martes, 7 de octubre de 2014

[WCIII] Episodio XVI: Por todos

REACTION
WORLDS COLLIDE III
Episodio XVI · POR TODOS

Ver y escuchar a aquel hombre los había dejado a todos impactados. Yamibara Kuroi… ¿por qué había aparecido en ese instante y no antes ni después? En cualquier caso, nadie pensaba que su encuentro con semejante figura fuese una casualidad. Después de haber escuchado la historia del clan Kuroi contada por el mismísimo Yamiyuki, no les cabía duda de que aquel hombre llamado Yamibara no mentía: sus ojos eran exactamente idénticos a los de Yamiyuki en color, por lo que la realidad de su existencia no se alejaba de la que había descrito. Parecía fuerte físicamente, bien cuidado y muy atlético, pero no demasiado joven: si bien su piel estaba totalmente tersa, en sus facciones se notaba una cierta edad. No era anciano, ni mucho menos, pero sí podría ser el padre de alguno de los presentes. Aquella congelante sonrisa que exhibía daba a entender que sus intenciones no estaban para nada relacionadas con ayudar al grupo.
Jamás pensé que me encontraría en persona con Gishi John Ametatsu Dalton y Shogun Nikola Chou Tesla…-dijo Yamibara mientras observaba al grupo-…y por esa ventana de procedencia desconocida se puede ver a Marah Obulgi…no hay duda de que los mejores científicos de la actualidad del país se están reuniendo poco a poco…o, mejor dicho, nos estamos reuniendo…
¿Tú eres un científico?-preguntó Dalton desafiante-Permíteme dudarlo: no me suena tu nombre.
Claro que no te suena.-respondió Yamibara con sorna-Un apellido como el mío tiene que mantenerse en secreto para los momentos clave. Seguro que hay muchos científicos japoneses cuyos trabajos conoces y sigues pero a los que nunca has visto en persona…
Dalton asintió con la cabeza.
Marcus Ervahlt.-dijo Yamibara-¿Te suena? Seguro que sí. Todas esas investigaciones del diseño en patrones numéricos de reactores para síntesis de piedras artificiales de almacenamiento y transformación de energía…ese enigmático doctor europeo que se nacionalizó a los ocho años de edad…
¿Estás diciendo que Marcus Ervahlt no existe?-preguntó Dalton.
Claro que no existe.-Yamibara se ahuecó la melena-Soy yo quien hizo esos patrones. Más de uno de los reactores con los que hayas trabajado en laboratorio hoy en día llevan mi firma en espíritu.
¿Sabes lo que suele sospecharse de quienes ocultan su identidad mientras obran?-preguntó Dalton.
¿Cobardía?-se mofó Yamibara-Venme con otro cuento: ése está muy manido.
Es una de las dos posibilidades…-contestó Dalton-…siendo la otra el hecho de que traméis algo tan sumamente desproporcionado que no queréis ni que se vea. ¿Me equivoco?
¡Desde luego que no!-concedió Yamibara-¡Eres tan sagaz como era de esperar!
Y bien, Yamibara…-dijo Yamiyuki-… ¿puedo ayudarte en algo? Entre familiares, podemos hablar y actuar con confianza, ¿no es así?
Entonces…permíteme la confianza de probarte.-dijo Yamibara-Muéstrame hasta qué punto el heredero de Megami Kuroi del siglo XXI es digno del recuerdo…digno de desviar el destino que quiero arrojar sobre vosotros…
¿Destino?-preguntó Yamiyuki.
¡Aplastaros!-respondió Yamibara dando un pisotón en el suelo-No puedo decir que sea algo personal, pero sí un paso que tengo que dar por el bien de mi labor científica…
Ervahlt podía no tener cara…-terció Nikola-…pero sí clarísimas señas de no ser trigo limpio.
Un Kuroi no ejerce la ciencia si no es con fines benevolentes.-Yamiyuki alzó la voz ligeramente.
¡Eso es, doctor Tesla!-exclamó Yamibara con insolencia-¡No manches nuestro apellido! ¿No ves que enfadas al joven?
No lo decía por él.-respondió Yamiyuki-Lo digo claramente por ti, Yamibara. La manera que has tenido de aparecer, tus formas, tu entonación, tus intenciones…está claro que no tienes ninguna buena intención.
¿Cómo puedes desconfiar de mí así, primo?-preguntó Yamibara con una media sonrisa.
¿Eres mi primo?-preguntó Yamiyuki-Dudo que los que actualmente son mis tíos sigan vivos cinco milenios después.
De alguna manera tendré que llamarte…-dijo Yamibara-…porque “hermano” no cuela, ¿verdad?
