TAIMANIN
YAMIYUKI
Episodio 64: Triple
Apenas habían pasado unas horas
desde que Yamiyuki y su equipo llegaron a Gokuruma de nuevo. La situación de
guerra y la dificultad de los pasos que tenían que dar hacían que el descanso
fuera más un lujo que una cláusula programada en el contrato laboral de los
Taimanin. Los recién llegados tenían que reunirse cuanto antes con Kuroageha:
con el último descubrimiento acerca de los rehenes de Nioiko, la ofensiva
contra los Fuuma se antojaba cada vez más necesaria. Al ver a los seis chicos
dirigiéndose al despacho de Kuroageha, los Taimanin que había presentes en el
edificio no tardaron en pedirles que se apresuraran, que todos ellos podían
esperar para hablar con ella. Tras un paseo sin complicaciones ni problemas,
los jóvenes llegaron a la puerta del despacho. Yamiyuki presionó el botón del
timbre.
Kuroageha, somos nosotros.-dijo
Yamiyuki-¿Podemos pasar?
El cierre electrónico se desactivó
y la puerta automática se abrió para ellos. Kuroageha los esperaba sentada
frente a una enorme y bien equipada mesa de despacho.
¡Chicos!-exclamó con una
sornisa-¡Menos mal que habéis llegado!
Por supuesto: fue lo que
acordamos.-respondió Yamiyuki-Así no tendrás que cortarme los huevos…
No se te escapa una,
¿eh?-respondió la chica con alivio y familiaridad-Tomad asiento… me imagino el
tema del que queréis hablar.
Antes de comenzar…-recordó Inuhito
mientras se acomodaba en una silla junto a sus amigos-… ¿cómo está Veena? ¿Qué
tal tiene el pie?
Afortunadamente, no ha sido
nada.-respondió la dueña del despacho-Se encuentra perfectamente. Tras una
visita a la doctora Himehagi y una pequeña y rápida rehabilitación, se
encuentra perfectamente. Es más, ahora mismo se encuentra entrenando para un
certamen de gimnasia: les he dado el día libre a los tres.
Nos alegramos mucho, la
verdad.-terció Shirubei-Supongo que iremos a verla después de la reunión.
Gran idea.-asintió
Kuroageha-Estáis aquí para hablar de la estrategia de acción contra Nioiko y el
resto de los Fuuma, ¿verdad?
Sin mediar palabra, los seis
chicos asintieron con la cabeza.
He estado haciendo los deberes…-la
joven les guiñó un ojo-…tras mucho investigar, mover a decenas de hackers por
no poder disponer de las prodigiosas manos de Aoi y colarme en gran cantidad de
lugares a través de ordenadores, cámaras y demás dispositivos, he dado con algo
que, si bien no es una estrategia demasiado elaborada, será funcional.
Sorpréndenos, por favor.-pidió
Rito-Somos todo oídos.
He encontrado la fecha y la hora
óptimas para provocar una batalla campal que tire a los Fuuma y acabe con ellos
para siempre.-explicó la hermosa mujer-Por fin he conseguido poner mis ojos y
mis oídos en el flujo de datos de nuestros inmigrantes estadounidenses
favoritos. Al parecer, planean atacar a los Fuuma con todo su potencial porque
Tigres Black los considera una molestia en su guerra contra nosotros por tres
razones principales: una, recuperar a Elizabeth. Dos, librarse del acoso de
Nioiko, cuyo objetivo último es la propia Tigres para la resurrección de su
amo. Tres, poder centrarse totalmente en nosotros, en los Taimanin. Por ello,
han acordado rastrearlos y asaltarlos. Gracias a la información que he
sustraído, sé dónde están emplazados y cuándo van a estar todos juntos. Los
soldados de Estados Unidos han penetrado en la red de información de Nioiko a
la vez que nuestro departamento. Han podido descubrir todo lo que deseaban
salvo dos cosas: que yo estaba espiando a Nioiko a la vez que ellos y que he
aprovechado para espiarlos también. Lo único imperfecto en este plan es que no
sé cuántas tropas va a haber en el campamento, pues no he podido averiguar si
Nioiko va a reunir a soldados o sólo va a estar su pequeña camarilla de
sicarios. En cualquier caso, dentro de nueve días, al anochecer, Tigres Black
enviará a los hombres de Estados Unidos a por los Fuuma. Será una guerra a tres
bandos y somos el único bando al que no le atacará nadie: a la coalición
Mazoku-Estados Unidos le atacaremos nosotros, a los Fuuma le atacará la
coalición y también nosotros y, sin embargo, nosotros sólo atacaremos, no
seremos atacados. Ninguno de los otros dos bandos sabe que va a ser atacado y,
sin lugar a dudas, el más amenazado es el bando de Nioiko por recibir ataques
de dos bandos. El plan es muy sencillo: llevar a un gran número de tropas y
acabar con los Fuuma aprovechando que nuestros otros enemigos también querrán atacarles.
Tras ello, analizaremos las circunstancias y decidiremos si resultará o no
viable el acabar también con los hombres de Tigres Black.
Sencillo pero efectivo.-comentó
Hagane mientras hacía ademán de aplaudir-¡Me gusta!
¿Alguna pregunta, duda, sugerencia
o queja?-añadió Kuroageha tras levantar el dedo pulgar de una mano y dirigirlo
hacia Hagane.
Creo que contamos con dos ventajas
adicionales de las que no hemos hablado.-intervino Aoi.
Estás pensando lo mismo que yo,
seguro.-se pronunció Yamiyuki con una sonrisa.
¿Sí?-la chica se mostró
interesada.
La primera es que hemos dejado
bastante castigados a los soldados, pues nos hemos enfrentado contra ellos en
la trampa que nos tendió Nioiko.-explicó Aoi-La segunda es que contaremos con
apoyo en el campo de batalla. Uro Oswald, Vega
y el sabio Philell son prisioneros de Nioiko y los hemos localizado. El
lugar que has marcado en tus mapas como el que creemos que será el
emplazamiento de la batalla final contra los Fuuma es el lugar al que hemos
salido cuando hemos podido escaparnos. Nioiko nos encerró en las instalaciones
de Tigres Black para que los hombres de ésta nos mataran allí, pero, al
escaparnos, acabamos saliendo bajo tierra y, finalmente, en la superficie,
llegamos a las ruinas de una ciudad abandonada que sirve como campamento para
Nioiko y sus nuevos secuaces. En una celda estaban los Mazoku con los que
colaboramos hace tiempo, los que nos ayudaron a derribar el Hotel Rakuen. Cuando llegamos a ese sitio, sólo estaban los
rehenes, sin nadie custodiándolos. Por ello, decidimos no liberarlos, para que
así no descubrieran que habíamos escapado de nuestra trampa una vez llegaran al
campamento. Los liberaremos y nos deberán una. Además, aunque no nos cobremos
la que nos deben pidiéndoles que luchen a nuestro favor, lo harán por amor a su
propia libertad. Si los hubiéramos liberado en aquel momento, probablemente
muchas de las cosas que ahora has logrado y nos presentas se habrían truncado a
mitad de camino.
