lunes, 29 de septiembre de 2014

[WCIII] Episodio XI: El barco del desastre

REACTION
WORLDS COLLIDE III
Episodio XI · EL BARCO DEL DESASTRE

Llegaron a la zona en la que se encontraba el barco. No era una embarcación utilitaria cualquiera, sino un ingente portaaviones armado de aspecto muy amenazador.
¡Es muy alto!-exclamó Metallurgy-Tendremos que saltar hacia la cubierta, porque dudo que nos vayan a recibir con una…
Se oyó un disparo: un hombre montaba guardia en la cubierta y había atacado con un rifle de francotirador a los recién llegados.
…sonrisa…-Metallurgy terminó la frase mientras esquivaba el tiro.
Je…-Freya soltó una risotada-… ¡AL ABORDAJE!
Como si de un automatismo se tratase, todos los aliados saltaron a la vez en aras de aterrizar en la cubierta del portaaviones: la grácil pirueta de Yuuji, el hermoso salto con movimientos gimnásticos de Yamiyuki, Ibara usando su bastón como pértiga, Itami saltando como un lobo hambriento, el explosivo salto en cuclillas de Nikola, la potente voltereta de Dalton, la suspensión de Marah con la función de vuelo de sus botas, el brutal brinco de Metallurgy, la increíble exhibición de Yurika convirtiendo sus piernas en muelles, los movimientos ninja de Aquanika y la inenarrable combinación de volteretas y piruetas de Freya conformaron una amenazadora lluvia que arreció sobre la cubierta del portaaviones marcando el inicio de una gran tempestad.
El francotirador pidió refuerzos, pero, antes de verlos llegar, recibió un disparo de escopeta en el pecho por parte de Dalton. El proyectil atravesó su chaleco y le generó una sangrante herida que lo hizo desplomarse.
No tardarán en llegar aquí.-dijo Freya-Este enorme barco-mansión tiene cabida para mucha gente, así que esperad una batalla larga y tediosa. ¡Y no olvidéis nuestro objetivo! ¡Máquinas de tecnología médica! ¡Las necesitamos para Ayako!
Comenzaron a abrirse agujeros en la cubierta. De ellos comenzaron a saltar hombres armados, todos vestidos con el mismo equipo. Freya agarró a uno por el cuello y lo levantó lo más alto que pudo alzando y tensando su brazo derecho.
Esta indumentaria me es familiar.-dijo Freya-Creo que son un grupo de terroristas de Malasia.
Malasia, China, Reino Unido, Italia, Cuba…-murmuró Aquanika-…me da igual de dónde sean: ¡son unos sacos de boxeo impresionantes!
La joven kazaja se vio envuelta en un tiroteo con ellos. Mientras burlaba los disparos que le lanzaban con los suyos propios, se acercaba cada vez más a aquellos hombres con objeto de abatirlos a base de patadas.
¡Ya sé quiénes son!-exclamó Yamiyuki mientras le rompía el cuello a uno que tenía agarrado-En efecto, son un grupo procedente de Malasia…que no tendríamos que conocer necesariamente de no ser por el hecho de que en estos días…han sido contratados como mercenarios por una figura japonesa que se dedica al crimen organizado.
¿Ese Shiroi Kamiyama los ha comprado?-preguntó Marah mientras mantenía a raya a uno de los hombres a base de golpes con sus manos.
No me cabe duda.-respondió Yamiyuki-En cualquier caso, no podemos andarnos con juegos mucho más tiempo, ¡hay que despachar rápido a esta basura!
Como si obedeciera una orden, Yurika saltó hacia ellos envuelta en agua, transformándose en su recientemente adquirida forma. En ese estado, comenzó a encerrar a los terroristas en esferas llenas de agua que les cortaron la respiración a la vez que comenzaban a ascender en el aire. Ordenadamente, saltó hacia cada una de ellas y las fue pateando, haciendo que se dispersaran en pequeñas gotas a la vez que los hombres que había dentro hacían lo propio, deshaciéndose en sangrantes pedazos. Al último hombre lo congeló dentro de la esfera, tras lo cual reventó el bloque de una patada con el talón. A su lado, Ibara conjuraba una salvaje tormenta eléctrica a la vez que Nikola lanzaba vehementes combinaciones de golpes con su llave fija gigante y Yuuji daba cuenta de otros tantos hombres con gráciles y elegantes patadas acompañadas de golpes con su cetro.
