miércoles, 4 de mayo de 2016

[TY] Episodio 79: Hematófagos

TAIMANIN YAMIYUKI
Episodio 79: Hematófagos

Inuhito y Andrei se miraban el uno al otro mientras caminaban, enfrentados, describiendo una circunferencia. Mantenían un duelo con sus ojos, haciendo una fugaz pero minuciosa mezcla de cálculos, intuición, percepción y predicciones para intentar asegurarse el primer golpe en el inevitable combate que iban a librar. En aquella loca y violenta noche, los Taimanin y la milicia de Estados Unidos libraban el que podría ser su último enfrentamiento: desde Gokuruma ardía el deseo de eliminar de aquella guerra a los soldados, pero éstos no pensaban irse sin antes oponer toda la resistencia que pudieran.

¿Tenías ganas de que nos quedáramos solos?-preguntó Andrei de manera provocativa.

Tengo ganas de que desaparezcáis del campo de batalla.-respondió Inuhito-No queremos que os inmiscuyáis en nuestra guerra. Estáis dificultándonos todas nuestras acciones y cada día nos hace menos gracia. Creo que esta noche tú y yo nos vamos a zurrar. Exigencias del guión en la obra de teatro de la vida, supongo.

Has elegido a un mal oponente.-explicó el soldado-Voy a cortarte en pedazos y te convertiré en albóndigas para los perros demoníacos.

Claro que sí, campeón.-se limitó a comentar el Taimanin mientras levantaba el dedo corazón de la mano derecha en señal de provocación hacia su contendiente.

Con un ágil movimiento, Andrei se posó frente a Inuhito, muy pegado a él, y le agarró el dedo.

No seas insolente.-dijo Andrei mientras apretaba el dedo de Inuhito con una mano-¿Quieres que te rompa partes del cuerpo antes de tiempo?

¿Tú eres tonto o le haces una paja a un cuchillo?-preguntó el ninja-Mírate la puta mano, zopenco descolorido.  Llegas a agarrarme el dedo un poco más fuerte y te hago un mosaico de tiras con los tendones.

Mientras escuchaba las sádicas y mordaces palabras del joven ninja, el soldado soltó el dedo de Inuhito y se miró la mano. Tenía rajada la parte protectora de la palma del guante que llevaba, pero su piel seguía intacta. No quería admitirlo, pero el Taimanin llevaba razón: si le hubiera agarrado el dedo más fuertemente, le habría causado un doloroso corte en la palma de la mano.

Por un segundo he olvidado que tu cuerpo tiene propiedades cortantes.-se excusó Andrei con una sonrisa-No obstante, un cuerpo cortado en taquitos inmóviles y sangrantes no podrá cortarme nada.

Necesito algo menos que este maravilloso cuerpo para, a modo de comienzo, cortar esa sonrisa de tu asquerosa y contaminada cara.-le espetó Inuhito.

El Taimanin colocó su aro en el suelo, clavándolo ligeramente en él. Acto seguido, apoyó las manos en la zona de su arma que estaba diametralmente opuesta al punto que había clavado. Extendió los brazos, dobló su cuerpo y levantó sus glúteos. Parecía un híbrido entre una pose sensual y la imitación de una fiera a punto de saltar sobre su presa. Miró a Andrei de manera beligerante. Su cabello caía desordenado por los lados de su cabeza y regaba asimétricamente su espalda en esa posición.

Voy a matarte lenta y dolorosamente.-siseó Andrei tras relamerse sádicamente.

Aquel hombre de piel gris lanzó un manojo de bisturíes hacia Inuhito. Éstos pasaron a través del hueco del aro hasta el cuerpo del Taimanin, quien los desvió con una única pierna, moviéndola como si fuera un látigo y golpeando cada proyectil con el macizo taco metálico de su suela como si los batease.

Ese aro te hace un flaco favor como escudo.-comentó el soldado.

Ya has visto que no lo necesito para tal función.-lo rebatió el ninja tensando sus marcados y delgados hombros.

No soy un oponente al que te puedas enfrentar sin escudo.-susurró Andrei mientras lanzaba otra salva de bisturíes.

