se
sorprendió.
No, no…-negó Aoi-…todo lo
contrario. Lo estoy pasando tan bien que
no me gustaría llegar al clímax ahora mismo. ¿Por qué no alargamos un rato más
este juego?
Tus deseos son órdenes.-dijo Rito
mientras le quitaba el huevo.
Sintió que sólo faltaba que el
lubricante estuviera perfumado para que aquello fuera perfecto. Al quitar el
huevo del pene de su amigo, percibió una mezcla entre el olor neutro del
lubricante y el propio olor de Aoi, que era suave y dulce porque cuidaba mucho
su higiene.
Al lado de esto…-pensó Rito-…yo
soy un toro bravo. ¡Menuda diferencia de hormonas! Su olor y el mío ahí abajo
no se parecen en nada…
Los dos chicos centraron sus ojos
en el pene de Aoi. El prepucio parecía un poco más receptivo, pues se había
movido dentro del huevo y parecía estar aceptando el placer de manera positiva.
No había enrojecimiento ni ninguna señal preocupante.
Estaba pensando en el olor tan
delicado que tienes…-dijo Rito-…te parecerá una gilipollez o una cosa muy
extraña en la que fijarse, pero es curioso.
Antes de responder, Aoi miró su
pene: casi toda la humedad que tenía en lo poco que se veía de su glande era
del lubricante.
Digamos que aún es pronto.-dijo
Aoi con una media sonrisa-¿Tanto te extraña?
Es que yo tengo una barbaridad
aquí concentrada…-dijo Rito con una sonrisa sincera-…con todo lo que me mojo y
chorreo…como para no tenerla… es muy diferente a lo que tú tienes.
Con este olor casi drogué a Inuhito el día que tuvimos sexo.-recordó
Rito-Él también tiene una “fragancia
natural” bestial.
Ah, ¿sí? ¡Déjame olerlo!-pidió
Aoi de manera instintiva.
¿Qué narices estoy diciendo?-se alarmó Aoi-Creo que me estoy pasando…
¡Claro!-respondió Rito para
sorpresa de Aoi.
Tranquilo porque su amigo había
aceptado aquellas palabras, Aoi miró cómo Rito recogía un brote de líquido
preseminal de su pene, lo frotaba en sus manos y se las acercaba. El chico de
cabello azul acercó la nariz a las palmas de las gigantescas manos de su
musculoso amigo y se llevó una sorpresa contundente.
¡La hostia!-pensó Aoi-Ni
cuando hablo conmigo mismo me salen esas palabras, ¿qué me está pasando? O.K.,
Aoi, hoy estás alterado, amigo… es una situación muy… ¿extraordinaria? En
cualquier caso, lo siento por las burradas que puedan pasar, pero creo que voy
a divertirme más que si fuera el último día de vida del Universo… ¡Dios, Rito,
esto huele que alimenta!
¿Por qué pones esa cara?-preguntó
Rito con cierta preocupación-¿Te he incomodado?
Aoi hundió su cara en las manos
de su amigo y, cuando sus ojos dejaron de chocarse, lamió los huecos de entre
sus dedos.
No…-dijo Aoi-…para nada…todo lo…contrario…ahhhh…
Rito sujetó a Aoi por el mentón
con una mano, dejando la otra libre.
Te voy a enseñar un truco para
disfrutar mejor del sexo entre amigos.-dijo Rito con una sonrisa.
Con la mano que había liberado,
le soltó el moño a su amigo. El pelo que estaba ahí recogido cayó lacio como el
resto de su melena, dejando ver la auténtica forma de su pelo: era mucho más
largo por el lado izquierdo, donde le llegaba hasta las costillas, que por el
derecho, donde apenas rodeaba los hombros. Azul, brillante, hermoso, cuidado y
minuciosamente alisado con planchas.
Cuanto más cómodo te pongas,
mejor.-dijo Rito-Soltarse el pelo es como quitarse la ropa.
Gracias…-dijo Aoi.