. . .
Está claro que aquí hay algo.-dijo Freya tras la escaramuza-Algo importante… ¡vamos a buscar por la cubierta antes de entrar en el interior!
Avanzaron con una cierta separación para poder cubrir con buen ritmo la enorme superficie de la cubierta. Se fijaron en una enorme puerta blindada que daba lugar al desconocido interior. A sus laterales, dos puertas más pequeñas  que daban a sendos bloques secundarios. Sin tener tiempo de fijarse en más detalles, las puertas de los lados se abrieron estruendosa y simultáneamente.  De cada una de ellas salió una figura indeseada: Ikaruga por la izquierda y Ayame por la derecha.
¡Vosotros de nuevo!-Freya torció el gesto-¿Nunca os cansaréis de hacer de recaderos de los que de verdad tienen neuronas en vuestro bando?
Algo no parecía normal en ellos. Sus semblantes estaban totalmente serios, y no parecían inmutarse por la provocación de la chica. Ikaruga llevaba una americana de color crema con faldones largos en la parte de atrás, guantes blancos, una camisa blanca, una corbata roja hasta la altura de la cadera y unos botines con tacón del color de la chaqueta, dejando ver que sólo llevaba un culotte debajo de la camisa tapando su ropa interior. Su cabello iba recogido en un apretado moño de trenzas acopladas sobre sí mismas. Por su parte, Ayame llevaba un peto lleno de huecos y aberturas de color gris oscuro con detalles rojos  y mangas abombadas con puños ribeteados con espumillón rojo y rosa, terminando en una especie de cinturón negro del que colgaba una minifalda roja torcida que tapaba su cadera y su entrepierna, bajando después dos arneses de color gris marengo que enganchaban con unas botas del mismo color con cordones rojos, rosas y violetas y el mismo ribete de espumillón alrededor del final de la caña. La mitad de su melena estaba recogida en una coleta que caía por el hombro derecho, mientras que la otra mitad estaba suelta sobre su hombro izquierdo.
No nos interesa lo que tengas que decirnos.-dijo taimadamente Ikaruga-He venido a por Ibara.
Y yo a por Itami.-añadió Ayame.
¿Todavía no habéis entendido lo que os llevamos años intentando explicar?-preguntó Itami poniéndose en guardia.
No se trata de eso.-dijo Ayame-Hemos perdido mucho más que la posibilidad de que nos amarais…
…nos queda menos de lo que nadie pueda imaginar.-dijo Ikaruga con seriedad.
Oh… ¡qué bonito!-se admiró Ibara-¿Vais a suicidaros? ¡Por fin!
¡No te burles!-exclamó Ikaruga apareciendo frente a Ibara y lanzándole un puñetazo.
Ya te he dicho que boxeas de puta pena…-dijo Ibara mientras paraba el puño de su enemiga.
…pero es la primera vez que lanza un ataque tan rápido y decidido.-pensó la joven escila-Algo ha cambiado en ellos, no hay duda.
No puedo quedarme quieto y dejar que mi compañera trabaje sola…-dijo Ayame mientras lanzaba una patada contra Itami.
Lástima que no vaya a servir para da hagas lo que hagas.-apostilló Itami mientras agarraba el pie de su rival.
Parecía que Ayame e Ikaruga habían madurado. Hasta aquel instante, se habían mostrado muy irracionales y pueriles en las batallas que habían mantenido, pero la imagen que transmitían en esos momentos era totalmente distinta. ¿Qué habría sucedido?
No tenemos tiempo para zurrarnos.-explicó Itami-Tenemos cosas importantes que hacer en este portaaviones…
No vais a marcharos sin pelear.-replicó Ayame taimadamente-Ésta será nuestra última batalla.
Matar o morir…-lo respaldó Ikaruga.
¿De qué estáis hablando?-preguntó Ibara asqueada-¿Queréis batiros en duelo a muerte con nosotros? ¡Habéis visto demasiado cine!
No tiene nada que ver.-negó Ikaruga-No necesariamente, al menos. Lo que sí que debéis tener claro es que no os moveréis ni un centímetro sin pelear con nosotros… ¡es lo único que nos queda!
