miércoles, 15 de octubre de 2014

[WCIII] Episodio XXI: Suiri Sumitomo

REACTION
WORLDS COLLIDE III
Episodio XXI · SUIRI SUMITOMO

Nadie dijo nada imperante acerca de Ayako. Simplemente, decidieron dar una tregua y dejar las preguntas y respuestas para luego: era un momento muy especial para Nikola y dejaron que la pareja se marchase a una habitación vacía facilitada por Metallurgy para volver a dar calidez a sus lazos.
La habitación era espaciosa, cómoda y agradable, y estaba muy bien iluminada. Había un escritorio bastante amplio con una silla de oficina, un armario, una cama de matrimonio con una mesita de noche a cada lado, varias estanterías y un tocador. Más por agotamiento y acumulación de sensaciones que por deseo, no se lo pensaron dos veces antes de deshacer la cama y echarse en ella. Se besaron de nuevo, todavía con dificultades para creerse que de verdad estaban juntos de nuevo.
Ayako…-susurró Nikola-…mi amor…te he echado tanto de menos…mi corazón ha estado rodeado por un cilicio hasta este preciso instante…no ha habido ninguna otra mujer en mi vida…ninguna que no seas tú…Ayako…
Estoy tan contenta de oír eso…-respondió Ayako-…jamás pensé en ningún otro hombre que no fueras tú. Incluso me hice fuerte para poder buscarte…grande y fuerte como tú…
Aunque todos lo habían apreciado porque ninguno era ciego, nadie lo había comentado porque no les parecía demasiado trascendente en comparación con el hecho de su vuelta a la vida: Ayako tenía un cuerpo de puro músculo. Tenía una musculatura delgada y marcada que definía sus largas extremidades, pero su cuerpo seguía tapado por la sábana.
Sí…-dijo Nikola- ¡Guau! Has cambiado muchísimo…te has hecho mucho más alta que yo en estos siete años…y has trabajado profundamente tu cuerpo…estás hecha toda una guerrera…
Ése era mi objetivo.-dijo Ayako-Como ya sabes, tengo ciertas anomalías metabólicas que, desde mi niñez, han hecho que creciera de manera irregular e incluso a edades posteriores a las del desarrollo completo…lo de la musculación fue intencional, pero no me esperaba que iba a crecer tanto en altura desde los 19 años.-la chica torció el gesto-Pero…
Pero, ¿qué?-se extrañó Nikola.
Tal vez…-dijo Ayako-…el haber cambiado tanto haya hecho que deje de ser hermosa…
¿Por qué dices eso?-preguntó Nikola con preocupación.
Siempre me decías lo guapa que te resultaba…-dijo Ayako-…no me malinterpretes, no busco que me agasajes, simplemente no quiero romper tus esquemas…quiero ser para ti la mujer que siempre he sido…no me gustaría que tu idea de mí cambiase…y es cierto que ya no tengo el cuerpo que tenía antes…
Ayako se quitó la sábana y se mostró desnuda ante Nikola. Su abdomen estaba cuadriculado, sus hombros estaban muy definidos, su ancha cadera engranaba con unos glúteos amplios y marcados…de tal forma que sólo sus pechos, que habían crecido mucho, eran lo único de su cuerpo que no era puro músculo. Sus clavículas marcadas y su cuello fino y largo tenían una geometría sugerente. Nikola enrojeció de manera súbita.
Increíble.-dijo Nikola quitándose y poniéndose las gafas varias veces.
Puedes ser sincero…-dijo Ayako cruzando una pierna sobre otra-… ¿te parezco peor que antes?
Con ese movimiento de piernas, Nikola reparó en las ingles marcadas y trabajadas de su novia.
¿Bromeas?-preguntó el joven quitándose el sudor que corría por su cara-¡Eres preciosa! ¡Tienes un cuerpo escultural!
¿No te importa que me haya vuelto alta y fornida?-preguntó Ayako.
¡Para nada!-exclamó Nikola mientras se quitaba inconscientemente la gabardina de manera acalorada-Yo también soy musculoso, sería una tontería que no te aceptase.
Tienes un cuerpo tan grande, vigoroso y varonil…-dijo Ayako-…recuerdo esas horas muertas abrazada a ti, sintiéndome cálida y protegida…
Acarició el pecho de Nikola por encima de la camiseta. Podía sentir cada una de las líneas de sus grandes músculos.
