martes, 8 de octubre de 2013

[WCII] Episodio XIV: Poder organizador

COALESCENCE
WORLDS COLLIDE II
Episodio XIV · PODER ORGANIZADOR

No perdieron ni un segundo. Lo primero que hicieron fue recorrer el edificio guiados por Dalton.
En esta sección están los dormitorios.-dijo Dalton al pasar por un enorme pasillo lleno de puertas idénticas-Son unipersonales y lo suficientemente cómodos. Podéis ocupar el que queráis, pero es aconsejable que estemos cerca los unos de los otros por si nos sorprende el peligro en medio de la noche.  Cada dormitorio tiene su propio cuarto de aseo, incluyendo sanitarios, duchas y cualquier otro útil de uso cotidiano. Podréis usar el terminal de configuración para que aparezca vuestro nombre en la placa que hay fuera, lo que nos permitirá identificar nuestras habitaciones.
Tras visitar los dormitorios, que eran mucho más grandes de lo que esperaban, Dalton les enseñó los enormes depósitos de información, las cocinas, los estudios, los salones de entrenamiento y el resto de instalaciones significativas.
¿Esto es un refugio o un hotel de lujo?-preguntó Ibara mientras caminaba junto a los demás.
Como os decía, para vosotros esto puede ser más de lo que acostumbráis a recibir en alojamientos de pago.-respondió Dalton-Nos llevamos unos cinco mil años…o en eso concluimos la última vez que hablamos. Nuestros hoteles más lujosos son infinitamente más grandes y cómodos que esto, si bien esto tampoco está construido para ser incómodo.
Hay una instalación más que me gustaría ver.-señaló Freya.
Será un placer.-respondió Dalton asintiendo con la cabeza.
El hangar.-dijo Freya-Hemos accedido al edificio por él, pero no hemos podido ver los vehículos de los que dispones. Tal vez sea pedirte demasiado, pero necesitaremos acercarnos a diversos sitios para retomar nuestras pertenencias.
Tras un corto paseo, llegaron al hangar. Como todos esperaban, no reconocían los vehículos que había estacionados, y había una gran variedad: para una persona, para varias personas, aéreos, terrestres, polivalentes…
¿Podríamos disponer ahora mismo de transportes ligeros, poco llamativos y rápidos?-preguntó Freya.
Desde luego.-dijo Dalton-Si estáis acostumbrados a trabajar con maquinaria o a conducir vehículos, no creo que tengáis problemas en su manejo: su diseño está pensado para ofrecer un control intuitivo, seguro y preciso.
¿Alguien de los presentes no sabe conducir?-preguntó Freya para cerciorarse.
Nadie respondió.
Me alegra ver eso.-continuó Freya-Nuestros puntos clave son nuestros hogares: sería conveniente que viajásemos hacia ellos para ver en qué condiciones están, especialmente la fábrica de Metallurgy, por cuestiones de logística.
Me atrevería a decir que mi edificio está a salvo.-dijo Metallurgy-Si no fuese así, nada de lo que saco de él estaría en el sitio donde pienso que está y, por tanto, mis técnicas no funcionarían. Si soy capaz de sacar un soplete o un martillo con mi magia es porque sé dónde los guardo en su lugar de almacenamiento, así que…creo que no ha pasado nada. No obstante, me pasaré a ver qué ha sucedido. Iré sola, si no es molestia. Y aprovecho para hablar con Yamiyuki de un asunto que, aunque no sea de máxima prioridad, nos acabará viniendo bien…
¿De qué se trata?-el chico se inclinó hacia su compañera.
¿Podría hacerle un pedido a tu empresa para mi fábrica?-preguntó Metallurgy-Necesitamos varios camiones llenos de circuitos integrados de las características que tengo apuntadas en esta hoja de inventario…
Con su magia, la chica permutó un folio lleno de datos y se lo tendió al chico.
Haré lo posible por suministrarlo en breve.-dijo Yamiyuki-No sé cómo estarán las cosas en la K.E.I. ahora mismo, y tendría que hablar con los jefes de la empresa en persona para cerciorarme en este momento tan crítico.
Te lo pagaré bien.-Metallurgy sonrió-¡Gracias!
Siguiente punto: la universidad de Yurika y el libro.-continuó Freya-Sea como sea, tendrás que tener ese instrumento cerca si no quieres enfermar…o algo peor…mientras estamos lejos de nuestras vidas normales.
Iré a la universidad a cogerlo.-dijo Yurika-No tengo más que tomar prestada una de esas motocicletas voladoras y valerme de un GPS para encaminarme. Con el revuelo que se ha montado, dudo que tenga demasiada oposición en el camino.
