TAIMANIN
YAMIYUKI
Episodio 68: Apoteosis
En aquellos tensos instantes,
todos los combatientes del campo de batalla tenían a Nioiko en su punto de
mira. Ya no era una guerra: el escenario se había convertido en una carrera, en
una competición entre bandos para determinar cuál de ellos se quedaba antes con
el trofeo.
¡RETIRADA!-bramó Nioiko al ver
aquel panorama.
¡Las salidas están
bloqueadas!-reparó uno de los soldados de los Fuuma.
¡Señor!-pidió otro
soldado-¡Transpórtenos hacia la seguridad y demos por concluida esta batalla!
¡Sí!-respondió Nioiko-¡Llevas
razón! ¡Eso haré!
¡De eso nada!-bramó Yamiyuki
apareciendo ante Nioiko de un salto.
¡Tú!-gritó el Fuuma con
desdén-¿Hasta cuándo piensas seguir inmiscuyéndote en mis asuntos?
Ésta será la última vez.-le
explicó el joven Taimanin-Cuando acabemos contigo, nunca se volverá a inmiscuir
nadie en tu vida…porque no tendrás una.
Si no me dejas que me vaya, ¡te lo
pediré amablemente!-amenazó Nioiko poniéndose en guardia y desplegando sus
garras y su cola láser.
Dejando las palabras a un lado, el
mayordomo y actual líder en funciones de los Fuuma lanzó un zarpazo contra el
líder del equipo Taimanin, pero éste lo esquivó saltando hacia atrás y le
devolvió el ataque con una patada alta con la pierna izquierda, obligando a su
enemigo a levantar la cabeza y a arquear el cuerpo hacia atrás. En ese
instante, Yamiyuki aprovechó para saltar hacia Nioiko y dirigirse a sus ojos
con los dedos índice y corazón de la mano izquierda.
¡NO!-bramó Nioiko-¡MIS OJOS NO!
Tras gritar y forcejear contra el
aire unos segundos, se dio cuenta de que Yamiyuki no lo había tocado.
¿Qué…-se extrañó el Fuuma.
Estás acabado.-dijo Yamiyuki con
una sádica sonrisa de satisfacción-¡UGH!
Súbitamente, el joven cayó hincado
de rodillas en el suelo.
¡YAMIYUKI!-oyó que gritaban
algunos de sus camaradas.
El joven había llevado su mentira
piadosa demasiado lejos: el dolor que sentía en su ingle derecha era atroz y,
lo que era aún peor, le impedía moverse y pelear con precisión. Rápidamente, el
dolor subía hacia su cadera y su abdomen a la vez que bajaba hacia su muslo
como si fuera un cordón de pólvora bien encendido.
¡Estoy de suerte!-exclamó Nioiko
sonriente.
El mayordomo saltó, giró sobre sí
mismo y se preparó para caer encima de Yamiyuki con su cola láser con objeto de
cortarlo en dos. Antes de poder conseguirlo, un obstáculo de gran tamaño se
interpuso entre su objetivo y él y lo lanzó por los aires de un golpe con un
objeto metálico de gran tamaño.
¡Vete a la mierda!-gruñó Rito
mientras apartaba a Nioiko con su arma.
Tras su irrupción fugaz, Rito se
giró hacia su amigo y lo agarró de los hombros.
Yamiyuki, ¿qué te pasa?-preguntó
Rito-Tienes muy mala cara…
Maldita sea…-siseó Yamiyuki.
¡No pasa nada!-insistió
Rito-¡Todos tenemos fallos! Recuerda nuestra gran promesa, tío: ¡nacimos
separados, pero moriremos juntos! He venido a ayudarte, así que dime ahora
mismo qué sucede.
¿Recuerdas a los robots gigantes
que nos han ametrallado antes?-preguntó Yamiyuki febrilmente-Os dije que había
salido ileso para que tú te concentrases en curar a los demás. Me ha clavado
una bala en la ingle derecha y no puedo moverme bien.