Mira…-dijo Nikola quitándose la camiseta-… ¿lo ves? Mi cuerpo es como el tuyo: no puedo renegar de tu figura.
Mientras intercambiaban susurros e intimidad, Nikola reparó en la presión que llevaba sintiendo desde que Ayako se había quitado la sábana. Miró hacia abajo y reparó en dos cosas que le parecieron reprochables: que estaba en la cama con las botas puestas y que…tenía la erección más vigorosa que había experimentado en siete años. Decidió ignorarlo quitándose las botas y dejándolas en el suelo.
Gareki…-dijo Ayako en voz baja-…no puedes engañarte a ti mismo…
Ayako se había dado cuenta del estado del chico, que volvió a ruborizarse.
Tenemos tiempo para todo…-dijo Ayako abrazándose a Nikola con ternura-…no te preocupes…
. . .
¡Enhorabuena!-Yuuji felicitaba al equipo-¡Habéis hecho un trabajo impresionante! ¡Estoy seguro de ello aunque no haya podido verlo!
¡Gracias!-respondió Dalton-Siempre es una satisfacción poder lograr objetivos de este calibre con tu trabajo…
Ha sido una labor más difícil de preparar que de ejecutar por todo lo que nos ha pasado, pero bien está lo que bien acaba, por lo menos en este caso.-comentó Freya-Vamos a dejarles el resto del día para ellos solos y mañana ya hablaremos…
Hoy dormiréis aquí todos.-dijo Metallurgy-No es una pregunta, es una invitación. Ya que llevamos aquí buena parte del día y han pasado tantas cosas…ya veremos lo que hacemos a partir de mañana. Por cierto, ¿qué hay de Yamiyuki?
Llevo un buen rato intentando ponerme en contacto con él, pero no me es posible.-dijo Freya-Si me dijeran que todos sus aparatos de comunicación se han roto en el combate contra Yamibara, progrese éste como progrese, me lo creería.
En medio de la conversación, Dalton reparó en que Marah estaba actuando de manera inusual.
¿Te pasa algo, Marah?-preguntó Dalton-Estás muy callada…y tienes mala cara…
No es nada.-dijo Marah-Sólo estoy conmocionada por lo súbitos que han sido los hechos...
¿Tiene también algo que ver con lo que ha pasado antes de que volvieras?-preguntó el chico en voz baja.
Un poco…-se sinceró Marah-…y, además, tengo un mal presentimiento al respecto…
Por el pasillo apareció Yurika seguida del pájaro enigmático que llevaba un rato acompañándola.
¡Enhorabuena!-los felicitó la chica-Lamento no haber aparecido antes: estaba viendo los trabajos de algunos operarios para aprender de ellos.
No pasa nada.-dijo Freya con una media sonrisa-Ya está todo en orden…salvo, tal vez, ese pájaro.
Por lo menos se queda quieto antes de llegar a la puerta del baño…-comentó Yurika.
Aquanika apareció por detrás de Yurika.
¿Ya está?-preguntó.
En efecto.-dijo Freya con satisfacción-Y, si me disculpáis, voy a supervisar a Ibara y a Itami.
Freya sacó de su bolsillo una tarjeta idéntica a la que le había dado a Itami y se desvaneció con ella.
. . .
Sonaba una música muy intensa: diversos temas de Black Metal, Power Metal y demás géneros afines sonaban a través de unos grandes altavoces.  Ibara bailaba rítmica y sensualmente al compás de las canciones mientras observaba cómo Itami torturaba a Ayame, quien estaba atado de pies y manos por unas extrañas raíces de oscuridad que brotaban de aquella ominosa y negra estancia.
Veo que le habéis cogido el truco a esto.-dijo Freya justo después de aparecer por sorpresa.
¡Freya!-exclamó Ibara.
Ya hemos terminado la operación.-anunció la chica-¿Os gusta mi invento? Es un hechizo consumible que genera un espacio de oscuridad que brinda prácticamente todo lo que desea el usuario…siempre y cuando le sirva para torturar a un objetivo. He tenido que utilizarlo en algunas situaciones peliagudas. Muy buena música, por cierto. ¿Es Bolt Thrower?
Sí.-dijo Ibara-Me encantan.
A mí también.-dijo Freya con una sonrisa-¿Y bien? ¿Cómo está el pipiolo?
