jueves, 18 de septiembre de 2014

[WCIII] Episodio VI: El hospital Furuhana

REACTION
WORLDS COLLIDE III
Episodio VI · EL HOSPITAL FURUHANA

Marah había preparado una modesta caravana para que todo el grupo pudiera dirigirse con prontitud al hospital Furuhana, donde podrían continuar su búsqueda de los enemigos, empezando por la bióloga Arianelle Blanchoret, así como buscar posibilidades para salvar a Ayako. Gracias a ese vehículo, se encontraban frente a la puerta del enorme complejo hospitalario, preparados para lo que pudiera suceder. El trayecto, además de corto, había sido tranquilo y libre de altercados: Metallurgy no quiso hablar de aquel hombre y se alejó de los asientos de los demás en la caravana, tal vez para pensar en algo de lo que guardaba en su silencio. Por su parte, Dalton se encerró en un pequeño despacho para redactar el informe que le había prometido a Marah sobre la tarea de reconocimiento, diagnóstico y tratamiento de Ayako. Los demás se limitaron a esperar sentados pacientemente, con una conversación ciertamente cotidiana, tratando de darse a conocer ante su nueva compañera y de conocerla ellos.
Antes de atravesar la entrada, Marah se adelantó, seguida de Dalton.
Entraré delante para saludar…-explicó Marah-…si es que hay alguien dentro. A mí me conocen por haber trabajado aquí algunas veces.
¿Este hospital es público?-preguntó Freya.
Lo es.-respondió Marah-Esto hace que la visita se aleje mucho de una misión de infiltración o de exploración…pero también plantea una dificultad, y es que los laboratorios no están abiertos para los pacientes. Idearemos un plan de acción acorde con lo que encontremos dentro. Por supuesto, las puertas están abiertas y no hay que hacer nada especial para entrar.
Marah se puso delante de las puertas, que se abrieron automáticamente, como las puertas de los establecimientos públicos de la época de Yamiyuki, Freya y los demás. Entró decididamente seguida de su compañero sentimental, y no tardaron en volverse hacia los demás, que se aproximaban también.
Como imaginaba…-dijo Marah-…no hay nadie. ¿Alguna idea de lo que ha pasado, Dalton?
Sólo se me ocurre que se haya producido una evacuación masiva tras el caos del pliegue temporal y el golpe de Estado.-respondió él-No obstante, puede que haya alguien más allá de este recibidor…el edificio es muy grande, al fin y al cabo.
Por supuesto.-asintió Marah-No vamos a escatimar en esfuerzos para rastrear, pero es muy extraño que no haya absolutamente nadie en el recibidor.
Está claro que algo no va bien.-concedió Dalton-Ya no únicamente por esta vista, sino por el hecho de que el país está como está ahora mismo. Pacientes, informadores, médicos, científicos, encargados…hay muchos grupos de personas en un hospital contemporáneo, así que tal vez haya algún miembro de alguno de ellos.
Oyeron un estruendoso golpe. Acto seguido, comenzaron a escuchar un rítmico golpeteo más suave, pero sin dejar de ser imponente. Parecían los pasos de una criatura grande y fuerte acercándose a paso raudo.
¡Viene algo!-exclamó Dalton-¡Preparaos para lo peor!
De uno de los pasillos asomó una gigantesca criatura cuadrúpeda que comenzó a correr salvajemente por el recibidor, destrozando lámparas, bancos, puertas, ventanillas y demás mobiliario e instalaciones.
¡Un monstruo!-exclamó Freya-Esperad…esto no es muy…natural…
Se fijaron en que la criatura no tenía cabeza. Tampoco ninguna cola o apéndice. Sólo un enorme lomo del que salían cuatro patas. Podía apreciarse la construcción de ese cuerpo, pues no tenía nada de piel, ni pelo, ni plumaje, ni escamas, ni nada similar: era una estructura de fibras muy gruesas de color marrón entrelazadas y enroscadas. Encima de su lomo había un gigantesco capullo de color morado.
¿Eso son…-intentó inferir Yurika-…raíces?
Eso parece.-respondió Freya, que era una auténtica experta en flores-Y lo de su espalda…supongo que será una flor. Parece un monstruo vegetal…aunque no siento vida en él…
