miércoles, 15 de abril de 2015

[TY] Episodio 47: El biberón

TAIMANIN YAMIYUKI
Episodio 47: El biberón

Nioiko y Elizabeth encaraban estoicamente a los Taimanin. El combate estaba a punto de estallar.

Enclenque…-dijo Shirubei-…voy a hacer que te quites esa mano del pecho y te la pongas en la herida que pienso abrirte…

¿Recordáis cuando estuvisteis a punto de caer en el abismo cuando nos encontramos en el Moist Desire?-preguntó Nioiko-Puede que esta vez no tengáis tanta suerte…

Suerte es lo que vas a necesitar para salir esta vez tan limpio como aquélla.-dijo Hagane en tono cortante.

Me pone bastante a tono el imaginarme tu sangre saliendo de tu cuerpo por mis garras…-se sonrió Shirubei.

…y mi pie pisando tu cabeza marcando quién es el amo…-Hagane se sumó a la provocación.

Estoy al tanto de la clase de personas que sois.-dijo Nioiko-Un par de luchadores sanguinarios no van a asustarme.

Nuestra idea es vencerte, no asustarte.-dijo Yamiyuki-No nos subestimes.

Exactamente.-lo apoyó Rito-Quitaos de en medio, Inuhito nos necesita.

No nos moveremos.-anunció Nioiko-Apartadnos si podéis.

Por primera vez estoy más en sintonía con vosotros que de costumbre…-dijo Aoi-…siento verdaderas ganas de pasar por delante de este hombre… tenemos cosas más importantes que hacer.

Entonces…-dijo Nioiko-… ¡basta de palabrería! ¡Elizabeth, CARGA!

. . .

Inuhito despertó en una sala muy austera y completamente gris. Sólo tenía unos focos que iluminaban la totalidad de la estancia, de planta redonda, así como un pequeño catre en el centro.

Ngh…-emitió un quejido al verse completamente encadenado a una pared.

Algo en el aire le quitaba las fuerzas. No podía romper las cadenas ni cortarlas con sus poderes.

¿Ya te has despertado?-preguntó una voz conocida-¡Qué bien!

Inuhito levantó la cabeza. Benibatsu estaba frente a él.

Es hora de que los Neo-Nómadas acabemos contigo.-explicó Benibatsu-Con tu pérdida, la ira de tus amigos hará que tengan el mismo destino que tú. Seguro que sigues teniendo esa foto en la mesita de noche, ¿verdad?

¡Desgraciado!-bramó Inuhito.

El joven sintió que sus ojos se humedecían y que su piel era recorrida por escalofríos. Recordó el encuentro sexual que tuvo con Rito tiempo atrás.  Se sintió el chico con los mejores amigos del mundo por no recibir preguntas acerca de por qué tenía aquella foto boca abajo contra la mesita para no ser vista. Todos sabían qué tenía esa fotografía y se consideraba un tema que no se debía tocar.

La tienes, ¿eh?-preguntó Benibatsu con una sonrisa macabra-Cómo lo sabía…

Inuhito respondió con silencio.

No te preocupes, hermanito…-continuó el traidor-…hoy vamos a recrear la escena…

El chico se temió lo peor.

En esa foto te daba un biberón, ¿verdad?-Benibatsu continuó introduciendo el dedo en la llaga.

De manera momentánea pero contundente, el Taimanin recordó aquella fotografía. Aparecía Benibatsu siendo un niño. La diferencia de edad que tenían era de seis años. La imagen inmortalizaba al Benibatsu Yonekura de 6 años sosteniendo entre sus brazos al bebé de apenas meses de vida que era Inuhito en aquel entonces. Con una mano lo alimentaba cariñosamente con leche desde un biberón. Aquella imagen era el recuerdo favorito de Inuhito hasta que se produjo el cisma con la traición de su hermano. Desde aquel entonces, incapaz de deshacerse de ella, el chico la tenía boca abajo en su mesita de noche.

Si lo sabes…-respondió Inuhito lentamente-… ¿para qué preguntas?

Porque me resulta divertido ver cómo sufres por ello.-respondió Benibatsu encogiéndose de hombros-Pero no llores, hermanito, hoy estoy aquí para darte otro biberón…

El traidor se despojó rápidamente de su uniforme de Taimanin. Su cuerpo casi desnudo lucía imponente. Su desproporcionado tronco superior tenía una musculatura intensa, mientras que sus piernas se veían finas y algo débiles. Una fina y brillante película de sudor fruto de la batalla anterior recorría su cuerpo. Llevaba unos calzoncillos tipo bóxer bastante holgados de color marrón rojizo intenso con unos diseños tribales negros. Pese a la holgura de la prenda, se notaba un miembro viril muy grande con una caída que denotaba una masa notable.