Mi casa está en buen estado.-dijo Ibara-Hemos pasado Itami y yo por allí para cambiarnos y echar un polvo.
Ya que Itami y tú hacéis un gran equipo, dudo que os importe pasar algo de tiempo por vuestra cuenta.-dijo Freya-Iréis a vuestros hogares, a los dos, y los revisaréis en profundidad. Para terminar, Yamiyuki y yo iremos cada uno a donde consideremos pertinente echar un vistazo: el pluriempleo y las vidas múltiples nos van a pasar cierta factura para ponerlo todo en orden, pero no será nada que no podamos resolver.
Creo que tengo algo que os va a gustar.-dijo Dalton-Observad.
Dalton extendió la mano, activando un contenedor de almacenamiento invisible del que salieron múltiples aros de aspecto metálico atados a pares con un pequeño cable.
¿Qué es eso?-preguntó Metallurgy con curiosidad.
Mecanismos de acceso rápido.-explicó Dalton-Rompéis el cable que los ata y colocáis cada uno de los aros en los dos puntos que queráis intercomunicar, permitiéndoos teletransportaros de un lugar a otro.
Cada uno de los miembros del grupo tomó un par de aros.
Tal vez me abstenga de usar el mío por motivos de seguridad.-dijo Freya-Además, sé teletransportarme con magia. No obstante, agradezco mucho tu cooperación y estoy segura de que nos serán útiles. ¿No le has dado unos aros a Nikola?
Puedes cogerlos, no hay ningún problema.-dijo Dalton girándose hacia su amigo-Respecto a tu duda, Freya, me complace informarte de que los aros tienen un sistema de captación e identificación de impulsos cerebrales que los hace de uso personal e intransferible, de imposible hackeo.
¿Dónde…-preguntó Nikola.
Abajo.-dijo Freya-¿No tenías un laboratorio? Podremos valernos de la totalidad de la extensión de las alcantarillas, ahora indefensas y deshabitadas, para extender tus instalaciones total y absolutamente como tú desees. Cuanto más, mejor.
Una consideración muy inteligente.-dijo Nikola-Entonces, ¿voy abajo a ver qué puedo rescatar?
Sí.-asintió Freya-Dalton, me sabe mal dejarte solo, pero, por otra parte, has hecho tanto por nosotros que no creo que pueda pedirte más…
Si no os importa, voy a trabajar por mi cuenta en una cosa.-dijo Dalton-Tengo que revisar las armas que hemos tomado y comprobar su funcionamiento. Como experto en artes cíbridas, no dudaré en incorporar a mi equipo cuantas vea adecuadas para mi manejo.
Está bien.-Freya sonrió-¿Nos desplegamos?
Todos asintieron. Metallurgy se dirigió a un vehículo pequeño de color blanco que parecía bastante ligero. Al echar a andar, se chocó con Nikola, que había emprendido una marcha en sentido contrario.
¡Ay!-Metallurgy se apartó, llevándose una mano a la nuca-Lo siento…
No te preocupes, no ha sido nada.-Nikola esbozó  una sonrisa-Oh, se te ha caído esto…
Nikola se agachó y agarró una herramienta de Metallurgy. Antes de devolvérsela, la observó con curiosidad.
¿Qué es esto?-preguntó Nikola extrañado mientras se la tendía.
Es una llave fija de dos bocas.-dijo Metallurgy con una sonrisa mientras jugueteaba con ella-Se trata de una herramienta básica.
Nikola no dejaba de mirarla pensativo.
Has dicho que tienes una fábrica, ¿verdad?-preguntó Nikola.
Sí, así es.-Metallurgy sonrió ampliamente-¡Mi orgullo!
¿Podrías…-preguntó Nikola algo cohibido.
Mientras dialogaban, todos los demás se habían dispersado, quedando ellos dos y Dalton en el hangar.
No habrá mayor problema.-dijo Metallurgy-Nos vemos pronto, espero…
Claro que sí.-Nikola asintió con la cabeza.
La chica tomó el vehículo que le había gustado y echó a volar. Acostumbrada a manejar grúas, apisonadoras, tuneladoras, excavadoras y demás maquinaria pesada, aquello le parecía sencillo. Por su parte, Nikola tomó un vehículo bípedo terrestre y lo hizo correr hacia las alcantarillas. Dalton se quedó solo y comenzó a descargar las armas que habían introducido en el vagón de emergencia, que estaba estacionado al final de un riel de entrada en condiciones precarias.
