martes, 24 de marzo de 2015

[TY] Episodio 39: Abriendo una puerta

TAIMANIN YAMIYUKI
Episodio 39: Abriendo una puerta

La celda transparente en la que Belladonna era torturada se consideraba un lugar en el que no existía el descanso. Los torturadores eran sombras moldeadas como arcilla, frutos del poder mágico de Tigres Black. La noble demoníaca sufría torturas, humillaciones y palizas a diario, de manera constante e ininterrumpida y con una cruel regeneración gradual programada que mantenía su consciencia en todo momento. Poco a poco, sus energías para pedir amnistía se apagaban, aunque bien era sabido que Tigres no iba a dejarla morir fácilmente.

. . .-Belladonna no podía ni jadear.

Un ruidoso y destructivo golpe rompió su penosa rutina: la pared de vidrio que la separaba del pasillo central del cuartel se había roto, fruto de un poderosísimo golpe.

. . .-la Mazoku intentaba interpretar lo sucedido, pero a duras penas lo conseguía.

El enorme puño de Kazark, enfundado en un guante metálico, había roto el vidrio de manera implacable. Tras ello, el ogro sacó un enorme y pesado látigo metálico que bien podría tener la anchura transversal de una garrafa familiar de agua. Fustigó a los torturadores de oscuridad, deshaciéndolos con devastadores golpes. Tras varios latigazos, los últimos torturadores que quedaban vivos se acobardaron e intentaron alejarse del enorme ogro, pero éste apretó un botón de la empuñadura de su arma e hizo que dicho látigo se enroscara sobre sí mismo hasta formar un enorme garrote con púas gracias al cual aplastó al resto de sombras.

Ka…-balbució Belladonna-…zark…

Con un ligero golpe de su garrote, el recién llegado rompió las ataduras de Belladonna, haciendo que cayera de rodillas al suelo, desnuda y maltratada. La mujer se paró a pensar en que su compañero le había salvado la vida dos veces: en la batalla final de Gokuruma, donde casi muere apuñalada por Yamiyuki, y en aquel preciso instante.

Vístete.-dijo Kazark-No hay tiempo: Tigres-sama volverá de un momento a otro. ¡Aprovecha ahora que se encuentra ausente!

El ogro lanzó una granada contra Belladonna. Contra todo pronóstico, la granada liberó una descarga de energía demoníaca que curó las heridas de la mujer, otorgándole fuerzas para levantarse. Sintió que podía volver a hablar.

Gracias, Kazark…-dijo Belladonna con una humildad que nunca había profesado hasta aquel momento.

¡No hay tiempo!-insistió el ogro-¡Nos vamos!

Belladonna chasqueó los dedos. Un fuego azul la envolvió, regenerando sus ropas habituales. Se sentía una mujer fuerte de nuevo.

¿Adónde vamos?-preguntó Belladonna.

A cumplir una misión.-dijo Kazark-Si Tigres-sama ve que el éxito ha venido también por tu ayuda, tal vez considere perdonarte aunque la misión fuera para nosotros tres en un principio.

¿Tres?-preguntó la Mazoku.

La científica Kuritöö y el Taimanin traidor Benibatsu aparecieron  desde el otro extremo del pasillo caminando firme y decididamente.

¿Ya estamos todos?-preguntó la doctora-¡En marcha!

Sí…-dijo Benibatsu-…es hora de hacer un poco de ejercicio. Llevo sin mover el esqueleto desde que esas arpías me echaron de Gokuruma…

Los cuatro Mazoku echaron a andar. Salir de los cuarteles generales de los Neo-Nómadas fue sólo el primer paso de un viaje muy movido.

. . .

Tras una larga caminata y varios encontronazos con demonios salvajes menores, Belladonna, Kazark, Benibatsu y Kuritöö llegaron a una cueva llena de poder mágico. No estaba oscuro, pues las paredes rocosas estaban pobladas de cristales mágicos de diferentes colores que poseían luz propia y brillaban con intensidad.

Aquí es.-dijo Kazark-Nuestra misión comienza en este lugar.

¿De qué se trata?-preguntó Belladonna.

Aún no tenemos detalles, pero, al parecer, Tigres-sama desea que alguien pueda acercarse al cuartel de los Neo-Nómadas.-explicó el ogro-Es alguien a quien ya conoce y con quien ya tiene hechos ciertos pactos confidenciales, por lo que he de suponer que será un buen fichaje para nuestras filas. No obstante, ese alguien, cuya identidad no nos ha revelado, no se encuentra en este mundo. Para permitir que venga, tenemos que abrirle las puertas: el portal mágico que puede permitirle pasar está aquí, pero está fuertemente sellado y custodiado. Nuestra misión consiste en derrotar al custodio y romper el sello. Tu magia, Belladonna, sería idónea para el sello, lo cual supone una de las principales razones por las que te he liberado.

