lunes, 15 de junio de 2015

[TY] Episodio 58: Ataque de mariposa y león

TAIMANIN YAMIYUKI
Episodio 58: Ataque de mariposa y león

Vega surcaba las aguas a toda velocidad con su bañera motorizada. Hasta cierto punto, podía seguir el rastro de Philell. No era por su olor ni por ninguna otra información organoléptica, sino por una función más sobrenatural, una especie de telepatía que las criaturas de las aguas poseían y podían ejercer entre sí. Valiéndose de este poder, la guerrera nereida podía sentir de una manera lo suficientemente nítida la presencia de su amigo y podía mantenerse informada en todo momento de si se acercaba a él o se alejaba.

Philell…-pensó Vega-…que no te hayan hecho nada. Juro que voy a cagarme en las entrañas de los hijos de puta que se hayan atrevido a hacerte daño. Y, por favor, espero que Uro y tú estéis juntos ahora mismo… sois importantes, muy importantes… para mí y para nuestra lucha…

Tras un viaje que a la mujer Mazoku le pareció eterno, comenzaba a vislumbrarse tierra en el horizonte. Gracias a su bañera y al contenido de la misma, Vega podía desplazarse por todo tipo de suelos. Intuía que sus enemigos estarían en tierra firme, pues, según las descripciones de Kishiria, ninguno era un guerrero acuático. Humanos, máquinas, un fuego fatuo, un elfo… aquel elenco de perseguidores no tenía motivos para permanecer en el agua, y menos si en sus mentes había un mínimo de pensamiento estratégico: con Vega en primera línea de batalla, estar cerca del agua les supondría una gran lista de desventajas tácticas.

Cuanto más me acerco a tierra firme, más intensamente siento la presencia del lumbreras.-Vega no paraba de cavilar-Voy a salvaros, tíos… voy a salvaros el culo.

En el cielo comenzaron a vislumbrarse lo que parecían máquinas voladoras.

¡Mierda!-exclamó Vega saliendo súbitamente de sus pensamientos-¡Tengo una vista muy aguda y desde aquí distingo que esas cosas no son aves de ningún tipo! ¡Son esos molestos artefactos humanos! Si vienen hacia mí y me descubren… estaré jodida… así que… tendré que adelantarme…

La hermosa y letal mujer tomó aire y se preparó para regurgitar. De su boca salió un brillante y verdoso chorro de ácido que impactó contra uno de los drones voladores, reduciéndolo a una voluta de humo.

¡Bien!-exclamó apretando el puño- ¡Uno menos!

Uno tras otro, los drones fueron cayendo ante los extremadamente corrosivos ácidos de la demonio. Seguía sin saber si había logrado evitar que la detectasen, pues no conocía el rango de operación de aquellas máquinas, pero el viaje terminaría mejor sin ellas poniéndola de mal humor.

¡Tierra firme!-gritó la nereida -¡Chicos, voy a ayudaros!

No vas a ayudar a nadie, farsante.-la sorprendió una voz femenina.

Kaiya estaba allí. La mujer demonio con la que Nioiko había pactado había salido al paso de Vega. Sujetaba algo con sus manos, pero lo llevaba oculto detrás de su cuerpo.

¿Quién coño eres tú?-le espetó Vega-¡No tengo tiempo para jugar con terceras personas! ¡Tengo que salvar al lumbreras y a su chico!

Eres muy malhablada…-dijo Kaiya con seriedad-…pero no me importa. Estoy algo contenta. Esas máquinas han acertado… todo un logro. Nunca había trabajado con tecnología humana…

¡MIERDA!-bramó la nereida-Con lo que me había esforzado para cargármelas…

Los drones te han detectado igualmente, farsante.-le respondió su enemiga-Han enviado señales de alerta y nos han permitido… venir a darte la bienvenida.

Me importa una mierda si me han detectado o no.-respondió con bravuconería la demonio acuática-He venido con un cometido y voy a cumplirlo. Ah, y deja de llamarme “farsante”. No me conoces.

He sido informada de vuestra falsa operación para integrar a la humanidad y al reino demoníaco.-comentó la mujer-Trabajáis para Tigres Black en secreto, ¿verdad?

