lunes, 16 de febrero de 2015

[TY] Episodio 23: Lujuria y líquido

TAIMANIN YAMIYUKI
Episodio 23: Lujuria y líquido


(Dedico este episodio a mi amigo Siphon. Él lo entenderá mejor que nadie.)

Una cama enorme en la que hasta perderse era una posibilidad. Un colchón viscoelástico de muy alta gama. Sábanas de seda blanca. Colcha de terciopelo granate con un estampado negro que imitaba la piel de un leopardo. Almohadas con elegantes fundas negras. Cojines de diseño. Aquello parecía demasiado bonito para ser cierto… ¿sería tal vez un sueño? ¿Una ilusión? En cualquier caso, Hagane despertó de lo que le estuviera pasando. Su agarrotamiento mermó la sensación de sorpresa al ver que la cama en la que se creía mientras dormía era real y estaba dándole apoyo a su cuerpo tumbado y vestido con el uniforme de Taimanin. Se puso bocarriba y se desperezó muy discretamente. Miró a su alrededor: aquello parecía una habitación de lujo de un hotel de cinco estrellas…o el escenario de rodaje de una película pornográfica. Había un amplio escritorio, un tocador, un armario enorme, alfombras lujosas, un biombo plegado y un juego de varias estanterías de distintas formas y dimensiones. Los colores y la iluminación, en gama de rojos, rosas y púrpuras, daban un toque muy erótico a la sala. Hagane pensó que, a excepción de la colcha de leopardo, el dueño de aquel cuarto no tenía mal gusto. No obstante, su mente lúcida no tardó en darle a entender que aquello era una celda, no un dormitorio normal. Los muebles típicos de dormitorio estaban aglutinados en los lados de uno de los ángulos rectos de la sala, mientras que el resto era espacio abierto. Las paredes y el techo desentonaban: mientras que los muros y columnas estaban pintadas con un sobrio color gris marengo sin ningún tipo de decoración, el techo estaba enrejado y dejaba ver algunos tubos fluorescentes blancos de uso común como respaldo para las luces de ambiente. Esta estructura tan austera y lóbrega era más propia de un almacén industrial que de aquel intento de habitación romántica. En todos los metros cuadrados de espacio abierto había algo en lo que fijarse…especialmente un par de pilares muy juntos entre sí de cuyas cúspides colgaban cadenas muy gruesas. Olía a mezcla de frutos rojos con ligeras notas de vainilla, canela, fruta de la pasión y cacao. El aroma era dulce, intenso y casi palpable. Resultaba demasiado agradable para la situación en la que el chico se encontraba. Decidió ponerse en pie después de haber examinado la sala. Como su imaginación le dictaba, la puerta estaba cerrada. No había nada de interés encima de la mesa, ninguna nota en el espejo del tocador, nada digno de ser considerado un acto comunicativo. Carecía de tiempo para abrir cada uno de los cajones y observar cada uno de los recovecos: tenía que hacerse una idea de dónde estaba y cómo podía salir. Pensó en romper la puerta, pero sería demasiado arriesgado: no dudaba del hecho de que estaba en unas instalaciones de los Mazoku, por lo que el ruido le echaría a toda la seguridad de la planta encima. Decidido a forzar la cerradura con una aguja senbon, el chico se acercó de nuevo a la puerta, pero no necesitó intentar nada. Aquella puerta de elegante madera lacada en rojo con picaporte de plata se abrió desde el otro lado con una llave. De manera instintiva, Hagane saltó, alejándose de la puerta. El picaporte se giró y, finalmente, la puerta cedió, revelando el rostro y la figura del poseedor de la llave: Delphine.

Tú…-siseó Hagane-…parece que no voy a librarme de ti en la vida…

Me hubiera gustado terminar de servirte en mi bar…-dijo el demonio-…pero no puede ser porque ya no hay bar. ¿Qué te parece si te sirvo en mis aposentos?

¿Ésta es tu habitación?-preguntó el Taimanin con sorna-¡Vaya una colcha hortera!

No esperaba que entendieras mi sentido del gusto.-respondió Delphine-¿Una copa?

¿Crees que soy idiota?-le espetó Hagane-¿De verdad piensas que me voy a beber algo que me vayas a dar? ¡Y un cuerno!

