lunes, 28 de septiembre de 2015

[TY] Episodio 68: Apoteosis

TAIMANIN YAMIYUKI
Episodio 68: Apoteosis

En aquellos tensos instantes, todos los combatientes del campo de batalla tenían a Nioiko en su punto de mira. Ya no era una guerra: el escenario se había convertido en una carrera, en una competición entre bandos para determinar cuál de ellos se quedaba antes con el trofeo.

¡RETIRADA!-bramó Nioiko al ver aquel panorama.

¡Las salidas están bloqueadas!-reparó uno de los soldados de los Fuuma.

¡Señor!-pidió otro soldado-¡Transpórtenos hacia la seguridad y demos por concluida esta batalla!

¡Sí!-respondió Nioiko-¡Llevas razón! ¡Eso haré!

¡De eso nada!-bramó Yamiyuki apareciendo ante Nioiko de un salto.

¡Tú!-gritó el Fuuma con desdén-¿Hasta cuándo piensas seguir inmiscuyéndote en mis asuntos?

Ésta será la última vez.-le explicó el joven Taimanin-Cuando acabemos contigo, nunca se volverá a inmiscuir nadie en tu vida…porque no tendrás una.

Si no me dejas que me vaya, ¡te lo pediré amablemente!-amenazó Nioiko poniéndose en guardia y desplegando sus garras y su cola láser.

Dejando las palabras a un lado, el mayordomo y actual líder en funciones de los Fuuma lanzó un zarpazo contra el líder del equipo Taimanin, pero éste lo esquivó saltando hacia atrás y le devolvió el ataque con una patada alta con la pierna izquierda, obligando a su enemigo a levantar la cabeza y a arquear el cuerpo hacia atrás. En ese instante, Yamiyuki aprovechó para saltar hacia Nioiko y dirigirse a sus ojos con los dedos índice y corazón de la mano izquierda.

¡NO!-bramó Nioiko-¡MIS OJOS NO!

Tras gritar y forcejear contra el aire unos segundos, se dio cuenta de que Yamiyuki no lo había tocado.

¿Qué…-se extrañó el Fuuma.

Estás acabado.-dijo Yamiyuki con una sádica sonrisa de satisfacción-¡UGH!

Súbitamente, el joven cayó hincado de rodillas en el suelo.

¡YAMIYUKI!-oyó que gritaban algunos de sus camaradas.

El joven había llevado su mentira piadosa demasiado lejos: el dolor que sentía en su ingle derecha era atroz y, lo que era aún peor, le impedía moverse y pelear con precisión. Rápidamente, el dolor subía hacia su cadera y su abdomen a la vez que bajaba hacia su muslo como si fuera un cordón de pólvora bien encendido.

¡Estoy de suerte!-exclamó Nioiko sonriente.

El mayordomo saltó, giró sobre sí mismo y se preparó para caer encima de Yamiyuki con su cola láser con objeto de cortarlo en dos. Antes de poder conseguirlo, un obstáculo de gran tamaño se interpuso entre su objetivo y él y lo lanzó por los aires de un golpe con un objeto metálico de gran tamaño.

¡Vete a la mierda!-gruñó Rito mientras apartaba a Nioiko con su arma.

Tras su irrupción fugaz, Rito se giró hacia su amigo y lo agarró de los hombros.

Yamiyuki, ¿qué te pasa?-preguntó Rito-Tienes muy mala cara…

Maldita sea…-siseó Yamiyuki.

¡No pasa nada!-insistió Rito-¡Todos tenemos fallos! Recuerda nuestra gran promesa, tío: ¡nacimos separados, pero moriremos juntos! He venido a ayudarte, así que dime ahora mismo qué sucede.

¿Recuerdas a los robots gigantes que nos han ametrallado antes?-preguntó Yamiyuki febrilmente-Os dije que había salido ileso para que tú te concentrases en curar a los demás. Me ha clavado una bala en la ingle derecha y no puedo moverme bien.

