jueves, 11 de septiembre de 2014

[WCIII] Episodio II: Implacable

REACTION
WORLDS COLLIDE III
Episodio II · IMPLACABLE

¿Ayako?-preguntó Dalton con recelo ante la quieta figura del objetivo de su reciente proyectil.
Aquella máquina con aspecto de mujer alada e instintos psicópatas se mantuvo callada, quieta y erguida.
¿Sí?-preguntó Ayako con seriedad y la mirada perdida.
¿Vas a…-preguntó Dalton-…obedecer mis órdenes?
Afirmativo.-respondió Ayako en un murmuro.
¡Ha funcionado!-pensó Yamiyuki mientras apretaba el puño.
Necesito que te desactives, Ayako, y que no vuelvas a activarte automáticamente: te despertaremos cuando te necesitemos.-pidió Dalton.
Eso es imposible.-repuso Ayako-Fui programada para mantenerme en perpetua actividad desde mi puesta en marcha.
Tomemos nota de esto y de todo lo que podamos sonsacarle.-terció Freya.
En tal caso, Ayako, por favor, te pido que nos dejes pasar.-dijo Dalton taimadamente-Quédate aquí y no nos sigas. ¿Lo harás?
Por supuesto.-dijo Ayako mientras se apartaba y les mostraba la salida de aquella estancia, que se abría ante ellos bajo los comandos que subyacían a los movimientos de mano de la robot.
¿Podemos investigar algo más a esta…peculiar personalidad…o, por contraparte, hemos de darnos prisa?-preguntó Freya-No he testeado personalmente cuánto dura el efecto de ese líquido.
Tendríamos que irnos ya.-dijo Nikola mientras se incorporaba-El Emperor’s Flask está diseñado para tener mucho rango de efecto a costa de limitar su duración: trabajé el compuesto para que tuviera unos valores de viscosidad, tensión superficial, densidad y demás parámetros moleculares tales que pudiera salpicar mucho y secarse rápido. Si se seca, Ayako volverá a su estado normal.
¡Nikola!-se sorprendió Dalton-¿Estás bien?
No…-respondió él-…naturalmente no, pero el mundo no va a dejar de girar por esto. Estoy afligido, pero no es el mejor momento para ser egoísta: de buena gana seguiría llorando en el suelo, pero…cargar conmigo mientras avanzamos nos ralentizaría. Hablemos de lo que queráis, pero que sea mientras nos largamos de aquí.
Ya lo habéis oído.-dijo Freya echando a andar a paso firme hacia la salida-Esos bellacos no pueden estar muy lejos.
Todos los demás la siguieron sin mediar palabra.
Gracias…por no herir a Ayako.-dijo Nikola con un tenue hilo de voz.
Tarde o temprano tendremos que volver a enfrentarnos a ella.-la voz de Freya resonó en la cabeza de Dalton-Necesitaremos tu apoyo para que el golpe no lo hiera demasiado llegado el momento. Está claro que o la matamos o nos mata.
Tras abandonar la sala, Dalton pirateó el terminal de control de las puertas que había en la pared. Pensó que habría sido el mismo que habrían utilizado Shiroi y los demás para cerrar las puertas y encerrarlos con Ayako, por lo que operó con él hasta hacer lo mismo, encerrando esta vez a la peligrosa robot en total soledad.
No sé cuánto durará esta medida de protección, pero es mejor ser precavidos.-dijo Dalton mientras aceleraba el paso para seguir a los demás, que habían seguido avanzando mientras él manipulaba el terminal.
Y dime, Dalton, ¿quiénes más están en este enorme vehículo?-preguntó Freya.
Estamos nosotros, están nuestros enemigos…-comenzó a enumerar el chico de cabello rojo-…algunos extraterrestres muy peligrosos y, con algo de suerte, algunos de los que nos echaron un cable antes de embarcar.
¿Esa mujer rubia que encontramos antes es de verdad tan peligrosa?-Freya continuó preguntando.