Tendrías que ser más educado, ¿sabes?-respondió Delphine-No te he dicho ni te he hecho nada para que me contestes así…y, además, soy tu anfitrión.

Vete al infierno.-respondió Hagane-¿Dónde están mis amigos?

Ah…-suspiró el Mazoku-…ni lo sé ni me importa.

Delphine lanzó la llave que llevaba en la mano contra la cerradura, encajándola de manera impecable. Mágicamente, ésta giró sobre su eje, cerrando de nuevo la puerta.

Bonito truco.-observó Hagane-Lástima que ahora tenga que darle yo la vuelta a la llave en sentido contrario para largarme…

Hagane se alejó de Delphine y se acercó a la puerta, pero éste lo agarró del hombro con firmeza.

Tú no vas a ninguna parte.-dijo Delphine con tono amenazante-Voy a enseñarte muchas cosas esta noche…

El joven ninja miró por primera vez por la ventana. Era de noche cerrada. ¿Cuántas horas habría pasado en esa cama?

¿Y si no me interesan?-preguntó dubitante Hagane.

Haré que te interesen.-el demonio se encogió de hombros.

Ya…-susurró Hagane- ¡HAAAAAAAAAAAH!

Ágil y violentamente, Hagane se giró hacia Delphine, terminando el giro con una patada que impactó en su cuello.

Agh…-gimió Delphine.

¡HWOAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!-gritó Hagane.

Se preparó para lanzar otra patada, pero Delphine desenvainó su espada y paró el golpe con la empuñadura.

Qué ganas tenía de vérmelas contigo…-confesó Hagane-…voy a hacerte polvo, ¿sabes?

Vas a verme unas cuantas cosas esta noche, sí…-respondió el demonio de piel grisácea-…y el polvo tal vez te lo eche yo a ti. ¿Qué te parece?

Una puta, real, soberana, absoluta y rubicunda mierda.-respondió Hagane-¡Pelea como un hombre, si es que lo eres!

El Taimanin sacó sus abanicos y apuntó amenazante a Delphine con ellos.

No comprendes el poder de mi espada, ¿verdad?-preguntó el Mazoku.

Se alarga y se dobla.-respondió Hagane-Nada que no haya visto hasta ahora.

No sabes lo más importante…-se sonrió Delphine-… ¡JAJAJAJAJAJAJA!

Lo más importante va a ser la paliza que voy a darte esta noche, madurito putero.-se jactó Hagane-¿Listo para llorarle a mamá mientras te arde el pompis?

El Taimanin le guiñó un ojo a su oponente.

Es curioso que me hables de madres…-dijo Delphine-…precisamente tú…

Deja a mi madre tranquila.-dijo Hagane con un tono gélido.

¿Por qué?-preguntó el Mazoku-Con todo lo que le han hecho ya, no creo que le moleste un poco más… ¡JAJAJAJAJAJA!

Bastardo…-siseó Hagane-…no montaré en cólera: no lo necesito para matarte...

El andrógino Taimanin vestido de rosa se lanzó contra Delphine y pateó su pecho con uno de sus tacones. Acto seguido, se tiró encima de él girando sobre sí mismo con sus abanicos, pero la espada se interpuso entre ambos.

¡Alto ahí!-exclamó Delphine-¡No tan rápido!

Con destreza, el Mazoku desvió los abanicos de Hagane con un mandoble de su espada y, acto seguido, lo apartó con una chulesca y barriobajera patada.

¿Conociste a mi padre?-preguntó Delphine con una sonrisa sádica-He estado informándome y todo apunta a que sí…

¿De qué me hablas?-preguntó Hagane aún en guardia-¡Esfúmate!

Mira…-dijo Delphine.

El demonio introdujo la mano en sus pantalones y sacó una fotografía de un hombre demoníaco que se parecía mucho a él. Hagane miró la fotografía con cara de sorpresa, totalmente descompuesto.

Muerto en combate contra los Taimanin, mi señor padre fue un excelente adiestrador de damas.-explicó Delphine-Yo le he salido maricón, así que cargo con su legado como adiestrador de señores. Y… ¡qué coincidencia del destino! Al igual que su presa más deliciosa fue Kotona Kurobara…la mía será su hijo, ¡Hagane Kurobara! ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!

