miércoles, 24 de junio de 2015

[TY] Episodio 61: Trío de ases

TAIMANIN YAMIYUKI
Episodio 61: Trío de ases

TAIMANIN YAMIYUKI
Episodio 61: Trío de ases
Sin muchos esfuerzos, los Taimanin lograron despachar a los mercenarios que los habían interceptado. A pesar de que habían tenido una pelea contra militantes de los Mazoku y que en cualquier pelea podía haber riesgos graves, el menor de sus problemas era el conflicto armado, pues se encontraban en unas instalaciones cuya extensión total desconocían y dentro de la cual no se sabían ubicar correctamente por no disponer de ningún tipo de mapeado.

La vez anterior tuvimos suerte porque la salida estaba cerca…-comentó Aoi-…pero no sé hasta qué punto vamos a ser afortunados en estos momentos… hay pasillos, puertas, ascensores y escaleras por todas partes… sin contar todo el personal hostil que puebla el edificio y que no sabemos dónde puede estar ni cómo se reparte… ¿qué hacemos?

En momentos como éste, lo más inmediato sería pensar en separarnos, pero esta vez no lo veo así… -comentó Rito- … y creo que vosotros tampoco lo consideráis ahora mismo, ¿me equivoco?

No, no te equivocas.-respondió Yamiyuki-No queremos que se repita lo que pasó cuando Belladonna estaba al mando, ¿verdad?

Los seis chicos recordaron fugazmente los difíciles días que pasaron: obligados a separarse, viéndose amenazados de muerte por generales de alto rango de los Neo-Nómadas, sometidos a tortura… fue una época muy difícil en la que lo pasaron realmente mal, por lo que en aquel momento preferían estar juntos y perderse a separarse y sufrir un ataque similar.

Eso es cierto.-terció Inuhito-Si nos pillan, que nos pillen a los seis y que intenten derrotarnos a todos a la vez… a ver qué tal se les da.

Vale, entonces lo tenemos claro: vayamos hacia donde vayamos, lo haremos juntos.-intervino Hagane-Ahora sólo tenemos que decidir qué vamos a hacer exactamente. Gracias al escrutinio de Inuhito, sabemos en qué dirección y sentido está moviéndose Tigres Black, así que ahí hay una pista. Está claro que puede ser muy arriesgado perseguirla, pero lo que propongo no es que nos lancemos a su espalda… sino seguir su ruta desde lejos y de una manera algo inexacta. Lo que quiero decir es que, como Tigres es la más importante de este tinglado, sea lo que sea lo que vaya a hacer ahora será, seguramente, algo de vital importancia. Ir al mismo lugar que ella puede ser un suicidio, pero ir a uno cercano puede ser una revelación, ¿no creéis?

Suena coherente.-asintió Yamiyuki-Cuando no se tiene ni idea de qué hacer…lo primero con un mínimo de consistencia se eleva como la opción estrella. Hagamos lo que ha propuesto Hagane. Al fin y al cabo, vamos a acabar partiéndonos la cara con esa tiparraca tarde o temprano.

Los chicos asintieron y se lanzaron como flechas con sigilo y velocidad hacia la dirección en la que habían visto a la líder de los Neo-Nómadas. Bien era cierto que el pasillo en el que la habían visto estaba unas plantas por encima de ellos, pero tenían claro que encontrarían unas escaleras apropiadas.

Tras subir algunas plantas mediante distintos tramos de escaleras y acabar con algunas patrullas de vigilancia, los Taimanin llegaron a la altura en la que habían vislumbrado a su gran enemiga. Se encontraban en un pasillo muy ancho con varias ramificaciones en ambos laterales. Tanto la rama central, en la que se encontraban ellos, como las secundarias, estaban acristaladas por ambos lados, pudiendo verse otras partes del edificio a su través. De esta forma pudieron distinguir la zona en la que habían comenzado a explorar el lugar. Algunos de los sectores que habían atravesado les resultaban similares y ya alcanzaban a hacerse una imagen mental de la disposición de aquel enorme complejo, pero seguían sin saber hacia dónde había ido su objetivo.

Sé lo que estáis pensando…-dijo Inuhito rompiendo el silencio-…yo también lo pienso en parte, pero tengo un as en la manga. Es cierto que no sabemos hacia dónde narices ha ido esa bruja, pero no sólo tengo buenos sentidos, sino también buena memoria. El día que nos enfrentamos en la gruta olí su perfume… y lo memoricé. Voy a inhalar profundamente…y, si tenemos la suerte de que sea una mujer fiel a un único perfume, encontraremos el camino rápidamente.