Más de lo que podemos llegar a imaginar.-dijo Dalton-Odia a los humanos…ella y todos los de su especie. Son…una raza superior a nosotros.
No les tengo miedo.-dijo Freya-Si no se meten en nuestro camino, yo no me meteré en el suyo, pero, como se les ocurra hacer alguna tontería…que teman.
Estimo que el letargo de Ayako se terminará en unos dos minutos…-dijo Nikola-…mi líquido se estará terminando de secar.
Tengo curiosidad por ese invento tuyo.-terció Yamiyuki-¿Te otorga control de las máquinas mientras éstas están mojadas?
Es la premisa básica.-respondió Nikola-Aunque dudo que pueda funcionar sobre las máquinas de tu época, pues lo he creado en base a las estructuras tecnológicas base de las máquinas de nuestros días…
¿Por qué no creas una versión que tenga unas diferentes características fluidodinámicas para que dure más?-preguntó Yamiyuki-Sería muy efectivo en casos como éste.
Tenía pensado hacerlo, pero no pude…y me alegro de no haber podido.-dijo Nikola-No pude porque, mientras estaba trabajando en ello, logré salir de las alcantarillas. Cuando salgamos de esta nave, bajaré a los laboratorios que he construido y me pondré manos a la obra.
Así que cuando usaste el Emperor’s Flask durante el golpe de Estado del general Dalton, lo hiciste a modo de primer ensayo, ¿no?-preguntó Freya.
Sí, pero estaba seguro de que funcionaría.-respondió Nikola mientras se ajustaba las gafas.
¿Qué clase de democracia es ésta?-oyeron una voz conocida en el extremo de un pasillo cercano-¿Cómo puede tocarnos a nosotros montar guardia? En el fondo nos consideran inferiores…
Tranquila…-le respondió otra voz, también familiar-…esto es por el bien de nuestros objetivos.
¿Ésos no son Ikaruga y Ayame?-preguntó Ibara torciendo el gesto.
Itami olfateó el aire.
Huele a ellos.-respondió secamente.
Vamos a zurrarles.-dijo Aquanika-Haber caído ante esa…Ayako…me ha dejado muy mal sabor de boca y quiero resarcirme.
Me parece una buena idea.-respondió Freya.
Os consideran inferiores porque lo sois.-oyeron a una tercera persona-No os preocupéis, hay demonios con mucho menos poder que vosotros…no sois malos fichajes, sólo demasiado jóvenes…
¡Verónica!-susurró Aquanika-¿Está con esos dos? ¡Vamos a partirles la cara! ¡Han dicho que están montando guardia! ¡Seguro que tras ellos hay algo importante!
Shhh…-Metallurgy los instó a guardar silencio.
Con mucho sigilo, la joven de cabello blanco sacó un pequeño autómata volador dotado de una cámara al que ordenó volar doblando la esquina que los separaba de aquel trío de enemigos. Con una pantalla portátil, mostró a sus compañeros la nítida imagen: Verónica, Ikaruga y Ayame estaban custodiando un enorme portón que no parecía poder abrirse con facilidad.
Barre un ángulo esférico completo con esa máquina en radio de visión máximo para asegurar la eficiencia de nuestra embestida, por favor, Metallurgy.-pidió Freya en voz baja.
Valor del radio…-murmuraba Metallurgy mientras tecleaba la configuración en el terminal de control-…siete kilómetros…ángulo de barrido…4p estereorradianes…
La pantalla mostró las imágenes capturadas por el robot. No se veían trampas, ni cámaras, ni armas ocultas, pese a los escrutinios del aparato con visores especiales capaces de penetrar la materia y observar a su través.
Puede que la verdadera amenaza esté dentro.-sugirió Metallurgy-Tras la puerta que están custodiando esos tres, quiero decir.
Sugiero un cambio de rumbo.-dijo Nikola-Ayako va a venir inminentemente…
Encargaos de esa escoria…-dijo Freya-…y yo lidiaré con Ayako para que no os muerda.
Estoy conforme.-dijo Yamiyuki.