Lejos de asustarse, Inuhito hizo acopio de la fortaleza mental de la que tanto se enorgullecía.

¿Vas a darme a chupar tu polla?-preguntó Inuhito con aire desafiante-Qué poca originalidad…

Sabe que tengo los sentidos amplificados.-pensó Inuhito-Esto puede ser una gran jodienda, pero tengo que mostrarme fuerte… ¡no voy a perder contra este traidor! ¡No lo haré!

Es alargada, tiene un extremo perfecto para ser chupado y contiene leche caliente en cantidades más que suficientes.-comentó Benibatsu-¿No es eso un biberón?

Vete al infierno.-le espetó Inuhito.

Al infierno voy a mandarte cuando mi amiga acabe contigo.-dijo el traidor mientras agarraba el bulto de sus calzoncillos.

. . .

Elizabeth saltó con fiereza hacia los Taimanin. Shirubei y Aoi trataron de detenerla con sus armas, pero sus tentáculos desviaron sus ataques desde el aire.

¡Cuidado con esas cosas!-les recordó Yamiyuki-¡Pegan fuerte!

La mujer androide terminó de caer, arrollando a Hagane con un codazo en picado. Tras ello, se preparó para atacar a los cinco chicos a la vez.

¡HAAAAAAAAAAAAAAAAH!-gritó Rito mientras cargaba con su maza hacia ella.

Hard Body.-susurró Elizabeth.

El cuerpo de la atacante se endureció e inutilizó el golpe. Rito se sonrió y cambió de táctica. Con la palma de la mano izquierda, golpeó el pecho de Elizabeth, tirándola hacia atrás contra el suelo.

¡Chicos!-exclamó el Taimanin de cabello verde-Si es demasiado fuerte o pesada, no os preocupéis. No se trata de hacerle mella…se trata de hacer que no pueda resultarnos una amenaza. ¡Claro que no podré llegar a su fibra sensible de un puñetazo, pero eso no tiene nada que ver con su centro de gravedad y sus condiciones de equilibrio! ¡La tal Elizabeth no es tan dura de pelar!

Incorrecto.-siseó ésta.

Sin incorporarse, saltó del suelo con una patada voladora ascendente que golpeó a Rito. Tras esto, giró sobre sí misma en el aire, golpeó los trapecios del chico con las plantas de los pies y se impulsó hacia arriba hasta poder impulsarse hacia abajo presionando el techo con manos y pies, caída que aprovechó para arrollar a Rito con una patada voladora descendente como si fuera una flecha. Tras esta combinación de patadas, embistió al chico con una fortísima voltereta con patada, tirándolo de espaldas al suelo.

¡No os preocupéis por mí!-pidió Rito mientras se levantaba-¡Encargaos de esta tipa!

Las garras de Shirubei, que intentó lanzar un ataque sorpresa, fueron bloqueadas por un tentáculo que salió sorpresivamente de la espalda de Elizabeth. Hagane, que había tratado de hacer lo mismo por el otro flanco, se vio también bloqueado por un tentáculo. Aoi se mantuvo en la retaguardia, desde donde alargó su látigo para alcanzar a aquella imbatible mujer artificial. Un tentáculo le salió al paso. En este momento, el Taimanin de uniforme negro se sonrió.

Ninpô – Raiton no Jutsu!-exclamó.
(¡Arte ninja de la electricidad!)

A la vez que su látigo se enroscaba con el tentáculo, hizo que le pasara corriente. Al ser metálicos los apéndices de la mujer, la corriente los atravesó hasta llegar a la unidad de su espalda, desde donde pareció invadir su cuerpo. Hagane y Shirubei notaron que la resistencia de Elizabeth disminuía, por lo que pudieron lanzar dos golpes simultáneos y de gran poder con sus armas cortantes. El final de la combinación lo marcó Rito, quien hizo que una enorme roca conjurada por su poder cayera contra su cuerpo.

¡Parece que lo hemos conseguido!-exclamó Aoi-Hacerle daño al menos, pues está claro que no vamos a derrotarla tan fácilmente…

Vaya…-dijo Nioiko-…sois listos además de fuertes. Nada de lo que tenía en mis datos era falso. Será mejor que me una al combate.