Rito miró a su amigo. Estaba
enseñando gran parte de su cuerpo. Sus piernas eran finas y largas, como el
resto de su cuerpo. No tenía la figura andrógina de Hagane ni la delgadez
extrema de Inuhito, pero tampoco el porte férreo de Yamiyuki: estaba delgado y
lleno de curvas, y su piel pálida acentuaba las marcas de sus costillas. Su
abdomen estaba algo deprimido y sus caderas estaban adornadas por las marcas de
huesos y tendones. Su figura lampiña y de piel resplandeciente se entregaba
poco a poco al placer. Comenzaron a desnudarse. Cuando ya les quedaba poca ropa
por quitarse, Aoi se encaramó a la cama y ayudó a Rito a soltarse el pelo.
Qué suave tienes el pelo…-dijo
Aoi sorprendido-…huele a especias…me gusta.
Es un champú con extractos y
esencias de diferentes pimientas.-dijo Rito-Me encanta utilizarlo, hace los lavados
muy agradables, deja un olor que me encanta y da mucha fuerza y brillo al pelo.
Sin embargo, creo que tienes
olores más picantes que el de la pimienta…-dijo Aoi mientras deslizaba sus
manos por el musculoso cuerpo de su amigo.
¿Te ha gustado el olor de mis
fluidos?-preguntó Rito con toda la naturalidad del mundo.
Digamos que…-explicó Aoi-…despierta
a la bestia salvaje que duerme en mí y de cuya existencia todos dudamos a
veces.
¿Quieres más?-ofreció Rito
amablemente.
Aoi agarró su pene y comenzó a
mover la mano hacia arriba y hacia abajo en un enérgico vaivén.
Sí…-respondió-…me encantaría.
Rito se giró hacia Aoi, recogió
algo más del líquido que brotaba de su enorme falo y acercó su mano a su amigo,
que se aventuró a lamer el pequeño charco de líquido que tenía en la palma.
Uhh…-dijo Aoi-… ¡genial!
No pensaba que ver a Aoi a merced del jugo de mi pene fuera tan
excitante…-pensó Rito-…me voy a poner
malo otra vez y voy a acabar mandándolo a la Luna como a Inuhito…
¿Has…probado esto alguna
vez?-Rito le tendió a Aoi una vagina artificial.
No…-respondió el otro chico-…
¿qué tal está?
¡De puta madre!-respondió Rito
con una sinceridad aplastante.
Estuvieron un rato masturbándose
con las vaginas artificiales mientras intercambiaban algunas palabras inconexas
entre gemidos e interjecciones de placer.
Maldita sea…-gimoteó el chico de
cabello azul y pecas-…no aguanto tanto como tú…tengo que dejar este juguete por
un rato…
Sí, descansa, no te preocupes.-dijo
Rito-No obstante, también era mi intención que conocieses tus límites, porque…
¡para eso sirve esto!
Rito agarró un anillo de erección
y se lo colocó a Aoi con maestría.
Esto retrasará la eyaculación y
te hará acumular placer y semen a partes iguales.-dijo Rito-Las primeras veces
puede resultar doloroso por la intensidad del placer, pero te aseguro que te
encantará…
Suena interesante.-dijo Aoi
mientras observaba la base de su pene oprimida por aquel aro-Y se siente muy
estrecho… ¡qué erótico! Además, da una forma tan elegante y amenazadora… ¡me
gusta!
Una lástima que yo me los cargue si me los pongo…-pensó Rito.
¡Sí, son la polla, nunca mejor
dicho! ¡JAJAJA!-dijo el chico de cabello verde-¿Jugamos a algo más intenso
ahora que estás a salvo de estallar?
Aoi asintió. Rito lo cogió de las
manos y lo levantó de la cama. Una vez estuvieron de pie, le agarró el pene con
una mano mientras con la otra le masajeaba los testículos.
Te mola, ¿eh?-preguntó Rito
orgulloso de sus técnicas masturbatorias.
Me encanta.-respondió Aoi
sinceramente-Pero no te creas que me quedo atrás…
Aoi comenzó a jugar con el enorme
pene de Rito y con sus pesados testículos. Disfrutaban dándose placer
mutuamente. Mientras se masturbaban el uno al otro y hablaban frente a frente,
casi pegados, se movían por la habitación. Si se hubieran estado agarrando de
otras partes del cuerpo que no fueran cada uno el pene del otro, habrían
parecido una pareja de baile. Continuaron así un rato hasta que, de pronto,
Rito, cuan corpulento era, chocó con una estantería. Se cayeron unas revistas
de ella.