Hemos utilizado la flexibilidad de este conjuro para reconstruir todo su cuerpo y devolverle la consciencia con el único fin de hacérselas pasar putas.-explicó Ibara-Y ahí está, jodiéndose bien…
Itami sólo vestía un correaje de cuero que le confería un aspecto sadomasoquista. Ayame, totalmente desnudo, salvo por la banda de su ingle, e inmovilizado, miraba con cara de asco lo que le hacían.
Te hemos dado latigazos…-dijo Itami-…hostias, tiros…te hemos clavado de todo y te hemos reconstruido varias veces para volvértelo a hacer…y de ninguna manera reaccionas. Lo que está sucediendo te lo has ganado tú: si lo que hacemos no funciona, está claro que buscaremos algo que sí lo haga.
Pero…-dijo Ayame asqueado-…esto…
Itami estaba enfrente de Ayame, totalmente pegado a él, bajando y subiendo su cuerpo como si hiciera sentadillas, frotando su pene contra el de Ayame. El verdugo estaba erecto, y la víctima todo lo contrario.
Sólo queremos que nos digas todo lo que sabes sobre Shiroi, Arianelle, Verónica, Yuu y compañía.-dijo Itami-Si Shiroi te ha dado de lado, ¿qué te une a ellos? ¿Por qué no lo haces?
Itami extorsionaba a Ayame con la música de Ibara y el suave sonido del roce entre ambos penes como aderezo.
Por ti, Itami.-dijo Ayame-Me niego a cooperar contigo, incluso si ello me beneficiase.
¿Sí?-preguntó Itami-Veremos si aguantas esto mucho más. ¡Ibara!
Ibara se acercó a los dos chicos. Con mimo, lentitud y sensualidad, se hincó de rodillas en el suelo, alzó sus glúteos y dejó libre uno de sus senos mientras recorría la parte superior del mismo haciendo lascivos movimientos con su lengua. Al ver a la chica de sus sueños de esa manera, Ayame no pudo reprimir una gran erección, haciendo que su pene se apretase contra el de Itami como dos espadas chocándose en un duelo a muerte. Ahora le daba aún más asco, por tener más superficie de rozamiento y, a la vez, comenzaba a aparecer un innegable placer debido únicamente a su sistema nervioso.
Maldito seas…-dijo Ayame sin poder reprimir una lágrima.
Se está derritiendo.-dijo Itami-Quien toque esta polla puede quedarse sin mano… ¡está ardiendo!
Mmmmmmm…-se relamió Ibara mientras se recostaba sobre el suelo y hacía sugerentes movimientos con sus piernas.
Freya se cruzó de brazos y observó la escena.
Aficionados…-pensó.
Podemos pedirle muchas cosas a esta oscuridad…-dijo Itami.
Ayame notó que su juicio se nublaba.
¡Parad ya!-cedió Ayame-Os contaré lo que queréis saber, e incluso os ayudaré a llevarlo a cabo, pero soltadme y dejad que me vista.
Freya no pudo evitar echarse a reír.
Tenéis demasiado que aprender…-les dijo-…pero no lo hacéis mal para ser unos principiantes.
Una cadena de rayos negros sacudió el cuerpo del torturado joven, devolviéndole de nuevo toda la salud y deshaciendo sus ataduras para dejar que cayera al suelo.
Levántate…-dijo Itami.
Ayame se levantó.
Es hora de salir de aquí, ¿no creéis?-preguntó Ibara.
Sí.-corroboró Itami-Dejémosle algo de ropa a nuestra nueva mascota y larguémonos.
Tras varios minutos, salieron de allí, volviendo a la fábrica de Metallurgy.
¡Vaya!-exclamó Freya-¡Ya es de noche! Nos hemos entretenido demasiado jugando allí…

Está bien que nos preocupemos por nuestro trabajo, pero tendremos que cenar algo, ¿no creéis?-preguntó Metallurgy-Dirigíos al comedor, acabo de cocinar.
¿Ayako y Nikola cenan en la habitación?-preguntó Freya arqueando una ceja.
Eso parece.-dijo Metallurgy con una sonrisa pícara.
Espero que hayas vuelto para ayudarnos.-dijo Aquanika al reparar en Ayame.
El chico se negó a hablar.