¿Pensabas que ibas a estar más guapo con un agujero en el psoas?-preguntó Rito con una mezcla de enfado y complicidad en el rostro-Anda, déjame que te lo cure. ¡Y ni se te ocurra decirme que no quieres agotarme más!

¡No te lo permitiré!-chilló Nioiko abalanzándose hacia Rito-¡Ahora que ese metomentodo está lesionado, es el momento de darle fin!

Los abanicos de Hagane y las garras de Shirubei pararon la embestida de Nioiko.

Anda, hazte un favor y cállate.-dijo Hagane-No puedes dar más vergüenza.

¡Vamos, Rito!-pidió Shirubei-¡Nosotros contendremos a este energúmeno!

Rito sonrió a sus dos amigos y les levantó el dedo pulgar. Acto seguido, tumbó a Yamiyuki en el suelo y le separó la pierna derecha del resto del cuerpo para ver bien su ingle. Había un pequeño agujero sangrante en el cual se veía una bala.

Qué huevos tienes, Yamiyuki.-dijo el chico de cabello verde-¡Enormes! ¡Como bolas de demolición! Menos mal que puedo arreglarlo…

Rito acercó su mano izquierda a la ingle derecha de Yamiyuki y, sin tocar su cuerpo, generó una esfera transparente de energía que apretó levemente la herida. La bala salió del agujero, toda la sangre entró de nuevo en el cuerpo del chico y el orificio se cerró completamente sin dejar ni una marca, como si nunca hubiera tenido lugar.

¿Te duele algo?-preguntó el curador.

Nada.-respondió Yamiyuki-¡Gracias, Rito!

No hay de qué.-contestó el chico-¡Vamos!

Rito le tendió la mano a Yamiyuki y le ayudó a levantarse. Al girarse hacia Nioiko, los chicos vieron que Hagane y Shirubei lo habían mandado a volar con sendas patadas, momento en el que Inuhito lo interceptó con una carrera a cuatro patas para arrastrarlo por el suelo hasta estamparlo en una pared.

¡Trabajo en equipo!-dijo Shirubei contento.

¿Ya has vuelto a intentar evitar que nos preocupemos por ti?-le preguntó Hagane a Yamiyuki-Tienes una suerte tremenda, tío. Tienes la inmensa suerte de que además de incorregible eres bueno. Si no fueras bueno, tu vida sería muy difícil, ¿sabes?

¿Acaso esto es fácil?-se limitó a preguntar Yamiyuki con una media sonrisa.

Hagane y Yamiyuki chocaron sus puños.

¡Es hora de largarse!-gritó Nioiko tras librarse a duras penas de Inuhito-¡Soldados, nos vamos!

Nioiko trató de sacar a sus tropas de allí, pero los rayos no salían de sus ojos.

¿Qué está pasando?-se extrañó el mayordomo.

¿Creías que no te había aplastado los ojos por el tropiezo que he tenido?-preguntó Yamiyuki henchido de orgullo-¡En ningún momento mi intención fue dañar tus ojos! ¡Me he tropezado en el mismo instante por mera coincidencia!

¿QUÉ HAS HECHO CON MIS OJOS?-Nioiko alzó la voz.

Lentillas bloqueadoras de radiación.-explicó Yamiyuki-No intentes quitártelas, se adhieren al ojo como si fueran parte del mismo y se biodegradan con los años. Tus poderes están sellados, no mágicamente, sino gracias a la ciencia y a la tecnología.

¿Cómo habéis…-Nioiko no daba crédito.

Es muy fácil cuando tienes a un ingeniero como él.-Yamiyuki señaló con la mano a Aoi, quien se les acercaba por detrás.

La óptica real la ha llevado Rito, yo sólo he hecho una adaptación tecnológica.-explicó Aoi con satisfacción.

¡MALDITA SEA!-bramó Nioiko-¿Acaso estamos condenados?

