lunes, 21 de septiembre de 2015

[TY] Episodio 64: Triple

TAIMANIN YAMIYUKI
Episodio 64: Triple

Apenas habían pasado unas horas desde que Yamiyuki y su equipo llegaron a Gokuruma de nuevo. La situación de guerra y la dificultad de los pasos que tenían que dar hacían que el descanso fuera más un lujo que una cláusula programada en el contrato laboral de los Taimanin. Los recién llegados tenían que reunirse cuanto antes con Kuroageha: con el último descubrimiento acerca de los rehenes de Nioiko, la ofensiva contra los Fuuma se antojaba cada vez más necesaria. Al ver a los seis chicos dirigiéndose al despacho de Kuroageha, los Taimanin que había presentes en el edificio no tardaron en pedirles que se apresuraran, que todos ellos podían esperar para hablar con ella. Tras un paseo sin complicaciones ni problemas, los jóvenes llegaron a la puerta del despacho. Yamiyuki presionó el botón del timbre.

Kuroageha, somos nosotros.-dijo Yamiyuki-¿Podemos pasar?

El cierre electrónico se desactivó y la puerta automática se abrió para ellos. Kuroageha los esperaba sentada frente a una enorme y bien equipada mesa de despacho.

¡Chicos!-exclamó con una sornisa-¡Menos mal que habéis llegado!

Por supuesto: fue lo que acordamos.-respondió Yamiyuki-Así no tendrás que cortarme los huevos…

No se te escapa una, ¿eh?-respondió la chica con alivio y familiaridad-Tomad asiento… me imagino el tema del que queréis hablar.

Antes de comenzar…-recordó Inuhito mientras se acomodaba en una silla junto a sus amigos-… ¿cómo está Veena? ¿Qué tal tiene el pie?

Afortunadamente, no ha sido nada.-respondió la dueña del despacho-Se encuentra perfectamente. Tras una visita a la doctora Himehagi y una pequeña y rápida rehabilitación, se encuentra perfectamente. Es más, ahora mismo se encuentra entrenando para un certamen de gimnasia: les he dado el día libre a los tres.

Nos alegramos mucho, la verdad.-terció Shirubei-Supongo que iremos a verla después de la reunión.

Gran idea.-asintió Kuroageha-Estáis aquí para hablar de la estrategia de acción contra Nioiko y el resto de los Fuuma, ¿verdad?

Sin mediar palabra, los seis chicos asintieron con la cabeza.

He estado haciendo los deberes…-la joven les guiñó un ojo-…tras mucho investigar, mover a decenas de hackers por no poder disponer de las prodigiosas manos de Aoi y colarme en gran cantidad de lugares a través de ordenadores, cámaras y demás dispositivos, he dado con algo que, si bien no es una estrategia demasiado elaborada, será funcional.

Sorpréndenos, por favor.-pidió Rito-Somos todo oídos.

He encontrado la fecha y la hora óptimas para provocar una batalla campal que tire a los Fuuma y acabe con ellos para siempre.-explicó la hermosa mujer-Por fin he conseguido poner mis ojos y mis oídos en el flujo de datos de nuestros inmigrantes estadounidenses favoritos. Al parecer, planean atacar a los Fuuma con todo su potencial porque Tigres Black los considera una molestia en su guerra contra nosotros por tres razones principales: una, recuperar a Elizabeth. Dos, librarse del acoso de Nioiko, cuyo objetivo último es la propia Tigres para la resurrección de su amo. Tres, poder centrarse totalmente en nosotros, en los Taimanin. Por ello, han acordado rastrearlos y asaltarlos. Gracias a la información que he sustraído, sé dónde están emplazados y cuándo van a estar todos juntos. Los soldados de Estados Unidos han penetrado en la red de información de Nioiko a la vez que nuestro departamento. Han podido descubrir todo lo que deseaban salvo dos cosas: que yo estaba espiando a Nioiko a la vez que ellos y que he aprovechado para espiarlos también. Lo único imperfecto en este plan es que no sé cuántas tropas va a haber en el campamento, pues no he podido averiguar si Nioiko va a reunir a soldados o sólo va a estar su pequeña camarilla de sicarios. En cualquier caso, dentro de nueve días, al anochecer, Tigres Black enviará a los hombres de Estados Unidos a por los Fuuma. Será una guerra a tres bandos y somos el único bando al que no le atacará nadie: a la coalición Mazoku-Estados Unidos le atacaremos nosotros, a los Fuuma le atacará la coalición y también nosotros y, sin embargo, nosotros sólo atacaremos, no seremos atacados. Ninguno de los otros dos bandos sabe que va a ser atacado y, sin lugar a dudas, el más amenazado es el bando de Nioiko por recibir ataques de dos bandos. El plan es muy sencillo: llevar a un gran número de tropas y acabar con los Fuuma aprovechando que nuestros otros enemigos también querrán atacarles. Tras ello, analizaremos las circunstancias y decidiremos si resultará o no viable el acabar también con los hombres de Tigres Black.

Sencillo pero efectivo.-comentó Hagane mientras hacía ademán de aplaudir-¡Me gusta!

¿Alguna pregunta, duda, sugerencia o queja?-añadió Kuroageha tras levantar el dedo pulgar de una mano y dirigirlo hacia Hagane.

Creo que contamos con dos ventajas adicionales de las que no hemos hablado.-intervino Aoi.

Estás pensando lo mismo que yo, seguro.-se pronunció Yamiyuki con una sonrisa.

¿Sí?-la chica se mostró interesada.

La primera es que hemos dejado bastante castigados a los soldados, pues nos hemos enfrentado contra ellos en la trampa que nos tendió Nioiko.-explicó Aoi-La segunda es que contaremos con apoyo en el campo de batalla. Uro Oswald, Vega  y el sabio Philell son prisioneros de Nioiko y los hemos localizado. El lugar que has marcado en tus mapas como el que creemos que será el emplazamiento de la batalla final contra los Fuuma es el lugar al que hemos salido cuando hemos podido escaparnos. Nioiko nos encerró en las instalaciones de Tigres Black para que los hombres de ésta nos mataran allí, pero, al escaparnos, acabamos saliendo bajo tierra y, finalmente, en la superficie, llegamos a las ruinas de una ciudad abandonada que sirve como campamento para Nioiko y sus nuevos secuaces. En una celda estaban los Mazoku con los que colaboramos hace tiempo, los que nos ayudaron a derribar el Hotel Rakuen.  Cuando llegamos a ese sitio, sólo estaban los rehenes, sin nadie custodiándolos. Por ello, decidimos no liberarlos, para que así no descubrieran que habíamos escapado de nuestra trampa una vez llegaran al campamento. Los liberaremos y nos deberán una. Además, aunque no nos cobremos la que nos deben pidiéndoles que luchen a nuestro favor, lo harán por amor a su propia libertad. Si los hubiéramos liberado en aquel momento, probablemente muchas de las cosas que ahora has logrado y nos presentas se habrían truncado a mitad de camino.