¿Qué cojones me estás contando, niña demente?-preguntó Vega furibunda-¡Te han lavado el puto cerebro! ¡Te la han jugado!

¡NO!-bramó Kaiya-Sois vosotros los que queréis lavarnos el cerebro a todos. Eres la única farsante que queda libre… y voy a encargarme personalmente de eso.

Ah, ¿sí?-la provocó la nereida apretando los puños-Ya veremos cómo lo haces… ¡PREPÁRATE! ¡VOY A MACHACARTE ESA CARA BONITA!

Je…-rió Kaiya.

El objeto desconocido que la Mazoku llevaba en las manos y detrás de su espalda tenía al menos un botón: un botón que su dueña pulsó. Se escuchó un sonido tenue y, acto seguido, el agua de la bañera de Vega comenzó a salir, arremolinándose alrededor de la cadera de Kaiya.

¡NO!-gritó Vega-¡Hija de puta! ¡TRAMPOSA! ¡ZORRA! ¡TE MATARÉ! ¡JURO QUE TE MATARÉ!

La nereida se vio en un gran apuro: si su cola no estaba mojada continuamente, perdía todas sus capacidades y se debilitaba rápidamente. Estaba muy enfurecida y gritaba todo tipo de insultos y amenazas hacia Kaiya, pues, en el fondo, sabía lo que pasaría: en cuestión de unos instantes perdería el conocimiento y, tras ello, moriría sin ser consciente de ello.

Agua…-balbuceó la mujer de cabello rosa casi sin voz.

Sus ojos se cerraban por momentos. Lo último que alcanzó a ver fue la figura de un hombre cuya voz escuchó. Dijo “Buen trabajo.” y, probablemente, algo más…algo de lo que no pudo enterarse porque, finalmente, se desmayó.

. . .

¿Conocéis los casos de corrupción que hay entre los Taimanin?-Vega oyó la voz que había escuchado antes de perder el conocimiento.

Abrió los ojos. Se encontraba agarrada del techo de una jaula por una enorme pinza metálica que la sostenía a una altura tal que hacía que la punta de su cola cayese sobre un barreño con agua. No moriría, pero tampoco podría moverse con fuerza.  Clavó su mirada en el origen de aquella voz. A través de los barrotes de la jaula podía ver que estaban sentados en una mesa el hombre al que vio antes de desmayarse, la mujer que le quitó el agua, un elfo oscuro, un fuego fatuo, otro hombre humano y lo que parecía un híbrido entre mujer humana y máquina. Las descripciones concordaban con las de Kishiria...

¿Corrupción?-preguntó Kaiya-¿Qué sucede con esa gente?

Hay un grupo que planea venderse a los Neo-Nómadas.-dijo Nioiko-Aunque no seáis aliados de los Taimanin, pienso que su labor os favorece. Si los corruptos se venden a Tigres Black, todas las instalaciones de los ADN, de los Taimanin, se verán expuestas y, probablemente, serán destruidas. Si eso pasa, no habrá ninguna fuerza que contenga a Black y que la distraiga de acabar con nuestra causa. Por eso…aunque suene a algo que no esperabais…tengo que pediros que me ayudéis a interceptar y derrotar a ese equipo de Taimanin corruptos.

Cada día me sorprendo más con lo bien que se me da mentir…-pensó Nioiko-…entre mi inspiración para decir mentiras nuevas cada día y la tecnología de lavado cerebral oculta a la que estoy exponiendo a estos peones sin que se den cuenta… mi plan va sobre ruedas. ¡JAJAJA!

Nioiko estaba haciendo algo que ni siquiera había contado a sus subordinados del cuartel general: estaba añadiendo drogas en todo lo que sus aliados consumían. No hacían ningún efecto apreciable a la vista…pero modificaban sus mentes de una manera tal que podrían creerse cualquier mentira contada por una persona en la que confiasen medianamente y, una vez pasada esa fase, creerían ciegamente en dicha mentira  incluso si la verdad se mostrase ante sus ojos. El juego sucio era su especialidad.