¡Eso es genial!-exclamó
Kuroageha-¡Estamos un paso más cerca de la victoria! Además, con las rencillas
existentes entre Nioiko y los Mazoku a los que ha estafado, tal vez podamos
conseguir que se separen y lo dejen solo en medio del combate. La única que no
lo abandonará será Elizabeth, pero, por muy fuerte y arrolladora que sea,
seguirá siendo una máquina contra una multitud. Y no nos olvidemos de un
detalle muy importante: tenemos a Tokiko Fuuma, la hermana mayor de Nioiko.
Podremos coger por las pelotas a ese patán si nos organizamos bien. ¿Estáis de
acuerdo?
Los Taimanin invirtieron un
generoso lapso de tiempo en afinar los detalles de la estrategia, las fases del
plan y un análisis probabilístico de los hitos que querían alcanzar.
. .
.
Dos días después de la reunión,
los Taimanin ya estaban centrados al máximo en sus estudios avanzados, en su
entrenamiento especial y en la preparación para la batalla contra los Fuuma. La
fecha vaticinada por Kuroageha aún estaba lo suficientemente alejada en el
calendario como para permitirse unos preparativos largos y cuidados. Ni los
seis chicos ni el resto de los habitantes de Gokuruma tenían tregua: la
preparación para aquella batalla tenía que ser milimétrica. Además, nadie les
garantizaba que el plazo restante fuera a estar exento de ataques Mazoku en áreas
conflictivas.
Los chicos del equipo Yamiyuki
tenían previsto ese día un entrenamiento físico completo y de alto nivel.
Durante unas horas practicarían todos juntos y, posteriormente, cada uno haría
por su cuenta ejercicios para potenciar sus puntos fuertes y resguardar los
débiles. Al acabar la fase inicial de
entrenamiento en equipo, aprovecharon el gran tamaño de las instalaciones
deportivas de las que disponían para colocarse cada uno en la sala que más facilidades
tuviera para sus ejercicios específicos. Aoi se encontraba en un pabellón que,
si bien era grande, no era de los más amplios de las instalaciones. El suelo tenía una capa blanda de colchoneta
recubierta de una funda de plástico de color marrón oscuro, lo cual hacía que
aquella sala fuera óptima para la realización de ejercicios que requirieran
tumbarse o apoyarse. Dado que tenía que completar una rutina de ejercicios para
la musculatura abdominal, Aoi decidió acomodarse en ese lugar para no clavarse
ninguna parte del cuerpo en suelo duro. Ataviado con unas mallas de ciclista de
color negro con franjas de color azul eléctrico que formaban la silueta de la
cola de un pavo real desde el muslo derecho hasta la ingle de la misma pierna.
Desde las rodillas hasta los tobillos, sus delgadas, tonificadas, pálidas y
lampiñas piernas estaban descubiertas. En aquel momento no llevaba zapatillas,
sólo unos calcetines que eran de color azul muy oscuro. Su torso estaba
cubierto por una camiseta deportiva de lycra de color blanco que definía
perfectamente las curvas de su delgado cuerpo.
Llevaba su asimétrico cabello recogido en un moño alto sujetado con unos
palillos negros bañados con pintura de color azul fosforescente. Debajo de su tenso cuerpo había una esterilla
de fitness de color verde tapada con una toalla negra, de tal manera que el
sudor cayera sobre ella sin manchar el resto de las dependencias. El chico se
mantenía en total tensión, apoyando las puntas de los pies y los antebrazos,
teniendo el resto de su cuerpo suspendido. Algunas gotas de sudor resbalaban
por su cara.
Plancha frontal, ¿eh?-escuchó una
voz más que familiar cerca de él.
Aoi cambió a una posición de
reposo y levantó la mirada: aunque ya sabía quién era por su voz y por su
inconfundible olor a perfume dulce, quería dirigirse a él mirándolo a la cara.
Se trataba de Hagane.
Sí…-comentó Aoi-…he estado
calentando con ejercicios suaves y ahora toca una buena sesión de fuerza
abdominal. Dado que muchas veces me quedo en la retaguardia y ejerzo como
tirador, puede pensarse que no necesito fuerza abdominal, pero la realidad es
muy diferente. Necesito un abdomen fuerte y tonificado para tener un mejor
control respiratorio, evitar vibraciones musculares y mantener el equilibrio
para poder tirar de manera certera desde cualquier posición por precaria que
sea. Después de las planchas me tocarán ejercicios para machacar a tope todo el
núcleo... y, ¿a ti qué te toca hacer ahora?
Tríceps.-respondió Hagane-El uso
de los abanicos requiere que tenga los brazos muy a punto y cuando trato de
rajar en canal a un objetivo duro tengo que hacer mucha fuerza… no quiero que
los codos se me cansen más de lo necesario y necesito aumentar un poco la
fuerza en los tríceps para que me sujeten bien toda la franja articular. Ayer
entrené un rato con Rito y me estuvo examinando los brazos, concluyendo con que
lo mejor para optimizar mi rendimiento en combate es trabajar los tríceps.
Según me dijo y según siento yo mismo en los combates, no necesito tanto bíceps
porque los tengo más tonificados. He estado un buen rato haciendo con el press francés, fondos en banco, copas y
demás ejercicios. Ahora venía por aquí para hacer unas flexiones, también de
tríceps, claro... y unos saludos al Sol.
Menos mal que nos gusta esto,
¿eh?-comentó Aoi con una sonrisa-Si no nos gustara hacer ejercicio, esto sería
mortal para nosotros… los entrenamientos que hacemos son muy completos y duros.
Las flexiones de tríceps son odiosas cuando estás aprendiendo…
Ya…-respondió el otro chico entre
risas-…yo prefiero las de pecho, pero claro, no es lo que toca ahora mismo…
aunque tampoco me quejo, porque los abdominales que tienes que hacer tú tampoco
son un regalo…
Estoy acostumbrado, no te
preocupes.-comentó Aoi-Ponte donde quieras, tenemos el pabellón entero para
nosotros solos.
Los demás están en el ala de las
máquinas.-corroboró Hagane-Inuhito tiene que hacer hombros, Shirubei está trabajando
pectorales, Rito está haciendo glúteos, ingles y caderas y Yamiyuki está
haciendo entrenamiento en suspensión. ¿Te importa si me coloco cerca y nos
hacemos compañía?
¡Faltaría más!-lo invitó el otro
chico con una sonrisa-¡Donde quieras!
Hagane colocó una de las
esterillas verdes de la sala alineada con la de Aoi, dejando una distancia que
permitiera a ambos hacer sus ejercicios sin chocarse ni entorpecerse el uno al
otro. Encima de la esterilla extendió su toalla, que era de color rosa. Acto
seguido, apoyó las rodillas sobre la toalla. Llevaba un maillot de color rosa pastel sin mangas y sin perneras, ajustado
como un bañador de cuerpo entero y con el cuello alto. Al igual que Aoi,
tampoco llevaba zapatillas, sólo unas medias deportivas de color rosa intenso
que le cubrían hasta las rodillas. Su cabello iba recogido en una trenza de
raíz y atado con cordeles negros. Apoyó las manos en la superficie plana,
colocó los brazos en la posición adecuada para el ejercicio que debía hacer,
levantó las piernas del suelo, quedando apoyado sobre los dedos de los pies, y
comenzó a hacer las flexiones.
