TAIMANIN
YAMIYUKI
Episodio 30: Física
Gokuruma había vuelto a la
normalidad. Todo estaba en su lugar, reinaba la tranquilidad y no parecía que
hubiera habido una guerra con varias invasiones. No obstante, la sensación que
reinaba entre los ciudadanos era agridulce. Había vuelto el poderoso Yamiyuki y,
con él, sus camaradas. Los demonios habían sido expulsados y muchos de ellos
ajusticiados. Se había graduado una nueva generación de Taimanin. Todo imperaba
una fiesta…salvo la trágica caída de los líderes de la casa Sonozaki. El Clan
Verde, como los solían llamar por sus vestimentas emblemáticas y la genética de
sus cabellos, había perdido a sus dos
jefes, el guerrero veterano Rindou Sonozaki y su esposa, Meiha Sonozaki. Los demonios los habían
asesinado. En honor a sus años de servicio y victoria, el funeral se celebraría
en unos días. Un día después del acto, se celebraría la fiesta de graduación de
la última promoción, pues, debido a la estrategia de las profesoras de
adelantarla para enviar a los nuevos guerreros a ayudar en combate, no se había
podido celebrar con toda la formalidad. Confiaban en que la fiesta sirviese
como una despedida cariñosa para los señores Sonozaki, una bienvenida calurosa
para los nuevos Taimanin a título oficial y un punto a partir del cual pasar
página intentando mejorar.
En el piso franco de los Taimanin
había un ambiente muy decaído. Como buenos amigos y hermanos, estaban más cerca
los unos de los otros que nunca en aras de darse apoyo.
De un color verde azulado como el
más alto de los cielos.-dijo Hagane alicaído mientras miraba con detenimiento
los calzoncillos de Rito colgando del picaporte de la puerta de su
dormitorio-Pobre Rito… ¡no hay derecho!
Como era de esperar, Rito no
estaba de ánimos y pasaba bastantes horas en su habitación. Dado que los
cuartos estaban insonorizados, no podían obtener mucha información, pero estaba
claro que estaría llorando la mayor parte del tiempo. Inuhito se acercó a
Hagane y se apoyó en la pared junto a él, frente a la puerta del cuarto de su
amigo.
Si abrimos su puerta,
traicionaremos nuestras propias normas de hermandad.-dijo Inuhito-Como amigos
suyos, creo que debemos entender y respetar su derecho a estar solo. No te
flageles, Hagane, no estás haciendo nada mal por no entrar…cuando esté
preparado para hablar con nosotros, quitará esos pedazo de gayumbos de ahí.
No puedo evitarlo.-dijo Hagane
con un nudo en la garganta-Los señores Sonozaki han sido casi unos tíos para
nosotros…maldita Belladonna…
Aoi y Shirubei se acercaron a los
dos chicos.
Esa zorra tiene los días
contados.-dijo Shirubei con frialdad-Juro que cuando Rito y Seika se recuperen
de esto, la mataremos. Rito, hermano mío, maldita sea…tu sonrisa era un
estandarte…
Aoi se mantuvo callado. Estaba
pensando en muchas cosas a la vez y comenzaba a dolerle la cabeza. Pensar que la candorosa y sincera sonrisa que
su amigo le mostró mientras se masturbaba junto a él había sido soterrada por
una tez tejida de llantos y dolor le producía pinchazos por todo el cuerpo. Los
otros chicos entendieron después el propósito de Rito: quería ser él quien
despejara las dudas de Aoi porque era el único además de él que no había
logrado matar a su contendiente. El más optimista, vivaz y sonriente de todos
los Taimanin que allí vivían se encontraba apagado y empapado bajo un
tempestuoso mar de lágrimas negras. Recordó la motivación y la autoestima que
le transmitió en aquel momento. Eyacular juntos no fue la clave de la anécdota,
ni tampoco lo fue el hecho de comparar sus penes para entender que el problema
de Aoi tenía la importancia que él quisiera darle. Lo más bonito fue estrechar
sus manos después, saberse en plena confianza, en familia, en el seno de una
atmósfera cálida donde el dolor y el resentimiento no existen…y ahora, uno de
los seis pilares de aquella atmósfera estaba damnificado. Aoi se decía a sí
mismo que ya estaba bien, que ya se había pasado la hora de quedarse a medias:
necesitaba decisión. Si Rito fue capaz de ayudarle, él sería capaz de
devolverle el favor en aquel momento.
Yamiyuki salió de su habitación y
vio a sus cuatro compañeros frente a la puerta de Rito.