Tendremos que luchar contra ellos en ese caso.-asintió Remigio.

No me opongo.-Will se encogió de hombros.

¡Todo con tal de matarnos entre nosotros!-exclamó Engel.

Si tiene que ser así…-murmuró Kaiya.

Vega no daba crédito a lo que oía.

¡Vega!-susurró Philell-¡Estás despierta!

Por primera vez, la nereida miró a su alrededor, escrutando la jaula que la tenía cautiva. Dentro estaban Uro y Philell, despiertos e inmovilizados, como ella. Uro estaba encadenado y Philell estaba congelado hasta el cuello.

¡Chicos!-exclamó Vega-Lo siento…

No es culpa tuya.-Uro se unió a la conversación-Esta gente está sufriendo un lavado cerebral. Ese Nioiko juega muy sucio… espero que los Taimanin le den su merecido. Son nuestra única esperanza ahora mismo.

Los estáis oyendo, ¿no?-preguntó Vega-Quieren ir a por ellos…

Escuchad.-pidió Philell-Va a decir algo importante.

El equipo contra el que hay que luchar…-explicó Nioiko-…está formado por cuatro Taimanin, tres mujeres y un hombre, todos adolescentes menos una de las mujeres, que comanda el grupo.  No os dejéis llevar por su edad: son muy poderosos. Según mis redes de información, ahora mismo están cerca de aquí. Su tapadera es el cumplimiento de una misión, pero no pueden engañarme: sé que van al cuartel general de los Neo-Nómadas a sellar un pacto maldito.

. . .

Kuroageha dio el golpe de gracia a un nido de bestias demoníacas cortándolo por la mitad. La explosión derramó fluidos de varios colores.

Misión cumplida.-dijo Kuroageha girándose a sus compañeros-Seguro que en clase habéis visto estas cosas. Muchas bestias demoníacas se reproducen poniendo huevos…y el que hayan dejado estos nidos aquí da pie a pensar que alguna mente malintencionada quiere ganar terreno y usar a los monstruos para atacar. Esta misión ha sido sencilla porque los padres de estas criaturas que no van a nacer no han aparecido por el campo de batalla, pero es mejor que no os acostumbréis a ello: hemos tenido suerte.

¡Perfecto!-exclamó Shiena con una sonrisa-Ya no nacerán esas bestias amenazadoras. Es hora de irnos a casa, ¿no es así?

Eso creo…-respondió Seika-…ya no quedan más nidos, los hemos destruido todos y… ¡espera!

Seika miró a sus compañeros. Las miradas que le devolvieron le indicaron que lo que había sentido no eran imaginaciones suyas.

Lo habéis sentido, ¿verdad?-se atrevió a preguntar Veena.

Sí.-asintió Kuroageha-Se acercan demonios.  ¿Tal vez unos padres enfurecidos? En cualquier caso, se acercan desde varias direcciones, así que… ¡preparaos para entrar en combate!

Vienen muy rápido, ¿verdad?-preguntó Shiena-¿O me engañan mis sentidos?

Vienen DEMASIADO rápido.-corroboró Kuroageha-No sé qué están haciendo, pero…

¡Ahí están!-oyeron una voz masculina.

Miraron hacia arriba, hacia el lugar del que sentían que había llegado aquella voz. Vieron a alguien a quien no esperaban encontrar…

¡Es ese Nioiko!-exclamó Veena-¿Qué diablos está haciendo aquí? Y… ¡los Mazoku están detrás de él!

Je…-se sonrió Nioiko.

El joven líder en funciones de los Fuuma apuntó hacia el equipo de Kuroageha con la palma de una mano.

¡Ellos son los Taimanin a los que debemos derrotar para cumplir nuestra misión!-exclamó-¡Al ataque, compañeros!

¡Dividíos!-exclamó Kuroageha-¡Estamos muy juntos! ¡Podrían alcanzarnos a todos a la vez!

Demasiado tarde.-oyeron una voz masculina que salía de la nada.

