martes, 3 de febrero de 2015

[TY] Episodio 16: Ataduras rotas

TAIMANIN YAMIYUKI
Episodio 16: Ataduras rotas

La fuerza de Rito era exagerada. Había roto aquellas correas como si se tratasen de tiras de papel mientras lanzaba a Inuhito contra la cama de manera vigorosa pero indolora.  El chico musculoso y de gran estatura se levantó entonces de la silla. Inuhito se sintió más caliente al ver su altísima figura de pie con su gigantesco falo enhiesto apuntando hacia él. Las marcas de las correas por sus brazos y piernas lo hacían sentir obscenamente excitado.

Ven aquí…-dijo Inuhito-… vamos a jugar, ¿no es así?

Ya lo creo.-respondió Rito con una sonrisa lasciva.

Inuhito analizó aquella expresión en la cara de su amigo. Uno de los muchos rasgos que los seis Taimanin excelentes tenían en común era la existencia de una circunstancia particular de cada uno en presencia de la cual se volvían especialmente peligrosos. Shirubei solía ponerse muy violento y se tornaba imparable, cruel y sanguinario cuando los demonios estaban cerca de él, Hagane se volvía un asesino tanto más despiadado cuanta más rienda suelta en voz alta podía darle a su vena narcisista en combate y…sin necesidad de pararse por todos y cada uno, recordó que, en efecto, Rito se volvía infinitamente más fuerte, implacable y peligroso cuando estaba excitado sexualmente. Era muy raro que su ira brotase en un combate porque era de los pocos que no se excitaba sexualmente al ver sufrir a sus enemigos, pero, si aquello sucedía, aquel joven de cabello verde y ojos rosados sería una auténtica bomba atómica. No obstante, al haberse disparado aquella situación estando entre amigos, no había nada que temer.

Te veo pensativo…-dijo Rito-… ¿no tendrás miedo?

¿Cómo iba a tener miedo de ti?-preguntó Inuhito mientras se masturbaba con las dos manos-Es sólo que no estoy muy acostumbrado a verte actuar así…

Tranquilo.-dijo Rito-Sí, estoy cachondo y se ha abierto la paj…la caja de Pandora, pero no voy a hacerte daño. Ten por seguro, no obstante, que te haré disfrutar con tal intensidad que no podrás resistirte a mí durante esta noche tan larga… y me aseguraré de que me hagas disfrutar tú a mí también.

Trato hecho.-dijo Inuhito salivando entre espasmos de placer al tocar y masajear su pene.

Rito se plantó frente a su amigo con el pene goteando vigorosamente. Inuhito respondió a ese estímulo lamiéndolo y atrapando sus secreciones con la boca. Notó cómo los fuertes y enormes brazos de su amigo lo rodeaban y lo levantaban de la cama. Con el joven de cabello blanco en brazos, el musculoso Taimanin se sentó de nuevo en la silla y, con un cariño y una delicadeza inusuales para el estado en el que se encontraba, lo sentó encima de él de tal manera que sus penes quedaron uno encima del otro, en total contacto. Los testículos de Inuhito caían modestamente a ambos lados de la base del enorme pene de Rito como si quisieran tocar los propios testículos de su amigo. El roce entre sus penes hizo que ambos se sintieran tocados por los ángeles. El placer que se apoderaba de sus cuerpos era sincero, intenso, memorable, dulce, adictivo y sin parangón. Se sintieron tan cómodos que se relajaron muy rápidamente. Inuhito dejó caer sus piernas sobre las de su amigo mientras buscaba que las manos de los dos se agarrasen. Rito levantó ligeramente el mentón de su amigo, instándole a mirarlo. Sin darle tiempo a reaccionar, bajó su cabeza hacia él y lo besó en la boca. Inuhito rodeó el cuello de su amigo con los brazos en alto: parecía un prisionero colgado de las muñecas, un prisionero del placer. Sus lenguas se empujaron, se retorcieron, se acariciaron. El joven de ojos rojos y cabello blanco aún tenía los últimos tragos de líquido preseminal en la boca, de tal forma que el legítimo dueño de éstos pudo saborearlos en aquel beso apasionado.