Hermanos…-dijo con seriedad y
solemnidad-…sé que os duele, pero os lo pido por favor…por Rito, por mí o por
quien queráis…confiad en él. Dadle vuestro apoyo, vuestra confianza, vuestro
aval…dádselo de una manera tal que una puerta cerrada no sea filtro ni barrera
para ello. Yo confío ciegamente en Rito: se recuperará. Afortunadamente, mis
padres están vivos, pero no necesito ser un genio para imaginar lo que duele
perder a tu familia. Es lógico que con la herida recién abierta no pueda ver
más allá del dolor…pero sabrá reponerse. Dejémosle intimidad para desahogarse
sin sentir vergüenza y, cuando llegue el momento, nos sentaremos y hablaremos
todos juntos, pero, por favor, confiad en él…es una o…
Sintió la mano de Hagane y la de
Aoi en un hombro. La de Inuhito y la de Shirubei en el otro.
No necesitas sobreesforzarte,
Yamiyuki.-dijo Shirubei con una sonrisa amarga-Confiamos en él…aunque hacerlo
suponga experimentar un dolor sin igual.
Claro que se recuperará…-Hagane
tenía los ojos llorosos y no le importaba mostrarlo-…seamos fuertes nosotros
también. No tenemos derecho a venirnos abajo cuando él es el que tiene el peor
problema.
Y, como dice Shirubei…-añadió
Inuhito-…nos cobraremos nuestra venganza. Por Rito, por Seika, por los Sonozaki
y por todos los Taimanin.
Yo también tengo que pediros un
favor a todos.-dijo Aoi-Sé que soy poco sentimental y que tal vez el marco
emocional es un tema en el que no despunto por mi conocimiento, pero… ¿me permitiréis intentar ayudarle cuando las
circunstancias lo permitan? Kazark intentó jugar conmigo…y Rito me abrió los
ojos. Fue el regalo más bonito que me ha hecho nunca, y mira que hemos
intercambiado regalos entre todos nosotros…quiero ser capaz de hacerle un
regalo igual…primero por él, para que se levante de nuevo…y después por mí,
para aprender a ser mejor amigo cada día.
No sólo te lo permitiremos…-dijo
Yamiyuki-…sino que te ayudaremos en lo que haga falta.
Yamiyuki, Hagane, Inuhito y
Shirubei miraron a Aoi. Las dudas de éste se disiparon al instante.
¡Bien!-exclamó Aoi-¡Lo sacaré de
este abismo cueste lo que cueste! Le ayudaré a vencer a sus demonios internos
en esta hora oscura…
Aoi se retiró a su cuarto.
¿Podríamos hablar esta
noche?-preguntó Yamiyuki-Todos juntos, sentados alrededor de la mesa,
compartiendo una cena…tenemos mucho que decirnos.
Dalo por hecho.-respondió Inuhito
dirigiéndose a su habitación como si pretendiera engañar a alguien haciéndole
creer que todo iba bien-Por cierto, Yamiyuki…no te preocupes tanto: todavía
tienes que recuperarte de todo lo que has pasado en manos de los Mazoku.
Estoy muy bien, no tengas pena
por eso.-respondió Yamiyuki-Es normal que en una familia nos preocupemos los
unos por los otros.
.
. .
Llegó la hora de la cena. Como era
su turno aquella semana, Aoi estaba en la cocina preparando lo que iban a
tomar. Los demás chicos fueron saliendo de sus cuartos para incorporarse a la
mesa. Normalmente gustaban de pasar tiempo juntos en las salas de estar,
hablando de sus cosas, jugando a juegos, viendo películas o cualquier otra
cosa, pero, en aquellos momentos, todos necesitaban despejarse un poco a solas.
¡Chicos!-Aoi llamó a sus
amigos-¿Qué pimienta preferís para la salsa?
¡Verde!-exclamó Inuhito.
¡Rosa!-respondió Hagane.
¡Roja!-añadió Shirubei.
¡Negra!-adujo Yamiyuki.
¿Blanca?-se preguntó Aoi.
Todos se miraron. Aoi cambió el
gesto de su cara, tomó un puñado de granos frescos de todas las pimientas y los
introdujo en un molinillo.
Rito haría una salsa con mezcla de pimientas que causaría sorpresas en
los paladares de todos.-pensó mientras molía la pimienta y hacía caer el
polvo en el recipiente de la salsa-¡Ésta
va por ti, Rito!
Interesante elección…-dijo
Yamiyuki.
La mezcla de pimientas aportará
al resto de los ingredientes que tienes ahí una mezcla de sabores única y un
realce natural de los sabores ya presentes.-dijo Rito desde la espalda de Aoi.
Todos se giraron. Su amigo había
salido de la habitación.
¡Rito!-exclamó Hagane con una
sonrisa. No pudo evitar derramar unas lágrimas de alegría, por lo que se abrazó
a Inuhito, que era el que más cerca tenía.
Huele muy bien.-dijo Rito-Estoy
deseando probar este plato. ¿Qué es?
Tacos de pollo, pato y pavo
especiados en seco y con salsa a la mezcla de pimientas.-dijo Aoi con una
sonrisa sincera y optimista-Un plato que se come rápido y que sienta bien. ¿Qué
te parece?
¡Una gozada!-exclamó Rito-¡Me
muero de hambre!
