lunes, 24 de noviembre de 2014

[TY] Episodio 3: Arco iris en la oscuridad de la noche

TAIMANIN YAMIYUKI
Episodio 3: Arco iris en la oscuridad de la noche

El trabajo en el laboratorio parecía no tener fin. Pese a que el oscuro amparo de la noche abrigaba la zona, en el interior de aquel lugar parecían no pasar las horas: la carencia de ventanas y la total dependencia de la luz eléctrica daban un ambiente bastante atemporal a aquel habitáculo de aire enrarecido. La investigación científica que se llevaba a cabo en el interior de aquel lugar parecía de vital importancia…y la concentración personal que había se interrumpió momentáneamente cuando se abrió la puerta para dejar paso a una mujer que despedazó el silencio de la incómoda habitación con los sonoros pasos de sus zapatos de tacón alto.

Doctor Karistus…-dijo la mujer a modo de saludo-… ¿cómo van las investigaciones?

Has llegado en el mejor momento.-respondió el científico-Si esta fórmula magistral produce los resultados que en su día teoricé, podremos aplicarla para las próximas campañas de expansión.

Así que estamos a pocos pasos de tener un arma nueva, ¿no es cierto?-la visitante parecía satisfecha.

Estamos a pocos pasos de ser imparables.-respondió el doctor-Tal vez los otros no puedan usarla directamente en el campo de batalla, pero para Kazark puede venir bien…sus máquinas son excelentes para éste y cualquier otro supuesto práctico. Por último, en tu caso…seamos sinceros, no creo que necesites más poder del que ya tienes.

Me halagas, doctor Karistus.-contestó la mujer-Kazark vendrá por aquí dentro de poco, así que podrás comentarlo con él. Me encantará ver las caras de esos frígidos santurrones cuando les ataquemos cuando menos se lo esperen… ¡JAJAJAJAJAJAJAJA!

El científico acompañó a la dama con su risa. Parecían muy convencidos del éxito de sus planes de futuro.

El nuevo centro de operaciones nos dará la capacidad de dar un golpe estratégico de gran calibre.-vaticinó el doctor-Quedan muy pocos días…y el gerente está deseándolo.

Que el gerente sea uno de los miembros de esta élite es un punto a nuestro favor.-concedió la mujer-Toda la élite más cercana a la jefatura suprema está concentrada en los puntos clave…el control es nuestro…y, con él, ganaremos la guerra definitivamente.

Espero sinceramente que así sea…-dijo amable y caballerosamente el científico-…querida.

. . .

El Nishi era un bar muy amplio y bien acondicionado. Tenía una zona con mesas y sillas, una tarima grande para actuaciones, una gran barra con taburetes y una zona espaciosa para los que desearan bailar. Las paredes eran negras y grises, con focos LED cuidadosamente distribuidos para garantizar una iluminación tenue pero suficiente, agradable, acogedora e inocua para la vista de los clientes. Además de los focos blancos corrientes, había algunos focos de colores variados repartidos en hileras por el techo y los bordes del suelo cuyos rayos se cruzaban asiduamente, formando mezclas de colores y efectos luminosos tan logrados como la emulación de mariposas o peces flotando por el ambiente. Lo que más llamaba la atención de aquel lugar era su manifiesto: era un bar dedicado única y exclusivamente a las bebidas sin alcohol y, pese a ello, siempre tenía mucha clientela.

Yamiyuki llegó al lugar y se lo encontró bastante animado, con algunas mesas ocupadas y otros tantos grupos de personas bailando y conversando de pie con sus bebidas en las manos. La música de aquel lugar le gustaba mucho, y los camareros eran grandes maestros cocteleros capaces de preparar bebidas deliciosas sin un solo miligramo de alcohol.

¡Yamiyuki!-saludó la chica que estaba en la barra-¡Buenas noches!  ¡Cuánto me alegro de verte!