Soy realmente fuerte me mires por donde me mires…-pensó Rito con lascivia.

¿Te gusta?-preguntó Inuhito separándose levemente de Rito-Es miel de gran calidad…

Sí, me gusta, pero quiero probar la tuya.-dijo Rito-Te la pediría amablemente, pero… ¡vas a dármela!

Rito comenzó a mover sus caderas. Su pene se deslizó sobre el de Inuhito, frotándolo intensamente. La zona de contacto se calentaba por momentos.

¡Ahhhh!-gimió Inuhito-¡AAAAAAAAAAAAAAAAH!

La voz de Inuhito cuando gemía se tornaba aguda. Se podía asimilar a los agudos gritos de una hiena. Su pene, galantemente acomodado encima de la húmeda región compuesta por el interior del prepucio completamente extendido de Rito, se estaba moviendo sin parar debido al vaivén de su amigo. Esto hacía que su prepucio se extendiese y se replegase parcialmente de manera rítmica, generando un rozamiento muy placentero con su glande.

¡Vas a hacerme perder la cabeza!-exclamó Inuhito-¡Mi prepucio me va a volver loco por tus movimientos! ¡Ahhhh!

Rito notó en su sensible y bien entrenado pene una nota de calor y humedad que antes no estaba. Inuhito estaba lubricando.

¡Miel!-exclamó Rito con sorna-¡Por fin!

Y leche si no tienes cuidado.-articuló Inuhito entre delirantes jadeos-¡Leche muy caliente y espesa!

Me gusta la leche.-respondió Rito-Es muy sana y ayuda a mantener un cuerpo fuerte. Sin embargo, creo que es mejor dejarla para el postre…al fin y al cabo, la miel es muy energética y nos permitirá aguantar sin cansarnos…

Rito agarró el cuerpo de Inuhito como si fuera una pluma y lo puso de pie en el suelo. Acto seguido, se agachó, lo agarró del pene como si quisiera recolocarle el prepucio y se llevó el glande a la boca, lamiéndolo con vigor. Por mera proporción humana, si el chico era grande, su lengua también lo era, y esto hacía sentir a Inuhito muy complacido. Sus agudos y desgarradores gemidos corroboraban que estaba pasando una noche inolvidable.

Qué sabor tan… ¿especiado?-comentó Rito-Tú también estás fuerte…el mío huele más tal vez, pero no te quedas nada atrás.

Inuhito estaba muy sonrojado. Parecía tener fiebre. Sus habilidades eran un arma de doble filo para él.

Mis propios poderes están haciendo que esto sea más demencial de lo que sería de por sí.-explicó Inuhito-Los sentidos amplificados siguen siendo cinco, incluido el tacto. Tengo un tacto tan desarrollado que lo que me haces se siente como si mi glande hubiera sido descubierto por primera vez…tan fuerte, tan profundo, tan marcado… ahora mismo estoy tan tierno y sensible que podría arder con el aire… pero no pares… por… fa…vo…vor… ¡AAAAAAHHHH!

Inuhito volvió a emitir un agudo chillido. Rito había amortiguado la caída de sus fluidos preseminales como si su lengua fuera una bandeja, y ahora los estaba extendiendo por todo su alargado pene en una húmeda y rítmica felación. Llegó también a sus testículos y no dudó en estimularlos haciendo ventosa con los labios.

¡OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHH!-chilló Inuhito. Su voz no parecía la misma de siempre-¡JODER, RITO, JODER, JODER, JODER!

El delgadísimo cuerpo del chico se convulsionaba y se retorcía de placer. Rito dejó de lamer los genitales de su amigo para hablar.

Cuanto más te retuerzas, cuanto más te haga delirar el placer, cuanto más te guste todo esto…-amenazó Rito-…más te lo haré. Voy a llevarte al cielo en vida, amigo, y me da igual si me pides que pare.

No voy a pedirte que pa…-dijo Inuhito-… ¡DIOS MÍO! ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHH!

