miércoles, 26 de noviembre de 2014

[TY] Episodio 5: Escaramuzas en Yomihara

TAIMANIN YAMIYUKI
Episodio 5: Escaramuzas en Yomihara

Sabía que tenía que guardar el más absoluto silencio, aunque sentía ganas de emitir un suspiro de alivio. Nada más escuchar la puerta, escondió al trabajador noqueado detrás de un armario y se colgó del techo para evitar ser visto. Su alivio venía porque se trataba de otro empleado de aspecto inofensivo. Para ahorrarse un posible encontronazo, Hagane esperó a que el recién llegado pasase por debajo de él y, justo en ese momento, le cayó encima y le pinzó el cuello con los muslos, haciendo que perdiera el conocimiento y se desplomara casi instantáneamente gracias a una ágil llave basada en puntos de presión. Aprovechó que su presa caía por su peso para bajar con él y, cuando sintió que sus hombros rozaban el suelo, el joven Taimanin usó sus piernas, con las que todavía sujetaba al empleado, para colocar al susodicho detrás de una columna.

Ese Delphine podrá ser algo más que mero espectáculo…-pensó Hagane-…sin embargo, sus empleados parecen no saber defenderse.

Volvió a conectarse al canal de comunicaciones. Aoi volvía a estar en línea. Sentía la necesidad de hablar con él, no sólo por la misión, sino porque, como amigo, se sentía preocupado. No obstante, primero decidió desaparecer de la vista del próximo individuo que tuviera pensado abrir la puerta, no sin antes echar el cerrojo desde dentro para que nadie sospechase que se había utilizado una ganzúa.

¡Aoi!-escribió Hagane tras ocultarse en una posición estratégica-¿Estás bien?

Perfectamente.-respondió el tecnólogo-Sólo he tenido que moverme varios metros porque unos francotiradores se me habían acercado. Son historia, así que no hay nada de lo que preocuparse. ¿Y a ti cómo te va?

Estoy dentro de la parte restringida.-comentó el chico vestido de mujer-Voy a buscar pruebas incriminatorias y…

Aguarda un momento, Hagane.-escribió Aoi-No creo que las encuentres. Te preguntarás por qué, ¿no es así? Verás…he seguido trazando los planos incluso después de que te inmiscuyeras en el sector en el que estás ahora mismo y, si bien no es seguro al cien por cien, intuyo una derivación oculta. En algún lugar cercano a tu posición tiene que haber un elemento que revele un hueco en la pared de la derecha…mi experiencia trabajando con planos me dice que hay un pasillo oculto cerca de tu posición.

Está bien.-respondió Hagane-Voy a buscar. Te escribiré cuando haya avanzado algo…ahora prefiero estar pendiente de todos los empleados del local, pues todos son susceptibles de cogerme con las manos en la masa. ¡Gracias, Aoi!

Obligado a no encender ninguna luz para evitar ser sorprendido, Hagane se dispuso a buscar la entrada secreta que parecía existir en aquella estancia.

. . .

Es hora de volver a centrarse en el camión…-dijo Aoi para sí.

Una de las cámaras más cercanas a la posición del camión en aquel instante revelaba la presencia de un almacén cerca. No tenía manera de saber si iban a dejar allí las mercancías o si iban a cargar más, pero el mero hecho de no estar ciego le bastaba para entender que el camión iba a entrar en la zona de aparcamiento del almacén.

¡Rito!-escribió a través de su portátil-¡Tenéis que dirigiros al almacén que está a vuestra izquierda antes de que llegue el camión! Evitad que logren lo que tengan que hacer allí… el cómo ya es cosa vuestra, según lo acordado en la última reunión estratégica. No te separes de Inuhito por lo que pueda pasar y… ¡buena suerte! Ah, se me olvidaba mencionar que esa nave no tiene vigilancia periférica y dispone de ventanas traseras…unos chicos inteligentes como vosotros sabréis aprovecharlo.

. . .

