jueves, 19 de febrero de 2015

[TY] Episodio 25: Dientes de león

TAIMANIN YAMIYUKI
Episodio 25: Dientes de león

Una suave brisa soplaba en aquel anochecer. Las hojas de los altos árboles se mecían con gentileza. Aoi estaba inconsciente y tenía la espalda apoyada en uno de esos árboles.  Sus sueños turbulentos comenzaron a acercarse a un final abrupto: comenzaba a despertarse y sentía el tronco del árbol en su espalda. Cuando por fin abrió los ojos, se vio en medio del campo. Se esperaba cualquier cosa menos aquello: después de haber sido capturados por los altos ejecutivos de los Neo-Nómadas, una sala llena de instrumentos de tortura habría sido lo mínimo esperable. No obstante, prefería el campo a la sala de tortura. El viento arrastraba una suave fragancia a aire limpio, a naturaleza, a árboles. No estaba atado y no encontraba signos de actividades invasivas en su cuerpo. Miró a su alrededor. ¿Estaba realmente en medio de la naturaleza? En cualquier caso, pensó que no podría hacer gran cosa allí sentado. Levantarse y orientarse era lo que necesitaba en aquel momento.

Así que estás despierto…-lo sorprendió una voz.

Aunque al principio se sobresaltó ligeramente porque no esperaba encontrar a nadie, pronto dejó de sorprenderle encontrarse ante quien había aparecido en aquel paraje. Kazark, el ogro ingeniero, estaba allí.

Kazark…-dijo Aoi-…me pediste que no olvidara tu nombre y no lo he hecho. Siente el honor que te he concedido.

Esa actitud no es muy tuya, ¿no crees?-preguntó el gigantesco ogro-Tratar de imitar a tus camaradas no te acercará más a ellos.

Entiendo demasiado bien el juego al que quieres hacerme jugar.-respondió el Taimanin-No voy a caer.

Si no es por la mente…-dijo Kazark-…será por el cuerpo. En cualquier caso, Taimanin, caerás. Caerás ante mí.

Así que planeas luchar, ¿eh?-preguntó Aoi mientras se levantaba con decisión.

Por supuesto.-respondió el ogro-¿Acaso piensas que te voy a dejar irte de rositas?

No, claro que no.-respondió el joven-Sólo me sorprende que no estés delirando con paranoias sobre drogas, aparatos de tortura y modificaciones corporales.

No necesito tanta artificialidad para demostrarte que estoy por encima.-contestó el demonio-Puedo vencerte sin utilizar nada de eso.

No estés tan seguro…-pidió Aoi-…no voy a dejarme vencer. No soy moco de pavo, ¿sabes?

Acepto el hecho de que eres fuerte, pero no te esfuerces en creerte más de lo que eres, mequetrefe.-le espetó Kazark-Un enclenque como tú no podrá conmigo.

Eso no lo sabremos hasta que no lo intentemos, ¿no crees?-lo retó el Taimanin.

Creo que tus esfuerzos son dignos de admiración, pero…hazme caso, estás muy por debajo del listón.-insistió Kazark-Eres débil y lo sabes… ¿verdad que lo sabes?

Tal vez tienes miedo de enfrentarte a mí.-consideró Aoi.

Te equivocas.-dijo Kazark-Estoy muy tranquilo y puedo demostrarte serenamente la diferencia de nivel que existe entre nosotros.

El ogro lanzó un vigoroso puñetazo hacia Aoi, que saltó sobre el puño saltando sobre él apoyando las manos como si de un trapecio se tratase. Cayó detrás de él.

No voy a dejarme pisar como la otra vez…-dijo el Taimanin-… ¡te debo una bien gorda!

Aoi lanzó una patada recta, intentando atravesar la zona lumbar de su enemigo como si su pierna fuese una aguja, pero dicho enemigo reaccionó rápido y giró sobre sí mismo a la vez que tensaba el brazo, propinándole un revés muy fuerte con el dorso del puño.