Tiene hambre.-pensó Yamiyuki mientras escuchaba a sus amigos-Si de verdad tiene hambre, eso significa que
se está empezando a recuperar. ¡Es increíblemente rápido! Rito, tío, cómo te
queremos… no sabes la alegría que nos das…
¿Qué hay de segundo?-Shirubei se
introdujo en la conversación al ver que podía animarse y crear un ambiente
mejor.
Ensalada de pepino y algas.-dijo
Aoi-Algo fresco. ¿Queréis que saque algunas bebidas en especial?
Yo quiero un Ginger Ale, ¿quedan latas?-preguntó Shirubei-Por cierto,
tortolitos, ¿os dejamos solos?
Hagane e Inuhito aún seguían
pegados.
¡No, por Dios!-bramó Inuhito-¡Se
me ha pegado un caramelo y no puedo despegármelo!
¡Oye!-se rió Hagane mientras
soltaba a su amigo-¿Qué te pasa con mi perfume?
¡Que huele muy dulce!-respondió
Inuhito.
¿No te gusta?-preguntó Hagane
desafiante.
No, no me gusta.-respondió
Inuhito con una sonrisa cómplice-¡ME ENCANTA!
¡JAJAJAJAJA!-rió Hagane.
La salida de Rito de su
habitación había devuelto la alegría al hogar. No sabían cuánto duraría, pues
tenían mucho de lo que hablar. Además, tenían que visitar a Seika, quien
probablemente lo estaría pasando peor, próximamente.
Aoi terminó de preparar la cena y
los seis inquilinos de aquella casa lujosa se sentaron para comer. Comenzaron a
hablar de todo lo que había sucedido y de lo que harían a partir de ese
momento. Yamiyuki fue informado de todas las pruebas y bazas que tenían contra
los demonios.
¡No esperaba menos de
vosotros!-exclamó Yamiyuki orgulloso-¡Sois geniales! Está bien…lo mejor será
enviar todas esas pruebas a la ONU y a los demás organismos competentes mañana
a primera hora.
Será un placer.-dijo Shirubei con
una sonrisa maliciosa-Déjamelo a mí, tengo contactos en el mundo burocrático.
¡Se van a enterar!-exclamó
Hagane-¡El mundo entero se echará sobre ellos!
¡Es hora de la venganza!-añadió
Inuhito.
¿Os importa si os cuento algo?-intervino
Rito.
Adelante.-lo invitó Aoi-¿De qué
se trata?
Bueno, ya sabéis que hay una
faceta de mi vida de la que siempre he evitado hablar en estos últimos
años…-dijo Rito-…y me supo mal la última vez que Hagane lo mencionó y se tuvo
que cortar forzosamente a medio…creo que ya es hora de enterrar todo eso…
¿Eh?-se sorprendió Hagane-¡Ah, ya
recuerdo! Cuando nos salvaste el culo dos veces gracias a la teoría de las
cadenas y la de la arquitectura de aquel edificio…
Sí.-dijo Rito-Me preguntaste que por
qué dejé la Física…o, al menos, ibas a hacerlo. Ya sabes que fue una decisión
durísima para mí dejar de lado mi carrera, pero…así fue. Cualquiera que nos
conozca un poco vería sospechosa la situación, ¿verdad? Es decir, que Aoi vaya
a ser el nuevo profesor de Física del Instituto de Gokuruma y no lo sea yo, que
soy licenciado en Física…por supuesto, Aoi tiene competencias de sobra como
ingeniero para enseñar una Física básica a alumnos de instituto, pero ése no es
el tema…
¿Ya estás preparado para afrontar
el pasado?-preguntó Yamiyuki con una sonrisa.
Para pegarle una patada y que no
vuelva a atormentarme.-respondió Rito-Dejé la Física por mi familia…como ya
sabéis. Poco después de graduarme, en mi primer trabajo de investigación hubo
un grave accidente que se cobró varias vidas y casi termina en emisión de
residuos nucleares...mis padres estaban en el edificio porque querían verme
trabajar…y casi los mato por mi error. Casi los mato a ellos y casi muero
yo…estuve a punto de cometer una debacle. Por supuesto que todos nos
equivocamos, pero…el quid no es ése, sino que mi familia estaba envuelta…lo
pasé tan mal que me obligué a mí mismo a elegir entre la carrera de mis sueños
y mi familia…y a mi familia le debo al hombre que soy. Me costaba mucho encarar
esta situación, pero…ahora que mis padres han muerto, ya no tiene sentido. Sí,
me equivoqué, y sí, fue un error gravísimo, pero todos podemos aprender de
nuestros errores. Por ello…quiero deciros que voy a volver a la Física. Quiero
continuar con mi vocación, con el oficio de mis sueños. Estoy deseando
descubrir más y más de ese universo…y el pensar que vosotros estaréis conmigo
mientras ando por ese camino me motiva más y más. Mis padres nunca me obligaron
a dejar la ciencia, la dejé yo por mi cuenta porque me sentía culpable…pero ya
está bien de martirizarme y de tener miedo. Papá y mamá ya no están, así que
nunca podré ponerlos en peligro…volveré a mis investigaciones y viviré mi
vocación hasta el último día de mi vida…y no me arrepiento de nada de lo que estoy
diciendo porque sé que estoy haciendo lo correcto así como también sé que…estén
donde estén…mi padre y mi madre estarán orgullosos de mí cuando vean mis
progresos.