Rito cerró la ventana tras de sí y se dejó caer en el interior del almacén. No tenía nada fuera de lo común, sólo estanterías llenas de paquetes y otros tantos paquetes apilados unos sobre otros. Cajas y cajas los separaban de la puerta de entrada delantera. Inuhito olfateaba el aire.

Se acercan.-dijo-Esto será más divertido si no nos ven nada más entrar.

Rito y su amigo se miraron y asintieron. Se separaron, colocándose cada uno detrás de una estantería llena de cajas, uno pegado a la pared izquierda y otro pegado a la pared derecha. Inuhito era un luchador hábil y sagaz, como buen Taimanin, pero uno de sus verdaderos puntos fuertes era la agudeza de sus sentidos. Su porte, ciertos amaneramientos y sus sentidos e instintos más típicos de un animal depredador que de un hombre le habían hecho ganar el apodo de “sabueso de los Taimanin”, si bien a él le parecía demasiado políticamente correcto. Una vez más, su nariz no se equivocó: la puerta se abrió en menos de un minuto desde la ocultación de los chicos. Entraron varios orcos acompañados de algunos hombres que, si bien tenían un aspecto totalmente humano,  inspiraban tan poca confianza como los orcos.

Una línea recta horizontal cortó el aire. Sonora y violentamente, todos los recién llegados fueron cortados por la mitad, provocando una riada de sangre en el centro del almacén. En dicho punto central apareció, tras cesar su ágil maniobra de asedio, Inuhito. Asía su enorme aro metálico cortante y lo levantaba con orgullo mientras se regocijaba de las muertes que acababa de causar.

¡JAJAJAJA!-la risa de Inuhito bien podría pasar por la de una hiena-Ésa no os la esperabais, ¿eh, chusma?

Se escucharon disparos. Fuera del almacén se habían quedado varios refuerzos que, lejos de entrar al lugar, se dedicaban a disparar contra Inuhito con metralletas. El Taimanin era demasiado veloz para ellos y comenzó a trepar entre las cajas y a saltar de unas a otras para esquivar todas las ráfagas. Uno de los tiradores sintió que sus sentidos se perdían tras un golpe seco y doloroso. Los demás se giraron hacia él y en su lugar vieron a un chico muy musculoso con un uniforme verde: Rito había aparecido súbitamente entre ellos y había noqueado a uno de los tipos. Aprovechando el tumulto que había causado, el forzudo ninja asió fuertemente su arma, una maza metálica doble, a ambos lados de un largo mástil, con las dos terminaciones dotadas de peligrosos pinchos. En el centro del mástil tenía atado un lazo rojo bastante largo. Ante las expresiones de terror de los transportistas, Rito giró su arma con sus dos manos a gran velocidad, dando la sensación óptica de que sujetaba un disco cuyos giros mandaban por los aires a los enemigos con sangrantes heridas.

Demasiado fácil.-dijo Rito-O eso, o es que nosotros somos demasiado buenos.

Confío en la segunda.-Inuhito sonrió-Es hora de ver qué hay dentro del camión…

En el amplio remolque del camión vieron lo que se esperaban: cajas llenas de armas y de sustancias que desconocían y no les inspiraban ninguna confianza.

Voy a tomar muestras de estos productos.-dijo Inuhito-Tal vez pueda averiguar algo con ellas en el laboratorio. ¿Qué tal si descargamos todo el contenido del camión dentro del almacén?

Rito, que no tardó en entender las intenciones de su compañero y amigo, asintió y comenzó a sacar las enormes cajas para dejarlas dentro del almacén bien apiladas. Una vez hubieron terminado cada uno su tarea, Inuhito se conectó de nuevo al canal de comunicación.

Yamiyuki.-escribió-Buenas noticias: hemos interceptado el camión. Han estacionado el vehículo en un almacén y, por lo que parecía, venían al mismo para coger todavía más carga. Ahora está todo a nuestra disposición, por lo que solicitamos permiso para hacer una…limpieza.

Buen trabajo, chicos, no esperaba menos de vosotros.-respondió Yamiyuki-Dejadme a mí la limpieza, vosotros habéis cumplido.

