martes, 10 de marzo de 2015

[TY] Episodio 31: Humedad bajo el silencio

TAIMANIN YAMIYUKI
Episodio 31: Humedad bajo el silencio

Hay muchos tipos de huevos masturbadores.-dijo Rito-Como tienes fimosis y es la primera vez que lo pruebas, he traído el más suave y menos comprometedor que había.  He traído un bote entero del lubricante que había en el sobre para añadir más…así nos aseguramos que no hay problemas. Dudo que esta cosita tan suave y blanda pueda hacerte daño, pero siempre es mejor prevenir que curar.

¿En qué consiste el juguete?-preguntó Aoi con curiosidad.

En el interior tiene un patrón estriado.-explicó Rito-Introduces el pene en el orificio como si estuvieras realizando sexo penetrativo con una mujer o con otro hombre y obtienes placer con el roce.

¡Qué guay!-exclamó Aoi-Una pena que con el prepucio no pueda beneficiarme de todo ese contacto…

Sí, eso es cierto, la penetración es tanto más placentera cuanta mayor facilidad de retracción tiene el prepucio, pero es importante que explores nuevas formas de masturbarte para hacer que se mueva tu prepucio con frecuencia.-explicó Rito-Cuanto más lo ejercites, siempre y cuando tengas cuidado, mejores resultados obtendrás. De todas formas, también creo que es interesante probar cosas nuevas… ¿te animas? A la mínima incomodidad, lo dejamos y jugamos con otra cosa, por supuesto.

Vamos allá.-dijo Aoi-Si tuve la valentía de patear a unos ogros que me rodearon y me golpearon, ¿por qué no iba a penetrar a esta cosa tan inofensiva?

Ése es el espíritu.-lo elogió Rito.

Aoi cogió el juguete. Rito sacó de su mochila el bote de lubricante que había mencionado antes y amablemente se lo roció en el pene.

Gracias.-Aoi le guiñó un ojo.

La sensación refrescante del lubricante le dio un escalofrío de placer. Con una mano comenzó a extenderlo por todo su pene. Una vez hubo terminado, asió el juguete con la otra mano e introdujo el pene en el orificio.

Ay…-susurró Aoi.

¿Te hace daño?-preguntó Rito preocupado.

No, no exactamente.-dijo Aoi-Es…diferente, extraño, infrecuente, no sé cómo decirlo. Noto que el prepucio se mueve… ¿está bien si sigo mientras no me duela ni me incomode?

Sí, sí, tranquilo.-respondió Rito mientras sacaba otro huevo de la mochila.

Le quitó el precinto, utilizó el lubricante con el interior y comenzó a acompañar a su amigo en la masturbación. Al tener el glande completamente expuesto, Rito podía sentir un placer muy intenso.

Ahhhh…-gimió.

Rito se relamía. Como su prepucio se invertía por completo en la erección, la parte más externa del huevo acariciaba el interior de dicha piel. Además, como su frenillo era particularmente largo, la zona de éste que era estimulada por el huevo era lo bastante amplia como para provocarle delirantes sensaciones de placer sexual.

Es genial…-continuó Rito-… ¿te gusta, Aoi?

Sí…-Aoi se había sonrojado levemente y su expresión facial había cambiado-…no me quiero ni imaginar el gusto que tiene que dar con el glande expuesto…

El día que lo pruebes será un gran día para ti, amigo…-dijo Rito mientras se recostaba-…ahhh…

Aoi se sentía muy contento y motivado: su amigo daba por hecho que se iba a librar de su actual limitación.

Lo esperaré con ansia entonces…-respondió Aoi mientras descubría un nuevo mundo con aquel huevo elástico.

Rito sacó su pene del huevo. Un grueso y pesado hilo líquido unía su enorme miembro viril con el juguete. Aquella mezcla de lubricante y fluidos preseminales amenazaba con caer.

Creo que te voy a manchar el suelo…-se excusó Rito.

No pasa nada, se puede fregar.-respondió Aoi mientras se levantaba la sudadera.

¡JAJAJAJA!-rió Rito-Demasiado ocupado como para preocuparte por tu suelo, ¿eh?

¿Tú qué crees?-preguntó Aoi algo extasiado.