¡Eso es genial!-exclamó Kuroageha-¡Estamos un paso más cerca de la victoria! Además, con las rencillas existentes entre Nioiko y los Mazoku a los que ha estafado, tal vez podamos conseguir que se separen y lo dejen solo en medio del combate. La única que no lo abandonará será Elizabeth, pero, por muy fuerte y arrolladora que sea, seguirá siendo una máquina contra una multitud. Y no nos olvidemos de un detalle muy importante: tenemos a Tokiko Fuuma, la hermana mayor de Nioiko. Podremos coger por las pelotas a ese patán si nos organizamos bien. ¿Estáis de acuerdo?

Los Taimanin invirtieron un generoso lapso de tiempo en afinar los detalles de la estrategia, las fases del plan y un análisis probabilístico de los hitos que querían alcanzar.

. . .

Dos días después de la reunión, los Taimanin ya estaban centrados al máximo en sus estudios avanzados, en su entrenamiento especial y en la preparación para la batalla contra los Fuuma. La fecha vaticinada por Kuroageha aún estaba lo suficientemente alejada en el calendario como para permitirse unos preparativos largos y cuidados. Ni los seis chicos ni el resto de los habitantes de Gokuruma tenían tregua: la preparación para aquella batalla tenía que ser milimétrica. Además, nadie les garantizaba que el plazo restante fuera a estar exento de ataques Mazoku en áreas conflictivas.

Los chicos del equipo Yamiyuki tenían previsto ese día un entrenamiento físico completo y de alto nivel. Durante unas horas practicarían todos juntos y, posteriormente, cada uno haría por su cuenta ejercicios para potenciar sus puntos fuertes y resguardar los débiles.  Al acabar la fase inicial de entrenamiento en equipo, aprovecharon el gran tamaño de las instalaciones deportivas de las que disponían para colocarse cada uno en la sala que más facilidades tuviera para sus ejercicios específicos. Aoi se encontraba en un pabellón que, si bien era grande, no era de los más amplios de las instalaciones.  El suelo tenía una capa blanda de colchoneta recubierta de una funda de plástico de color marrón oscuro, lo cual hacía que aquella sala fuera óptima para la realización de ejercicios que requirieran tumbarse o apoyarse. Dado que tenía que completar una rutina de ejercicios para la musculatura abdominal, Aoi decidió acomodarse en ese lugar para no clavarse ninguna parte del cuerpo en suelo duro. Ataviado con unas mallas de ciclista de color negro con franjas de color azul eléctrico que formaban la silueta de la cola de un pavo real desde el muslo derecho hasta la ingle de la misma pierna. Desde las rodillas hasta los tobillos, sus delgadas, tonificadas, pálidas y lampiñas piernas estaban descubiertas. En aquel momento no llevaba zapatillas, sólo unos calcetines que eran de color azul muy oscuro. Su torso estaba cubierto por una camiseta deportiva de lycra de color blanco que definía perfectamente las curvas de su delgado cuerpo.  Llevaba su asimétrico cabello recogido en un moño alto sujetado con unos palillos negros bañados con pintura de color azul fosforescente.  Debajo de su tenso cuerpo había una esterilla de fitness de color verde tapada con una toalla negra, de tal manera que el sudor cayera sobre ella sin manchar el resto de las dependencias. El chico se mantenía en total tensión, apoyando las puntas de los pies y los antebrazos, teniendo el resto de su cuerpo suspendido. Algunas gotas de sudor resbalaban por su cara.

Plancha frontal, ¿eh?-escuchó una voz más que familiar cerca de él.

Aoi cambió a una posición de reposo y levantó la mirada: aunque ya sabía quién era por su voz y por su inconfundible olor a perfume dulce, quería dirigirse a él mirándolo a la cara. Se trataba de Hagane.

Sí…-comentó Aoi-…he estado calentando con ejercicios suaves y ahora toca una buena sesión de fuerza abdominal. Dado que muchas veces me quedo en la retaguardia y ejerzo como tirador, puede pensarse que no necesito fuerza abdominal, pero la realidad es muy diferente. Necesito un abdomen fuerte y tonificado para tener un mejor control respiratorio, evitar vibraciones musculares y mantener el equilibrio para poder tirar de manera certera desde cualquier posición por precaria que sea. Después de las planchas me tocarán ejercicios para machacar a tope todo el núcleo... y, ¿a ti qué te toca hacer ahora?

Tríceps.-respondió Hagane-El uso de los abanicos requiere que tenga los brazos muy a punto y cuando trato de rajar en canal a un objetivo duro tengo que hacer mucha fuerza… no quiero que los codos se me cansen más de lo necesario y necesito aumentar un poco la fuerza en los tríceps para que me sujeten bien toda la franja articular. Ayer entrené un rato con Rito y me estuvo examinando los brazos, concluyendo con que lo mejor para optimizar mi rendimiento en combate es trabajar los tríceps. Según me dijo y según siento yo mismo en los combates, no necesito tanto bíceps porque los tengo más tonificados. He estado un buen rato haciendo con el press francés, fondos en banco, copas y demás ejercicios. Ahora venía por aquí para hacer unas flexiones, también de tríceps, claro... y unos saludos al Sol.

Menos mal que nos gusta esto, ¿eh?-comentó Aoi con una sonrisa-Si no nos gustara hacer ejercicio, esto sería mortal para nosotros… los entrenamientos que hacemos son muy completos y duros. Las flexiones de tríceps son odiosas cuando estás aprendiendo…

Ya…-respondió el otro chico entre risas-…yo prefiero las de pecho, pero claro, no es lo que toca ahora mismo… aunque tampoco me quejo, porque los abdominales que tienes que hacer tú tampoco son un regalo…

Estoy acostumbrado, no te preocupes.-comentó Aoi-Ponte donde quieras, tenemos el pabellón entero para nosotros solos.

Los demás están en el ala de las máquinas.-corroboró Hagane-Inuhito tiene que hacer hombros, Shirubei está trabajando pectorales, Rito está haciendo glúteos, ingles y caderas y Yamiyuki está haciendo entrenamiento en suspensión. ¿Te importa si me coloco cerca y nos hacemos compañía?

¡Faltaría más!-lo invitó el otro chico con una sonrisa-¡Donde quieras!

Hagane colocó una de las esterillas verdes de la sala alineada con la de Aoi, dejando una distancia que permitiera a ambos hacer sus ejercicios sin chocarse ni entorpecerse el uno al otro. Encima de la esterilla extendió su toalla, que era de color rosa. Acto seguido, apoyó las rodillas sobre la toalla. Llevaba un maillot de color rosa pastel sin mangas y sin perneras, ajustado como un bañador de cuerpo entero y con el cuello alto. Al igual que Aoi, tampoco llevaba zapatillas, sólo unas medias deportivas de color rosa intenso que le cubrían hasta las rodillas. Su cabello iba recogido en una trenza de raíz y atado con cordeles negros. Apoyó las manos en la superficie plana, colocó los brazos en la posición adecuada para el ejercicio que debía hacer, levantó las piernas del suelo, quedando apoyado sobre los dedos de los pies, y comenzó a hacer las flexiones.