¡Ay, perdona!-se excusó Rito-Te
las dejo en su sitio…
El chico se agachó y cogió las
revistas. Vio que eran pornográficas.
¿Puedo…-Rito señaló el material
que tenía en la mano.
Adelante…-lo invitó Aoi.
Rito se volvió a levantar y hojeó
las revistas. Estaban llenas de hombres con fimosis haciendo prácticas sexuales
entre ellos.
¿Qué demonios…-Rito no daba
crédito a lo que veía.
Me da mucho morbo ver que hay
otras personas en mi misma situación al otro lado de la línea…-dijo Aoi
sonrojado-…no puedo evitarlo…es un fetiche que tengo…
Joder, qué revistas más cerdas.-dijo
Rito-¡Cómo le dan estos tíos! ¡Es acojonante! ¿Esto te pone?
Muchísimo.-dijo Aoi-Alguna vez me
he sentido atraído sexualmente por ciertas mujeres, pero esto me nubla el
juicio completamente, no hay punto de comparación con la excitación que me produce
esto y la que me producen las chicas…
Y yo me alegro por ti.-dijo Rito
con una sonrisa-Está muy bien tener motivación, tener gustos definidos,
disfrutar de lo que te gusta. ¡Adelante, te animo a que lo hagas cuanto
quieras!
Rito fue a dejar las revistas en
su sitio cuando vio algunos tomos de manga al lado. Cogió uno y vio que era un doujinshi del género yaoi lleno de personajes con fimosis.
También había mucho shotacon en otros
volúmenes.
Madre mía…-dijo Rito-… ¡cuánto hentai! No sabía que tenías tanto de
esto… ¿por qué nunca me enseñas nada?
No sabía que podría interesarte…-Aoi
se encogió de hombros.
Escucharon un sonido fugaz pero
definitorio: una gota golpeando el suelo. Aoi se estaba humedeciendo poco a
poco.
Bueno, bueno…-dijo Rito-… ¡es
hora de avanzar con el juego!
Empujó levemente a Aoi para
sentarlo en una de las sillas. Se agachó, se colocó entre sus piernas y comenzó
a lamer su pene.
¡Rito me está haciendo una felación!-pensó Aoi-¡Al diablo con intentar racionalizar esto, vamos a disfrutar hasta
quedarnos secos!
Ahhhh…-gimió Aoi-…sí…sí, Rito…ahhh…
Rito sacó el pene de Aoi de su
boca y lo rodeó con su lengua durante unos segundos.
¡Qué rica!-dijo el chico
musculoso-Aunque todavía la tienes un poco seca…
Ya…-dijo Aoi-…creo que queda poco
para que…
… ¡pero eso tiene fácil
arreglo!-exclamó Rito contento.
Recogió un poco más de su propio
líquido preseminal y lo frotó por todo el pene de Aoi con un masaje como si
fuera una crema hidratante. El chico se retorcía de placer y se veía invadido
por el morbo: su amigo iba a probar sus propios líquidos mezclados con su pene.
No sólo le iba a dar un placer bestial, sino que, además, había conseguido
humedecerlo y disparar su gusto por el morbo.
¡Qué bien lo hace!-Aoi se desgarraba por dentro-¡Es genial! ¡Que no pare nunca! ¡Quiero
seguir así hasta el fin de mis días! ¡Voy a volverme loco!
Rito dejó de trabajar el pene de
Aoi en su boca y lo dejó al aire mientras lo lamía como si fuera un helado.
Intentó introducir la lengua en el prepucio, pero no tenía suficiente espacio.
Joder…-se lamentó Rito-…no puedo…oye,
quedamos en una cosa: cuando tu prepucio haya crecido un poco más, me llamas y
me pides que te haga esto… ¡vas a flipar! Mientras tanto, juguemos a otras
cosas… ¡EH! ¡HE TENIDO UNA IDEA!
Sorpréndeme.-dijo Aoi mirando
hacia el techo y desplomado en la silla, presa de un ardiente y creciente
placer.
Te pone ver a otros chicos con el
prepucio para arriba, ¿verdad?-preguntó Rito con malicia.