Dos lágrimas se abrían paso a codazos por los ojos de Hagane. Su madre había sido violada y asesinada por los demonios hacía años, y el hombre que resultó liderar su tortura y culminarla en asesinato fue el que se hallaba en la fotografía…el padre de Delphine, que posteriormente fue derrotado y ajusticiado por Kuroyuri Kuzu, amiga íntima de Kotona y profesora particular de artes específicas del propio Hagane.

Por eso me resultaba tan familiar…-pensó Hagane mientras luchaba por no llorar-…no era su olor, por muy familiar que me resulte, sino su cuerpo… ¡es idéntico a su padre! ¡A ESE HIJO DE PUTA QUE DESTRUYÓ MI VIDA FAMILIAR!

El Taimanin hizo un enorme acopio de entereza, se guardó sus lágrimas y lanzó un golpe feroz contra Delphine, cuya espalda se incrustó en el armario.

Escupo a diario sobre la tumba de tu mierda de padre.-dijo Hagane con furia contenida-La gran guerrera que cometió el noble acto de acabar con su vida fue en su día mi maestra y me ha enseñado gran parte de lo que sé. ¡Estoy más que preparado para acabar contigo!

Ya lo veremos…-dijo Delphine-…lo mío no es el cuerpo a cuerpo, así que no me voy a rebajar a tu altura. ¡Te voy a enseñar mis auténticas capacidades!

El demonio se levantó y abrió el armario. No había nada de lo que alguien cuerdo esperaría encontrar en un armario. De la barra de la que normalmente se cuelgan las perchas sólo colgaban algunos hombres presos.

¡Chicos!-exclamó Hagane.

Aquellos hombres eran algunos ciudadanos de Gokuruma, probablemente de los que fueron capturados durante el asedio liderado por Belladonna.

Mira y aprende, Hagane Kurobara…-dijo el Mazoku.

La espada de Delphine comenzó a serpentear, buscando a los hombres, que estaban casi desnudos y muy magullados. Pinchó a cada uno de los hombres como si de un mosquito se tratase y, tras ello, volvió a su forma original. Los rostros de aquellos reos cambiaron de forma brusca.

Hombres…-dijo Delphine con fruición-…seguid mis órdenes y os daré lo que anheláis.

¡QUEREMOS LA POLLA DEL AMO!-bramaron a coro.

¿Qué clase de juego macabro es éste?-pensó Hagane-¿De qué va esta mierda?

¿Queréis la polla del amo?-pregunto Delphine-¿La queréis? ¡Tomad una pequeña muestra!

Delphine descolgó a uno de los hombres, lo obligó a arrodillarse en el suelo y le pegó la entrepierna a la cara.

¿Esto quieres, putita?-preguntó un apremiante Delphine que frotaba su entrepierna contra la cara de aquel torturado prisionero-¡Huélelo bien, te aseguro que no encontrarás otro igual! Si queréis probar mi polla… ¡ACABAD CON ESTE HOMBRE Y OS DARÉ POLLA PARA UNA SEMANA!

Los reos se descolgaron a la fuerza del armario y se lanzaron contra Hagane como si estuvieran drogados y reforzados.

¡No!-bramó Hagane-¡Esperad! ¡Soy yo, Hagane!

Los tipos tiraron al chico al suelo y comenzaron a apalearlo. Aquel linchamiento le dolía más por verse enfrentándose a sus convecinos que por los golpes en sí.

¡Parad!-exclamó Hagane-¡No! ¡Dejadlo!

¿Es esto todo lo que puedes hacer?-preguntó Delphine-Qué decepcionante…

No me jodas,  proxeneta gris, no me jodas…-le espetó Hagane mientras encajaba los golpes.

Llevadlo a la zona de castigo.-pidió Delphine.

Los hombres levantaron a Hagane y lo acercaron hacia los pilares de los que colgaban las cadenas.

Lo siento, chicos…-susurró Hagane.

El chico se libró de sus captores con ágiles patadas y, una vez estuvo de nuevo en el suelo, repelió a los que un día fueron sus amigos con fuertes puñetazos y codazos.

¡AH!-gritó Hagane.