El chico de ojos rojos y cabello blanco inhaló profundamente a la vez que cerraba los ojos. De no ser por el leve sonido que producía el aire rozando con sus paredes nasales, nadie habría imaginado que estaba llenando tanto de aire su cuerpo: su extrema delgadez y su abdomen deprimido eran tan marcados que aun llenándose de aire no parecía hincharse lo más mínimo. Sus ajustadísimas mallas naranjas emitían un brillo dorado muy vistoso que terminaba de dar una pesada y explosiva nota de extravagancia a su cuerpo. Tras inhalar, abrió los ojos mientras exhalaba. Sonrió pícaramente.

Es fiel a su perfume.-dijo-¡Seguidme!

Como un perro, Inuhito se colocó a cuatro patas. Irguió su espalda y alzó su cadera como si estuviera a punto de abalanzarse sobre algo. Comenzó a saltar hacia las paredes, impulsándose entre ellas y zigzagueando en el aire por los pasillos. Pese a los saltos y los empujes, el sonido que producía era nimio, inapreciable: su dominio del sigilo era portentoso. De cerca lo seguían sus cinco compañeros y amigos, corriendo como guepardos y con un sigilo que nada tenía que envidiar al de quien los guiaba. Tras describir unas cuantas curvas en el camino, llegaron a un notable ensanchamiento. Inuhito paró en seco.

Ahí está esa zorra…-susurró-…será mejor que no nos acerquemos más.

Vieron a Tigres de espaldas. Estaba hablando con cuatro individuos muy familiares: Benibatsu, el traidor de los Taimanin, Kuritöö, la científica más eminente de los Neo-Nómadas, Layla, la sargento enviada desde Estados Unidos y Margaret, la teniente enviada desde el mismo país que la anterior. Tal cual eran las circunstancias en aquellos momentos, aquellos guerreros eran los cuatro grandes de los Neo-Nómadas, los generales más poderosos que trabajaban para Tigres Black aunque dos de ellas, las militares, no lo vieran como tal. De algún sitio que no alcanzaban a ver desde aquel ángulo, probablemente una puerta, llegó Braulio, el novio y prometido de Tigres. Se saludaron amorosamente y se rodearon mutuamente con un brazo. Detrás estaban los cuatro soldados de Margaret: Gordon, Púrpura, Andrei y Yellow Peacock.

¿De qué están hablando?-preguntó Shirubei susurrando.

De no sé qué reunión que van a celebrar dentro de un rato, creo.-respondió Inuhito, que trataba de captar la conversación con su oído sobrehumano.

Teniente Johnson…-dijo Púrpura alzando la voz a propósito-…hay alguien escuchándonos. ¿Puedo solicitar su permiso para interceptarlo?

Delgado, no es momento para interrupciones.-le espetó Margaret-Estamos en medio de una…

TAIMANIN.-dijo Púrpura-Los tenemos detrás. Casi puedo olerlos.

Tigres se giró y emitió una onda mágica de detección. Al barrer silenciosa y subrepticiamente a los Taimanin, avisó de su presencia a su emisora.

El soldado lleva razón, teniente.-dijo Tigres-Están aquí. Será mejor que cordialmente los saludemos con una cálida… exterminación.

Mierda.-dijo Inuhito-Nos han pillado.

Ese soplo de aire frío que acaba de pasar era un hechizo, ¿verdad?-preguntó Shirubei-Es la magia la que nos ha detectado.

Taimanin, no os escondáis, sabemos que habéis venido a invadirnos.-dijo Tigres con un hechizo que amplificaba su voz para no tener que gritar-Sois unos temerarios… y unos ignorantes. No sabéis que sois vulnerables a la omnisciencia de mi magia, ¿verdad?

No entréis a saco.-susurró Yamiyuki-Esperaremos a que salgan a por nosotros y les tenderemos una emboscada.

Escucharon el sonido de unos tacones recorriendo el pasillo. Los Taimanin se habían pegado al arco de aquel ensanchamiento del pasillo, de tal forma que no podían ser vistos desde la dirección y sentido que llevaban los enemigos. El sonido de los pasos les dio a entender que se trataba de una de las mujeres allí presentes.

No es Tigres, ¿verdad?-preguntó Rito-Yo no puedo olerla, pero creo que identificaría sus pasos.

No, no lo es.-dijo Inuhito-No huele a ella…no huele a demonio…y no huele a Layla Phoenix. Tiene que ser Margaret Johnson.

Cuando por fin vieron salir del pasillo a la persona que se acercaba, comprobaron que, en efecto, se trataba de Margaret, la teniente. Llevaba una regla en la mano derecha.

Qué culazo…-susurró Shirubei.