Durante las repeticiones de cada ejercicio, los chicos no hablaban, pues trataban de rendir lo máximo posible. Entre series, tomaban un poco de aire e intercambiaban algunos comentarios triviales, manteniendo un ambiente cercano, cálido y agradable que hacía más ameno un lapso de tiempo que ya de por sí les parecía bueno, pues tanto a ellos como al resto del equipo les encantaba hacer ejercicio, teniendo cada uno sus fortalezas y debilidades, sus ejercicios más queridos y menos queridos. Tras unas cuantas series de diferentes ejercicios, los chicos consideraron que era buen momento para parar, por lo que se sentaron cada uno en su toalla y se colocaron frente a frente para hablar mientras se relajaban y hacían estiramientos.

No ha estado nada mal…-dijo Aoi-…tengo hambre, así que creo que he entrenado muy bien.

Es bueno saberlo.-respondió Hagane-Esta semana cocino yo y creo que hoy va a tocar una buena cena… nos la merecemos. No os preocupéis, haré un menú nutritivo que no mande al traste todo el esfuerzo de este pedazo de día. Además, como tenemos que acostarnos tarde, no tendremos pesadillas ni digestiones excesivamente pesadas…

Cierto.-contestó el otro chico-Tenemos que estudiar un montón… aunque luego lo agradeceremos.

¡Claro que sí!-respondió el joven de ojos verdes con una sonrisa optimista-Y, ¿sabes qué? Me gustaría preguntarte  algo…

Pues aprovecha.-respondió Aoi cordialmente.

Hace un tiempo estuve haciendo una sesión de ejercicio con Rito y le comenté que llevo un tiempo preocupado por todo lo que no termina de ir bien en nuestras vidas.-explicó Hagane-No quiero que nadie lo pase mal porque sois muy importantes para mí, así que, para hacer mis pensamientos más llevaderos, se los conté. Me preocupa Shiena, me preocupa Veena y me preocupa todo el maremágnum sentimental que hay entre ellos. Quiero que todo les salga bien a ambos, que sean felices y que los demás podamos compartir su alegría. Pero también me preocupas tú en cierta manera. Últimamente no hemos tenido tiempo para sentarnos y hablar las cosas largo y tendido, pero eso no quiere decir que no nos preocupemos los unos de los otros… y, no sé, no quiero descuidarte… ¿qué tal llevas el tema de tu miembro? ¿Se está solucionando poco a poco? ¿Necesitas más ayuda? No quiero que te guardes cualquier duda o preocupación sólo porque no es el momento adecuado…

Aoi rió amablemente ante la pregunta de su amigo.

Rito me avisó de cómo sería todo esto.-respondió-Es un proceso muy lento, pero sí, se pueden apreciar algunos resultados. Estoy bastante contento. De un día para otro es imposible ver nada, pero semana a semana está más que comprobado que, efectivamente, funciona. No he dejado de tener fimosis, pero es menos severa que en un principio. Gracias por preocuparte.

¿Seguro que estás bien?-insistió Hagane-Sé que de pequeño lo pasaste mal con este tema… imagino que sería muy duro ver cómo todos los niños en el vestuario podíamos…

Me ha dado quebraderos de cabeza y cierta inseguridad durante mucho tiempo, sí, pero ahora estoy en vías de solucionarlo.-respondió Aoi amablemente-Es algo que hubiera preferido no tener, pero también veo otras cosas cuando me miro al espejo: ¿cuántos chicos con dieciocho años tienen una carrera universitaria terminada y están a medio doctorarse? Cada persona tiene sus virtudes y sus inconvenientes… si no hubiera tenido fimosis, habría tenido alguna otra tara que me habría causado problemas en algún momento de mi vida… no existen las personas perfectas. Además, siempre habéis estado conmigo y habéis ayudado a que mis problemas, fueran relacionados con esto o con otros asuntos, resultasen más ligeros. Imagino que sería muy duro que otros niños en el colegio y en el instituto te dijeran de todo y se rieran de ti por tu forma de vestir, por tu constitución, por tu fisonomía y porque te maquillas… y, sin embargo, tú también eres un tío genial.

Tienes razón.-asintió Hagane-Gracias a vosotros, toda esa racha apenas dolió. Aprendí muy rápido y muy bien a pasarme por el arco del triunfo lo que terceros puedan pensar o decir de mí. Y, como decías, yo también me miro al espejo y veo grandes fortalezas junto a mis defectos. Quizás estoy montándome paranoias y actuando de manera sobreprotectora sólo porque eres el único de nosotros que tiene fi…

Te entiendo perfectamente.-Aoi interrumpió a su amigo poniéndole una mano en un hombro-También soy el único de los seis que tiene pecas en la cara, así como el único que tiene el pelo más largo por un lado que por otro… tú eres el único que mide menos de metro noventa y el único que ha sido confundido por una chica… Inuhito es el único que no tiene poderes de Taimanin elementalista… todos somos únicos en algunos aspectos, todos somos diferentes y todos estamos formados por un cúmulo de factores que nos hacen únicos, superpuesto a otro cúmulo que contiene todo aquello que nos hace humanos y, por tanto, semejantes. Es normal preocuparte por un ser querido cuando ves que algo en su vida o su persona puede darle problemas, y más si es algo por lo que tú no has pasado, ya que, al no saber, uno se siente más atenazado. Me alegro muchísimo de que me hayas preguntado, me encanta saber que estás a mi lado, que todos lo estáis… y quiero que sepáis que yo también estoy cerca, y que creo que la mejor manera de agradeceros vuestra voluntad es demostrándoos que valgo todo lo que vosotros habéis invertido en ayudarme… está muy bien que me preguntéis por mis progresos, que queráis que os ponga al día y demás, pero, de verdad, no tenéis que preocuparos como si fuera un enfermo crónico o terminal… no me molesta que me preguntéis las veces que queráis que cómo está mi pene, pero lo que no quiero es que os preocupéis más de la cuenta: sería haceros sufrir y está claro que es lo último que deseo en esta vida. Mi padre también se preocupó por esto en su momento. Por supuesto, también se preocupaba mi madre, pero, al ser hombre como yo, mi padre trató de empatizar más conmigo y claramente he tenido menos pudor con él que con mi madre. Él nunca tuvo este problema y, sin embargo, yo sí. Le dije que no me dolía ni jamás me había dolido el pene, pero sí me dolía en cierto modo no haber llegado a un lugar al que él si llegó de manera natural… y es que quiero ser un hombre del que mi familia y mis amigos puedan sentirse orgullosos. Mi padre me abrazó y recuerdo que ese día lloré en sus brazos. Me dijo que estaba orgulloso de mí independientemente de ello, y le prometí que algún día lo solucionaría. Cuando fui haciéndome un hombre dejó de preguntármelo, tal vez por no avergonzarme, pero pienso ir a contarle todo cuando lo haya conseguido… y, por supuesto, a vosotros también.