Ibara e Itami asintieron, henchidos de ganas por ajustar cuentas con sus antiguos enemigos, así como también lo hizo Aquanika, deseosa de aniquilar a la mujer que destrozó su antigua vida.
Me parece adecuado dada la suficiencia numérica.-dijo Yurika.
No voy a quedarme quieta ahora que hemos llegado hasta aquí.-añadió Metallurgy.
No te preocupes, Nikola.-dijo Dalton poniéndole a su amigo una mano en el hombro-No vamos a dejar que sufras. Todo saldrá bien.
De acuerdo.-Nikola se encogió de hombros con los ojos llorosos-De hecho, creo que Ayako se está retrasando…
Mejor.-le espetó Ibara-Como si no vuelve. ¿Saludamos a esos desgraciados?
Susurrar no va a impedir que os oigamos, lo sabéis, ¿verdad?-Verónica los sorprendió doblando la esquina que había entre ambos bandos.
¡Verónica!-bramó sádicamente Aquanika-¡Cuánto tiempo! ¡No sabes las ganas que tenía de verte…rota y descuartizada!
Ayame e Ikaruga salieron al paso, encontrándose de frente con todos sus enemigos.
¡Ibara!-exclamó Ikaruga-¡Itami!
Sobraron las palabras. Ikaruga se lanzó hacia el grupo horizontalmente girando sobre sí misma en el aire con las piernas cruzadas, como si imitara a una broca, mientras que Ayame se desplazó en zigzag haciendo finta tras finta buscando un objetivo para un puñetazo rápido y certero.
¡Mamudoon!-conjuró Verónica.
¡Cast Cancel!-la rebatió Freya, que todavía sujetaba su bastón mágico.
Un pequeño destello blanco sacudió la mano de Verónica, impidiendo que ésta lanzase un hechizo.
He visto un aura de muerte muy peligrosa en la conjuración de ese hechizo.-dijo Freya-No conozco la magia del mundo de los demonios, pero creo, Aquanika, que tendrías que tener más cuidado con tu amiga.
¡Déjamela a mí!-bramó Aquanika mientras lanzaba un chorro de fuego por su mano hacia la demonio.
Verónica se teletransportó a las espaldas del grupo, pudiendo ver cómo Ibara paraba a Ikaruga con las palmas de ambas manos e Itami interceptaba a Ayame con una llave de luxación de hombro.
¡Cocytus!-exclamó la  princesa demoníaca.
Lanzó una inmensa ola de hielo que empujó a todo el grupo, causándoles daños y provocando que chocasen unos contra otros.
¡Ten más cuidado!-exclamó Ayame-¡Casi nos das!
Haciendo caso omiso a ese comentario, Verónica se preparó para otro hechizo, pero Aquanika se apareció ante ella y la sorprendió con una patada.
Ayako ha tenido que despertar hace varios minutos.-intentaba decirle Nikola a Dalton mientras cortaba con su espada láser con las patas de una araña gigantesca cortesía de Ayame-Ha tenido que ir a otro lugar…no puede estar persiguiéndonos…ya nos habría alcanzado.
No te preocupes, Nikola.-le respondió Dalton mientras burlaba elegantemente todos los golpes cuerpo a cuerpo de Ikaruga y contraatacaba con hábiles manotazos y puntapiés propios de las artes marciales chinas tradicionales-Trata de concentrarte en esta pelea: te prometo que no nos olvidaremos del tema de Ayako.
¡Dalton!-exclamó Yurika-¡Ataquémosle juntos!
La chica saltó hacia Ikaruga y la sorprendió con una fuerte patada en el hombro. Por su parte, Metallurgy se unió a Nikola para librarlo de media docena de moscas agigantadas con varias de sus máquinas de combate.
¿Estás bien, Nikola?-preguntó Metallurgy mientras paraba con sus manos la embestida de una mosca-¡Ay, qué asco! ¡Menos mal que tengo la piel revestida con mi preparado cerámico especial! De no ser así, me estaría muriendo del asco por tocar a una mosca así de grande y fea…
En el momento de la embestida, los senos de Metallurgy botaron salvajemente. Nikola enrojeció, pero sacudió vigorosamente la cabeza para alejar las ideas difusas.