Claro que no.-respondió Yamiyuki-Conozco bien a mis hermanas, gracias por tu preocupación.
Independientemente de todo esto…-Yamibara cambió de tema-…creo que estáis haciendo juicios precipitados. ¿Cómo puedo ser yo una mala persona? ¿Cómo decís eso de mí cuando habéis conocido a una de las bellísimas personas con las que me relaciono y trabajo hoy en día?
No me jodas…-murmuró Freya-… ¿quién será?
¿Después de haber conocido a la grandísima Arianelle Blanchoret podéis pensar que existimos científicos malvados?-preguntó Yamibara alzando las manos dramáticamente.
¿Trabajas con esa puta?-preguntó Freya.
Codo con codo.-respondió Yamibara-Actualmente no llevamos ninguna línea conjunta, pero hemos llevado a cabo múltiples estudios y diversas obras juntos.
¡Maldición!-siseó Freya-Las cosas no paran de tornarse más y más enrevesadas… ¡y no tenemos tiempo para todo esto!
Yo os lo daré.-respondió Yamiyuki solemnemente-Yamibara… ¿lo que sea que hayas venido a hacer aquí tiene que ver conmigo específicamente?
Obvio.-respondió Yamibara.
Entonces…-tanteó Yamiyuki-… ¿serías tan amable de quedarte a solas conmigo y dejar que los demás se vayan?
Por supuesto.-Yamibara hizo un gesto con la mano que daba a entender que podían irse.
¡Yamiyuki!-exclamó Freya-No siento nada bueno en ese hombre…
¿Y no confías en mí?-preguntó el chico-Déjamelo: ¡tenemos mucho que hacer!
Claro que confío en ti.-respondió Freya-Le darás una paliza por muy feas que te ponga las cosas, ¿verdad?
Haré lo que sea necesario para lograr la paz en este caos de mundos.-dijo Yamiyuki-Luchar, negociar…lo que se tercie.
Está bien.-dijo Freya-Ponte en contacto con nosotros cuando todo haya pasado: nos pondremos al día mutuamente. ¡Da lo mejor de ti!
Como cada día.-respondió Yamiyuki mientras echó un último vistazo a sus compañeros mientras se alejaban corriendo de allí.
Para sorpresa de todos, las ventanas mágicas que mostraban a Marah y a Yurika persiguieron al grupo, quedando otras dos con Yamibara y Yamiyuki. El cuerpo inconsciente de Pamela se quedó allí, sin ser atendido por nadie.
Cuéntame, Yamibara…-dijo Yamiyuki-... ¿a qué debo tu aparición?
A dos cosas.-dijo el mayor de los dos parientes-La primera…y menos importante…es porque me ha gustado bastante esa mujer que está en el suelo. La vi hace poco no muy lejos de aquí y tiene todo lo que hay que tener para que sea mi sirvienta: la esclavizaré. La segunda, y la verdadera, pues encontrarme con esta dama de acero ha sido casualidad, es poner punto y aparte en la historia de nuestra familia.
Yamiyuki se mantuvo a la escucha.
Crecí harto de las líneas del clan Kuroi.-explicó Yamibara-Este clan es un edificio que quiero demoler. Me he preparado para acabar con toda la familia…y reconstruir el clan. Tenemos que extendernos hacia más esferas…como la magia. Además, nadie de la familia ha sabido abandonar los moralismos que…
¡Alto!-bramó el menor de los familiares-Punto número uno: ¡Megami nunca te dejaría hacer eso con su clan! ¡La llevas contigo! ¿Cómo puedes oponerte así a ella?
Yamibara puso los brazos en jarras y arqueó una ceja.
Punto número dos:-continuó Yamiyuki-¡Ha habido muchos magos entre los Kuroi! Que muchos otros no lo seamos no significa que no aceptemos la magia. Punto número tres: ¿MORALISMOS? ¿Qué moralismos? ¿Una familia que ha vivido matando y subyugando durante generaciones sin dejar de sentirse orgullosa de ejercer la violencia con hermosura y legitimidad poética se aferra a moralismos? ¿Qué es un moralismo para ti, Yamibara? ¿Negarse a corromper el mundo con mierda que no necesitamos? ¿Te has convertido en el científico loco de toda obra cinematográfica? ¿Es eso?
No lo entiendes.-dijo Yamibara-Es hora de cambiar el mundo.  ¡Estancarse es veneno para el progreso! Arianelle y yo nos apoyamos profesionalmente porque compartimos ideales. La animalización de la flora permitirá cambiar el curso de nuestras vidas desde la raíz, nunca mejor dicho. No estoy interesado en hacer su trabajo, pero sí en llevar a cabo el mío con unas ideas parecidas a las suyas.