Nioiko avanzó hacia los Taimanin. Yamiyuki le salió al paso.

Lo mismo digo.-respondió al interceptarlo.

. . .

Tras ser golpeado repetidas veces, Inuhito tuvo un desliz en su resistencia, perdiendo el forcejeo que mantenía con su hermano mayor, el cual pegó su entrepierna a la cara del más joven. Aquel bulto abundante, abarcador y caliente se frotaba contra su rostro a través de la tela de aquellos calzoncillos.

Para, asqueroso…-pidió el Taimanin-…aparta tu sucio paquete de mi hermosa cara…

Sucio vas a acabar cuando te riegue a corridas, hermanito.-dijo Benibatsu-¡Es la hora del biberón!

¡Quita!-exclamó Inuhito dando un cabezazo.

Obligó a Benibatsu a apartarse. No obstante, en su piel aún estaba grabado el calor y el roce de aquel enorme miembro. Aún podía sentir su fuerte olor flotando en el ambiente.

Veo que tienes más hambre de la que pensaba…-dijo el traidor bajándose los calzoncillos.

Dejó ver un enorme falo parcialmente erecto y muy carnoso. Sus testículos eran grandes y con poca caída, y adornaban de manera bastante proporcionada aquel pene ancho, grueso y largo. Parecía estar en unas condiciones bastante buenas, y se hallaba totalmente depilado. La erección tenía lugar sin demora. Su prepucio tenía tal holgura que se retraía solo conforme aumentaba la erección. Cuando terminó de estar excitado, tenía el prepucio totalmente retraído, formando un anillo rojizo alrededor de la corona del glande. Al igual que su hermano menor, tenía el glande rojizo, lo cual parecía ser un rasgo familiar, pero lo tenía mucho más rojo que Inuhito. Su frenillo era muy largo, lo cual le permitía retraer su prepucio por detrás de la corona con sus manos con mucha facilidad, revelando el interior carnoso del mismo, que también tenía un lustroso color rojizo. El conjunto estaba muy humedecido con líquido preseminal, cuyo aroma y calor ya estaba notando el hermano menor.

Lo sabía.-pensó Inuhito-Me he tragado la de Rito y es mucho más grande. Aficionado…

El chico se decía todas estas cosas para mantenerse en guardia, pero realmente era un intento desesperado para no venirse abajo. El tema de su hermano le resultaba muy doloroso. Verlo jugar con su prepucio de aquella manera le recordó una anécdota que tuvieron en casa…

. . .

Inuhito tendría unos diez años, por lo que Benibatsu tendría dieciséis a lo sumo. Como todos los días, procedían a bañarse juntos en un ofuro de la casa Yonekura. Ya que sus padres siempre estaban trabajando como Taimanin, era la labor del hermano mayor el cuidar del menor. Para que nunca se aburriera ni se sintiera solo, Benibatsu, tan bueno, gentil y altruista como era, llevaba a su hermano con él a todas partes: jugaban juntos, hacían los deberes juntos, lo tenía con él en la cocina mientras le preparaba las comidas, se bañaban juntos, etcétera. El momento del baño era particularmente apreciado por el pequeño Inuhito, pues sentía que estaba en un momento de mayor intimidad con su hermano mayor y se conocían más y más, haciéndose más amigos que hermanos. Las curiosidades de Inuhito eran de lo más típico en un niño de diez años, sobre todo cuando se trataba de la naturaleza, lo cual comenzó a marcar su gusto por la ciencia. En el baño, no tenía especial interés en el cuerpo de su hermano hasta que aquel día pasó algo diferente.

Están todas las toallas en la lavadora, Inuhito.-dijo Benibatsu con apuro-Sólo queda una…toma, úsala tú.

¿Y tú, Big Brother?-preguntó Inuhito mientras se quitaba la ropa para entrar al cuarto de baño.

Benibatsu comenzó a desnudarse también.

¡No pasa nada!-respondió-¡Me quedaré desnudo! Te dejo a ti la toalla por si te da vergüenza al ser más pequeño. No te preocupes por mí, de verdad… ¡somos hermanos, hay confianza!

Inuhito asintió con ciertas reservas y se quitó los calzoncillos por debajo de la toalla, pasando al baño envuelto en ella. Benibatsu avanzó detrás de él, completamente desnudo. Tenía como costumbre retraer su prepucio en los momentos del baño para que se limpiara, se hidratara y que, además, se movilizase la piel y creciese sana y elástica. Como la trivialidad que era, lo hizo sin ni siquiera mirar mientras seguía a su hermano menor. Antes de meterse en el agua, su hermano menor se giró y lo vio. Se quedó mirando pensativo.