Calla, tío…-pidió Rito-…esas piernas son un delito y todos sabéis lo que pasa si me excito en una misión…

Te prometo que no me reiré si veo un lamparón enorme en medio de tus mallas…-dijo Shirubei-…a mí también me parece que está bastante buena…

Habla el que no se moja nunca.-respondió Rito-Cabrón… te voy a pillar un día. Bueno, ¿qué? ¿Atacamos?

Sí, joder…-dijo Shirubei-…quiero menear el esqueleto. Yamiyuki, ¿saltamos?

Al ataque.-dijo Yamiyuki.

Shirubei y Rito saltaron hacia la espalda de Margaret, pero se encontraron con dos barreras: las garras de Shirubei fueron paradas por un arma muy parecida detrás de la cual estaba Púrpura sonriendo como si hubiera enloquecido. Paralelamente, la maza de Rito fue parada por una lanceta pequeña pero rígida que era sostenida por la mano izquierda de Andrei.

¡Qué rápidos!-se sorprendió Aoi-¿Cuándo han aparecido?

No son los únicos ágiles.-dijo Hagane-¡Aoi, Inuhito, Yamiyuki, vamos!

Los cuatro Taimanin restantes se lanzaron a por los soldados recién llegados. Andrei saltó por encima de los hombros de Rito como si fuera un trapecio y tiró la lanceta contra el aro de Inuhito, desestabilizándolo. Acto seguido saltó a por Aoi, quien trató de defenderse lanzando cuatro shuriken…que fueron partidos por la mitad por cuatro bisturíes que tiró el soldado. En el otro lado, Yamiyuki y Hagane, que iban a por Púrpura, se llevaron una sorpresa. El estrambótico y sádico soldado iba armado con unas uñas postizas puntiagudas y brillantes de color morado con las que, a base de dar zarpazos al aire, creó unas ondas cortantes que desbancaron a los abanicos de Hagane, quien se había adelantado a Yamiyuki para tratar de protegerlo. El líder del equipo trató de cortar por la mitad al militar con la nodachi, pero éste se zafó tirándose en picado hacia el suelo.

Qué monstruos…-comentó Shirubei-…son frenéticos…

Son tres…-dijo Yamiyuki-…la mitad que nosotros. ¡Acabemos con ellos si tantas ganas de pelear tienen!

Los otros cinco asintieron. Shirubei, Rito y Hagane se lanzaron a por Margaret para inmovilizar por chantaje a los dos soldados que habían aparecido, pero una sombra negra avanzó cortando el aire hacia ellos y los lanzó por los aires con un fuerte puñetazo: el fornido y hábil Gordon Powers había aparecido para ayudar a sus compañeros de equipo.

¡Vaya hostia!-exclamó Hagane masajeándose la mandíbula-¡Ese tío es bueno!

Es de los míos…-dijo Rito al ver su musculatura-…le va el gimnasio… una pena que parezca un crío en comparación conmigo…

El joven de cabello verde apretó un puño y le enseñó su bíceps a Gordon en señal de reto.

Tener unos músculos más grandes que los míos no te va a asegurar la victoria…-dijo Gordon-…tengo más cartas en la mano para esta partida.

¿Crees que yo no?-Rito le guiñó un ojo-Veamos cómo baila ese cuerpazo de gimnasio, sudor y acero esta danza de sangre…

Rito se emociona cuando ve un cuerpo musculoso…-comentó Shirubei-… ¿qué le vamos a hacer? ¿No os digo que hoy se moja?

Hoy nos vamos a mojar todos…-dijo Rito apuntando a Gordon con su arma-… ¡con la sangre del enemigo!

¡Viene otro más!-exclamó Aoi al ver atravesar el pasillo a Yellow Peacock.

El espía avanzaba lenta, taimada y calmadamente. Detrás de él se disponían a avanzar Kuritöö y Benibatsu, pero Tigres les dio el alto.

¡Os quiero conmigo!-exclamó Tigres-¡Teniente Johnson, ordene a sus hombres mantener la posición y vuelva aquí!

Margaret apuntó con su regla a los Taimanin.

¡Hombres!-exclamó-¡Acabad con los Taimanin! ¡Me requieren en otro lugar!

¡SEÑORA, SÍ, SEÑORA!-exclamaron a coro los cuatro soldados.

Margaret volvió al lugar donde estaba Tigres.

Sargento Phoenix…-dijo Tigres-… ¿podría mandar un mensaje a las dependencias de sus soldados para que ayuden a estos cuatro en la batalla contra los Taimanin?

De acuerdo.-dijo Layla algo crispada.

Teniente Johnson, acompáñela, por favor.-dijo Tigres-Tengo algo que discutir con Kuritöö, Benibatsu y Braulio.

Las dos mujeres se retiraron del lugar.