Rito comenzó a lamer con presteza los bordes del glande de su amigo, impidiéndole que hablara.

¿Por qué no cambiamos otra vez?-pidió Inuhito desesperadamente-Mi sensibilidad me hace mucho menos resistente que tú, así que déjame que descanse un rato…te daré todo el placer que quieras mientras tanto…

Rito dejó el miembro viril de Inuhito y se levantó. Agachado, su musculatura estaba más contraída y le confería un aspecto que disparaba el morbo de su amigo. Sin dejar que se moviera, comenzó a masturbarlo con la mano.

Ogh…-boqueó el chico de cabello blanco-…qué increíbles manos.

No has visto nada.-explicó Rito-Esto no es ni el calentamiento de mi rutina de masturbación. Me hago todo esto después de cada entrenamiento para terminar de relajarme y…créeme, me va más que bien.

En ese caso…-dijo Inuhito con una sonrisa cómplice.

Las delgadas y alargadas manos del joven rodearon el pene de su amigo. Comenzó entonces a masturbarlo. Los increíbles testículos del chico seguían creciendo. Los del propio Inuhito, aunque no fueran tan grandes, también estaban muy hinchados.

¿Puedes sentarte un momento en la cama?-pidió Rito.

Inuhito se despegó de su acompañante y se colocó sobre la cama mientras se tocaba el pene con calma y cariño.

Ya que estamos de confesiones…-dijo Rito-…he de contarte algo yo también. Tu tacto amplificado te la está jugando, pero… mi regeneración me la está jugando a mí. La sangre de los Yatsu corre por las venas de los Sonozaki y créeme cuando te digo que la regeneración es integral…está en todo. Mi semen no para de renovarse y multiplicarse. Es cierto que mis testículos son grandes de por sí, pero muchas veces tienen un tamaño mayor que el normal porque están llenos de espermatozoides rebeldes, llenos de semen deseando salir. Ésa es una de las razones por las que nunca puedo llevar calzoncillos ajustados como vosotros…y, en fin…me masturbo porque me encanta, pero, aunque no me gustara, tendría que hacerlo o no ganaría para sábanas…

Ajá…-Inuhito parecía no estar procesando lo que su amigo le explicaba.

¿”Ajá”?-preguntó Rito con sorna-¿Te da igual?

¿Significa eso que siempre estás listo para eyacular?-preguntó Inuhito con lascivia-¡Eso es maravilloso! ¡Podrás darme toda la leche que quiera beber!

¿Quieres un trago de leche?-Rito le guiñó un ojo a su amigo mientras sonreía.

Si me invitas…-dijo Inuhito mientras se masturbaba con las piernas muy separadas encima de la cama.

Pues…-dijo Rito agarrándose el pene con la mano derecha-… ¡allá va!

Comenzó a masturbarse de manera vigorosa. Todo el placer acumulado en los nervios de su enorme pene explotó a la vez. El chico supo conducirse muy bien hacia el orgasmo.

¡Ahhhh!-gimió Rito-¡AAAAAAAAAAHHH! ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHH!

El río de semen que Rito guardaba en sus portentosos testículos comenzó a fluir como una furibunda ola.  Su rostro se enrojeció fuertemente, y sus gemidos se hacían gritos poco a poco. Parecía que iba a romperse en pedazos en cualquier momento. No paraba de salir semen caliente, espeso y resplandeciente del orificio de su pene, y no se trataba de una eyaculación cualquiera. No dejaban de salir chorros enormes a presión que arreciaban contra Inuhito como si fuera un nadador en medio de un maremoto. Aquellos caudalosos y vigorosos chorros salían con tanta fuerza y velocidad que se escuchaban como latigazos cuando rociaban el pecho, los hombros, la cara y las piernas de Inuhito. Aquello no era algo que pudiera pasarle a cualquier hombre: el poder de la regeneración le hacía eyacular de aquella manera, particularmente por el hecho de que las horas de placer que se habían estado dando hasta ese momento le habían hecho acumular muchísimo semen que no paraba de multiplicarse. Eso explicaba también por qué sus secreciones preseminales eran tan caudalosas, fuertes y abundantes.