Ya está.-dijo mientras movía los sofisticados instrumentos a una mesa de trabajo autopropulsada que los llevaría a un taller de manipulación y análisis-Ya puedes salir a saludar.
Mientras la mesa se iba sola hacia el lugar indicado por el chico, el silencio envolvía el ahora mucho más vacío hangar.
Te he oído chasquear los dedos mientras los demás se iban.-dijo Dalton al aire-No sé qué maniobra habrás o habréis puesto en marcha, pero sé que no estábamos solos. Desconozco cómo has podido entrar, pero… ¡sabré cómo vas a salir porque te voy a echar!
Notó un calor inexplicable en la zona que estaba detrás de él. Se giró y se apartó a tiempo para no ser devorado por un chorro de fuego violeta. Tras él estaba su autor: el chico que era igual que Dalton pero algo más alto y con el cabello y los ojos de distinto color.
¡Oh, no, mierda!-exclamó Dalton-¡Tú!
El joven misterioso sonrió y se lanzó a por Dalton con una combinación de peligrosas patadas que liberaban arcos de corrosiva oscuridad. Con ágiles volteretas, Dalton esquivaba los impactos y planeaba un contraataque.
¡Open Ether Circuit!-exclamó-¡Aura Blast!
Una explosión de luz blanca golpeó al joven de ropas negras, pero no surtió ningún efecto.
. . .
¡Bendita cobertura!-le decía Freya a Yamiyuki por el móvil-Mi casa está intacta. ¿Qué tal la tuya?
Todo en orden, aunque la masa urbana que la rodeaba se ha convertido en…futuro.-dijo Yamiyuki-Voy a tomar algunas pertenencias, a ducharme, a cambiarme de ropa y de vuelta al edificio común. ¿Alguna pega?
Para nada.-dijo Freya-Yo voy a hacer lo mismo. Voy a visitar también todos los lugares donde trabajo…me encargaré asimismo de mover hilos en tu universidad para que podamos seguir trabajando en lo que de verdad importa: la salud del Universo. Harás bien en volver: no me gusta la idea de estar separados y solos en estos momentos, si bien era necesario hacerlo para ahorrar el tiempo que habríamos perdido yendo todos juntos a todos los lugares que necesitamos visitar.
En menos de lo que canta un gallo volveremos a estar planificando nuestra estrategia de avance.-dijo Yamiyuki con optimismo-Espero que no pase nada fuera de lo normal y nos veamos todos pronto…
Lo mismo digo.-respondió Freya-Será mejor que colguemos y sigamos con nuestras tareas.
. . .
Nada nuevo en mi casa.-decía Ibara mientras caminaba junto a Itami-Menos mal que la tuya está cerca…
Puedo verla desde aquí.-respondió Itami oteando el horizonte-Se adivina intacta, pero será mejor que nos esperemos a verla por dentro.
Mientras caminaban a paso ligero, sintieron dos presencias.
Hombre y mujer.-dijo Itami-Tres metros a la redonda. Altura no superior a siete metros.
Encima y detrás de nuestras cabezas.-añadió Ibara-Clásico, pero inútil.
Se están reubicando constantemente.-dijo Itami mientras olfateaba el aire-Creo que están describiendo círculos muy rápido para caer sobre nosotros por donde menos nos esperemos.
Tendría que haber cogido los dildos de mi casa.-dijo Ibara-Los habría convertido en coladores con ellos…
No gastes tus juguetes demasiado, Ibara…-dijo Itami-…huelen a las típicas personas que están buenas pero que no valen una mierda más allá de eso.
¿Niños de papá?-preguntó Ibara-¿Lerdos? ¿Falsos? ¿Incompetentes?
Una extraña y repulsiva mezcla de todo…-dijo Itami-…los conocemos…los hemos visto hace poco…y… ¡aquí vienen!
¡Ya tardabais en aparecer, pequeñas manchas de mierda!-exclamó Ibara mientras sacaba una larguísima cadena del escote.
La chica blandió la cadena y comenzó a girar sobre sí misma como una bailarina. El larguísimo instrumento metálico describió un círculo que barrió sus alrededores con una larga y afilada punta piramidal en el extremo. Pegado al cuerpo de su novia, Itami se resguardaba de ser fustigado. Dos masas ágiles y decididas cayeron del cielo como rayos, chocándose contra la cadena y viéndose obligados a saltar hacia atrás y recuperar el equilibrio en el aire para aterrizar en el suelo.
