lunes, 16 de marzo de 2015

[TY] Episodio 35: Carne, sangre y hermanos

TAIMANIN YAMIYUKI
Episodio 35: Carne, sangre y hermanos

Vaya…-se sorprendió Benibatsu-… ¿le atacas a tu hermano mayor? ¿Cuán desagradecido y descarado puedes ser, hermanito? ¿Me vas a hacer que te castigue?

Inuhito se desmontó del hercúleo cuerpo de su hermano y le hizo frente mientras alzaba la guardia.

Basta ya…-dijo el joven-… ¡PARA! ¡DETENTE!

Je…-Benibatsu rió-…no tienes agallas suficientes para enfrentarte a mí. Ni agallas ni fuerza…

No me subestimes, Benibatsu.-dijo Inuhito en un tono muy bajo-No te he enseñado nada de lo que puedo hacer.

No hace falta interpolar mucho para saber que estarás más o menos a la altura de estos cinco despojos…-dijo el hermano mayor-…bueno, cuatro despojos y una mano intentando salir de la mugre…

¿Sabes?-terció Yamiyuki-Esto no es una película de acción. Hablar con desdén no te convertirá en un villano carismático. Sólo eres un Mazoku de pacotilla: el lenguaje despectivo forma parte de la idiosincrasia del Mazoku de pacotilla estándar.

¿Por qué sigo vivo si soy tan de pacotilla?-preguntó Benibatsu-Una de dos: o no sois tan buenos o yo no soy tan endeble…

Eres un mequetrefe.-dijo Yamiyuki-Podrás superarnos en fuerza, podrás tener un poder capaz de doblegarlo todo, podrás ser invencible, pero el ser quien eres te hunde en la mezquindad y te hace un espíritu raquítico y desdeñable. Inuhito, ¡túmbalo!

Inuhito se lanzó contra su hermano. Iba a golpearle con la palma de la mano en el pecho, pero el mayor de los dos lo agarró de la muñeca y lo zarandeó varias veces en el aire para acabar lanzándolo contra el suelo.

¡Tumbado!-respondió Benibatsu-Aunque no respondo al nombre de Inuhito…ése es mi patético hermano menor…

Ya.-dijo Inuhito mientras se levantaba con una agilidad inusual-Creo que tendrás que intentarlo con más fuerza. ¡HAAAAAAAAAAAAAH!

Inuhito se dejó caer al suelo y se deslizó horizontalmente. Su hermano intentó pisarlo, pero rodó y se escabulló entre sus piernas como una flecha. Cuando se hubo colocado detrás de él, simuló unas tijeras con sus piernas y apretó las piernas de su hermano mayor. En esta posición, perfecta para una llave, movió con vehemencia su cadera y volcó a Benibatsu de bruces contra el suelo. Su ataque se vio burlado por las manos del atacado, que frenaron la caída en seco y dieron el apoyo suficiente para que lo pudiera lanzar disparado de una coz.

Te mueves bien, hermanito…-lo elogió Benibatsu-…pero no lo suficiente.

Cuando Inuhito terminó su vuelo y colisionó con una pared, sólo se oyó su grito de dolor y el crujido de la estructura quebrándose.

¿Alguien más quiere probar?-preguntó Benibatsu-Tengo prisa…

¡Tenemos que ayudar a Inuhito!-bramó Shirubei-¡No podemos dejar que lo venzan y mucho menos que se hunda! ¡AL ATAQUE, HERMANOS!

¡Eso es!-lo respaldó Yamiyuki-¡Carguemos!

Ninpô – Fuuton no Jutsu! –exclamó Hagane.
(¡Arte ninja del viento!)

Ninpô – Hyôton no Jutsu! –lo siguió Shirubei.
(¡Arte ninja del hielo!)

Ninpô – Raiton no Jutsu! –continuó Aoi.
(¡Arte ninja de la electricidad!)

Ninpô – Dôton no Jutsu! –los siguió Rito.
(¡Arte ninja de la tierra!)

Ninpô – Katon no Jutsu! –culminó Yamiyuki.
(¡Arte ninja del fuego!)

Hacia Benibatsu se dirigieron un remolino, un chorro de hielo, un manojo de rayos, una fila de rocas emergentes y una llamarada. Se sonrió y sacó su arma: un enorme mástil plateado con una hoja de guadaña dentada en cada extremo, apuntando cada una en un sentido. Girando ese arma sobre sí misma, partió las rocas de Rito, quebró el hielo de Shirubei, deshizo los vientos de Hagane, condujo los rayos de Aoi hasta el techo de madera e interrumpió las llamas de Yamiyuki con movimientos encadenados.

