miércoles, 24 de septiembre de 2014

[WCIII] Episodio IX: Otra mariposa

REACTION
WORLDS COLLIDE III
Episodio IX · OTRA MARIPOSA

Corría. El tiempo apremiaba. Había planeado aquel seguimiento desde hacía un tiempo, pero  no pudo comenzarlo antes. Los recientes desastres que habían sacudido el mundo le habían dejado poco tiempo para seguir sus planes. Las calles estaban bastante desordenadas y, en general, destrozadas por batallas recientes. Pocos transeúntes se veían: la mayoría huían despavoridos de un lado hacia otro. El único movimiento que se podía apreciar era el de algunas máquinas automáticas voladoras, probablemente armas. No le daban miedo, pero prefería no ser detectado por ellas para no perder más tiempo. Si no llegaba al lugar clave con presteza, todo el esfuerzo hecho por su parte podría haber resultado inútil. El día se dejaba vencer poco a poco por el ocaso. No sabía si realmente iba a conseguir su cometido, pero su única manera de averiguarlo era yendo e intentándolo, pues carecía de medios para poder comunicarse con su lugar de destino. Encontró  una zanja bastante grande que escindía su camino. No dudó en saltar por encima de ella: exhibiendo una ligereza, una gracilidad y un manejo impresionantes, cayó de pie en el otro lado de la misma tras varias piruetas después de las cuales continuó corriendo. Su costumbre para con ese tipo de actividades físicas era tal que no se cansaba en aquel trayecto tan frenético.
Como si hubieran leído su mente, algunas máquinas voladoras, tan comunes como los pájaros o algunos insectos varios milenios atrás, comenzaron a dispararle. No se detuvo en hacerles frente: se limitó a esquivar los disparos con ágiles movimientos evasivos, zigzagueando, saltando y corriendo sin parar. No podía permitirse de ninguna manera llegar tarde, fallar en aquel propósito.
Una vez hubo dejado atrás a sus artificiales persecutoras, continuó con su camino. No era de allí, pero parecía manejarse y orientarse lo suficiente como para no tener problemas con ello.
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Los sitios altos siempre habían sido sus preferidos. Eran estratégicamente superiores: podía verlo todo mucho mejor y estaba más a salvo de cualquier amenaza de corto alcance, menos que de las de largo alcance, pero lo suficiente como para poder responder lo más inteligente y ferozmente posible. Mientras avanzaba a paso firme y raudo por la enorme cornisa de un edificio lleno de estructuras metálicas externas que le permitían trepar como una araña, vio a un objetivo desplazándose más rápido que ella tierra abajo, a la altura del suelo. No era demasiado voluminoso, pero sí parecía alto, aunque lo que mejor le permitía vislumbrarlo eran sus extrañas y voluminosas vestimentas. El poder diferenciar que llevaba ropa le hacía pensar que se trataba de un humano, pero no descartaba la posibilidad de que fuese un androide. En cualquier caso, tenía la seguridad de que el objetivo era antropomorfo. No tenía nada mejor que hacer, así que continuó siguiéndolo. Llevaba muchos años viviendo de manera autócrata y autosuficiente, por lo que no debía rendir cuentas ante nadie, razón que le evitaba pensar en algo diferente de la continua satisfacción de su pura concupiscencia, de su voluntad en cada momento. Detestaba sufrir el ataque del aburrimiento, por lo que se propuso seguir a ese objetivo, que nunca antes había visto, de cerca. Los separaba mucha distancia, así como una gran diferencia de altura, por lo que seguía sin ver bien los rasgos detallados de aquel punto que se desplazaba tan rápido. Ahora que había encontrado un entretenimiento, no iba a dejar pasar la oportunidad, por lo que no dudó en poner de manifiesto que su velocidad no tenía nada que envidiar a la de aquel objetivo de aspecto humano. Poco le importaba que fuese hombre o mujer, humano o androide: lo que quería era matar el tiempo. No obvió en ningún momento la dirección que su recién adquirido objetivo llevaba: si se dirigía al lugar que tenía en mente, podría encontrar algo muy jugoso, pues habían sucedido algunas ejecuciones de estrategias bastante ácidas por parte de los distintos bandos que pujaban en aquel territorio.