¿Va a venir aquí?-preguntó Rito tras leer los mensajes.

Eso parece.-comentó Inuhito sin mucha sorpresa.

Minutos después, Yamiyuki aterrizó detrás de sus dos subordinados: había llegado hasta el lugar a base de saltos. Estaba ya ataviado con su uniforme de combate. Tras saludar a los otros dos chicos, entró al almacén y vio todo lo que había dentro, incluyendo la carga del camión, recién sacada del mismo.

Aoi.-escribió Yamiyuki desde su terminal de mano-¿No podrías causar un apagón cuando te envíe la correspondiente señal? No nos interesa que se vea el humo.

¿Qué humo?-preguntó Aoi.

Ya lo verás.-dijo Yamiyuki-Será la señal, al fin y al cabo.

El atractivo líder Taimanin hizo unos gestos con sus manos.

Ninpô – Katon no Jutsu!-exclamó.
(¡Arte ninja del fuego!)

Florecieron unas llamas que comenzaron a quemar el interior del almacén con todas las cajas que en él había. Poco a poco fueron extendiéndose hasta formar un virulento y hambriento fuego que devoró todas las cajas y muebles. Desde fuera del almacén vieron cómo ascendía un pilar de humo negro…no sin antes ver las luces de Yomihara apagándose: Aoi había hecho bien su trabajo.

 . . .

Hagane había conseguido descubrir el pasillo secreto y avanzaba por el mismo. Sólo había una posibilidad de avance: atravesar la puerta que se encontraba en el otro lado. A pesar de que la trastienda estaba bastante oscura y sólo encendían las luces cuando los empleados lo precisaban, aquel pasillo estaba totalmente bien iluminado, y su constitución rompía con la estética del bar: parecía más bien un pasillo de hospital o de complejo de laboratorios. Todavía vestido como una mujer, el chico llegó a la puerta y, sorprendentemente, se la encontró abierta. Al atravesarla, se horrorizó al ver a la enorme criatura a la que acababa de despertar. No tardó ni dos segundos en tener que saltar para salvar su vida: un enorme puño se había clavado en el suelo. En aquella sala residía un cíclope de grandes dimensiones: hasta el techo de la sala era más alto que el del resto del edificio para tal fin. Mientras esquivaba puñetazos y pisotones, Hagane observó que aquel pasillo tenía ventanas que daban a la calle pero que estaban bloqueadas por barrotes metálicos. Vio ascender algo de humo por el horizonte e inmediatamente pensó en sus compañeros. No obstante, todas las imágenes de su mente se borraron cuando, horrorizado, vio que todas las luces se apagaban. Al ser de noche, no entraba luz por las ventanas y el resto del barrio se había quedado a oscuras. El humo ya no se distinguía, pero tampoco se distinguía el cíclope furioso que lo estaba atacando.

¡Mierda!-exclamó Hagane-¡Si esta cosa no deja de hacer ruido, ese tal Delphine va a venir!

La piel del gigantesco ser era lo suficientemente oscura como para casi mimetizarse con el entorno. Tras esquivar varios golpes más, decidió que tendría que pelear a ciegas. Tenía una vista muy aguda, pero la oscuridad no entendía de esos temas. Pensó que le vendría bien tener a Inuhito cerca, pero, por desgracia, no estaba allí. Tras varios segundos de sudor y suspense, las luces volvieron a encenderse. El exterior estaba apagado todavía, por lo que pensó que se trataría de algún generador de emergencia, lo cual lo alivió para luchar contra el cíclope, pero, a la vez, le hizo temer la llegada de Delphine. Tras la circulación de estas ideas por su cabeza, Hagane decidió que ya era hora de dejar de titubear y pasar a la acción. Se puso en guardia y apretó los puños. No obstante, en unos segundos…

¡GRRRRRRAAAAAAAAAAAH!-el cíclope bramó mientras miraba hacia arriba.