¡No os las deis de listos!-los amenazó el traidor.

Es su arma de cuando era Taimanin.-pensó Shirubei mientras lo escrutaba-Su arma, su uniforme…todo. Es exactamente igual que cuando estaba con nosotros… ¡MALDITO!

No nos las damos.-se atrevió a responder Hagane-¡Lo somos!

¡Y con orgullo!-lo respaldó Rito.

Ya…-dijo Benibatsu-…amigos para siempre y toda esa mierda. ¿Tan familia os consideráis? ¡La familia que la palma unida permanece unida! ¡Desapareced en nombre de los Neo-Nómadas!

Se lanzó a por los cinco Taimanin mientras hacía girar su arma sobre sí misma. Sus estocadas eran certeras y muy letales, como podía comprobarse cuando cortaba los muebles como si fueran de papel.  Las garras de Shirubei, los abanicos de Hagane y la maza de Rito eran metálicas, por lo que podían resistir y desviar los ataques sin demasiado esfuerzo, pero Aoi tenía más problemas por su látigo. Decidió endurecerlo con su función especial y utilizarlo como una fusta. Mientras el traidor forcejeaba con Rito en un choque de aceros, el intrépido Aoi se atrevió a hundir su fusta bajo las costillas del enemigo.

Vaya, vaya…-se sorprendió Benibatsu.

La fusta se hundía entre la musculatura de Benibatsu. No tenía sentido que un hombre tan musculoso estuviera tan blando…pero a la vez tan duro que estaba haciendo que la fusta se ablandase y volviese a su textura de látigo. En aquel estado tan distendido y flácido, era difícil hacer daño sin volver a conducirlo con las manos y tensarlo. Aoi entendió entonces que se había acercado demasiado. Una patada lateral alta del traidor lo lanzó por los aires.

¡AOI!-exclamó Rito.

¡No me pierdas de vista!-bramó Benibatsu.

La guadaña de Benibatsu se escapó de la maza de Rito, permitiéndole cortar el cuerpo de éste. Le propinó un tajo muy severo en un brazo.

¡AAAAAAAARGH!-Rito profirió un alarido-¡Maldita sea!

¡HIYAAAAAAAAAAAAAAH!-gritó Hagane, terciando.

Desde un artístico y atlético salto, Hagane ejecutó un impresionante giro de cadera que le permitió desencadenar una patada con la que estampó su zapato de tacón en el tabique nasal de su enemigo. Apuntó hacia abajo con sus abanicos para impedir ser contraatacado por la doble guadaña.

¡Hagane, separa las piernas!-exclamó Shirubei-¡Voy!

Hagane separó sus piernas todo lo que pudo, dejando espacio a Shirubei, que lanzó una hermosa patada giratoria con las garras de su pie derecho. Benibatsu hizo girar su doble guadaña sobre sí misma, arrastrando a Hagane hacia el suelo a la vez que bloqueaba las garras de Shirubei.

¡Veo que vais calentándoos!-se sorprendió Benibatsu.

Caliente me tienes, sí…-dijo Rito- Ninpô – Fushikakuzei!
(¡Arte ninja! ¡Despertar del inmortal!)

¡Estaba deseando que hicieras eso!-exclamó Benibatsu-¡Sufre al ver tu regeneración convirtiéndose en inútil! ¡JAJAJAJAJAJAJA!

Benibatsu hizo un sello ninja con una mano.

¡No te atreverás!-se lanzó Yamiyuki.

Ninpô – Ketton no Jutsu!-siseó Benibatsu con la locura y el sadismo grabados en su rostro.
(¡Arte ninja de la sangre!)

La sangre de Rito comenzó a salirse del corte que tenía en el brazo. Entre un ardiente escozor y un dolor muy agudo, se deshizo en gritos. Yamiyuki retractó a Benibatsu de una patada, pero el daño ya estaba hecho: Rito estaba tendido entre un charco de sangre. El líder de los Taimanin no medió palabra y se lanzó nodachi en mano a su enemigo. La doble guadaña de Benibatsu era un arma fuerte, y su dueño la empuñaba con maestría, pero no podía con la nodachi de Yamiyuki.

¡Maldita sea!-pensaba el traidor al ver que Yamiyuki le ganaba terreno y le obligaba a retroceder en cada estocada-¡No hay manera de vencerlo! ¡Es demasiado fuerte! ¡Es RIDÍCULAMENTE fuerte!