La orgullosa y noble dama asintió con la cabeza. Aquel ogro, aunque duplicaba su tamaño, era mucho más joven que ella, prácticamente un adolescente dentro de su raza y, aun así, la estaba liderando en aquella misión. Decidió no darle más vueltas: se sentía muy agradecida por estar sana y salva de nuevo.

Es una suerte que esta noche los insoportables Taimanin estén ocupados con esos soldaditos de tres al cuarto.-comentó Kuritöö-Seguro que así no vienen a molestarnos…

Llamarlos fue una gran estrategia.-corroboró Benibatsu-Digna de Tigres-sama…

Avanzaron por el pasillo rocoso. Llegaron a un ensanchamiento y, una vez dentro del mismo, tanto el hueco por el que entraron como el que necesitaban atravesar para avanzar se sellaron con muros mágicos.

Primera prueba…-dijo Kazark-… ¡preparaos!

Unos demonios enormes con forma de lobos negros aparecieron en la estancia. Rodearon a los cuatro Neo-Nómadas y comenzaron a moverse en círculos, mirándolos amenazadoramente.

Vaya unas bestias inútiles…-dijo la científica con desdén.

Levantó su brazo derecho. Su mano se convirtió en un larguísimo y pesado manojo de tentáculos que comenzó a agitar para fustigar a las bestias, cuyos aullidos de dolor corroboraron la efectividad del ataque.  Con insistencia, aquellos animales gigantescos trataron de lanzarse en picado hacia los invasores, pero Belladonna se lo impidió bañándolos en un potente fuego azul. Kazark los bateó con el garrote mientras ardían, rompiendo sus cuerpos en pedazos.

Pan comido.-dijo Kuritöö encogiéndose de hombros.

No tan rápido…-la advirtió Kazark.

Los pedazos de los lobos que habían destrozado comenzaron a aglutinarse hasta formar un lobo gigantesco. Soltó una fuerte bocanada de aire, empujando a los cuatro invasores contra la zona por la que habían entrado.

¡Mierda!-bramó Benibatsu.

¡Maldita bestia!-le espetó Belladonna, que estaba recuperando paulatinamente su actitud desdeñosa.

La mujer de piel morena hizo aparecer su arma con un estallido luminoso de fuego azul. Con una mano, la giró sobre sí misma, liberando a la vez llamas, creando una pantalla redonda y ardiente que cortó el chorro del aire.

¡Ahora!-exclamó Belladonna-¡Segad su vida!

Benibatsu saltó salvajemente hacia el lobo gigante y le hundió su musculoso brazo derecho entre los ojos con un brutal puñetazo. La bestia comenzó a darse cabezazos contra las rocas, aplastando a su agresor.

¡Benibatsu!-exclamó Kuritöö.

La científica se acercó a las patas delanteras del monstruo y le hizo una zancadilla con una patada giratoria baja en barrido, obligándolo a caer en el sentido de alejamiento con respecto a la pared rocosa.

Ninpô – Ketton no Jutsu!-exclamó Benibatsu.
(¡Arte ninja de la sangre!)

El ninja traidor sacó su brazo de la hendidura que había abierto. La sangre que brotaba se convirtió en una lluvia de esquirlas rojas que atravesaron el lomo del gigantesco lobo. Aun con esto, la fiera interceptó al hombre de un zarpazo y lo lanzó contra el suelo.

¡Es persistente!-exclamó Benibatsu mientras rodaba para amortiguar la caída.

No pasa nada…-susurró Belladonna-…ahora que ha dejado de escupir aire… ¡no tengo que preocuparme de ninguna barrera! ¡TOMA ESTO!

Un rizo de fuego azul envolvió al lobo, atando sus cuatro patas entre sí y tirándolo al suelo. Las llamas lo abrasaban. Los aullidos de la bestia provocaban ingentes corrientes de viento.

¡Apartad!-exclamó Kazark.

Kuritöö, Benibatsu y Belladonna se alejaron de la línea imaginaria que unía a Kazark con el lobo. El ogro sacó un pesado cañón de mano con el que disparó varias veces, agujereando a la bestia y acabando con su vida mientras las llamas azules de Belladonna consumían su cadáver. Las barreras mágicas se deshicieron.