¿Es un engendro artificial?-preguntó Yurika.
Perfectamente podría serlo.-contestó Freya.
Entonces…arderá, ¿cierto?-Yurika sonrió pícaramente.
Si lo prendes tú…-dijo Freya-…seguro que sí.
Yurika asintió y saltó. En el aire, se vio envuelta en una cortina de llamas que la fusionó con el alma de la salamandra ardiente que llevaba en su interior. Al comenzar a caer, apuntó a la criatura con una patada voladora. Mientras la joven veía a los demás compañeros tratando de contener a la bestia, su pie se prendía en llamas que se hacían más y más voluminosas. Finalmente, atravesó a la bestia como si de una saeta se tratase, prendiéndole fuego por completo. Cuando las llamas quisieron llegar al capullo,  éste comenzó a brillar y se abrió, dejando que de él saltaran, antes de que sus pétalos se quemaran por completo, un montón de criaturas verdes antropomorfas del tamaño de personas adultas.
Ahora, el recibidor estaba lleno de unos extraños y monstruosos hombres verdes que parecían estar constituidos de tallos entrelazados y retorcidos, con flores en las muñecas y en los tobillos, ojos en todos los resquicios que había entre los múltiples tallos y dos hojas anchas sobre los hombros con un ojo en medio, atado entre ramas, a modo de cuello y cabeza.
¿De dónde han salido estas cosas?-preguntó Marah extrañada.
No lo sé, pero explican bastante bien por qué no hay nadie aquí dentro.-respondió Nikola mientras se acercaba a Dalton y a ella con la guardia alta.
Parece que les extraña ver aquí a estas cosas…-susurró Freya-…pero no niegan reconocerlas. Si fueran criaturas mágicas, estarían preguntando de qué se trata… ¡ergo son artificiales!
¿Pasa algo, Freya?-preguntó Metallurgy con un tono preocupado.
Sólo estaba reflexionando en voz alta.-dijo Freya apretando los puños-¡Acabemos con estos indeseables!
Los hombres de tallos se defendían bastante bien con sus duras extremidades y disparando hojas cortantes y ramas espinosas. Aprovechando el poderoso impulso de su transformación, Yurika se puso a la cabeza en ese combate, haciendo cenizas a los enemigos a base de patadas y magia de fuego.
¡Ánimo, Yurika!-exclamó Metallurgy mientras utilizaba un soplete para quemar a algunos enemigos más.
Itami corría entre risotadas detrás de aquellas extrañas criaturas mientras les disparaba con un lanzallamas, mientras Ibara hacía caer bolas de fuego del techo con su danza erótica sobre el bastón. Yamiyuki, que podía controlar el fuego, no dudaba en explotar la debilidad de la materia vegetal igual que sus compañeros.
¡Open Ether Circuit!-exclamó Marah-¡Dex Ether Fa!
Un prisma rojo aprisionó a un grupo de hombres verdes, quemándolos en el acto.
¡Ether Drive!-la respaldó Dalton-¡Inferno III!
Unas explosiones de fuego diezmaron a las criaturas que los rodeaban.
Yo no tengo nada para quemaros…-dijo Nikola sujetando dos espadas láser-… ¡pero no me subestiméis!
Con rápidas y elegantes combinaciones, comenzó a cortar en pedazos a cuantos se le acercaban.
¡YIIIIIIIIIIIIHAAAAAAAAAAAAA!-exclamó Aquanika despendolada mientras se colgaba de una lámpara del techo con una cadena y disparaba desde el aire.
Llevaba en la mano un lanzagranadas equipado con una carga de granadas incendiarias, que estallaban en llamas al colisionar con algo sólido.
¡Ogre Flamedance!-exclamó Freya mientras maniobraba con su bastón mágico.
Un chorro de fuego golpeó a uno de los hombres verdes, provocando una explosión que se extendió a varios más.
Mientras se deshacían de aquella numerosa horda, Freya se dio cuenta de que el cuerpo del portador gigante no dejaba de arder. Lanzó un chorro de agua con su magia, logrando apagar una pequeña porción de las llamas, pero volvió a prenderse a los pocos segundos.
Hay algo en el cuerpo de esa bestia.-advirtió Freya.
¿Por qué no lo investigamos después?-preguntó Yamiyuki-Hay demasiados incordios como para hacerlo ahora con tranquilidad. ¡KOUENKYAKU!