¿Te pasa algo?-preguntó Benibatsu al ver que su hermano le miraba el pene descaradamente.

¡Perdón!-Inuhito se asustó.

No pasa nada.-respondió Benibatsu con una sonrisa candorosa-¿Quieres preguntar algo? Soy tu hermano mayor, puedes confiar en mí para lo que quieras…

¿Por qué son diferentes?-preguntó Inuhito señalando el pene de su hermano con cierto recelo y bastante vergüenza.

¿Diferentes?-preguntó Benibatsu.

Mi pene no tiene esa cosa en el extremo.-dijo Inuhito mientras se notaba ruborizado.

Claro que la tiene.-dijo Benibatsu-Esto es el glande, todos los hombres lo tenemos. ¿Papá no te lo ha explicado?

Sí, pero…-dijo Inuhito-…la última vez que lo hablamos, aún me faltaba un poco…o eso me dijo. ¿Es normal? ¿Estoy enfermo?

¡Qué va!-Benibatsu rió para quitarle importancia-Vamos a ver… ¿te importaría enseñármelo? Mira, no pasa nada, yo estoy dejando que tú veas el mío… seguro que te ayudo a dejar de estar preocupado.

Muy ruborizado, Inuhito, que tenía a su hermano como su ídolo y un modelo a seguir, le obedeció. Mostró su pene, aún pequeño y poco desarrollado. Tenía el prepucio sin retirar, pero no parecía especialmente limitado.

Mira…-dijo Benibatsu sentándose junto a su lado-…no son diferentes, son prácticamente iguales…salvo por el tamaño. Esta piel es el prepucio, y desliza.

Benibatsu volvió a dejar su prepucio en posición de reposo. Inuhito se sorprendió al ver que el pene de su hermano lucía como el suyo.

¡Hala!-exclamó Inuhito sorprendido-¡Menos mal, pensaba que estaba malo!

¡Claro que no lo estás!-exclamó Benibatsu-Y no te preocupes si ves el mío más grande…soy seis años mayor que tú, tienes que crecer. Te harás alto y fuerte y, al igual que todo tu cuerpo crecerá, tu pene también lo hará.

¡Vale!-exclamó Inuhito con una inocente sonrisa-¿Yo también puedo?

El niño hizo ademán de retraerse el prepucio con una mano.

Claro que puedes.-le sonrió su hermano-Y, si no puedes ahora, podrás con un poco de esfuerzo antes de que te des cuenta. Tienes que poder, es la función de esta parte del cuerpo. No te preocupes, no es nada difícil y no duele. ¿Lo quieres intentar? Estoy aquí para protegerte.

Benibatsu rodeó a su hermano con un brazo. Inuhito asintió y trató de retirar su prepucio. Sorprendentemente, la piel deslizó con facilidad y permitió descubrir el glande totalmente, quedando plegada formando un anillo carnoso alrededor del mismo.

¡Muy bien!-lo elogió Benibatsu-¡Lo has hecho muy bien! ¿Ves como no duele ni hay que preocuparse? ¡Eres igual que yo, Inuhito! ¿Has estado practicando desde que papá te lo comentó?

¡Sí!-exclamó Inuhito con una sonrisa-¡Ya me sale! ¡Gracias, Big Brother!

¡No hay de qué, hermanito!-Benibatsu sonrió con cariño-Cuando estés contento y tu pene esté muy duro, puede que te cueste más retirar el prepucio, pero aún eres muy joven y sólo tienes que intentarlo día a día con mucho cuidado. Nunca te excedas de tus límites, nunca te hagas daño y trata de ejercitarlo todo con suavidad. Además, mantenlo siempre limpio y lávalo con el prepucio retraído para que el agua limpie la zona en su totalidad. Con esto, ¡te convertirás en un hombre de leyenda!

Inuhito se abrazó a su hermano y comenzó a reír.

. . .

Las cosas habían cambiado mucho. Ahora, el que fue su hermano parecía querer violarlo. Recordaba las caras de ambos en aquella época: eran prácticamente iguales. Como Benibatsu no tenía todavía los mechones de colores que colgaban de su frente, sus melenas eran idénticas, pareciendo casi hermanos mellizos o gemelos de no ser por las diferencias de estatura y complexión fruto de los seis años que se llevaban. El dulce recuerdo de su niñez fue hecho añicos de un golpe. Benibatsu fustigó la cara de su hermano menor con el pene, dejándole un reguero de líquido preseminal en los pómulos.