Sirviendo en la barra se encontraba la dueña del local. Era una mujer muy alta, esbelta, con curvas pronunciadas y sensuales, muy joven, con una piel tremendamente pálida, una larga, tupida y lacia melena negra que llegaba hasta la altura de sus codos y unos profundos ojos de color negro azulado y forma bastante rasgada, parecida a la forma de los ojos de las personas chinas. Lucía un vestido de color añil tornasolado que, pese a carecer de escote, hacía notar sus enormes pechos. Bajo las atrevidas terminaciones en pico del vestido llevaba unos leggings negros de cuero sintético y unas botas de tacón de color azul marino.

Kuroageha…-dijo Yamiyuki sonriente mientras apoyaba un brazo en la barra-…siempre es un placer. ¿Qué tal la noche? Veo que bien, ¿no es así?

¡Muy bien!-respondió la joven-Los viernes solemos hacer buena caja…y, la verdad, cuando abrí el bar, pensé que me cansaría mucho de trabajar en estos días, pero, a la hora de la verdad, me divierto tanto como una clienta más. ¿Qué te voy a poner esta noche?

Ponme un Roy Rogers para ir atemperando el cuerpo.-pidió Yamiyuki cortésmente-Esta noche vamos a divertirnos mucho…o eso espero.

¿No vienes solo?-preguntó la camarera, al parecer buena amiga del chico, mientras preparaba el cóctel-¿Traes compañía? Sea quien sea, espero que se divierta en mi bar.

Hemos quedado todos para pasar la noche fuera.-le comentó el chico-Me han dicho después de comer que iban a venir en cuanto pudieran, así que estarán al caer. Hacía mucho que no salíamos a dar una vuelta los seis juntos…y, por fin, hemos conseguido que venga Seika con nosotros. Esa chica es genial, pero necesita ser menos introvertida…

Ah…-suspiró Kuroageha-…Seika…nunca entenderé por qué una chica como ella puede ser tan tímida, pero supongo que no deja de ser una muestra más de la diversidad humana y hay que aceptar el hecho como tal.

Dices estas cosas como si tuvieras algo que envidiarle…-Yamiyuki guiñó un ojo.

¡Por favor, Yamiyuki!-Kuroageha le sonrió como si estuviera hablando con un loco-No me digas esas cosas, que me sonrojo y estoy trabajando. Aquí tienes lo tuyo, ¡disfrútalo!

¡Muchísimas gracias!-exclamó Yamiyuki, tras lo cual tomó un sorbo de su vaso-¡Qué delicia! ¡Eres genial, Kuroageha!

No hay de qué, chico.-Kuroageha se despidió con la mano para atender a otro cliente.

Mientras esperaba a sus amigos, Yamiyuki observaba la zona de actuaciones. Había dos chicos cantando. Lo hacían francamente bien y le amenizaban la espera muy convenientemente. El Nishi era un bar muy variado en cuanto a actuaciones…tanto hombres como mujeres de diversas edades participaban cada noche en espectáculos de distinta naturaleza: algunos cantaban, otros bailaban, otros tocaban música, también se recitaban poemas, se hacían espectáculos cuasi circenses…era imposible aburrirse.

Tras la canción de los chicos, subió al escenario una chica cuya actuación consistía en improvisar una danza para cada canción de fondo que sonara en el local. Mientras embelesaba al público, las puertas del Nishi se abrieron para dar paso a seis personas. Allí estaban Aoi, Hagane, Rito, Seika, Shirubei e Inuhito. Saludaron a Yamiyuki con las manos antes de llegar a la barra.

¡Buenas noches!-saludó Shirubei-¡Qué guapo estás, ligón!

Creo que te confundes…-Yamiyuki esbozó una media sonrisa antes de tomar otro trago.

