lunes, 6 de octubre de 2014

[WCIII] Episodio XV: Caras conocidas

REACTION
WORLDS COLLIDE III
Episodio XV · CARAS CONOCIDAS

Tras unos eternos segundos de forcejeo y recelo, el portaaviones aterrizó todo lo suavemente que se le podría haber pedido. La onda expansiva fue mínima, pero, aun así, tumbó varias construcciones adyacentes y bloqueó una amplia extensión de vías públicas.
Joder, menos mal…-Aquanika aterrizó en la cubierta.
Casi nos estampamos…-bufó Ibara mientras se bajaba del bastón.
Pero lo hemos conseguido.-terció Freya-No pongáis esas caras tan largas, chicas.
Oyeron un fuerte golpe: Nokanys había lanzado por los aires al resto del grupo con una onda de energía disparada por su mano.
¡Me da igual que hayáis conseguido parar mi estrategia del barco suicida!-exclamó Nokanys-Yo misma puedo mataros aquí y ahora…
Tenemos que tratar a Ayako.-recordó Freya-Necesitamos largarnos de aquí rápido: muy rápido y, sobre todo, sin esa maldita militar loca.
No podréis libraros de mí.-Nokanys se sonrió-¡Preparaos!
Agarró un trozo roto de la estructura de la cubierta del portaaviones y lo convirtió en un espadón con ayuda de su alquimia instantánea. Apuntó entonces al grupo con el arma.
¡Aumento de sueldo al primero que rompa esa mierda!-ordenó Freya estirando su brazo y apuntando al espadón de Nokanys con su mano.
Itami volvió a dejar el cuerpo de Ayame en el suelo y se lanzó a por Nokanys. Activó unas intrincadas disposiciones de cuchillas en sus botas y lanzó patadas alternando sus piernas. La militar bloqueó todos los impactos con su notablemente ancho espadón y, posteriormente, lo bateó golpeándolo con el lomo en lugar de con el filo. Ibara intentó seguir a su chico con un sai en cada mano, pero también fue burlada por la increíble fuerza de la militar, que rompió los sai de un mandoble y lanzó volando a su dueña de una patada.
Dicen que a la tercera va la vencida.-advirtió Nokanys-Le cortaré la cabeza al próximo que se lance a atacarme.
Eso no será necesario.-dijo Metallurgy envalentonada-¡Técnica especial de Potencia Máxima!
La joven había materializado un terminal bastante grande que llevaba colgado de los hombros a la altura de su pecho para poder manipularlo. Asimismo, habían aparecido cuatro pequeñas máquinas voladoras a su alrededor y unas orejeras protectoras de aspecto muy pesado en su mano. Se colocó los cascos, tecleó algo en el terminal y colocó los cuatro dispositivos formando un cuadrado perfecto encima de Nokanys.
¡SONODEMOLICIÓN!-exclamó la joven de piel gris mientras pulsaba un último botón.
Los dispositivos voladores se activaron y liberaron unas desmedidas ondas ultrasónicas que cavaron un inmenso boquete, hundiendo a Nokanys a la vez que hacían polvo su espada.
¡Premio, Metallurgy!-la elogió Freya apretando el puño.
Parece que los sonotrodos voladores la han dejado algo tocada…-observó Metallurgy quitándose las orejeras-…tal vez su oído tenga un rango de frecuencias audibles diferente al humano y eso haya afectado a su equilibrio.
¡A lincharla!-exclamó Freya-¡AHORA!
Dalton comenzó a lanzar Ether a la vez que Aquanika disparaba proyectiles mágicos. Se les unió Yuuji disparando chorros espiralizados de viento con sus manos.
¡Atrás!-pidió Yuuji-¡Voy a lanzar una técnica especial!
Aquanika y Dalton cesaron con sus ataques a distancia y saltaron varios metros hacia atrás. Yuuji se colocó en una pose elegante y seductora y comenzó a danzar grácilmente.
¡Bomba Eólica de la Devastación!-exclamó Yuuji.