No quiero que peleéis hoy.-dijo Tigres-Incluso si eso aumenta las probabilidades de salir vivos de aquí de los Taimanin. La razón es muy sencilla: quiero comprobar la utilidad de estos soldados. Tanto vosotros dos como Braulio y yo nos quedaremos quietos hoy.

Como ordene, Tigres-sama.-respondió Kuritöö-No obstante… de cualquier manera, vamos a…

Sí, pero todo a su debido tiempo, doctora.-respondió la jefa de aquella organización-Esto es similar a exprimir una naranja: se tarda más o menos en tirar los restos a la basura según la cantidad de zumo que tenga y pueda extraérsele. Es  preciso ser pacientes.

Por una vez…-dijo Braulio-…divertíos. Observad esta batalla. Será divertido. Si esos cuatro hombres pueden con los seis Taimanin, será un resultado histórico.

¿Cree usted que podrán, Braulio-sama?-preguntó Benibatsu.

Es posible…-respondió el otro hombre-…observémoslo desde un palco de honor… ¿sí, mi amada?

Claro.-respondió su prometida con una sonrisa-Vamos a subir a un lugar desde el cual podamos ver esto sentados cómodamente…

. . .

Los seis Taimanin empuñaban sus armas y apuntaban contra los soldados. Por su parte, éstos parecían muy motivados y seguros. Púrpura mostraba sus uñas como un felino cazador, Andrei llevaba un manojo de bisturíes en la mano izquierda y unas tijeras en la derecha, Gordon empuñaba un pesado cañón de mano de color verde metalizado y Yellow Peacock se mantenía desarmado y con una relajada guardia de Tai Chi.

Gordon…-dijo Andrei-… tú eres el líder de este pequeño grupo. ¿Nos zurramos ya?

No hay más remedio.-respondió Gordon-¡A por ellos!

Púrpura y Andrei corrieron con gran agilidad hacia los Taimanin. Gordon apuntó y se preparó para disparar y Yellow Peacock desapareció de la vista de todo el mundo de manera súbita.

¡Eh!-exclamó Hagane-¡El de amarillo se ha esfumado! ¡El tal Yellow Peacock trama algo!

Preocúpate de él cuando no estén a punto de clavarte unas tijeras…-le avisó Shirubei.

Hagane observó a Andrei y bloqueó su puñalada con uno de los abanicos mientras que con el otro trató de hacerle un corte en un hombro, pero el soldado no tardó en saltar y esquivar el impacto. Púrpura cayó sobre Inuhito con una patada voladora, tras lo cual lanzó un peligroso zarpazo que dejó una profunda marca de arañazo en el suelo después de que el Taimanin lo esquivara.

Ha estado cerca…-resopló Inuhito-…no lo haces mal…

Lo hago mejor que tú.-se jactó Púrpura-Nail Attack!
(¡Ataque de uñas!)

Púrpura comenzó a danzar mientras lanzaba arañazos y zarpazos. Las uñas postizas retráctiles que llevaba no superaban apenas  la longitud normal de las uñas humanas, pero eran muy puntiagudas y peligrosas: parecían irradiar energía.  Inuhito trató de esquivar los golpes, pero fue arañado tres veces.

Eso escuece, cabrón…-dijo el Taimanin entre jadeos-… te voy a mandar calentito a tu casa…

Blandió potentemente su aro, tratando de cortar a Púrpura a la altura de la cadera, pero éste bloqueó el impacto usando las uñas de escudo. Cerca de ellos, un cañonazo de Gordon amenazaba con aterrizar en el suelo para barrerlos de una explosión. Aoi se interpuso y lanzó una esfera de electricidad, reventando el proyectil en el aire.

Con esto he conseguido dos cosas:-pensó Aoi-Protegernos y observar el radio de explosión de esas cosas. No son moco de pavo…

No juegues con cosas tan peligrosas...-dijo Rito mientras cargaba contra Gordon haciendo girar su maza-…podrías quemarte.

Gordon utilizó el cañón como si fuera un martillo, parando el potente mazazo de Rito e iniciando un forcejeo.

Es mi misión…-dijo el soldado-…y tengo que cumplirla.

No aprendéis.-le espetó Rito-Nos vais a obligar a pensar que los militares sois tontos. ¿No os dais cuenta de que sois títeres? ¡Os están manipulando! ¡Los Mazoku no quieren un pacto con vosotros, quieren utilizaros y luego tiraros!

No sabes nada de lo que hemos negociado.-respondió el militar-¡No hables como si tuvieras idea!

Rompió el forcejeo lanzando un rodillazo contra el abdomen de Rito, pero éste cruzó una pierna a la vez que la levantaba y bloqueó el impacto, encadenando el movimiento con una patada que terminó por alejarlos el uno del otro.

Craso error…-dijo Gordon-… ¡ahora puedo volarte por los aires!