Arianelle Blanchoret es una vendida.-respondió Yamiyuki-Sólo es una científica con ideas destructivas en las que sólo ella ve algo bueno. Se ha vendido al mejor postor a un grupo de gente a la que no le importa para aprovecharse los unos de los otros: ella ofrece su fuerza y recibe intentos de eliminar la ley para que pueda obrar a sus anchas. Una sicaria más de esta mafia. ¿Eres eso tú también?
Yo soy muy diferente.-respondió Yamibara-Yo no necesito que nadie haga nada por mí. Lo voy a hacer todo yo. Desgraciadamente, estáis en mi camino por dos razones: una de ellas es que, como grupo, interferís en las actividades de mi sector…un período de anarquía transitoria es lo mejor para trabajar al margen de lo legal, pero nos lo estáis impidiendo. La otra razón es que tú, como individuo particular, eres una mancha negra, nunca mejor dicho, en el trazado de mi camino: no puedo permitir que alguien como tú se reúna con lo que queda del clan e impida mi proyecto de restauración.
¿Lo que queda del clan?-preguntó Yamiyuki con rabia-¿Qué demonios has hecho?
¿Por qué crees que soy yo?-preguntó Yamibara con sorna.
Freya tiene razón: para bien o para mal, eres demasiado poderoso.-dijo Yamiyuki-Puedo sentirlo. Has ejercido la violencia contra los tuy…contra los nuestros, ¿verdad?
¿Tanto se nota?-preguntó Yamibara.
¡Maldito!-bramó Yamiyuki-¡No te dejaré que hagas lo que quieras con el clan! ¡Te pararé los pies y enderezaré lo que has torcido! ¡Nuestra familia siempre ha obrado por su bien y por el del mundo! ¡Eres un necio si pretendes destrozar todo lo que llevamos ganando durante siglos! ¡Jamás te permitiré manchar el apellido que llevo con orgullo! ¡GLORIA A LOS KUROI!
¡Eso es!-gritó Yamibara alzando y apretando un puño-¡Por un futuro radicalmente innovador…GLORIA A LOS KUROI!
Por un futuro lleno de innovaciones, ciencia benevolente, orgullo y justicia.-lo corrigió Yamiyuki-Por un futuro en el que nos adaptaremos al progreso y contribuiremos a modelarlo con nuestras grandes capacidades mientras mantenemos nuestras más finas tradiciones sin caer en el fanatismo del que eres presa. Por un futuro de generaciones de cabelleras negras como la oscuridad que nos rodea y ojos rojos como la sangre que con honor derramamos en el nombre del más sano egoísmo y la más con él ambivalente justicia. Por un futuro en el que nuestro apellido imponga el respeto, la admiración, el placer y el terror que siempre han impuesto. Gloria a los Kuroi…sin ti, Yamibara. Aún no te conozco, pero creo que eres un estigma para la familia…lo cual es aún más deshonroso si recordamos que tus ojos son rojo molibdeno, señal de que puedes comunicarte con la Matriarca.
¿Ves a lo que me refiero?-preguntó Yamibara-La familia tiene una mente cerrada…
No voy a negarte que, por ser un clan muy antiguo y numeroso, nos aferremos a ciertas líneas que no queramos soltar.-dijo Yamiyuki-No obstante, nuestras tradiciones están enfocadas siempre a cultivarnos a nosotros mismos, y hemos desechado todo lo que no nos servía o que nos perjudicaba. Hay países en los que “tradición” es sinónimo de apuñalar a un animal en público…pero la familia Kuroi no es así. Nos acercamos cada vez más a la perfección con nuestros propios métodos, lo cual no veo negativo. Tampoco considero de tener una mente cerrada el profesar la idea de que eres alguien negativo para el clan cuando levantas tu espada contra tus familiares y ejerces la ciencia con fines malignos…la ciencia, una de nuestras especialidades…
¿Por qué os empeñáis todos en decir que mi producción científica está enfocada a ejercer el mal?-preguntó Yamibara-¡No habéis visto mis trabajos!
Porque te coaligas con Arianelle.-respondió Yamiyuki-En cualquier caso, está bien: te daré un voto de confianza. Muéstrame tus trabajos. Enséñame tu ciencia. Dame pruebas de lo que haces. Explícame hasta qué punto puedo considerarte un buen científico o un psicópata.
¿Cómo quieres que te lo enseñe?-preguntó Yamibara sonriendo.
En el campo de batalla.-dijo Yamiyuki-Seguro que, aunque quieras remodelar el clan, te gusta la tradición de medirte con tus parientes en un combate mano a mano, ¿verdad? Siempre nos ha gustado luchar…no traiciones a tu sangre por encima de tus posibilidades.