No me hagas llorar, que bastante agua he perdido con la rutina de entrenamiento…-respondió Hagane con los ojos algo humedecidos-…capullo…

Aoi golpeó levemente a Hagane con la palma de una mano en la frente.

Anda, no seas ridículo.-respondió Aoi-Esto ya tendría que ser cotidiano para ti… estamos acostumbrados a contárnoslo todo, a sincerarnos y a no escatimar a la hora de expresar nuestros sentimientos.

Soy más que consciente, tranquilo.-repuso Hagane-No obstante, no puedo evitar emocionarme cada vez que pasamos por momentos como éste. Esta sensación en mi pecho, esta calidez y el efecto que en mí producen estas palabras son señal de que soy humano… y lo amo. Me alegra muchísimo tener a gente como vosotros, y también estoy contento y orgulloso de poder encontrar mi humanidad pese al asesino sanguinario y destructivo que soy. No sé si eres consciente del favor que me haces con esto…

Los hermanos estamos para eso.-respondió Aoi-Y, como buen hermano… ¡hazme la cena!

Hagane se rió mientras se apartaba las lágrimas que habían brotado de sus ojos.

Vamos, no te pongas así.-dijo Aoi-¿Quieres verlo?

¿El qué?-preguntó Hagane.

¿Qué va a ser?-respondió Aoi con fingida sorna mientras señalaba su entrepierna-¿No estabas tan interesado en el tema?

Ah, ¡claro!-Hagane se golpeó levemente con los nudillos en la cabeza mientras se excusaba con la mirada-Pues sí, ¿por qué no? Es, cuanto menos, curioso el ver cómo se elimina una fimosis de manera natural.

Pues mira, ya verás.-dijo Aoi mientras separaba las piernas.

Con toda la confianza y la tranquilidad del mundo, Aoi se subió un poco la camiseta, mostrando parte de su vientre plano y sus abdominales marcados pero poco hipertrofiados. Tras ello, se bajó las ajustadas mallas, tirando junto con ellas de los calzoncillos, y descubrió su pene. Estaba totalmente flácido y el suavizado patrón cónico de su prepucio dejaba ver que, en efecto, tenía fimosis. Hagane seguía en su toalla, sin moverse ni un centímetro, observando con atención.

Puedes acercarte más, no pasa nada.-lo invitó Aoi-Si lo quieres ver bien, yo te dejo, no pongas esa cara de extrañeza.

Hagane se acercó con mucha curiosidad. Aoi agarró su pene con la mano derecha y comenzó a tirar hacia atrás del prepucio. Su glande se iba descubriendo sin prisa pero sin pausa, hasta llegar hasta el final del recorrido, quedando el prepucio formando un anillo detrás de la corona del glande.

Esto es lo que tú haces cada vez que te duchas o vas al baño, pero yo lo he empezado a hacer ahora.-comentó Aoi-Antes no podía retraer mi prepucio totalmente, empezaba a dolerme cuando me acercaba al final y no podía conseguirlo. Ahora lo hago sin problemas, en esta posición no me duele y no necesito sujetar la piel con las manos, puedo dejarlo así sin problemas.

El chico dejó su pene de tamaño considerable totalmente suelto, y quedó colgando entre sus dos piernas, con el glande totalmente descubierto. Hagane miraba con atención, ahora ya cerca de él.

¡Esto es genial!-exclamó Hagane-¡Ya te queda poco camino por recorrer!

Cuando estoy en erección no puedo hacer lo mismo.-explicó Aoi-Puedo hacerlo hasta un poco más de la mitad, cosa que antes no podía hacer… antes me tiraba y me dolía al 30% del recorrido aproximadamente, y ahora llego hasta casi las tres cuartas partes. De todas formas, me falta frenillo para poder hacerlo bien. ¿Lo ves?

Aoi agarró su pene y lo dobló de tal manera que Hagane pudiera ver la planta inferior del mismo. El otro chico apreció entonces que su amigo tenía el frenillo bastante corto.

Tengo que acompañar los ejercicios que estoy haciendo con otros para elongar el frenillo. –relataba Aoi- Ahora mismo no puedo retraer el prepucio más allá de la corona y es por la longitud del frenillo. Con un frenillo desarrollado correctamente, se le puede dar la vuelta entera al prepucio como hacéis vosotros, pero, claro… habiendo tenido fimosis, es imposible que mi frenillo haya crecido de esta manera. No obstante, también veo progresos, así que poco a poco se irá solucionando.

¡Me alegro un montón!-exclamó Hagane-¡Eres un fiera!

¡Gracias!-respondió Aoi con una sonrisa.

Terminada la explicación, Hagane notó una sensación familiar. Aoi había cambiado de perfume y le daba a su cuerpo un olor profundo y rico, con unas notas acuáticas muy fuertes y un pequeño toque cítrico. De alguna manera, ese olor le recordó al de Shirubei en la noche en la que tuvieron sexo. Sólo compartían la base acuática, pero era más que suficiente para el olfato bien entrenado de Hagane para establecer relaciones entre ambas fragancias. Además, el olor de su perfume se juntaba con el de las hormonas que habían liberado con el ejercicio, y el leve y cálido olor masculino que había ascendido de la parte interna de sus mallas y su ropa interior al exponer su pene lo estaban excitando por momentos.

Agh…-Hagane hizo ademán de toser.

¿Estás bien?-preguntó Aoi.

S…sí…-tartamudeó Hagane sonrojado-…no es nada… sólo me ha empezado a doler un poco la cabeza…

¿Cuál de las dos?-preguntó Aoi levantando una ceja.

¡Mierda!-pensó Hagane-No esperaba ponerme como una moto de carreras en medio del gimnasio, así que no he visto el inconveniente de usar mallas de gimnasia. ¡Mierda! ¡Mier-da!

Con un rubor en su cara fruto de una mezcla entre excitación y vergüenza, Hagane miró hacia abajo y vio cómo su pene abultaba en su maillot rosa.

Oye…-dijo Aoi-…no pasa nada por que estés excitado… no te sientas mal por ello… la excitación sexual es algo natural…

Es que…-explicó Hagane-…esto me ha recordado a una experiencia muy intensa que tuve en el pasado… no puedo evitarlo…

Hagane estaba recordando su noche de sexo con Shirubei. Ese día estaba endiosado en su mente.

¿Quieres revivir tus recuerdos más calientes, Hagane?-preguntó Aoi arqueando su espalda mientras se echaba hacia atrás.

En su mente, Aoi estaba siendo sincero consigo mismo y se estaba acordando de lo que hizo con Rito. Parecía que los dos querían lo mismo, razón por la que se había atrevido a lanzar aquella pregunta.