Rito no se daba cuenta, pero
estaba llorando mientras hablaba. Conmovidos, sus amigos le aplaudieron.
Bienvenido de nuevo a la ciencia,
Rito.-dijo Hagane-Será un placer tenerte de nuevo entre el mundo de las batas
blancas.
¡Cómo me alegra oír eso!-exclamó
Inuhito-¡Trabajemos codo con codo en los laboratorios!
Has roto la barrera del miedo.-dijo
Shirubei-Felicidades.
Eres increíble, Rito.-dijo
Aoi-Nunca cambies.
Me alegro muchísimo.-dijo
Yamiyuki con una sonrisa-Y esto encadena con una propuesta que os quiero hacer.
El resto de comensales
atendieron.
Aparte de mandar a la ONU todas
las pruebas incriminatorias y seguir llevando a cabo nuestras misiones…-dijo
Yamiyuki-…creo que un buen plan para dejar atrás todo este dolor que hemos
sentido por todo lo malo que ha pasado es esforzarnos hasta quedarnos sin
fuelle. Por ello, creo que tenemos que hacer algo realmente difícil y costoso y
no parar hasta lograrlo para que todo nuestro dolor se convierta en orgullo.
Ahora que somos licenciados… ¿por qué no damos juntos el siguiente paso? Es
decir… ¿nos doctoramos juntos?
Los otros cinco chicos se
sorprendieron y comenzaron a intercambiar miradas y comentarios con entusiasmo.
Por fin voy a poder hacer lo que
quería.-dijo Yamiyuki-Es hora de convertir a Aoi en el mejor ingeniero de los
Taimanin…y dejar atrás la profesión.
¿Qué estás diciendo?-se
sorprendió Aoi.
Yo…-dijo Yamiyuki-…ya tengo un
lugar en las Matemáticas. He conseguido unos arreglos académicos con las
universidades del país y podré prepararme de manera intensiva de una manera tal
que me podré incluso doctorar a la vez que vosotros. ¡Por fin voy a ser un
matemático!
Esta vez fue Aoi el que no pudo
evitar llorar.
¿Por qué lloras?-preguntó
Yamiyuki.
¡De la alegría!-exclamó Aoi-¡Por
fin tienes lo que anhelabas!
Todos tendremos lo que
anhelábamos.-dijo Yamiyuki-Todos los doctorados que podemos hacer tienen plazas
con nuestro nombre. Enhorabuena, señor ingeniero.
Aoi se llevó las manos a la
cabeza. Su primera reacción fue mirar a Rito.
Entonces…-dijo-… ¡felicidades por
su cargo, señor profesor de Física!
Rito apretó los puños y sonrió
con alegría.
Amigos…-dijo-…gracias. Muchas
gracias…
¡Decidido!-exclamó Yamiyuki-¡Nos
convertiremos en doctores!
¡SÍ!-exclamaron los demás a coro.
.
. .
A la mañana siguiente, las
circunstancias parecían estar más en calma. Para su disgusto, Rito descubrió
que las cosas no iban a ser tan fáciles por muy motivado que estuviera…y pasó
buena parte de la noche llorando. No obstante, apreció una diferencia: ya no se
dejaba llevar por el llanto a la deriva, sino que era capaz de romperlo a
rachas pensando en todo lo que sus amigos habían hecho por él en la cena
anterior. Todavía le dolía la herida, pero ya se estaba curando. A la hora del
desayuno, se sentía francamente deprimido, pero se esforzaba por decirse a sí
mismo que era normal, que los problemas tardan un tiempo en solucionarse y que
pronto volvería otra racha de alegría, incluso si eso significaba que después
volviera otra de llanto. Abrió la puerta de su cuarto y dio los buenos días a
Yamiyuki y a Hagane, que atravesaban juntos el pasillo.
…de tal manera que tu baja médica
acabará justo el día en el que empiezan tus vacaciones.-le comentaba Hagane a
Yamiyuki con una sonrisa de oreja a oreja-¿No es genial?
¿Queréis matarme de
pasividad?-preguntó Yamiyuki-¡No estoy tan tocado! Ah, ¡buenos días, Rito! ¿Qué
tal?
¡Buenos días!-Hagane también
saludó.
Pues, francamente, he pasado la
noche bastante mal.-respondió Rito. Mentirle a sus amigos no le quitaría las
penas-No obstante, sigo pensando en todas las buenas noticias que surgieron
anoche y…veo luz al final del túnel. Esta noche visitaremos a Seika, ¿de
acuerdo?