Hay semen hasta en el techo…-pensó Inuhito mientras recibía aquel baño caliente que no parecía terminar-…pero no me importa. Este olor tan masculino, esta fuerza, este calor, esta humedad…van a ser mi placer.

El chico tenía la boca intencionadamente abierta. Algunos chorros caían total o parcialmente en su boca, y aprovechaba para paladear el semen de su amigo.

Si no te importa…-dijo Inuhito.

El chico se tumbó bocarriba en la cama y se extendió el semen de Rito por todo el cuerpo. Untó generosamente su pene en dicho fluido y comenzó a masturbarse. La lubricación aportada por el semen recién expulsado hacía que sus manos volasen. Arqueó su espalda, haciendo alarde de una flexibilidad casi inhumana, y eyaculó, mezclando su semen con el de Rito. Salieron varios chorros muy caudalosos que cayeron por su cuerpo, por la cama y por el suelo.

Ahhh…-jadeó Rito-…ahhhh…ahhhh. Ya…ya está…

Lo mismo digo…-dijo Inuhito-…menuda corrida más bestial…

¿La tuya o la mía?-preguntó Rito con sorna.

La tuya, desde luego…-dijo Inuhito dejándose caer sobre la cama-…en mi vida había visto tanto semen junto…aunque yo tampoco me suelo correr tanto…he sentido que mi polla se quemaba por dentro…

La mía estaba explotando como una bomba de relojería…-comentó Rito mientras caía hincado de rodillas al suelo.

Se miraron.

¿Comenzamos el segundo asalto?-se preguntaron mutuamente a coro.

Con más fuerzas de las que cualquier persona en su situación podría tener, Rito e Inuhito se acercaron de nuevo.

Vamos a intentar la penetración, ¿de acuerdo?-propuso Rito.

¿Pretendes meterme ESO?-preguntó Inuhito.

Te gustará.-dijo Rito-Eres uno de mis mejores amigos y una de las personas más importantes de mi vida: jamás te haría daño. Si te causo el mínimo dolor, abandonaré la idea.

Inuhito no respondió. En lugar de ello, le dio la espalda a su amigo y se colocó el pelo a ambos lados de la cara, dejando libres sus hombros  y su columna vertebral. Rito masajeó con dulzura los trapecios de su amigo y, acto seguido, los deltoides. Tras estimular sus hombros, tocó su espalda. Hundió sus grandes y fuertes dedos en ella y dibujó una serie de líneas de manera cuidadosa y cariñosa. El masaje hizo que Inuhito se relajase y separase las piernas lo suficiente. Rito aprovechó este momento para introducir su glande en el orificio anal de su amigo. La entrada resultó muy estrecha, pero se produjo sin mayores problemas.

Shhhhh…-Inuhito emitió un quejido indescifrable.

¿Estás bien?-preguntó Rito.

Sí, estoy bien.-respondió el otro chico-Continúa…

Rito comenzó a introducir poco a poco cada centímetro de su interminable pene. Inuhito sentía su ano muy dilatado a la vez que experimentaba lo que imaginaba que se parecería a un dragón recubierto de fuego ascendiendo desde el infierno hasta sus entrañas. Era la primera vez que estaba tan dilatado, pero su musculatura era muy flexible y no le dolía. De vez en cuando sentía espasmos y convulsiones, pero se sentía decidido a continuar.

¿Cuánto te queda por meter?-preguntó Inuhito sudando.

Un tramito de nada…-dijo Rito con un tono melodioso.

Joder…-suspiró Inuhito.

A eso voy.-respondió Rito con una sonrisa.

¡JAJAJAJAJAJAJAJAJA!-Inuhito no pudo evitar reírse.

Rito aprovechó la relajación de su amigo para introducirle un poco más de su pene. El acercamiento fue satisfactorio, pues ya casi lo había penetrado por completo y a él no le había dolido lo más mínimo.

Ya casi está…-Rito animó a su amigo.

No tenemos prisa.-dijo Inuhito-Mete todo lo que puedas…si no me he muerto ya, estoy seguro de que cabe.