Se suele decir que en el campo de batalla no funciona el mismo truco dos veces.-comentó Inuhito mientras apartaba las manos de su aro-¿Qué te hace pensar que sí va a funcionar uno que ni siquiera lo hizo a la primera?

Palmeó el aro levemente y lo hizo girar sobre sí mismo alrededor de su eje vertical como si fuera una peonza. Los bisturíes chocaron con la bóveda esférica que había creado y salieron disparados hacia su dueño.

Veo que te gustan los juegos, ¿eh, perrito?-preguntó Andrei socarronamente mientras esquivaba los bisturíes con una pasmosa agilidad.

Perra lo será tu madre.-respondió Inuhito con un tono de fingida y sobreactuada cordialidad-No te permito que me hables de esa manera.

¿No eres “el sabueso de los Taimanin”?-insistió el soldado con curiosidad también sobreactuada.

No.-el Taimanin fue tajante-Soy “EL PERRO de los Taimanin”. No obstante, para ti soy el macho alfa, el jefe de la manada, el lobo que se comerá tus putas entrañas mientras estén frescas y recién arrancadas. No te confundas, grisáceo amigo.

Ya veremos quién raja y devora a quién…-lo amenazó el militar-…la noche es joven.

Tal vez tenga que darte la razón.-concedió el chico de Gokuruma-Si hablamos de comer, eres el único aquí que ha probado bocado. Te has tragado mi Kiba no Jutsu como buen tonto. Los militares no razonáis, ¿verdad?

Voy a tatuar tu huesudo y anoréxico cuerpo, campeón, lo he decidido.-dijo Andrei taimadamente.

De uno de sus bolsillos sacó una vara metálica plegable que no tardó en alargar con un botón. Su extremo se convirtió en una punta plana con forma de calavera. Acto seguido, pulsó otro botón presente en el mango de aquel instrumento y rápidamente la calavera se puso al rojo vivo.

¿Eso es un palo como los utilizados para marcar el ganado?-preguntó Inuhito-Como si me diera miedo…

Es más bien para marcar presos.-explicó Andrei-Nunca me ha interesado la ganadería. Soy un verdugo, no un granjero.

Muy bien.-el Taimanin se encogió de hombros-Intenta marcarme si te ves capaz.

¡QUE COMIENCE EL JUEGO!-Andrei emitió un chillido sorprendentemente agudo.

Se lanzaron el uno hacia el otro de manera rauda y precisa. El soldado torturador lanzaba estocadas con su vara incandescente, pero Inuhito las esquivaba todas mientras rasgaba el silencio de la noche con su aguda risa de hiena.

¡No tienes ritmo en el cuerpo!-se quejó-¿Acaso no sales a bailar con tus colegas las noches que tienes libres? ¿O es que tu interior es tan gris como tu piel?

¡PROVOCAR A UN ASESINO QUE SE HA PUESTO EN MARCHA…-gritó Andrei desenfrenadamente-… ES LO PEOR QUE PUEDES HACER! ¡TE QUEMARÉ LOS PUTOS OJOS!

De pronto, la precisión y la velocidad de Andrei aumentaron.

¡Puto energúmeno!-pensó Inuhito-¿Qué leches le ha pasado?

Hubo un momento en el que Andrei estuvo a punto de quemar a Inuhito con su instrumento de tortura. Los sentidos del Taimanin se aceleraron y sus reflejos incrementaron de manera astronómica durante una pequeña fracción de segundo, dándole el tiempo suficiente como para parar la vara con un kunai.

¡Ni se te ocurra pensar que vas a tocarme con eso!-gritó el ninja al verse protegido del peligroso impacto.

Reparó en sus alrededores. Había muchas marcas negras de calaveras en el entorno, fruto de los golpes fallidos de aquel torturador.

¡Aléjate de mí!-insistió Inuhito mientras lanzaba una aptada para apartar a Andrei.

¡MUERE!-bramó Andrei mientras lanzaba su vara como si fuera una jabalina.

Aquel peligroso objeto iba directo a la cara de Inuhito. Gracias a su tacto amplificado, sintió el calor a distancia mucho antes de quemarse, pudiendo programar su maniobra evasiva con precisión. Se dobló hacia atrás como un jugador de limbo, haciendo alarde de gran flexibilidad, esquivando totalmente el arma, que siguió volando. Rápidamente se incorporó de nuevo y aprovechó para destruirla cayéndole encima con una patada descendente en salto.