No puedo creerme que seáis partícipes de toda esta mierda sólo para perseguirnos…-dijo Itami-… ¿sois conscientes de hasta qué punto estáis siendo patéticos? Ibara, vamos a darles una paliza, ¡me tienen harto!
Totalmente de acuerdo, mi dulce y sarnosa mascota.-dijo Ibara mientras tensaba la cadena-¡Al infierno con vosotros!
Creo que estáis sacando conclusiones precipitadas…-dijo la chica.
¡Cierra tu boca de pija ignorante!-le espetó Ibara-¡Sé a por lo que has venido y quiero demostrarle al mundo que, por no coincidir tu edad mental con tu edad física, no te das cuenta de que NO TE PERTENECE!
Tan dura como siempre, Ibara…-añadió la chica.
La última vez que te salté encima de esa cabeza hueca dejé bien claro que no quería volver a verte.-le respondió Ibara-Ni a ti ni a tu amiguito.
La chica tenía una larga melena verde botella recogida en una trenza con un lazo blanco. Sus ojos, de color ámbar, eran afilados. Era alta, pálida y de figura pronunciada, con caderas anchas y grandes pechos, aunque no tanto como los de Ibara. Vestía un traje de ejecutiva de chaqueta y pantalón blancos, camisa rosa y corbata marrón. Zapatos de tacón alto negros.
Ibara, reina, no hemos hecho nada para que te pongas así…-intervino el chico.
¡Ni se te ocurra llamarla reina!-le gritó Itami-¿Qué confianzas son ésas?
Ibara fustigó el suelo con la cadena.
Emperatriz, tirana…zorra…-dijo Ibara-…será lo único que pueda asociar conmigo cuando hayamos acabado con él y con esa…pelandrusca.
El chico tenía el pelo de color verde azulado, bastante largo y liso, repartido en mechones colgando a ambos lados de su cabeza. Sus ojos eran de un color rosa muy intenso, casi rojo, como un caramelo de fresa. Vestía un chaleco negro abierto con plumas alrededor de los hombros, un pantalón asimétrico con una pernera gris y recta y otra acampanada de cuadros de distintos tejidos y colores y botas negras militares. Vendas grises en las manos.
Nos han prometido que tendremos todo lo que queramos si luchamos y ganamos.-dijo el chico-Somos personas incapaces de rendirnos. ¡Valientes y perseverantes hasta el final!
Tienes más estilo que la pija de tu amiga, pero gozáis de la misma cabeza hueca.-soltó Itami-¿De verdad os habéis unido a ese canalla para revivir mierdas del colegio?
¿Cómo puedes ser tan insensible?-preguntó la chica-¡Son nuestros deseos, nuestros sentimientos, nuestras metas! ¿Habéis abandonado vosotros las vuestras? ¡NO! ¡Estáis luchando para cumplir vuestros sueños! ¡No podéis echarnos en cara el hacer lo propio con vuestras vidas! Eres muy insensible, Itami, ¿lo sabes? No obstante, yo…aún te…
No termines esa frase.-siseó Ibara-No lo hagas. No es lo que pretendáis o lo que vengáis a hacer…no, no…LO QUE ME ESTÁ QUEMANDO EL COÑO ES QUE SEA LEGAL QUE EN ESTE PUTO MUNDO DE MIERDA GENERALIZADA PUEDA EXISTIR GENTE TAN ESTÚPIDA E INMADURA COMO VOSOTROS. ¡ESTÁ MUY BIEN TENER SUEÑOS, PERO NO OFUSCARSE CON GILIPOLLECES!
¡No es ninguna tontería, Ibara, no sabes lo que sentimos!-exclamó la chica de pelo verde.
Mira, pija de mierda…-dijo Ibara-…ofendes a quien te mire, y no lo digo por tu carencia de estilo al vestir, que también tiene lo suyo…ofendes el concepto de sueño, de meta, de objetivo… ¡estáis estancados con una MIERDA de niños pequeños! ¡Pasad la puta página!
Pija esto, pija lo otro…-repitió indignada la joven de la trenza-… ¿no sabes decirme otra cosa? ¿Te digo yo a ti gótica, steampunker, visual o como narices vistas cada día con ese gigantesco armario lleno de estilos? Te he llamado por tu nombre: Ibara. A diferencia de ti, no me importa lo que seas, sino a quién representas en mi vida…
A mí también me da igual que vistas de una u otra manera, pero me gusta demostrarte de manera explícita y pesada lo infantil que eres al picarte por todo...-respondió Ibara-Ikaruga. Porque era ése tu nombre, ¿no?