Entre el fragor de la escaramuza, notó un pinchazo. Delphine había logrado clavarle la punta de su espada.

¿Por qué me siento tan…-se preguntó Hagane-…débil y…caliente?

¡Por fin caes en mis garras!-se relamió Delphine.

Con gran facilidad, el Mazoku agarró a Hagane y lo ató de pies y manos a los pilares.

Ya eres mío.-el demonio clavó sus ojos en el joven ninja.

Así que la “picadura” de tu espada pone cachonda a la gente, ¿eh?-preguntó Hagane con una sonrisa desafiante-Lamento decirte que estoy muy sobrio ahora mismo…

Tu inyección no ha sido explosiva como la de esta gente que has dejado inconsciente.-explicó Delphine-La tuya se extenderá poco a poco… ¡será divertido!

No voy a dejar que eso suceda.-explicó Hagane-Te voy a destrozar.

Ya…-comentó el demonio-…seguro.

Pateó los abanicos de Hagane, alejándolos de él.

Veamos de qué cosas eres capaz estando lejos de tus queridas armas.-Delphine retó a Hagane.

Seguro que de más que tú sin tu espada trampera.-respondió Hagane con sorna.

¿Te gusta la mezcla de aceites esenciales para aromatizar la sala?-preguntó Delphine-La he elegido para ti porque pensé que te gustaría…de nada.

Sería bonita si no estuvieras tú jodiéndola, la verdad.-comentó Hagane con trivialidad.

Tú necesitas oler otras cosas para ponerte a tono…-dijo Delphine.

El demonio bajó las cadenas, haciendo que Hagane quedara pegado al suelo, hincado de rodillas. Acto seguido, se desabrochó los pantalones y dejó ver unos calzoncillos negros que despedían un olor muy fuerte y estaban bastante húmedos.

No me jodas…-pensó Hagane-…no…no…qué asquerosidad…no me digas que tiene el puto clásico de los demonios…

Sin pudor ni miramientos, Delphine dejó ver su pene. Era gris, como el resto de su cuerpo. Sus testículos, grandes y colgantes, estaban totalmente depilados, mientras que en su bajo abdomen tenía una abundante mata de pelo del mismo color que su cabello. El prepucio, bastante ancho, brillante y humedecido, escondía muchos bultos, como si tuviera algo extraño además del glande.

Pues sí…-pensó Hagane-…sí lo tiene. Qué asco…a saber cuánto tiempo lleve sin dar la luz por ahí…maldita sea…

Con una velocidad impresionante, el pene de Delphine entró en erección. Retrajo su prepucio con ayuda de una mano y dejó ver algo que Hagane no se esperaba y, paradójicamente, le sorprendió para bien. Su glande estaba húmedo y tenía brillo, era de color gris más claro, parecido el de su vello púbico, y estaba impregnado de unos cuerpos extraños que el Taimanin pudo ver claramente.

Toma, cariño…-dijo Delphine.

Acercó su pene grande y vivaz a la cara del Taimanin, que pudo olerlo. El pene en sí no tenía un aroma demasiado agradable, su líquido preseminal era fuerte pero no olía como el de un hombre, era bastante distinto. Sin embargo, lo que rodeaba su glande y vivía bajo su prepucio sí era muy distinto. Lo que Hagane pensó que era esmegma no era sino una agrupación de grageas brillantes y húmedas de diferentes colores: rosado, morado, anaranjado y plateado. Para sorpresa del Taimanin, desprendían un olor agradable y cargado de naturaleza.

¿Te he asustado, dulzura?-preguntó Delphine con falsa ternura-No te preocupes, está limpio…no me gusta cultivar esmegma, eso se lo dejo a…otros Neo-Nómadas. Esto es muy diferente…y es que yo NO PUEDO tener esmegma porque…soy muy poco animal, digámoslo así.

El malvado hombre cogió un puñado de aquella materia untuosa que rodeaba su glande y la aplastó con los dedos cerca de la nariz de Hagane. Liberó un polvo brillante de colores cargado de aroma.

Este olor…-pensó Hagane-… ¡claro! ¡En muchos trabajos de campo en la carrera lo he notado! ¡Es almizcle!