Finalmente, el pene de Rito entró por completo en el ano de su amigo, que no parecía el mismo.

Noto tu pelvis pegada a mi cuerpo.-dijo Inuhito-Lo has conseguido… ¡bien hecho!

Inuhito parecía muy contento. No se atemorizó al verse a sí mismo, aunque cualquiera en su lugar lo hubiera hecho: se notaba el grosor del pene de su amigo dentro de su cuerpo como cuando una serpiente se traga un huevo.

El problema estático ya está resuelto.-dijo Rito-¿Probamos la versión dinámica?

¡Dale!-la perversa sonrisa con la que Inuhito acompañó su invitación lo hizo salivar con intensidad.

Rito extrajo su infinito pene del interior de Inuhito. Éste sintió una gran liberación, como si le hubieran extirpado un cuerpo asesino del cuerpo. Exhaló una gran cantidad de aire en señal de alivio. Tras esto, el chico musculoso volvió a introducirlo, esta vez de manera más rápida. La entrada fue sorprendentemente fácil y bien aceptada.

Parece que va bien…-dijo Rito.

¡Ya lo creo!-exclamó Inuhito entusiasmado-¡Al ataque!

Rito comenzó a mover sus caderas, dando por más que iniciado el coito. Inuhito comenzó a emitir alaridos más agudos, estridentes y estrambóticos que cuando estaban teniendo la experiencia oral.

Ngh…-jadeó Rito-… ¿te gusta, Inuhito?

Me encanta.-respondió Inuhito-Dame todo lo que quieras…lo aceptaré con gusto.

Rito aumentó el ritmo de sus embestidas. Era fuerte, dominante y vigoroso a la vez que considerado y cauteloso. Inuhito sólo sentía placer, nada de dolor. La unión entre ambos era innegable e impecable. Continuaron con ese acto sexual durante un lapso de tiempo largo. Cada segundo que pasaba era una nueva explosión de placer para Inuhito. El pilar carnoso de su amigo estaba reconstruyendo su cuerpo, convirtiéndolo en un ser de ataraxia temporal, haciéndole alcanzar la luz. Por su parte, Rito no podía parar de sudar y jadear: el placer de la fricción de su pene con las paredes anales de su amigo era impresionante. Todos y cada uno de los miembros de su cuerpo se sentían extenuados a la vez que complacidos. Los jadeos y gemidos de ambos se mezclaban: parecía que estaban peleándose.

Esto es…-dijo Inuhito-… ¡increíble, genial!

Lo estoy gozando como si mañana fuese a acabarse el mundo.-corroboró Rito-Voy a seguir hasta el final, ¿te parece bien?

Ya lo creo.-dijo Inuhito-¡Hasta que los dos perdamos el conocimiento si es necesario!

Rito agarró a su amigo de los hombros, ejerciendo una fuerza hacia abajo lo suficientemente elevada como para que el otro chico no quedara en suspensión debido a la creciente fuerza de sus embestidas.

¿Vas a sujetarme bien?-preguntó Inuhito-¿No me caeré?

Claro que no.-dijo Rito-¿Por qué?

Ah…-dijo Inuhito mientras levantaba una pierna del suelo-…por nada en especial.

Con el apoyo de Rito, Inuhito sintió que podía estar en el suelo sin una pierna. Utilizó dicha extremidad para masturbarse con el pie mientras era penetrado.

¡Qué sexy!-lo elogió Rito-¡Es realmente morboso verte hacer eso!

¿Quieres que siga?-preguntó Inuhito-Siempre es buen momento para hacerme una buena paja…

Me encantaría que siguieras, pero…-dijo Rito-…me has puesto tan cachondo que me parece que viene otra riada…

¡No me digas eso!-exclamó Inuhito-¡Me vas a disparar como si fuera un cohete!

No voy a…-intentó decir Rito-… ¡AHHHHHHHHHH, JODER, MALDITA SEAAAAAAA!