¿Pensabas que ibas a estar más
guapo con un agujero en el psoas?-preguntó Rito con una mezcla de enfado y
complicidad en el rostro-Anda, déjame que te lo cure. ¡Y ni se te ocurra
decirme que no quieres agotarme más!
¡No te lo permitiré!-chilló Nioiko
abalanzándose hacia Rito-¡Ahora que ese metomentodo está lesionado, es el
momento de darle fin!
Los abanicos de Hagane y las
garras de Shirubei pararon la embestida de Nioiko.
Anda, hazte un favor y
cállate.-dijo Hagane-No puedes dar más vergüenza.
¡Vamos, Rito!-pidió
Shirubei-¡Nosotros contendremos a este energúmeno!
Rito sonrió a sus dos amigos y les
levantó el dedo pulgar. Acto seguido, tumbó a Yamiyuki en el suelo y le separó
la pierna derecha del resto del cuerpo para ver bien su ingle. Había un pequeño
agujero sangrante en el cual se veía una bala.
Qué huevos tienes, Yamiyuki.-dijo
el chico de cabello verde-¡Enormes! ¡Como bolas de demolición! Menos mal que
puedo arreglarlo…
Rito acercó su mano izquierda a la
ingle derecha de Yamiyuki y, sin tocar su cuerpo, generó una esfera
transparente de energía que apretó levemente la herida. La bala salió del
agujero, toda la sangre entró de nuevo en el cuerpo del chico y el orificio se
cerró completamente sin dejar ni una marca, como si nunca hubiera tenido lugar.
¿Te duele algo?-preguntó el
curador.
Nada.-respondió Yamiyuki-¡Gracias,
Rito!
No hay de qué.-contestó el
chico-¡Vamos!
Rito le tendió la mano a Yamiyuki
y le ayudó a levantarse. Al girarse hacia Nioiko, los chicos vieron que Hagane
y Shirubei lo habían mandado a volar con sendas patadas, momento en el que
Inuhito lo interceptó con una carrera a cuatro patas para arrastrarlo por el
suelo hasta estamparlo en una pared.
¡Trabajo en equipo!-dijo Shirubei
contento.
¿Ya has vuelto a intentar evitar
que nos preocupemos por ti?-le preguntó Hagane a Yamiyuki-Tienes una suerte
tremenda, tío. Tienes la inmensa suerte de que además de incorregible eres
bueno. Si no fueras bueno, tu vida sería muy difícil, ¿sabes?
¿Acaso esto es fácil?-se limitó a
preguntar Yamiyuki con una media sonrisa.
Hagane y Yamiyuki chocaron sus
puños.
¡Es hora de largarse!-gritó Nioiko
tras librarse a duras penas de Inuhito-¡Soldados, nos vamos!
Nioiko trató de sacar a sus tropas
de allí, pero los rayos no salían de sus ojos.
¿Qué está pasando?-se extrañó el
mayordomo.
¿Creías que no te había aplastado
los ojos por el tropiezo que he tenido?-preguntó Yamiyuki henchido de
orgullo-¡En ningún momento mi intención fue dañar tus ojos! ¡Me he tropezado en
el mismo instante por mera coincidencia!
¿QUÉ HAS HECHO CON MIS
OJOS?-Nioiko alzó la voz.
Lentillas bloqueadoras de
radiación.-explicó Yamiyuki-No intentes quitártelas, se adhieren al ojo como si
fueran parte del mismo y se biodegradan con los años. Tus poderes están
sellados, no mágicamente, sino gracias a la ciencia y a la tecnología.
¿Cómo habéis…-Nioiko no daba
crédito.
Es muy fácil cuando tienes a un
ingeniero como él.-Yamiyuki señaló con la mano a Aoi, quien se les acercaba por
detrás.
La óptica real la ha llevado Rito,
yo sólo he hecho una adaptación tecnológica.-explicó Aoi con satisfacción.
¡MALDITA SEA!-bramó Nioiko-¿Acaso
estamos condenados?
Creo que no hace falta graduarse
en la Toudai para inferir que sí.-respondió Yamiyuki.