Eres un viciosillo…-dijo Rito mientras se acercaba a su compañero con el pene mojado.

Agarró el huevo en el que su amigo tenía introducido el pene y comenzó a moverlo con suavidad con su mano derecha. Aoi aprovechó que se le habían quedado las manos libres para terminar de quitarse la sudadera. Rito se abrió la blusa con la mano que tenía libre, dejando entrever su musculoso pecho y su férreo y cuadriculado vientre.

¿Y si vamos más despacio?-preguntó Aoi.

¿No te habré hecho daño?-Rito se sorprendió.

No, no…-negó Aoi-…todo lo contrario.  Lo estoy pasando tan bien que no me gustaría llegar al clímax ahora mismo. ¿Por qué no alargamos un rato más este juego?

Tus deseos son órdenes.-dijo Rito mientras le quitaba el huevo.

Sintió que sólo faltaba que el lubricante estuviera perfumado para que aquello fuera perfecto. Al quitar el huevo del pene de su amigo, percibió una mezcla entre el olor neutro del lubricante y el propio olor de Aoi, que era suave y dulce porque cuidaba mucho su higiene.

Al lado de esto…-pensó Rito-…yo soy un toro bravo. ¡Menuda diferencia de hormonas! Su olor y el mío ahí abajo no se parecen en nada…

Los dos chicos centraron sus ojos en el pene de Aoi. El prepucio parecía un poco más receptivo, pues se había movido dentro del huevo y parecía estar aceptando el placer de manera positiva. No había enrojecimiento ni ninguna señal preocupante.

Estaba pensando en el olor tan delicado que tienes…-dijo Rito-…te parecerá una gilipollez o una cosa muy extraña en la que fijarse, pero es curioso.

Antes de responder, Aoi miró su pene: casi toda la humedad que tenía en lo poco que se veía de su glande era del lubricante.

Digamos que aún es pronto.-dijo Aoi con una media sonrisa-¿Tanto te extraña?

Es que yo tengo una barbaridad aquí concentrada…-dijo Rito con una sonrisa sincera-…con todo lo que me mojo y chorreo…como para no tenerla… es muy diferente a lo que tú tienes.

Con este olor casi drogué a Inuhito el día que tuvimos sexo.-recordó Rito-Él también tiene una “fragancia natural” bestial.

Ah, ¿sí? ¡Déjame olerlo!-pidió Aoi de manera instintiva.

¿Qué narices estoy diciendo?-se alarmó Aoi-Creo que me estoy pasando…

¡Claro!-respondió Rito para sorpresa de Aoi.

Tranquilo porque su amigo había aceptado aquellas palabras, Aoi miró cómo Rito recogía un brote de líquido preseminal de su pene, lo frotaba en sus manos y se las acercaba. El chico de cabello azul acercó la nariz a las palmas de las gigantescas manos de su musculoso amigo y se llevó una sorpresa contundente.

¡La hostia!-pensó Aoi-Ni cuando hablo conmigo mismo me salen esas palabras, ¿qué me está pasando? O.K., Aoi, hoy estás alterado, amigo… es una situación muy… ¿extraordinaria? En cualquier caso, lo siento por las burradas que puedan pasar, pero creo que voy a divertirme más que si fuera el último día de vida del Universo… ¡Dios, Rito, esto huele que alimenta!

¿Por qué pones esa cara?-preguntó Rito con cierta preocupación-¿Te he incomodado?

Aoi hundió su cara en las manos de su amigo y, cuando sus ojos dejaron de chocarse, lamió los huecos de entre sus dedos.

No…-dijo Aoi-…para nada…todo lo…contrario…ahhhh…

Rito sujetó a Aoi por el mentón con una mano, dejando la otra libre.

Te voy a enseñar un truco para disfrutar mejor del sexo entre amigos.-dijo Rito con una sonrisa.

Con la mano que había liberado, le soltó el moño a su amigo. El pelo que estaba ahí recogido cayó lacio como el resto de su melena, dejando ver la auténtica forma de su pelo: era mucho más largo por el lado izquierdo, donde le llegaba hasta las costillas, que por el derecho, donde apenas rodeaba los hombros. Azul, brillante, hermoso, cuidado y minuciosamente alisado con planchas.