¡La distancia que nos separa no es más larga que mi arma!-exclamó Rito-¡Dispara y eres historia!

Gordon escuchó un chasquido metálico. Miró su cañón y vio que una de las puntas de la doble maza de Rito estaba dentro.

¡Tú ganas!-exclamó Gordon.

Bajó el cañón, sacando la maza de él, y se alejó más para obtener distancia. Rito se limitó a sonreír y a levantar un pulgar. Sin entender por qué lo hacía, Gordon trató de colocarse en una pose equilibrada para compensar el retroceso del cañonazo que iba a disparar, pero no se dio cuenta de que Yamiyuki estaba detrás de él. Cuando el soldado entendió por qué el chico vestido de verde levantaba el pulgar alegremente, ya estaba en el suelo porque el líder del equipo Taimanin le había hecho una llave.

Para esto o despídete de tu brazo.-dijo Yamiyuki haciendo presión para una técnica de sumisión articular que demostraba un perfecto dominio del Aikido-Te romperé los huesos uno a uno. Diles que se retiren.

¡Ni puto caso, Gordon!-exclamó Púrpura-¡Ahora mismo te quito al moreno de encima! Un placer, chico albino, pero tengo que atender unos asuntos.

Con una patada alta, Púrpura golpeó a Inuhito en la cara y se escapó de la pelea dando volteretas hacia atrás en dirección a Gordon.

¡Suelta a nuestro compañero, Yamiyuki Kuroi!-bramó Púrpura-No quieres que te corte el cuello, ¿verdad?

Ni quiero ni puedes, fantoche.-dijo Yamiyuki-Rito, hazme un favor y atropéllalo, que ahora estás libre.

Con una elegancia y una belleza más propias de un bailarín que de un luchador, Rito giró sobre sí mismo, saltó y lanzó una hermosa patada que mandó a Púrpura a volar hasta que chocó con un techo.

¡Queda uno!-exclamó Hagane-¡Y es mío! ¡KIAAAAAAAAAAAAAH!

Hagane abrió sus brazos, separando ambos abanicos y obligando a Andrei, que trataba de atravesarlos, a retractarse. Ganó una distancia lo suficientemente grande como para elevarse y lanzar una patada en salto contra el mentón del soldado. Su zapato de tacón iba a golpear a su enemigo de piel gris, pero éste se dobló hacia atrás como un jugador de limbo y esquivó el impacto. Sin interés alguno en contraatacar a Hagane, Andrei giró sobre sí mismo cruzando las piernas mientras estaba doblado hacia atrás, llegando hasta Aoi, que le daba la espalda. Éste lo notó y trató de repelerlo con una patada giratoria baja, pero aquel extraño hombre recuperó la posición vertical de su espalda y saltó antes de que la patada lo alcanzase, demostrando una velocidad descomunal. Durante el salto se había colocado en la mano izquierda una tira de venda blanca que le ataba la zona de los nudillos. Con la mano derecha seguía sujetando unas tijeras que, con gran rapidez, clavó en el oblicuo abdominal izquierdo de Aoi, quien chilló de dolor.

¡AAAAAAAARGH!-gritó el Taimanin.

¡Hijo de puta!-bramó Hagane mientras se aproximaba a su amigo herido-¡Voy a partirte las putas piernas!

Con una sonrisa sádica, Andrei se relamió y golpeó la herida de Aoi con un puñetazo. Del impacto salió un polvo blanco que parecía estar oculto en la venda. El chico de cabello azul se tiró al suelo y comenzó a retorcerse de dolor y a chillar.

¡AAAAAAAAAAAH!-gritaba-¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO! ¡AGHHHH!

¡Cabronazo!-exclamó Hagane-¡No sólo le has dado un puñetazo en la herida, sino que esa puta venda estaba llena de sal! ¡Eres un puto rastrero, enfermizo matarife de poca monta! ¡No vivirás para contar lo que le has hecho a nuestro hermano!

Cállate la puta boca, Hagane o como te llames.-dijo Andrei-Nos han hablado de vosotros, no me mires así, es normal que sepamos vuestros nombres. El caso es que…

Andrei se sentó encima de Aoi, lo inmovilizó y le acercó al cuello una navaja de barbería.

…o soltáis a Gordon, o nos cargamos a este chillón.-amenazó el hombre de piel gris.

Está bien.-dijo Yamiyuki soltando a Gordon-Ya está.

No…-boqueó Aoi-…por mí…no estropeéis…el combate…teníais…al cabecilla…

Tú eres más importante.-dijo Yamiyuki-Ahora y siempre. Además, soy un luchador experimentado y he visto muchas películas, sé muy bien cómo va a evolucionar esto…

Gordon trató de sacudirse de encima definitivamente a Yamiyuki con un codazo, pero éste lo paró con la palma de una mano.