Un demonio de piel gris apareció entre los cuatro Taimanin y conjuró un enorme aro de fuego azul violáceo que se extendió y los empujó con una potente explosión. Al recién llegado se acercó rodando sobre el suelo un elfo oscuro que se colocó espalda con espalda con él y comenzó a hacer girar un arma entre sus manos. Era un enorme mástil con dos hojas de espada, una en cada extremo. Acopladas a estas hojas había unas armas de fuego que no paraban de escupir balas mientras el dueño del arma hacía que girase, provocando como resultado una lluvia de munición sobre los guerreros ninja.

¡Mazoku!-exclamó Veena-¿Qué hacemos, Kuroageha?

Cargar contra ellos.-respondió la líder taimadamente-¡Vamos!

Veena trazó un enorme arco con su cimitarra tratando de golpear al elfo oscuro, que no dudó en chocar aceros con ella: una de las puntas de su arma interceptó la cimitarra, iniciando un forcejeo.

¡Este tipo es fuerte!-comentó Veena-¡Tal vez demasiado para la edad que parece tener!

¡Cuida tu lenguaje, niña!-exclamó Remigio mientras peleaba con la Taimanin.

Sí, lo que tú digas, vejestorio…-le espetó Veena-… ¡toma y calla!

La joven india extendió su cimitarra, que se fragmentó y tomó la forma y las funciones de un látigo: el arma de la Taimanin era una espada serpiente. Gracias a esto, el elfo oscuro tropezó por su propia fuerza y se llevó un corte en un pómulo de la hoja de la chica.

¡Hiyaaaah!-exclamó Veena.

Fue a lanzar una patada contra Remigio para abatirlo, pero éste no estaba acabado: la empujó con el mástil de su arma y la tiró al suelo. Tras esto, se preparó para ensartarla con una de las dos puntas.

¡Que te lo has creído!-exclamó Shiena apareciendo entre Veena y Remigio-¡YAAAAAAAAAAH!

Con una potente patada giratoria, Shiena repelió a Remigio, alejándolo de la chica que le gustaba.

¡Prepárate para saborear mis piernas mágicas!-exclamó Shiena-¡No vas a tocar a Veena, y menos delante de mí!

Remigio lanzó una estocada contra Shiena, pero éste desplegó su urumi y la paró. Acto seguido, acortó distancias y le estampó un fuerte rodillazo en el pecho.

¡Eres muy lento!-exclamó Shiena.

Buen movimiento, chico…-dijo Remigio-…recordaré tu nombre después de esta batalla… ¿cómo te llamas?

Para ti…-dijo el chico-…yo soy… ¡Taimanin Shiena, el hombre que va a derrotarte!

Me llamo Remigio.-dijo el hombre-No lo olvides en el Más Allá.

Cerca de aquella escaramuza, el hombre de piel gris parecía haberse encaprichado con Seika.

Eres una auténtica muñeca…-dijo Will-…no hay chicas con tanta carne como tú en el sitio donde vivo. Me llamo Will… ¿y tú?

Seika apuntó a la nuez del demonio con su lanza.

No te importa.-dijo la chica-No he venido aquí a hacer “amigos”, estoy trabajando.

Hazte la difícil…-dijo Will-… ¡caerás a mis pies tarde o temprano!

El fuego fatuo lanzó una llamarada similar a la que había disparado antes. Seika esquivó el chorro de fuego y trató de clavar su lanza en el abdomen de su enemigo, pero éste se teletransportó a su espalda.

Detrás de ti, bella dama…-dijo.

¡HAAAAH!-gritó Seika.

Giró sobre sí misma describiendo un arco completo con la lanza, pero el Mazoku volvió a escapársele: era muy esquivo.

Tendrás que hacerlo mejor…-intentó provocarla.

Desaparece.-susurró Seika.

Con gran agilidad y fuerza, Seika lanzó repetidas estocadas frontales contra Will, quien, como si estuviera bailando, esquivaba todos los impactos. La chica vio que lo que parecían unas tiras decorativas para el cabello que ese hombre llevaba comenzaban a tensarse y orientarse. Al terminar la orientación, vio que tenían tres orificios formando los vértices de un triángulo. Instintivamente, se apartó con ágiles volteretas hacia atrás: sus instintos no la traicionaron, pues aquellas tiras eran unos disparadores que tenían la velocidad de rifles de asalto militares. Para evitar la lluvia de balas, la Taimanin saltó hasta caer detrás de un muro medio derruido en el que pudo parapetarse. Desde allí, observó que las balas no eran como las de los militares humanos, sino que emitían el característico fuego azul de los Mazoku.