El chico saltó y dejó caer una gran cantidad de su energía transformada en forma de una esfera gigantesca de viento girando sobre sí mismo. La explosión ahondó el boquete hecho por Metallurgy, creando un túnel que hundió a la militar enemiga verticalmente, como si la sepultara. En su continuo ascenso a causa del golpe de viento, Yuuji tiró de unos hilos ocultos de su chaleco y una estructura plegable oculta en su espalda comenzó a montarse automáticamente: unas enormes alas de mariposa de una brillante y vistosa gama de colores rosas se habían desplegado, permitiéndole surcar el cielo gracias al impulso de su ataque. Iba a aprovechar para tirarse en picado a por Nokanys, pero fue interrumpido.
¡Así que aquí estás, chico mariposa!-exclamó una voz femenina conocida-¡Nos vemos de nuevo!
Desde la azotea de un edificio medio derruido, la mujer con la que Yuuji se había enfrentado antes de llegar al hospital estaba observando.
¡Es esa tía!-señaló Aquanika-¡Eh, mariposilla, dile que baje si tiene algo que decir!
Veo que las cosas siguen como siempre…-susurró la mujer antes de saltar hacia donde estaban Freya y los demás.
Aterrizó en cuclillas y pesadamente, causando una vibración y algunas fracturas en el suelo. Se puso entonces en pie: era una mujer muy alta, de algo más de dos metros. Todo su cuerpo era músculo puro, con unos anchos brazos, unas enormes y marcadas piernas, hombros fornidos, cadera ancha, glúteos prominentes y duros y unos gigantescos senos que disonaban totalmente con su musculatura. Llevaba un uniforme de color verde militar bastante antiguo consistente en una chaqueta de manga larga, una falda de tubo por encima de las rodillas, unas botas altas con suela gruesa sin tacón y una capa cuyo forro interior era rojo, así como una gorra militar con adornos dorados y visera rígida de color negro verdoso. Sus manos iban cubiertas por guantes blancos, y lo poco que se veía de su piel tenía un ligero toque bronceado. Del cinturón llevaba prendido un sable enfundado, y tenía una larga melena de color lavanda claro, con la mitad de la longitud suelta y la otra mitad trenzada. Unas gafas rectangulares de montura fina cubrían sus curiosos y característicos ojos que no tardaron en asociar a alguien conocido. Sólo el rostro y los ojos les eran conocidos, pero les fue suficiente…
¿¡TÚ!?-bramó Aquanika-¡No me jodas! ¡Estaba esperando este momento! ¡No sé qué coño te has hecho, pero te va a dar igual cuando dentro de poco PISES EL NICHO!
Yuuji bajaba en picado con sus enormes y majestuosas alas de mariposa. Parecía que los demás conocían a esa mujer.
¡Pamela Rosenstiehl!-exclamó Yamiyuki-Volvemos a vernos, ¿no es así?
No nos habíamos olvidado de ti, Pamela.-dijo Freya-Pagarás tu traición.
¡Voy a despedazarte lentamente, zorra!-la amenazó Aquanika-¿Me oyes?
Os invito a intentarlo.-dijo Pamela con sorna.
¡No me gusta que una persona de dudosas intenciones amenace a mis camaradas!-exclamó Yuuji mientras aterrizaba y se colocaba su antifaz-¡Recibe el castigo de Pink Butterfly!
¡Y una mierda!-le respondió Pamela con desdén.
Lanzó una patada alta, burlando la estrategia de asalto de Yuuji, quien se vio obligado a bloquear con otra patada y aterrizar de manera bastante indebida, quedando en una posición desventajosa desde la que la fornida mujer pudo lanzar una patada baja para tirarlo al suelo.
¡El suelo también es buen lugar para defenderse!-la advirtió Yuuji mientras lanzaba tres cuchillos kunai rosas.
Me parece muy bien.-comentó Pamela parando las armas arrojadizas entre sus dedos-¿Puedo seguir con lo mío?
Buen trabajo, Yuuji.-dijo Freya levantando al chico del suelo-Has tumbado a Nokanys, puedes descansar orgulloso. Esto lo tiene que arreglar Aquanika…
Por fin nos dejan solas…-dijo Aquanika con una sonrisa sádica sacando una katana.