Me encantaría, la verdad.-respondió Hagane tratando de mantenerse sereno-¿Nos damos un homenaje?

¿Por qué no?-comentó Aoi-Una pena que estemos aquí y no en…

Hagane se levantó y, con unas ágiles volteretas, alcanzó la puerta del pabellón en cuestión de segundos. Al llegar a ella, la cerró con dos vueltas de llave.

Me la han prestado por si tardaba mucho en salir, para que cerrara yo al acabar.-explicó señalando la llave-Ya no hay excusa… la puerta de esta sala tiene vidrio tintado y nadie podrá vernos. Las ventanas dan a respiraderos por los que no pasa ninguna persona salvo en las limpiezas periódicas, que NO tocan hoy… ¡estamos en buen sitio! Y algo en ti me dice que no te parece muy mala idea…

Aoi se fijó en que él también tenía una erección. Su prepucio, limpio y terso, se había tensado y recubría elegantemente todo su glande. No obstante, el anillo era algo más ancho y dejaba ver más parte de su glande que antes, lo cual indicaba que, en cuestión de tiempo, conseguiría superar definitivamente la fimosis.

Parece que estamos los dos igual…-comentó Aoi-… ¿qué tal si nos desnudamos? Yo aún podría hacer algo así, pero tú con el maillot tienes que estar muy incómodo si vamos a… ya sabes…

Estoy muy cachondo, no puedo evitarlo, esto ha sido muy súbito y ni siquiera me lo esperaba… -explicó Hagane-… así que, en efecto, ¡ropa fuera! Vamos a pasarlo muy bien, lo estoy viendo venir…

Aoi agarró los palillos con los que se sujetaba el moño y los extrajo con suavidad, haciendo que el recogido se deshiciera y su pelo cayese suelto por ambos lados de su rostro. Tras esto, los dejó en el suelo y comenzó a quitarse la ropa. Mientras tanto, Hagane se quitaba las medias.

¿Te sucede algo, Aoi?-preguntó Hagane algo extrañado al ver el rostro de su amigo.

Simplemente me resultas precioso.-respondió Aoi-Tal vez será por lo excitado que estoy, pero no puedo evitar verte tremendamente bello.

Vaya, gracias…-respondió Hagane con una sonrisa mientras se soltaba el pelo.

Con la melena suelta, Hagane parecía aún más femenino, aunque llevaba toda su vida demostrando que era todo un hombre por dentro y por fuera. Se quitó el maillot mientras el otro chico terminaba de desnudarse y, en cuestión de pocos segundos, quedaron el uno frente al otro, desnudos y muy excitados.

Ahh…-Hagane emitió un suave gemido.

Sintió cómo un escalofrío de placer recorría su cuerpo como una onda que se propagaba desde su entrepierna. Su prepucio se estaba moviendo lentamente hacia atrás fruto de la erección y la fricción con el glande. Al no estar todavía mojado, el chico sentía ese rozamiento más intenso y le brindaba un placentero y nervioso cosquilleo. Para concentrarse en el placer de estar con su amigo, decidió retirarse totalmente la piel con la mano para dejar de sentir ese cosquilleo, pero, para su sorpresa, Aoi lo detuvo agarrándole la mano. Sus miradas se cruzaron.

¿Podrías no hacerlo todavía?-preguntó-Me da mucho morbo verte así… con esa piel tan blanca y cuidada, esa fricción inercial tan lenta… es muy erótico, tiene que resultarte muy placentero, ¿verdad?

Me hace muchas cosquillas.-respondió-Claro que me da gusto… pero me gustaría concentrarme en ti más que en mi propio cuerpo, que es algo que siempre tengo a mi total disposición.

Hmmm…-murmuró Aoi-… de acuerdo.

El joven de rostro pecoso asió suavemente a su amigo por los dos hombros y se apoyó en ellos para arrastrarse y acortar la distancia que los separaba. Se colocó muy cerca de él y frente a frente, de tal manera que pudo apoyar su pene en el de su amigo. Ambos sintieron el calor del otro.

Está caliente...-comentó Hagane con una sonrisa de aceptación-…ahhh…

El tuyo también.-respondió Aoi en un susurro-Se nota que hemos estado haciendo ejercicio y que tenemos el cuerpo caliente.

Cierto.-respondió Hagane-Tal vez nos hemos dejado llevar demasiado rápido por la excitación. Nos tendríamos que haber duchado antes, ¿no crees?

Nos vamos a ensuciar cuando hagamos esto, así que, si nos duchamos después, nos ahorramos una ducha y gastamos menos agua.-comentó Aoi-Además, no hay problema, hueles muy bien. ¿Has cambiado de perfume?

Lo compré la semana pasada.-explicó el chico de cabello rosado-¿Te gusta?

Me encanta.-respondió Aoi con una sonrisa-Te define totalmente.

El cuerpo de Hagane estaba envuelto en una fragancia muy fuerte y extremadamente dulce. La nota principal era de regaliz, con unas notas de plátano, chocolate y guaraná. Tras ellas, un fondo fuerte, masculino y térreo que realzaba la virilidad del chico en contraste con las notas anteriores. Sentía que su prepucio volvía a retraerse solo, pero Aoi colocó su pene justo debajo del anillo para evitar que siguiera bajando y, con un leve pero firme movimiento de cadera, volvió a subirlo con su pene como enganche de tracción. Al ser el pene de Hagane más grande que el suyo, Aoi tenía facilidad para hacer lo que acababa de hacer.

¿Te gusta mi pielecita?-preguntó Hagane con una sonrisa pícara.

Me encanta.-dijo Aoi-Quiero sentirla más.

Aoi agarró el pene de su amigo con las dos manos, le retiró el prepucio hasta la mitad, colocó el extremo de su propio pene pegando al glande del otro y trató de cubrir ambos con el prepucio que había retirado. Al sentir la parte interna, más húmeda y cálida, del prepucio de su amigo rodeando el extremo de su miembro viril, Aoi notó que su excitación aumentaba.

Me estás haciendo cosquillas en el frenillo con tu pene y me estoy poniendo malo.-comentó Hagane-Creo que hoy lo vamos a pasar MUY bien.

Tengo una idea.-comentó Aoi mientras movía su pene dentro del prepucio de su amigo-Ya que estás tan excitado, ¿qué te parece si te doy tres orgasmos seguidos?

¿Tres?-preguntó Hagane sorprendido-Tengo muchísimas ganas y estoy dispuesto a disfrutar al máximo, pero nunca me he corrido más de dos veces seguidas…

Siempre hay una primera vez para todo.-respondió Aoi-Para asegurar que vas a llegar, esta vez vas a descansar en todo momento… sólo tendrás que dejarte hacer.  ¿Qué te parece si te doy placer durante tres orgasmos? Me aseguraré de que tus testículos se llenen bien para que el estallido sea potente.