¿Lo ves?-dijo Yamiyuki-No te preocupes, Aoi. Venga, Andrei, hemos soltado a Gordon. Deja a Aoi.

Ingenuos.-dijo Andrei-¡VOY A RAJARLE EL CUELLO A ESTE BLANDENGUE! ¡JAJAJAJAJA! JAJAJA… ¡ARGHHHH!

Aquel sádico asesino mestizo se vio obligado a soltar la navaja. Un dolor muy fuerte le invadió la mano.

¿Qué coño ha pasado?-preguntó Andrei-Mi navaja…

¡AHORA!-exclamó Yamiyuki bloqueando la masa corporal de Gordon con la suya propia-¡SALVAD A AOI!

¡HAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!-se oyó el grito de guerra combinado de tres voces.

Como los tres vértices de un triángulo que se buscan siguiendo las alturas hacia el ortocentro, Rito, Shirubei y Hagane impactaron contra Andrei con sendas patadas voladoras desde tres posiciones distintas, derrumbándolo estrepitosamente.

¡Cabrón!-bramó Hagane mientras le pisaba el cuello con un tacón-¡Voy a arrancarte la piel a tiras!

¡Te vamos a pelar como si fueras un puto plátano!-siseó Shirubei apretando el puño para que su garra saliera completamente mientras le pisaba la espalda con el pie izquierdo.

Encargaos de Aoi y de Púrpura.-pidió Yamiyuki-Yo me quedo con el grandote.

Inuhito y Rito se lanzaron instintivamente a proteger a Aoi, que estaba sangrando en el suelo, e hicieron bien, pues Púrpura ya estaba saltando en picado con una zarpa en vilo para darle el golpe de gracia. Rito lo repelió de un puñetazo e Inuhito se lanzó a por él para evitar que volviera a acercarse.

Estás estudiando técnicas médicas, ¿no?-preguntó Inuhito-¡Ayúdalo, por favor! ¡Yo contendré a esta bestia! ¡UNA BESTIA PARA UNA BESTIA!

Aoi, aguanta…-dijo Rito-…todavía no he terminado mi formación, pero creo que podré hacer algo con esa herida…

Rito acercó sus manos a la herida de su amigo y creó una bola de energía curativa.

Esto es un pequeño avance de lo que podré hacer cuando terminemos la formación.-dijo el chico del traje verde-Prométeme que te pondrás mejor… por favor, tío…

La respiración febril y violenta de Aoi fue estabilizándose.

Gracias…-dijo Aoi entre jadeos-…pensaba que me quedaba en el sitio…

Ni de coña.-dijo Rito con seriedad-Tenemos una misión que cumplir, un mundo que limpiar, una amistad que disfrutar y una vida que vivir. Nacimos separados, pero moriremos juntos como camaradas, amigos y hermanos. Incluso si formamos nuestras familias en un futuro continuaremos estando juntos. Los hijos e hijas de cada uno de nosotros serán hermanos. Nuestra vida acaba de empezar. ¿Que te vas a morir? ¡UNA POLLA!

Aoi dejó escapar una sonrisa.

Hablando de pollas…-dijo Aoi-…tengo otra razón para vivir: quedamos en que te enseñaría mis progresos, mi recuperación, mi cura natural, ¿no es así? Casi me duele más verte así de apurado que la herida en sí.

Aoi…-dijo Rito resoplando de alivio-…menos mal…

¿Vas  a darme la mano para que me levante o te tengo que escribir una invitación?-preguntó Aoi con una sonrisa-Tenemos una batalla que ganar… yo también me alegro de esto, pero no es momento de ponernos tiernos…

Rito le dio la mano a Aoi y lo levantó del suelo.

Te defenderé siempre.-dijo Rito-A ti y a todos. Encajaría un cañonazo de ese soldado por vosotros. ¡VAMOS!

Hablando de cañonazos…-dijo Aoi-… ¡viene uno!

Gordon se las había ingeniado para apartar a Yamiyuki y disparar contra los demás. Rito trató de hacer algo, pero Aoi se le puso delante y lanzó una aguja contra el proyectil.

Hoy por ti y mañana por mí.-dijo Aoi sonriéndole a su amigo.

La aguja atravesó el cuerpo que había disparado Gordon, haciendo que explotara en el aire sin dañar a nadie.

¡Tengo más!-bramó Gordon-¡TOMAD ÉSTA!

Disparó una andanada de cañonazos hacia todas las direcciones.

Dispara X cañonazos, Gordon…-dijo Aoi-…y tiraré X armas para reventarlos todos. Puedo salir un poco mal parado en forcejeos a corta distancia, pero mi puntería es… como diría la persona que me ha salvado… ¡LA POLLA!