Ninpô – Kiba no Jutsu!-gritó el ninja.
(¡Arte ninja de los colmillos!)

La patada de Inuhito cortó la vara por la mitad, interrumpiendo la conducción eléctrica interna que hacía que el resistor metálico de la punta se calentase, anulando su peligrosidad.

TE CREES MUY LISTO…-chilló Andrei de manera entrecortada-… ¡PERO TE MATARÉ IGUALMENTE!

¿Podrías dejar de proferir esos alaridos?-pidió Inuhito-¡Das puto dolor de cabeza!

¡ES PARTE DE MI ESTRATEGIA!-Andrei sonrió macabramente-PENSÉ QUE TE DARÍAS CUENTA.

Inuhito se puso muy serio.

No es tan idiota como pensaba.-pensó-Planea usar mi oído amplificado en mi contra. Si no para de chillar, podría desequilibrarme o dañar mis órganos sensoriales. ¡Es un psicópata listo!

¿CREÍAS QUE ME IBA A PASAR LA NOCHE LANZANDO BISTURÍES DE MIERDA COMO UN IDIOTA?-insistió Andrei-¡HE VENIDO DISPUESTO A DESTROZARTE POR DENTRO Y POR FUERA!

El soldado sacó de sus bolsillos varios tubos de vidrio llenos de diversos líquidos.

Reconozco esas sustancias.-pensaba el ninja-Sus colores son muy característicos. Una de ellas irrita y quema el tracto auditivo, otra la garganta, otra los ojos, otra las vías aéreas y otra la piel. ¡Quiere destrozar mis sentidos! ¡Más me vale tener cuidado!

¡VEO EL MIEDO EN TUS OJOS!-siguió chillando el verdugo-¿ACASO HAS ALCANZADO A ENTENDER LO QUE TE ESPERA? SOY EXPERTO EN INFLIGIR DOLOR Y EN CAUSAR INUTILIZACIONES. ¡JAJAJAJAJAJAJAJA!

Y el cabrón va a seguir chillando para empeorar mi rendimiento hasta que pueda rociarme con alguno de esos líquidos.-pensó el Taimanin-¡Hijo de puta!

¡QUE COMIENCE LA TORTURA!-chilló Andrei mientras lanzó una patada al aire.

De dentro de su bota salió un pequeño objeto. El soldado lo interceptó con una patada descendente de talón y lo rompió contra el suelo, liberando un fogonazo de luz blanca.

¡Mierda, mis ojos!-pensó Inuhito-¡Y sigue chillando! ¡Va a atizarme con alguno de esos frascos si esto sigue así!

El Taimanin cerró los ojos para protegérselos. Se concentró entonces en el olfato. Ya que el oído podría traicionarlo por los ruidos del soldado, trató de trazar mentalmente la trayectoria de su enemigo identificando la estela de su olor.

Qué mal hueles, hijo de puta, y qué bien me está viniendo.-susurró Inuhito mientras saltaba hacia un lado.

Andrei, que había preparado su puño con unas dosis de aquellos frascos tan peligrosos para estamparlas contra el Taimanin, se sorprendió al ver que su golpe había caído en medio de la nada.

¡VOY A METERTE ESTO POR LA NARIZ Y…-bramó el soldado.

Que te calles, joder.-insistió Inuhito molesto.

El ninja lanzó una patada giratoria contra la cara del soldado, desestabilizándolo.

¡JURO POR EL MISMÍSIMO DIABLO QUE TE VOY A INUTILIZAR ESTA NOCHE!-bramó Andrei extasiado por sus instintos asesinos y su sed de sangre.

El soldado lanzó una brutal combinación de patadas giratorias contra Inuhito, pero éste las contraatacó todas y terminó alejándolo con un rodillazo en el esternón.