No está mal…-dijo Aoi levantándose del suelo conforme caía.

El joven volvió a insistir: con ágiles y elegantes volteretas, se alejó de Kazark. Desde una distancia prudencial lanzó varios kunai. El ogro dejó que se clavaran en el dorso de su mano derecha, apretó el puño e hizo que los cuchillos cayeran al suelo.

¿Es así como los humanos sentís la picadura de un mosquito?-preguntó Kazark.

Tal vez.-respondió Aoi-¿Qué tal si pruebas la de una medusa?

El chico sacó su látigo, lo alargó en buena medida y fustigó al ogro repetidas veces. Lejos de moverlo un centímetro, sólo consiguió que al final agarrara el látigo con la mano izquierda y tirara de él.

Ninpô – Raiton no Jutsu!-exclamó Aoi.
(¡Arte ninja de la electricidad!)

Aoi condujo su corriente eléctrica a través del látigo, haciendo que el ogro sufriera un espasmo que le obligó a soltar el arma. Tal vez no podía herirle con su fuerza, pero sí podía aprovechar que su cuerpo, al igual que el de otros seres vivos, tenía electricidad.

Je…-se sonrió el Taimanin de cabello azul.

Desde su posición aventajada, Aoi lanzó varios latigazos contra el pecho del ogro. Acto seguido, hizo que su arma extensible se enroscara alrededor de su pecho. Con esto, acortó el látigo, forzando un acercamiento a gran velocidad. Cuando por fin llego a estar frente a frente con Kazark, Aoi finalizó la maniobra de aproximación con un rodillazo que llevaba impresa toda la velocidad del látigo plegándose. Con aquel golpe tan amplificado, hasta el propio joven notó que el ogro lo había sentido. Aprovechó este momento para lanzar un ataque especial.

Ninpô – Raiton no Jutsu! Arashi no Te!-gritó Aoi.
(¡Arte ninja de la electricidad! ¡Palma de la Tormenta!)

Aoi incrustó la palma de su mano izquierda en el plexo solar del Mazoku. Su palma, envuelta en brillantes rayos, inoculó una brutal descarga eléctrica por todo el cuerpo de éste, permitiéndole levantarlo del suelo con el látigo y lanzarlo por los aires.

Bien jugado…-dijo Kazark con tranquilidad mientras se estabilizaba en el aire.

El enorme ogro cayó de pie.

…pero no lo suficiente.-añadió.

Un placaje de hombro atropelló al joven ninja, propulsándolo hasta un árbol. Aoi trató de incorporarse, pero el ogro lo atrapó y comenzó a castigarlo con sus puños.

Estos puñetazos…-pensó Aoi-…son fuertes, pero no son nada comparado con la carga que llevo sobre mis hombros. La justicia es mi responsabilidad… ¡soy un Taimanin! ¡No puedo rendirme!

Aoi puso sus dos manos frente al puño de Kazark, interrumpiendo el golpe haciendo un acopio de fuerzas. Sólo aguantó unos segundos, pero le fueron suficientes para zafarse del tronco de aquel árbol y ganar distancia para evitar ser golpeado de nuevo. Desde su nueva posición, gritó el nombre de su técnica eléctrica, haciendo caer varios rayos sobre su enemigo, que respondió con unas patadas. Dada la longitud exacerbada de sus piernas, el ogro, de algo más de cuatro metros de estatura, logró alcanzar al chico en dos movimientos: intercambiando sus patadas como si estuviera dando zancadas, rápidamente llegó hasta él y lo pateó violentamente hasta hacerlo rodar colina abajo hacia una zona más baja del campo.

. . .-Aoi se quedó sin palabras al ver el sitio en el que había caído.

Su cuerpo yacía en un frondoso lecho de dientes de león. Aquello no podía ser una casualidad… pero no podía pararse a pensar en ello, pues pronto tuvo que apartarse. Con una impecable voltereta, evitó que el ogro le cayera encima con el puño. El ataque creó una onda expansiva que culminó en una ventisca de partículas de dientes de león.