En medio del forcejeo, Benibatsu profirió un grito agudo y gutural similar a los de su hermano menor. Al ritmo de estos gritos, lanzó dos patadas giratorias encadenadas que hicieron retroceder a Yamiyuki.

Ninpô – Ketton no Jutsu!-insistió Benibatsu.

La sangre de Rito se levantó del suelo y formó una corriente espiralizada que persiguió a Yamiyuki como una broca gigante.

No puedo desviar ese ataque con mi fuego o con mis rosas.-pensó-Es la sangre de Rito. Bajo ningún concepto debemos mancharla o dañarla.

Al ver lo que estaba sucediendo, aunque tenían los ojos nublados por el impacto, Inuhito y Aoi volvieron en sí y se lanzaron a por Benibatsu.

Ninpô – Raiton no Jutsu! Arashi no Te!-bramó Aoi.
(¡Arte ninja de la electricidad! ¡Palma de la Tormenta!)

Ninpô – Kiba no Jutsu!-lo siguió Inuhito.
(¡Arte ninja de los colmillos!)

Desde el frente, Aoi descargó un golpe de palma con la mano cargada de electricidad. Desde la espalda, Inuhito lanzó una patada cortante. Los ataques supusieron la distracción suficiente como para romper el influjo del poder de Benibatsu, de tal forma que la sangre volvió a caer contra el suelo, pero, justo cuando iba a formar otro charco, se rodeó de una luz verde y volvió al cuerpo de Rito de manera ordenada y completa, sin dejar ni una gota, cerrando el corte tras de sí.

Ninpô – Fushikakuzei! –exclamó Rito- La poca sangre que me quedaba dentro me ha servido para volver a estar intacto. ¡Qué mal lo he pasado!

Benibatsu se sonrió. La patada cortante de su hermano le había hecho un pequeño corte en la zona isquiotibial de la pierna izquierda.

Ninpô – Ketton no Jutsu!-bramó el traidor.

La sangre salió de su herida, formando una especie de cola muy larga. La utilizó para fustigar a los Taimanin que lo rodeaban. Bajo el influjo de su técnica de manipulación de sangre, aquel chorro que tendría que significar un estado de herida grave se había convertido en algo tan duro como un acero de armería. La nodachi de Yamiyuki paró un impacto que podría haber sido fatal para Hagane y Rito, que estaban detrás de él.

Dices que tienes prisa.-lo parafraseó-No obstante, nosotros también. Tenemos mucho que hacer… ¡lárgate o muere, traidor!

¡No me da la real gana!-bramó Benibatsu mientras agitaba su látigo de sangre.

¡Peor para ti!-le espetó Yamiyuki.

La cola de sangre bajó en picado hacia la posición donde estaba Yamiyuki. Se hundió en el suelo, pues el chico había ejecutado una agilísima finta y estaba corriendo directo hacia Benibatsu. Lanzó un impresionante tajo con la nodachi, haciendo que la doble guadaña saliera disparada y provocándole a su dueño un corte en el brazo derecho.

Ninpô – Ketton no Jutsu! –exclamó Benibatsu.
(¡Arte ninja de la sangre!)

De la herida de su brazo salieron disparadas varias burbujas de sangre.

Ninpô – Hyôton no Jutsu! –exclamó Shirubei.
(¡Arte ninja del hielo!)

Unos pilares congelantes detuvieron las burbujas, enfriándolas hasta impedir su movimiento.

Ninpô – Raiton no Jutsu! –se aventuró Aoi.
(¡Arte ninja de la electricidad!)

Por las manos de Aoi pasó una corriente eléctrica que se condujo por el látigo de sangre que salía de la pierna de su enemigo, haciendo que se desquebrajara y cayera al suelo como sangre inerte.

¡Eso es!-exclamó Hagane-¡Hagámosle perder sangre hasta que le sea imposible contraatacar!

Con una entereza que ni sus propios amigos podían explicarse bien, Inuhito sacó su aro y se lanzó a por su hermano. Las lágrimas en sus ojos y la profundidad de sus gritos daban a entender que lo estaba pasando muy mal. Justo cuando iba a escindir el costado de su hermano mayor, éste se opuso.

Ninpô – Kinniku no Jutsu! Ashi! –exclamó Benibatsu.
(¡Arte ninja de los músculos! ¡Piernas!)