¿Por qué tienes almizcle en la polla, viejo?-preguntó Hagane intentando librarse de las maliciosas cadenas de aquel olor.

¿No eres biólogo?-preguntó Delphine-¡Piensa un poco! De todas maneras, no creo que puedas pensar mucho…mi almizcle es un afrodisíaco sin parangón…pronto estarás deseando vivir por y para atragantarte con mi polla… ¡JAJAJAJAJAJAJAJA!

Mierda…-pensó Hagane-…me estoy poniendo como un caballo en celo…este almizcle no es nada bueno… ¿por qué empiezo a verle un polvo a este madurito? Ahhhhh, maldita sea, me va a estallar la cabeza…

¿Por qué no lo admites ya?-insistió Delphine-Estas deseando ser mi esclavo sexual.

Púdrete.-le espetó Hagane después de escupirle en un zapato.

El demonio se sonrió y extrajo un puñado más de almizcle de su pene. Lo amasó con ambas manos y llenó la habitación de olor.

Maldita sea…-Hagane se debatía en su interior-… ¡qué almizcle tan fuerte! Y, aunque me joda admitirlo, ¡qué bien huele!

¿Quieres lamer mi polla?-preguntó Delphine con generosidad.

¡NO!-bramó Hagane, que seguía luchando contra el influjo de aquel almizcle.

Estoy sintiendo cada vez más la picadura de esa espada…-seguía pensando Hagane-…no sé si voy a poder mantener la cordura mucho más…

Te veo en apuros.-observó el Mazoku-Voy a darte lo que deseas, ¿de acuerdo?

Delphine utilizó su pene como si fuera un pincel, pintando los labios de Hagane con su almizcle. El Taimanin comenzó a toser y a escupir.

¡PUAJ!-bramó-¡Qué asco!

¡Me está poniendo como una moto!-pensó Hagane-Estoy empezando a mojarme… ¡eso es! ¡ESTOY EMPEZANDO A MOJARME! ¡AHORA EMPIEZA LA AUTÉNTICA FIESTA, CABRÓN!

Así que eres un demonio hongo…-dijo Hagane, demostrando que había entendido perfectamente la naturaleza de Delphine para desviar su atención.

Sí, así es.-respondió éste-Los hongos que crecemos en el mundo Mazoku somos…así.

Añadiré eso a mi tesis doctoral.-pensó Hagane-Ahora…voy a jugármela antes de que mis músculos se desgarren de la fuerza que estoy haciendo para no tirarme encima de este viejo chalado.

¿Sabes, Delphine?-preguntó Hagane en un tono seductor-Me estás empezando a parecer el tío más bueno del mundo… ¿por qué no te acercas y follamos?

¡JAJAJAJAJAJAJAJAJA!-rió Delphine-¡Nadie puede librarse!  Está bien, querido…te convertiré en mi puta personal.

¿Te importaría hacer algo con mi uniforme?-preguntó el Taimanin fingiendo candor-Sácame la polla aunque sea…está todo muy apretado y la tengo húmeda…quiero que me la trabajéis hasta que huela como la tuya… ¡deliciosa!

Espero que no haya nadie más oyendo esta basura.-pensó Hagane mientras hacía esfuerzos sobrehumanos para no lanzarse a lamer el pene de su enemigo con violencia pese a la atracción que sentía por ello.

Je…-rió Delphine amasando la entrepierna de Hagane-… ¡te estás poniendo perdido, eres un cerdo!

¡Sácamela ya, por favor!-exclamó Hagane-¡Voy a reventar!

Maldita sea, vejestorio, ¡hazme puto caso de una vez!-pensó de nuevo el ninja-¡Ya me cuesta discernir si estoy mintiendo o siendo sincero! ¡Sácame la puta polla! Si no fueras a morir, no te dejaría…agradécemelo.

¡Allá vamos!-exclamó Delphine.

Ágilmente, el demonio liberó el pene de Hagane, que borboteaba líquido preseminal.

A tomar por el culo.-susurró Hagane con total seriedad.

¿Qué?-Delphine se asustó por un momento.

Traviesamente, el pene de Hagane dejó salir un chorro de líquido preseminal que mojó la mano y el brazo de Delphine. Éste se vio invadido por un tacto cálido y un olor suave pero atractivo. Sin darse cuenta, se vio en el suelo, pegado a Hagane.