No sabes cuánto…-Aoi se llevó las
manos a la cabeza como si se estuviera volviendo loco.
¡Mira atentamente!-lo invitó
Rito-¡Vamos a jugar mucho con esto! ¿Te hace?
Rito agarró su enorme pene con
las dos manos y se subió el prepucio hasta cubrir su glande por completo.
¿Qué te parece?-preguntó el
chico, orgulloso de su idea.
Aoi no dijo nada. Sus músculos se
tensaron. Notó humedad en su entrepierna.
¡Joder!-exclamó Rito-¡Mira eso!
El pene de Aoi estaba lubricando
de una manera acelerada. El morbo que le daba toda aquella situación, todo el
placer que estaba sintiendo, la complicidad con Rito, el anillo apretando su
pene, la sensación morbosa y perversa de que su amigo hubiera visto su material
pornográfico fetichista y ahora aquel enorme pene recubierto de un denso y
extraordinario prepucio…todo aquello era demasiado para él. Se estaba mojando a
marchas forzadas, los fluidos salían a través de su prepucio y cubrían su pene,
discurrían por sus testículos y mojaban la silla. Parecía que su pene estaba
llorando de alegría.
Vamos, que te gusta,
¿no?-preguntó Rito entre risas.
Es una auténtica
preciosidad.-dijo Aoi-Le haría una foto si tuviera una cámara o el móvil a
mano. Dios, déjame echarle mano a eso…
Comenzó a reunir su líquido
preseminal en las manos y, con él, masajeó el prepucio de Rito, untando sus
líquidos en él y continuando por todo el pene.
Conozco marcas y marcas de
lubricante…-dijo Rito-…pero ninguno como éste. Qué maravilla…no sabía que te
mojaras tanto…qué callado te lo tenías, pillín…
Pues sí…-dijo Aoi-…así tengo el
asunto.
Rito agarró a su amigo de la
cintura y lo levantó del suelo mientras se le agarraba al pene como un koala
que trepaba un árbol. Lo llevó a la cama y allí le dejó jugar con su pene.
Así me gusta…-dijo Rito mientras
su sonrisa comenzaba a volverse maliciosa-…diviértete…
Aoi parecía un niño con un
juguete nuevo. Poseído por su excitación, Rito lo levantó del colchón y comenzó
a hacerle una felación mientras lo mantenía en el aire.
Ah, maldito…-gimió Aoi-… ¡eso es
trampa!
¡Házmelo pagar si eres tan
heroico!-le espetó Rito con sorna.
Le dio la vuelta a su cuerpo
mientras lo sujetaba con las manos. De esta forma, la cabeza de Aoi cayó encima
de su falo. Entendió la propuesta y comenzó a lamerlo. Aquella atípica postura
69 desafiaba a la gravedad.
Qué húmedo está…-pensó Rito-…ahora
sí que huele a hombre. Huele y sabe a hombre… ¡cómo me pone, joder! Estoy como
una moto…vamos a acabar haciendo guarradas hasta la hora de dormir…
Me encanta.-pensaba Aoi-Jamás
pensé que hacer una felación fuera tan excitante y divertido. Y recibir otra
mientras haces una es el paraíso de los paraísos.
No dudó en probar lo que Rito
había intentado y no había conseguido: introdujo su lengua en el prepucio de su
amigo y la movió en un patrón circular. Recogía líquido preseminal a cada
vuelta, y sentía el tacto del interior del prepucio en una cara de la lengua y
el tacto del glande en la otra. Ambos estaban salivando bastante, especialmente
Aoi. Los perversos y morbosos chasquidos que se producían por chupar
acompañaban a la música de fondo.
Está salado…-comentó Aoi.
Como tiene que estar.-respondió
Rito-Como el tuyo. ¿No te encanta? A mí sí…
A mí también…-dijo Aoi-…este
anillo es lo mejor…pero me está empezando a doler el pene…
Ah, ¿sí?-preguntó Rito arqueando
una ceja-¿Te duele? Déjame que le dé un masaje inolvidable…
Rito, ¿qué…-preguntó Aoi.
Atiende, amigo.-dijo Rito
dejándose llevar por su perversión.
De la mochila que había llevado a
la habitación sacó varios rollos de correa negra.