Está aquí para que lo usemos.-dijo Itami-Lamentará mucho hacer lo contrario.
Durante la cena, Ibara e Itami explicaron todo lo que había pasado, por lo que entendieron que Ayame era un aliado involuntario que no les podría causar problemas. Yamiyuki siguió sin dar señales de vida, por lo que terminaron por irse a dormir, decididos a salir a buscarlo al día siguiente.
. . .
Rayaba el alba y la actividad de la fábrica ya se estaba iniciando. Metallurgy era una jefa excepcional : tras mimar a todos sus operarios con un desayuno casero de preparación admirable teniendo en cuenta el ingente número de comensales, los puso a todos a trabajar rápidamente y con cargas y ritmos muy elevados. Tan dura e implacable como justa y amable.
En una sala de reuniones algo apartada, el grupo, incluyendo a Ayame y Ayako, se sentaba en asamblea mientras tomaba un desayuno también generoso.
Buenos días a todos.-dijo Ayako-Mi nombre, como imagino que sabréis, es Ayako y, antes de nada…quiero deciros que siento mucho lo que pasó en esa nave…no era yo…fui manipulada…
Tranquila.-dijo Freya-Conocemos esa parte de la historia. Ahora, nos gustaría escuchar qué pasó contigo, pues creemos que tiene relación con los objetivos que perseguimos…
Metallurgy apretó los puños y apartó la mirada. Freya recordó el gélido instante en que su compañera dijo que alguien se había ganado su odio. Que alguien como ella utilizase la palabra “odio” tan seriamente no podía indicar sino una gravedad muy considerable en el asunto.
Ayako se dispuso a hablar. Habían tenido que hacerle algo de ropa, concretamente una camiseta negra ajustada sin mangas con escote y una minifalda, también negra de tubo, así como unas botas altas  con suela gruesa del mismo color.
Poco después de ser separada de Gareki…-explicó-…decidí hacerme respetar para que no me convirtiesen en la esclava en la que pensaban convertirme. Crecí aproximadamente medio metro desde ese día fatídico hasta entonces a causa de mi metabolismo anómalo, y entrené mi cuerpo y mi mente: desarrollé toda mi musculatura con duros entrenamientos y estudié cuanto pude para poder defenderme en aquella caza de inocentes por parte de corruptos. Logré hacerme una vida…no sin antes haber tenido que tomar las armas…hasta que, hace aproximadamente dos meses, me capturó un hombre…y el resto es lo que ya conocéis.
¿Dos meses?-se sorprendió Nikola-Has estado así de bien todo este tiempo…si ese desgraciado no te hubiese capturado, podríamos habernos encontrado cuando por fin salí de las alcantarillas.
Ayako no preguntó al respecto, pues Nikola le había explicado toda la historia durante la noche.
¿Quién era ese hombre?-preguntó Metallurgy en un susurro.
Creo recordar que se llamaba…-intentó decir Ayako.
Un estruendoso golpe la interrumpió. Saltaron varias alarmas dentro del edificio. Como accionada por un resorte, Metallurgy giró un trozo de pared que reveló  un terminal de emergencia. Con él, se conectó a la megafonía.
¡Hombres!-exclamó-¡Parada de emergencia en todas las máquinas salvo si ello produjese consecuencias nocivas para la salud humana a corto plazo! ¡Dirigíos todos a las zonas de seguridad! ¡Que no cunda el pánico!
¿Qué está pasando?-preguntó Marah preocupada.
Nos atacan.-dijo Metallurgy-Demasiado tiempo tranquilos, parece ser…
¡Metallurgy!-exclamó Yurika levantándose de la mesa-¡Iré a echar un vistazo y me aseguraré de que los trabajadores evacúan el perímetro con seguridad!
Gracias.-dijo Metallurgy con confianza-Yo tengo que tomar algunas medidas…
Yurika echó a correr pasillo abajo seguida de aquel pájaro.
Nikola, será mejor que cuides de Ayako.-dijo Freya-Aún está convaleciente y esto podría causarle reacciones adversas.
Me encuentro bien.-dijo Ayako-Puedo luchar si es necesario…
No estás nada mal.-dijo Freya-No obstante, podrías caer rápidamente. Soy médico, y te revisé antes de que despertaras una vez terminada tu rehumanización.
Está bien, Freya.-asintió Nikola-Iré con Ayako a un sitio seguro dentro del edificio.