¡Dejaos de misticismos y largaos a tocar los huevos a casa ajena!-bramó Itami-¡No tenemos puto tiempo! ¡FUERA!
Ayame e Ikaruga se sincronizaron para lanzar sendos ataques. Itami e Ibara volvieron a bloquearlos.
Malditos hijos de puta…-siseó Ibara-… ¡vamos a pelear si es lo que queréis!
Dos más, dos menos…-dijo Itami poniéndose en guardia-…se las apañarán sin nosotros, ¿no es así?
Ibara e Itami se prepararon para atacar, pero sus respectivos contendientes saltaron hacia atrás, esquivando sus ataques.
Quieren que entremos por esas puertas.-dijo Ibara-¿Vamos?
Vamos.-respondió Itami acariciando suavemente su entrepierna mientras imaginaba las torturas a las que sometería a Ayame.
Se lanzaron a por ellos. Ibara e Ikaruga, Itami y Ayame…cada pareja pasó por una de las puertas, cerrándose tras de ellos.
Marah…-dijo Freya-… ¿esto es lo suficientemente gráfico? Me esperaba cosas así.
Lo entiendo.-respondió Marah.
La estrategia está saliendo a pedir de boca…-oyeron que decía una voz conocida encima de ellos.
Miraron hacia arriba: Arianelle estaba subida encima de la elevación de la cubierta que tapaba el acceso al interior, sujetando firmemente un ramo de flores y mirándolos a todos.
¡Tú otra vez!-exclamó Freya-¿Vienes a seguir donde lo dejamos?
¡Vengo a acabar con vosotros!-bramó Arianelle.
Apuntó hacia abajo con su ramo de flores. De él salió un cañón giratorio de ametralladora que empezó a dar vueltas y a disparar a discreción. Yurika, que aún estaba transformada, alzó una mano y creó una pared de agua que frenó las balas y las dejó flotando entre la ingente masa hídrica. Mientras el arma de Arianelle se recargaba, la joven lanzó el muro convertido en una ingente burbuja a una velocidad tal que las balas que flotaban dentro parecían recién disparadas. La científica francesa saltó de allí, esquivando el impacto, que provocó gran cantidad de hendiduras en la superficie. Alzó una mano y un enorme tallo emergió del suelo y se enroscó sobre Yurika, aprisionándola y dejándola a una altura tal que la científica pudo abatirla con una patada alta.
Ngh…-gruñó Yurika.
Se volvió a transformar, adquiriendo su aspecto de mujer de las llamas, forma con la cual quemó fácilmente el tallo y lanzó un rodillazo contra la mujer otra vez, quien la contrarrestó con un puñetazo que la desequilibró lo suficiente como para asestarle un fuerte golpe en la cabeza con el ramo.
¡Yurika!-exclamó Metallurgy.
La joven de cabello blanco hizo aparecer un enorme tambor giratorio lleno de disparadores que se acopló en un puño.
¡Técnica especial de Potencia Máxima!-exclamó-¡Tormenta Métrica!
Su enorme ametralladora de mano comenzó a girar y a disparar a gran velocidad unos afilados destornilladores de aleación especial. Una sombra negra apareció detrás de Arianelle y, acto seguido, los destornilladores se deshicieron en llamas negras. De detrás de la enorme mujer francesa apareció Verónica sonriendo sádicamente.
Esta vez vamos a hacer un pequeño cambio.-informó Arianelle-Será Verónica quien juegue con vosotros. Yo tengo que reunirme: estos amables juguetes de Shiroi nos van a garantizar un transporte del equipo del hospital Furuhana lento pero seguro, y no vamos a permitir que nos lo saboteéis.
Arianelle saltó muy alto y hacia atrás. Yuuji intentó interceptarla lanzando unos cuchillos kunai de color rosa fucsia con pétalos de cerezo atados, pero se clavaron en distintos puntos de la superficie antes de acertar contra la huidiza mujer.
Puede que no sea tan grande como ella…-dijo Verónica una vez estuvo sola con el grupo-…pero no por ello soy menos peligrosa que Arianelle. Haréis bien en no subestimarme y en ir con cuidado conmigo. ¿Estáis preparados para sentir dolor?
¡Eso te lo tendría que preguntar yo a ti!-le espetó Aquanika-¡Voy a hacerte mear sangre, demonio!