El chico vestía una chaqueta entallada de color negro con correas en lugar de botones, así como unos pantalones rectos del mismo color con varias cadenas colgando y unas botas muy altas con hebillas y suelas gruesas. Encima llevaba una gabardina con cuello vuelto y adornos en forma de cruces plateadas. Los recién llegados también vestían con estilos bastante llamativos y heterogéneos.

Kuroageha se deslizó como una grácil mariposa desde la otra punta de la barra hasta donde se encontraban los amigos. Apoyó ambas manos en la superficie, adoptó una pose parecida a la de un animal cazando y miró a Hagane enseñando los dientes con una sonrisa socarrona.

¡Diva!-le exclamó Kuroageha.

Hagane se giró hacia la dueña del local.

¿Buscas pelea, cabaretera de ojos felinos?-preguntó el chico con rostro desafiante.

Kuroageha apuntó a Hagane con su puño. El chico hizo lo mismo. Chocaron entonces sus puños a modo de saludo.

¡Qué guapísima estás esta noche!-la elogió Hagane-Tenía ganas de verte de nuevo… ¡ponme un Shirley Temple!

Yo creo que necesito bailar antes de tomar nada.-dijo Inuhito a modo de confesión-¿Alguien me acompaña?

Inuhito chasqueó los dedos y comenzó a moverse con elegancia. Sus finas piernas estaban perfectamente enfundadas en unos leggings de color rosa tornasolado. Calzaba unas botas blancas altas y, de cintura para arriba, vestía una blusa blanca con bastante caída. Entre sus movimientos, golpeó voluntariamente a Rito con la cadera.

¡Vamos, no estés tan quieto!-dijo Inuhito-¿Quiénes mejor que un peso mosca y un peso pesado para demostrar ser la mejor pareja de baile del Nishi esta noche? ¿Eh?

Rito, que también tenía ganas de moverse, comenzó a seguirle el ritmo a su amigo. Había sustituido su trenza por una cola de caballo. Ataviado con unos pantalones de campana de color negro, botas naranjas de montaña con remaches negros y una sudadera ajustada y fina de color azul oscuro, el chico imprimía sus movimientos impregnados de la sensualidad de su musculada figura.

Ahora mismo no tengo mucha sed, Kuroageha…-comentaba Aoi mientras veía bailar a sus amigos-…ponme una soda de melón…ya me irá apeteciendo algo más elaborado conforme avance la noche.

¡Marchando!-Kuroageha buscó una lata de la cámara frigorífica.

¿No bebes nada, Seika?-preguntó Aoi mientras tanto.

¡Claro que sí!-respondió Seika algo cohibida-Kuroageha, por favor, ¡una limonada cuando puedas!

Kuroageha levantó el pulgar.

La noche fue avanzando. Después de bailar unas cuantas canciones, el grupo se retiró a una mesa grande. Sentados los siete en círculo, hablaban y disfrutaban de buenos refrescos y deliciosos cócteles.

¡Y me dijo que qué hacía allí!-Hagane contaba una anécdota-¡No podía parar de reírme!

Entre las risas, Kuroageha se acercó a la mesa con una bandeja.

La ronda que habéis pedido, chicos.-dijo con cordialidad-Espero que estéis disfrutando de la noche.

¡Ya lo creo!-comentó Aoi a modo de elogio-Últimamente hemos estado muy ocupados con la graduación y demás… ¡se agradece una noche de descanso!

Pues disfrutadla.-Kuroageha sonrió-Por cierto, Hagane, Shirubei, el público os pide un bis…quieren que repitáis esos movimientos de contorsión con música en la tarima. ¿Os animáis? Sabéis que esas colaboraciones las pago…

Shirubei y Hagane se miraron y asintieron.

¡Vamos allá!-exclamaron mientras se dirigían a la tarima entre aplausos.

Siguieron así otro buen rato.  Llegó un momento en el que el bar estaba completamente masificado. Fue entonces cuando Kuroageha dejó al resto de camareros encargándose de la barra y se colocó un micrófono inalámbrico en un lateral de la cara.