Durante las repeticiones de cada
ejercicio, los chicos no hablaban, pues trataban de rendir lo máximo posible.
Entre series, tomaban un poco de aire e intercambiaban algunos comentarios
triviales, manteniendo un ambiente cercano, cálido y agradable que hacía más
ameno un lapso de tiempo que ya de por sí les parecía bueno, pues tanto a ellos
como al resto del equipo les encantaba hacer ejercicio, teniendo cada uno sus
fortalezas y debilidades, sus ejercicios más queridos y menos queridos. Tras
unas cuantas series de diferentes ejercicios, los chicos consideraron que era
buen momento para parar, por lo que se sentaron cada uno en su toalla y se
colocaron frente a frente para hablar mientras se relajaban y hacían
estiramientos.
No ha estado nada mal…-dijo
Aoi-…tengo hambre, así que creo que he entrenado muy bien.
Es bueno saberlo.-respondió
Hagane-Esta semana cocino yo y creo que hoy va a tocar una buena cena… nos la
merecemos. No os preocupéis, haré un menú nutritivo que no mande al traste todo
el esfuerzo de este pedazo de día. Además, como tenemos que acostarnos tarde,
no tendremos pesadillas ni digestiones excesivamente pesadas…
Cierto.-contestó el otro
chico-Tenemos que estudiar un montón… aunque luego lo agradeceremos.
¡Claro que sí!-respondió el joven
de ojos verdes con una sonrisa optimista-Y, ¿sabes qué? Me gustaría
preguntarte algo…
Pues aprovecha.-respondió Aoi
cordialmente.
Hace un tiempo estuve haciendo una
sesión de ejercicio con Rito y le comenté que llevo un tiempo preocupado por
todo lo que no termina de ir bien en nuestras vidas.-explicó Hagane-No quiero
que nadie lo pase mal porque sois muy importantes para mí, así que, para hacer
mis pensamientos más llevaderos, se los conté. Me preocupa Shiena, me preocupa
Veena y me preocupa todo el maremágnum sentimental que hay entre ellos. Quiero
que todo les salga bien a ambos, que sean felices y que los demás podamos
compartir su alegría. Pero también me preocupas tú en cierta manera.
Últimamente no hemos tenido tiempo para sentarnos y hablar las cosas largo y
tendido, pero eso no quiere decir que no nos preocupemos los unos de los otros…
y, no sé, no quiero descuidarte… ¿qué tal llevas el tema de tu miembro? ¿Se
está solucionando poco a poco? ¿Necesitas más ayuda? No quiero que te guardes
cualquier duda o preocupación sólo porque no es el momento adecuado…
Aoi rió amablemente ante la
pregunta de su amigo.
Rito me avisó de cómo sería todo
esto.-respondió-Es un proceso muy lento, pero sí, se pueden apreciar algunos
resultados. Estoy bastante contento. De un día para otro es imposible ver nada,
pero semana a semana está más que comprobado que, efectivamente, funciona. No
he dejado de tener fimosis, pero es menos severa que en un principio. Gracias
por preocuparte.
¿Seguro que estás bien?-insistió
Hagane-Sé que de pequeño lo pasaste mal con este tema… imagino que sería muy
duro ver cómo todos los niños en el vestuario podíamos…
Me ha dado quebraderos de cabeza y
cierta inseguridad durante mucho tiempo, sí, pero ahora estoy en vías de
solucionarlo.-respondió Aoi amablemente-Es algo que hubiera preferido no tener,
pero también veo otras cosas cuando me miro al espejo: ¿cuántos chicos con
dieciocho años tienen una carrera universitaria terminada y están a medio
doctorarse? Cada persona tiene sus virtudes y sus inconvenientes… si no hubiera
tenido fimosis, habría tenido alguna otra tara que me habría causado problemas
en algún momento de mi vida… no existen las personas perfectas. Además, siempre
habéis estado conmigo y habéis ayudado a que mis problemas, fueran relacionados
con esto o con otros asuntos, resultasen más ligeros. Imagino que sería muy
duro que otros niños en el colegio y en el instituto te dijeran de todo y se
rieran de ti por tu forma de vestir, por tu constitución, por tu fisonomía y
porque te maquillas… y, sin embargo, tú también eres un tío genial.
Tienes razón.-asintió
Hagane-Gracias a vosotros, toda esa racha apenas dolió. Aprendí muy rápido y
muy bien a pasarme por el arco del triunfo lo que terceros puedan pensar o
decir de mí. Y, como decías, yo también me miro al espejo y veo grandes
fortalezas junto a mis defectos. Quizás estoy montándome paranoias y actuando de
manera sobreprotectora sólo porque eres el único de nosotros que tiene fi…
Te entiendo perfectamente.-Aoi
interrumpió a su amigo poniéndole una mano en un hombro-También soy el único de
los seis que tiene pecas en la cara, así como el único que tiene el pelo más
largo por un lado que por otro… tú eres el único que mide menos de metro
noventa y el único que ha sido confundido por una chica… Inuhito es el único
que no tiene poderes de Taimanin elementalista… todos somos únicos en algunos
aspectos, todos somos diferentes y todos estamos formados por un cúmulo de
factores que nos hacen únicos, superpuesto a otro cúmulo que contiene todo
aquello que nos hace humanos y, por tanto, semejantes. Es normal preocuparte
por un ser querido cuando ves que algo en su vida o su persona puede darle
problemas, y más si es algo por lo que tú no has pasado, ya que, al no saber,
uno se siente más atenazado. Me alegro muchísimo de que me hayas preguntado, me
encanta saber que estás a mi lado, que todos lo estáis… y quiero que sepáis que
yo también estoy cerca, y que creo que la mejor manera de agradeceros vuestra
voluntad es demostrándoos que valgo todo lo que vosotros habéis invertido en
ayudarme… está muy bien que me preguntéis por mis progresos, que queráis que os
ponga al día y demás, pero, de verdad, no tenéis que preocuparos como si fuera
un enfermo crónico o terminal… no me molesta que me preguntéis las veces que
queráis que cómo está mi pene, pero lo que no quiero es que os preocupéis más
de la cuenta: sería haceros sufrir y está claro que es lo último que deseo en
esta vida. Mi padre también se preocupó por esto en su momento. Por supuesto,
también se preocupaba mi madre, pero, al ser hombre como yo, mi padre trató de
empatizar más conmigo y claramente he tenido menos pudor con él que con mi
madre. Él nunca tuvo este problema y, sin embargo, yo sí. Le dije que no me
dolía ni jamás me había dolido el pene, pero sí me dolía en cierto modo no
haber llegado a un lugar al que él si llegó de manera natural… y es que quiero
ser un hombre del que mi familia y mis amigos puedan sentirse orgullosos. Mi
padre me abrazó y recuerdo que ese día lloré en sus brazos. Me dijo que estaba
orgulloso de mí independientemente de ello, y le prometí que algún día lo
solucionaría. Cuando fui haciéndome un hombre dejó de preguntármelo, tal vez
por no avergonzarme, pero pienso ir a contarle todo cuando lo haya conseguido…
y, por supuesto, a vosotros también.