Creo que no hace falta graduarse en la Toudai para inferir que sí.-respondió Yamiyuki.

¡TROPAS!-gritó Nioiko-¡DISPARAD A MATAR!

Vamos, Aoi.-dijo Yamiyuki-Es hora de enseñarles lo que les hemos preparado.

¡A la orden!-respondió Aoi.

El chico saltó ágil y elegantemente a un punto muy elevado. En él se situaban Kaen y Kouen, que habían terminado sus maniobras estratégicas y se limitaban a observar y lanzar fuego desde la distancia.

¡Es el momento!-exclamó Aoi al llegar arriba y colocarse entre las dos chicas.

Sacó un mando a distancia de uno de los bolsillos de su sobrefalda.

¡Máquinas!-ordenó Aoi pulsando un botón rojo-¡Ha llegado vuestro turno! ¡Obedeced a vuestro ingeniero y maestro! ¡Cumplid con vuestra labor como guerreros de Gokuruma! ¡AL ATAQUE, CYBORGS TAIMANIN!

De todas partes comenzaron a llegar robots humanoides con armaduras que imitaban los trajes de los Taimanin. Comenzaron a acabar con los Fuuma, con los soldados y con los Mazoku con sus armas electromagnéticas.

Muchísimas gracias, Kouen-dono, por permitir el transporte de nuestras máquinas bajo tierra para sorpresa del enemigo.-dijo solemnemente Aoi girándose hacia una de las hermanas de Yamiyuki.

No hay de qué.-respondió Kouen sonriente.

La batalla apuntaba a su fin. Aquellos cyborgs habían sido diseñados, calculados, programados y construidos por Aoi, y eran su gran obra maestra como ingeniero, así como el tema y producto de su tesis doctoral, la cual había terminado prácticamente, adelantándose así a toda su trayectoria estudiantil doctoral. Los Taimanin, el grupo de Philell y el grupo de Will se limitaban a observar el panorama, mientras los Mazoku y los militares trataban de hacer frente a las máquinas. Por su parte, Philell seguía dispuesto a negociar con Will, Kaiya y Remigio.

Queridos congéneres, seguro que ahora comprendéis mejor que nunca todo lo que ha pasado.-dijo Philell-Si de verdad queréis la integración social entre hombres y demonios, si vuestro auténtico deseo es dejar claro que no todos los Mazoku somos malvados, entonces os propongo trabajar codo con codo.

Uro y Vega respaldaban moralmente a Philell, aunque apenas participaban en el diálogo. Ambos estaban preparados para cualquier ataque que pudieran lanzarles.

No hay duda de que éste es el bando en el que tendríamos que estar.-dijo Will-Hemos empezado con mal pie, pero creo que estamos a tiempo de corregirlo, ¿verdad?

Estoy más que dispuesto.-añadió Remigio-Soy muy viejo ya para andarme con tonterías, sólo quiero hacer las cosas bien.

No voy a quedarme quieta ahora que conozco la afrenta que me han hecho.-terció Kaiya-Tenéis mi apoyo.

¡Muchas gracias!-respondió Philell con una sonrisa-Podríamos mantenernos en contacto y…

Una brusca sacudida cortó al sabio, que se vio obligado a reptar por el suelo para esquivar un ataque de tierra: Benibatsu y Kuritöö se les habían acercado.

¡No podemos dejarlos con vida!-bramó la científica-¡Si se unen a Philell, se convertirán en un bando más del que preocuparnos! Tigres-sama no querría eso.

¡Uro, Vega, es hora de pelear!-pidió Philell-¡Por favor!

El demonio y la nereida se interpusieron en el camino de aquellos malhechores. Uro recordó su anterior combate contra ellos: por aquella derrota empezó la colaboración con los Taimanin.

¡Necesitamos asesinarlos rápidamente!-instó Kuritöö-¡Que conozcan la diferencia de poder entre ellos y nosotros antes de que nos den problemas!

