jueves, 9 de junio de 2016

[TY] Episodio 87: Jaques cruzados

TAIMANIN YAMIYUKI
Episodio 87: Jaques cruzados

¡Maldición!-bramó Kuritöö-¡Odiosos Taimanin, no os saldréis con la vuestra!

La científica chasqueó los dedos.  Automáticamente, los demonios que sujetaban a los soldados saltaron lejos de los Taimanin.

¡Nos los llevamos a nuestras instalaciones!-instó la doctora-Abriré un portal directo. Tengo un activador mágico para transportarnos sin tener que desandar el camino.

No vais a ir a ninguna parte.-Kongqe se adelantó, agarrando de nuevo sus pistolas gigantes del ejército-Me encargaré de que os quedéis quietecitos. Cuidad de Elizabeth, chicos: ¡nos la llevamos a darle un tratamiento médico!

Déjamela a mí.-pidió Rito-Creo que puedo sacarla de peligro aunque no tenga capacidad suficiente para curarla.

Kongqe asintió y se adelantó hacia Kuritöö. Le apuntó entonces con sus armas. Debajo de la chaqueta llevaba una malla corporal sin mangas de color amarillo, revelando e insinuando buena parte de su delgado y tonificado cuerpo.

¿Piensas plantarme batalla?-preguntó con sorna la demonio-¿Tú? ¿El que menos potencia destructiva tiene de todo el pelotón?

Qué mal has hecho en creerte absolutamente todo lo que dejaba que se “supiera” de mí, doctora.-respondió el Taimanin-No conoces mi verdadero potencial de combate e incluso aunque lo conocieras sigo prefiriendo derrotar a mis enemigos con el poder de la inteligencia.

Pues no debes de ser muy inteligente cuando te acercas de frente a alguien como yo.-replicó la Mazoku-Llevas las de perder en un uno contra uno.

Entonces déjame convertirlo en un dos contra uno.-dijo Inuhito acercándose a Kongqe asiendo fuertemente su aro cortante-Es una guarrada, pero no tan grande como la que habéis hecho esta noche.

¡Inuhito!-se sorprendió Kongqe.

Déjame ayudarte, por favor.-pidió el chico-Hace muchísimo tiempo que no combatimos juntos, pensaba que habías muerto de verdad, te hemos echado de menos y quiero participar en la derrota de la persona que erradicó el clan Yonekura.

Está bien.-asintió el mayor de los dos-Hagámoslo juntos.

¡Incautos!-les espetó la doctora sacando su metralleta-¡Voy a destrozaros con esta baratija humana!

La científica comenzó a disparar contra los dos Taimanin. Kongqe destrozó las balas disparando sus cristales de energía con las pistolas especiales del ejército.

Yo anularé la peligrosidad de su arma de fuego.-dijo Kongqe-¡Aprovecha para abatirla!

Inuhito asintió con la cabeza y se lanzó a por su archienemiga como una saeta. Trató de embestirla con una patada voladora, pero su pie se vio frenado en seco al chocar con el abdomen de ella, duro como una piedra. La doctora espiró, contrayendo su musculatura abdominal y atrapando en ella el pie del Taimanin. Acto seguido, tomó aire con vehemencia, hinchando la barriga y lanzando a Inuhito por los aires varios metros. Tras ello, volvió a concentrarse en Kongqe, cuyos cristales comenzaban a ganar terreno a las balas.

Ya sabes lo que le pasará a tu cuerpo si te alcanzan.-comentó el Taimanin observando su ráfaga de coloridos cristales energéticos.

Eso no sucederá.-respondió la científica-No he terminado de calentar todavía.

Quitó una de las manos de la metralleta y la convirtió en un larguísimo y pesado tentáculo con el que le saltó las pistolas de las manos a su contendiente. Tras ello, las agarró enroscando fuertemente el tentáculo y las apretó hasta romperlas sin dejar de disparar la metralleta con la otra mano.

¡Cuidado!-gritó Inuhito.

Inuhito agarró a Kongqe y lo apartó de la ráfaga de balas insuflándose a sí mismo un incremento de reflejos con su poder de percepción y reacción amplificadas.

Se acabaron las pistolitas.-anunció la científica-¿Qué vas a hacer sin ellas, espía pusilánime?

No necesito armas militares para progresar en un combate.-Kongqe se encogió de hombros-¡Soy un Taimanin!

Cómo se os llena la boca con vuestro propio nombre.-se quejó la científica mientras su mano volvía a la normalidad-¡Voy a tener que pediros que os calléis!

Guardó su metralleta y abrió las dos manos, convirtiendo sus diez dedos en tentáculos cortantes con los que comenzó a perseguir y atacar a Inuhito y a Kongqe.

¡Ya nos sabemos ese truco!-gruñó Inuhito.

Con el filo de su aro, comenzó a golpear las puntas de los tentáculos, alejándolos.

Veo que vais a tratar de retenerme aquí…-Kuritöö pensaba en voz alta-… ya veo. ¡Llevaos a los soldados, hombres!

Tras reconstruir sus manos humanas, la científica sacó una gema azul de su bolsillo y la lanzó hacia la nada. Explotó en medio de su vuelo y reveló un portal a las instalaciones demoníacas de Tigres Black.