¡TROPAS!-gritó Nioiko-¡DISPARAD A
MATAR!
Vamos, Aoi.-dijo Yamiyuki-Es hora
de enseñarles lo que les hemos preparado.
¡A la orden!-respondió Aoi.
El chico saltó ágil y
elegantemente a un punto muy elevado. En él se situaban Kaen y Kouen, que
habían terminado sus maniobras estratégicas y se limitaban a observar y lanzar
fuego desde la distancia.
¡Es el momento!-exclamó Aoi al
llegar arriba y colocarse entre las dos chicas.
Sacó un mando a distancia de uno
de los bolsillos de su sobrefalda.
¡Máquinas!-ordenó Aoi pulsando un
botón rojo-¡Ha llegado vuestro turno! ¡Obedeced a vuestro ingeniero y maestro!
¡Cumplid con vuestra labor como guerreros de Gokuruma! ¡AL ATAQUE, CYBORGS
TAIMANIN!
De todas partes comenzaron a
llegar robots humanoides con armaduras que imitaban los trajes de los Taimanin.
Comenzaron a acabar con los Fuuma, con los soldados y con los Mazoku con sus
armas electromagnéticas.
Muchísimas gracias, Kouen-dono,
por permitir el transporte de nuestras máquinas bajo tierra para sorpresa del
enemigo.-dijo solemnemente Aoi girándose hacia una de las hermanas de Yamiyuki.
No hay de qué.-respondió Kouen
sonriente.
La batalla apuntaba a su fin.
Aquellos cyborgs habían sido diseñados, calculados, programados y construidos
por Aoi, y eran su gran obra maestra como ingeniero, así como el tema y
producto de su tesis doctoral, la cual había terminado prácticamente,
adelantándose así a toda su trayectoria estudiantil doctoral. Los Taimanin, el
grupo de Philell y el grupo de Will se limitaban a observar el panorama,
mientras los Mazoku y los militares trataban de hacer frente a las máquinas.
Por su parte, Philell seguía dispuesto a negociar con Will, Kaiya y Remigio.
Queridos congéneres, seguro que
ahora comprendéis mejor que nunca todo lo que ha pasado.-dijo Philell-Si de
verdad queréis la integración social entre hombres y demonios, si vuestro
auténtico deseo es dejar claro que no todos los Mazoku somos malvados, entonces
os propongo trabajar codo con codo.
Uro y Vega respaldaban moralmente
a Philell, aunque apenas participaban en el diálogo. Ambos estaban preparados
para cualquier ataque que pudieran lanzarles.
No hay duda de que éste es el
bando en el que tendríamos que estar.-dijo Will-Hemos empezado con mal pie,
pero creo que estamos a tiempo de corregirlo, ¿verdad?
Estoy más que dispuesto.-añadió
Remigio-Soy muy viejo ya para andarme con tonterías, sólo quiero hacer las
cosas bien.
No voy a quedarme quieta ahora que
conozco la afrenta que me han hecho.-terció Kaiya-Tenéis mi apoyo.
¡Muchas gracias!-respondió Philell
con una sonrisa-Podríamos mantenernos en contacto y…
Una brusca sacudida cortó al
sabio, que se vio obligado a reptar por el suelo para esquivar un ataque de
tierra: Benibatsu y Kuritöö se les habían acercado.
¡No podemos dejarlos con
vida!-bramó la científica-¡Si se unen a Philell, se convertirán en un bando más
del que preocuparnos! Tigres-sama no querría eso.
¡Uro, Vega, es hora de
pelear!-pidió Philell-¡Por favor!
El demonio y la nereida se
interpusieron en el camino de aquellos malhechores. Uro recordó su anterior
combate contra ellos: por aquella derrota empezó la colaboración con los
Taimanin.
¡Necesitamos asesinarlos rápidamente!-instó
Kuritöö-¡Que conozcan la diferencia de poder entre ellos y nosotros antes de
que nos den problemas!
¡Eso está hecho!-asintió
Benibatsu.