¿Tienes fijación por destruir este tipo de flores?-preguntó Aoi poniéndose en guardia de nuevo.

He elegido este lugar a propósito para ti.-dijo Kazark-Deberías darme las gracias.

Aoi no respondió. Endureció su látigo y golpeó con él a Kazark en diferentes articulaciones como si se tratase de una vara de castigo o una fusta rígida. No sería más fuerte que él a nivel corporal, pero podía romper su equilibrio si atacaba con inteligencia. Desgraciadamente, su combinación de golpes necesitaba más tiempo para surtir efecto del que el ogro le dio, pues lo agarró sin contemplaciones de un tobillo y lo estampó verticalmente contra otro tramo de dientes de león. Mientras se levantaba, el Taimanin agarró una de las flores que se habían caído al ser golpeado. Apuntó con ella a Kazark y sopló.

Esto no ha hecho más que empezar.-dijo el Taimanin.

¡Ya lo creo!-bramó el Mazoku.

Kazark sacó una pequeña máquina plegable de uno de los bolsillos de su faldón de combate. Al desplegarla, dejó ver que se trataba de una mezcla entre un guantelete y un puño americano. Encajaba en su puño derecho a la perfección, y tenía un aspecto muy amenazador.

Construí esto en un rato libre el otro día…-lo informó el ogro-…veamos qué tal funciona.

Con un alcance temible, Kazark lanzó un puñetazo. Aoi lo esquivó, pero vio cómo el puño de su enemigo se clavaba en un árbol y lo hacía cenizas en una sonora explosión.

¡Bien!-exclamó el ogro-¡Funciona a la perfección! ¡Mi puño reactor cumple con todas mis predicciones tecnológicas!

Estaré en un apuro si eso me golpea.-pensó Aoi.

Continuó esquivando los puñetazos del ogro. En cada lugar que era golpeado se generaba un cráter quemado. El arma tenía una potencia devastadora. El forcejeo entre las voluntades de ambos luchadores continuó hasta que Aoi cometió un error de cálculo: intentó lanzar una patada voladora para aprovechar la ingente masa de Kazark como propulsión para alejarse de él, pero su pie se resbaló ligeramente y golpeó el puño mecánico del ogro: la onda de impacto fue tan fuerte que lo lanzó en vertical por los aires. El dolor lo invadía.

¡Maldición!-se lamentó Aoi en sus adentros-¡Esto no puede quedar así!

Haciendo caso omiso del dolor, Aoi activó de nuevo su técnica eléctrica y logró acertar con un rayo contra el puño de Kazark. El metal condujo la electricidad, hiriendo la mano del ogro e inutilizando el reactor, que se sobrecalentó y se apagó con un sonoro chasquido.

¡Chúpate ésa, demonio!-exclamó Aoi mientras caía de pie en el suelo.

Las piernas comenzaban a flojearle. El impacto del puño había sido demasiado para su cuerpo…

Mi arma incluye otra función.-explicó Kazark-¡Es un excelente lanzador de discos!

Del puño de Kazark salieron disparados a gran velocidad numerosos discos de sierra. Aoi comenzó a esquivarlos como si estuviera bailando. Su agilidad le permitía evadir esos peligrosos artefactos, pero no sabía cuánta munición tenía su enemigo y no podía estar así eternamente.

Ninpô – Kata no Jutsu!-exclamó el Taimanin.
(¡Arte ninja de la dureza!)

Lanzó un manojo de cuchillos kunai. Gracias a la técnica especial, se endurecieron hasta el extremo de poder cortar por la mitad los discos cortantes del ogro. Además, algunos de aquellos endurecidos cuchillos llegaron hasta el enemigo, clavándose en él e incluso atravesándolo.

¡Maldito Taimanin!-bramó el ogro-¡Me vas a hacer enfadar!

