martes, 21 de octubre de 2014

[WCIII] Episodio XXIV: En marcha

REACTION
WORLDS COLLIDE III
Episodio XXIV · EN MARCHA

Una invasora sensación de dolor recorrió su aletargado cuerpo. En rachas periódicas, esos espasmos dolorosos eran llamados por una tenue y monótona voz masculina.
Necro…-alcanzó a oír.
…Bolt…-continuó la voz-I…
De nuevo una descarga de dolor. Pamela abrió los ojos. Se encontraba atada de pies y manos, como si estuviera crucificada, delante de un hombre que le resultaba familiar.
El perro faldero de Freya ha crecido, ¿eh?-preguntó casi sin fuerzas.
Te confundes, mi dama.-respondió Yamibara-Yamiyuki es mi…pariente…sí, algo como un primo lejano. Yo soy Yamibara…Yamibara Kuroi…tu soberano…tu dueño.
Los ojos de Yamibara se clavaron en los de Pamela. Algo despertó en ella y, de pronto, sintió una enorme lealtad y un profundo apego hacia aquel hombre, al que ahora parecía que conocía de toda la vida. Observó que había armamento en una camilla…armamento que le pertenecía.
. . .
Acompañada por Dalton, Marah entró en la sala de reuniones, donde todos la esperaban sentados en una enorme mesa redonda. Trataron de no sorprenderse, aunque no negaban que les impresionaba bastante el radical cambio de imagen de su compañera, quien se había cambiado de ropa y se mostraba tal cual Dalton la describió en su historia. No sabía por dónde empezar, pero siempre se había tenido como una mujer fuerte y valiente, por lo que le hizo un gesto con la mano a Dalton para que se sentase y comenzó a hablar de pie delante de sus compañeros.
Hola a todos.-dijo Marah taimadamente-Estoy al tanto de que no os debo muchas explicaciones porque Dalton ya os ha contado la historia, pero sí que os debo una disculpa. Lo siento mucho…siento haberos engañado, siento haber dado menos de lo máximo de mí y, sobre todo, Metallurgy…siento profundamente haberte hablado así y haberte golpeado. Es cierto que soy diferente a como en un principio me mostré, pero, aun con eso, ésa no era yo…por primera vez en mucho tiempo, perdí los estribos…sentí miedo…miedo de que todo lo que había intentado hacer para cambiar mi vida fuese anulado en un instante. Me reitero, Metallurgy, lo siento muchísimo…no era mi intención.
Metallurgy sonrió candorosamente.
Yo también te debo una disculpa…-dijo apaciblemente la joven de cabello blanco-…una compañera no debe estampar a otra contra el suelo de manera tan brusca…y no te guardo ningún tipo de rencor: no hay rencillas por mi parte. Ese hombre hace perder los estribos a cualquiera…a ti, a mí y a todo el mundo.
Gracias, Metallurgy.-dijo Marah-Me siento mucho mejor. No obstante, antes de sentarme con vosotros, quiero dejaros clara una cosa…y es que yo nunca decidí cambiar mi manera de vivir por huir de mí misma, sino por adaptar mis hábitos a mis cambios de parecer, para mantenerme fiel a lo que deseo ser en cada momento. No obstante, después de verme reflejada con…este aspecto…tras tanto tiempo, me puse nerviosa. Huí de mi misma por un instante…me equivoqué, y me equivoqué muy profundamente. Por ello, prometo que jamás volveré a huir de mí misma…soy Chiaki Mitoge, conocida entre la nobleza como Marah Obulgi, y fui una terrorista. No obstante, ahora soy todo lo contrario, y me alegro. Me sentía tan sucia tras abrir los ojos que decidí formarme al máximo en salvar vidas…incluso busqué pactos antiguos para redimirme espiritualmente…hice el juramento hipocrático en cada una de mis graduaciones. Como despedida de mi vida como terrorista, hice acopio de todas las armas de fuego que conseguí, tanto para uso mío como para de mis antiguos compañeros, y las confiné en una estructura…las encerré en unas enormes botas que dije que no me quitaría: el peso de mi penitencia. Lo que no quería que vierais cuando hicimos el juego del tiempo fue que me enfrenté a mi pasado abriendo las botas y utilizando las armas contra aquel hombre. Lamento el secretismo y las mentiras y, ahora que no llevo las botas de la penitencia y me siento mucho más ligera, puedo concentrar mis fuerzas en repetir por última vez que… ¡prometo no volver a huir de mí misma ni engañarme!