Sin ningunas ganas de pelear,
Kuritöö convirtió su mano izquierda en un afilado y duro tentáculo que rodeó a
Uro, Vega y Philell para esquivarlos y atravesó a Remigio como si de una lanza
se tratara. Tras esto, lo levantó del suelo y comenzó a dispararle con su
metralleta desde la distancia.
¡Remigio!-exclamaron Will y Kaiya.
¡Malditos seáis!-bramó Will-¡Mis
esqueletos os matarán!
¡Pereceréis bajo mi martillo!-los
amenazó Kaiya.
Sin olvidar que en el pasado fue
un ninja, Benibatsu se colocó con sigilo y agilidad detrás de Will, cortándolo
en dos verticalmente con su doble guadaña.
Como los fuegos fatuos podían regenerarse con sus llamas y, además, no
tenían sangre como tal, Benibatsu se vio obligado a usar su técnica de
manipulación sanguínea para hacer que la sangre del cadáver agujereado de
Remigio lloverá sobre el cuerpo escindido de Will, convirtiendo las llamas en
ceniza y evitando que se regenerase. A los pocos segundos, las dos mitades del
cuerpo se convirtieron en cenizas.
Esto no puede estar
pasando…-Philell se mostraba agobiado-…ahora que por fin habíamos conseguido
aliados…
¡No os cargaréis a la que
queda!-Vega amenazó a los esbirros de Tigres y se puso delante de ellos con su
bañera.
¡Protegeremos a esta
mujer!-exclamó Uro sacando la espada.
Va a haber que patearles el culo,
¿verdad?-preguntó Benibatsu.
Eso parece.-respondio Kuritöö.
Kaiya, Uro y Vega se lanzaron
contra Benibatsu y Kuritöö. En medio del forcejeo, la sádica científica se dio
cuenta de que cerca de ella estaban los soldados, por lo que no tardó en
hacerle una señal a Púrpura, que era el que más cerca tenía.
¡Allá voy!-exclamó el chico con un
grito muy afeminado.
Púrpura corrió hacia Kaiya como un
guepardo. No tardó en embestirla y apartarla del resto de enemigos.
¿Piensas matarme?-le preguntó la
Mazoku al soldado-¡No te lo pondré fácil!
¡Yo a ti tampoco!-chilló Púrpura
macabramente-CUTTING WAVE!
(¡Onda cortante!)
Kaiya desvió las ondas de púrpura
con un golpe de su martillo envuelto en una luz azul.
¿Qué narices has hecho?-preguntó
el soldado.
Tus ataques cortantes a distancia
son ondas electromagnéticas de alta frecuencia que producen perturbaciones
mecánicas en el aire tales que producen cortes en los sólidos.-explicó Kaiya-No
he necesitado más que una fracción de segundo para verlo. Sabiendo ese dato, es
fácil desviarlas cuando tienes un núcleo magnético de polaridad e intensidad
controlables. ¡Tus uñas no son una amenaza para mí!
Eres demasiado sabihonda para ser
una demonio inferior, ¿no crees?-le espetó Púrpura-De todas formas, gracias por
darme una estrategia válida contra ti. ¡Un campo magnético no tendrá efecto
sobre un medio puramente mecánico! Nail Attack!
(¡Ataque de uñas!)
Con gran rapidez, Púrpura se
colocó frente a Kaiya y comenzó a lanzarle zarpazos con sus uñas iluminadas. La
Mazoku trató de esquivarlos, bloquearlos y contraatacarlos, pero no era tan
rápida como su enemigo, por lo que se llevó algunos arañazos que comenzaron a
sangrar de manera abundante. Tras un encarnizado forcejeo, la chica pulsó otro
botón de su martillo y lo envolvió en un aura naranja. Con esto, golpeó a
Púrpura en el abdomen y causó una fortísima explosión, enviándolo muy lejos de
ella.
Te lo dije…-le espetó mientras
jadeaba y sangraba.
Maldita…-dijo Púrpura también
entre jadeos-… SEAS. ¡TE MATARÉ!