No me hagas llorar, que bastante
agua he perdido con la rutina de entrenamiento…-respondió Hagane con los ojos
algo humedecidos-…capullo…
Aoi golpeó levemente a Hagane con
la palma de una mano en la frente.
Anda, no seas ridículo.-respondió
Aoi-Esto ya tendría que ser cotidiano para ti… estamos acostumbrados a
contárnoslo todo, a sincerarnos y a no escatimar a la hora de expresar nuestros
sentimientos.
Soy más que consciente, tranquilo.-repuso Hagane-No
obstante, no puedo evitar emocionarme cada vez que pasamos por momentos como
éste. Esta sensación en mi pecho, esta calidez y el efecto que en mí producen
estas palabras son señal de que soy humano… y lo amo. Me alegra muchísimo tener
a gente como vosotros, y también estoy contento y orgulloso de poder encontrar
mi humanidad pese al asesino sanguinario y destructivo que soy. No sé si eres
consciente del favor que me haces con esto…
Los hermanos estamos para eso.-respondió Aoi-Y, como buen
hermano… ¡hazme la cena!
Hagane se rió mientras se apartaba las lágrimas que habían
brotado de sus ojos.
Vamos, no te pongas así.-dijo Aoi-¿Quieres verlo?
¿El qué?-preguntó Hagane.
¿Qué va a ser?-respondió Aoi con fingida sorna mientras
señalaba su entrepierna-¿No estabas tan interesado en el tema?
Ah, ¡claro!-Hagane se golpeó levemente con los nudillos en
la cabeza mientras se excusaba con la mirada-Pues sí, ¿por qué no? Es, cuanto
menos, curioso el ver cómo se elimina una fimosis de manera natural.
Pues mira, ya verás.-dijo Aoi mientras separaba las piernas.
Con toda la confianza y la tranquilidad del mundo, Aoi se
subió un poco la camiseta, mostrando parte de su vientre plano y sus
abdominales marcados pero poco hipertrofiados. Tras ello, se bajó las ajustadas
mallas, tirando junto con ellas de los calzoncillos, y descubrió su pene. Estaba
totalmente flácido y el suavizado patrón cónico de su prepucio dejaba ver que,
en efecto, tenía fimosis. Hagane seguía en su toalla, sin moverse ni un
centímetro, observando con atención.
Puedes acercarte más, no pasa nada.-lo invitó Aoi-Si lo
quieres ver bien, yo te dejo, no pongas esa cara de extrañeza.
Hagane se acercó con mucha curiosidad. Aoi agarró su pene
con la mano derecha y comenzó a tirar hacia atrás del prepucio. Su glande se
iba descubriendo sin prisa pero sin pausa, hasta llegar hasta el final del
recorrido, quedando el prepucio formando un anillo detrás de la corona del
glande.
Esto es lo que tú haces cada vez que te duchas o vas al
baño, pero yo lo he empezado a hacer ahora.-comentó Aoi-Antes no podía retraer
mi prepucio totalmente, empezaba a dolerme cuando me acercaba al final y no
podía conseguirlo. Ahora lo hago sin problemas, en esta posición no me duele y
no necesito sujetar la piel con las manos, puedo dejarlo así sin problemas.
El chico dejó su pene de tamaño considerable totalmente
suelto, y quedó colgando entre sus dos piernas, con el glande totalmente
descubierto. Hagane miraba con atención, ahora ya cerca de él.
¡Esto es genial!-exclamó Hagane-¡Ya te queda poco camino por
recorrer!
Cuando estoy en erección no puedo hacer lo mismo.-explicó
Aoi-Puedo hacerlo hasta un poco más de la mitad, cosa que antes no podía hacer…
antes me tiraba y me dolía al 30% del recorrido aproximadamente, y ahora llego
hasta casi las tres cuartas partes. De todas formas, me falta frenillo para
poder hacerlo bien. ¿Lo ves?
Aoi agarró su pene y lo dobló de tal manera que Hagane
pudiera ver la planta inferior del mismo. El otro chico apreció entonces que su
amigo tenía el frenillo bastante corto.
Tengo que acompañar los ejercicios que estoy haciendo con
otros para elongar el frenillo. –relataba Aoi- Ahora mismo no puedo retraer el
prepucio más allá de la corona y es por la longitud del frenillo. Con un
frenillo desarrollado correctamente, se le puede dar la vuelta entera al
prepucio como hacéis vosotros, pero, claro… habiendo tenido fimosis, es
imposible que mi frenillo haya crecido de esta manera. No obstante, también veo
progresos, así que poco a poco se irá solucionando.
¡Me alegro un montón!-exclamó Hagane-¡Eres un fiera!
¡Gracias!-respondió Aoi con una sonrisa.
Terminada la explicación, Hagane notó una sensación
familiar. Aoi había cambiado de perfume y le daba a su cuerpo un olor profundo
y rico, con unas notas acuáticas muy fuertes y un pequeño toque cítrico. De
alguna manera, ese olor le recordó al de Shirubei en la noche en la que
tuvieron sexo. Sólo compartían la base acuática, pero era más que suficiente
para el olfato bien entrenado de Hagane para establecer relaciones entre ambas
fragancias. Además, el olor de su perfume se juntaba con el de las hormonas que
habían liberado con el ejercicio, y el leve y cálido olor masculino que había
ascendido de la parte interna de sus mallas y su ropa interior al exponer su
pene lo estaban excitando por momentos.
Agh…-Hagane hizo ademán de toser.
¿Estás bien?-preguntó Aoi.
S…sí…-tartamudeó Hagane sonrojado-…no es nada… sólo me ha
empezado a doler un poco la cabeza…
¿Cuál de las dos?-preguntó Aoi levantando una ceja.
¡Mierda!-pensó
Hagane-No esperaba ponerme como una moto
de carreras en medio del gimnasio, así que no he visto el inconveniente de usar
mallas de gimnasia. ¡Mierda! ¡Mier-da!
Con un rubor en su cara fruto de una mezcla entre excitación
y vergüenza, Hagane miró hacia abajo y vio cómo su pene abultaba en su maillot
rosa.
Oye…-dijo Aoi-…no pasa nada por que estés excitado… no te
sientas mal por ello… la excitación sexual es algo natural…
Es que…-explicó Hagane-…esto me ha recordado a una
experiencia muy intensa que tuve en el pasado… no puedo evitarlo…
Hagane estaba recordando su noche de sexo con Shirubei. Ese
día estaba endiosado en su mente.
¿Quieres revivir tus recuerdos más calientes,
Hagane?-preguntó Aoi arqueando su espalda mientras se echaba hacia atrás.
En su mente, Aoi estaba siendo sincero consigo mismo y se
estaba acordando de lo que hizo con Rito. Parecía que los dos querían lo mismo,
razón por la que se había atrevido a lanzar aquella pregunta.