Decir que suena mal me convertiría en un mentiroso, pero, ¿qué hay de ti?-preguntó Hagane-Como me digas que después te haces una paja y arreglado, te doy una patada ahora mismo.

Aoi respondió con una risa sincera.

Me gustaría que te relajaras y disfrutaras, quiero hacerte sentir en el cielo en agradecimiento por todo lo que has hecho por mí y por lo que me has vuelto a demostrar en esta conversación.-explicó Aoi-No obstante, no me voy a negar a que hagas lo que quieras, simplemente me gustaría que te movieras poco para que tus energías se concentraran en eyacular.

Siempre he confiado en ti y no voy a dejar de hacerlo ahora.-respondió Hagane mientras asentía con la cabeza-Aunque también quiero dejarte claro que voy a hacerte disfrutar todo lo que pueda sin romper las reglas del juego al que quieres que juguemos.

Me encantará.-asintió Aoi-Vamos a ir de menor a mayor intensidad para que no dejes salir todo el semen de golpe. Me aseguraré de que lo disfrutes al máximo. El primer orgasmo será con mis manos.

El chico de cabello azul despegó el prepucio de Hagane de alrededor de su pene y lo sacó. Estaba un poco humedecido por los fluidos de su amigo, que comenzaban a mezclarse con los suyos propios. Por su parte, el otro joven apartó las manos de su zona baja, separó las piernas e invitó a su compañero a comenzar. Lo primero que Aoi hizo fue palpar suave y cariñosamente los lampiños testículos de su amigo.

Están bastante llenos, ¿eh?-comentó el chico mientras seguía palpando.

Tenía muchas ganas de descargar en condiciones.-explicó Hagane-Nuestro último viaje ha sido peligroso de más y es bueno celebrar que seguimos vivos cada vez que ganamos una batalla, pues, en nuestro trabajo, perder una sola batalla significaría la muerte con probabilidad casi total.

No pienses en eso ahora, Hagane.-pidió Aoi-Juntos somos invencibles. Ahora es, como decías, uno de esos momentos para disfrutar y, ya que lo dices, yo también tenía muchas ganas de hacer algo como esto, concretamente desde que maté a Kazark.

Te lo pasaste bien, ¿eh?-el chico de ojos verdes le guiñó un ojo mientras hablaba.

Muy bien, para mi sorpresa.-susurró Aoi mientras masajeaba los testículos de Hagane-¿Te gusta?

Sí, mucho…-comentó Hagane entre leves gemidos-…tus caricias son muy agradables. Tienes unas manos tan finas y tan expertas que no puedo evitar sentirme afortunado ahora mismo. Además, como las tienes más frías que mi cuerpo, siento un cosquilleo muy refrescante por todo el cuerpo.

Me alegro de que te guste.-respondió Aoi-Es hora de tocar en más sitios, ¿te parece?

Como respuesta, Hagane cerró los ojos e inclinó su cabeza hacia atrás, dejándose hacer. Aoi subió sus manos desde los testículos de su amigo hasta la base de su pene, la cual recorrió con movimientos circulares, masajeando con suavidad como si estuviera esculpiendo el cuello de una botella con un torno. Tras este gentil masaje, comenzó a ascender, recorriendo el pene del chico desde abajo hacia arriba con movimientos ascendentes y firmes, colocando los dedos pulgar e índice en forma de anillo y recorriendo todo el cuerpo fálico hasta el cuello del mismo, en la zona en la que el prepucio se plegaba tras el glande en forma de anillo. Al llegar aquí, el joven no dudó en probar, en jugar con ese prepucio, experimentando y midiendo los movimientos y las sensaciones que un hombre libre de fimosis es capaz de llevar a cabo. A los pocos minutos, el glande de Hagane ya estaba bastante húmedo. El líquido preseminal goteaba desde los bordes de su prepucio hasta sus piernas, que estaban acomodadas sensualmente en el suelo. El masaje de Aoi estaba haciendo grandes efectos: Hagane se sentía muy excitado y complacido, casi como si fuera a echar a volar.

Qué bueno eres, ¡me encanta!-comentó Hagane abriendo los ojos.

Las miradas de ambos chicos se cruzaron. Intercambiaron complicidad, respeto y deseo. Instantes después, el afeminado joven de cabello rosado y ojos verdes sintió  algo similar a un impulso eléctrico pasando por su pene: Aoi estaba recorriendo su frenillo con el dedo índice de la mano derecha con un movimiento de vaivén.

¡Joder!-suspiró Hagane dando un cabezazo al aire-Lo haces increíblemente bien.

Y esto no ha hecho más que empezar.-respondió Aoi en voz baja.

El joven de cabello azul tiró gentilmente del prepucio de su amigo y reveló su cara interna por detrás de la corona del glande. Pasó sus dedos por esta zona, que estaba muy húmeda se mantenía brillante. Sentía las convulsiones de placer del cuerpo de su amigo, lo hacía temblar, le estaba dando un placer encantador.

Huele de maravilla.-comentó Aoi con un semblante que revelaba su estado de éxtasis y placer.

Las hormonas y el perfume de Hagane estaban empezando a luchar por ocupar el aire. La mezcla tenía unos efectos muy excitantes en Aoi. Aquella mezcla entre el olor dulce del perfume y el olor fuerte y húmedo de los fluidos corporales estaba causando un efecto muy placentero. En respuesta a esta excitación adicional, Aoi comenzó a masturbar a Hagane con las dos manos, recorriendo cada centímetro de su pene, apurando hasta el extremo superior y hasta la base, rozando el escroto con los cantos de las manos. El chico que estaba siendo estimulado no comentó nada, pero se relamía constantemente, dando a entender que estaba muy a gusto. Tras aproximadamente otro cuarto de hora, el joven pecoso cambió su técnica y comenzó a recorrer con movimientos circulares la corona del glande de su amigo con la punta de un dedo. Después de darle varias vueltas, comenzó a estimular todo el glande desde la corona hasta la punta con ambas manos, deslizándolas con mucha suavidad y aprovechando la lubricación del líquido preseminal. Continuó varios minutos con esta maniobra hasta que sintió una vibración en el pene de Hagane.

Ahhh…-un gemido lo explicó todo.

Un gran chorro de semen salió disparado del pene de Hagane hacia arriba, cayendo después y manchando a ambos.

¡Qué bueno ha sido!-exclamó Hagane con una sonrisa-Y siento que aún tengo más…

De eso se trata.-Aoi le guiñó un ojo.

Acarició el pene de su amigo para limpiar los restos de semen que pudiera haber. Hagane aprovechó este acercamiento para agarrar el pene de Aoi y estimularlo con una maniobra masturbatoria tradicional.

¿Te molesta?-preguntó con cierta reticencia.

No, tranquilo.-respondió Aoi-Me masturbo así muy frecuentemente. Como mi fimosis ha sido siempre tan restrictiva, nunca he tenido riesgo de que el prepucio se estire más de la cuenta en un movimiento. Lo estás haciendo muy bien, me gusta mucho, gracias.