Avancemos.-dijo Kazark-No podemos estar muy lejos de nuestro objetivo…

Los siguientes pasillos estaban llenos de híbridos vegetales y animales con unas peligrosas tendencias carnívoras.

¡Estas cosas no se acaban nunca!-se quejó Belladonna mientras quemaba a los monstruos aprovechando su parte vegetal.

¡Morid!-exclamó Kazark-¡Apartaos!

El joven ogro empuñaba una especie de pistola de gran tamaño cuyos disparos causaban vibraciones ultrasónicas que lograban la desintegración de los cuerpos. Kuritöö y Benibatsu se miraron y asintieron.

Creo que con herir a dos será suficiente…-dijo Benibatsu.

La científica asintió. Convirtió su mano izquierda en dos tentáculos cortantes provistos de cuchillas en los extremos y clavó cada una en un monstruo. De las heridas brotó sangre de forma generosa.

Ninpô – Ketton no Jutsu!-exclamó el traidor.
(¡Arte ninja de la sangre!)

Ambos chorros de sangre se convirtieron en sendos abanicos de lanzas rojas que atravesaron a la totalidad de los monstruos que poblaban los pasillos. Tras deshacerse de los cadáveres que les impedían andar a buen ritmo, pudieron ver una luz intensa al final de la galería en la que se encontraban.

¡La puerta que tenemos que abrir está ahí!-exclamó Kazark-¡Vamos!

Cuando llegaron al origen de la luz, se encontraron en una especie de plaza rocosa gigantesca. Los cristales de colores que crecían allí eran mucho más puros y grandes que en el resto de la galería. Había un portal enorme de luz azul en cuyo centro había un sello mágico con un cierto tono verdoso.

¿Ése es el sello que tengo que deshacer?-preguntó Belladonna.

El mismo.-respondió Kazark-No obstante, el custodio no nos lo pondrá fácil…

¿El custodio?-preguntó Kuritöö-Que venga si se atreve…

Desde luego que me atrevo.-dijo una voz masculina desconocida.

Un chorro de viento de color verde jade cayó en el centro de la estancia como un rayo. Los cuatro Neo-Nómadas se vieron obligados a alejarse por la onda expansiva. En el seno de aquel rayo apareció un hombre joven. Era muy delgado, de complexión fibrosa y atlética, y muy alto: sólo Benibatsu y Kazark lo superaban en estatura. Su piel tenía un deje de mínimo bronceado, y su cabello era blanco y corto, voluminoso y alborotado, cubriendo su cuello y sin tocar apenas los hombros. Sus ojos eran de color ambarino, y sus ropas eran oscuras y ajustadas. Vestía una chaqueta corta de color negro violáceo con mangas largas y puños de volantes, unos pantalones muy marcados a juego y unas botas altas negras con hebillas. Bajo la chaqueta, un top de color frambuesa que dejaba ver desde sus costillas hasta sus caderas. El forro interior de su chaqueta era blanco. En el lado derecho de su cadera lleva prendida del cinturón una espada enfundada. Sus orejas eran muy puntiagudas.

¿Quién es éste?-preguntó Benibatsu-Parece un enclenque…

Soy Uro Oswald, custodio del sello de los deportados.-respondió el recién llegado.

¿Oswald?-preguntó Belladonna-¿Del clan de demonios guerreros?

Del mismo.-respondió Uro-Y tú, por esos rasgos, debes de ser familia de Ingrid, ¿verdad?

Así es.-respondió Belladonna desafiante.

He oído hablar de ti…Belladonna Rubidium.-dijo Uro-Dicen que no eres tan fuerte como Ingrid. Mi hermana mayor, Kishiria, puede medir sus fuerzas con la caballero Ingrid sin problemas. Es auténticamente fuerte. En la familia Oswald, todos recibimos entrenamientos como el de mi hermana y, aunque ella no esté aquí, yo, como hijo menor del clan, estoy capacitado para haceros frente. La fuerza de mi hermana es mi fuerza.

¿Esa maldita lianta?-preguntó Belladonna-¿Te atreves a hablarnos de ella tan a la ligera? ¡Fue una lacra para los Nómadas en su día!

¡No!-exclamó Uro ofendido-¡Los Nómadas sois una lacra para los demonios! ¡No entendéis nada! ¿Qué os han hecho los humanos? ¿Por qué no podemos coexistir, vivir en sociedad? ¡Sois unos retrógrados! ¡No somos superiores! ¡Creernos superiores nos hace la escoria que se creen que somos! ¡Ojalá pudiéramos salir afuera y contar ante el mundo que no todos los demonios somos la basura que sois, malditos criminales!