Me encantaría, la verdad.-respondió Hagane tratando de
mantenerse sereno-¿Nos damos un homenaje?
¿Por qué no?-comentó Aoi-Una pena que estemos aquí y no en…
Hagane se levantó y, con unas ágiles volteretas, alcanzó la
puerta del pabellón en cuestión de segundos. Al llegar a ella, la cerró con dos
vueltas de llave.
Me la han prestado por si tardaba mucho en salir, para que
cerrara yo al acabar.-explicó señalando la llave-Ya no hay excusa… la puerta de
esta sala tiene vidrio tintado y nadie podrá vernos. Las ventanas dan a
respiraderos por los que no pasa ninguna persona salvo en las limpiezas
periódicas, que NO tocan hoy… ¡estamos en buen sitio! Y algo en ti me dice que
no te parece muy mala idea…
Aoi se fijó en que él también tenía una erección. Su
prepucio, limpio y terso, se había tensado y recubría elegantemente todo su
glande. No obstante, el anillo era algo más ancho y dejaba ver más parte de su
glande que antes, lo cual indicaba que, en cuestión de tiempo, conseguiría
superar definitivamente la fimosis.
Parece que estamos los dos igual…-comentó Aoi-… ¿qué tal si
nos desnudamos? Yo aún podría hacer algo así, pero tú con el maillot tienes que
estar muy incómodo si vamos a… ya sabes…
Estoy muy cachondo, no puedo evitarlo, esto ha sido muy
súbito y ni siquiera me lo esperaba… -explicó Hagane-… así que, en efecto,
¡ropa fuera! Vamos a pasarlo muy bien, lo estoy viendo venir…
Aoi agarró los palillos con los que se sujetaba el moño y
los extrajo con suavidad, haciendo que el recogido se deshiciera y su pelo
cayese suelto por ambos lados de su rostro. Tras esto, los dejó en el suelo y
comenzó a quitarse la ropa. Mientras tanto, Hagane se quitaba las medias.
¿Te sucede algo, Aoi?-preguntó Hagane algo extrañado al ver
el rostro de su amigo.
Simplemente me resultas precioso.-respondió Aoi-Tal vez será
por lo excitado que estoy, pero no puedo evitar verte tremendamente bello.
Vaya, gracias…-respondió Hagane con una sonrisa mientras se
soltaba el pelo.
Con la melena suelta, Hagane parecía aún más femenino,
aunque llevaba toda su vida demostrando que era todo un hombre por dentro y por
fuera. Se quitó el maillot mientras el otro chico terminaba de desnudarse y, en
cuestión de pocos segundos, quedaron el uno frente al otro, desnudos y muy
excitados.
Ahh…-Hagane emitió un suave gemido.
Sintió cómo un escalofrío de placer recorría su cuerpo como
una onda que se propagaba desde su entrepierna. Su prepucio se estaba moviendo
lentamente hacia atrás fruto de la erección y la fricción con el glande. Al no
estar todavía mojado, el chico sentía ese rozamiento más intenso y le brindaba
un placentero y nervioso cosquilleo. Para concentrarse en el placer de estar
con su amigo, decidió retirarse totalmente la piel con la mano para dejar de
sentir ese cosquilleo, pero, para su sorpresa, Aoi lo detuvo agarrándole la
mano. Sus miradas se cruzaron.
¿Podrías no hacerlo todavía?-preguntó-Me da mucho morbo
verte así… con esa piel tan blanca y cuidada, esa fricción inercial tan lenta…
es muy erótico, tiene que resultarte muy placentero, ¿verdad?
Me hace muchas cosquillas.-respondió-Claro que me da gusto…
pero me gustaría concentrarme en ti más que en mi propio cuerpo, que es algo que
siempre tengo a mi total disposición.
Hmmm…-murmuró Aoi-… de acuerdo.
El joven de rostro pecoso asió suavemente a su amigo por los
dos hombros y se apoyó en ellos para arrastrarse y acortar la distancia que los
separaba. Se colocó muy cerca de él y frente a frente, de tal manera que pudo
apoyar su pene en el de su amigo. Ambos sintieron el calor del otro.
Está caliente...-comentó Hagane con una sonrisa de
aceptación-…ahhh…
El tuyo también.-respondió Aoi en un susurro-Se nota que
hemos estado haciendo ejercicio y que tenemos el cuerpo caliente.
Cierto.-respondió Hagane-Tal vez nos hemos dejado llevar
demasiado rápido por la excitación. Nos tendríamos que haber duchado antes, ¿no
crees?
Nos vamos a ensuciar cuando hagamos esto, así que, si nos
duchamos después, nos ahorramos una ducha y gastamos menos agua.-comentó
Aoi-Además, no hay problema, hueles muy bien. ¿Has cambiado de perfume?
Lo compré la semana pasada.-explicó el chico de cabello
rosado-¿Te gusta?
Me encanta.-respondió Aoi con una sonrisa-Te define
totalmente.
El cuerpo de Hagane estaba envuelto en una fragancia muy
fuerte y extremadamente dulce. La nota principal era de regaliz, con unas notas
de plátano, chocolate y guaraná. Tras ellas, un fondo fuerte, masculino y
térreo que realzaba la virilidad del chico en contraste con las notas
anteriores. Sentía que su prepucio volvía a retraerse solo, pero Aoi colocó su
pene justo debajo del anillo para evitar que siguiera bajando y, con un leve
pero firme movimiento de cadera, volvió a subirlo con su pene como enganche de
tracción. Al ser el pene de Hagane más grande que el suyo, Aoi tenía facilidad
para hacer lo que acababa de hacer.
¿Te gusta mi pielecita?-preguntó Hagane con una sonrisa
pícara.
Me encanta.-dijo Aoi-Quiero sentirla más.
Aoi agarró el pene de su amigo con las dos manos, le retiró
el prepucio hasta la mitad, colocó el extremo de su propio pene pegando al
glande del otro y trató de cubrir ambos con el prepucio que había retirado. Al
sentir la parte interna, más húmeda y cálida, del prepucio de su amigo rodeando
el extremo de su miembro viril, Aoi notó que su excitación aumentaba.
Me estás haciendo cosquillas en el frenillo con tu pene y me
estoy poniendo malo.-comentó Hagane-Creo que hoy lo vamos a pasar MUY bien.
Tengo una idea.-comentó Aoi mientras movía su pene dentro
del prepucio de su amigo-Ya que estás tan excitado, ¿qué te parece si te doy
tres orgasmos seguidos?
¿Tres?-preguntó Hagane sorprendido-Tengo muchísimas ganas y
estoy dispuesto a disfrutar al máximo, pero nunca me he corrido más de dos
veces seguidas…
Siempre hay una primera vez para todo.-respondió Aoi-Para
asegurar que vas a llegar, esta vez vas a descansar en todo momento… sólo
tendrás que dejarte hacer. ¿Qué te
parece si te doy placer durante tres orgasmos? Me aseguraré de que tus
testículos se llenen bien para que el estallido sea potente.