Sí, estoy bien…o eso intento.-le respondió-Voy a librarte de ese insecto asqueroso.
Cortó en pedazos a la monstruosa mosca con una combinación de golpes con dos espadas láser.
¡Sabéis hacerlo mejor!-les espetó Verónica a Ikaruga y Ayame mientras lanzaba rayos de oscuridad contra el grupo.
¡Deja de distraerte!-le gritó Aquanika mientras disparaba contra ella unas gigantescas estacas de hielo-¡Tu oponente soy yo!
Antes del impacto del hielo, los rayos de Verónica lograron acertar en varios de los miembros del grupo, que ya habían acumulado daños de los dos combates.
¡Dejadnos en paz de una vez!-dijo Freya mientras movía solemnemente su bastón-¡Viento Blanco!
Su hechizo comenzó a manifestarse: una brillante brisa de partículas de color blanco cargadas de magia curativa comenzó a bañar tanto a Freya como a sus compañeros, curando sus heridas y paliando más que notablemente los daños.
¡Magia curativa!-se sorprendió Verónica-¡Matemos primero a la curadora!
Ni soy la única del grupo capaz de curar ni jamás podréis matarme, chusma.-respondió Freya taimadamente.
Eso lo vamos a…-intentó decir Verónica.
Una potente explosión la dejó con la palabra en la boca. La puerta hermética que habían cerrado tras de sí había reventado y, de entre el humo, salió Ayako, caminando lenta pero decididamente, dispuesta a cobrarse la jugada anterior.
Sois unos insectos muy escurridizos…-dijo Ayako.
Nikola volvió a convulsionarse y a temblar.
¡Aguanta!-le pidió Dalton mientras corría a sujetarlo.
El derrotado científico sacó un matraz de su bolsillo, pero fue incapaz de lanzarlo. Decidido, Dalton lo tomó de la mano de su amigo y lo intentó estampar contra Ayako, quien chasqueó los dedos e hizo que el vidrio se rompiese, perdiéndose el líquido a medio camino.
¿De verdad creéis que el mismo truco va a funcionar más de una vez contra mí?-chilló Ayako con un rostro desfigurado por la rabia y el sadismo.
Una luz de su armadura parpadeó durante una fracción de segundo, haciendo que el líquido rojo que estaba cayendo perdiese su color y se dividiese en varios componentes, que precipitaron al suelo definitivamente.
He sacado una gota de esa cosa sucia de mi cuerpo y la he analizado con mis escáneres.-dijo Ayako-Conozco todas las propiedades de esa mezcla, y sé cómo anular todos y cada uno de los electrolitos que contiene…tengo infinitos métodos para inutilizar ese brebaje. Ya no podréis ningunearme…y, si antes no podíais derrotarme, ahora tampoco.
Ya me extrañaba que hubieran podido pasar por encima del cadáver de Ayako…-dijo Ayame con un sobreactuado tono de falsa decepción.
Eso mismo digo yo.-lo respaldó Ikaruga.
Tras la confesión de su supuesta superioridad e invencibilidad, Ayako continuó avanzando lentamente hacia el grupo, manteniendo su mirada sádica. Verónica, Ikaruga y Ayame se colocaron estratégicamente para impedir la huida.
¡Alto ahí!-oyeron que bramaba una voz desconocida.
Ayako se paró en seco.
Vaya…-dijo-…creo que he sido demasiado blanda.
Intentes lo que intentes…-decía la voz, cuyo sonido era acompañado por unos pasos con zapatos de tacón-…eres demasiado blanda. ¡Niñata, arrodíllate y pide perdón mientras acabo contigo!
¡No puede ser!-exclamó Dalton al vislumbrar desde lejos la figura que se acercaba.
Pero si es…-dijo Freya.