¡DESCARADO!-bramó Belladonna-Kazark, ¿lo matamos y rompemos el sello?

De eso se trata.-afirmó el ogro-No obstante, tened cuidado, Uro Oswald no será un oponente fácil.

Y menos si tengo la oportunidad de deshacerme de vosotros, malditos remanentes de los Nómadas…-dijo Uro.

¡Acabaré el combate con un único ataque!-exclamó Kazark-¡Cubridme!

El ogro sacó un cañón enorme que tuvo que asir con las dos manos. Lo accionó y comenzó a cargarse lenta pero amenazadoramente. Entendiendo lo que el líder de la misión quería hacer, los otros tres Mazoku se lanzaron a por el guardián del sello.

¡Preparaos!-los amenazó Uro.

Con una elegante patada giratoria, desvió a Benibatsu. Acto seguido, encadenó dos patadas para apartar de su camino a Belladonna y a Kuritöö.

¿Ni siquiera desenfundas tu arma?-preguntó Belladonna mientras asía su bastón con pesos-¿Te burlas de nosotros?

Yo sólo actúo según mis necesidades…-dijo Uro arqueando una ceja.

¡Insolente!-bramó Belladonna, cuya pedantería parecía haber enterrado su humildad tras la tortura-¡Te vas a enterar!

Ninpô – Kinniku no Jutsu! Ashi!-exclamó Benibatsu.
(¡Arte ninja de los músculos! ¡Piernas!)

Benibatsu transformó sus piernas en dos ingentes estructuras de salto y se lanzó a por Uro, atropellándolo con una coz aérea. En respuesta a esto, Kuritöö lo embistió con un manojo de tentáculos trenzados sobre sí mismos formando una especie de lanza, tras lo cual Belladonna lanzó un chorro de fuego azul. El custodio del sello se deshizo de las llamas agitando vehementemente su cuerpo y, acto seguido, se lanzó a por sus enemigos. Girando con mucha elegancia sobre sí mismo, encadenó varios golpes con los cantos de las manos contra Kuritöö. Acto seguido, embistió a Belladonna con una rapidísima sarta de patadas con la pierna izquierda y, tras ello, utilizó la pierna derecha para golpear a Benibatsu con una patada giratoria, pero las piernas de ambos chocaron y, dado que el ninja traidor tenía todo su exceso muscular concentrado en las piernas, éste ganó el forcejeo y tiró a Uro al suelo.

Ninpô – Kinniku no Jutsu! Ude!-gritó Benibatsu.
(¡Arte ninja de los músculos! ¡Brazos!)

Los brazos de Benibatsu se convirtieron en dos enormes vástagos de músculo. Saltó entonces hacia Uro y le cayó encima con ambos codos, haciendo un boquete en el suelo con su cuerpo. Estoico, el custodio aprovechó que el pecho de Benibatsu había perdido músculo para apartarlo de una patada en dicha zona. Tras ello, se levantó y se preparó para esquivar los ataques de Kuritöö y Belladonna, que trataban de lanzar un puñetazo y un mazazo respectivamente.

El arma de ese ogro parece muy peligrosa…-pensó Uro-…será mejor que ponga fin a esto cuanto antes…

Uro desenvainó su espada. Era larga, de un único filo, con enjoyes rojos en la empuñadura y un recubrimiento negro violáceo recubriendo la parte roma. Se lanzó entonces a por los invasores. Su estilo de esgrima era mixto y versátil: combinaba técnicas a una mano con técnicas a dos manos, y podía alternarlas con gran facilidad. Tras varios ataques, los Neo-Nómadas comprendieron que Uro no era un espadachín cualquiera y que les iba a costar mucho vencerlo.

¡HAAAAAAAAAAAAH!-gritó el demonio protector mientras lanzaba una estocada.

Kuritöö interpuso un tentáculo cortante con forma de hoz entre la espada y ella, protegiéndose del impacto. Sin perder un segundo, Uro se lanzó a por Belladonna, quien paró el golpe con su bastón. Sin insistir, saltó hacia Benibatsu, quien por fin sacó su doble guadaña y decidió cruzar aceros. Al ver que los tres enemigos lo habían bloqueado, Uro saltó y, entre piruetas, se alejó de ellos. Tras esto, concentró una energía de color verde jade en la hoja de su espada.

¡Espada del Viento Cortante!-exclamó.