Yamiyuki prendió fuego a su pierna y lanzó una vigorosa patada giratoria alta contra un enemigo, lanzándolo contra la pared más lejana mientras ardía.
No, no hay demasiados…-dijo Metallurgy mientras se atrincheraba para recargar el gas de su soplete-…hay siempre los mismos. ¡Se están regenerando!
¡Esas cenizas recuperan el verdor al poco de caer al suelo y hacen que los hombrecillos tocapelotas crezcan de nuevo!-exclamó Ibara, que, al estar a tanta altura desde el bastón, podía ver el suelo con claridad.
No podremos avanzar si no nos dejan en paz…-dijo Marah-… ¡Open Ether Circuit! ¡Fire Bolt II!
Prendió fuego a un hombre verde que le había arañado con bastante fuerza en una pierna.
¡Marah!-exclamó Dalton-¿Estás bien?
Perfectamente.-dijo la chica-Soy más dura de lo que parezco…
¡HAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!-gritó Yurika.
Girando sobre sí misma constantemente, intensificaba el fuego de sus piernas para patear en cadena a varios enemigos.
¡Cambio de estrategia!-exclamó Freya-Si el problema es que no paran de crecer…vamos a frenar ese crecimiento.
¡Lo he entendido perfectamente!-exclamó Ibara, que dejó de bailar momentáneamente.
En cuanto se puso a bailar de nuevo, provocó una granizada cuya fuerza comenzó a tirar al suelo a las criaturas vegetales.
¡Ether Drive!-exclamó Marah-¡Blizzard III!
¡Ether Drive!-la respaldó Dalton-¡Dex Ether Ra!
Un prisma azul hecho por Dalton atrapó a varios de los enemigos, congelándolos, a la vez que Marah hizo lo propio con los aledaños.
A pesar del granizo, el cuerpo gigante no dejaba de arder. Al calor del fuego, las piedras de granizo se derretían y contribuían a formar un charco…un charco que tampoco apagaba el fuego, sino que se evaporaba antes de conseguirlo.
¡Gracias por haber entendido la idea tan rápido, chicos!-los elogió Freya-Tratad de detenerlos, voy a ver qué puedo hacer con esa masa de llamas. ¡Yurika, Yamiyuki,  venid conmigo!
Yurika, que había vuelto a su forma humana porque la forma de fuego la hacía más sensible al frío, y Yamiyuki, se acercaron a Freya.
Está bien, Yurika…-dijo Freya-…al empezar, parecía que este combate iba a ser tuyo. No obstante, las tornas han cambiado. Sin embargo, va a acabar siendo tuyo. Ahí dentro hay un alma…un alma que podrás absorber para fusionarte con ella. Yamiyuki, necesito que desvíes las llamas sin parar: necesitamos generar un instante, aunque sea diferencial, en el que el cuerpo no arda.
¿Podremos crear suficiente tiempo para Yurika?-preguntó Yamiyuki.
Sólo necesitamos que esa cosa deje de arder.-respondió Freya-El alma pasará a Yurika de manera instantánea y la aceptará.
Yamiyuki asintió y comenzó a mover el fuego lejos del cuerpo. Como esperaban, conforme las llamas eran arrancadas, iban apareciendo más y más. Freya aprovechó la velocidad y el potencial del chico para apagar el fuego rápidamente con hechizos creadores de charcos mientras éste todavía se estaba generando. Tras varias repeticiones, vieron, en el tiempo de un parpadeo, aquella masa vegetal ennegrecida sin ninguna llama. Un rayo azul saltó desde ella hasta el pecho de Yurika, quien resistió el impacto y permaneció de pie…extrañamente fortalecida.
¿Qué ha sido eso?-preguntó Metallurgy, que estaba disparando nitrógeno líquido con una manguera y un tanque construidos por ella.
¡El nuevo poder de Yurika!-exclamó Freya-Adelante, hazlo…como lo acabas de hacer. Te saldrá bien.
Yurika dio un paso al frente, se concentró y…una turbulenta burbuja la envolvió, creando cortinas y cortinas de agua alrededor de su cuerpo, transformándola. El agua se congelaba, se volvía a descongelar, se evaporaba, se condensaba…hasta que, finalmente, Yurika volvió a dejarse ver, con toda la piel de color turquesa, una falda vaporosa y larga de color aguamarina con adornos blancos, pulseras de cristales de hielo en las muñecas y en los tobillos y una media capa de color grisáceo encima de unas placas azules que sostenían sus senos. Su cabello se había vuelto blanco y sus ojos, verdes azulados.