Rito y Aoi chocaron los puños. Acto seguido, el segundo tiró un manojo de cuchillos kunai que impactaron contra los proyectiles, evitando que explotaran cerca de nadie. Cuando se disipó el humo de las explosiones, el chico pudo ver un cañonazo directo hacia él. No tenía tiempo para reaccionar.

¡MIERDA!-exclamó Rito-¡Ponte detrás de mí! ¡Mi cuerpo saltará en pedazos, pero se reconstruirá en breves instantes!

¿Estás loco?-preguntó Aoi.

Sin darles tiempo a ponerse de acuerdo, el proyectil se desvió violentamente e impactó contra el techo sin causar ningún daño.

¿Qué coño ha sido eso?-preguntó Púrpura mientras intercambiaba patadas y puñetazos con Inuhito, cuyo aro se había quedado clavado en una pared.

Alguna perturbación electromagnética por vuestras armas, tal vez.-dijo Gordon.

¿Es eso posible?-preguntó el chico de cabello violeta.

No lo sé, pero no tengo tiempo para pensarlo.-dijo Gordon-Este hombre tiene menos masa que yo y no puedo librarme de él… ¡FUERA!

Lanzó una patada giratoria contra Yamiyuki, pero éste se agachó y la esquivó perfectamente.

Sabes hacerlo mejor.-dijo Yamiyuki-Seguro.

¡Andrei!-exclamó Gordon mientras trataba de golpear a Yamiyuki-¿Piensas seguir ahí tirado mucho tiempo?

¡Me están dando un masaje!-exclamó Andrei entre risas.

Shirubei y Hagane se estaban enseñando con Andrei: lo habían arrinconado en el suelo y le estaban dando patadas por todo el cuerpo.

¿Te ríes de nosotros?-preguntó Shirubei-¡Me vas a comer los huevos! ¡Hagane, levántalo y ponlo contra la pared! ¡Vamos a rajarlo hasta escribir en su cuerpo el más largo de los salmos!

Hagane agarró a Andrei de la chaqueta y lo empujó fuertemente contra la pared.

Te vas a comer esto enterito.-dijo mientras le ponía la hoja de uno de los abanicos en los labios-Por lo que le has hecho a Aoi.

Ya me he cansado de jugar a los héroes y a los villanos.-dijo Andrei-Sobreactuáis demasiado. ¡VOY A SER YO QUIEN OS CORTE A CACHITOS! ¡JAJAJAJAJAJAJAJA!

Riéndose como una hiena, Andrei lanzó una doble patada apoyando los hombros en la pared, lanzando por los aires a los dos Taimanin como si la gravedad no existiera para él.

Lamentaréis haberme golpeado…-dijo Andrei-…soy un verdugo experto… las astillas debajo de las uñas os sentarán como una mamada cuando acabe con vosotros…

¡Espera, Andrei!-exclamó Gordon-¡Pégate a mí! ¡Púrpura, tú también! ¡Lanza al Taimanin cerca del resto! ¡Formación número 54!

Púrpura lanzó a Inuhito cerca de donde estaban Rito y Aoi. Andrei lanzó a Hagane y a Shirubei contra los otros tres y saltó hacia Gordon a la vez que Púrpura hacía lo mismo. Entre los tres, empujaron a Yamiyuki contra el resto del equipo. Los soldados formaron un triángulo: el vértice delantero era Gordon, que apuntaba con su cañón a los Taimanin. Los vértices traseros eran Andrei, a la derecha del líder, apuntando con un manojo de estiletes en cada mano y Púrpura, a la izquierda, en guardia mostrando las uñas.

Great Cannon!-exclamó Gordon.
(¡Gran Cañón!)

Del canon del fornido militar salió un enorme rayo de energía explosiva que barrió todo lo que encontró a su paso, haciendo estallar en llamas y explotar todo lo que tocaba. Los Taimanin eran el objetivo inmediato.

Ninpô – Katon no Jutsu!-exclamó Yamiyuki.
(¡Arte ninja del fuego!)

Un chorro de fuego interceptó el cañonazo, frenando su trayectoria.

¡Todos juntos!-exclamó Yamiyuki-¡Vamos a darles su propia medicina!

Shirubei, Hagane y Aoi extendieron sus manos. Al chorro de fuego de Yamiyuki se unieron un chorro de viento, uno de electricidad y uno de agua.

Ninpô – Fushikakuzei! Inochi no Hikari!-bramó Rito.
(¡Arte ninja! ¡Despertar del inmortal! ¡Luz de Vida!)

Rito lanzó su poderoso ataque de energía vital. Un enorme chorro verde salió de sus manos, uniéndose a la descarga de sus amigos.