Metallurgy arrancó un aplauso. Yurika, Yamiyuki, Nikola, Dalton, Yuuji , Ayako y Freya la siguieron. Ibara e Itami se miraron e hicieron como que aplaudían. Aquanika y Ayame ni siquiera movieron las manos. Marah se sentó en la silla que quedaba vacía.
Supongo que es mi turno, ¿no?-preguntó Metallurgy.
No queremos abrir tus viejas heridas…-dijo Freya-…pero sí saber lo que sea necesario en la lucha contra Suiri Sumitomo. Estaba junto a nuestros enemigos en aquella nave, ergo podremos encontrarlo con los demás la próxima vez.
Mis heridas están más que cicatrizadas.-dijo Metallurgy-Incluso cubiertas de polvo cerámico.
Dicho aquello, Metallurgy se aclaró la garganta y comenzó a hablar.
Mis padres murieron cuando era una niña.-explicó Metallurgy-Tras muchos años llorando en un orfanato, casi se solaparon el momento en que me decidí a ser fuerte, dejar de llorar y convertirme en una mujer merecedora del orgullo de mis padres con la inolvidable fecha de mi adopción. Fui acogida por un matrimonio…un matrimonio tocado por un problema: la mujer, mi segunda madre, era estéril. Apenados por no poder tener hijos biológicos, me acogieron y me trataron como a una hija, consiguiendo curar mis heridas. Mi segundo padre era operario jefe en cadenas de montaje, y mi segunda madre era una prodigiosa científica. Juntos, me enseñaron todo lo que sabían y sembraron las semillas que, al germinar, dieron lugar a la persona que os habla ahora mismo. Era feliz, estaba muy motivada, lograba ser siempre la mejor de clase y estaba más que decidida a llevar una vida intelectual con varios títulos universitarios. Mis compañeros y amigos estaban algo asustados de mi fuerza, pero eran buenos conmigo. Un buen día, unos hi…unos malvados saquearon mi casa y mataron a mis segundos padres. Después de perder a dos familias, mis heridas se abrieron y se juntaron con otras nuevas. Pensé que moriría allí…pero hubo alguien que se negó a dejarme morir: Suiri Sumitomo. Ese hombre, a cuyas manos murieron mis segundos padres, me ató a la vida para torturarme…me dijo que había matado a mis padres porque eclipsaban su carrera profesional, y que me mataría a mí también para no llegar a lo mismo en un futuro cercano. Me confesó también que mis padres biológicos no murieron… ¡sino que los mató!  Los mató cuando yo ni siquiera entendía lo que era un asesino…me contó todo eso y me dijo cosas horribles…no me golpeó ni me tocó, pero su tortura psicológica me causó un daño tal que…bueno, sólo os digo que mi complexión inusualmente delgada se debe a las decenas de kilos que perdí con la depresión y que nunca he vuelto a recuperar…comprenderéis, por tanto, que Suiri es una persona a la que, pese a que no quiero, odio profundamente. Lo odio tanto que quiero vengarme de él…pero no quiero ser así…quiero ser una mujer fuerte y buena…como mis padres…los cuatro. Después de que Suiri se fuera lejos de mí tras ponerle fecha a mi muerte, estuve deprimida mucho tiempo…hasta que un día decidí levantarme y plantar cara a todos mis demonios…y me prometí que sacaría el máximo partido posible a mi fuerza muscular, que no perdí con los kilos, para defenderme y defender a todas las personas importantes