Yuuji, que no conocía muy bien a Aquanika, se sorprendió al ver que sus ojos, hasta el momento azules, se habían vuelto amarillos. También hizo memoria y recordó que, en conversaciones anteriores, los tenía marrones.
Freya, ¿qué…-intentó preguntar Yuuji.
Los ojos de Aquanika, ¿verdad?-dijo Freya-Son su marca de identidad como bruja: cambian de color según las ganas de matar que tenga…es muy típico de ella.
¡Voy a cortarte en lonchas!-gritó Aquanika saltando katana en mano hacia Pamela.
¡Ja!-rió la soldado.
Desenvainó su sable y paró el tajo de Aquanika, lanzándola por los aires con un fuerte empujón.
¿Eso es todo lo que tienes?-preguntó Pamela mientras le hacía un gesto con la mano para que se acercara.
¡Claro que no!-bramó Aquanika desapareciendo de la vista de su enemiga.
Apareció por detrás de ella dispuesta a hundir su hoja en un costado. Conociéndola como la conocía, Pamela predijo aquello y golpeó a Aquanika con una patada trasera, alejándola lo suficiente como para permitirle poner su sable en la trayectoria de la katana, evitando recibir el golpe. Con gran rapidez, la bruja asesina apareció y desapareció por distintos puntos cercanos a Pamela, propinando sablazos con la katana que intentaban tomar a su contendiente por sorpresa, pero ésta pudo burlarlos todos.
¿Qué cojones pasa?-pensó Aquanika-Antes no era tan rápida…
Bueno, Aquanika…-dijo Pamela apretando el puño con el que no sujetaba el arma-…creo que es justo que ahora sea yo la que tome la ofensiva. ¡Prepárate!
Con una velocidad inusual, Pamela lanzó una estocada frontal, dispuesta a ensartar a Aquanika por la espalda. La mujer de cabello rosa se giró y burló el impacto con su katana, viéndose a punto ser clavada en aquella espada. Sin mediar palabra, la cambiada Pamela lanzó una rapidísima sarta de estocadas que desequilibró a Aquanika tras varios bloqueos, obligándola a  retroceder, momento que Pamela aprovechó para girar sobre sí misma y patear su cuello, enganchándose en él doblando la pierna y estrangulando a su contendiente con ambas piernas.
Bájate ahora mismo…-siseó Aquanika mientras aguantaba el peso de Pamela sobre su cuello de pie.
Oblígame.-respondió Pamela dirigiendo su sable al hígado de Aquanika.
Aquanika liberó un grito, parando la estocada con su katana y dándole a Pamela la oportunidad perfecta para hacer ademán de rodar y arrastrarla al suelo para empotrar su cuerpo con una potente llave tras la cual contoneó su cadera en aras de dislocarle el cuello.
Veo que estás experimentando dificultades.-dijo Pamela con sorna.
Y pronto verás tu cara estampada en el suelo.-respondió Aquanika tras tomar aire para respirar.
Pamela sintió el férreo tacto de las manos de Aquanika agarrando sus piernas. Con una fuerza más que notable, la bruja separó las piernas de su enemiga de su cuello y se deslizó por el suelo para escapar de aquella brutal llave de pinza. Acto seguido, se levantó y se dispuso a patear a Pamela antes de que se levantara, pero la soldado fue más rápida y se incorporó, poniendo su antebrazo contra la pierna de la bruja para bloquear la patada.
Púdrete, traidora ladrona de inventos…-le espetó Aquanika mientras lanzaba un puñetazo.
La enorme y dura mano de Pamela agarró el puño y lo apretó, causándole dolor. La pelea contra Verónica le estaba pasando factura: dos archienemigas seguidas eran, cuanto menos, una cadena agotadora.
Si antes estaba cuadrada…-pensó Aquanika-…ahora no sé cómo cojones está…menuda mole...y antes era bastante más baja que yo… ¿por qué ahora me saca una cabeza? No entiendo qué cojones está pasando…a no ser que… ¡claro!