Decir que suena mal me convertiría en un mentiroso, pero,
¿qué hay de ti?-preguntó Hagane-Como me digas que después te haces una paja y
arreglado, te doy una patada ahora mismo.
Aoi respondió con una risa sincera.
Me gustaría que te relajaras y disfrutaras, quiero hacerte
sentir en el cielo en agradecimiento por todo lo que has hecho por mí y por lo
que me has vuelto a demostrar en esta conversación.-explicó Aoi-No obstante, no
me voy a negar a que hagas lo que quieras, simplemente me gustaría que te
movieras poco para que tus energías se concentraran en eyacular.
Siempre he confiado en ti y no voy a dejar de hacerlo
ahora.-respondió Hagane mientras asentía con la cabeza-Aunque también quiero
dejarte claro que voy a hacerte disfrutar todo lo que pueda sin romper las
reglas del juego al que quieres que juguemos.
Me encantará.-asintió Aoi-Vamos a ir de menor a mayor
intensidad para que no dejes salir todo el semen de golpe. Me aseguraré de que
lo disfrutes al máximo. El primer orgasmo será con mis manos.
El chico de cabello azul despegó el prepucio de Hagane de
alrededor de su pene y lo sacó. Estaba un poco humedecido por los fluidos de su
amigo, que comenzaban a mezclarse con los suyos propios. Por su parte, el otro
joven apartó las manos de su zona baja, separó las piernas e invitó a su
compañero a comenzar. Lo primero que Aoi hizo fue palpar suave y cariñosamente
los lampiños testículos de su amigo.
Están bastante llenos, ¿eh?-comentó el chico mientras seguía
palpando.
Tenía muchas ganas de descargar en condiciones.-explicó
Hagane-Nuestro último viaje ha sido peligroso de más y es bueno celebrar que
seguimos vivos cada vez que ganamos una batalla, pues, en nuestro trabajo,
perder una sola batalla significaría la muerte con probabilidad casi total.
No pienses en eso ahora, Hagane.-pidió Aoi-Juntos somos
invencibles. Ahora es, como decías, uno de esos momentos para disfrutar y, ya
que lo dices, yo también tenía muchas ganas de hacer algo como esto,
concretamente desde que maté a Kazark.
Te lo pasaste bien, ¿eh?-el chico de ojos verdes le guiñó un
ojo mientras hablaba.
Muy bien, para mi sorpresa.-susurró Aoi mientras masajeaba
los testículos de Hagane-¿Te gusta?
Sí, mucho…-comentó Hagane entre leves gemidos-…tus caricias
son muy agradables. Tienes unas manos tan finas y tan expertas que no puedo
evitar sentirme afortunado ahora mismo. Además, como las tienes más frías que
mi cuerpo, siento un cosquilleo muy refrescante por todo el cuerpo.
Me alegro de que te guste.-respondió Aoi-Es hora de tocar en
más sitios, ¿te parece?
Como respuesta, Hagane cerró los ojos e inclinó su cabeza
hacia atrás, dejándose hacer. Aoi subió sus manos desde los testículos de su
amigo hasta la base de su pene, la cual recorrió con movimientos circulares,
masajeando con suavidad como si estuviera esculpiendo el cuello de una botella
con un torno. Tras este gentil masaje, comenzó a ascender, recorriendo el pene
del chico desde abajo hacia arriba con movimientos ascendentes y firmes,
colocando los dedos pulgar e índice en forma de anillo y recorriendo todo el
cuerpo fálico hasta el cuello del mismo, en la zona en la que el prepucio se
plegaba tras el glande en forma de anillo. Al llegar aquí, el joven no dudó en
probar, en jugar con ese prepucio, experimentando y midiendo los movimientos y
las sensaciones que un hombre libre de fimosis es capaz de llevar a cabo. A los
pocos minutos, el glande de Hagane ya estaba bastante húmedo. El líquido preseminal
goteaba desde los bordes de su prepucio hasta sus piernas, que estaban
acomodadas sensualmente en el suelo. El masaje de Aoi estaba haciendo grandes
efectos: Hagane se sentía muy excitado y complacido, casi como si fuera a echar
a volar.
Qué bueno eres, ¡me encanta!-comentó Hagane abriendo los
ojos.
Las miradas de ambos chicos se cruzaron. Intercambiaron complicidad,
respeto y deseo. Instantes después, el afeminado joven de cabello rosado y ojos
verdes sintió algo similar a un impulso
eléctrico pasando por su pene: Aoi estaba recorriendo su frenillo con el dedo
índice de la mano derecha con un movimiento de vaivén.
¡Joder!-suspiró Hagane dando un cabezazo al aire-Lo haces
increíblemente bien.
Y esto no ha hecho más que empezar.-respondió Aoi en voz
baja.
El joven de cabello azul tiró gentilmente del prepucio de su
amigo y reveló su cara interna por detrás de la corona del glande. Pasó sus
dedos por esta zona, que estaba muy húmeda se mantenía brillante. Sentía las
convulsiones de placer del cuerpo de su amigo, lo hacía temblar, le estaba
dando un placer encantador.
Huele de maravilla.-comentó Aoi con un semblante que
revelaba su estado de éxtasis y placer.
Las hormonas y el perfume de Hagane estaban empezando a
luchar por ocupar el aire. La mezcla tenía unos efectos muy excitantes en Aoi.
Aquella mezcla entre el olor dulce del perfume y el olor fuerte y húmedo de los
fluidos corporales estaba causando un efecto muy placentero. En respuesta a
esta excitación adicional, Aoi comenzó a masturbar a Hagane con las dos manos,
recorriendo cada centímetro de su pene, apurando hasta el extremo superior y
hasta la base, rozando el escroto con los cantos de las manos. El chico que
estaba siendo estimulado no comentó nada, pero se relamía constantemente, dando
a entender que estaba muy a gusto. Tras aproximadamente otro cuarto de hora, el
joven pecoso cambió su técnica y comenzó a recorrer con movimientos circulares
la corona del glande de su amigo con la punta de un dedo. Después de darle
varias vueltas, comenzó a estimular todo el glande desde la corona hasta la
punta con ambas manos, deslizándolas con mucha suavidad y aprovechando la
lubricación del líquido preseminal. Continuó varios minutos con esta maniobra
hasta que sintió una vibración en el pene de Hagane.
Ahhh…-un gemido lo explicó todo.
Un gran chorro de semen salió disparado del pene de Hagane
hacia arriba, cayendo después y manchando a ambos.
¡Qué bueno ha sido!-exclamó Hagane con una sonrisa-Y siento
que aún tengo más…
De eso se trata.-Aoi le guiñó un ojo.
Acarició el pene de su amigo para limpiar los restos de
semen que pudiera haber. Hagane aprovechó este acercamiento para agarrar el
pene de Aoi y estimularlo con una maniobra masturbatoria tradicional.
¿Te molesta?-preguntó con cierta reticencia.
No, tranquilo.-respondió Aoi-Me masturbo así muy
frecuentemente. Como mi fimosis ha sido siempre tan restrictiva, nunca he
tenido riesgo de que el prepucio se estire más de la cuenta en un movimiento.