Agitó su espada. Unos afilados chorros de viento ondearon hacia los Neo-Nómadas, cuyos bloqueos se vieron burlados y se encontraron en la obligación de saltar, no sin antes llevarse algunos cortes.

Ninpô   - Ketton no Jutsu!-gritó Benibatsu.
(¡Arte ninja de la sangre!)

La sangre de las heridas de Benibatsu salió disparada en forma de anillos cortantes. Tras arreciar contra Uro, la sangre volvió a las heridas, aunque éstas no cicatrizaron.

¡Aprovechad!-exclamó Benibatsu.

Belladonna lanzó una maldición de ralentización, mermando la agilidad del rapidísimo custodio. Kuritöö aprovechó esto para saltar hacia él, estrangularlo con las piernas y catapultarlo hacia el suelo con un giro de cadera.

¡Lo tenemos!-exclamó la científica.

¡De eso nada!-bramó Uro.

El chico alzó sus piernas y agarró a Kuritöö del cuello con ellas. Haciendo un movimiento de catapulta similar al de su enemiga, se la quitó de encima y se levantó. Lanzó entonces una oleada de viento cortante contra Kazark para impedir la carga de su arma.

¡NO!-exclamó Belladonna.

La noble se interpuso, creando una pantalla de fuego. Ésta saltó en pedazos al encontrarse el avasallador poder mágico de Uro. Pasó sorprendida más tiempo del permisible, por lo que el custodio se colocó en su espalda y la pateó repetidamente de nuevo. Tras lanzarla contra Kuritöö con una última patada, se dirigió a Benibatsu con determinación. El sablazo del custodio se escabulló de los entresijos de la doble guadaña del traidor y le perforó un pectoral.

¡Agh!-gruñó el antiguo Taimanin mientras su herida sangraba.

Para evitar que Uro se ensañase con Benibatsu, Kuritöö se incorporó y le lanzó una jeringuilla cuyo contenido era desconocido para todos los demás.  El viento cortante la desintegró a mitad del vuelo, pero le llevó al demonio protector el suficiente tiempo como para permitir que el guerrero traidor convirtiera la sangre de su herida en un lazo que le ató la espada y la mano, impidiendo que atacara con ellas.

¡YA ESTÁ!-gritó Kazark-¡La carga ha terminado! ¡Apartaos!

Un aro mágico rodeó a Uro: Belladonna lo estaba aturdiendo con magia. Paralelamente, Kuritöö lo ató con una maraña de tentáculos que se separaron fácilmente de su cuerpo y Benibatsu lo reforzó con una malla de hilos de sangre. Tras aquella triple atadura, los Neo-Nómadas saltaron hacia atrás y dejaron que Kazark disparase: un chorro de energía blanca azulada arrolló al custodio, desintegrando los tentáculos y la sangre, que volvió al interior de Benibatsu en forma de aerosol. Cuando el humo del impacto se hubo disipado, sólo quedaba el cuerpo inconsciente de Uro.

¡Uro!-exclamó una voz algo asexuada y desconocida-¡UROOOOOOOOOOO!

¡Había alguien detrás del guardián todo este tiempo!-exclamó Kazark-¡Maldita sea! ¡Tras él!

Benibatsu y Belladonna se adelantaron hacia el origen de la voz, pero el dueño de la misma ya había desaparecido sin dejar rastro.

Maldición…-siseó Kuritöö-…esto puede tener consecuencias negativas…

Pagaréis por esto, maldita escoria Nómada…-pensó el observador desde una gran altura.

¡Da igual!-concluyó el ogro-¡Hemos cumplido la mitad de nuestra misión! ¡Cargaremos con el cuerpo de Uro hacia los cuarteles para experimentar con él posteriormente! Es el momento de romper el sello para que el contacto de Tigres-sama pueda venir… ¡Belladonna!

Así que vuestros cuarteles, ¿eh?-el observador maquinaba-No soy fuerte, no soy suficiente, pero… ¡lograré que os arrepintáis de lo que le habéis hecho a mi amado Uro!

Belladonna preparó un conjuro. Tras recitar unas palabras y apuntar con sus manos y su bastón al sello, éste se deshizo, liberando un chorro de energía que indicó que el portal estaba abierto de par en par.

2 comentarios:

  1. Casi, casi me sorprendo pensando que por una vez, Belladonna iba a conseguir lo que se proponía. En este caso y para ella, lo que bien empieza no siempre acaba bien.
    A ver si finalmente le sale bien pero... pobre, eso no suele pasarle.

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    1. Cómo la odias, ¿eh? En fin, próximamente habrá más de Belladonna, tú tranquila...

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