Púrpura se lanzó de nuevo a por
Kaiya.
¿Cómo ha podido sobrevivir a mi martillo reactor?-pensaba Kaiya.
La sorpresa y el descuido de la
Mazoku pusieron fin al combate: el sádico soldado saltó encima de ella, la
abatió con una patada voladora y, una vez en el suelo, le agarró el cuello,
clavándole en él las uñas y, con la otra mano, atravesó su pecho, apuñalando su
corazón con aquellas brillantes y mortíferas uñas.
¡Hasta nunca, zorra!-siseó el
soldado mientras lanzaba el cuerpo de Kaiya por los aires.
Cerca de ellos, Uro y Vega
comenzaban a agotarse. Al darse cuenta, Kuroageha y sus tres compañeros se
acercaron para repeler el asalto. Mientras corrían hacia el lugar, Shiena se
dio cuenta de que Púrpura había hecho que el cuerpo de Kaiya estallase en
llamas violetas con un extraño movimiento.
¡Fuera de aquí, viles demonios!-ordenó
Kuroageha-¡No tocaréis a Philell, son ordenes de arriba!
Como resultado de un intenso
forcejeo, los dos demonios se vieron obligados a replegarse.
Philell seguirá incordiando hasta
nueva orden, pero, al menos, hemos conseguido matar a los antiguos sicarios de
ese Nioiko.-dijo Kuritöö-¡Hemos hecho suficiente!
De acuerdo.-asintió
Benibatsu-¡Vámonos!
Ya no sois tan valientes, ¿eh?-les
gritó Kuroageha mientras se alejaban.
¿Vamos tras ellos?-preguntó
Shiena.
Tenemos que centrarnos primero en
Nioiko.-respondió Kuroageha-Debe de estar a punto de caer.
Seguidos por Philell, Uro y Vega,
los miembros del equipo Kuroageha buscaron a Nioiko por el campo de batalla.
Mientras se movían, se daban cuenta de que apenas quedaban soldados de los
Fuuma en el campo de batalla: prácticamente todos habían muerto y los escasos
supervivientes no tardarían en ser eliminados. Cuando por fin encontraron a
Nioiko, se sorprendieron al ver que estaba luchando contra unos Taimanin.
¡Que no escape!-gritó uno de los
subordinados de Kaen-¡Al ataque!
¡Todos juntos!-chilló una mujer
del equipo médico.
Nioiko dejó de pelear con tanto
estoicismo cuando vio a Kuroageha y a los suyos acercarse: sabía que no tenía
escapatoria.
He venido a enseñarte una cosa,
Nioiko.-dijo Kuroageha-Es hora de conectar con el otro lado.
La joven chasqueó los dedos.
Rápidamente, tres Taimanin que estaban entre el equipo contra el que luchaba
Nioiko se acercaron a ella y le tendieron un equipo electrónico de alta
tecnología. El controlador era una esfera metálica que la chica sostuvo con sus
manos.
Esta cámara holográfica
retransmite imagen y sonido en tiempo real.-explicó la joven-Alguien quiere
hablar contigo.
Tras pulsar unos botones, la
esfera de Kuroageha se abrió y dejó ver una imagen muy nítida: en las prisiones
de Gokuruma, en alguna celda recóndita, la subdirectora Murasaki Yatsu apuntaba
con su enorme hacha al cuello de una persona que estaba atada de pies y manos.
¡Nioiko Fuuma, ríndete!-gritó
Murasaki-¡Yo también puedo verte y oírte, así que estamos en condiciones de
negociar! ¡O dejas de oponer resistencia y entregas a tus tropas… O ME LA
CARGO!
La persona a la que Murasaki
amenazaba con decapitar era Tokiko Fuuma, la hermana mayor de Nioiko y la
auténtica mayordomo de los Fuuma.
¡TOKIKO-ANE!-gritó Nioiko-¡NO!
Su vida está en sus manos.-dijo
Murasaki-Tú eliges.
. . .-Nioiko se quedó callado.