que aparecieran en mi vida…porque, una vez más, estaba dispuesta a vivir…a encontrar mi lugar en este mundo. Fue entonces cuando descubrí que tenía poderes mágicos. Combinándolos con mis conocimientos y habilidades tecnológicas, decidí adjudicarme la fábrica de mi segundo padre, ampliarla, acondicionarla y utilizarla…y aquí estamos, en el legado del hombre que me ayudó a ser quien soy, en su templo, en el panteón de los Watanabe…en mi casa. Sé que esto no responde a tu pregunta, Freya, pero creo que tenéis que saberlo…que os ayudará a comprender mejor las circunstancias del campo de batalla y que…con lo que pueda pasar, quiero ser yo quien libre la batalla final contra él…incluso si es lo último que hago. Es muy sádico, muy violento y un combatiente formidable: su especialidad es jugar sucio. No sólo es ágil, cobarde y huidizo, sino que, además, es fuerte y maneja el bastón con gran dominio. Siempre está cargado de equipos de control magnético…y todo porque sabe que hago honor a mi nombre especializándome en la metalurgia. El día que fechó para matarme llegó hace mucho tiempo y, pese a todos sus esfuerzos, orgullosa estoy de decir lo siguiente, no lo consiguió. Su magnetismo es abrumador, pero no invencible. Podremos con él.
Gracias por todo, Metallurgy.-la elogió Freya-Aclarado todo, es el momento de ponernos manos a la obra. Arianelle Blanchoret, Yuu Hiwatari, Verónica y Suiri Sumitomo ya han probado nuestros puños. Ikaruga Otonashi está muerta, Ayame Rei es nuestro rehén y…en resumidas cuentas, quedan por probarnos Shiroi Kamiyama y el niño cuyos datos desconocemos. A todo esto se suman tres enemigos más: Yamibara Kuroi, supuestamente aliado de Arianelle, y Nokanys Lithzaladrell, a la que temo que encontraremos pronto, y Pamela Rosenstiehl…quien, al igual que Nokanys, parece existir dos veces. Nuestra situación es altamente compleja, pero no hay nada imposible. Es el momento de que Ayame sea tan amable de contarnos qué sucede con el paradero de sus antiguos superiores.
No me miréis como si quisierais matarme.-dijo Ayame secamente-Ya lo he entendido, ¿de acuerdo? Os lo contaré todo. Veréis…Shiroi y los demás se encuentran en un lugar llamado Palacio Atemporal…es una especie de construcción mágica que han creado con derivaciones del hechizo del pliegue temporal y que, vista desde fuera, parece un castillo de novela épica. No obstante, en su interior hay…decenas de elementos indescriptibles. Para llegar hasta él, necesitamos crear un portal mágico hasta su ubicación cuya elaboración requiere una unión de magia y alquimia muy compleja. Una vez allí, si pretendéis lograr algo, cosa que dudo incluso para vosotros…necesitaréis de todo: armas, herramientas, suministros…cualquier cosa que consideréis útil, tanto para el combate como para la supervivencia. Tendréis que…bueno, tendremos que prepararnos concienzudamente.
Más de lo mismo.-comentó Yamiyuki encogiéndose de hombros-Nada que no sepamos.
Cierto, pero no por ello menospreciable.-dijo Freya-Saldremos mañana. La única razón por la que no abogo por salir ahora mismo es porque necesitaréis un tiempo para prepararos. Usad bien las horas de este día.
Aprovechad que estamos en mis dominios para llevar a cabo cualquier labor que podáis considerar pertinente.-los invitó Metallurgy-Podemos fabricar armas, vehículos, munición, armaduras, robots, máquinas…lo que necesitéis…y todo en el día de hoy, sin ninguna demora. Calidad y rapidez garantizadas. También puedo reparar todos los bienes que tengáis rotos y optimizar y recalibrar todo tipo de armas.
¿Alguien podría prestarme una moto?-preguntó Ayako.
No tengo la mía aquí.-dijo Freya-No obstante, seguro que hay alguna por la fábrica…