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Observaba desde lejos. Sólo dos personas en aquella yerma tierra fuertemente tecnificada. Estaban lejos de su vista, pero podía sentir humanidad en ambos. Una diferencia de altura considerable entre las dos posiciones. Un intento de persecución.
Je…-se sonrió mientras observaba.
Meros puntos moviéndose en este lugar tan amplio…-comentó quien le acompañaba.
Siento algo especial en ambos puntos, ¿sabes?-respondió-Especial y radicalmente diferente en ambos. Por un lado, a la altura del suelo tenemos a alguien que me recuerda a años anteriores. Por el otro lado, tenemos…un recurso aprovechable.-señaló a quien se movía por lo alto del edificio.
¿Crees que podrá servirnos de algo?-le preguntó la figura acompañante.
Con casi total seguridad.-reiteró.
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Seguía marchando a toda prisa. Volvía a sentirse bajo observación, pero esta vez no por las máquinas, sino por un persecutor que desconocía. Lo sentía a su espalda, algo alejado en la dirección longitudinal y muy por encima en la vertical. Podía sentir su presencia, pero de sus intenciones sólo podía desconfiar, pues no las conocía con certeza. No esperaba nada bueno de aquello, pero tampoco tenía tiempo para pararse a comprobarlo. Seguiría avanzando mientras nadie se lo impidiera. Preguntarse si quienquiera o lo que fuera que estuviera siguiéndole el paso iba a saltarle encima o no era algo que no le permitiría llegar a tiempo. Lamentaba no tener un vehículo a mano con el que poder llegar antes, pero no perdía la plena confianza que tenía en su velocidad.
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¿Sus avezados ojos estaban profesando un engaño o, en efecto, aquel huidizo objetivo estaba siendo totalmente indiferente? Podía sentir infinidad de flujos psicológicos en el campo de batalla, y algo le indicaba que esa persona o ese androide al que perseguía se había dado cuenta de que estaba bajo seguimiento…y, lo que era más, le daba absolutamente igual. ¿No tenía ninguna preocupación ni ningún miedo? Se encargaría de dárselo. Su disposición a apropiarse de la zona para hacerse un nombre estaba más que afirmada, y no tendría reparos en llevarla a cabo.
. . .
Su colisión será inminente.-dijo el observador-Vámonos. Observaremos esto desde la lejanía.
De acuerdo.-el acompañante se desvaneció junto con el observador.
. . .
Lo que se temía estaba por suceder. Estaba a punto de llegar a su lugar de destino, pero iba a tener que detenerse casi a las puertas. Escuchó a un cuerpo cortar el aire. No había duda de que le iban a saltar encima. Se giró y vio confirmadas sus sospechas. Con unas elegantes volteretas, se apartó, dejando que el recién llegado individuo aterrizase en cuclillas de su ingente salto, continuando con un barrido de patada baja que pudo esquivar rodando por el suelo. Acto seguido, se levantó y encaró a aquel recién llegado. Se trataba de una persona: una mujer.
Vaya…-dijo-…una congénere entre tantos seres artificiales. Sé que es improcedente, pero me gustaría preguntarte si puedo ayudarte en algo…tengo prisa.
Je…-respondió la mujer con desdén-…no sabía si eras un androide o una persona, pero, de cerca, ya puedo ver que eres un hombre… porque eres un hombre, ¿verdad?