Hagane se fijó en la ventana más alta. Los barrotes saltaron cortados en rodajas como si fueran comida y por el hueco resultante entró en escena Shirubei con su uniforme de Taimanin puesto. En mitad de su caída desplegó las garras que constituían su arma personal y arañó diagonalmente el pecho descubierto del corpulento cíclope, alejándolo de Hagane para ponerlo a salvo.

¿Qué hace una tía tan buena como tú en un sitio como éste?-Shirubei se giró hacia Hagane y le sonrió tras aterrizar-¿No te interesa mejor tomar algo conmigo?

¡Disculpe, caballero!-Hagane le siguió el juego con aire jocoso-Se está equivocando usted… ¡soy todo un hombre!

Hagane giró salvajemente sobre sí mismo y se despojó de sus ropas de mujer, cambiándose rápidamente al uniforme de Taimanin.  Rápidamente sacó lo que parecían dos espadines de color rosa, pero no tardó en abrirlos y revelar que eran unos abanicos cortantes metálicos de color violeta por dentro. Con su arma personal en las manos, Hagane se lanzó hacia el enfurecido cíclope. Shirubei lo respaldó rápidamente: con los abanicos del primero y las garras del segundo, el enorme monstruo recibió los suficientes cortes como para caer postrado.

¡El dueño del local podría venir de un momento a otro!-exclamó Hagane-¡Tenemos que darnos prisa!

Shirubei asintió y se lanzó como un torpedo hacia el vientre del cíclope, el cual lo desvió de un fortísimo manotazo y lo estampó contra una pared.

¡Ah!-el joven rubio emitió un quejido.

¡Shirubei!-exclamó Hagane, tras lo cual encaró al cíclope girándose hacia él-¡Maldito pedazo de mierda gigante! ¡Voy a acabar contigo!

Un puñetazo del cíclope barrió a Hagane, pero Shirubei, que ya se había levantado, interceptó su cuerpo e impidió que cayera sujetándolo con ambos brazos. Tras separarse, el chico del uniforme rosa se adelantó de nuevo hacia el cíclope y preparó una técnica especial.

Ninpô – Fûton no Jutsu! Kamaitachi!-exclamó Hagane.
(¡Arte ninja del viento! ¡Viento Cortante!)

El andrógino joven agitó sus abanicos y liberó una brisa muy atípica. El aire se concentró formando cuchillas transparentes que atravesaron al cíclope por todos los puntos de su cuerpo, haciendo que cayera muerto en medio de un charco de sangre.

Gracias por venir, Shirubei…-dijo Hagane mientras se retiraba el sudor de la frente.

Siempre es un placer, amigo mío.-respondió éste-Aoi no tardó en darse cuenta de que el apagón te perjudicaría, así que me mandó hasta aquí a la vez que trataba de activar remotamente los generadores de emergencia.

Eso significa…-infirió Hagane-…que no necesariamente tiene que estar viniendo nadie hacia este sitio. Pensaba que el dueño del local había dado las luces de emergencia y vendría a investigar, lo que habría acabado probablemente en que me detectase…

Digamos que así es.-concluyó Shirubei-El hecho de que esa cosa inmunda estuviese aquí y que tras él haya una puerta da a entender que hay algo importante tras la susodicha.

Se acercaron a la puerta. Tenía un rótulo informativo.

Doctor Karistus…-leyó Shirubei-…investigador científico. ¡Lo que nos faltaba! Si un demonio científico tiene un despacho en la trastienda de un bar, está clarísimo que dicho bar es una tapadera.

Vamos a avisar a Yamiyuki.-dijo Hagane-Pidámosle consejo, seguro que encontramos una buena vía de acción entre todos.

¡Hagane!-Aoi enviaba un mensaje-¡Sigue capturando imágenes de todo lo que encuentres en ese sitio! Inuhito y Rito han completado la interceptación del camión, tú has estudiado a fondo el local, Yamiyuki y Shirubei han dado la ayuda necesaria y yo he cumplido también con mi parte. ¡Misión cumplida! ¡Podremos entrar en las profundidades de este local próximamente!