¡Voy a por ti, preciosa!-exclamó Will.

Una mano le tocó el hombro derecho por detrás. Se giró y fue sorprendido por un fugaz puño que le cruzó la cara y lo lanzó contra el suelo.

Te olvidabas de mí, me parece…-dijo Kuroageha mientras caminaba amenazadoramente hacia Will-…no me sorprendes nada, demonio de segunda. He matado a muchos peores que tú.

Y ahora te vas a dedicar a pagar tu deuda con ellos haciendo su trabajo sucio, ¿verdad?-preguntó Will mientras se levantaba.

No sé de qué narices estás hablando…-dijo Kuroageha encongiéndose de hombros-…pero no me importa. Un demonio que me ataca es un demonio muerto. En todos mis años como maestra coctelera no he conocido nada con la suficiente graduación como para hacerme pensar en trabajar para una escoria como la de vuestra calaña… oh, mierda, ¿qué hago contándote mi vida? Acabaré antes si te destrozo. ¡Prepárate!

Con una agilidad muy superior a la de Will, Kuroageha describió dos líneas deslizándose por el suelo con ágiles maniobras, formando un aspa en cuyo centro dejó a su enemigo, que se llevó dos profundos cortes gracias a las cuchillas de sus armas.

¿Es todo lo que tienes?-preguntó Kuroageha al ver la cara de sorpresa de Will-Qué ridículo…

La líder del equipo lanzó una patada alta, golpeando a Will en la cabeza y desestabilizándolo. Acto seguido, giró sobre sí misma e hizo que la voluminosa cola con forma de alas de mariposa de su vestido lo golpeara, tumbándolo contra el suelo.

Voy a verter el más cruel de los venenos sobre tus heridas…-dijo Kuroageha entre risas.

Le hizo un gesto a Seika para que se acercara. La chica obedeció y corrió con la lanza en vilo para asestar el golpe de gracia a Will.

Escucharon un aplauso.

¡Bravo!-aplaudió Nioiko-Se os da muy bien pelear cuando sois cuatro contra dos… ¿qué tal un cuatro contra cuatro? ¡Kaiya, Engel, a luchar!

Una mujer saltó desde una azotea e interceptó a Seika, parando su lanza. Paralelamente, un hombre rubio que parecía claramente humano apareció detrás de Remigio y agarró a Shiena y a Veena del cuello con una mano a cada uno, levantándolos del suelo.

Hazme…-dijo Shiena-…lo que quieras… pero… ¡deja a Veena!

¡HAAAAAH!-gritaron Seika y Veena a coro.

Sendas patadas fueron lanzadas contra la cara de aquel hombre, obligándolo a soltarlos. Se habían sincronizado perfectamente para golpearlo de manera simultánea.

La lanza de Seika se había quedado atascada en una cadena muy larga que aquella mujer sujetaba con las manos.

La propia fuerza se convierte en enemiga cuando la dirección así lo marca…-dijo con serenidad la recién llegada.

Sin apenas esfuerzo, Kaiya movió la cadena con sus manos, haciendo que Seika cediese.

No pienses que soy estúpida…-susurró Seika-…no me tienes cogida…

La Taimanin soltó la lanza y, con una ágil maniobra ninja, se esfumó. Apareció detrás de Kaiya y la sometió contra el suelo con una vehemente llave.

Mi fuerza es mía, y nunca será de nadie que quiera usarla para herirme a mí o a mis seres queridos.-dijo la joven Taimanin.

Quería que te matara ella…-dijo Kuroageha mirando a Will-…pero creo que está ocupada. Ya te mato yo…

Kuroageha disparó un dardo venenoso a la frente de Will, pero éste lo desvió fustigándolo con una de sus tiras disparadoras.

No estoy acabado, princesa…-dijo Will con una sonrisa macabra.