¡Eso está hecho!-asintió Benibatsu.

Sin ningunas ganas de pelear, Kuritöö convirtió su mano izquierda en un afilado y duro tentáculo que rodeó a Uro, Vega y Philell para esquivarlos y atravesó a Remigio como si de una lanza se tratara. Tras esto, lo levantó del suelo y comenzó a dispararle con su metralleta desde la distancia.

¡Remigio!-exclamaron Will y Kaiya.

¡Malditos seáis!-bramó Will-¡Mis esqueletos os matarán!

¡Pereceréis bajo mi martillo!-los amenazó Kaiya.

Sin olvidar que en el pasado fue un ninja, Benibatsu se colocó con sigilo y agilidad detrás de Will, cortándolo en dos verticalmente con su doble guadaña.  Como los fuegos fatuos podían regenerarse con sus llamas y, además, no tenían sangre como tal, Benibatsu se vio obligado a usar su técnica de manipulación sanguínea para hacer que la sangre del cadáver agujereado de Remigio lloverá sobre el cuerpo escindido de Will, convirtiendo las llamas en ceniza y evitando que se regenerase. A los pocos segundos, las dos mitades del cuerpo se convirtieron en cenizas.

Esto no puede estar pasando…-Philell se mostraba agobiado-…ahora que por fin habíamos conseguido aliados…

¡No os cargaréis a la que queda!-Vega amenazó a los esbirros de Tigres y se puso delante de ellos con su bañera.

¡Protegeremos a esta mujer!-exclamó Uro sacando la espada.

Va a haber que patearles el culo, ¿verdad?-preguntó Benibatsu.

Eso parece.-respondio Kuritöö.

Kaiya, Uro y Vega se lanzaron contra Benibatsu y Kuritöö. En medio del forcejeo, la sádica científica se dio cuenta de que cerca de ella estaban los soldados, por lo que no tardó en hacerle una señal a Púrpura, que era el que más cerca tenía.

¡Allá voy!-exclamó el chico con un grito muy afeminado.

Púrpura corrió hacia Kaiya como un guepardo. No tardó en embestirla y apartarla del resto de enemigos.

¿Piensas matarme?-le preguntó la Mazoku al soldado-¡No te lo pondré fácil!

¡Yo a ti tampoco!-chilló Púrpura macabramente-CUTTING WAVE!
(¡Onda cortante!)

Kaiya desvió las ondas de púrpura con un golpe de su martillo envuelto en una luz azul.

¿Qué narices has hecho?-preguntó el soldado.

Tus ataques cortantes a distancia son ondas electromagnéticas de alta frecuencia que producen perturbaciones mecánicas en el aire tales que producen cortes en los sólidos.-explicó Kaiya-No he necesitado más que una fracción de segundo para verlo. Sabiendo ese dato, es fácil desviarlas cuando tienes un núcleo magnético de polaridad e intensidad controlables. ¡Tus uñas no son una amenaza para mí!

Eres demasiado sabihonda para ser una demonio inferior, ¿no crees?-le espetó Púrpura-De todas formas, gracias por darme una estrategia válida contra ti. ¡Un campo magnético no tendrá efecto sobre un medio puramente mecánico! Nail Attack!
(¡Ataque de uñas!)

Con gran rapidez, Púrpura se colocó frente a Kaiya y comenzó a lanzarle zarpazos con sus uñas iluminadas. La Mazoku trató de esquivarlos, bloquearlos y contraatacarlos, pero no era tan rápida como su enemigo, por lo que se llevó algunos arañazos que comenzaron a sangrar de manera abundante. Tras un encarnizado forcejeo, la chica pulsó otro botón de su martillo y lo envolvió en un aura naranja. Con esto, golpeó a Púrpura en el abdomen y causó una fortísima explosión, enviándolo muy lejos de ella.

Te lo dije…-le espetó mientras jadeaba y sangraba.

Maldita…-dijo Púrpura también entre jadeos-… SEAS. ¡TE MATARÉ!