La puerta está cerrada.-respondió Hagane-No vamos a poder entrar en esta sala, lo cual me da a entender que el supuesto doctor Karistus no está dentro. ¿Qué tal si nos largamos de aquí?

Está bien.-dijo Aoi-Le he preguntado a Yamiyuki antes de ponerme en contacto con vosotros y ha dicho que ya es suficiente por hoy, así que reunámonos fuera. Os espero tres azoteas al sur del antro en el que estáis.

Shirubei y Hagane saltaron a la calle por la ventana por la que el primero había entrado. Reptando entre las sombras, los dos Taimanin rodearon el perímetro del Moist Desire hasta que una imagen curiosa los obligó a parar: un coche de aspecto muy lujoso estaba buscando aparcamiento cerca del local. Para averiguar qué relación tenía con las actividades del sitio, Shirubei y Hagane se acercaron a la puerta del mismo. El encapuchado portero seguía en su sitio.

¡Vamos a hacernos pasar por invitados!-susurró Hagane-Esta vez me vestiré como un chico y nos haremos pasar por una pareja gay que quiere pasar una noche divertida. Será la mejor manera de pasar desapercibidos y colarnos.

¡De acuerdo!-asintió Shirubei.

Se cambiaron rápidamente y se acercaron a la puerta cogidos de la mano.

Buenas noches.-Shirubei arqueó una ceja-¿Podemos pasar?

El portero hizo un gesto con la cabeza. Volvieron a entrar en el local que acababan de abandonar y encontraron que, como el humo ya se había disipado y las luces habían vuelto, la diversión continuaba. Escucharon a Delphine hablar preocupado usando el teléfono de la barra.

Noqueados…-susurró-…y no sé por qué, pero el cíclope ha estado algo intranquilo…

¡Ajá!-susurró Hagane-Así que el cíclope era una mascota de este tío…

No, no hay problema…-continuaba Delphine-…pueden bajar del coche y entrar. Al fin y al cabo, son los invitados de honor que pondrán la guinda sobre el pastel.  (. . .) Sí, claro, gente con tanta influencia en estas inmediaciones será una bendición para el negocio…

En medio de la conversación, Delphine se giró para mirar hacia donde Hagane y Shirubei se situaban. Preocupado por si el demonio se daba cuenta de que la chica que se había esfumado se parecía sospechosamente a aquel cliente recién llegado, se escudó en Shirubei, que era más alto que él. Se abrazaron e hicieron ver que se estaban dando un beso para que el dueño del local no se diese cuenta de nada. Sin tener muy claro si se trataba de un error de cálculo o de algo intencionado, sus labios se encontraron de verdad. Lejos de asustarse, se dejaron llevar unos segundos que no parecieron disgustarles. Sus lenguas se chocaron y se acariciaron mutuamente hasta que sus juicios clavaron sus miradas por encima del éxtasis, momento en el que se separaron lentamente y con satisfacción.

Hay que ver…-dijo Shirubei-…lo bien que hacemos nuestro trabajo.

Sí…-dijo Hagane-...y qué satisfactorio es saber que has hecho un buen trabajo, ¿verdad? Te veo contento al respecto…

Hagane miró al suelo.  Una parte de él luchaba fuertemente contra su ropa, aunque no se sintió solo, pues su compañero también estaba en un estado similar.

¡Mira quién fue a hablar!-Shirubei picó varias veces la frente de su amigo con el dedo índice.

Delphine colgó el teléfono y se dirigió al público.

Damas y caballeros…-dijo cordialmente-… ¡os presento a los invitados de honor de esta noche!


Las puertas de entrada del Moist Desire se abrieron de par en par.

2 comentarios:

  1. Jejejejeje (sí, mi risa más pervertida) como me gusta oh dios.
    Me encanta lo que haces de trasladar al lector a los diferentes lugares donde se encuentran los personajes y... amo el final. LO AMO. *_*

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    1. ¡Qué emocionada y enganchada te veo! ¡Cómo me gusta y cómo me motiva! Tengo grandes planes...

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