¡Sin problemas!-respondió
Yamiyuki-Vamos a desayunar en breve, ¿te apuntas?
Sí, claro…-dijo Rito con la mente
algo perdida por el tema de su hermana.
.
. .
A media mañana, los chicos ya
estaban centrados en sus labores. Tenían unos días de permiso en los que no
irían al campo de batalla: Veena se estaba encargando de bastantes misiones, lo
cual le permitía arrastrar a Seika para ayudarle a que superara sus traumas. Kuroageha
no se mostraba tan activa, ya que había vuelto a volcarse en la docencia y su
principal trabajo como Taimanin era enseñar a los futuros guerreros a ser
Taimanin. A causa de este permiso, estaban realizando diferentes trabajos de
sus otras profesiones. En la reunión del desayuno, Shirubei les explicó que
había enviado todas las pruebas a puntos estratégicos y que pronto comenzarían
a ver resultados, por lo que todo marchaba bastante bien.
Aoi se encontraba en su
habitación trabajando con su ordenador. Estaba terminando el proyecto
ingenieril que permitiría la reconstrucción del bar de Kuroageha. Como ya
estaba en vías de finalizar, no se sentía muy apresurado y no había puesto
ninguna pieza de ropa interior en la puerta…razón por la cual no tardaron en
llamar a la misma.
¿Sí?-preguntó Aoi girándose hacia
la puerta.
¿Puedo pasar, Aoi?-escuchó la voz
de Rito al otro lado de la puerta.
¡Es Rito!-exclamó Aoi-¡Tengo
que ponerme las pilas y ayudarle como sea! ¡VAMOS!
¡Adelante, hombre!-lo invitó el
chico.
Rito entró en el cuarto y cerró
la puerta tras de sí. Llevaba una pequeña mochila colgando de un hombro. Vestía
con una blusa naranja holgada, unos pantalones tipo cargo negros metalizados y
unas botas con plataforma de color granate. Aoi se levantó de la silla y lo
saludó. Vestía con unos pantalones ajustados de color gris marengo con ribetes
de color azul neón y bajos abombados, unas botas altas azules y negras con algo
de plataforma un cinturón de color azul neón, una sudadera asimétrica de cuello
vuelto de color azul metalizado con tiras grises en varias zonas y un hombro
abombado y el otro no.
¡Siéntate donde quieras!-pidió
cordialmente Aoi-Cuéntame, ¿qué te trae por aquí?
Rito se sentó en una de las
sillas del cuarto y miró a su alrededor. Aquella enorme habitación bien podía
parecer un estudio de ingeniería muy personalizado. Las paredes estaban muy
decoradas con imágenes de despieces de máquinas, grupos de música electrónica,
planos de instalaciones y algunas cenefas que tenían impreso código en
distintos lenguajes de programación. Las estanterías estaban repletas de
herramientas, instrumental técnico, piezas de máquinas rotas que guardaba como
adornos y demás elementos similares. Montones de libros sobre tecnología y
algunos de ciencias básicas, libros de ocio, etcétera. Como en el resto de
cuartos, la cama y el armario eran enormes, y el escritorio estaba muy bien
ordenado y equipado. Donde Hagane tenía un tocador, Aoi tenía una mesa de
mezclas. También guardaba algunas revistas pornográficas bastante a la vista en
una vitrina en la que también tenía algunos botes de champú, varias cremas para
la piel, unas planchas para el cabello, frascos de perfume y algunos doujinshi catalogados como +18.
Pues…-dijo Rito-…quería charlar.
Hacerte una propuesta, enseñarte unas cosas que tengo aquí…
Hablemos pues.-dijo Aoi con una
sonrisa.
¿Puede ser en la intimidad?-pidió
Rito-Por si acaso…
Ah, por supuesto.-dijo el chico
de cabello azul dirigiéndose al armario.
Sacó unos calzoncillos del cajón
de la ropa interior. Rito se fijó en ellos: eran de color negro y tenían
algunas tiras de neón de colores por la parte frontal. Los colgó en el
picaporte exterior de la puerta y volvió a cerrar tras de sí.
Pareces un poco tenso…-dijo Aoi-…
¿te pongo música?
Oh…-dijo Rito-…me encantaría. Nos
servirá para animar un poco esto…
Aoi puso en marcha su reproductor
musical. Comenzó a sonar música electrónica. A Rito le recordó a la noche que
tuvo sexo con Inuhito, pero, a diferencia de su música, los subgéneros de
música electrónica que le gustaban a Aoi no eran ácidos y duros, sino más
clásicos, dulces y suaves. En medio de una música envolvente y energizante,
comenzaron a hablar.
Te he traído varias cosas de mi
habitación…-dijo Rito mientras abría su mochila-…creo que te pueden servir.
Lo primero que Rito sacó de la
mochila fue una pequeña caja curiosamente decorada. La abrió y le mostró el
contenido a Aoi: multitud de anillos de silicona de diferentes diámetros.