¿Has terminado tu discurso?-le preguntó Kaiya a Seika desde el suelo.

El fuego fatuo lanzó una enorme bola de llamas que Kuroageha esquivó con facilidad. No obstante, la onda expansiva la barrió y la lanzó contra una fachada. Mientras tanto, Kaiya agitó su cadena, revelando lo que había en el extremo: una enorme bola maciza que cayó contra Seika, obligándola a romper su presa.

No lo hacen nada mal…-comentó Engel-…y ahora me toca a mí. ¡Lo de antes ha dolido! ¡Preparaos!

Aquel hombre ataviado con un traje militar llevaba unos puños americanos en las manos. Se disponía a atacar de muy cerca a Shiena y a Veena.

¡Alto ahí, majadero!-exclamó Shiena parando el primer puñetazo con la palma de una mano.

¿Majadero?-preguntó Engel-¿Por qué me dices eso?

Porque tienes cara de loco.-respondió el chico-Y porque hay que estar loco para aliarse con ese tipo.

Me prometió que podría salirme con la mía…-dijo Engel-… sólo quiero hacer dos cosas ahora mismo: ¡MATAR Y FOLLAR!

Como te decía…-dijo Shiena poniéndose serio-… ¡un puto loco! Veena, yo me encargo de este asqueroso, tú controla al elfo.

Engel demostró tener una velocidad que podía igualar a la de Shiena en algunos momentos, aunque el Taimanin seguía siendo, en promedio, mucho más veloz y esquivo. Mientras intercambiaban puñetazos y patadas, Veena se puso en guardia y encaró a Remigio de nuevo.

Parece mentira que unos guerreros como vosotros queráis tirar vuestra vida así…-dijo el anciano.

¿De qué hablas?-preguntó Veena-¡Es nuestro trabajo acabar con los demonios que corrompen la paz! ¡Somos Taimanin! ¡Aliados de la justicia! ¡No tiramos nuestra vida! ¡Luchar por un mundo mejor hace que cada segundo de nuestras vidas merezca la pena! Ah, y… una cosa más: ¡no tenéis ningún derecho a opinar sobre nuestras vidas cuando nos habéis atacado de manera gratuita!

Veena lanzó una vehemente estocada contra el elfo, pero éste la paró con una de las puntas de su arma.

Suenas convincente, chica…-dijo-…mientes muy bien.

¿Que miento?-preguntó Veena-Oye, no entiendo nada, pero, ¿sabes qué? ¡Fuera de mi camino!

Demostrando sus dotes de gimnasta, Veena, rodeó a Remigio con volteretas, evitando ser golpeada por su enorme arma y haciendo que se marease temporalmente. En el momento en el que vio una apertura en su más que notable maniobra de lucha, la joven se lanzó al ataque y logró hacer un corte en el costado del hombre.

Creo que el tajo que te acabas de llevar no es ninguna mentira…-dijo Veena-…no sé qué crímenes has cometido… ni siquiera sé si has cometido alguno, pero… si seguís así… tendremos que mataros a todos.

Eso implica que te importa una mierda tu amiguito…-Veena escuchó una voz con acento alemán detrás de ella.

Se giró y vio a Engel estrangulando a Shiena con un hilo metálico que le había enroscado en el cuello.

Agh…-boqueaba Shiena-…maldi…maldición…

¡Piérdete!-exclamó Veena.

Con fuerza, la chica pateó la cabeza del militar y le obligó a soltar a Shiena. Por desgracia para ella, esto le dio tiempo a Remigio para agarrarla y apretarla contra el suelo con una fortísima llave.

¡Suéltame!-exclamó Veena mientras intentaba patear a Remigio, pues tenía los brazos inmovilizados por él.

Seika estaba contemplando aquella escena. Kaiya había conseguido encadenarla a un poste y la estaba apretando fuertemente con la constricción de su cadena, pero no sabía el poder que tenía la Taimanin.

Ninpô – Kinton no Jutsu!-exclamó Seika.
(¡Arte ninja de los metales!)