¿Qué vas a hacer?-preguntó Aoi.
Un viaje.-dijo Rito-Vamos a volar
juntos.
Con una agilidad y una maestría
nunca antes mostradas, Rito ató las correas a varios puntos robustos de la
habitación, creando una especie de telaraña en la que Aoi quedó firmemente
suspendido y atado por sus cuatro extremidades. Estaba de cara a la pared con
los brazos y las piernas separados, completamente indefenso.
¿Estás listo para el
masaje?-preguntó Rito con malicia.
No veo que pueda negarme…-dijo
Aoi.
Rito sacó otra correa, pero era
diferente. Parecía algún mecanismo articulado. Lo ató al pene de Aoi y dejó
colgando de él un pulsador. Lo accionó y aquel instrumento comenzó a vibrar:
era una cadena de pequeños motores vibradores para la masturbación. El pene de
Aoi comenzó a sufrir espasmos multidireccionales, ondas de placer que chocaban
unas con otras, una propulsión ultrasónica al mundo del placer eterno. Sentía
que su miembro viril ardía, que quería eyacular, que quería deshacerse allí
mismo…pero el anillo se lo impedía. La elasticidad de aquel artilugio hacía que
apretara más cuanto más luchara su pene por vencer su resistencia. Para abrir
aún más el abanico de sensaciones, Rito se acercó a Aoi por su espalda y
comenzó a masajear sus músculos con sus expertas manos.
¿Te gusta, Aoi?-preguntó Rito con
fruición.
Agh…-balbució Aoi-…me vas a
volver loco…esto es demasiado… ¡AHHHHH! ¡Mi polla va a explotar!
Tranquilo, yo la cuidaré.-dijo
Rito-¡Soy un experto!
¡Quítame esto!-exclamó Aoi
mientras babeaba-Voy a…voy a… ¡AAAAAHHHH!
¿En serio quieres que te lo
quite?-preguntó Rito agarrando el vibrador masculino que rodeaba el pene de
Aoi.
Sagazmente, movió el extremo de
la cadena al orificio prepucial de Aoi, causándole placer en el glande.
Por una parte sí…-dijo Aoi-…pero,
por otra… ¡AGH! ¡ESTO ES GENIAL!
La cara de Aoi estaba cambiada
por el éxtasis. Se lo estaba pasando realmente bien. Rito dejó su masaje y
comenzó a frotar su pene por la espalda y las piernas de su amigo. Al cubrir
tanta área a la vez por su increíble tamaño, podía efectuar un masaje muy
erótico. Aoi gemía con entusiasmo cada vez que sentía específicamente el
prepucio de su amigo en alguna parte.
Me encanta…-dijo Aoi-…déjame tu
esencia en la piel…vuélveme loco…
Rito cogió un puñado de anillos
vibradores de la mochila. Como no podía ponérselos en el pene porque era
demasiado grande, se llenó los dedos con ellos, los activó y comenzó a
acariciarse con ellos. Con ambas manos, comenzó a masturbarse, mezclando las vibraciones
y el cariño de sus manos. Haciendo alarde de su flexibilidad, se coló por
debajo de la telaraña, apareciendo en la cama frente a Aoi. Le sonrió con
picardía mientras se masturbaba frenéticamente. Los anillos vibradores hicieron
su efecto y finalmente le condujeron a la eyaculación. El primer chorro de
semen salió tan disparado que echó su prepucio hacia atrás, el cual
automáticamente comenzó a deslizarse gracias a la humedad. Mientras gemía con
lágrimas en los ojos, Rito regaba con los chorros de su multiorgasmo a su amigo,
quien sólo podía sentirse extasiado y lamer el semen que caía cerca de su boca
o dentro de ella.
¡AHHHHH!-gimió Rito-¡QUÉ BUENO!
¡SÍ!
Bañado en semen, Aoi parecía a
punto de perder el conocimiento por todo el placer que su pene estaba
procesando. Con malicia, Rito le quitó la cadena vibratoria y comenzó a jugar
con su indefenso pene aplicando pequeños y cariñosos pellizcos sin apretar,
lengüetazos y movimientos con mucho roce.
¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHH!-gemía
Aoi-¡Esto es mejor que ese juguete!