¿Qué es esto?-preguntó Aoi-Si no
te conociera, diría que son dilataciones para los lóbulos de las orejas…
No, no es eso, aunque sirven para
algo parecido…-dijo Rito con una media sonrisa-…para que la piel dé de sí.
Ah…-dijo Aoi-…para ESA piel,
¿verdad?
Sí, eso es.-respondió Rito-No te
estaré importunando, ¿verdad? Esto lo hago para ayudarte, de verdad…quiero que
te libres de esa espina que tienes clavada, te mereces lo mejor, en serio…
Ya lo hablamos el otro día.-dijo
Aoi con indulgencia-No voy a darte la espalda. Seguro que, como siempre, tienes
razón: es hora de dejar atrás los miedos y empezar a luchar en silencio esta
pequeña batalla.
¡Por supuesto!-exclamó Rito-Estoy
seguro de que podrás con ello. La fimosis no es el fin del mundo, y…créeme,
operarse por eso es un atraso. ¡Te pondrás como un toro con esto!
Es curioso.-respondió Aoi-Me
imagino cómo funcionan… supongo que se introducirán en el prepucio y se dejarán
puestos para que lo ensanche, ¿no?
Sí, eso es.-respondió Rito
mientras asentía con la cabeza-¿Quieres que te enseñe cómo se ponen?
Ya que te has tomado todas las
molestias en venir aquí sin que te lo pida con una mochila llena de cosas…-dijo
Aoi-… ¿cómo me voy a negar?
No desconfío de sus métodos.-pensó Aoi-Es más, quiero librarme de la fimosis aunque siempre me ha asustado de
manera irracional. Simplemente nunca antes había hecho esto. No obstante, si
sirve para que Rito se vuelque en algo y se sienta bien… ¡será matar dos
pájaros de un tiro! Probar esto no puede ser malo si me lo recomienda él…
Bien, pues…-dijo Rito-…saca tu
pene y ve cogiendo el anillo más pequeño…si no te es un inconveniente conmigo
aquí, claro…
No, no lo es.-dijo Aoi-Para nada.
El chico se puso cómodo en su
silla. Separó las piernas, se desabrochó el cinturón y se desabotonó los
pantalones. Tras dejarlos a la altura de sus espinillas, se puso de pie para
quitarse los calzoncillos. Eran francamente originales, pues tenían una pernera
larga como unos bóxers y la otra a ras de la ingle como unos slips, eran azules
y tenían varios cordones decorativos. Estaban muy ajustados. Se los quitó con
naturalidad y dejó ver su pene pálido, flácido y con un estoico prepucio.
Bien.-dijo Rito con
naturalidad-Ahora tienes que apretar el anillo con los dedos para que se haga
más pequeño, retraer tu prepucio hasta que puedas, colocar el anillo,
envolverlo con tu prepucio y soltarlo para que se expanda y estire el prepucio.
Aoi intentó ponerse el anillo,
pero se le cayó al suelo un par de veces.
¡Ay!-exclamó el chico entre
medias risas-Qué torpe…
Es normal que la primera vez no
salga bien…-dijo Rito-…de todas maneras, creo que se puede sacar una conclusión
buena de todo esto. ¿Puedo…-Rito hizo ademán de manipular con sus manos y luego
señaló el pene de su amigo.
Nunca he dejado que otro chico me
toque el pene, pero…-dijo Aoi-…supongo que no hay problema si eres tú.
Gracias por tu confianza.-dijo
Rito mientras procedía a ponerle el anillo.
Con mucha delicadeza, agarró el
pene de Aoi. Al acercar su silla a la de él, pudo notar con claridad su
perfume. Aoi solía utilizar fragancias serias y notables. Tenía una nota
acuática, un fondo aromático y ciertos toques suavemente especiados. El olor de
su perfume le recordó a Rito al de los inciensos…con una nota muy masculina e
inimitable. Sin cometer el más mínimo error, retiró con suavidad el prepucio de
su amigo, le colocó el anillo y lo dejó en posición de estiramiento. Mientras
Rito hacía esto, Aoi notó que una onda eléctrica recorría su cuerpo y le
quemaba y entumecía los músculos. La sensación de tener a un amigo suyo
manipulando su pene con aquellas manos tan gigantescas pero a la vez suaves y
cuidadosas le provocaba unos escalofríos que nunca había sentido y que, por alguna
razón, no quería dejar de experimentar.
¿Ya está?-dijo Aoi, que se
encontraba tenso.
Eso parece…-dijo Rito mientras
tocaba la parte del prepucio de Aoi que envolvía a su frenillo con el dedo
índice.
Sin apenas hacer presión, el
prepucio de Aoi se cerró y el anillo se cayó.
¡Esto es genial!-exclamó Rito.
Significa que el anillo es
demasiado pequeño para mí y que tengo que estirar con uno más grande,
¿verdad?-preguntó Aoi.