Cuanto más cómodo te pongas, mejor.-dijo Rito-Soltarse el pelo es como quitarse la ropa.

Gracias…-dijo Aoi.

Rito miró a su amigo. Estaba enseñando gran parte de su cuerpo. Sus piernas eran finas y largas, como el resto de su cuerpo. No tenía la figura andrógina de Hagane ni la delgadez extrema de Inuhito, pero tampoco el porte férreo de Yamiyuki: estaba delgado y lleno de curvas, y su piel pálida acentuaba las marcas de sus costillas. Su abdomen estaba algo deprimido y sus caderas estaban adornadas por las marcas de huesos y tendones. Su figura lampiña y de piel resplandeciente se entregaba poco a poco al placer. Comenzaron a desnudarse. Cuando ya les quedaba poca ropa por quitarse, Aoi se encaramó a la cama y ayudó a Rito a soltarse el pelo.

Qué suave tienes el pelo…-dijo Aoi sorprendido-…huele a especias…me gusta.

Es un champú con extractos y esencias de diferentes pimientas.-dijo Rito-Me encanta utilizarlo, hace los lavados muy agradables, deja un olor que me encanta y da mucha fuerza y brillo al pelo.

Sin embargo, creo que tienes olores más picantes que el de la pimienta…-dijo Aoi mientras deslizaba sus manos por el musculoso cuerpo de su amigo.

¿Te ha gustado el olor de mis fluidos?-preguntó Rito con toda la naturalidad del mundo.

Digamos que…-explicó Aoi-…despierta a la bestia salvaje que duerme en mí y de cuya existencia todos dudamos a veces.

¿Quieres más?-ofreció Rito amablemente.

Aoi agarró su pene y comenzó a mover la mano hacia arriba y hacia abajo en un enérgico vaivén.

Sí…-respondió-…me encantaría.

Rito se giró hacia Aoi, recogió algo más del líquido que brotaba de su enorme falo y acercó su mano a su amigo, que se aventuró a lamer el pequeño charco de líquido que tenía en la palma.

Uhh…-dijo Aoi-… ¡genial!

No pensaba que ver a Aoi a merced del jugo de mi pene fuera tan excitante…-pensó Rito-…me voy a poner malo otra vez y voy a acabar mandándolo a la Luna como a Inuhito…

¿Has…probado esto alguna vez?-Rito le tendió a Aoi una vagina artificial.

No…-respondió el otro chico-… ¿qué tal está?

¡De puta madre!-respondió Rito con una sinceridad aplastante.

Estuvieron un rato masturbándose con las vaginas artificiales mientras intercambiaban algunas palabras inconexas entre gemidos e interjecciones de placer.

Maldita sea…-gimoteó el chico de cabello azul y pecas-…no aguanto tanto como tú…tengo que dejar este juguete por un rato…

Sí, descansa, no te preocupes.-dijo Rito-No obstante, también era mi intención que conocieses tus límites, porque… ¡para eso sirve esto!

Rito agarró un anillo de erección y se lo colocó a Aoi con maestría.

Esto retrasará la eyaculación y te hará acumular placer y semen a partes iguales.-dijo Rito-Las primeras veces puede resultar doloroso por la intensidad del placer, pero te aseguro que te encantará…

Suena interesante.-dijo Aoi mientras observaba la base de su pene oprimida por aquel aro-Y se siente muy estrecho… ¡qué erótico! Además, da una forma tan elegante y amenazadora… ¡me gusta!

Una lástima que yo me los cargue si me los pongo…-pensó Rito.

¡Sí, son la polla, nunca mejor dicho! ¡JAJAJA!-dijo el chico de cabello verde-¿Jugamos a algo más intenso ahora que estás a salvo de estallar?

Aoi asintió. Rito lo cogió de las manos y lo levantó de la cama. Una vez estuvieron de pie, le agarró el pene con una mano mientras con la otra le masajeaba los testículos.

Te mola, ¿eh?-preguntó Rito orgulloso de sus técnicas masturbatorias.