Volvían a encontrarse. Aquella mujer vestida completamente de blanco y adornada con hermosas joyas caminaba con un ritmo solemne y amenazador. Su cabello, lacio y del color de la miel, acompañaba su paso firme, y sus ojos, del color de su cabello, estaban clavados en Ayako.
En ningún momento te he dado permiso para alejarte de mí en el campo de batalla, esclava cibernética malcriada.-le espetó mientras se acercaba-Voy a encargarme de que, aunque no estés viva, te duela hasta implorar la muerte. Tu insolencia, estúpido juguete roto, te saldrá cara… ¡muy cara!
¡Generala!-exclamó Dalton haciendo un saludo militar raudo y firme-¡Soy el jefe Dalton, diplomático humano!
Te conozco.-dijo la mujer de aspecto implacable mientras clavaba sus ojos en el chico-No tienes mi permiso para hablar en este momento. Estoy aquí por la máquina alada.
Vamos, vamos…-dijo Ayako con sorna-…viniste buscando pelea. ¿Qué querías? ¿Que me cruzase de brazos? ¡Y un cuerno!
¡CIERRA LA BOCA, MALDITA IRRESPETUOSA!-dijo la mujer del vestido blanco mientras estampaba a Ayako contra la pared y el suelo de un fuerte revés con el dorso de su puño derecho.
¡AYAKO!-gritó Nikola.
Dalton se alejó de la mujer y se apresuró a agarrar de nuevo a su amigo.
¿Te he dicho que descanses, jefe de pacotilla?-inquirió la mujer rubia-¡Mantén el saludo hasta que se te diga lo contrario, maleducado!
¿Por qué no bajas un poquito los humos?-terció Freya-Quiero decir…antes de que te los baje yo…tapón de botella.
¡Tú serás la sig…-intentó amenazar la recién llegada.
Ayako la cortó agarrándola del faldón del vestido y arrastrándola hacia el suelo, lugar en el que intentó someterla a una serie de puñetazos de los que se libró pateándola e impulsándola hacia el techo.
¡Open Ether Circuit!-Dalton pasó a la acción-¡Fire Bolt III!
Una explosión de fuego arreció contra Ayako en el aire, modificando su trayectoria y haciéndola caer más lejos del grupo.
¡Generala, estamos luchando con un enemigo en común!-exclamó Dalton-¡La mejor estrategia es unir fuerzas!
Ejecuta a esa insolente de cabello azul y hablaremos, jefe Dalton.-dijo la altanera mujer-Tal vez así me plantee si perdonarte la vida después de esto.
Creo que la mejor estrategia será inhabilitar a Ayako y matar a esta cerda parlanchina, ¿qué me decís?-intervino Freya.
¡Me parece muy bien!-respondió Yurika.
¡Desde luego!-la respaldó Itami.
Esto no estaba en los planes.-dijo Ikaruga por lo bajo.
Vamos a tener que informar…-propuso Ayame.
Esa puerta va a tardar en abrirse, mejor vamos dentro por una vía más directa.-dijo Verónica.
Con una ágil maniobra, la demonio agarró a Ayame y a Ikaruga y los teletransportó con ella.
¡Cobardes!-espetó la mujer rubia.
¿Vas a explicarnos ya quién es esta mujer?-instó Aquanika a Dalton-Necesitamos un nombre al que escupir bilis con propiedad.
Esta mujer es…-dijo Dalton-…la generala Nokanys Lithzaladrell, la tercera persona más poderosa de su planeta y de toda su especie.

2 comentarios:

  1. :O pensaba que Ayako había "muerto" vamos que la habían destruido xDDD
    Me da penita Nikola . Por cierto, quiero ese líquido pero para controlar personas MUAHAHAHAHAHA
    Veremos a ver como sigue con la generala

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    Respuestas
    1. Ayako va a dar un poquito de guerra...y Nokanys tres cuartos de lo mismo. ¡Mañana por la noche publicaré el tercer episodio! ¡Espero que te sigan gustando!

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