Qué asco…-pensó Inuhito-…no me gusta nada…no huele como Rito…este olor es…una premonición de que lo que viene ahora no me va a gustar…pero tengo que ser fuerte…por los que ahora son mis hermanos…adelante, Benibatsu, desfógate…no pienso gritar por ti…

Benibatsu continuó jugando con su pene y la cara de su hermano durante un rato.

. . .

Yamiyuki apuntó a Nioiko con su nodachi.

Tu arma no sirve de nada contra las mías.-dijo Nioiko-¡Activación del equipo láser!

De debajo de su chaqueta, por su espalda, descendió un chorro de energía brillante de color naranja que parecía la cola de un gato con una longitud adaptada a la de las piernas del joven.

Entiendes que no puedes parar mi cola con una espada, ¿verdad?-preguntó Nioiko con altanería.

Ya ves tú qué problema…-dijo Yamiyuki clavando su nodachi en el suelo-…tendré que machacarte a golpes.

Ya lo veremos…-dijo Nioiko-… ¡HAAAAAH!

Saltó y, girando sobre sí mismo en el aire, Nioiko desencadenó un latigazo descendente. Yamiyuki lo desvió con un chorro de fuego.

¡No está mal!-se sonrió el Taimanin-¡Nada mal! ¡Es un arma original y curiosa!

No has visto nada, Yamiyuki Kuroi.-dijo Nioiko tras aterrizar-¡Nada!

Comenzó a moverse como si bailase. Los movimientos de su cadera y de sus piernas hacían que su cola se agitase en dirección a Yamiyuki. Un choque de esa arma tan atípica contra una pared le permitió al joven Taimanin ver que era extremadamente energética: podía cortar superficies por su alta capacidad ionizante y lo fácilmente que podía quemar la materia.

¿Sorprendido?-preguntó Nioiko al estudiar la mirada de Yamiyuki.

En absoluto.-dijo Yamiyuki-He visto cosas peores. Tenías que haber conocido a los anteriores Neo-Nómadas…eso sí que era dantesco.

Fui expresamente a saludarlos y no me dejasteis.-le recordó Nioiko.

Uy, ¡lo siento!-exclamó Yamiyuki con sorna-Ah… ¡NO!

Insolente…-siseó Nioiko.

Gilipollas…-lo parafraseó Yamiyuki.

¡Basta!-ordenó Nioiko lanzando otro coletazo.

Yamiyuki esquivó el impacto con una voltereta y, tras ello, saltó. Una vez en el aire, apuntó a Nioiko con un sello ninja.

Ninpô – Bara no Jutsu!-exclamó.
(¡Arte ninja de las rosas!)

Una explosión de pétalos de rosa roja sacudió a Nioiko, haciendo que cayera arrodillado en el suelo.

. . .

Benibatsu se estaba divirtiendo mojando los labios de su hermano menor con su cada vez más húmedo glande.

Esto sabe a rayos.-pensó Inuhito-No da tanto asco como el esmegma de Karistus, que en paz no descanse, pero es horrible…más por ser quien es que por suciedad, porque está sorprendentemente limpio para ser un Mazoku… ¡porque eso es lo que es! Y, como tal, ¡no me va a amedrentar! ¡Saldré de ésta! ¡Se acabó el lloriquear!

Alguien irrumpió en la sala.

¡Por favor!-exclamó la doctora Kuritöö-¡Guárdate eso, Benibatsu!

¿No te gusta?-preguntó el chico volviéndose a la científica y mostrando su vivaz pene.

Me encantan los hombres dotados, pero no es el momento.-dijo la científica quitándole importancia-Tengo que contarle un par de cosas al cabrón que asesinó a mi hijo. Termina de secártela en sus labios y sal, por favor. Ahora te dejaré que vuelvas.

Benibatsu no opuso mucha más resistencia. Se subió los calzoncillos, cogió su uniforme del suelo y se fue, dejando a Inuhito a solas con la doctora Kuritöö.

Bueno…-dijo la recién llegada-…es hora de que pagues por lo de Karistus… ¡desgraciado!

La mujer convirtió sus manos en tentáculos y comenzó a fustigar al Taimanin. Su tacto amplificado hacía que el dolor fuera más fuerte que para cualquier otra persona, pero no emitió ni un gemido.

Os sobrepasaré.-pensó Inuhito-Ya lo veréis.