Me encanta.-respondió Aoi sinceramente-Pero no te creas que me quedo atrás…

Aoi comenzó a jugar con el enorme pene de Rito y con sus pesados testículos. Disfrutaban dándose placer mutuamente. Mientras se masturbaban el uno al otro y hablaban frente a frente, casi pegados, se movían por la habitación. Si se hubieran estado agarrando de otras partes del cuerpo que no fueran cada uno el pene del otro, habrían parecido una pareja de baile. Continuaron así un rato hasta que, de pronto, Rito, cuan corpulento era, chocó con una estantería. Se cayeron unas revistas de ella.

¡Ay, perdona!-se excusó Rito-Te las dejo en su sitio…

El chico se agachó y cogió las revistas. Vio que eran pornográficas.

¿Puedo…-Rito señaló el material que tenía en la mano.

Adelante…-lo invitó Aoi.

Rito se volvió a levantar y hojeó las revistas. Estaban llenas de hombres con fimosis haciendo prácticas sexuales entre ellos.

¿Qué demonios…-Rito no daba crédito a lo que veía.

Me da mucho morbo ver que hay otras personas en mi misma situación al otro lado de la línea…-dijo Aoi sonrojado-…no puedo evitarlo…es un fetiche que tengo…

Joder, qué revistas más cerdas.-dijo Rito-¡Cómo le dan estos tíos! ¡Es acojonante! ¿Esto te pone?

Muchísimo.-dijo Aoi-Alguna vez me he sentido atraído sexualmente por ciertas mujeres, pero esto me nubla el juicio completamente, no hay punto de comparación con la excitación que me produce esto y la que me producen las chicas…

Y yo me alegro por ti.-dijo Rito con una sonrisa-Está muy bien tener motivación, tener gustos definidos, disfrutar de lo que te gusta. ¡Adelante, te animo a que lo hagas cuanto quieras!

Rito fue a dejar las revistas en su sitio cuando vio algunos tomos de manga al lado. Cogió uno y vio que era un doujinshi del género yaoi lleno de personajes con fimosis. También había mucho shotacon en otros volúmenes.

Madre mía…-dijo Rito-… ¡cuánto hentai! No sabía que tenías tanto de esto… ¿por qué nunca me enseñas nada?

No sabía que podría interesarte…-Aoi se encogió de hombros.

Escucharon un sonido fugaz pero definitorio: una gota golpeando el suelo. Aoi se estaba humedeciendo poco a poco.

Bueno, bueno…-dijo Rito-… ¡es hora de avanzar con el juego!

Empujó levemente a Aoi para sentarlo en una de las sillas. Se agachó, se colocó entre sus piernas y comenzó a lamer su pene.

¡Rito me está haciendo una felación!-pensó Aoi-¡Al diablo con intentar racionalizar esto, vamos a disfrutar hasta quedarnos secos!

Ahhhh…-gimió Aoi-…sí…sí, Rito…ahhh…

Rito sacó el pene de Aoi de su boca y lo rodeó con su lengua durante unos segundos.

¡Qué rica!-dijo el chico musculoso-Aunque todavía la tienes un poco seca…

Ya…-dijo Aoi-…creo que queda poco para que…

… ¡pero eso tiene fácil arreglo!-exclamó Rito contento.

Recogió un poco más de su propio líquido preseminal y lo frotó por todo el pene de Aoi con un masaje como si fuera una crema hidratante. El chico se retorcía de placer y se veía invadido por el morbo: su amigo iba a probar sus propios líquidos mezclados con su pene. No sólo le iba a dar un placer bestial, sino que, además, había conseguido humedecerlo y disparar su gusto por el morbo.

¡Qué bien lo hace!-Aoi se desgarraba por dentro-¡Es genial! ¡Que no pare nunca! ¡Quiero seguir así hasta el fin de mis días! ¡Voy a volverme loco!

Rito dejó de trabajar el pene de Aoi en su boca y lo dejó al aire mientras lo lamía como si fuera un helado. Intentó introducir la lengua en el prepucio, pero no tenía suficiente espacio.

Joder…-se lamentó Rito-…no puedo…oye, quedamos en una cosa: cuando tu prepucio haya crecido un poco más, me llamas y me pides que te haga esto… ¡vas a flipar! Mientras tanto, juguemos a otras cosas… ¡EH! ¡HE TENIDO UNA IDEA!