La casa Soga diseñó una técnica por la cual algunos enemigos se atrevieron a tacharlos de inútiles.-explicó Inuhito mientras hacía un sello ninja con las manos-No obstante, cuando entendieron su potencial, tuvieron que morderse la lengua. Como alumno graduado de la casa Soga y alumno personal de Kouha Soga, una de las más fuertes del clan, voy a enseñarte su gran capacidad para anular a desgraciados como tú. Ninpô – Gôkanjuka no Jutsu! Yajuu no Mukiryoku!
(¡Arte ninja de los cinco sentidos de la bestia! ¡Letargo de la Fiera!)

¡TU MIERDA DE TÉCNICA NO HA HECHO NADA!-se burló Andrei todavía a voz en grito-¡ERA UN FAROL! ¡MALDITO FARSANTE, ESTÁS ACOJONADO!

Inuhito sonrió con aires de superioridad.

¿CÓMO HAS…-balbució el soldado.

Ya no tengo sentidos amplificados.-el Taimanin se encogió de hombros-No podrás desequilibrarme con tus alaridos ni cegarme con tus artefactos.  Ya puedes desgañitarte o poner al rojo vivo tu laringe: no te servirá de nada.

Aprovechando que estaba mucho más tranquilo ante las caóticas acciones del soldado, Inuhito se abalanzó sobre Andrei y le saltó todos los frascos de las manos, haciendo que saltaran por los aires. Cuando alcanzaron la suficiente altura, lanzó un kunai explosivo para cada uno, destruyendo todos aquellos peligrosos productos químicos y librándose de una gran amenaza.

No creo que lleves más dosis.-dijo Inuhito con tranquilidad-Esos productos son muy difíciles de conseguir y muy caros. Tampoco son fáciles de sintetizar. Creo que estás jodido.

Aprovechando que el militar estaba sorprendido, el ninja le golpeó con los puños en ambos lados del pecho y, acto seguido, le estampó los codos contundentemente. Tras ello, lo agarró del cuello con las dos manos, lo zarandeó y lo lanzó contra una pared, donde lo embistió con un rodillazo volador en el esternón, tras el cual se dio una voltereta hacia arriba, fustigándole el mentón con la punta del otro pie.

Chilla ahora, capullo.-lo provocó Inuhito.

Maldito seas…-Andrei intentó gritar, pero su voz sonaba apagada-… ¿qué me has hecho?

Imprimir un poco de fatiga en tu aparato fonador para impedir que chilles como un hijo de la gran puta.-explicó el Taimanin-Se te pasará con un poco de reposo y un vaso de leche calentita… si es que llegas vivo a casa.

Ahora sí que la has hecho buena.-siseó el soldado.

Creo que no ha sido para tanto.-Inuhito hablaba con un tono neutral-Sólo me he defendido de ti.

Pues ingéniatelas para defenderte contra lo que te espera, porque te aseguro que te voy a hacer desear no haber nacido.-lo amenazó el soldado-¡Voy a convertir lo poco que te queda de vida en un jodido infierno!

¿Le quedan ases más chungos en la manga?-pensó Inuhito-Me duelen los ojos y los oídos sobremanera y no me siento en mi mejor momento. He perdido equilibrio, esquividad y velocidad de reacción. Para mayor jodienda, hasta que no pueda descansar para que se desemboten mis sentidos, no podré estar al cien por cien de mis capacidades físicas. Mi Gôkanjuka no Jutsu puede amplificar la sensibilidad de mis sentidos, pero no reparar los daños en ellos… y creo que lo más duro de su artillería viene ahora. No obstante, no puedo quedarme atrás. ¡Sólo tengo que golpearle más duramente que él a mí!

Vas a ver algo que no suelo mostrar a mis enemigos.-dijo Andrei mientras se bajaba la cremallera de la chaqueta.

¿Tu cuerpo escuálido y gris?-preguntó Inuhito con sorna-Qué… ¿honor?

Algo mucho mejor.-dijo el soldado terminando de desvestirse.

Debajo de su ropa había una malla negra de cuerpo entero sin mangas y de cuello vuelto. Alrededor de su cintura y su cadera había un rollo de tela negra a modo de protección. Todos los bordes de la malla tenían un ribete rojo y en sus expuestos pies llevaba unas sandalias rígidas negras con un poco de tacón.