Como si fueran una masa de aire, Seika atravesó las cadenas, que permanecieron intactas y atadas al poste. Tras esto, sacó un manojo de shuriken y los lanzó contra Engel, dándole a Shiena una oportunidad para cargar de nuevo contra él. Acto seguido, agarró su lanza y la tiró contra Remigio, clavándosela en un pie y permitiéndole a Veena liberarse.

¡Bien hecho, Seika!-exclamó Kuroageha.

Así que Seika…-dijo Will-…bonito nombre.

Hazme un favor y muérete ya.-dijo Kuroageha clavando sus dedos índice y corazón de la mano derecha en el cuello del Mazoku.

Agh…-gimoteó el fuego fatuo.

¡YIAAAAAAH!-exclamó Kuroageha.

La joven subió su brazo hasta colocarlo por encima de la cabeza de Will y luego lo bajó, golpeando la nuca del demonio con la palma de su mano y continuando la bajada hasta estampar su cabeza contra el suelo.

¡Ya es suficiente!-exclamó Kaiya-¡Hemos jugado bastante con ellos! ¡Vamos a aplastarlos!

Kaiya blandió su bola a través de la cadena de la que pendía y lanzó un demoledor latigazo que lanzó por los aires a los cuatro Taimanin.

¡Vamos a matarlos antes de que traigan la desgracia sobre los Mazoku!-exclamó la joven.

Will convocó un pilar ascendente de llamas que amenazaba con embestir a los Taimanin en su subida. Remigio alimentó el ataque con una sarta ascendente de balas y Engel preparó una malla de hilo metálico con la que pretendía cortarlos en pedazos gracias al empuje del pilar de fuego.

¡Vamos a estar jodidos si no hacemos algo con eso!-exclamó Kuroageha-Ninpô – Ototon no Jutsu!
(¡Arte ninja del sonido!)

Kuroageha emitió un pitido muy estridente con su flauta. Las ondas sonoras empujaron las balas y el fuego hacia abajo hasta que, finalmente, el fuego se deshizo y las balas cayeron al suelo. De este modo, los Taimanin pudieron apoyarse en los elementos estructurales que encontraron a lo largo de su ascenso para volver al suelo.

¡Contraataquemos!-exclamó Veena-¡Que vuelen ellos esta vez! Ninpô – Sumi no Jutsu!
(¡Arte ninja de la tinta!)

Veena alzó su cimitarra y convocó un enorme tornado de tinta negra. Remigio, Kaiya, Engel y Will fueron propulsados hacia arriba. En la tinta había ocultas partículas metálicas punzantes y cortantes.

Ninpô – Dokuton no Jutsu!-se sumó Kuroageha.
(¡Arte ninja del veneno!)

Unas vetas de líquido tóxico treparon por el pilar de tinta, atrapando a los enemigos como si fueran ataduras.

¡Seika!-exclamó Kuroageha-¡Haz lo que ya sabes!

¡Sí!-asintió la musculosa joven-Ninpô – Kinton no Jutsu!
(¡Arte ninja de los metales!)

Desde su posición, Seika invocó un chorro de piezas metálicas con forma de pájaros cortantes que se introdujeron en el tornado negro y violeta y le dieron un matiz plateado.

Si me prometéis que ninguno de vuestros poderes me matará…-dijo Shiena con una sonrisa-…bailaré para vosotras.

Seika, Veena y Kuroageha miraron a Shiena y, con una media sonrisa, asintieron.

¡A patear culos de demonios!-exclamó el único miembro masculino del grupo-¡Sentid mi danza!

Shiena saltó con gran potencia y dejó clara la portentosa capacidad de sus músculos: sus piernas, muy fornidas a pesar de su delgadez, le permitieron alcanzar una altura tal que pudo colarse en el ojo del huracán.

Ninpô – Mai no Jutsu! Suzumebachi no Butai!-exclamó Shiena.
(¡Arte ninja de la danza! ¡Baile de la Avispa!)

Las piernas de Shiena se cargaron con una gran cantidad de una energía de color verdoso. Comenzó a girar en sentido contrario al tornado de tinta, lanzando chispas, rayos y ondas cortantes con sus patadas. Los giros en sentido contrario hicieron que se causara una explosión de gran fuerza que hizo que los cuatro enemigos cayeran al suelo extenuados mientras el chico caía de pie.