Sorpréndeme.-dijo Aoi mirando hacia el techo y desplomado en la silla, presa de un ardiente y creciente placer.

Te pone ver a otros chicos con el prepucio para arriba, ¿verdad?-preguntó Rito con malicia.

No sabes cuánto…-Aoi se llevó las manos a la cabeza como si se estuviera volviendo loco.

¡Mira atentamente!-lo invitó Rito-¡Vamos a jugar mucho con esto! ¿Te hace?

Rito agarró su enorme pene con las dos manos y se subió el prepucio hasta cubrir su glande por completo.

¿Qué te parece?-preguntó el chico, orgulloso de su idea.

Aoi no dijo nada. Sus músculos se tensaron. Notó humedad en su entrepierna.

¡Joder!-exclamó Rito-¡Mira eso!

El pene de Aoi estaba lubricando de una manera acelerada. El morbo que le daba toda aquella situación, todo el placer que estaba sintiendo, la complicidad con Rito, el anillo apretando su pene, la sensación morbosa y perversa de que su amigo hubiera visto su material pornográfico fetichista y ahora aquel enorme pene recubierto de un denso y extraordinario prepucio…todo aquello era demasiado para él. Se estaba mojando a marchas forzadas, los fluidos salían a través de su prepucio y cubrían su pene, discurrían por sus testículos y mojaban la silla. Parecía que su pene estaba llorando de alegría.

Vamos, que te gusta, ¿no?-preguntó Rito entre risas.

Es una auténtica preciosidad.-dijo Aoi-Le haría una foto si tuviera una cámara o el móvil a mano. Dios, déjame echarle mano a eso…

Comenzó a reunir su líquido preseminal en las manos y, con él, masajeó el prepucio de Rito, untando sus líquidos en él y continuando por todo el pene.

Conozco marcas y marcas de lubricante…-dijo Rito-…pero ninguno como éste. Qué maravilla…no sabía que te mojaras tanto…qué callado te lo tenías, pillín…

Pues sí…-dijo Aoi-…así tengo el asunto.

Rito agarró a su amigo de la cintura y lo levantó del suelo mientras se le agarraba al pene como un koala que trepaba un árbol. Lo llevó a la cama y allí le dejó jugar con su pene.

Así me gusta…-dijo Rito mientras su sonrisa comenzaba a volverse maliciosa-…diviértete…

Aoi parecía un niño con un juguete nuevo. Poseído por su excitación, Rito lo levantó del colchón y comenzó a hacerle una felación mientras lo mantenía en el aire.

Ah, maldito…-gimió Aoi-… ¡eso es trampa!

¡Házmelo pagar si eres tan heroico!-le espetó Rito con sorna.

Le dio la vuelta a su cuerpo mientras lo sujetaba con las manos. De esta forma, la cabeza de Aoi cayó encima de su falo. Entendió la propuesta y comenzó a lamerlo. Aquella atípica postura 69 desafiaba a la gravedad.

Qué húmedo está…-pensó Rito-…ahora sí que huele a hombre. Huele y sabe a hombre… ¡cómo me pone, joder! Estoy como una moto…vamos a acabar haciendo guarradas hasta la hora de dormir…

Me encanta.-pensaba Aoi-Jamás pensé que hacer una felación fuera tan excitante y divertido. Y recibir otra mientras haces una es el paraíso de los paraísos.

No dudó en probar lo que Rito había intentado y no había conseguido: introdujo su lengua en el prepucio de su amigo y la movió en un patrón circular. Recogía líquido preseminal a cada vuelta, y sentía el tacto del interior del prepucio en una cara de la lengua y el tacto del glande en la otra. Ambos estaban salivando bastante, especialmente Aoi. Los perversos y morbosos chasquidos que se producían por chupar acompañaban a la música de fondo.

Está salado…-comentó Aoi.

Como tiene que estar.-respondió Rito-Como el tuyo. ¿No te encanta? A mí sí…

A mí también…-dijo Aoi-…este anillo es lo mejor…pero me está empezando a doler el pene…

Ah, ¿sí?-preguntó Rito arqueando una ceja-¿Te duele? Déjame que le dé un masaje inolvidable…

Rito, ¿qué…-preguntó Aoi.