Lo estás haciendo muy bien, me gusta mucho, gracias.
Hagane estuvo un rato más jugando con el pene de Aoi entre
sus manos: lo movía, lo masajeaba, lo acariciaba y jugaba con el prepucio, así
como con el resquicio visible del glande. Pasados algunos minutos, Aoi le quitó
su pene de las manos con una sonrisa muy pícara.
¿Has descansado lo suficiente?-preguntó Aoi-El segundo
orgasmo que te quiero dar va a ser con la boca. Ponte cómodo, ¿de acuerdo?
El otro joven asintió con la cabeza. Volvió a recostarse
hacia atrás y separó las piernas, dejando un espacio lo suficientemente amplio
y cómodo como para que Aoi pudiera estar encima lamiendo su pene.
Quiero probar esa polla tan húmeda y fragante.-dijo Aoi, ya
presa de su lado más sexual-Si sabe tan bien como huele, ten por seguro que vas
a soltar tal chorro que perforarás el techo.
¡Qué efusivo te has vuelto!-se sorprendió Hagane mientras
Aoi se acomodaba-¡Me gusta mucho esta faceta tuya!
Más te va a gustar lo que voy a hacerte.-respondió Aoi.
El delgado y pálido joven comenzó a lamer el pene de Hagane
desde la base hasta el extremo. Su lengua recorría cada pulgada de aquel falo,
haciendo especial hincapié en las curvas que separaban los cuerpos cavernosos
del cuerpo esponjoso y en la zona superior de la base, la que quedaba debajo
del abdomen. Al completar una subida, introducía todo el pene en su boca y
bajaba como si se lo fuera a tragar, sacándoselo de la boca al llegar al final
e iniciando una nueva subida con la lengua.
¿Esto es una garganta
profunda?-se preguntaba Hagane entre sus pensamientos-¡No me puedo creer esto! ¡Es espectacular!
Exquisito.-calificó Aoi a mitad de aquella erótica práctica
con un reguero de saliva cayendo de las comisuras de sus labios-No importa
cuánto líquido preseminal absorba y beba, no para de salir más, ¡fascinante!
Como se suele decir: “¡Me encanta que te encante!”-exclamó
Hagane en medio de la neblina de placer que lo rodeaba-No sé cómo puedes hacer
eso con tu garganta, pero hazlo todo lo que quieras o puedas.
Después de hacérselo a
Rito, creo que puedo con cualquiera…-pensaba Aoi -…fue un entrenamiento estupendo.
Oye…-dijo Hagane algo pensativo-… ¿puedo hacértelo yo a ti a
la vez? Me abre el apetito ver tu pedazo de herramienta tan dura y tan sola,
¿sabes?
Aoi no podía hablar con la boca llena, así que, a modo de
respuesta, giró su cuerpo dejando su pene a una distancia de Hagane tal que podía
introducírselo en la boca sin problemas. Sin dudarlo ni un segundo, el chico
empezó a devolverle el favor a su amigo.
Shirubei no tenía
fimosis, pero lo voy a hacer igual que con él.-pensó Hagane-Si a él le gustó, imagino que a Aoi también.
Mientras Aoi le hacía maniobras de succión muy placenteras
en el pene a Hagane, éste le correspondía agarrándole el pene con los labios y
lamiendo la parte que quedaba entre ellos, deslizando la boca hacia los lados
para cubrir todos los tramos. La zona del extremo la trabajó con especial
ahínco, notando la estrechez de su prepucio al intentar empujarlo con su
lengua. En estos movimientos, su lengua le rozaba el glande y hacía que Aoi
sintiera pequeños espasmos.
¡Para, por favor!-pidió Aoi-¡Déjame un momento a mí!
Sin cuestionar a su amigo, Hagane obedeció. Aoi cambió su
posición para que su pene fuese inaccesible y continuó con la felación en
solitario. Puso la punta de su lengua en el frenillo y tiró del prepucio hacia
arriba, cubriendo su lengua y el glande, dejando ambos en continuo contacto.
Desde esta posición, comenzó a hacer movimientos circulares con la lengua.
¡UAAAAAHHH!-gemía Hagane-¡JO-DER!
En un arrebato de pura lujuria, el excitado Hagane se llevó
las manos a la cabeza y, de manera espasmódica, arqueó su cuerpo hacia arriba.
De sus ojos resbalaban algunas lágrimas de placer. Sin poder evitarlo, eyaculó
en la boca de Aoi.
¡Mierda, tío, lo siento!-Hagane volvió en sí y se mostró
preocupado-¿Estás bien?
Aoi bebió el semen de su amigo y se incorporó, quedando
ambos mirándose.
Perfectamente.-respondió Aoi con una sonrisa-¿Lo has
disfrutado?
¡Ha sido la hostia!-gritó Hagane-¡Menudo chorro! Joder, qué
pedazo de orgasmo, en serio, ¡menuda mamada!
Tú también lo has hecho muy bien.-contestó Aoi agitando su
pene húmedo y erecto con una mano-Me ha gustado mucho cómo me lo has hecho… te
pediría más, pero te necesito para otra cosa, ¿sabes?
Bueno…-se excusó Hagane con un tono febril.
¿Qué te pasa?-Aoi se sorprendió-¿Te estás poniendo enfermo?
No, no exactamente.-explicó Hagane tratando de tranquilizar
a su amigo-Estoy muy rojo, ¿verdad? Me noto demasiado caliente, demasiado
incluso para lo que estamos haciendo…
Hagane tenía el rostro muy enrojecido. Instintivamente,
agarró su pene, aún erecto, con las dos manos. De manera inexplicable, de dicha
parte de su cuerpo brotó un caudaloso y pesado chorro de líquido preseminal.
Mierda…-se quejó-…ahora no, por favor...
No pasa nada.-respondió Aoi encogiéndose de hombros-Mojarse
es sano y natural. Huele muy dulce, creo que lo probaré.
¡No!-exclamó Hagane-¡Ahora no! ¡Ese líquido es…
El chico dejó de hablar al ver que Aoi había cogido un poco
con los dedos y lo había dejado caer lascivamente dentro de su boca.
Inmediatamente, su rostro se puso colorado como el de Hagane.
Tengo mucho calor, Hagane.-dijo Aoi-¿Qué ha pasado?
Y más que vas a tener, hermano…-respondió Hagane-…por eso te
he dicho que no lo chuparas… no es líquido preseminal normal, se han juntado el
cansancio del ejercicio y dos orgasmos seguidos y, ¿sabes lo que ha pasado?
Pues que por un momento he perdido el control de mi poder… ¡de mi polla está
saliendo la droga afrodisíaca más potente que existe!
¿Éste es el Intô no
Jutsu?-preguntó Aoi entre delirios de placer-Sé que los poderes de un
Taimanin no son para jugar, pero no sé cómo explicarte lo cachondo que me
siento ahora y las ganas que tengo de que me folles como si quisieras hacerme
pedazos.
Acabas de explicármelo muy gráficamente. –respondió Hagane-¿Seguro
que no quieres que te lleve a la doctora Himehagi?