Exactamente.-respondió
Rito-Cuantos más anillos se te caigan, mayor será tu indicador de éxito.
Hicieron otras pruebas y se le
cayeron tres anillos más. El cuarto mantenía su prepucio prieto y estirado,
haciéndole sentir una cierta incomodidad y una verdadera sensación de
estiramiento.
Parece un megáfono…-dijo Aoi
mirando su pene.
Rito y él se rieron.
Esto te ayudará a que los tejidos
del prepucio se expandan.-dijo Rito-Gracias a esto, tu prepucio crecerá y
permitirá una retracción completa. Además, como los anillos son cilindros de
altura considerable, mantendrán tu prepucio separado de tu glande en la
dirección longitudinal del eje del pene, permitiendo también un estiramiento
del frenillo: esto hará que también crezca y no se te quede corto.
¿De verdad con esto podré
curarme?-preguntó Aoi con cierta incredulidad.
Confía en mí.-dijo Rito-Tendrás
éxito. No obstante, es un proceso lento y tedioso…necesitarás semanas o incluso
meses.
¿Qué es eso en comparación a 18
años en compañía de esta tara?-preguntó Aoi.
Bien, veo tu determinación, ¡así
me gusta!-exclamó Rito.
El chico sacó más cosas de su
mochila.
Aquí tienes aceite de coco…-dijo
tendiéndole una botella a Aoi-…es 100% puro, virgen y sin refinar, por lo que
te lo podrás aplicar en el pene perfectamente. Es nutritivo, hidratante, un
gran lubricante y un puntazo para el sexo por su olor y sabor.
Vaya…-dijo Aoi leyendo las
inscripciones del frasco-… ¡gracias!
Aceite que podrás usar con
esto.-Rito continuó con su plan para librar a su amigo de sus problemas y le
tendió un cuaderno-Aquí están apuntados todos los ejercicios manuales que
puedes hacer y los regímenes que puedes seguir para obtener buenos resultados.
También hay un DVD con los ejercicios grabados para que los veas si tienes
dudas. Los consejos de utilización de los anillos también están aquí apuntados.
Aoi dejaba en su mesa las cosas
que su amigo le daba. Las agarraba con mimo y sentía el calor de las manos de
su amigo en ellas. Se sentía muy agradecido e invadido por una extraña
motivación que parecía ajena a él. Todavía estaba enseñando su pene y con el
anillo puesto.
También te dejo un tarro de
manteca de karité pura y natural.-dijo Rito-Es impresionante para la salud del
pene, aunque también la puedes utilizar en la piel de todo el cuerpo y en el
cuidado del cabello.
Había oído hablar de ella.-dijo
Aoi-No me extraña que un devoto del cuidado personal como tú la tenga.
Compré varios kilos la última
vez, no te preocupes.-dijo Rito mientras seguía buscando en su mochila.
Aoi se sorprendió al ver que la
sonrisa de Rito se desvanecía de una manera abrupta.
Rito, ¿por qué pones esa cara de
repente?-preguntó Aoi.
Pues porque…-dijo Rito-…todavía
estoy inestable. Esta noche he llorado y ahora me está viniendo el bajón de
golpe otra vez…
Rito…-susurró Aoi-…no deberías
estar preocupándote tanto por mí ahora mismo cuando eres tú el que necesita
ayuda.
Todos tenemos problemas a los que
enfrentarnos.-dijo Rito-Ayudarte con los tuyos me hace feliz…
Pero…-dijo Aoi-…si estás a punto
de llorar… ¿no prefieres tumbarte y relajarte?
Tengo que acostumbrarme.-dijo Rito-Mis
padres no me criaron para llorar a la mínima.
Aoi abrazó a su amigo. Sin darse
cuenta, se había subido encima de él mientras rodeaba sus ingentes hombros con
sus brazos. Sus piernas desnudas se cruzaban con las de su amigo y sus
genitales quedaron apoyados en su muslo derecho. Rito le devolvió el abrazo y
aprovechó que su amigo no podía ver su cara en esta posición para apretar los
dientes y reprimir las lágrimas.
Me estás poniendo los huevos
encima del pantalón…-dijo Rito intentando hacerse reír a sí mismo.
¡Ay!-exclamó Aoi
sonrojándose-Perdona…
Se retiró y se volvió a sentar en
su silla. Algo había funcionado: Rito no pudo evitar reírse un poco.
No pasa nada.-dijo con una
sonrisa-Gracias por hacerme sonreír otra vez.
Es lo mínimo que puedo hacer
después de lo que hiciste por mí en el campo de batalla.-dijo Aoi-Te debo mucho
por eso.
Venga ya…-dijo Rito-…a eso invita
la casa. Aunque, si estás tan empeñado en el tema de dar y recibir
favores…podríamos…
Rito sacó varios juguetes
sexuales de su mochila y los extendió sobre la cama.
Son un regalo.-dijo
Rito-Masturbarte te ayudará a flexibilizar el prepucio si lo haces con el
cuidado requerido.