Atiende, amigo.-dijo Rito dejándose llevar por su perversión.

De la mochila que había llevado a la habitación sacó varios rollos de correa negra.

¿Qué vas a hacer?-preguntó Aoi.

Un viaje.-dijo Rito-Vamos a volar juntos.

Con una agilidad y una maestría nunca antes mostradas, Rito ató las correas a varios puntos robustos de la habitación, creando una especie de telaraña en la que Aoi quedó firmemente suspendido y atado por sus cuatro extremidades. Estaba de cara a la pared con los brazos y las piernas separados, completamente indefenso.

¿Estás listo para el masaje?-preguntó Rito con malicia.

No veo que pueda negarme…-dijo Aoi.

Rito sacó otra correa, pero era diferente. Parecía algún mecanismo articulado. Lo ató al pene de Aoi y dejó colgando de él un pulsador. Lo accionó y aquel instrumento comenzó a vibrar: era una cadena de pequeños motores vibradores para la masturbación. El pene de Aoi comenzó a sufrir espasmos multidireccionales, ondas de placer que chocaban unas con otras, una propulsión ultrasónica al mundo del placer eterno. Sentía que su miembro viril ardía, que quería eyacular, que quería deshacerse allí mismo…pero el anillo se lo impedía. La elasticidad de aquel artilugio hacía que apretara más cuanto más luchara su pene por vencer su resistencia. Para abrir aún más el abanico de sensaciones, Rito se acercó a Aoi por su espalda y comenzó a masajear sus músculos con sus expertas manos.

¿Te gusta, Aoi?-preguntó Rito con fruición.

Agh…-balbució Aoi-…me vas a volver loco…esto es demasiado… ¡AHHHHH! ¡Mi polla va a explotar!

Tranquilo, yo la cuidaré.-dijo Rito-¡Soy un experto!

¡Quítame esto!-exclamó Aoi mientras babeaba-Voy a…voy a… ¡AAAAAHHHH!

¿En serio quieres que te lo quite?-preguntó Rito agarrando el vibrador masculino que rodeaba el pene de Aoi.

Sagazmente, movió el extremo de la cadena al orificio prepucial de Aoi, causándole placer en el glande.

Por una parte sí…-dijo Aoi-…pero, por otra… ¡AGH! ¡ESTO ES GENIAL!

La cara de Aoi estaba cambiada por el éxtasis. Se lo estaba pasando realmente bien. Rito dejó su masaje y comenzó a frotar su pene por la espalda y las piernas de su amigo. Al cubrir tanta área a la vez por su increíble tamaño, podía efectuar un masaje muy erótico. Aoi gemía con entusiasmo cada vez que sentía específicamente el prepucio de su amigo en alguna parte.

Me encanta…-dijo Aoi-…déjame tu esencia en la piel…vuélveme loco…

Rito cogió un puñado de anillos vibradores de la mochila. Como no podía ponérselos en el pene porque era demasiado grande, se llenó los dedos con ellos, los activó y comenzó a acariciarse con ellos. Con ambas manos, comenzó a masturbarse, mezclando las vibraciones y el cariño de sus manos. Haciendo alarde de su flexibilidad, se coló por debajo de la telaraña, apareciendo en la cama frente a Aoi. Le sonrió con picardía mientras se masturbaba frenéticamente. Los anillos vibradores hicieron su efecto y finalmente le condujeron a la eyaculación. El primer chorro de semen salió tan disparado que echó su prepucio hacia atrás, el cual automáticamente comenzó a deslizarse gracias a la humedad. Mientras gemía con lágrimas en los ojos, Rito regaba con los chorros de su multiorgasmo a su amigo, quien sólo podía sentirse extasiado y lamer el semen que caía cerca de su boca o dentro de ella.

¡AHHHHH!-gimió Rito-¡QUÉ BUENO! ¡SÍ!

Bañado en semen, Aoi parecía a punto de perder el conocimiento por todo el placer que su pene estaba procesando. Con malicia, Rito le quitó la cadena vibratoria y comenzó a jugar con su indefenso pene aplicando pequeños y cariñosos pellizcos sin apretar, lengüetazos y movimientos con mucho roce.

¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHH!-gemía Aoi-¡Esto es mejor que ese juguete!

¿Esto te gusta?-preguntó Rito mientras frotaba su pene aún erecto y lleno de semen contra el de su amigo-¿Te gusta esto? ¿Te excita?

Agh…-Aoi parecía al borde del desmayo.

Rito insistió. Volvió a subir su prepucio después de haber eyaculado y volvió a frotar su pene contra el de Aoi.

¿Y así?-preguntó Rito-¿Prepucio con prepucio te gusta más? ¿Lo gozas? ¿Eh?

Sí…-respondió Aoi con lágrimas de placer en los ojos-…estoy en el cielo…

Rito apuntó al orificio prepucial de Aoi con el suyo propio. Parecía que sus penes se estaban dando un beso. Un hilo pesado y goteante fruto de la mezcla de los líquidos preseminales de ambos los unió mientras gemían y disfrutaban. Rito siguió provocando a Aoi: le agarró el pene y lo introdujo en el hueco de su prepucio mientras movía las caderas.

¡Esto tiene que ser como un sueño hecho realidad para ti, Aoi!-exclamó Rito con fruición-Te estás follando un prepucio… ¿cómo se siente? Noto cada roce de tu prepucio moviéndose…con tiempo, paciencia y esfuerzo se hará más ancho y flexible y podremos repetir esto elevado a un exponente incalculable…

Voy a estallar en llamas…-siseó Aoi-…esto es demasiado… ¡DEMASIADO BUENO!

¡A LA MIERDA!-gritó Rito-¡Me voy a correr otra vez! ¡Tener tu polla aquí dentro me está poniendo como una moto de carreras!

Separó su pene del de su amigo y, como si no acabara de hacerlo, Rito eyaculó de nuevo. La regeneración tenía esos efectos secundarios.

Y, como colofón final…-Rito esbozó una sonrisa malvada.

Le quitó el anillo a Aoi, que comenzó a deshacerse en gemidos, gritos y lágrimas de placer. Un potente chorro de semen salió de su pene. Incluso con la fuerte atenuación que suponía el prepucio, la eyaculación salió bastante disparada y, sin dudarlo, Rito la recogió con su boca y la saboreó. De hecho, aquellos chorros de semen tan fuertes y a los que Aoi estaba tan poco acostumbrado le estaban echando el prepucio hacia atrás.

¡Ay, ay, ay, ay!-Aoi parecía asustado.

Rito sujetó el prepucio de su amigo con los dedos, impidiendo que se deslizase más de lo que debía a esas alturas de su cuadro de fimosis.

Tranquilo.-dijo Rito-No dejaré que te pase absolutamente nada.

Aoi se relajó tanto que dejó salir otro chorro de semen de su pene, pero éste mucho más atenuado. Cayó en vertical hacia las revueltas y malogradas sábanas de color azul. Rito desató a su camarada y lo bajó a la cama con él. Desnudos, llenos de semen, sudorosos y satisfechos, se quedaron tumbados juntos un rato.

Me alegro muchísimo de tenerte de nuevo.-dijo Aoi-No te vengas abajo, sigue siendo la gran persona que eres.


Con una sonrisa, Aoi se abrazó a su gigantesco amigo. El chico que hasta hacía un momento estaba gritando, gimiendo y suplicando ahora estaba tan tranquilo que podría quedarse dormido. Rito le devolvió el abrazo. La melodía que sonaba en el reproductor era de las más relajantes de la colección de Aoi, por lo cual se quedaron durmiendo tras haber hecho trizas a todos los demonios que los atormentaban por dentro, totalmente en armonía incluso sabiendo que pronto habría que preocuparse de otros asuntos. Todo tiene su momento, y aquel momento era para descansar.

2 comentarios:

  1. Puto Rito parece sacado de Pet Sex House (un Sexshop que visito mucho xDDDDDDDDDDDDDDD) que cabrón xDDDDDDDDDDDDD
    No sé yo si el uso de esos juguetes que menciona y conozco, son tan placenteros en el hombre, al fin de cuentas, no tengo pene xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

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    1. Lo son: cientos de hombres han compartido su experiencia, sólo hay que curiosear. Me alegro de que te diviertas.

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