¡Tu primer trabajo, colega!-exclamó Itami mientras echaba a correr junto a Ibara.
Ayame los siguió a desgana. Como mercenarios, se dirigían a la zona donde se había producido el golpe con objeto de asegurarla. Últimamente se estaban tomando su trabajo más en serio que nunca.
Yamiyuki…-suspiró Dalton mientras iba con Marah a la entrada principal-...ahora mismo nos serías de mucha ayuda.
Lo encontraremos cuando solucionemos esto.-dijo Freya-Es hora de recibir a una visita.
¡ES ESE HOMBRE!-oyeron chillar a Ayako.
¿Quién?-preguntó Freya desde la otra punta del pasillo.
¡Lo he visto corriendo hacia allá!-exclamó Ayako-¡Es quien me hizo esa atrocidad! ¡Ha abierto un boquete en este lateral!
¡No entrará tan fácilmente!-bramó Ibara mientras corría bastón en mano hacia la zona afectada.
Nikola, Ayako, ¿necesitáis que os acompañe?-preguntó Yuuji.
Tranquilo, nos defenderemos si sucede algo.-dijo Nikola-Encargaos de lo que sea que esté pasando…
La mismísima Metallurgy, dueña de todo aquel complejo, se dirigió a gran velocidad al lugar que Ayako había dicho. Con sus planos informatizados, pudo detectar rápidamente el boquete y, montada en un teleférico de interior que había aparecido casi por arte de magia, adelantó a Ibara, a Itami y a Ayame en la llegada al punto de abordaje. Al bajar del vehículo, vio a alguien que había visto también en la nave. Era un hombre de estatura intermedia, más bien delgado, con brazos largos y unas manos exageradamente grandes, siendo sin duda lo que más llamaba la atención de su cuerpo. Llevaba unos pantalones grises con bajos acampanados, zapatos de combate marrones y el pecho descubierto a excepción de una especie de top abierto rojo con cuadros de color vainilla. Su pelo era rojo, corto y alborotado, y sus ojos eran blancos, produciendo sus pupilas una sensación como la de una aguja clavándose en un músculo. En una de sus manos llevaba una vara metálica bastante larga, y lo acompañaban numerosos humanoides.
¿Cómo te atreves a venir aquí?-preguntó Metallurgy con un genio que nunca antes había mostrado.
¡Vamos, vamos!-le contestó el hombre-¿Es ésa forma de recibir a un viejo amigo?
¿Viejo amigo?-preguntó Metallurgy indignada-¿Te has vuelto loco? Te aseguro que lamentarás esto…
He venido a recoger un juguete roto.-dijo el hombre-Dámelo y me iré por las buenas.
¿Ayako?-preguntó Metallurgy.
Sí, Ayako.-respondió el hombre con sorna.
Ni sueñes que la vas a tocar.-dijo Metallurgy-Has intentado atentar con un amor tan grande y hermoso que no parece de este mundo…como en su día rompiste muchos otros amores grandes y hermosos. ¡No pienso dejar que nada le pase! ¡Ayako es mi huésped, y la mujer de la vida de uno de mis camaradas! ¿Quieres a Ayako? Bien, cógela… ¡por encima de mi cadáver!
¡TUS DESEOS SON ÓRDENES!-bramó el hombre.
Los humanoides rompieron filas y se lanzaron contra Metallurgy.
¡RAAAAAAAAAAAGH!-gritó la chica.
Agarró un camión de carga que había aparcado fuera del boquete con una mano y lo lanzó contra la horda de soldados artificiales, aplastándolos fieramente.
¡No juegues conmigo!-exclamó Metallurgy-¡Metallurgy Watanabe no es alguien a quien debas VOLVER A INCORDIAR!
¿Acaba de lanzar un camión con una mano?-preguntó Marah tocándole a sus gafas, temiendo que se hubieran estropeado.
Ya te digo…-respondió Dalton-…la fuerza de esa mujer es increíble. Una vez luché contra ella…antes de que fuésemos camaradas.
Mis muñequitos…-se quejó el hombre-… ¡bah, da igual, he traído más!
¡No me fastidies!-exclamó Metallurgy en tono guerrero.
Se acercó al camión, lo agarró como si fuera un bate y lanzó un potente mandoble contra el hombre, quien saltó con gran agilidad y esquivó el impacto.