Púrpura se lanzó de nuevo a por Kaiya.

¿Cómo ha podido sobrevivir a mi martillo reactor?-pensaba Kaiya.

La sorpresa y el descuido de la Mazoku pusieron fin al combate: el sádico soldado saltó encima de ella, la abatió con una patada voladora y, una vez en el suelo, le agarró el cuello, clavándole en él las uñas y, con la otra mano, atravesó su pecho, apuñalando su corazón con aquellas brillantes y mortíferas uñas.

¡Hasta nunca, zorra!-siseó el soldado mientras lanzaba el cuerpo de Kaiya por los aires.

Cerca de ellos, Uro y Vega comenzaban a agotarse. Al darse cuenta, Kuroageha y sus tres compañeros se acercaron para repeler el asalto. Mientras corrían hacia el lugar, Shiena se dio cuenta de que Púrpura había hecho que el cuerpo de Kaiya estallase en llamas violetas con un extraño movimiento.

¡Fuera de aquí, viles demonios!-ordenó Kuroageha-¡No tocaréis a Philell, son ordenes de arriba!

Como resultado de un intenso forcejeo, los dos demonios se vieron obligados a replegarse.

Philell seguirá incordiando hasta nueva orden, pero, al menos, hemos conseguido matar a los antiguos sicarios de ese Nioiko.-dijo Kuritöö-¡Hemos hecho suficiente!

De acuerdo.-asintió Benibatsu-¡Vámonos!

Ya no sois tan valientes, ¿eh?-les gritó Kuroageha mientras se alejaban.

¿Vamos tras ellos?-preguntó Shiena.

Tenemos que centrarnos primero en Nioiko.-respondió Kuroageha-Debe de estar a punto de caer.

Seguidos por Philell, Uro y Vega, los miembros del equipo Kuroageha buscaron a Nioiko por el campo de batalla. Mientras se movían, se daban cuenta de que apenas quedaban soldados de los Fuuma en el campo de batalla: prácticamente todos habían muerto y los escasos supervivientes no tardarían en ser eliminados. Cuando por fin encontraron a Nioiko, se sorprendieron al ver que estaba luchando contra unos Taimanin.

¡Que no escape!-gritó uno de los subordinados de Kaen-¡Al ataque!

¡Todos juntos!-chilló una mujer del equipo médico.

Nioiko dejó de pelear con tanto estoicismo cuando vio a Kuroageha y a los suyos acercarse: sabía que no tenía escapatoria.

He venido a enseñarte una cosa, Nioiko.-dijo Kuroageha-Es hora de conectar con el otro lado.

La joven chasqueó los dedos. Rápidamente, tres Taimanin que estaban entre el equipo contra el que luchaba Nioiko se acercaron a ella y le tendieron un equipo electrónico de alta tecnología. El controlador era una esfera metálica que la chica sostuvo con sus manos.

Esta cámara holográfica retransmite imagen y sonido en tiempo real.-explicó la joven-Alguien quiere hablar contigo.

Tras pulsar unos botones, la esfera de Kuroageha se abrió y dejó ver una imagen muy nítida: en las prisiones de Gokuruma, en alguna celda recóndita, la subdirectora Murasaki Yatsu apuntaba con su enorme hacha al cuello de una persona que estaba atada de pies y manos.

¡Nioiko Fuuma, ríndete!-gritó Murasaki-¡Yo también puedo verte y oírte, así que estamos en condiciones de negociar! ¡O dejas de oponer resistencia y entregas a tus tropas… O ME LA CARGO!

La persona a la que Murasaki amenazaba con decapitar era Tokiko Fuuma, la hermana mayor de Nioiko y la auténtica mayordomo de los Fuuma.

¡TOKIKO-ANE!-gritó Nioiko-¡NO!

Su vida está en sus manos.-dijo Murasaki-Tú eliges.

. . .-Nioiko se quedó callado.