¡VAYA!-Aoi sobreactuó con
complicidad-¡Qué sorpresa! ¡JAJAJAJA! Rito, eres un pervertido…
Pretendo mostrarte mi mundo para
que vengas a pasártelo bien.-dijo Rito-¿Qué te parece?
¿Me estás diciendo que probemos
juntos estos juguetes?-preguntó Aoi.
¡Bingo!-exclamó Rito.
En el momento en que se empiece a tocar el pene, será inmune al dolor
durante un rato.-pensó Aoi-Rito
siempre ha sido así con la masturbación…merece la pena que lo hagamos si eso le
ayuda. Además, seguro que yo también me lo paso bien…no dejo de tener
curiosidad…
No perdemos nada por
intentarlo.-dijo Aoi, y añadió para intentar caldear el ambiente-Eso sí, ten un
poco de caballerosidad y enséñame tú a mí lo tuyo, que llevo un buen rato
dejándote ver mi pene y yo estoy a dos velas.
¿Tantas ganas tienes de verlo?-lo
provocó Rito.
¿Te da vergüenza?-Aoi respondió
con otra provocación.
A lo mejor no quiero…-Rito le
siguió el juego.
No sirves para mentir.-Aoi
continuó introduciendo cizaña en su falsa discusión-No a mí al menos. Si no
quieres…
¿Me vas a obligar?-preguntó Rito.
Aoi colocó sus manos sobre el
cinturón de Rito y lo desabrochó.
Si es menester…-dijo Aoi.
Continuaron con sus bromas. Se lo
estaban pasando bien, pero, realmente, Aoi estaba exponiendo los genitales de
Rito, que se lo tomaba con total naturalidad. Cuando ya sólo le quedaban los
calzoncillos, dudó.
¿De verdad está bien que…-intentó
preguntar.
¡No lo sabrás hasta que no lo
pruebes!-le reprochó Rito guiñándole un ojo.
Tiró de los calzoncillos hacia
abajo y reveló su monstruoso pene.
¿Te cohíbe?-preguntó
Rito-Adelante, ¡tócalo, rompe el hielo!
Aoi dudó otra vez. Rito le cogió
la mano.
Mira…-dijo Rito-…esto es lo que
vas a conseguir si confías en mí.
Rito llevó la mano de su amigo a
su pene. Retrajo su prodigioso prepucio con la mano de Aoi como ayuda. Por su
parte, Aoi se sentía extraño: su mano estaba entre el prepucio de Rito y la
mano de éste. Experimentó la retracción con el tacto. No era nada que no
hubiese visto en material pornográfico, pero aquel ejemplo le dejó las ideas
aún más claras. Rito terminó el vaivén volviendo a colocar el prepucio en su
sitio.
Ahora tócalo por tu cuenta.-pidió
Rito-¡No muerde!
Aoi decidió desinhibirse y agarró
el pene de su amigo. Estaba muy suave, se notaba que lo cuidaba mucho. También
estaba limpio, lustroso y caliente.
Sin darle tiempo a Aoi a
reaccionar, Rito le agarró el pene, le quitó el anillo y comenzó a masturbarlo
con suavidad, provocando su excitación. Aoi sentía escalofríos de placer
mientras su pene se alzaba. Su prepucio se notaba cada vez más apretado a causa
de la fimosis.
Rito…-susurró Aoi enrojeciéndose.
Muy bien, Aoi…-dijo Rito-…estás
respondiendo bien.
Aoi comenzó a masturbar a Rito en
justa retribución. Su pene también se estaba endureciendo.
Te voy a enseñar las maravillas
del huevo masturbador…-dijo Rito.
Cogió un juguete en forma de
huevo. Después de retirarle el precinto, reveló que tenía un agujero y un sobre
con lubricante. Vertió el sobre en la cavidad del juguete y lo dejó sobre la
mesa. Aoi tragó saliva y miró aquel juguete, preparándose para la que sería una
experiencia seguramente inolvidable.
Me ha gustado pero... siento decir que no estoy de acuerdo en el tema de la fimosis (eso ya lo sabes) tú lo ves una barbaridad y yo no. Aquí lo pones como si se solucionara fácil y... tampoco lo veo así. En cuanto al tema de la operación, en fin, no lo veo así por muchos motivos que tampoco voy a poner aquí.
ResponderEliminarLo que si sigo que... este Rito es la leche xDDDDDDDD es decir, pierde a sus padres, le da la depre y el piensa ¿cómo me quito la depre? ah pues un ratito sexual y listo xDDDDDDDDDDDD
Yo le apoyo pero me hace gracia.
Yo no he dicho en ningún momento que sea fácil, sólo que el bisturí no es el único remedio, pero bueno, eso no viene al caso, es una historia de ficción. En fin...creo que es mejor buscar formas de animarse que hundirse en el dolor, ¿no? Algo habrá que hacer, el mundo sigue girando...
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