Las últimas tres me las reventó la policía en persecuciones.-se jactó Ibara.
Tengo varias motos.-dijo Metallurgy-Fabricadas íntegramente aquí: entraron materias primas por mis puertas y salieron las motos de mis máquinas.
¿Tienes alguna negra?-preguntó Ayako-Me gusta mucho el color.
Sí, tengo cinco.-respondió Metallurgy-La de máxima cilindrada, supongo…
Me encantaría.-respondió Ayako-Hay un lugar al que necesito ir…mi equipo está allí…y también algo que debo devolverle a Gareki.
¿Algo para mí?-preguntó Nikola-¿De qué se trata?
Acompáñame un par de horas en moto a recoger mis armas y provisiones y te lo enseñaré.-dijo Ayako-Es hora de volver al negro…
¡Ah!-exclamó Nikola-Ya sé a lo que te refieres…
Ibara y yo vamos a revisar nuestro armamento.-dijo Itami-Estaremos en mi habitación. Diría que pasaseis a buscarnos en caso de necesidad, pero necesitaría que me firmaseis un impreso en el que os comprometieseis a no asustaros ni hacer comentarios impertinentes e inoportunos si nos encontráis follando como perros en celo encima de la mesa. ¡Hasta más ver!
Metallurgy abrió un armario de la sala y sacó de él unos planos que estaban enrollados y atados con una goma. Se los tendió a Yurika.
Sabrás ponerlos en práctica sin necesidad de pisar ninguna fábrica.-Metallurgy le guiñó un ojo.
Yurika le dio las gracias y extendió los papeles. Entendió las ideas reflejadas en los dibujos y le sonrió a su compañera con complicidad.
Y así pasó el día…fabricando armas, balas y maquinaria, optimizando armas ya creadas, repasando estrategias, diseñando técnicas en grupo, dando y recibiendo pequeñas ponencias sobre estilos de combate…y, tras todo aquello, una cena…la que sintieron que sería la última vez que se sentarían a comer relajada y copiosamente hasta dentro de un tiempo. Cuando los relojes dieron las doce, dictaminaron que había llegado el día. Dormir era perder tiempo de vida y se preparaban para salir. Tras escuchar todas las indicaciones de Ayame, el grupo tenía claro cómo tendría que actuar llegado el momento. Asimismo, Freya se las ingenió para reunir todos los elementos necesarios para crear el portal.  Después de levantarse de la mesa, fueron cada uno a la habitación que Metallurgy les había asignado y se cambiaron de ropa. Sintieron que tenían que asaltar aquel edificio mágico yendo tan guapos como fuera posible, pues la justicia y la bondad son bellas y ellos también. Finalmente, después de despedirse de los operarios y dejar programada la producción de los próximos tres años, por si a Metallurgy le sucediera algo, salieron al patio trasero.
Se mezclaron los perfumes de todos. A veces se preguntaban si frivolizaban su misión y hasta qué punto era serio arreglarse para una batalla a muerte como para una fiesta…pero ahí estaban, preparados para luchar. Juntos, cuan numerosos eran, se sentían preparados para acometer la que sería su batalla final. Freya materializó su bastón mágico, lanzó los ingredientes al aire y los hizo flotar formando un aro que giraba sobre sí mismo.

¿Estáis preparados?-preguntó mientras apuntaba con el bastón al aro.

2 comentarios:

  1. Me gusta mucho el cambio de Mara (esto ya te lo dije) pero con la historia de Metallurgy ha conseguido terminar de conquistar mi corazón, siempre ha sido de mis favoritas pero después de leer su historia... la pongo a la altura de mi adorada Ibara. Me ha dado mucha penita pero me ha encantado.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Guau! ¡Metallurgy e Ibara, día y noche, a la misma altura! ¡No me esperaba esta reacción! Me alegro un montón, de verdad... ¡es un placer!

      Eliminar