¿Qué está pasando?-Delphine miró a su alrededor y reparó en la posición en la que estaba.

Las rodillas del Taimanin se subieron a su cuerpo. Las gotas de excitación que caían de su pene le regaban el abdomen.

Ésta va por ti, Kuroyuri-sensei…­-pensó Hagane-… ¡en tu honor utilizaré tu noble técnica! ¡Celebremos mi victoria cuando vuelva a Gokuruma!

Ninpô – Into no Jutsu!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!-exclamó Hagane.
(¡Arte ninja de la lujuria!)

Delphine comenzó a sentirse muy excitado sexualmente. Sus testículos se estaban hinchando y su pene estaba creciendo aún más. Notaba que su prepucio no daba de sí todo lo necesario y su glande se estaba estrangulando ligeramente. Comenzó a aparecer una mezcla de almizcle con fluido preseminal para ayudar a paliar esa situación.

Guau…-dijo Hagane tocando el glande de Delphine con uno de sus puntiagudos dedos-…qué apretado…

Delphine emitió un quejido. Estaba tan excitado y sensible que el mínimo roce le hacía perder la cabeza. No entendía por qué su técnica se había vuelto contra él…o eso parecía.

Los fluidos de mi pene tienen unas propiedades afrodisíacas desmedidas.-explicó Hagane-Cuando mi técnica ninja se activa, todo lo que brote de mi falo se convierte en una droga capaz de doblegar la voluntad del más poderoso de los enemigos…incluido tú…a quien mi líquido preseminal está encandilando…desecando paulatinamente cada atisbo de raciocinio en tu mente de demonio demencial…obliterando cada pieza del puzzle de tu personalidad…estás acabado, Delphine, voy a seducirte.

Hagane retrajo su fino, húmedo y limpio prepucio, revelando un glande muy húmedo que goteaba con intensidad. Su propia humedad tenía el olor propio de un hombre, y era mucho más suave que la de Delphine, cuya expresión facial se había descompuesto: los fluidos del Taimanin penetraban en su piel, se absorbían y lo excitaban cada vez más y más. Para dar un toque más intenso a su técnica, el chico volvió a dejar su prepucio en reposo y lo recorrió con los dedos en busca de una buena dosis de lubricante fisiológico…que no dudó en dejar caer sobre la boca abierta de Delphine.

Ahhh…-gimió el demonio-…este sabor…oh, por favor…quiero chupártela…quiero que me folles… ¡NO! ¡MIERDA! ¿QUÉ ESTOY DICIENDO?

Parece de película, pero así estamos: -explicó Hagane- Es tu polla contra la mía... ¡y te aseguro que sé cuál va a ganar!

Agh…-Delphine no paraba de tener espasmos de placer. Su cuerpo se había vuelto muy sensible.

Hagane le sonrió con un aire macabro. En un abrir y cerrar de ojos, había abandonado las cadenas y se había colocado detrás de él. A Delphine le costó un poco asimilarlo: no había roto las cadenas…sólo las había abandonado como un maestro escapista.

Ahora que su influjo sexual sobre mí ha sido mermado…-pensó Hagane.

El Taimanin hizo el pino con las dos manos y, desde esa posición, descargó varias elegantes patadas contra su enemigo como si fueran latigazos. Tras esto, lo arrinconó contra el suelo y se tumbó junto a él.

Menos mal que llevo guantes…-se dijo Hagane.

Para asegurar su victoria, Hagane masturbó a Delphine con su mano derecha. El pene del demonio comenzó a sufrir sensaciones tan intensas que parecía que lo iban a transportar a otro mundo. Sagazmente, el Taimanin aprovechó el encandilamiento de su enemigo para atraparlo en sus propias cadenas. Las subió ayudándose de los rieles de los pilares y dejó colgado a su enemigo con los brazos y las piernas completamente extendidos, simulando una crucifixión.

Te vas a enterar, hijo de puta…-siseó Hagane.