¿Y bien?-le instó Murasaki unos segundos después.

¡ESTÁ BIEN!-gritó Nioiko-¡Vosotros ganáis, Taimanin! ¡La batalla se ha acabado!

Si me entrego, tal vez me pueda reunir con mi hermana.-pensó Nioiko-Si sigo peleando, nos matarán a los dos. No me queda más alternativa. Si Tokiko-ane y yo nos vemos de nuevo, con casi total seguridad podremos girar las tornas de nuevo, pues ése es el orgullo de los expertos Fuuma.

¡Ya lo habéis oído!-gritaban los Taimanin-¡Entregaos, malditos Fuuma!

Las tropas de Nioiko no tuvieron más remedio que ceder y acompañar a los Taimanin como prisioneros, tal y como tendría que hacer el propio Nioiko. Yamiyuki se acercó a él.

Estás arrestado.-dijo Yamiyuki-Se acabó todo, Nioiko. Se acabaron tus fechorías, tus planes, tus incordios y se acabaron los Fuuma para siempre.

¡Alto ahí!-intervino la doctora Kuritöö-¡Nos llevamos a Nioiko! ¡Son órdenes de Tigres-sama!

Nos lo llevamos nosotros por orden directa de Asagi-sama.-respondió Yamiyuki estoicamente-La escoria como vosotros no tiene derecho a quedarse nada.

¡A POR ELLOS!-gritó Kuritöö.

El primero en lanzarse a por los Taimanin fue Benibatsu, pero Inuhito lo interceptó y frenó su trayectoria.

Tenías ganas de esto, ¿eh?-preguntó Benibatsu con sorna.

Ahora que ya lo sé todo no voy a volver a echarme atrás.-respondió Inuhito con valentía-Voy a salvar a mi hermano del demonio que lo tiene preso.

¿Ahora hablas de hermanos conmigo?-insistió Benibatsu-¿No me dijiste que era una basura y que no teníamos nada que ver? O algo así, porque ni me acuerdo de tus palabras textuales ni me importan, sinceramente.

Tú eres un pedazo de mierda como no hay dos en este mundo, sucio demonio.-le espetó Inuhito-Mi difunto hermano no, y no te permitiré que eches tierra sobre su tumba.

¡BASTA DE CHÁCHARA!-gritó una voz de mujer.

En el centro de aquel caótico escenario se dibujaron dos portales negros. Tigres Black y Braulio Cromwell aparecieron a su través.

Nos llevamos a Nioiko Fuuma.-dijo Tigres-Queráis o no.

¡Es Tigres!-exclamó Kuroageha-Hemos tenido contratiempos y bajas, será mejor que no tratemos de…

Ahórrate el discurso, bonita.-pidió Tigres-He hecho, hago y haré lo que me dé la real gana, tratéis o no tratéis de impedírmelo.

Con un gesto de su mano, Tigres transportó mágicamente a Nioiko desde el sitio en el que estaba hacia los brazos de Braulio, quien lo sujetó con fuerza.

Cariño, si eres tan amable…-pidió Tigres.

Claro, mi amada.-concedió Braulio.

El dhampir dejó inconsciente a Nioiko golpeándole en la nuca con el canto de la mano.

¡Nos lo llevamos!-exclamó Braulio-¡Retirada! ¡Hemos cumplido nuestro cometido por hoy y ya hemos sufrido bastantes bajas!

Por obra de la magia de Tigres, todos los Mazoku y soldados desaparecieron del campo de batalla en una brillante luz mágica, quedando los Taimanin totalmente a solas. Inuhito, que estaba a punto de luchar de nuevo contra Benibatsu, relajó su guardia momentáneamente.

Yamiyuki se acercó al centro del campo de batalla y alzó el puño.

¡Victoria!-gritó.


¡VICTORIA!-chillaron todos los demás Taimanin a coro levantando sus puños y con un marcado espíritu guerrero en sus rostros.

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