¿Tu ropa interior?-insistió Inuhito en tono de poca seriedad-Tampoco me impresiona. Es bonito lo que llevas, pero tenemos en casa muchas prendas similares de mejor gusto.

No, alfeñique.-le espetó Andrei-¡Mi verdadero arsenal! ¡Teme, perro anoréxico!

El militar desenrolló el cúmulo de tela que tenía a media altura, revelando que era un faldón lateral que comenzó a colgar pesadamente por su lado derecho, tapándole ese lado de la cadera y casi toda la pierna. Al igual que el resto del atuendo, el faldón también estaba ribeteado en color rojo. Tenía, además, multitud de bolsillos.

Voy a reducirte a la nada.-insistió amenazadoramente el soldado.

¡Te he dicho que no me llames así!-bramó el Taimanin-¡Soy el macho alfa para ti!

Pronto no serás absolutamente nada.-gruñó Andrei-¡Prepárate!

El soldado echó a correr hacia Inuhito mientras sacaba instrumentos de tortura de los bolsillos de su faldón. Con unas tijeras de gran tamaño en cada mano y varios ganchos muy afilados entre los dedos de ambos pies, saltó hacia el Taimanin iniciando una peligrosa y sanguinaria combinación de golpes.

¡Guau!-se sorprendió Inuhito.

Haciendo alarde de gran celeridad, el ninja bloqueó las tijeras con el aro, pero las peligrosas patadas seguían siendo una amenaza para él. Con la gran flexibilidad de la que disponía, el soldado se introdujo dentro del aro y comenzó a agitar sus piernas mientras se mantenía apoyado a los bordes del arma de su enemigo con las tijeras como si fuera una araña a punto de saltar de su tela. Los ganchos alcanzaron parcialmente a Inuhito, rasgándole el uniforme y causándole arañazos.

¡No te pases ni un pelo!-gruño el Taimanin.

Con su Kiba no Jutsu, partió las dos tijeras por la mitad con los cantos de ambas manos, dejando a Andrei suspendido en el aire sin apoyo, momento en el cual lo lanzó fuera de su aro con un potente codazo. Como había disminuido en gran medida la sensibilidad de sus sentidos, el dolor de los arañazos no le suponía un gran problema gracias a su tacto parcialmente borrado.

¡Tengo más juguetes para regalarte!-amenazó el militar-¡Toma!

Andrei comenzó a lanzar tijeras de varios tamaños, cuchillos, bisturíes, agujas enmangadas y frascos de ácido sulfúrico. El Taimanin saltó muy alto para evitar la salva, pero las piernas le fallaron debido a que su equilibrio se había resentido por los daños temporales en el oído. Debido a esto, el salto no fue óptimo para esquivar todo el ataque y cayó cerca de Andrei, siendo impactado por los últimos proyectiles, que le causaron más roturas en el uniforme y laceraciones.

No puedes conmigo.-siseó Andrei-Te voy a despedazar.

Aprovechando que el ninja había caído hincado de rodillas cerca de él, el soldado comenzó a darle patadas en las heridas, pisándolas con los tacones siempre que le era posible.

Maldito desgraciado…-pensaba Inuhito mientras trataba de zafarse de aquella prisión de golpes.

De pronto, Andrei cesó de golpear a su enemigo y, en su lugar, le apretó en el entrecejo con los dedos índice y corazón de la mano izquierda. Inuhito comenzó a sentir un dolor atroz por todo el cuerpo. También notó que podía ver, oír y oler mejor, así como sentir con más precisión el metálico sabor de la sangre que estaba escupiendo.

¿¡Me has devuelto la sensibilidad!?-preguntó Inuhito en medio de aquella caótica espiral de dolor-¿¡Has anulado mi técnica!?

Así es.-siseó Andrei-Quería que pudieras sentir el dolor en su máxima dimensión, porque te espera algo muy dulce… o, más bien, salado.

El verdugo sacó un tarro de sal gruesa de su faldón y comenzó a lanzarla a puñados contra las heridas de Inuhito, causándole un escozor que amenazaba con nublarle el juicio.

¡Hijo de la más grandísima puta!-chilló el Taimanin-¡Te voy a hacer abono como buena mierda que eres! ¡MALDITOOOOOOOOOOOO!