¡Qué guapa!-la alabó Metallurgy con una sonrisa.
Está buena siempre, la verdad…-susurró Itami.
Marah no daba crédito a lo que veía.
Ésta es la magia de la que te hablaba.-explicó Dalton-Lo mismo que usa Metallurgy para transportar sus armas, y lo mismo que hace Freya en muchas ocasiones, así como los efectos de los…llamativos…bailes de Ibara. Aquanika e Itami también usan magia, aunque a él nunca lo he visto usarla.
Cuando quieras te la enseño…-dijo Itami con una risotada.
¡JAJAJAJAJA!-rió Ibara-Qué doble sentido tan cierto.
Obviemos eso, Marah.-pidió Dalton-Son así.
Con elegancia y solemnidad, Yurika lanzó una patada alta que generó una enorme onda de agua con tal potencia que arrastró a todos los enemigos y los estampó contra la pared. En esa posición, los cubrió con un perfecto prisma de agua que se mantenía sobre sí mismo y que no tardó en congelarse. Finalmente, apuntó al bloque con la palma de la mano e hizo que estallara en pedazos. Tras ello, volvió a su forma original, algo cansada.
Estoy mucho mejor que la última vez…-dijo Yurika.
Eso es buena señal.-dijo Freya en señal de apoyo-Significa que te estás acostumbrando a tus poderes.
Bueno…-intervino Marah-…me encantaría conocer más a fondo todo lo que me habéis enseñado tan gráficamente en este combate, pero me temo que el tiempo apremia. Algo grave está pasando en este hospital, y temo por si hay más de esas criaturas. No dudo de que podamos derrotarlas, pero sí me preocupa el pensar que podrían haber herido a los pacientes o al personal…
Vamos a dividirnos.-propuso Dalton-El edificio es demasiado grande como para ir todos juntos punto por punto: necesitamos investigar las plantas de los pacientes, la sala de monitorización, los bancos de información y las entradas a los laboratorios, princpalmente.
Dividámonos en cuatro grupos entonces.-asintió Freya-Como siempre, los grupos se harán con las personas que mejor se compenetren entre sí. Somos diez, así que, de entrada, seremos dos parejas y dos grupos de tres, ¿os parece bien?
Los demás asintieron, algunos sinceramente y otros por inercia.
Está bien.-Freya sonrió-Dalton, Marah y Nikola, iréis al ala de los pacientes: sois amigos de toda la vida y tenéis a la persona más involucrada con los heridos. Aquanika, irás con Ibara e Itami a las zonas de monitorización: nada mejor que una hacker como tú para hacer el mejor rastreo en busca de señales de actividad, y así controlarás que esos dos no dejen su trabajo por la pasión mientras ellos controlan que tú no dejes tu trabajo por la concupiscencia pura. Yurika, Metallurgy, vosotras iréis juntas a los archivos y demás almacenes de información: la tecnología con la que contaréis será más que suficiente como para hacernos con las ideas clave de la actividad de este lugar. Finalmente, Yamiyuki y yo nos adentraremos en los laboratorios, pues parece lo más peligroso…por no decir que estas criaturas apestan a trabajo de Arianelle Blanchoret, a quien me gustaría partirle la cara en persona.
Es cierto…-dijo Marah-…por eso no me he sorprendido demasiado al ver a esa cosa.
¿Conformes con la organización?-preguntó Freya.
Nadie objetó: sabían que Freya era implacable, y la mayoría estaban contentos con su grupo, salvo Ibara, Itami y Aquanika.

En ese caso…-Freya arqueó una ceja-… ¡manos a la obra!

2 comentarios:

  1. Mola cada vez más Yurika, echo de menos el lado maternal de Metallurgy aunque se sigue viendo a veces en su relación con Yurika *_*
    Itami e Ibara siempre tan "pervertidos" jejeje
    xDDDDDDDDDDD

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    1. Las buenas costumbres no se pierden. ¡Me alegro de que estés entretenida con esto!

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