Lo recuerdas perfectamente.-dijo la chica, que parecía llamarse Ikaruga-Ayame, creo que no van a atender a razones… ¡es hora de darles duro! ¡Vamos a demostrarles lo que hemos aprendido desde que no nos vemos!
Vamos a hacerles un desgarro anal que no se les pueda curar.-dijo Itami-Tanta estupidez me nubla.
. . .
La universidad estaba desierta y llena de carteles sensacionalistas. Yurika echó a andar hacia la biblioteca sin encontrar a nadie a su paso. Al llegar a la dependencia, se la encontró tan vacía como el resto del campus. Se acercó a donde estaba el libro que la tenía atrapada, maldiciendo el momento en el que se topó con él. Conforme se acercaba, notaba que la temperatura de la sala aumentaba leve pero notablemente. ¿Habría encendido alguien la calefacción? ¿Se trataría de algún refugiado enloquecido que se había hecho una hoguera con libros? Tras pocos pasos negó todas esas suposiciones a la vez que deseaba que así hubieran sido: el libro estaba flotando en el aire, abierto, emitiendo una luz muy caliente y brillante que estaba absorbiendo a sus compañeros de aventuras, a los que también estaban malditos por el libro.
¡Yurika!-gritó uno de los chicos al verla llegar-¡Sálvanos! ¡Tú eres la más fuerte de nosotros! ¡No dejes que nos engulla! ¡Lo hemos oído! ¡No nos soltará!
¡Hay un escritor!-añadió una chica-¡Nadie está a salvo!
¡Chicos!-exclamó Yurika-¿Hay algún monstruo dentro? ¿Entro a luchar?
¡NO!-gritó el chico del principio-¡Sácanos desde ahí! ¡Tira de nosotros! ¡La magia nos conectará!
Al intentar acercarse a ellos para coger sus cada vez más hundidas manos, el libro se cerró de golpe, apagándose y ahogando los desesperados y resonantes gritos del grupo de jóvenes.
No puede ser…-Yurika se llevó las manos a la cara.
El libro voló, pero no se posicionó en su hueco de la estantería, sino que pasó de largo con respecto a la joven, que se giró y vio que había aterrizado en la mano de un niño de corta estatura. Llevaba puesta una camisa blanca algo arrugada, pantalones rojos, calcetines blancos y zapatos marrones. Un corto y desordenado cabello de color verde hierba. Piel pálida y ojos de color rosado con dejes anaranjados.
¿Quién eres tú?-gritó Yurika.
El niño se limitó a sonreír macabramente.
¡Devuélveme ese libro!-exclamó Yurika-¡No es para niños! ¡No es un juguete!
La sonrisa de aquel niño tan bajo se intensificó, por lo que Yurika pensó que tenía algo que ver con todo aquello.
¿Quieres el libro?-el chico habló. Su voz era muy infantil, tanto por su corta edad como por su marcada personalidad juguetona e inmadura-¡Quítamelo!
Un renacuajo como tú no tiene fuerza suficiente como para vérselas conmigo.-dijo Yurika con seriedad-Tiéndeme ese libro y hablaremos con calma, ¿vale?
¡Dale una patada!-exclamó el chico-Podrá salir volando de mi mano…y tú eres famosa por tus patadas, ¿no es así, maga de las piernas metamórficas?
¡Maldito crío!-gritó Yurika-¡Seguro que eres un monstruo disfrazado de niño intentando engañarme! ¡Trágate ESTO!
Yurika transformó su pierna izquierda en una pata de armadura muy pesada con una gran bota e intentó golpear al niño en el estómago, pero éste abrió el libro y provocó que la pierna de la chica volviera a su forma original a la vez que un aro de magia negra la estrangulaba dolorosamente. Entre gemidos, la chica intentó arrancarse aquella cosa con las manos mientras caía arrodillada al suelo, notando cómo le faltaba cada vez más aire.

2 comentarios:

  1. Adoro a Metallurgy ¿Por qué? porque es leal y adorable. La sinceridad de Ibara me mata "Hemos ido a echar un polvo" JAJAJAJAJAJA puta diosa!!! Freya es que es perfecta, que mente pensante joder, todo calculado al milímetro no se le escapa ni una. Nikola también es adorable, debería hacer pareja con Metallurgy, dos mega adorable juntos y sería el colmo, podría vomitar arcoiris. Y quién es esa pareja nueva?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Me llena de orgullo y satisfacción leer este comentario! Veo que Nikola también está calando entre el público...me alegro, me alegro...y respecto a la pareja y al niño que me has dicho en Twitter... ¡lo sabremos en próximos episodios! Tienen tela todos...

      Eliminar