El gigantesco demonio corrió hacia Aoi destruyendo grandes cantidades de dientes de león a su paso. El chico, que se daba cuenta de eso, se enfureció y aceptó el desafío cuerpo a cuerpo de Kazark de lleno. Sabía que enfrentarse a él de esa forma suponía llevar las de perder, pero también tenía claro que iba a cambiar algo: logró aprovechar la enorme fuerza de su enemigo contra él, devolviéndosela en una llave más cargada de inteligencia que de maña, arrojándolo por una especie de barranco.

¡AAAAAAAAAAAAAAAAAHHHH!-chilló el ogro mientras caía.

¡Lo conseguí!-pensó Aoi mientras apretaba el puño en señal de victoria.

Se acercó al borde del barranco. Había bastante caída, pero podía distinguir claramente el cuerpo de Karistus en el suelo…aunque se sorprendió al ver lo que sucedió a continuación. El ogro se colocó otro de sus inventos en la mano, esta vez una pinza flexible y extensible. Sin poder hacer nada para remediarlo, Aoi fue agarrado con fuerza y empujado barranco abajo.

Eres más pequeño…-dijo Kazark-…veamos si sobrevives la caída.

¡Eso será si caigo!-exclamó Aoi.

Agarró fuertemente las pinzas y las usó como ascensor para caer con seguridad. Una vez en el suelo, las arrancó de la mano del ogro con una llave de luxación y las arrojó por los aires lejos de ellos.

Eres más valiente de lo que pensaba…-dijo Kazark apretando los puños-…y, ¿por qué ocultarlo? También más fuerte de lo que pensaba. Veamos si aguantas mucho más…

Aguantaré al menos hasta poder cobrarme lo que me quitaste ese día…Kazark.-respondió Aoi con seriedad.

¿Podrás?-preguntó Kazark.

Lo verás.-respondió Aoi secamente.

El Taimanin se esfumó de la vista del demonio. Agazapado entre las ramas de un frondoso árbol, el chico activó de nuevo su técnica de la dureza, lanzando una lluvia de shuriken mejorados. El ogro se percató rápidamente, pero no era tan ágil como un ninja, por lo que recibió varios pinchazos y cortes. Tras esto, Aoi bajó del árbol y alargó su látigo a la vez que lo endurecía. Quedó una fusta de varios metros, lo suficientemente extensa como para pinchar el abdomen del ogro sin acercarle a él. Desde esa posición, transmitió una corriente eléctrica muy elevada, haciendo que el ogro se hincara de rodillas.

¡Te venceré, Kazark!-gritó Aoi mientras corría hacia su enemigo.

Una vez llegó a estar frente a él, se dio una increíble voltereta hacia atrás que resultó en una patada ascendente muy vigorosa contra su mentón. Este golpe lo hizo caer redondo al suelo.

¿Ves como no soy tan débil?-dijo Aoi-Ésta es una lucha de ingenieros: deberías tomarme como a tu igual.

¡No me hagas reír!-gruñó el ogro mientras se levantaba-¡Esto no es nada!

Kazark se levantó y reveló otra jugada que tenía guardada: agarró a Aoi de la cintura y lo lanzó por los aires en una trayectoria casi horizontal, mandándolo muy lejos. Con grandes saltos que hacían temblar la tierra, lo siguió de cerca.

Tras varios minutos de mareante vuelo, Aoi vio una carretera colindante a aquel campo. Para evitar estrellarse contra el asfalto, se colgó de uno de los árboles más cercanos y bajó por su tronco con la agilidad propia de un animal trepador. Kazark cayó detrás de él y levantó una pesada máquina plegada.

¿Qué…-Aoi se giró extrañado.

El armazón metálico se desplegó, dejando ver que se trataba de un cañón gigantesco. Kazark disparó. El Taimanin esquivó el proyectil, observando sorprendido la enorme explosión que causaba en el lugar del impacto.

Veamos cómo te libras de esto…-Kazark se sonrió.