¿Y bien?-le instó Murasaki unos
segundos después.
¡ESTÁ BIEN!-gritó Nioiko-¡Vosotros
ganáis, Taimanin! ¡La batalla se ha acabado!
Si me entrego, tal vez me pueda reunir con mi hermana.-pensó
Nioiko-Si sigo peleando, nos matarán a
los dos. No me queda más alternativa. Si Tokiko-ane y yo nos vemos de nuevo,
con casi total seguridad podremos girar las tornas de nuevo, pues ése es el
orgullo de los expertos Fuuma.
¡Ya lo habéis oído!-gritaban los
Taimanin-¡Entregaos, malditos Fuuma!
Las tropas de Nioiko no tuvieron
más remedio que ceder y acompañar a los Taimanin como prisioneros, tal y como
tendría que hacer el propio Nioiko. Yamiyuki se acercó a él.
Estás arrestado.-dijo Yamiyuki-Se
acabó todo, Nioiko. Se acabaron tus fechorías, tus planes, tus incordios y se
acabaron los Fuuma para siempre.
¡Alto ahí!-intervino la doctora
Kuritöö-¡Nos llevamos a Nioiko! ¡Son órdenes de Tigres-sama!
Nos lo llevamos nosotros por orden
directa de Asagi-sama.-respondió Yamiyuki estoicamente-La escoria como vosotros
no tiene derecho a quedarse nada.
¡A POR ELLOS!-gritó Kuritöö.
El primero en lanzarse a por los
Taimanin fue Benibatsu, pero Inuhito lo interceptó y frenó su trayectoria.
Tenías ganas de esto,
¿eh?-preguntó Benibatsu con sorna.
Ahora que ya lo sé todo no voy a
volver a echarme atrás.-respondió Inuhito con valentía-Voy a salvar a mi
hermano del demonio que lo tiene preso.
¿Ahora hablas de hermanos
conmigo?-insistió Benibatsu-¿No me dijiste que era una basura y que no teníamos
nada que ver? O algo así, porque ni me acuerdo de tus palabras textuales ni me
importan, sinceramente.
Tú eres un pedazo de mierda como
no hay dos en este mundo, sucio demonio.-le espetó Inuhito-Mi difunto hermano
no, y no te permitiré que eches tierra sobre su tumba.
¡BASTA DE CHÁCHARA!-gritó una voz
de mujer.
En el centro de aquel caótico
escenario se dibujaron dos portales negros. Tigres Black y Braulio Cromwell aparecieron
a su través.
Nos llevamos a Nioiko Fuuma.-dijo
Tigres-Queráis o no.
¡Es Tigres!-exclamó
Kuroageha-Hemos tenido contratiempos y bajas, será mejor que no tratemos de…
Ahórrate el discurso,
bonita.-pidió Tigres-He hecho, hago y haré lo que me dé la real gana, tratéis o
no tratéis de impedírmelo.
Con un gesto de su mano, Tigres
transportó mágicamente a Nioiko desde el sitio en el que estaba hacia los
brazos de Braulio, quien lo sujetó con fuerza.
Cariño, si eres tan amable…-pidió
Tigres.
Claro, mi amada.-concedió Braulio.
El dhampir dejó inconsciente a
Nioiko golpeándole en la nuca con el canto de la mano.
¡Nos lo llevamos!-exclamó
Braulio-¡Retirada! ¡Hemos cumplido nuestro cometido por hoy y ya hemos sufrido
bastantes bajas!
Por obra de la magia de Tigres,
todos los Mazoku y soldados desaparecieron del campo de batalla en una
brillante luz mágica, quedando los Taimanin totalmente a solas. Inuhito, que
estaba a punto de luchar de nuevo contra Benibatsu, relajó su guardia
momentáneamente.
Yamiyuki se acercó al centro del
campo de batalla y alzó el puño.
¡Victoria!-gritó.
¡VICTORIA!-chillaron todos los
demás Taimanin a coro levantando sus puños y con un marcado espíritu guerrero
en sus rostros.
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