Tras un largo rato de golpes, Kuritöö se cansó y decidió innovar. Sacó un mando a distancia del bolsillo de su bata y pulsó un botón, haciendo que del techo bajasen unas pantallas que se colocaron a una altura idónea para que Inuhito las viera.

Voy a ponerte un vídeo.-dijo Kuritöö-Seguro que te gustará.

La doctora encendió las pantallas. El vídeo contenía un suceso del pasado.

. . .

Hacía seis años de aquello. Los demonios habían invadido Gokuruma. Edwin Black había mandado a sus lacayos más fuertes y la aldea se había convertido en una batalla campal. En las zonas de entrada, peleaban Ingrid, la Caballero Demonio, y Oboro, la primera traidora contra los Taimanin. Sabato y Mikoto Kiryuu, los hermanos científicos, dirigían una unidad de asalto. Del combate cuerpo a cuerpo se encargaban Power Lady y Kariya, ambas sicarias de Oboro. El vídeo se adentró en la casa Yonekura, donde una mujer Mazoku había lanzado un ataque crítico. El clan amenazaba con su extinción, pues sólo quedaba una familia de cuatro miembros: el matrimonio formado por Kagekatsu y Karasuko Yonekura y sus dos hijos, los jóvenes Benibatsu e Inuhito Yonekura, el primero de ellos recién graduado. Kagekatsu, su padre, y Karasuko, su madre, se encontraban fuera de la casa peleando para proteger su entorno familiar. La mujer que había invadido la casa se había dado cuenta. Matar a esos dos niños le iba a dar mucho placer. Le sorprendió ver que uno de ellos no era tan niño, tenía dieciocho años y vestía como un Taimanin. Su traje rojo y su enorme doble guadaña brillaron contra ella. La en aquel entonces seis años más joven doctora Kuritöö no dudó en plantar cara a aquel Taimanin. Era joven e inexperto, pero sus poderes de control muscular y sanguíneo resultaron atractivos a los ojos de la invasora. Tras derrotarlo a golpes, le inoculó varias drogas.

Con estos fármacos de reconstrucción rápida…-dijo Kuritöö-…dejarás de ser un Taimanin. Obedecerás mis palabras y las asentarás como tus recuerdos.

¡Jamás!-dijo el chico-¡Tengo un hermano pequeño al que proteger! ¡Cuando vengan mis padres, te vas a enterar!

¡Odias Gokuruma y a los Taimanin!-exclamó Kuritöö-¡Los Mazoku te parecemos el mejor bando! ¡Deseas unirte a nosotros! ¡Estás ardiendo en deseos de abandonar esta tierra, reírte de sus habitantes y matar a tus padres y profesores por el camino!

¡NO!-chilló Benibatsu con lágrimas en los ojos.

¡Por supuesto que sí!-le espetó Kuritöö-Al fin y al cabo, eres y siempre has sido mi sirviente más fiel… ¡RECUÉRDALO!

La memoria de Benibatsu comenzaba a corromperse.

Con esto…-siseó la científica-…he hecho que caiga el clan menos numeroso de los Taimanin. Además, la traición de este chaval va a conmocionarlos… ¡esta guerra está ganada!

Tras retorcerse y patalear en el suelo, Benibatsu se quedó quieto. Al levantarse, su expresión facial había cambiado. Inuhito bajaba las escaleras corriendo, por lo que Kuritöö se ocultó.

¡Big Brother!-exclamó-¿Qué ha pasado?

Benibatsu lanzó a su hermano pequeño por los aires de un puñetazo.

¡Que me largo de esta mierda!-le espetó-¡Los Mazoku son el bando vencedor! ¡Estáis muy equivocados en esta tierra! ¡Menos mal que he abierto los ojos!

¿Qué estás diciendo?-preguntó Inuhito extrañado mientras lloraba.

¡Benibatsu!-exclamaron dos voces conocidas-¡Inuhito!

Sus padres habían llegado.

¡Nos han dicho que un demonio ha entrado en la casa!-exclamó Kagekatsu-¿Estáis bien?

Oh, Dios mío, mis niños…-Karasuko lucía preocupada.

El único demonio que hay aquí soy yo.-dijo Benibatsu.

¿Cómo has dicho?-preguntó Karasuko convencida de que se había confundido al escuchar.

Sin previo aviso, Benibatsu giró su doble guadaña sobre su mano, atravesando los corazones de su madre y de su padre de manera alternada. La confianza y el amor de sus padres habían hecho que bajaran la guardia con él, facilitándole el asesinato al máximo.

¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!-chilló Inuhito mientras se echaba a llorar en el suelo.

¡JAJAJAJAJAJAJAJAJA!-rió Benibatsu-¡Eres el siguiente, hermanito!

¡PARA!-exclamaron varios profesores a coro.

Los maestros de Benibatsu habían llegado a la casa Yonekura para socorrer al matrimonio. Su sorpresa fue enorme cuando los encontraron muertos. Kuritöö aprovechó la conmoción para lanzar algunas granadas de gas estupefaciente, lo cual permitió que Benibatsu los matara a sangre fría delante de los ojos de su hermano pequeño.

¡PAPÁ!-exclamó Inuhito desesperado-¡MAMÁ! ¡NO OS VAYÁIS! ¡NO ME DEJÉIS! ¡BIG BROTHER, DÉTENTE!

Benibatsu miró con asco a Inuhito y lo estampó contra una pared de una patada en la cara.

Niñato asqueroso…-dijo-… ¡me largo!

Y lo mejor de todo es que el Taimanin que vive en él es consciente de todo esto…sufre y haz sufrir, mocoso…-siseó Kuritöö-…piensa que soy tu amiga o algo así… ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJA!

¿Doctora?-preguntó Benibatsu como si la conociera de toda la vida.

Oh, no es nada…-dijo Kuritöö-…vámonos.

Vieron una explosión de sangre y miembros cercenados cerca de ellos. Asagi Igawa, la Taimanin más fuerte, había llegado. Con una sola técnica había acabado con todos los enemigos menores, y había dejado postrados de rodillas a todos los generales. Kuritöö señaló la casa Koukawa mientras miraba a Benibatsu. Éste se escabulló en esa dirección.

. . .

Más y más piezas encajaban. Benibatsu no los había traicionado por motivos irracionales, sino porque le habían lavado el cerebro. Además, el sello presente en la casa Koukawa llevaba seis años establecido y fue el que dio pie a la última guerra en Gokuruma, en la que Rito y Seika perdieron a sus padres.

¿Fuiste tú?-preguntó Inuhito con la cara inundada de lágrimas-¿FUISTE TÚ? ¡Oh, ZORRA,  te voy a matar! ¡Te haré sufrir! ¡Acabaré contigo, PUTA! ¡Devuélveme a mi hermano!

Jamás.-le espetó Kuritöö mientras pisaba el esternón del chico con sus botas de tacón alto-Me divierto mucho haciendo sufrir a la personalidad que restringí en su interior. Además, estás cumpliendo penitencia por mi hijo, desgraciado, no estás en condiciones de amenazarme. Dentro de poco te enseñaré el verdadero inicio de tu tortura…mientras tanto, creo que tu hermano quiere reventarte ese culito…

Benibatsu abrió la puerta con ímpetu.

Hablando del rey de Roma…-dijo Kuritöö.

Kazark ha despertado.-dijo Benibatsu-Quiere que vayas a verlo. Te cojo el relevo.

 . . .

Tentacle Smasher.-susurró Elizabeth.

Los tentáculos de su espalda salieron disparados contra los cuatro Taimanin que luchaban contra ella. Aoi, Rito, Hagane y Shirubei trataron por todos los medios de bloquearlos, pero, aun evitando los impactos, la fuerza de los pesados apéndices los arrastró, dando a Elizabeth una distancia suficiente como para arremeter con combinaciones de artes marciales a gran velocidad. En este campo, los Taimanin eran superiores, por lo que pudieron contrarrestar a la mujer androide en buen grado. Rito tomó la iniciativa y propinó una brutal patada giratoria alta a su oponente en la cabeza.

¡Acabemos con esta máquina inoportuna!-bramó Rito.

Hagane, Aoi y Shirubei lanzaron una corriente de viento, un rayo y un chorro de agua respectivamente, impactando contra Elizabeth y reduciéndola lo suficiente como para que Rito pudiera hacerle una llave y estamparla contra el suelo.

¡Es una pluma!-exclamó-¡Puedo con ella! ¡La sujetaré hasta que Yamiyuki le patee el culo a ese Nioiko!

¡Tus deseos son órdenes!-exclamó Yamiyuki mientras saltaba para esquivar un coletazo de su enemigo.

No pienso ponértelo fácil.-dijo Nioiko.

El mayordomo de los Fuuma lanzó una patada giratoria baja, pero Yamiyuki la bloqueó rápidamente con un muslo.