Aquanika abandonó su soliloquio y sacudió su brazo, liberando su puño de la mano de Pamela.
Eres el futuro de la Pamela que conozco, ¿verdad?-preguntó seriamente la kazaja.
Obviamente.-la militar sonrió con sorna-Los humanos no vivimos cinco siglos, pero no vengo de este futuro, sino de otro más cercano a tu presente. Tengo 40 años...y podría decirte muchas cosas de lo que os pasará a ti y a…
Oyeron un estruendoso golpe. En el fondo les parecía extraño que hubiera tardado tanto: Nokanys había salido del agujero que habían cavado empujando su propio cuerpo.
¡Insolentes humanos!-exclamó Nokanys sacudiéndose el polvo del vestido-Voy a haceros sufrir lo… ¡eh! ¿Quién narices eres tú?
¿Y tú?-respondió Pamela.
¡No hables así a tus superiores!-gritó Nokanys-Veo que eres una militar, así que conocerás mi papel en la diplomacia con nuestro planeta, ¿no es así?
Lo cierto es que te conozco, pero me importas una mierda.-le espetó Pamela.
Atrévete a decirme eso de cerca, estúpida soldado raso.-la amenazó Nokanys.
Soldado raso tu puta madre, gnomo de jardín.-dijo Pamela enfundando su sable y crujiéndose los nudillos mientras caminaba hacia Nokanys-Voy a hacerte morder el polvo.
Cuando estuvo lo suficientemente cerca, lanzó un puñetazo descendente, pero Nokanys lo esquivó y contraatacó con una vigorosa patada giratoria alta que lanzó a Pamela volando hasta que cayó inconsciente al suelo.
Ja…-rió Nokanys-… ¡JAJAJAJAJAJAJA! ¡Patética! ¡Ridícula!
¡EH, TÚ!-terció Aquanika-¡Nadie me quita a mi presa y vive para contarlo!
¡Ya no tenemos necesidad de quedarnos parados!-exclamó Freya-¡Nokanys es de todos!
Freya, Metallurgy, Nikola, Dalton, Ibara, Itami y Yuuji se lanzaron al ataque.
Alto ahí.-dijo una voz desde una posición indeterminada.
Dos enormes círculos se abrieron en el aire. Parecían distorsiones espaciales, cuadros a medio pintar en el cielo.
Excelentísima generala Nokanys Lithzaladrell.-continuó la voz-Tiene usted una invitación de su rey. Hay una audiencia a punto de celebrarse. Se baraja la abdicación y usted sería la primera candidata en la sucesión de la corona.
No te creo, idiota.-respondió Nokanys.
Aquella voz no era ni masculina ni femenina. Parecía la voz de una máquina. Un tercer agujero se abrió, esta vez rectangular, como si fuera una puerta. De él salió un hombre que a duras penas pudieron ver…excepto Nokanys.
¡Estás aquí!-exclamó Nokanys-¡Te dije que no volvieras a acercarte a mí salvo para suplicarme perdón!
Sin mediar palabra, el hombre entró en la recién dibujada puerta. Nokanys lo siguió sin decir nada a los demás, ignorándolos por completo, cerrándose tras de sí el rectángulo.
Sólo voy a decir una cosa antes de retirarme.-dijo la voz-El juego más arriesgado, y también el más placentero, es el tiempo. El tiempo es el juego de los juegos, y se os presentan a continuación las reglas. Hoy seréis espectadores, pero… ¿quién sabe si mañana seréis jugadores? La única regla que tenéis los espectadores es que no podéis dejar de serlo antes de que termine el juego.