Veamos cuánto tiempo tardarás en cambiar de opinión…-dijo Verónica-… ¡HOMBRES, ES VUESTRO TURNO!
Dos hombres se teletransportaron a ambos lados de Verónica. No eran demonios o, al menos, no lo parecían. Iban completamente cubiertos por armaduras, las dos iguales, salvo que una era negra y otra era roja. Llevaban cascos redondeados con visores de alta tecnología, una placa pectoral de corte triangular que cubría sus hombros y bajaba hasta su abdomen, y unos tubos flexibles que protegían sus brazos y piernas y acababan en robustos guantes y botas. El hombre de la armadura roja se acercó a Yurika, que seguía transformada pero estaba en el suelo noqueada. Cuando notó su presencia, la chica saltó de su posición y lanzó una patada ardiente, pero el hombre de la armadura la paró con una mano, disipando las llamas, tras lo cual desapareció de allí con ella.
¡Yurika!-exclamó Freya-¿Qué ha sido eso? ¿Qué coño está pasando aquí?
Parece que vamos a tener que jugar mucho…-dijo Yamiyuki apretando los puños-…apuesto a que el de negro también intenta llevarse a alguien.
Haciendo caso omiso de la conjetura del chico, el hombre de la armadura negra procedió a avanzar hacia el grupo. Yamiyuki trató de interceptarlo con un puñetazo cargado de energía térmica, pero el inidentificable individuo desapareció y apareció detrás de él, avanzando como si no le hubiesen atacado. Yuuji saltó y lanzó varios kunai y shuriken de color rosa contra él, tras lo cual se lanzó en una patada en diagonal, pero recibió el mismo tipo de trato. Cuando hubo avanzado varios metros más, se detuvo ante Marah.
¿Qué estás mirando?-preguntó Marah algo cohibida.
Aquel tipo sin identidad alargó su mano hacia la chica.
¡Ni se te ocurra!-chilló Marah mientras lanzaba una patada.
El pie de Marah golpeó contra la placa pectoral de la armadura negra sin producir ningún efecto.
¿Qué clase de broma es ésta?-preguntó Marah mientras se llevaba la mano a las gafas.
Disparó un rayo…sin ningún efecto sobre su enemigo. Acto seguido, convirtió sus guantes en pequeños pero pesados martillos de mano y lanzó una pesada combinación, pero el hombre agarró sus dos brazos y la inmovilizó por completo…desapareciendo con ella.
¡Marah!-gritó Dalton-¡Maldita sea! ¿Dónde están las chicas? ¿Qué habéis hecho con ellas?
Entiendo vuestra preocupación…-dijo Verónica-…no obstante, yo me preocuparía más por mí misma en tu lugar. ¿No te das cuenta de que…TE ESTÁS JUGANDO LA VIDA?
Un rayo negro cayó en el punto en el que estaba Dalton, pero éste saltó en el último momento, evitando el impacto. Con la escopeta aún en la mano, la convirtió en espada de nuevo y activó su M.W.S. reducido. Nikola se unió a él colocándose sus puños americanos eléctricos y subiendo su guardia.
Je…-comenzó a reír Verónica-… ¡JAJAJAJAJAJAJA!
Freya sacó su bastón mágico, Metallurgy se armó con dos sierras radiales, Aquanika comenzó a llenar sus manos de energía,  Yuuji guardó su cetro y adoptó una elegante guardia y Yamiyuki se mantuvo vigilante con la guardia alta.
¡No servís ni para amenazar!-los insultó Verónica-¡Preparaos para sufrir! ¡MAZANDYNE!
Unas gigantescas y explosivas formaciones de luz verdosa cargada con el poder del viento arreciaron contra los aliados.

2 comentarios:

  1. Que pasará con Itami e Ibara y a que se referirán con lo que dicen? No se si quieren entretenerlos o simplemente una lucha a muerte sin más. Donde se habrán llevado a las dos chicas y para qué. A ver como lo solucionan Freya y cia. Este capítulo ha molado mucho.

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    1. Bien, veo que he más o menos he conseguido dar el tono de emoción e intriga de este mini-arco que va a comenzar... ¡las respuestas vendrán a partir de esta misma noche! ¡No te las pierdas!

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