¡Entrad en el portal!-ordenó-¡Tenemos que deshacernos de los soldados! Por orden de Tigres-sama, tienen que ser torturados y asesinados antes de que amanezca. ¡Vamos!

Los demonios comenzaron a moverse, pero los Taimanin se interpusieron raudamente en su camino.

¡No os dejaremos!-gritó amenazadoramente Yamiyuki-¡Vamos, equipo! ¡Es hora de liberar a los soldados!

¿Por qué queréis salvarnos?-preguntó Gordon, quien no podía quitarse las manos del abdomen.

No tienen que morir humanos por nuestro trabajo: sólo demonios.-dijo Yamiyuki-Estamos hartos de repetirlo.

¡La sargento Phoenix y Púrpura están muertos!-intervino Émile, que estaba muy falto de fuerzas.

Púrpura ha tenido un accidente con un arma explosiva.-respondió Yamiyuki antes de que Shiena se incomodase-No hemos causado su muerte.

Y, ¿qué hay de la sargento?-terció James.

Ha sido la excepción.-respondió Kuroageha-Asumo la responsabilidad. Me la he cargado yo. Se la debía.

¡No os entretengáis y llevaos a los soldados a través del portal!-gritó Kuritöö mientras forcejeaba con Kongqe e Inuhito-¡Dad esquinazo a los Taimanin!

Los captores de los soldados comenzaron a esquivar a los Taimanin, dirigiéndose hacia el portal.

¡Qué ridículo final!-protestó Grant.

¡NO!-gruñó Margaret-¡No es el final, hombres!

¡Teniente!-exclamó Christian-¿Se encuentra bien?

Ninguno lo estamos.-respondió la mujer-Pero no podemos quedarnos de brazos cruzados. Tenemos que hacer acopio de nuestras últimas fuerzas. ¡Hombres, resistid! ¡Es una orden!

¡SEÑORA, SÍ, SEÑORA!-gritaron todos los soldados a coro.

Comenzaron a forcejear para tratar de salvarse de los demonios. Los Taimanin trataron de ayudarlos, pero los Mazoku comenzaron a moverse muy rápido para evitarlo. Tras un forcejeo mantenido, Margaret consiguió librarse de su captor de una patada, saltando hacia tierra firme.

¡Liberaos vosotros también!-ordenó la teniente-¡Yo misma os ayudaré!

¡Se ha zafado de los demonios!-exclamó Yamiyuki-¡Es nuestra oportunidad!

La atrapamos, ¿verdad?-preguntó Rito con Elizabeth en brazos.

En efecto.-terció Kuroageha-¡Seika, aprehéndela, corre!

Seika saltó hacia Margaret, la agarró con fuerza y la inmovilizó, llevándosela al lado de los Taimanin.

¡Soltadme!-gruñó la teniente-¿Qué pretendéis?

De nada.-le espetó Kuroageha-Te estamos salvando la vida.

Seguro que vuestro objetivo no es tan altruista.-respondió siseando la soldado.

Como si os merecierais algo así después de la guerra que nos habéis dado.-intervino Shirubei con una sonrisa.

¡Teniente!-oyó Margaret que gritaba uno de los soldados.

¡Ya estáis cerca del portal!-chilló Kuritöö-¡Vamos, llevaos a los hombres!

¡No os lo permitiremos!-gritó Inuhito-¡YAAAAAAAAAAAAH!

¡Ningún humano volverá a sufrir por vuestra culpa, demonios inmundos!-añadió Kongqe-¡HAAAAAH!

Los dos Taimanin se lanzaron una vez más contra la científica demoníaca, quien esta vez los repelió con una brutal patada, tras lo cual saltó hacia el portal mágico mientras disparaba con su metralleta para que no se le acercaran.

¡Os espero dentro, mis subordinados!-exclamó la doctora antes de esfumarse a través del portal.

Burlando los ataques de los Taimanin, los Mazoku se llevaron a los soldados y les hicieron atravesar el portal, que comenzó a cerrarse.

¡Mierda!-gruñó Kuroageha-¡Se los llevan!

Tenemos a su teniente.-respondió Yamiyuki tratando de poner calma-Vamos a saltar al portal antes de que se cierre y vamos a recuperar a sus soldados. No les quedará más remedio que escucharnos si quieren que no le pase nada.

¡Lo sabía!-gruñó Margaret.

Tarde o temprano te darás cuenta de que te estamos haciendo un favor.-la calló Kuroageha-¿Quiénes van a saltar?

Nosotros seis.-respondió Yamiyuki en nombre de su equipo-Equipo Kuroageha, os pido por favor que cuidéis de Elizabeth y retengáis a la teniente Margaret Johnson.

Rito dejó a Elizabeth en brazos de Kongqe, tras lo cual se acercó a Shirubei, Hagane, Aoi y Yamiyuki. Inuhito, que estaba cerca de Kongqe, también se acercó al resto del equipo.

Volveremos pronto.-dijo Yamiyuki-¡Esperadnos!

Kuroageha, Kongqe, Seika, Shiena y Veena asintieron. Los seis Taimanin del equipo Yamiyuki desaparecieron en el portal antes de que éste se cerrara. James, Grant, Émile, Leon, Christian, Gordon y Andrei habían sido capturados por los demonios y tenían que ser salvados para cumplir los fines estratégicos del bando de Gokuruma.

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