Aoi vio que había varias motocicletas estacionadas cerca. Sin dudarlo, corrió hacia ellas y se encaramó a la más grande, una de color negro y una apariencia propia de las motos de gran cilindrada. Con sus ágiles manos de maquinista, la puenteó rápidamente y comenzó a conducirla con gran maestría, alejándose del ogro y de su peligroso cañón en aras de tenderle algún tipo de emboscada. Como experto en tecnología, la conducción de vehículos no era un problema para Aoi.

Je…-se sonrió el ogro.

Kazark sacó otro de sus inventos de un bolsillo de su faldón. Era otra máquina plegable, pero, esta vez, se desplegó formando algo mucho más grande: una moto gigantesca. Montó y comenzó a perseguir a Aoi pisando el acelerador a fondo. Con una mano llevaba el manillar de la motocicleta, y con la otra sujetaba el cañón. Disparó una vez más. Al escucharlo, Aoi se ladeó hacia un arcén y dejó que el proyectil lo sobrepasase, creando una explosión a varios metros de su posición. De esta forma, el ninja y el ogro comenzaron una violenta persecución de carretera.

Como me dé una sola vez con ese cañón…-pensó Aoi-…más me valdrá saltar rápido de la moto o seré pasto de las llamas.

¡No podrás huir eternamente!-chilló Kazark, que estaba a punto de alcanzar a Aoi.

¡Ni tú podrás disparar eternamente!-respondió el Taimanin.

Inclinándose para tomar una curva, Aoi decidió tomar la ofensiva. Soltó el manillar con su mano derecha, utilizando únicamente la izquierda para conducir. Con la mano que había liberado, asió su látigo y lo blandió hacia atrás, enroscándolo en uno de los manillares de la moto de su enemigo.

Bien…-pensó Aoi con decisión-…vamos a jugar.

Dejó que su látigo se alargara de tal manera que el acelerador de Kazark no pudiera acortar la distancia entre ambos. Cuando terminaron el tramo de curvas y volvieron a una línea recta, Aoi endureció todos los metros de látigo, creando un puente rígido entre ambas motos y obligando a Kazark a retroceder violentamente. Su moto hizo un caballito tan empinado que la enorme masa conjunta del ogro y la motocicleta aseguraron un vuelque completo.

¡UARGH!-gruñó Kazark en el suelo mientras su moto le caía encima.

Aoi frenó. Bajó las piernas de la motocicleta y apoyó los pies en el suelo. Se giró y miró a su oponente.

Asegúrate de que tu enemigo no sea aficionado a las motos antes de hacerle pasar por esto.-dijo el chico con seriedad.

¡No te jactes!-bramó Kazark mientras se levantaba-¡Sigues siendo un debilucho!

Este debilucho no va tan mal en este combate contra ti, ¿no crees?-respondió Aoi.

Te demostraré que eres más débil que tus camaradas.-dijo Kazark apretando sus puños.

El ogro se lanzó de nuevo en un asalto cuerpo a cuerpo. Esta vez, Aoi no pudo contrarrestar su ofensiva y cayó presa de aquellos potentes puñetazos. Había recibido tantos golpes que tosía sangre.

Ugh…-gimoteó Aoi.

¡No puedes hacer nada contra mí!-bramó Kazark-Un simple humano no puede derrotar a un demonio, a una raza superior.

¡Cállate!-le espetó Aoi mientras rodaba por el suelo para librarse de su enemigo.

Una vez se hubo alejado, Aoi se levantó y se puso en guardia de nuevo.

¿Qué obsesión tienes con llamarme “débil” y con decir que soy menos que mis amigos?-le preguntó el chico con rabia contenida-¿De qué me acusas?

¡Ellos son más grandes y fuertes que tú!-exclamó Kazark-¡Sus poderes están más desarrollados! ¡Sus armas son mejores! ¡En Gokuruma defendieron más de lo que tú pudiste defender! Mientras ellos protegían a la gente, tú te enfrascaste en un intento egoísta de proteger unas estúpidas flores que se perdieron para siempre…

Los ojos de Aoi se abrieron con sorpresa.

Je…-rió Kazark-… ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!