Los agujeros que transmitían imágenes difusas en el aire se volvieron nítidos. En el que se situaba más a la izquierda podían ver a Yurika en guardia frente al hombre misterioso que vestía la armadura roja. Se encontraban en lo que parecía una sala de una mansión medieval totalmente vacía, sin ningún tipo de mueble, sólo una puerta cerrada y una ventana desde la que se veía el cielo. A mano derecha había una jaula con lo que parecía un ave bastante grande. Por otra parte, en el agujero derecho podía verse a Marah, también en guardia, frente a otro hombre, idéntico pero con una armadura negra. Parecían hallarse en el pasillo de una nave espacial: un suelo metálico, puertas cerradas herméticamente a ambos lados y unas ventanas que dejaban ver la inmensidad interestelar. Estaban viendo a sus amigas secuestradas, y también oyéndolas. Las dos preguntaban a sus respectivos contendientes que de qué se trataba aquello, no obteniendo respuesta. También escuchaban cada paso que daban las chicas, sus respiraciones…todo como si estuvieran allí, al lado del resto.
¡Marah!-exclamó Freya-¡Yurika! ¿Podéis oírnos?
Ni siquiera parecían darse cuenta. Estaban completamente aisladas de los demás, aunque éstos pudieran verlas y oírlas. ¿Qué clase de magia era aquélla?
Ayame, Pamela y ahora esto…-dijo Aquanika-…se empeñan en cargarnos muertos y no paran.
¡Qué juego tan intrincado!-oyeron otra voz-¡Yo también quiero jugar!
¿Qué demonios…-Nikola se puso en guardia, así como también lo hicieron los demás.
Aquella voz no era tan ambigua: era claramente masculina. Desconocían si tenía que ver con la anterior.
Si tienes algo que decir…-dijo Freya-… ¡sal aquí y habla! ¡No os escondáis, cobardes!
Te aseguro que no soy un cobarde.-respondió aquel hombre que no podían ver-Voy a mostrarme ahora mismo…sobre todo porque no tengo mejor momento para hacerlo. La tengo al alcance…es perfecto...
¿De qué estás hablando?-preguntó Freya en un tono defensivo.
No tardaré en llevármela.-dijo la voz de hombre-No obstante, tengo que haceros unas preguntas. Según cómo respondáis, apareceré de una forma u otra…
¡No jodas!-bramó Aquanika.
Calma.-terció Itami-Sé muy bien a qué quiere jugar…a lo mismo a lo que le he ganado a este inútil, supongo.
Pisó levemente el cuerpo inerte de Ayame.
Sí, intenta provocarnos…-dijo Aquanika-…no obstante, nunca dejaré que merme mi juicio: mis ganas de darle una paliza son independientes del mismo.
¡Pregunta de una vez!-ordenó Yamiyuki-¡No te quedes tan callado!
Tú eres quien más tendría que verse envuelto en la futura espiral de preguntas y respuestas, ¿sabes?-respondió la voz masculina.
Me parece bien.-Yamiyuki no se dejó llevar, sino que intentó seguirle el juego-Pregunta y te intentaré responder yo mismo.
Está bien.-dijo la voz-Primera pregunta: ¿verdad que sentís que muchas cosas quedan sin explicar en todo esto?
¡Obviamente!-respondió Yamiyuki mientras pensaba que aquel hombre se burlaba de ellos.
Segunda pregunta: si habéis aunado ciencia y magia en vuestro grupo, ¿por qué ninguna de las dos os sirve para explicar según qué facetas de ninguna de las dos?-preguntó la voz de nuevo.
Si lo supiéramos…-respondió taimadamente Yamiyuki-…habríamos suplido esa carencia hace mucho tiempo. Las situaciones complicadas se acometen paso a paso, y eso es lo que estamos haciendo.
Por supuesto…-respondió la voz-…qué pregunta menos acertada por mi parte…casi tengo tentación de pedir disculpas…pero no lo haré. Tercera pregunta: en relación con lo anterior, ¿os preguntáis qué o quién puede estar detrás de vuestras dudas?
Cada día, gracias por la obviedad.-respondió de nuevo Yamiyuki-¿Tienes algo interesante que aportar o nos podemos ir de aquí ya? Tenemos cosas que hacer.
No seas impaciente…-dijo la voz-…seguro que te interesará conocerme. ¿Recordáis a ese individuo que se dedicaba a perseguir y atacar a vuestro querido Dalton?