Vaya, vaya…-dijo Nioiko desde la azotea en la que observaba el combate-… no puedo dejaros solos… ¿qué tal un seis contra cuatro?

Nioiko saltó al campo de batalla acompañado de Elizabeth, que se hallaba oculta detrás de una columna. Los otros cuatro se levantaron y se dispusieron a plantar cara  de nuevo a los Taimanin.

¿Siguen vivos?-se sorprendió Kuroageha-Qué tenaces…

¡No hay descanso para combatir a traidores!-exclamó Nioiko-¡A LA CARGA DE NUEVO!

Elizabeth comenzó a ponerles las cosas difíciles a los Taimanin con sus tentáculos electrónicos. Nioiko desplegó su cola láser y se preparó para contraatacar a cualquiera que pudiera acercársele.

¡Esto empieza a ponerse feo!-exclamó Veena-¿Nos los vamos a cargar a todos?

Sería lo mejor…-dijo Kuroageha-…pero no sé si vamos a poder…

Seika trató de acercarse a Elizabeth para parar el aluvión de ataques de tentáculos. Con la elevada masa y la gran fuerza de aquella androide, sólo ella podría hacerle frente. Shiena también era musculoso y fuerte, pero no tanto como su prima mayor: él tenía un entrenamiento más dado a la flexibilidad, a la agilidad y a la velocidad. Cuando parecía que podía iniciarse un forcejeo capaz de girar las tornas, la joven Taimanin recibió un latigazo de la cola de Nioiko, dándole a Elizabeth la oportunidad de propulsarla de una patada.

¡Seika!-exclamó Shiena poniéndose en la trayectoria de su prima e interceptándola con sus brazos-¿Estás bien?

Sí…-dijo Seika-…gracias…

Maldita sea…-murmuró Kuroageha-…esta gente está aguantando demasiado…

Así me gusta, que os retorzáis los sesos.-pensó Nioiko-Se me ha olvidado comentaros que las drogas que les estoy dando les quitan mucha sensibilidad al dolor de manera totalmente intencional por mi parte. Así los puedo explotar mejor. De no hacer eso, ya estarían muertos… como todos mis hombres por vuestra culpa. Esta vez voy a girar las tornas… voy a acabar con vosotros. Zhao Kuroageha, si te capturo… el Servicio de Inteligencia de los Taimanin se irá al traste y, además, podré atraer al endemoniado Yamiyuki Kuroi y a sus indeseables amigos.

¡Es hora del plato fuerte!-exclamó Will.

Alzó los brazos. El campo de batalla se pobló de unas criaturas esqueléticas que llevaban espadas y escudos.

¡Adelante, muertos, servidnos en nuestra empresa!-gritó el Mazoku.

¡MIERDA!-bramó Kuroageha-Sabía que los fuegos fatuos podían aprender a resucitar cuerpos muertos, pero no sabía que éste en concreto sabía hacerlo… creo que es hora de una retirada estratégica, equipo.

¡A la orden!-exclamaron a la vez Seika, Shiena y Veena.

Eso no será necesario.-dijo una voz masculina muy familiar que emergió de la nada.

¿Seis contra cuatro?-preguntó otra voz, también familiar-¡Eso es trampa!

Les vamos a dar de su propia medicina…-dijo una tercera voz.

Sí…-dijo una cuarta voz-…hagámosles la misma jugada…

¿En un diez contra seis, por ejemplo?-preguntó una quinta voz.

¡Me parece maravilloso!-respondió una sexta voz.

Los esqueletos estallaron en llamas, en unas hermosas y rojas llamas que los consumieron. De entre el fuego salieron Yamiyuki, Shirubei, Inuhito, Hagane, Rito y Aoi.

Ahora somos diez…-dijo Yamiyuki-…contando a vuestros esqueletos, vosotros sois cientos, pero, si calculamos por cuántos de vosotros valemos cada uno de nosotros… ¡SOMOS MILES! ¡Equipo Yamiyuki, al ataque!

No hay comentarios:

Publicar un comentario