¡Cobarde!-gritó Metallurgy mientras blandía el camión como si fuera un arma ligera-¡No saltes tanto! ¡Defiéndete! ¡Defiéndete O TE APLASTARÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉ!
Jamás había visto a Metallurgy así…-Yurika se asustó y retrocedió.
Creo que hay muchas cosas que tenemos que saber acerca de ese hombre…-dijo Freya.
¿Nadie piensa ayudarla?-preguntó Yurika.
No quiero ser embestida por un camión por accidente.-dijo Aquanika.
Típico de ti, Aquanika.-dijo Yurika.
Ese hombre me convirtió en aquella máquina…-dijo Ayako con la respiración entrecortada-…no quiero que pase lo mismo de nuevo…
¡Ese hombre no te tocará!-exclamó Dalton-¡Estamos todos contigo!
Y él sigue estando bajo arresto.-dijo Marah-Él es…
…Suiri Sumitomo.-dijeron Marah, Ayako y Metallurgy a la vez.
¡Así me llamo y así me llaman!-exclamó el animoso hombre-¿Qué tal si dejamos que este camión descanse?
¡BUOAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!-gritó Metallurgy.
Lanzó el camión en medio de un salto como si se tratase de una bomba. El tal Suiri movió levemente su bastón, desviando la trayectoria del malogrado vehículo, que cayó muy lejos del alcance de Metallurgy.
¡GRAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!-chilló Metallurgy.
Hundió sus manos en el suelo y comenzó a tirar hacia arriba. Plegó un buen trozo de terreno para dejarlo caer sobre Suiri pesadamente, creando una increíble zanja. La fuerza de Metallurgy parecía no conocer límites pese a la extrema delgadez de sus brazos.
¡Tranquilízate!-exclamó Freya.
Freya saltó junto a Metallurgy, la agarró y la alejó de aquel hombre.
¡Suéltame, Freya!-Metallurgy forcejeaba como un toro-¡Tengo que darle su merecido!
¡Dáselo con la cabeza fría!-le espetó-Tu inteligencia te permite pelear mejor que tu fuerza, así que no dejes que ese tío nuble tu juicio…
¡No lo entiendes!-exclamó Metallurgy.
Y no es momento de que me lo expliques.-dijo Freya-Luchemos…ya hablaremos después.
¡NO LA SUELTES, FREYA!-gritó Yurika-Eres la única que puede contenerla…
Pero tampoco quiero retenerla contra su voluntad.-dijo Freya-Parece muy interesada en librar este combate…
Los humanoides comenzaron a colarse por el boquete.
¡Mierda!-exclamó Freya-Perdón, Metallurgy, te compensaré arreglando todo esto.
Soltó a su compañera y se dispuso a pelear. Afortunadamente, los demás comenzaron a moverse. Ibara conjuró un cañón de ondas sonoras que comenzó a quebrar a algunos enemigos, a la vez que Itami les lanzaba granadas de distintos tipos. A regañadientes, Ayame los golpeó con técnicas de artes marciales. Aquellos humanoides eran monocromáticos y brillantes, algunos plateados, otros grises, otros blancos, otros marrones, otros negros. Todos tenían en común una complexión lánguida y una altura más que notable, y algunos tenían las piernas algo cortas mientras que poseían unos brazos extremadamente largos y otros estaban dotados al contrario, con brazos algo más cortos de lo esperado y unas piernas muy largas.
¡No ensuciaréis la casa de Metallurgy!-bramó Yurika mientras pateaba a aquellos invasores.
Transformaba sus piernas en diferentes armas. No tardó en darse cuenta de que el pájaro estaba peleando junto a ella: golpeaba a los soldados artificiales con placajes, picotazos, arañazos…y no era nada débil.
¡Dejadme, pesados!-exclamó Marah mientras lidiaba con un pequeño corro-¡Estoy muy enfadada y afectada por estos últimos hechos! ¡De los nervios últimamente! ¡Dejadme!
Los humanoides de brazos largos le lanzaban peligrosos manotazos con la fuerza de un látigo, mientras que los otros propinaban fuertes patadas. Tras recibir varios golpes, se quitó a tres enemigos a base de patadas y alejó a uno golpeándolo con la palma de la mano.
¡Ether Drive!-exclamó-¡Fire Bolt III!