Como para olvidarlo.-dijo Yamiyuki-Fue necesaria la ayuda de…alguien de mi familia…para plantarle cara…y, aun así, no conseguimos darle fin.
¿Y si te digo que ese individuo es mi aliado?-preguntó la voz.
No me sorprendería.-respondió Yamiyuki-Todo me parece esperable. Esto no deja de ser una jaula de locos, ¿no es así?
No voy a darte más pistas.-dijo la voz-Sólo quiero recordarte…que eres único en tu época. No nace alguien como tú en todas las generaciones.
¿He de suponer que conoces a mi familia?-tanteó Yamiyuki.
Ya lo creo.-respondió la voz.
Eso explicaría por qué Megami dijo que ese clon de Dalton “era un Kuroi”…-dedujo Yamiyuki-…y también explicaría quién cojones eres. Desconozco por qué no puedo sentirte de las maneras obvias, pero no necesito que me digas más. Lo he entendido perfectamente: soy único en mi generación, pero no en mi familia.
¡Bingo!-dijo la voz con sarcasmo.
¿Clonación?-preguntó Yamiyuki.
¡Error!-bramó la voz masculina desde la nada.
Las imágenes de Marah y Yurika no dejaban de verse y oírse. No obstante, sus diálogos no parecían llegar a ninguna parte, y todos estaban convencidos de que ambas acabarían luchando contra esos hombres.
Sabía que era un error.-dijo Yamiyuki-No obstante, podría haberse dado lo contrario de una manera… ¿inexplicable? Quería pensar que esto sería más fácil de lo que intuyo, pero veo que no es así.
Casi puedo leer tu mente, joven Yamiyuki…-dijo la voz-…veo que estás entendiendo lo que pasa en esta época futura con respecto a tu apellido.
Sí.-dijo Yamiyuki-Y eso daría respuesta a la pregunta de por qué siento tanto peligro sobrevolándonos. Déjate de tapujos: eres el siguiente o uno de los siguientes a mí, ¿verdad?
Depende de a qué te estés refiriendo…-dijo la voz.
Pasar más tiempo evitando decirlo para suavizar la acometida de estas nuevas y difíciles circunstancias es algo inútil.-dijo Yamiyuki-Nos separan cinco milenios…tiempo más que suficiente para que haya nacido al menos otro descendiente directo de Megami Kuroi.
Delante del grupo comenzó a dibujarse una silueta: un hombre extraordinariamente alto, superado sólo por Freya en aquel numeroso grupo. Su figura era delgada y lánguida. Sus piernas, larguísimas, eran delgadas y vistosas, al igual que sus brazos. Su piel era muy pálida. Vestía de negro, con una casaca ajustada con adornos plateados, mitones con toques metálicos que más que adornos parecían cables funcionales, un cinturón lleno de cadenas, cruces y máquinas pequeñas colgando, unos pantalones muy ajustados con correas sobresaliendo en algunas zonas y unas botas altas de suela muy gruesa con cordones rojos. De sus hombros colgaba una media capa roja con ribetes violetas que terminaban en cruces de color violeta metalizado y colgaban alrededor de su pecho, sus hombros y la mitad de su espalda, dividiendo la media capa, que le tapaba hasta la altura de los codos, en triángulos repartidos por el peso de las cruces. Su cabeza estaba poblada por una larguísima melena negra lacia y brillante que llegaba hasta sus tobillos, como la de Yamiyuki, y sus ojos eran grandes, brillantes, saturados y rojos…de un rojo molibdeno muy puro e inolvidable…como los ojos de Yamiyuki.
Freya y los demás lo entendieron sin necesidad de explicaciones.
Es la primera vez que dos descendientes y herederos directos de nuestra Matriarca se ven y se conocen en persona.-dijo el recién llegado, dejando ver que la voz de antes era suya-Soy…tu pariente…Yamibara Kuroi.

2 comentarios:

  1. Toma. Su pariente. A ver que le dije. Me ha intrigado Pamela que sabrá sobre ellos.

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    1. ¡Esta noche habrá carne en el asador! ¡No te lo pierdas!

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