Envolvió sus manos en sus fluidos preseminales y, acto seguido, masturbó de nuevo a Delphine. Sus líquidos penetraron en su pene, provocando que el almizcle comenzara a caerse. Unas intensas vibraciones avisaron al Taimanin de que su enemigo iba a eyacular. Ágilmente, esquivó un vigoroso chorro de látex líquido con esporas en suspensión: realmente era un hongo hecho hombre. El chorro, tibio, humeante y de olor agresivo, bañó el techo y una pared. Delphine chillaba de placer y se enrojecía como si fuera su primera vez.

Veo que han cambiado las tornas…-dijo Hagane-…prepárate para tu final. Soy libre de tu seducción…sólo la tengo dura porque estoy pensando en lo que voy a hacerte…

Se alejó de su crucificado oponente para coger de nuevo sus abanicos. Justo cuando iba a lanzar su ataque final, sonó su comunicador.

¿Sí?-contestó Hagane.

Taimanin Kuroageha al aparato.-al chico le reconfortó oír la voz de su amiga-Hemos detectado que estás con Delphine, el esclavista…

Taimanin Hagane al otro lado de la línea.-respondió Hagane-¿Órdenes?

Ninguna, porque no soy tu líder.-respondió Kuroageha-No obstante, hay un favor que quiero pedirte…

Kuroageha cerró los ojos desde Gokuruma y pensó en el hombre que había hecho arder su bar, el negocio de su vida.

¿Sí?-preguntó el chico.

. . .-Kuroageha se paró a tragar saliva y coger aire-. . . ¡¡¡QUE LE DUELA!!!

¡ESO ESTÁ HECHO, AMIGA MÍA!-bramó Hagane con una sonrisa sádica-¡VICTORIA Y GLORIA PARA LOS TAIMANIN!

Delphine sintió verdadero pánico. Hagane avanzaba hacia él con sus afilados abanicos y con su pene enhiesto y mojado: aquello podría significar su fin. Sin darse demasiada cuenta de lo que pasaba, sintió que sus brazos dejaban de responderle: el Taimanin los había cortado sin piedad con sus abanicos. El placer le impedía percibir el dolor correctamente, por lo que estaba siendo asesinado con una anestesia muy potente. Lo siguiente que sintió que le cortaban fueron las piernas siguiendo la línea de las ingles. Sólo era sensible al calor de sus fluidos internos saliendo de su cuerpo y acabando con su vida poco a poco.

Hagane parecía divertirse cortando el cuerpo del demonio en trozos con su par de abanicos. Hizo una apertura en canal de su tronco superior, haciendo de su esternón una cremallera abierta y dejando ver sus entrañas.

Y, ahora que he memorizado todas tus estructuras internas…-dijo Hagane-…para poder dibujarlas y estudiarlas…ya puedo deshacerme de ti. Ninpô – Into no Jutsu!
(¡Arte ninja de la lujuria!)

Hagane dejó que varios chorros de líquido preseminal entraran en la gran herida del Mazoku, haciendo que su percepción del dolor se incrementara de manera estratégica revirtiendo su placer. Dejó que chillara y agonizara durante unos minutos mientras, pacientemente, dibujaba todos los órganos de su cuerpo en un cuaderno que sacó de la mesa. Cuando por fin hubo hecho bocetos de todo lo que le interesaba, el Taimanin decidió poner fin a aquel enfrentamiento y se puso a masturbarse delante de su agonizante enemigo.

¡Qué gusto me da que el hijo del asesino de mi madre muera a mis manos!-respondió Hagane mientras hacía que su pene ardiese de placer y éxtasis-¡Justicia poética! ¡Y me corro sobre tu futuro cadáver porque yo lo valgo! ¡Chúpate ésa…LITERALMENTE!


El chorro de semen de Hagane acompañó sus gemidos mientras rompía su mandíbula con fuerza. Manchado de semen, extasiado y dejando un reguero de fluidos a lo largo de su camino a través del extremo de su pene, el Taimanin cortó la cabeza de Delphine con un tajo horizontal, poniendo fin al combate y a la vida del Neo-Nómada.

2 comentarios:

  1. Esto es un jodido combate de penes con todas las de la ley xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD
    Gana el pene que mejor huele

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    1. Esto ha sido una batalla entre dos guerreros manipuladores de la lujuria. Espero que hayas disfrutado esta manera tan...innovadora de librar una batalla.

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