Hagane estuvo un rato más jugando con el pene de Aoi entre sus manos: lo movía, lo masajeaba, lo acariciaba y jugaba con el prepucio, así como con el resquicio visible del glande. Pasados algunos minutos, Aoi le quitó su pene de las manos con una sonrisa muy pícara.

¿Has descansado lo suficiente?-preguntó Aoi-El segundo orgasmo que te quiero dar va a ser con la boca. Ponte cómodo, ¿de acuerdo?

El otro joven asintió con la cabeza. Volvió a recostarse hacia atrás y separó las piernas, dejando un espacio lo suficientemente amplio y cómodo como para que Aoi pudiera estar encima lamiendo su pene.

Quiero probar esa polla tan húmeda y fragante.-dijo Aoi, ya presa de su lado más sexual-Si sabe tan bien como huele, ten por seguro que vas a soltar tal chorro que perforarás el techo.

¡Qué efusivo te has vuelto!-se sorprendió Hagane mientras Aoi se acomodaba-¡Me gusta mucho esta faceta tuya!

Más te va a gustar lo que voy a hacerte.-respondió Aoi.

El delgado y pálido joven comenzó a lamer el pene de Hagane desde la base hasta el extremo. Su lengua recorría cada pulgada de aquel falo, haciendo especial hincapié en las curvas que separaban los cuerpos cavernosos del cuerpo esponjoso y en la zona superior de la base, la que quedaba debajo del abdomen. Al completar una subida, introducía todo el pene en su boca y bajaba como si se lo fuera a tragar, sacándoselo de la boca al llegar al final e iniciando una nueva subida con la lengua.

¿Esto es una garganta profunda?-se preguntaba Hagane entre sus pensamientos-¡No me puedo creer esto! ¡Es espectacular!

Exquisito.-calificó Aoi a mitad de aquella erótica práctica con un reguero de saliva cayendo de las comisuras de sus labios-No importa cuánto líquido preseminal absorba y beba, no para de salir más, ¡fascinante!

Como se suele decir: “¡Me encanta que te encante!”-exclamó Hagane en medio de la neblina de placer que lo rodeaba-No sé cómo puedes hacer eso con tu garganta, pero hazlo todo lo que quieras o puedas.

Después de hacérselo a Rito, creo que puedo con cualquiera…-pensaba Aoi -…fue un entrenamiento estupendo.

Oye…-dijo Hagane algo pensativo-… ¿puedo hacértelo yo a ti a la vez? Me abre el apetito ver tu pedazo de herramienta tan dura y tan sola, ¿sabes?

Aoi no podía hablar con la boca llena, así que, a modo de respuesta, giró su cuerpo dejando su pene a una distancia de Hagane tal que podía introducírselo en la boca sin problemas. Sin dudarlo ni un segundo, el chico empezó a devolverle el favor a su amigo.

Shirubei no tenía fimosis, pero lo voy a hacer igual que con él.-pensó Hagane-Si a él le gustó, imagino que a Aoi también.

Mientras Aoi le hacía maniobras de succión muy placenteras en el pene a Hagane, éste le correspondía agarrándole el pene con los labios y lamiendo la parte que quedaba entre ellos, deslizando la boca hacia los lados para cubrir todos los tramos. La zona del extremo la trabajó con especial ahínco, notando la estrechez de su prepucio al intentar empujarlo con su lengua. En estos movimientos, su lengua le rozaba el glande y hacía que Aoi sintiera pequeños espasmos.

¡Para, por favor!-pidió Aoi-¡Déjame un momento a mí!

Sin cuestionar a su amigo, Hagane obedeció. Aoi cambió su posición para que su pene fuese inaccesible y continuó con la felación en solitario. Puso la punta de su lengua en el frenillo y tiró del prepucio hacia arriba, cubriendo su lengua y el glande, dejando ambos en continuo contacto. Desde esta posición, comenzó a hacer movimientos circulares con la lengua.

¡UAAAAAHHH!-gemía Hagane-¡JO-DER!

En un arrebato de pura lujuria, el excitado Hagane se llevó las manos a la cabeza y, de manera espasmódica, arqueó su cuerpo hacia arriba. De sus ojos resbalaban algunas lágrimas de placer. Sin poder evitarlo, eyaculó en la boca de Aoi.

¡Mierda, tío, lo siento!-Hagane volvió en sí y se mostró preocupado-¿Estás bien?

Aoi bebió el semen de su amigo y se incorporó, quedando ambos mirándose.

Perfectamente.-respondió Aoi con una sonrisa-¿Lo has disfrutado?

¡Ha sido la hostia!-gritó Hagane-¡Menudo chorro! Joder, qué pedazo de orgasmo, en serio, ¡menuda mamada!

Tú también lo has hecho muy bien.-contestó Aoi agitando su pene húmedo y erecto con una mano-Me ha gustado mucho cómo me lo has hecho… te pediría más, pero te necesito para otra cosa, ¿sabes?

Bueno…-se excusó Hagane con un tono febril.

¿Qué te pasa?-Aoi se sorprendió-¿Te estás poniendo enfermo?

No, no exactamente.-explicó Hagane tratando de tranquilizar a su amigo-Estoy muy rojo, ¿verdad? Me noto demasiado caliente, demasiado incluso para lo que estamos haciendo…

Hagane tenía el rostro muy enrojecido. Instintivamente, agarró su pene, aún erecto, con las dos manos. De manera inexplicable, de dicha parte de su cuerpo brotó un caudaloso y pesado chorro de líquido preseminal.

Mierda…-se quejó-…ahora no, por favor...

No pasa nada.-respondió Aoi encogiéndose de hombros-Mojarse es sano y natural. Huele muy dulce, creo que lo probaré.

¡No!-exclamó Hagane-¡Ahora no! ¡Ese líquido es…

El chico dejó de hablar al ver que Aoi había cogido un poco con los dedos y lo había dejado caer lascivamente dentro de su boca. Inmediatamente, su rostro se puso colorado como el de Hagane.

Tengo mucho calor, Hagane.-dijo Aoi-¿Qué ha pasado?

Y más que vas a tener, hermano…-respondió Hagane-…por eso te he dicho que no lo chuparas… no es líquido preseminal normal, se han juntado el cansancio del ejercicio y dos orgasmos seguidos y, ¿sabes lo que ha pasado? Pues que por un momento he perdido el control de mi poder… ¡de mi polla está saliendo la droga afrodisíaca más potente que existe!

¿Éste es el Intô no Jutsu?-preguntó Aoi entre delirios de placer-Sé que los poderes de un Taimanin no son para jugar, pero no sé cómo explicarte lo cachondo que me siento ahora y las ganas que tengo de que me folles como si quisieras hacerme pedazos.

Acabas de explicármelo muy gráficamente. –respondió Hagane-¿Seguro que no quieres que te lleve a la doctora Himehagi?