Entre la confusión de Aoi, Kazark sacó una enorme cadena y la utilizó para enganchar su moto. Como si fuera un látigo, blandió la cadena y lanzó su enorme moto contra Aoi, que salió disparado y se deshizo en un alarido.

¡Maldita sea!-pensó Aoi mientras las lágrimas intentaban salir de sus ojos.

Kazark oprimió un pulsador de mano. La moto estalló en pleno vuelo, de tal manera que Aoi dejó de verse.

Muerto.-dijo Kazark.

El ogro iba a darse la vuelta e irse de allí, pero…cuando el humo de la explosión se disipó, se llevó una sorpresa. Aoi estaba en pie. Lleno de heridas, magulladuras, quemaduras y sangre, el chico había endurecido su látigo y lo estaba utilizando como bastón para mantenerse en pie. Clavó sus ojos llorosos en el Mazoku.

¿Qué…-preguntó Kazark sorprendido.

Te…-balbució Aoi-…te…de…de…derrota…ré…

¿Qué demonios estás diciendo?-le gritó el ogro.

¡LO QUE HAS OÍDO!-chilló Aoi-¿Crees que no he pensado en mi situación, en las diferencias que poseo con respecto a mis amigos? Escúchame…Yamiyuki no me eligió por ser el más poderoso: lo hizo por cuestiones intelectuales. Puede que no tenga la fuerza arrolladora de algunos de mis amigos, pero soy lo suficientemente fuerte por dentro y por fuera como para no dejarme llevar por tus estúpidas palabras. Quieres que me cohíba, que deje de estar seguro de mí mismo, que pierda el orgullo. Quieres confundirme, hacerme sentir débil…quieres que no sea un oponente, sino un saco al que golpear. ¿De verdad piensas que soy débil? ¿De verdad piensas que me importa lo que me digas? No, Kazark…no. No tienes ni idea de lo que me ha costado llegar hasta aquí…de todo lo que me he esforzado, de todo lo que he luchado, del dolor que he tenido que aguantar.-el chico sintió que las lágrimas regaban su pecoso rostro-¡No conseguirás hacerme llorar! Si lloro, es porque recuerdo mi lucha, no por el hecho de que tus palabras me hagan daño. Eres muy vil…como toda tu estirpe. Si fuera débil e incapaz de proteger a nadie, tus ogros habrían penetrado en Gokuruma y habrían hecho estragos entre mis convecinos, pero… ¿quién se los cargó a todos? ¡FUI YO! Escúchame, maldito manipulador, ¡las lágrimas que hoy dejo caer porque mis esfuerzos duelen serán las sonrisas que mi orgullo me brindará cuando logre todas mis metas! ¡Ninguna buena recompensa llega sin esfuerzo, es natural! El que aún me quede mucho camino por recorrer es tan normal que tu intento de confundirlo con debilidad es totalmente fútil. Estoy seguro de que puedo contigo…incluso si me faltan fuerzas para andar…incluso si tengo que usar mi arma como bastón…aun si me golpeas tan fuerte que estés a punto de matarme…pase lo que pase…bajo cualquier circunstancia… ¡TE DERROTARÉ! ¡NO SOY MENOS QUE NADIE! Déjame decirte algo…tu intento de guerra psicológica ha sido muy ingenioso, pero me ha dejado ver una cosa: si tan empeñado estás en hacerme parecer débil…es porque TÚ eres débil. Eres débil…y voy a demostrártelo. ¡TAIMANIN AOI, AL ATAQUE!

Bonito discurso…-dijo Kazark-…pero es tan inútil como bonito. ¡MUERE!

Kazark sacó otro aparato plegable. Se desplegó formando un enorme garrote metálico que asió con ambas manos para estamparlo contra Aoi.

Ninpô – Kata no Jutsu!-exclamó Aoi.

El chico endureció su propio cuerpo. El garrote se partió limpiamente por la mitad.

¡Eres un debilucho, no puedes hacerme daño con tan poca fuerza!-bramó Aoi parafraseando a su enemigo e imitando su tono de voz.