No ser un elementalista me deja fuera de estas situaciones tan típicas de un videojuego y que tanto me gustan…-dijo Inuhito en voz muy alta-…pero, lejos de sentirme discriminado o desplazado, os dedico mi chorro de poder especial. ¡UN CHORRO DE MIERDA PARA VOSOTROS!

Inuhito levantó el dedo corazón de ambas manos y extendió los dos brazos. El cañón de Gordon se sobrecalentó, cortando el haz de energía. De esta forma, los ataques de los Taimanin avanzaron hasta el terreno enemigo, causando un destrozo. Las llamas de Yamiyuki se unieron a las de Gordon, creando un incendio que arrinconó a los militares. El agua de Shirubei apagó el fuego, creando una corriente de vapor que fácilmente podría estar quemando a los soldados. Cuando el viento de Hagane disipó este vapor y estampó a los tres contra la pared, el rayo de Aoi  dio el golpe de gracia, causando una explosión que hizo que los soldados atravesaran el muro y cayeran pesadamente en la sala contigua.

Vamos a verificar si están acabados…-dijo Yamiyuki haciendo un gesto para que avanzaran.

Por supuesto, Tigres y los otros se han largado, así que… -dijo Inuhito- … ¿por qué no?

Atravesaron el boquete que habían abierto y, para su sorpresa, se encontraron a los tres soldados de pie y en guardia.

Somos mucho más duros que esto.-dijo Gordon con seriedad.

Joder…-suspiró Hagane-…esto va para largo.

¡Gordon!-exclamó una voz familiar.

Los Taimanin se giraron hacia el origen de la voz: era James Silver. Detrás de él iban sus compañeros: Grant, Christian, Leon y Émile.

Nueve contra seis…-comentó Aoi-…empezamos a estar en desventaja…

Cierto, nueve.-dijo Shirubei-Casi ni me acordaba del que se ha esfumado. Está esperando a que nos cansemos un poco para aparecernos por la espalda y fusilarnos, seguro.

En cualquier caso…-intervino Rito-…estamos rodeados… y estas máquinas que hay en la sala no me inspiran confianza.

El equipo de James había llegado y, junto con el equipo de Gordon, había formado un corro alrededor de los Taimanin.

Son torretas de seguridad…-dijo Yamiyuki-…y están por todas partes.

Exacto.-dijo James-Por si veníais.

Estáis jodidos…-dijo Leon entre silbidos.

Sin piedad con ellos…-murmuraba Grant-… ¡SIN PIEDAD!

¿Cuándo van a saltar las torretas?-preguntó Émile con voz juguetona.

Yo tengo la llave de activación.-dijo Christian-Sólo tengo que usarla y…

Las torretas se activaron y comenzaron a apuntar.

¡Joder!-exclamó Émile-¡Qué rápido la metes! ¿Seguro que no quieres pasar una noche en mi cuarto?

Yo no…-intentó decir Christian.

Ya lo sé, era broma.-dijo Émile.

No me refiero a eso…-respondió Christian extrañado-…lo que pasa es que no he usado la…

La sorpresa de los soldados fue máxima cuando vieron que las torretas les apuntaban a ellos y comenzaban a disparar. Se vieron obligados a dispersarse.

¡Es nuestra oportunidad!-exclamó Yamiyuki-¡LARGUÉMONOS!

. . .

Kaiya, Remigio y Will hablaban entre ellos mientras Engel miraba con fruición cómo Elizabeth vendaba el cuerpo de Nioiko.

¿No os sentís raros?-preguntó Kaiya.

Un poco…-respondió Remigio.

Me duele la cabeza, pero creo que es normal después de la pelea que hemos tenido contra los Taimanin.-explicó Will.

Yo también estoy cansada.-respondió Kaiya-Me refiero al hecho de que siento que he estado borracha o drogada.

¿Te gusta mucho el alcohol?-preguntó Will-Será resaca…

No bebo.-respondió Kaiya-Siento que me han echado algo raro en la comida… ¿no os sentís igual?

Sin que nos oiga este hombre…-dijo Remigio-…he de confesar que yo también. Siento un choque de ideas contradictorias en mi cabeza…

Si os fijáis, nos ha estado sirviendo en la mesa todas las comidas y bebidas desde que trabajamos juntos.-dijo Will-Puede que nos la esté jugando… hasta los Taimanin lo decían.

No podemos confiar en desconocidos.-dijo Remigio.

Sin embargo, lo hicimos con Nioiko.-respondió Will-Creo que la hemos cagado.

Nunca es tarde para rectificar.-dijo Kaiya-Tratemos de corroborar si lo que pensamos es cierto. Como sea así… se enterará de lo que vale una multa por jugar con demonios.


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