¡Buenas noches, Nishi!-exclamó Kuroageha-¡Vuestra anfitriona os quiere dar las gracias por haber venido a divertiros esta noche! ¡QUE COMIENCE EL BAILE!

La chica saltó a la tarima y sonó su música, la que ella misma había elegido para su actuación. Sus movimientos eran gráciles, elegantes, sensuales y cautivadores. Tanto chicos como chicas no podían dejar de mirarla. En la barra no paraban de pedir bebidas y dar generosas propinas. La noche iba a resultar muy fructífera.

Aprovechando la expectación que reinaba en el local, Yamiyuki se levantó y se dirigió a la puerta.

¡Yamiyuki!-lo llamó Rito mientras lo agarraba de un hombro-Yo también lo he sentido…ha pasado algo ahí fuera.

Hagane, Aoi, Inuhito y Shirubei asentían desde la mesa: también lo habían notado. Seika parecía haberse dado cuenta de que algo en la calle no iba bien, pero parecía algo nerviosa.

Los siete salieron del bar por un momento y observaron la fuente de los gritos que habían oído. No había nadie en la calle…sólo un orco y una mujer que forcejeaban: el primero parecía querer someter sexualmente a la segunda.

¡Eh!-gritó Yamiyuki-¿De dónde has salido? ¿Qué le haces a esa chica?

¿Quiénes sois vosotros?-preguntó el orco con malas formas-¡No tengo tiempo para niños!

No saben todavía quiénes somos…-dijo Aoi sonriendo con picardía-…y es sólo uno…

Antes de que pudieran mediar más palabra, Inuhito se había abalanzado sobre el orco y lo había lanzado por los aires de una patada. Cayó de cabeza, rompiéndose el cuello y fracturándose varios huesos del cráneo. Hagane corrió hacia la chica.

¿Estás bien?-preguntó Hagane-¿Necesitas que te llevemos a un hospital?

La chica sonrió excesivamente.

Estoy bien…-dijo-… ¡MUY BIEN!

La cabeza de la chica se desfiguró hasta convertirse en un apéndice con forma de cola puntiaguda que lanzó peligrosos latigazos contra Hagane, que no tardó en apartarse con ágiles volteretas.

¡Ella también es un demonio!-advirtió Rito-¡Debe de ser algún tipo de trampa!

Una pena que ni para salir de marcha venga desarmado…-dijo Shirubei con una sonrisa.

Se puso frente a la amorfa criatura y hundió sus manos en los bolsillos de su pantalón de campana con correas de color verde caqui. Sacó dos shuriken y los lanzó contra el apéndice cortante, reduciendo su movilidad. Acto seguido, lanzó un kunai contra lo que antes era el cuello de la mujer, provocando la escisión del apéndice entre chorros de sangre. El chico rubio sólo tuvo que ladearse para no ser salpicado, pues llevaba un chaleco blanco y no quería recibir manchas.

¡Mirad!-exclamó Seika.

Los chicos se giraron. Una furgoneta se alejaba de ellos a bastante velocidad.

¡Hay víctimas dentro!-exclamó Inuhito-¡Ha habido un secuestro!

¿Estás seguro?-preguntó Aoi.

Mis ojos nunca mienten.-respondió Inuhito-¡Tenemos que parar ese vehículo!

No hay más remedio…-suspiró Aoi-… ¡Shirubei, saca un puñado de agujas senbon y tíralas al aire!

El chico obedeció con plena confianza en su amigo. Aoi saltó y agarró el puñado de agujas a la vez que saltaba diagonalmente de pared en pared entre los edificios cercanos mientras lanzaba agujas como una nube soltando gotas de lluvia. Las ruedas del vehículo se vieron agujereadas, impidiendo la continuación de la marcha. Antes de que el joven aterrizara tras hacer alarde de su gran puntería, Yamiyuki ya había abierto las puertas del conductor y del copiloto del vehículo. Dos mercenarios Mazoku lo esperaban en su interior.