¿Acaso no se nota?-preguntó el hombre, manteniéndose calmado.
Permíteme responder que no.-la mujer arqueó una ceja-Pareces toda una mujer...
No caeré en tu provocación.-respondió el hombre-Si no necesitas nada, tengo cosas que hacer…
¡Alto ahí!-la mujer se acercó amenazadoramente al hombre-Éstos no son mis dominios…pero van a serlo pronto. Por ello, te exijo un peaje por adelantado…
Se crujió los nudillos.
¿Quieres pelea?-preguntó el hombre-No tengo tiempo ni ganas de iniciar un com…
¿Quién te ha preguntado?-le cortó la mujer lanzando una patada circular.
¡Para, por favor!-respondió él bloqueando el ataque con un brazo-¡No nos conocemos de nada! ¡No hay motivos para luchar!
Tal vez tú no los encuentres…-respondió la mujer retirando su pierna y preparando una patada frontal alta-…pero yo quiero algo de información. Si vas hacia ese lugar…es por algo de peso. Nada va bien en ese sitio ahora mismo…
Si quieres informarte de algo…-contestó el hombre parando el empeine de la mujer con su mano izquierda-… acércate a preguntar, pero no interfieras en mi camino.
Eres demasiado educado…-le achacó la mujer-…sobre todo con alguien que está intentando partirte la cara.
La mujer lanzó un fugaz y peligroso gancho alto. Él lo paró agarrándole el puño con la mano derecha. Los ataques de ella eran potentes y amenazadores, como los zarpazos de una fiera hambrienta, mientras que los bloqueos y la guardia de él eran taimados, serenos, equilibrados y muy bellos posturalmente.
Mientras forcejeaban, gracias a los movimientos evasivos, los saltos y las pequeñas carreras para alcanzarse mutuamente, avanzaban inexorablemente hacia el lugar al que ambos querían llegar.
Ninguno de los dos conocemos el nombre del otro…-insistió el hombre-…esta batalla no tiene sentido…
¿Acaso se necesita una razón para divertirse?-preguntó la mujer mientras lanzaba ataques constantemente-¿No te lo pasas bien? ¿No disfrutas un buen mano a mano? Parece que dominas bien las artes marciales…déjate llevar, ¿de acuerdo?
Ese tipo de frivolidad no encaja con mi manera de ser.-rehusó el hombre-En ningún momento voy a abandonar una misión por un tipo de necesidad apetitiva de violencia grautita…
Realmente tengo mis razones…-respondió la mujer mientras continuaba atacando-…pero dudo que valgas lo suficiente como para que te las cuente.
¿Dudas de mi valía pero me atacas como si fuera un adversario respetable hablando de marcialidad?-el hombre no daba crédito-¿Cuán mal te ha tenido que sentar todo este caos del pliegue temporal para haber acabado así?
¿Insinúas que no estoy bien de la cabeza?-la mujer aumentó la intensidad de sus movimientos agresivos.
Tampoco demasiado mal…-se explicó él-…pues veo que me entiendes.
¡No te burles de mí!-le espetó ella-¡Vas a lamentarlo!
Deja de distraerme, por favor…-le instó él mientras la esquivaba de tal manera que la obligaba a perseguirlo hasta su objetivo-…no quiero tener que ponerme serio antes de tiempo.
¡Tómate esto en serio!-exclamó ella-¡Tu vida está en juego!
Lanzó un potente puñetazo hacia su contendiente. Él lo desvió con su mano izquierda y con la derecha lanzó un estiloso golpe frontal con el dorso de la mano directo al hueco entre las clavículas.
¡Bien!-se sonrió la mujer mientras esquivaba aquel ataque-¡Te has dignado a lanzar tu primer ataque!
Y no será el último si esto sigue así…-amenazó el hombre.
Sin esperar a que ella respondiera, ya fuera física o verbalmente, él se alejó con una vistosa y grácil cadena de volteretas en sentido a su lugar de destino, que ya veía a lo lejos.
¿Intentas huir?-preguntó la mujer echando a correr tras él-¡No seas cobarde!
Siguieron persiguiéndose durante unos minutos. El enorme edificio que a ambos interesaba ya se veía muy cercano.