Su desproporcionado e inflado tronco superior se deshinchó como un globo pinchado. Por contraparte, sus piernas comenzaron a hacerse más largas, gruesas, duras, musculosas, prietas y fornidas, creando una desproporción de tronco inferior. Aun así, conservaba un tono muscular notable de cintura para arriba, como le pasaba en las piernas antes. Esto hizo que el ancho de su costado disminuyese drásticamente, haciendo que el corte de Inuhito fallara y, lo que era más, poniéndolo cerca de sus recién aumentadas piernas, quedando a merced de una patada de lo más despiadado.

¡Menudas ancas!-pensó Shirubei-¿Cómo vamos a parar a este cafre?

Ninpô – Ketton no Jutsu! –continuó el traidor hermano mayor.

La sangre que había perdido por los ataques de Aoi y Shirubei volvió a su cuerpo, aunque sus heridas no se cerraron.

¡No flaqueéis!-pidió Yamiyuki a los demás mientras mantenía su nodachi en vilo-¡Ya lo conocíais de antes! ¡Sabíais que tenía estos poderes!

Benibatsu tenía el cuerpo de un hombre, pero el desarrollo muscular simultáneo de dos. Al igual que Inuhito nació con unos sentidos muy altamente desarrollados y con gran potencial, el hermano mayor nació con un exceso de músculo sobrenatural. Su técnica ninja consistía en mover este exceso de manera selectiva a cualquier parte de su cuerpo: generalmente conservaba su exceso en el tronco superior, repartido entre brazos, hombros, pecho, abdomen y espalda, pero podía moverlo a cualquier zona de su cuerpo en la que hubiera músculos, como acababa de hacer con sus piernas.

¡JAJAJAJAJA!-rió Benibatsu-¡PREPARAOS!

Como si sus piernas fueran las ancas de una rana, saltó con fuerza hacia los Taimanin y fue cayendo encima de cada uno, repartiendo pisotones, coces, patadas y rodillazos. Sólo Rito y Yamiyuki pudieron aguantar aquella fuerza demoledora.

¿Le enseñamos lo que es una verdadera patada, Rito?-preguntó Yamiyuki.

¡Eso está hecho!-Rito se sonrió.

Los dos chicos lanzaron sendas patadas giratorias en sentido contrario. Justo cuando sus piernas se iban a chocar, atraparon entre medias la cabeza de Benibatsu, provocando un golpe realmente noqueador. El traidor se hincó de rodillas.

Sois buenos…-dijo Benibatsu algo aturdido.

Puede devolver su sangre a su cuerpo, como yo.-pensó Rito-Pero, a diferencia de mí, su Ketton no Jutsu no puede sanar sus heridas. Tengo la ventaja.

Ninpô – Fushikakuzei! Kami no Kanabô!-exclamó Rito.
(¡Arte ninja! ¡Despertar del inmortal! ¡Maza Divina!)

El arma de Rito brilló con una luz verde. Esta luz aumentó de tamaño, como si agrandase el arma. Con este poder, golpeó a Benibatsu, haciendo que se estremeciera.

Ninpô – Bara no Jutsu! Miyabi Geri!-gritó Yamiyuki.
(¡Arte ninja de las rosas! ¡Patada Elegante!)

La pierna derecha de Yamiyuki se cubrió de una colgante y vaporosa cortina de rosas rojas que formaba un abanico. Con esta longitud extra, cargada de brillo y energía, lanzó una patada giratoria con efecto que terminó por barrer a Benibatsu.

Todos se están cansando…-pensó Yamiyuki-…tenemos que acabar con esto cuanto antes…

Benibatsu cayó justo al lado de su doble guadaña. La agarró de nuevo y, con sus piernas desproporcionadas, se enzarzó en una cadena de maniobras con patadas bajas para tirar a Rito y a Yamiyuki al suelo, acompañando a los ya caídos Aoi, Hagane, Shirubei e Inuhito.

¡Sentid mi peso!-bramó Benibatsu dispuesto a pisar a cada uno en el pecho para atravesar su corazón.

El primero fue Hagane. Agarró el enorme pie de Benibatsu con sus dos manos, creando una resistencia firme.

No me dejaré pisar…-dijo Hagane-…por nadie. Fue la última…enseñanza…de mi madre…

Hagane soltó unas lágrimas. Muchas veces se metían con él por ser afeminado, y no logró liberarse de aquel yugo hasta que no fue lo suficientemente amigo de los otros cinco. Un buen día, decidió dejar de estar acomplejado y, en los vestuarios, mostró su virilidad a todos los chicos que se metían con él. No sólo dejaron de molestarle, sino que le juraron respeto. Un buen día, antes de partir hacia la que sería su última misión, su madre le dijo seriamente que nunca se dejase herir por nadie, que estaba orgullosa de ver cómo su hijo se hacía un hombre y de comprobar que se había librado del acoso. Lamentablemente, aquella vez fue la última que la vio. Kotona Kurobara fue asesinada y por fin pudo ir al Más Allá a hacer compañía a su amado, Miyabi Kurobara. Por todo aquello, Hagane no se dejaría pisar por Benibatsu, incluso si ello implicaba partirse los brazos por la mitad bloqueando aquel pie.