No pudo evitar eyacular. Inuhito sintió la imperiosa necesidad de saltar hacia arriba. Cayó sobre la cama con un enorme chorro de semen inundando su espalda. Rito se deshacía en lágrimas de puro placer mientras su semen chorreaba salvaje y violentamente en todas las direcciones.

¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHH!-gritaba Rito-¡No puedo parar de correrme!

Inuhito permaneció jadeando bocabajo en la cama. Un reguero de semen salía de su ano. Rito se percató de ello y corrió a su lado.

¡Inuhito!-dijo Rito zarandeando a su amigo-¿Estás bien?

Consiguió darle la vuelta. El rostro de su amigo estaba tan enrojecido que parecía una talla en rubí. Por su cara fluían lágrimas de placer y felicidad. Mientras tanto, el pene de Rito no paraba de soltar chorros y chorros de semen, dándole violentas y visibles convulsiones. Moviéndose como un corazón, el pene del joven no paraba de darle poderosos y encantadores orgasmos. Se sabía multiorgásmico desde hacía mucho tiempo, pero aquello superaba todos sus límites.

Me estás poniendo perdido…-dijo Inuhito.

Rito reparó en que estaba demasiado cerca de Inuhito y lo estaba encharcando en su semen de producción descontrolada.

Oh…-Rito intentó articular una disculpa, pero sintió que su cuello era atrapado.

Las piernas de Inuhito se cruzaron detrás de la nuca de su amigo, rodeando su cuello y obligándolo a bajar, pegando su cabeza a su pene. No había que ser un genio para entender que quería que lo volviese a trabajar oralmente, así que no dudó en hacerlo. Mientras lo devoraba con su lengua, Rito sintió de nuevo su fuerte olor. No tardó mucho en producir el resultado esperado. Un caudaloso chorro de semen salió despedido del orificio del rojizo glande de Inuhito, inundando la cara de su amigo, que no dudó en saborear y tragar todas las fracciones de aquel néctar que caían dentro de su boca.

Bien hecho, Inuhito…-dijo Rito dejándose caer sobre la cama.

Igualmente…-su compañero le devolvió el elogio y se acurrucó pegado a él, frotándose con los abdominales cuadriculados que ostentaba.

. . .

¡HAAAAAAAAAAAAH!-gritó Kuroageha.

Con una potente patada, noqueó a un ogro golpeando su cabeza.

Estamos atrapados…-dijo Kuroageha-… ¿cuánto tiempo más tendremos que estar así?

Hay que buscar el lugar donde ha caído la esfera y destruirla.-respondió Yamiyuki mientras hacía pedazos a algunas bestias llameantes.

Un ogro se acercó por su espalda, pero el Taimanin lo detectó a tiempo y se anticipó a él eyectándolo de una patada.

Ni te me acerques, ganga.-le espetó el chico.

La esfera ha podido diluirse en este campo de alteración espaciotemporal, ¿verdad?-preguntó Kuroageha-La tecnología no es mi campo de mayor dominio, pero creo que sé lo suficiente como para inferir que esto es más magia demoníaca que tecnología…

Exacto, yo pienso lo mismo.-dijo Yamiyuki-Si fuera simple tecnología, ya nos habríamos librado, pero… desconozco la magia Mazoku. No la hemos estudiado en suficiente profundidad como para poder combatirla libremente. Creo que sólo estamos moviéndonos más lentos…es una especie de control subversivo que nos hace vernos a velocidad normal cuando en realidad estamos moviéndonos muy lentamente. Además, el hecho de que los ogros nos sigan el ritmo da a entender que este campo azulado no es discriminatorio. De esta forma, Kazark y Belladonna han tenido que largarse hace tiempo…o nos están mirando desde fuera…

Esto parece complicado…-dijo Kuroageha.


Tanto que me parece que va a ser necesario un cambio de planes.-respondió Yamiyuki.

2 comentarios:

  1. JEJEJEJEJE *Guiño, guiño
    Ya sabes lo mucho que le gusta a tu amiga Darkness un buen relato BL hard *_*

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    1. ¿Has disfrutado? ¡Me alegro un montón! ¡Vendrán más, no te preocupes!

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