Maldito insolente…-siseó Kazark.

Ninpô – Raiton no Jutsu! Raijinkyaku!-Aoi tomó la ofensiva.
(¡Arte ninja de la electricidad! ¡Patada Eléctrica!)

Aoi cargó su pierna derecha con electricidad. Con elegancia, agilidad y presteza, lanzó una patada giratoria alta con salto que impactó en el cuello de Kazark. El choque eléctrico atravesó sus hercúleos músculos y lo hincó de rodillas en el suelo. Recordó a Yamiyuki, uno de sus mejores amigos…y un Taimanin especialista en concentrar su fuego en sus extremidades para convertirse a sí mismo en un arma.

¡Este movimiento me lo enseñó Yamiyuki!-exclamó el chico con orgullo-Es imposible que pierda con esto.

Yamiyuki, Yamiyuki, Yamiyuki…-dijo Kazark-… ¿no tenéis otra persona de la que hablar? ¿Es la única figura que existe en vuestras vidas? ¿Os ha lavado el cerebro, idiotas?

La mirada de Aoi se endureció.

No entiendes la amistad humana por lo que veo.-le dijo-No tienes ni idea… ¡Yamiyuki es sólo uno de mis hermanos! ¡Tengo otros cuatro, somos una orgullosa prole de seis hermanos nacidos de padres diferentes! ¡Y todos ellos han dejado su huella en mí! ¡Todos son importantes, irremplazables y grandes personas! Déjame enseñarte unos ejemplos… ¡esto me lo enseñó Shirubei!

Aoi se colocó un cuchillo kunai entre cada dos dedos, simulando unas garras. Antes de lanzarse al ataque, los endureció con su poder ninja y propinó una serie de arañazos al ogro, haciendo que sangrara. Recordó a su amigo utilizando sus garras: sólo tenía que pensar en él, en los momentos que habían pasado juntos, en lo que se habían enseñado mutuamente.

¡ARGH!-chilló el ogro, que por fin estaba sintiendo verdadero dolor.

¡Esto me lo enseñó Inuhito!-siguió Aoi.

Recordó la crueldad de su amigo en combate. Eran muy diferentes en ese aspecto, pero Aoi no podía negar que los métodos de Inuhito eran efectivos. Era un chico agresivo que buscaba siempre la máxima contundencia en sus ataques, por lo cual solía utilizar mucho sus codos y rodillas para atacar…y una de sus especialidades era causar heridas y golpearlas. Mientras imaginaba una escena de tranquilidad y armonía entre ambos, Aoi giraba sobre sí mismo propinando potentes codazos en cada herida abierta de Kazark. El chico dibujó a Inuhito sentado frente a él, compartiendo una mesa y unas bebidas… no podía perder si sus amigos estaban en su corazón.

Agh…-Kazark tosió sangre.

Esto…-dijo Aoi saltando hacia Kazark y abriéndose de piernas-… ¡ESTO ME LO ENSEÑÓ RITO EN EL GIMNASIO!

El chico enroscó sus piernas alrededor del robusto cuello del ogro. Pegó su entrepierna a su cara. Imaginó a Rito: habían pasado por mucho juntos. Muchas veces hacían ejercicio juntos, en el pasado resolvían problemas profesionales juntos, habían compartido muchas comidas en la misma mesa…hasta el mínimo cuarto de hora sentados juntos en el sofá lo motivó. También recordó cuando, en la antesala de la pubertad, Rito le enseñó a masturbarse. Después de recordar a su gran amigo, se dobló hacia atrás, arrastrando a su enemigo consigo y catapultándolo en medio de una voltereta, golpeando su cabeza contra el suelo y dejándolo tumbado bocarriba.

Y…-se sonrió Aoi-… ¡esto me lo enseñó Hagane!

Aoi levantó su pierna y la dejó caer sobre la entrepierna del ogro, pisando sus genitales con el talón y girando el tobillo repetidas veces para hincar más el pie. Él no era tan sádico como Hagane, pero imaginarlo en su lugar pisando a su enemigo con sus elevados zapatos de tacón convertía todo atisbo de crueldad en dulzura: ser así era tan suyo que no podía sino sentirse nostálgico y encariñado por todo lo que había compartido con su amigo.