Está bien.-concedió Yamibara-Me gusta la idea. Además, puedo enseñarte algunos de mis trabajos aplicados al combate. ¿Te parece bien, primo?
Sí, pero no soy tu primo.-dijo Yamiyuki.
Se miraron. Uno frente a otro, se pusieron en guardia.
Tienes una buena postura.-dijo Yamiyuki-Parece ser que también eres de los pocos que sigue conociendo las artes marciales tradicionales en esta época.
Por supuesto.-dijo Yamibara-Nunca se ha perdido entre los Kuroi. Tú tampoco lo haces mal, pero…tu cuerpo es inferior.
Efectivamente…tu cuerpo ha seguido la tendencia de nuestra familia: cada vez más altos y más perfeccionados, pero…-dijo Yamiyuki-… ¿crees que tengo miedo de ello?
Sé que no.-dijo Yamibara-Más no te preocupes… ¡voy a hacer que lo tengas!
¡No te tengo miedo ni te lo tendré jamás!-exclamó Yamiyuki-¡Prepárate!
. . .
Una vez se hubieron alejado de Yamibara, Metallurgy pudo transportar al grupo hacia las máquinas con uno de sus aros. Por primera vez en mucho tiempo, se encontraban en el siglo XXI, en la fábrica de Metallurgy. Los recuerdos pasaron por la mente de Freya: hacía ya tiempo desde que se conocieron allí…desde que Yamiyuki y ella lucharon contra la que ahora era su fiel compañera.
He dejado aquí las máquinas para poder estar con mis hombres durante el proceso.-explicó Metallurgy-Están desconcertados y me necesitan.
¡Jefa!-oyeron gritar a un operario mientras corría hacia la joven.
¿Estáis todos bien?-preguntó Metallurgy mientras observaba al trabajador que corría casi llorando hacia ella seguido de otros tantos.
Entre balbuceos, los hombres explicaban que habían intentado seguir todos los planes de producción programados y que habían tratado de ser fuertes frente al caos, pero no podían evitar tener miedo y sentirse inseguros.
No os preocupéis.-dijo Metallurgy-Voy a estar con vosotros algo de tiempo. Como podéis ver, he traído unas máquinas gigantescas y las he almacenado en una de las salas multiusos vacías, donde hace poco dejé también un tanque de contención. Vamos a quedarnos allí haciendo una labor muy delicada de nuestro trabajo, así que, por favor, manteneos alejados por vuestra seguridad. Aprovechad la protección que mis compañeros y yo os brindaremos para trabajar con seguridad, sin olvidaros de tomar vuestros descansos y recordando que hoy, por ser un día especial de reencuentro… ¡cocinaré para todos vosotros!
Los operarios cambiaron sus semblantes. Parecían mucho más tranquilos y contentos.
¿Por qué tenemos que velar por la seguridad de esta gente?-preguntó Aquanika.
“Esta gente” son mis operarios, y no permitiré que les pase absolutamente nada, ¿entendido?-Metallurgy parecía cambiar de personalidad cuando la seguridad de sus hombres entraba en juego.
Haréis como dice Metallurgy.-pidió Freya tajentemente.
Jefa…-se aventuró uno de los operarios-… ¿puedo preguntar qué son esas pantallas que os persiguen?
Oh…-Metallurgy reparó en las vistas de Marah y Yurika-…son dos camaradas. Tenemos que vigilarlas y comprobar que se encuentran a salvo hasta que puedan volver. No os preocupéis: nadie que intente causar problemas en mi imperio saldrá impune ni ileso. Cuando tengáis un momento, por favor, derivad una de las cintas transportadoras que atraviesan los muros para volcar una camilla de emergencia en la sala donde estaremos trabajando, gracias.
¿Es para esta cosa?-preguntó Itami mientras arrastraba el cuerpo de Ayame como si fuera un saco.
Sí.-respondió Metallurgy.
Los invitados de la fábrica siguieron a su anfitriona, Metallurgy, hacia las instalaciones donde iniciarían sus nuevas misiones: el tratamiento de Ayako y el aprovechamiento de Ayame.

2 comentarios:

  1. AGGGGGGGGGGGGGGGG yo quiero saber que pasa con el "primo traidor" de Yami :/
    Pero lo bueno de dejar capítulos es que no voy a tener que esperar MUAHAHAHAHAHAHA

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    1. ¡Buena estrategia! ¡Más respuestas en los siguientes episodios! Me alegro de que estés disfrutando, ¡es un placer!

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