¿Con qué cara le explicamos que me has hechizado con tu
poder, CON UN PODER QUE SÓLO USAS PARA COMBATIR A LOS DEMONIOS, mientras
teníamos sexo entre nosotros?-Aoi atacó con sarcasmo-No, no, ¡de eso nada!
¡Ahora salimos de ésta por la puerta grande!
¿Seguro?-preguntó el otro chico con una sonrisa pícara-¡No
me contendré si me lo pides así!
¡Lo estoy deseando!-respondió Aoi-¡El tercer y último
orgasmo que quería regalarte era con mi cuerpo entero! ¡Es nuestro momento,
Hagane!
Hagane se acercó a Aoi gateando sensualmente. Éste se dejó
caer en el suelo y mostró la totalidad de su cuerpo a su amigo.
Ya que estás chorreando esa cosa tan cachonda, ¿por qué no
la aprovechamos?-preguntó-Unta mi cuerpo con tu hombría, hazme sentir tuyo, por
favor, aplaca la fiebre que me quema.
Hagane tomó con sus manos el líquido preseminal afrodisíaco
que había derramado y comenzó a darle un masaje a Aoi por todo el cuerpo con
él. La textura húmeda, el olor y la evaporación hacían que el chico se retorciera
de placer como nunca antes había hecho.
Mis fluidos corporales
son de por sí afrodisíacos en comparación con los de otro hombre…-pensó
Hagane-…y, cuando desato mi poder, lo son
todavía más. Vamos a gozar mucho hoy.
Aoi agarró a Hagane de los hombros y lo tumbó amablemente en
el suelo. Pretendía sentarse sobre su pene y rebotar hasta llevarlo al orgasmo,
aunque un calambre muy potente interrumpió su acción.
¡Ay!-se quejó-¿Qué ha pasado?
Estás temblando, Aoi.-dijo Hagane preocupado-¿Seguro que
estás bien con esto?
¡JAJAJAJAJA!-rió Aoi-¡Me ha pasado lo mismo que a ti! La
excitación de tu líquido ha hecho que mis poderes se descontrolen… ¡la
electricidad se está apoderando de mí!
El pene de Aoi se sacudió violentamente entre chispas
azules. La electricidad lo estimulaba como si todo su cuerpo fuese sujeto de
una masturbación a gran escala.
Si no zanjamos esto aquí y ahora, acabaremos
explotando.-dijo Aoi-¿Estás listo?
Cuando tú lo estés.-Hagane le guiñó un ojo.
Aoi agarró el pene de Hagane y recogió unos restos del
líquido preseminal con poder afrodisíaco. Los frotó en sus manos y se los untó
a su amigo por el rostro.
No funciona conmigo mismo.-explicó Hagane-Aunque no deja de
gustarme que me hagas eso, ¿sabes? Vamos a ver si con el tuyo se puede hacer.
Hagane tomó el pene de Aoi y lo apretó levemente, haciendo
que saliera líquido preseminal que no dudó en untarse por el cuerpo.
Hmmm…-se relamió Hagane-… qué suave…
Aoi se colocó encima de Hagane y buscó la penetración anal.
Sin apenas esfuerzo, el pene de su amigo atravesó su ano. Desde esta posición
tan placentera que hizo gemir a ambos, comenzó a mover todo su cuerpo hacia
arriba y hacia abajo.
¡AAAAAAAAAAAAAHHHH!-Hagane profería gemidos de placer-¡Me
encanta!
¡Fóllame!-pidió Aoi-¡Dame todo lo que tengas!
El cuerpo de Aoi comenzó a emitir electricidad. Hagane la
recibió a través de su pene y comenzó a sentir espasmos de placer en sincronía
con su amigo.
¡Joooooodeeeeeer!-gritaba Hagane-¡Esto es demasiado!
¿Te gusta?-preguntó Aoi entre jadeos.
¡Lo adoro!-exclamó Hagane-¡Voy a agarrártela! ¡No me
electrocutes!
Hagane cogió el pene de Aoi con las dos manos y comenzó a
masturbarlo con vigor. Cada pocos segundos, aquel delgado y alargado miembro
viril con fimosis emitía descargas eléctricas que estimulaban los receptores de
placer del otro chico.
¡Te voy a enseñar un ejercicio abdominal que te va a
encantar!-continuó Hagane-¡Para tu rutina!
El chico se dobló sobre sí mismo de tal forma que, mientras
penetraba a Aoi, alcanzó el pene de éste con la cabeza para poder lamerlo o
incluso succionarlo.
¡Bonito ejercicio!-lo elogió Aoi-¡Me lo apunto!
El pene de Aoi estimulaba la lengua de Hagane con pequeñas
descargas eléctricas. Ambos estaban a punto de estallar de placer. Tras un
largo rato, Hagane dejó de estimular oralmente el pene del otro joven y volvió
a apoyar la espalda en el suelo.
Quédate quieto, Aoi, voy a darte lo que querías.-pidió
Hagane.
Aoi bloqueó su cuerpo en la posición alta, dejando espacio a
Hagane para mover las caderas hacia arriba y hacia abajo, iniciando una
frenética y potente penetración.
¡ARGHHHH!-Aoi profirió un sonoro gemido-¡ME VOY!
Y, con éste…-contó Hagane-… ¡hacen tres!
Del prepucio de Aoi asomaron unas lágrimas transparentes de
líquido preseminal que comenzaron a gotear. Hagane retiró el pene del interior
de Aoi y eyaculó hacia arriba, manchando por completo a su amigo en medio de un
largo orgasmo que dio pie a varios chorros de semen.
¡Qué genialidad!-exclamó Aoi-¡Ya no puedo más!
La excitación y la electricidad de su cuerpo hicieron que
Aoi estallase. Una imponente masa de semen amenazó con salir, pero el prepucio
la amortiguó y acabó deslizándose rápida y pesadamente. No obstante, el primero
de los chorros sí que salió disparado hacia arriba, cayéndole a su dueño en el
hombro.
¿Has visto eso?-se sorprendió el chico mientras sonreía-¡Ha
salido volando!
¡Bien hecho, amigo!-lo halagó Hagane-¡Eso significa que
dentro de poco serás libre de las limitaciones de tu prepucio!
Los dos amigos chocaron los puños.
Ah, y perdona por lo de antes.-se disculpó Hagane-No
pretendía hacerte eso, ya sabes, ha sido un desliz.
¡Perdonado!-respondió Aoi con una sonrisa-En cualquier caso,
el orgasmo ha hecho que se me pase el calentón, así que ya he vuelto a la
normalidad.
Eso es porque ha sido un derrame involuntario.-explicó
Hagane con una sonrisa malvada-Si quisiera usar mi poder de verdad, la
enfermedad sexual te devoraría hasta límites insospechados.
Prefiero devorar lo que tienes entre las piernas otro
día.-dijo Aoi.
Repetimos cuando quieras.-respondió Hagane levantando el
pulgar-Aunque, de momento, sería bueno que limpiáramos todo esto y nos
duchásemos...
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