Je…-rió el ogro intentando ignorar el dolor-… ¿tienes que dar lugar a que un amigo te enseñe a hacer una llave, dar un pisotón, repartir codazos o utilizar unos cuchillos? Eres un poco inútil en tal caso…

No lo entiendes bien.-dijo Aoi-Pareces muy corto de miras…esperaba más de ti. No son los movimientos per se…es la esencia de mis amigos, la personalidad de cada uno de ellos, la importancia de tenerlos a mi lado… ¡todo eso es lo que da poder a los movimientos que utilizo! En ningún momento les he pedido que me enseñen técnicas…no intento imitarlos en combate…sólo quiero demostrarte lo poderoso que te puede llegar a hacer tener amigos.

Eso está muy bien…-dijo Kazark-…pero no es suficiente para luchar contra mí.


Con su fuerza sin parangón, el ogro se quitó a Aoi de encima fácilmente. Acto seguido, se levantó y le asestó otro brutal puñetazo. El chico, que había hecho un enorme acopio de fuerzas para poder seguir peleando, cayó arrodillado en el suelo.

¡Eres pequeño y débil, lo mires por donde lo mires!-le espetó el ogro.

¿Pequeño?-susurró Aoi-¿Débil? ¡Déjalo ya! Que seas más grande y tengas más músculo que yo es natural debido a que eres un ogro, pero… ¡ESTE METRO NOVENTA DE HOMBRE LUCHADOR NUNCA SE HA SENTIDO PEQUEÑO, NI MUCHO MENOS DÉBIL! –se levantó de golpe- ¡Deja de decir falacias para ocultar el miedo que me tienes! ¡Pelea como un hombre si es que te consideras uno!

Lo he subestimado claramente…-pensó Kazark.

Has…-dijo el ogro-…aprobado. No obstante, aún es pronto para cerrar esta disputa. Volveremos a vernos…Taimanin.

¿Qué estás diciendo?-preguntó Aoi.

Kazark lanzó un objeto pequeño a los pies de Aoi. Se trataba de una trampa a base de tecnología Mazoku que emitió una descarga de rayos violetas que paralizaron el cuerpo del ninja inmediatamente.

Lo siento, no puedo dejar que me sigas.-dijo Kazark.

El ogro se colocó un aparato en la espalda y saltó al vacío, hacia lo que parecía una pequeña ciudad debajo de aquella carretera de montaña. La máquina se desplegó, dejando ver que se trataba de un ala delta autopropulsada. Finalmente, Kazark desapareció en el horizonte, volando.

¡Cobarde!-bramó Aoi-¡COBARDEEEEEEEEEEEEEEEEEE!

Aoi tenía muy clara una idea: Kazark no era tan fuerte como parecía. Tenía un punto débil crítico e iba a explotarlo. Se prometió a sí mismo que la próxima vez lo mataría.

4 comentarios:

  1. Mira, me caía bien el ogro (en serio, por como se expresaba y demás, era de estos malos que me caen bien) hasta que le ha dado la pataleta.
    Joder, es que les da la pataleta y se les va la cabeza diciendo chorradas en plan "Soy el puto amo" NOOO
    A ver querido ogro, tú tendrás mil artilugios y trucos pero... vas a morir. Y vas a morir porque no puedes quedarte callado y tienes que tocarle los cojones a Aoi... Estos malos... no aprenden.

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    1. Es duro luchar contra unos héroes tan geniales... ¿verdad? Bueno, después de una racha inestable, hoy viene un nuevo episodio. ¡Te va a gustar!

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  2. Y añado...
    SON UNOS BOCACHANCLAS XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

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    1. Me gusta ese término...aunque ya te digo que Kazark tiene bastantes cosas que enseñar todavía. ¡Seguiré esforzándome!

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