¿Con qué cara le explicamos que me has hechizado con tu poder, CON UN PODER QUE SÓLO USAS PARA COMBATIR A LOS DEMONIOS, mientras teníamos sexo entre nosotros?-Aoi atacó con sarcasmo-No, no, ¡de eso nada! ¡Ahora salimos de ésta por la puerta grande!

¿Seguro?-preguntó el otro chico con una sonrisa pícara-¡No me contendré si me lo pides así!

¡Lo estoy deseando!-respondió Aoi-¡El tercer y último orgasmo que quería regalarte era con mi cuerpo entero! ¡Es nuestro momento, Hagane!

Hagane se acercó a Aoi gateando sensualmente. Éste se dejó caer en el suelo y mostró la totalidad de su cuerpo a su amigo.

Ya que estás chorreando esa cosa tan cachonda, ¿por qué no la aprovechamos?-preguntó-Unta mi cuerpo con tu hombría, hazme sentir tuyo, por favor, aplaca la fiebre que me quema.

Hagane tomó con sus manos el líquido preseminal afrodisíaco que había derramado y comenzó a darle un masaje a Aoi por todo el cuerpo con él. La textura húmeda, el olor y la evaporación hacían que el chico se retorciera de placer como nunca antes había hecho.

Mis fluidos corporales son de por sí afrodisíacos en comparación con los de otro hombre…-pensó Hagane-…y, cuando desato mi poder, lo son todavía más. Vamos a gozar mucho hoy.

Aoi agarró a Hagane de los hombros y lo tumbó amablemente en el suelo. Pretendía sentarse sobre su pene y rebotar hasta llevarlo al orgasmo, aunque un calambre muy potente interrumpió su acción.

¡Ay!-se quejó-¿Qué ha pasado?

Estás temblando, Aoi.-dijo Hagane preocupado-¿Seguro que estás bien con esto?

¡JAJAJAJAJA!-rió Aoi-¡Me ha pasado lo mismo que a ti! La excitación de tu líquido ha hecho que mis poderes se descontrolen… ¡la electricidad se está apoderando de mí!

El pene de Aoi se sacudió violentamente entre chispas azules. La electricidad lo estimulaba como si todo su cuerpo fuese sujeto de una masturbación a gran escala.

Si no zanjamos esto aquí y ahora, acabaremos explotando.-dijo Aoi-¿Estás listo?

Cuando tú lo estés.-Hagane le guiñó un ojo.

Aoi agarró el pene de Hagane y recogió unos restos del líquido preseminal con poder afrodisíaco. Los frotó en sus manos y se los untó a su amigo por el rostro.

No funciona conmigo mismo.-explicó Hagane-Aunque no deja de gustarme que me hagas eso, ¿sabes? Vamos a ver si con el tuyo se puede hacer.

Hagane tomó el pene de Aoi y lo apretó levemente, haciendo que saliera líquido preseminal que no dudó en untarse por el cuerpo.

Hmmm…-se relamió Hagane-… qué suave…

Aoi se colocó encima de Hagane y buscó la penetración anal. Sin apenas esfuerzo, el pene de su amigo atravesó su ano. Desde esta posición tan placentera que hizo gemir a ambos, comenzó a mover todo su cuerpo hacia arriba y hacia abajo.

¡AAAAAAAAAAAAAHHHH!-Hagane profería gemidos de placer-¡Me encanta!

¡Fóllame!-pidió Aoi-¡Dame todo lo que tengas!

El cuerpo de Aoi comenzó a emitir electricidad. Hagane la recibió a través de su pene y comenzó a sentir espasmos de placer en sincronía con su amigo.

¡Joooooodeeeeeer!-gritaba Hagane-¡Esto es demasiado!

¿Te gusta?-preguntó Aoi entre jadeos.

¡Lo adoro!-exclamó Hagane-¡Voy a agarrártela! ¡No me electrocutes!

Hagane cogió el pene de Aoi con las dos manos y comenzó a masturbarlo con vigor. Cada pocos segundos, aquel delgado y alargado miembro viril con fimosis emitía descargas eléctricas que estimulaban los receptores de placer del otro chico.

¡Te voy a enseñar un ejercicio abdominal que te va a encantar!-continuó Hagane-¡Para tu rutina!

El chico se dobló sobre sí mismo de tal forma que, mientras penetraba a Aoi, alcanzó el pene de éste con la cabeza para poder lamerlo o incluso succionarlo.

¡Bonito ejercicio!-lo elogió Aoi-¡Me lo apunto!

El pene de Aoi estimulaba la lengua de Hagane con pequeñas descargas eléctricas. Ambos estaban a punto de estallar de placer. Tras un largo rato, Hagane dejó de estimular oralmente el pene del otro joven y volvió a apoyar la espalda en el suelo.

Quédate quieto, Aoi, voy a darte lo que querías.-pidió Hagane.

Aoi bloqueó su cuerpo en la posición alta, dejando espacio a Hagane para mover las caderas hacia arriba y hacia abajo, iniciando una frenética y potente penetración.

¡ARGHHHH!-Aoi profirió un sonoro gemido-¡ME VOY!

Y, con éste…-contó Hagane-… ¡hacen tres!

Del prepucio de Aoi asomaron unas lágrimas transparentes de líquido preseminal que comenzaron a gotear. Hagane retiró el pene del interior de Aoi y eyaculó hacia arriba, manchando por completo a su amigo en medio de un largo orgasmo que dio pie a varios chorros de semen.

¡Qué genialidad!-exclamó Aoi-¡Ya no puedo más!

La excitación y la electricidad de su cuerpo hicieron que Aoi estallase. Una imponente masa de semen amenazó con salir, pero el prepucio la amortiguó y acabó deslizándose rápida y pesadamente. No obstante, el primero de los chorros sí que salió disparado hacia arriba, cayéndole a su dueño en el hombro.

¿Has visto eso?-se sorprendió el chico mientras sonreía-¡Ha salido volando!

¡Bien hecho, amigo!-lo halagó Hagane-¡Eso significa que dentro de poco serás libre de las limitaciones de tu prepucio!

Los dos amigos chocaron los puños.

Ah, y perdona por lo de antes.-se disculpó Hagane-No pretendía hacerte eso, ya sabes, ha sido un desliz.

¡Perdonado!-respondió Aoi con una sonrisa-En cualquier caso, el orgasmo ha hecho que se me pase el calentón, así que ya he vuelto a la normalidad.

Eso es porque ha sido un derrame involuntario.-explicó Hagane con una sonrisa malvada-Si quisiera usar mi poder de verdad, la enfermedad sexual te devoraría hasta límites insospechados.

Prefiero devorar lo que tienes entre las piernas otro día.-dijo Aoi.

Repetimos cuando quieras.-respondió Hagane levantando el pulgar-Aunque, de momento, sería bueno que limpiáramos todo esto y nos duchásemos... 

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