¿Esto te gusta?-preguntó Rito
mientras frotaba su pene aún erecto y lleno de semen contra el de su amigo-¿Te
gusta esto? ¿Te excita?
Agh…-Aoi parecía al borde del
desmayo.
Rito insistió. Volvió a subir su
prepucio después de haber eyaculado y volvió a frotar su pene contra el de Aoi.
¿Y así?-preguntó Rito-¿Prepucio
con prepucio te gusta más? ¿Lo gozas? ¿Eh?
Sí…-respondió Aoi con lágrimas de
placer en los ojos-…estoy en el cielo…
Rito apuntó al orificio prepucial
de Aoi con el suyo propio. Parecía que sus penes se estaban dando un beso. Un
hilo pesado y goteante fruto de la mezcla de los líquidos preseminales de ambos
los unió mientras gemían y disfrutaban. Rito siguió provocando a Aoi: le agarró
el pene y lo introdujo en el hueco de su prepucio mientras movía las caderas.
¡Esto tiene que ser como un sueño
hecho realidad para ti, Aoi!-exclamó Rito con fruición-Te estás follando un
prepucio… ¿cómo se siente? Noto cada roce de tu prepucio moviéndose…con tiempo,
paciencia y esfuerzo se hará más ancho y flexible y podremos repetir esto elevado
a un exponente incalculable…
Voy a estallar en llamas…-siseó
Aoi-…esto es demasiado… ¡DEMASIADO BUENO!
¡A LA MIERDA!-gritó Rito-¡Me voy
a correr otra vez! ¡Tener tu polla aquí dentro me está poniendo como una moto de
carreras!
Separó su pene del de su amigo y,
como si no acabara de hacerlo, Rito eyaculó de nuevo. La regeneración tenía
esos efectos secundarios.
Y, como colofón final…-Rito
esbozó una sonrisa malvada.
Le quitó el anillo a Aoi, que
comenzó a deshacerse en gemidos, gritos y lágrimas de placer. Un potente chorro
de semen salió de su pene. Incluso con la fuerte atenuación que suponía el
prepucio, la eyaculación salió bastante disparada y, sin dudarlo, Rito la recogió
con su boca y la saboreó. De hecho, aquellos chorros de semen tan fuertes y a
los que Aoi estaba tan poco acostumbrado le estaban echando el prepucio hacia
atrás.
¡Ay, ay, ay, ay!-Aoi parecía asustado.
Rito sujetó el prepucio de su
amigo con los dedos, impidiendo que se deslizase más de lo que debía a esas alturas
de su cuadro de fimosis.
Tranquilo.-dijo Rito-No dejaré
que te pase absolutamente nada.
Aoi se relajó tanto que dejó
salir otro chorro de semen de su pene, pero éste mucho más atenuado. Cayó en
vertical hacia las revueltas y malogradas sábanas de color azul. Rito desató a su
camarada y lo bajó a la cama con él. Desnudos, llenos de semen, sudorosos y
satisfechos, se quedaron tumbados juntos un rato.
Me alegro muchísimo de tenerte de
nuevo.-dijo Aoi-No te vengas abajo, sigue siendo la gran persona que eres.
Con una sonrisa, Aoi se abrazó a su gigantesco amigo. El
chico que hasta hacía un momento estaba gritando, gimiendo y suplicando ahora
estaba tan tranquilo que podría quedarse dormido. Rito le devolvió el abrazo.
La melodía que sonaba en el reproductor era de las más relajantes de la
colección de Aoi, por lo cual se quedaron durmiendo tras haber hecho trizas a
todos los demonios que los atormentaban por dentro, totalmente en armonía
incluso sabiendo que pronto habría que preocuparse de otros asuntos. Todo tiene
su momento, y aquel momento era para descansar.
Puto Rito parece sacado de Pet Sex House (un Sexshop que visito mucho xDDDDDDDDDDDDDDD) que cabrón xDDDDDDDDDDDDD
ResponderEliminarNo sé yo si el uso de esos juguetes que menciona y conozco, son tan placenteros en el hombre, al fin de cuentas, no tengo pene xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD
Lo son: cientos de hombres han compartido su experiencia, sólo hay que curiosear. Me alegro de que te diviertas.
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