¿Qué creéis que estáis haciendo?-preguntó Yamiyuki-¡Éste no es ni jamás será vuestro territorio, escoria!

Vamos a tener que noquearlo.-le dijo uno de los mercenarios al otro-Mientras las tías estén a buen recau… ¡EH!

Hagane y Rito habían evacuado a las cinco mujeres que había en el interior de la parte trasera del vehículo. Mientras los demás prestaban su ayuda para alejarlas de allí y tomarles declaración, Yamiyuki no tardó en salir del vehículo, empujado por los mercenarios, quienes se dispusieron a atacar a la vez.

¡HAAAAAAAH!-exclamó Rito.

Como una bala de cañón, su enorme cuerpo arrolló a uno de los mercenarios en una potente patada voladora con ambas piernas, una dropkick, tras cuyo aterrizaje agarró al objetivo de la cintura y lo estampó contra el suelo doblándose hacia atrás en un suplex.

¡Dos contra uno nunca ha sido justo!-se justificó el chico musculoso de ojos rosados.

¡Gracias, Rito!-Yamiyuki sonrió-Ahora me divertiré con el que queda…

El mercenario se dispuso a atacar, pero Yamiyuki agarró su brazo en medio de una llave y lo incrustó en el suelo tras romperle la extremidad agarrada por varios puntos. Desde esta posición, le pisó la cabeza con el talón y terminó con su vida.

Ya verás qué contentos van a estar todos mañana cuando se enteren de que nos han intentado atacar los Mazoku en nuestro propio territorio…-dijo Yamiyuki.

Si Kuroageha termina de bailar y no nos encuentra por allí, pensará que ha pasado algo…-dijo Inuhito-… ¡vamos a limpiar esto y a volver! No podemos hacer que cunda el pánico con toda la gente que hay dentro del Nishi…

La furgoneta tiene que quedarse aquí, aunque dejemos a todos los cadáveres dentro.-dijo Shirubei-Además, estas mujeres no pueden quedarse solas...

Seika le tendió a Shirubei algunos billetes.

¿Qué sucede?-preguntó Shirubei.

Mi parte de la cuenta.-dijo Seika-Para que le paguéis a Kuroageha. Yo pondré a estas mujeres a salvo. Las Taimanin las protegerán.

¡Los cuerpos de los atacantes ya están cargados en la furgoneta!-informó Hagane, haciendo una vez más alarde de lo rápido que trabajaba el grupo-¡Necesito tomar muestras de los fluidos de ese demonio extraño! ¡Encargaos del resto, por favor!

¡Mirad lo que había en la guantera!-señaló Aoi tras investigar el vehículo por dentro-Este papel parece muy antiguo… debe de tratarse de algún documento oficial… ah, y lleva otro grapado bastante más reciente… ¡un momento!

¿Qué sucede, Aoi?-preguntó Yamiyuki.

Son un acta de matrimonio y un certificado de viudedad.-dijo Aoi con el rostro desencajado.

¿Tan grave es eso?-preguntó Rito.


No lo sería si no se tratase de una realidad que desconocíamos…-dijo Aoi tras tragar saliva-…y es que Edwin Black dejó viuda a la que fue su esposa antes de morir. La presencia de esta nueva pieza en el tablero podría explicar por qué está habiendo tanto desorden últimamente…

2 comentarios:

  1. Mola y no sé que protagonismo le darás a Kuro (la chica) pero me gusta su estilo y su físico (además de su actitud)
    Entiendo que los protas son los chicos pero seguiré leyendo a ver xD
    Me encanta la ambientación de esta historia, lo de los clanes y demonios (es más mi rollo)

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    1. ¿Te ha gustado Kuroageha? ¡Cómo me alegro! Tendrás que seguir leyendo para saber más...y habrá clanes, demonios y muchas cosas más... ¡PARA RATO!

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