No…-dijo Hagane con determinación-…no me vas a pisar. ¡NO LO HARÁS!

Empujó el pie de Benibatsu hacia arriba, desequilibrándolo. Envalentonado y enfurecido, se levantó y lanzó sus abanicos por los aires como si fueran boomerangs.  Los impactos retuvieron al traidor lo suficiente como para permitir que Shirubei, Aoi y Rito se levantasen y atacasen, el primero con un chorro de agua, el segundo con su látigo y el tercero con una tormenta de arena. Por su parte, Yamiyuki se puso en pie y agarró la mano de Inuhito para ayudarle a levantarse: la última patada de su hermano lo había dejado muy tocado.

Acabemos con esto…-susurró Inuhito.

Parecía al borde de la locura. Lo entendía todo a la vez que no entendía nada. Le parecía todo bien a la vez que deseaba impedirlo todo. Estaba en trance, pero, para bien o para mal, aquello tendría que terminar o quien moriría sería él, no su hermano mayor. Yamiyuki asintió y se unió a la carga con una ventisca de pétalos cortantes. Al ver que sus cinco amigos estaban atacando a Benibatsu para impedir que se rehiciese con su poder, Inuhito decidió actuar a la desesperada.

¡RRRRRRRRAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAGHHHHHH!-gritó.

Lanzó su aro en horizontal, causando un corte muy amplio bajo el pecho de su hermano mayor, que se deshizo en un alarido y cayó de rodillas, soltando su arma y montándose sobre sus desproporcionadas piernas.

Os mataré…-bramó Benibatsu mientras su torso sangraba-… ¡OS MATARÉ! Ninpô – Ketton no Jutsu!
(¡Arte ninja de la sangre!)

De la enorme herida que tenía Benibatsu salieron cuchillas con forma de media luna hechas de sangre cristalizada. Arreciaban como una tormenta, y arrollaron a los seis Taimanin, que a duras penas pudieron detener los impactos, recibiendo varios cortes. Cuando el ataque hubo acabado y los seis quedaron hincados de rodillas, la sangre de Benibatsu volvió a su cuerpo. Justo cuando se dispuso a continuar con el combate, varias presencias irrumpieron en el edificio.

¡Yamiyuki tenía razón!-exclamó una voz conocida.

Parecía que las profesoras habían llegado, aunque los chicos tenían sus respectivas mentes embotadas por aquel intenso combate, más por los sentimientos encontrados que por las heridas.

¡Esas letras grabadas en fuego azul son el último reducto!-oyeron a la mujer-¡Si las borramos, ese criminal se irá de aquí y no podrán volver a entrar ni él ni sus camaradas! ¡Vamos, mujeres! ¡EXORCISMO DEMONÍACO!

¡SÍ!-gritaron a coro todas las mujeres que había detrás.

¡NO!-gritó Benibatsu-¡AHORA NO! ¡Estoy a punto de cumplir mi misión!

La pintada de “B.B.” que había en la pared desapareció, haciendo que Benibatsu se consumiera en llamas azules. Aquello no lo mataría, pero sí lo enviaría al lugar desde el que llegó y le impediría volver a entrar en Gokuruma. Con eso, la purga que Yamiyuki promovió cuando quemó el pueblo con su fuego selectivo quedó finalizada: ningún demonio volvería a aventurarse por allí.

¡HIJAS DE PUTA!-maldijo Benibatsu mientras su presencia se evaporaba de allí entre llamas azules.

2 comentarios:

  1. Bueno, voy a ser positiva, he tenido un accidente y la parte buena es que puedo ¡por fin! leer todo lo que llevo de retraso.
    Bien, quiero analizar a Benibatsu. Si no fuera tan HIJO DE PUTA con su hermano, me caería hasta bien, es fuerte y demás pero... es que es demasiado engreido xD. Me encanta el final:
    HIJAS DE PUTA.
    Y Benubatsu a la mierda :D

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    1. A la mierda de momento... ¡próximamente más y mejor! ¡Gracias por volver!

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