Derritió al humanoide con una explosión de fuego. Suspiró. Dalton comenzó a respaldarla con su espada-escopeta y su M.W.S., mientras que Aquanika, que se mostraba algo indiferente ante el tema, comenzó a deshacerse de los que la molestaban a base de armas de fuego.
¡Técnica especial del Combate Floral!-exclamó Freya después de haber reunido a un grupo numeroso de humanoides frente a ella a base de fintas-¡Ventisca de Pétalos Filosos!
Giró sobre sí misma en el aire y lanzó una potente ventisca cargada de pétalos de rosa cortantes que redujeron a pedazos deformes a los enemigos invasores.
¡No paran de llegar!-exclamó Yurika-A este ritmo, tal vez se junten demasiados por cabeza…
Nikola echó mano del mango de una de sus espadas láser.
No luches, Nikola.-le pidió Freya-Protege a Ayako de todo esto…ese Suiri puede comprometer su estabilidad…
¡Triple Castigo! ¡Doble Pena! ¡Juicio Único! ¡SEIS GARRAS DE LA MARIPOSA!-exclamó Yuuji mientras barría a más enemigos con su hermosa combinación de ataques.
Tras aquello, Yuuji se giró hacia la entrada y vio que intentaban colarse más humanoides.  Les apuntó con la palma de la mano y una explosión de viento que arrastraba pétalos de cerezo los lanzó por los aires.
Esto es agotador…-dijo Yuuji.
¡Nos desbordan!-exclamó Metallurgy-¡Han abierto boquetes por otros lados! ¡Estamos rodeados!
Suiri se acercó a Metallurgy.
Eso me ha dolido.-le dijo el hombre-He tardado un rato en sacudirme toda la tierra…y ahora vas a pagarlo caro: voy a tomar tu hogar, tu negocio…tu vida.
¡He dicho que no!-le gritó Yurika-¡Metallurgy es una excelente persona! ¡Es quien menos se merece que le hagan esto de los aquí presentes! Si no cambias de parecer, voy a darte una lección muy amarga…
El pájaro comenzó a volar en círculos a su alrededor. Se cargó de un brillo rosado muy extraño y, de pronto, se convirtió en un rayo de energía que atravesó el pecho de la chica.
¡HWOAAAAAAAAAAAAAAAAAARGH!-gritó de dolor.
De sus manos comenzaron a salir rayos y espirales de viento…y su cuerpo comenzó a cambiar de forma. Su piel se había vuelto de color verde jade, recubierta de algunas zonas escamosas muy duras de color verde oscuro que tapaban sus senos y su entrepierna a la vez que rodeaban sus extremidades. Sus manos y pies se habían convertido en garras alargadas, y habían crecido dos alas verdes plumosas en su espalda. Su cabello era ahora de color rosado y sus ojos se habían vuelto de color verde jade brillante.
Como si estuviera acostumbrada a aquella nueva fusión, batió sus alas, generando una inmensa corriente de viento que expulsó a los invasores de aquel flanco. Voló fuera del edificio para terminar de darles caza. Se posó encima de ellos y dio un pisotón al aire que derivó en una lluvia de rayos que los fulminó a todos. Acto seguido, se tiró en picado a por Suiri en un intento de rodillazo, pero el hombre la bloqueó y la lanzó de nuevo al interior del edificio, haciendo que se golpeara contra la pared. El hombre comenzó a avanzar lentamente hacia el interior del edificio mientras Metallurgy se crispaba de los nervios al ver que los humanoides ya habían entrado por otros flancos.
¡Estás arrestado!-le espetó Marah a Suiri interponiéndose en su camino.
Intentó lanzar una patada alta contra él, pero éste pivotó sobre sí mismo hacia atrás y volvió a su posición anterior acompañando el paso final con un golpe de palma en el estómago de Marah, que también fue estampada contra la pared.
¡Marah!-exclamó Dalton, lanzándose a por Suiri.
¿Puede saberse qué coño está pasando aquí?-preguntó la voz de alguien que no había estado allí hasta ese momento.
Suiri se giró. Detrás de él estaba Yamiyuki.

2 comentarios:

  1. Uy dos veces a punto de escena sexual pero... no xD
    Me encantan Ibara e Itami por lo retorcidos que son. Metallurgy vuelve a su lado tierno y de nuevo ACCIÓN!!!

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