Ni que pudieras evitarlo…-le espetó Yamiyuki-Ninpô – Katon no Jutsu! Kouenkyaku!
(¡Arte ninja del fuego! ¡Patada de Llamas Carmesíes!)

Una brutal patada envuelta en fuego embistió a Nioiko, haciendo que cayera al suelo.

Ninpô – Katón no Jutsu! Jigoku no Kakato!-exclamó Yamiyuki.
(¡Arte ninja del fuego! ¡Talón del Infierno!)

Con un golpe de talón cargado de fuego, Yamiyuki hizo que parte del suelo estallara en llamas, apresando a Nioiko, quien no tardó en levantarse y vencer la energía de las llamas creando un torbellino láser girando sobre sí mismo con su cola.

Voy a tener que ponerme más serio…-dijo Nioiko.

¡Nioiko-sama!-exclamaron unas voeces-¡Nioiko-sama!

Un grupo muy reducido de soldados de los Fuuma llegó al lugar.

¡Somos los únicos que quedamos!-explicó uno de los hombres-¡Algo va muy mal en nuestras tropas! ¡Los soldados de Estados Unidos se han escapado y los Mazoku casi nos matan a todos! ¡Cada vez que disparamos parece que nos disparamos entre nosotros! ¡Y nos están persiguiendo!

Una horda de mercenarios Mazoku irrumpió tras los hombres de los Fuuma. Éstos abrieron fuego a discreción, aprovechando la distancia para acribillarlos con sus armas de rayos. Uno de los soldados disparaba cristales de colores muy brillantes con su arma. Sus efectos eran muy similares a los de los rayos, pues daban buena cuenta de los mercenarios. Nioiko supuso que la habría robado de aquel lugar. Se giró hacia los Taimanin justo a tiempo para no ver que sus hombres estaban empezando a caer por fuego amigo.

¡Está pasando de nuevo!-exclamó uno de los hombres-¡Si no nos vamos, moriremos todos y nos quedaremos sin tropas!

Está bien…-dijo Nioiko-… ¡RETIRADA ESTRATÉGICA!

Sin pararse a mirar cómo uno de sus hombres disparaba a sus camaradas, el mayordomo de los Fuuma hizo que los soldados desaparecieran de allí con el poder de sus ojos.

Yo me quedaré a jugar un rato más…-dijo el chico apuntando a Yamiyuki con su cola.

No sé qué demonios ha hecho con los ojos, pero no me da muy buena espina…-comentó Aoi.

Es un Fuuma…-recordó Rito-…nunca te fíes de los ojos de un Fuuma. Si su hermana mayor poseía el poder de la clarividencia, no me sorprende que este hombre pueda transportar cuerpos con la mirada.

Sagaces, sin duda.-los elogió Nioiko-Ahora… ¡sigamos con el combate!

Los hilos naranjas de rayos láser llegaron hasta las manos de Nioiko, concentrándose en sus uñas. Formaron unas garras cortas y afiladas similares a las de un gato. Con sus nuevas armas se iba pareciendo cada vez más a un gato. Comenzó a lanzar arañazos encadenados contra Yamiyuki, pero éste los desviaba presionando con sus antebrazos sobre las flexuras y las muñecas de su contendiente.

¡Eres persistente!-exclamó Yamiyuki-¡Una pena que nada de eso sirva contra nosotros!

¡Aún no he terminado de pelear!-incidió Nioiko.

Yamiyuki acertó con su puño derecho en el estómago del mayordomo. Como si lo hubiera golpeado un pistón, cayó acuclillado.

¡Ya lo creo que sí!-le espetó Yamiyuki.

Con una elegante y feroz patada giratoria, tiró de nuevo al mayordomo contra el suelo. Desde esta posición, le saltó encima y le cayó con ambos codos. Una vez lo tuvo apresado con toda la masa de su cuerpo, lo sometió a una rauda y fiera sarta de puñetazos que hizo que sus armas se apagasen.

¡Bien, Yamiyuki!-exclamó Hagane.

¡Aparta, por favor!-pidió Rito-¡QUE VA!

Yamiyuki se quitó de la trayectoria que Rito quería seguir: demostrando el ilimitado alcance de sus enormes músculos, lanzó a la pesada y dura Elizabeth por los aires, haciendo que cayera encima de Nioiko, quien escupió un chorro de sangre.

Pagaréis…-dijo Nioiko entre jadeos-…ésta…

Soltó una bomba de humo. Aprovechó la explosión para irse con Elizabeth.

Cobardes…-dijo Yamiyuki-…muchas ambiciones y amenazas y luego no cumplen nada…

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