¡Conque mis sospechas eran ciertas!-se aventuró a decir la mujer-¡El hospital Furuhana!
Déjame en paz, espero a alguien.-dijo seria y secamente el hombre irguiéndose ante la mujer.
¿Me lo presentarás?-preguntó ella lanzando un rodillazo.
No se te ha perdido nada con esa persona.-respondió el hombre.
Se abrió de piernas. Dobló su pierna izquierda, parando la rodilla de la mujer apretándola entre su corva. Acto seguido, cerró las piernas para colocar el cuerpo de la mujer frente al suyo y lanzó un empujón con las palmas de ambas manos.  Ella se soltó del agarre y lo esquivó saltando hacia atrás.
Juguemos a un juego diferente…-dijo la mujer echando mano de su cinturón.
Del cinto llevaba prendida un arma enfundada. Sacó un ejemplar bastante antiguo de un sable de caballería y, asiéndolo con la mano derecha, apuntó al hombre y se lanzó hacia él. Cuando creía que le iba a cortar la cabeza otorgándose la victoria, escuchó un golpe seco:  lo llevaba muy bien oculto, pero aquel hombre tenía un cetro enmangado muy duro y sólido con el que paró el impacto. Otra estocada por parte de la mujer…y otro bloqueo a manos de él. Siguieron así  hasta que oyeron una explosión. La pared que estaba a su lado, que era una de las laterales de la zona trasera, explotó violentamente. Del boquete vieron saltar a una mujer vestida de novia y a un adolescente con una melena muy larga. Un círculo negro se abrió perpendicularmente al suelo delante de ellos. De él salió una mujer vestida de negro…una mujer alada que les hizo una seña a aquellas dos personas recién escapadas para que entrasen en el círculo. Sin hacer caso de las dos personas que allí forcejeaban, entraron en el círculo, que se cerró tras volver a entrar la mujer cuya espalda estaba adornada por unas grandes alas.
¡Esos tres…!-se sorprendió la mujer.
¡ALTO AHÍ!-oyeron que gritaba una voz masculina desde dentro del hospital.
Vienen detrás de ellos…-dijo la mujer-… ¡nos volveremos a ver!
. . .
Freya, Yamiyuki, Aquanika, Ibara, Itami, Yurika, Metallurgy, Dalton, Nikola y Marah salieron por fin al exterior. No había ningún rastro de Arianelle ni de Yuu, pero tampoco se encontraron solos. Lo primero que vieron fue a dos figuras tremendamente andróginas peleándose. Una de ellas tenía el cuerpo de un hombre fornido, pero sus enormes pechos dejaban ver que se trataba de una mujer. La otra tenía un cuerpo esbelto, flexible y lleno de curvas, así como unas ropas y un semblante cargados de feminidad, pero su pecho era completamente plano y sus hombros y su cuello, perfectamente visibles, tenían unas formas claramente masculinas. En un primer y último grito de guerra, la mujer saltó encima del que pensaban que era un hombre espada en mano, pero éste la repelió con un arma blanca bastante atípica, obligándola a saltar lejos de allí, momento que ésta aprovechó para retirarse, dejando a aquel tipo tan andrógino solo ante diez recién llegados.
Lo había conseguido. Se giró hacia ellos.
¡Yamiyuki Kuroi!-exclamó-¡Y la mismísima Freya! He venido aquí buscándoos, pero temía llegar tarde. ¡Menos mal que nos hemos encontrado!

2 comentarios:

  1. Uy... ¿Personajes nuevos? me gusta, sobre todo como lo has descrito todo al principio. Genial.
    Son aliados así que tengo ganas de ver quienes son
    (me gusta que el hombre parezca mujer y viceversa, y las "coñas" entre ambos)

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    1. ¡Me alegro de que te haya gustado! Hay algo bastante importante en todo esto, y seguro que te va a dar muchas ganas de leer cuando lo veas. ¡Muchas gracias por comentar siempre, me anima mucho para seguir haciéndolo lo mejor que puedo!

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