Inuhito sentía que iba a explotar de dolor. Las lágrimas nublaban sus ojos, aunque gracias a su vista amplificada no le suponían un gran problema para ver. Aun así, no se dio cuenta de lo que Andrei estaba haciendo, pues el dolor y el escozor le impedían concentrarse. El soldado se había colocado un objeto metálico en cada mano. Parecían unos puños americanos, pero sus extremos estaban poniéndose al rojo vivo.  Con una despiadada sarta de puñetazos, el militar comenzó a golpear las heridas del ninja, quemándole la piel, las heridas y el uniforme.

¡AGHAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHH!-chillaba Inuhito, incapaz de defenderse.

Eso es.-Andrei se relamió-Llora. Grita. Desespérate. NÚTREME.

Una poderosa erección se estaba dibujando en las mallas del soldado, aunque pasaba bastante desapercibida por el faldón.

DOLOR AJENO.-gritó Andrei con los ojos fuera de sus órbitas-¡No existe nada mejor! ¡JAJAJAJAJA!

Inuhito se vio en la obligación de aprovechar el momento de delirio de Andrei para girar las tornas: haciendo acopio de las fuerzas que le quedaban, colocó las manos en el suelo, levantó con ellas todo su cuerpo y lanzó por los aires al soldado con una fuerte coz.

Alto ahí, amigo, no te envalentones.-amenazó Andrei tras incorporarse y sacar un nuevo objeto de sus bolsillos-No querrás que te pinche con esto, ¿verdad?

El soldado tenía una pistola hipodérmica en las manos.

Aquí dentro va un parásito demoníaco que se comerá tu cuerpo desde dentro.-dijo el militar-Un movimiento en falso y te lo pincho en una herida para después quitarte el conocimento y dejar que te despiertes solo y malherido en tu nueva vida de mierda condenado a morir.

Chúpame la polla.-le espetó Inuhito- Vas a pagar las que me has hecho todas juntas.

¡Despídete de tu salud para siempre!-gritó Andrei mientras se lanzaba a por Inuhito con la pistola hipodérmica bien agarrada.

He dicho…-susurró Inuhito agarrando a Andrei de las muñecas-… ¡QUE ME CHUPES LA POLLA!

El Taimanin le arrancó el arma contaminante al soldado y le clavó la aguja en un costado, presionando el inyector rápidamente.

Diles a tus queridos médicos Mazoku que te quiten esta mierda del cuerpo si tienen huevos.-dijo Inuhito entre resoplidos.

¡Maldito seas, Taimanin!-gruñó Andrei-¿Sabes la vorágine que puede armar esta cosa cuando crezca?

La que te mereces, pedazo de cabrón.-dijo Inuhito tras escupir sangre hacia el suelo-Es hora de “quitarte el conocimiento y dejar que te despiertes solo y malherido en tu nueva vida de mierda condenado a morir”. ¡CAE, ANDREI KAGAMI-VOLKOV!

Con determinación, Inuhito lanzó un brutal tajo con su aro. Cortó limpiamente el faldón de Andrei, agarrándolo en pleno vuelo. Sintió que era muy pesado, pues estaba lleno de armas. Con él, golpeó contundentemente a su dueño, doblándolo hacia un lado. Lanzó entonces un golpe hacia el otro lado, no sin antes agitar el faldón para que las armas se revolvieran, consiguiendo que varias se le quedaran clavadas con el golpe. Tras ello, lanzó el amasijo de tela y armas lejos de él y asestó el golpe de gracia del combate con su enorme aro. Lo único que saltó en pedazos fue el coletero del verdugo, quedando su negra melena suelta.

Si te mato ahora…-razonó Inuhito-… no podremos divertirnos viendo cómo ese parásito se divierte contigo. ¡Dulces sueños!

El Taimanin golpeó en el pecho a su enemigo con la palma de la mano izquierda. Acto seguido, le hundió el puño derecho bajo el esternón.  Tras esto, clavó verticalmente sus codos en los trapecios de su enemigo, hincándolo de rodillas. Desde esta posición, terminó de noquearlo con un brutal rodillazo en la frente.

¡Que te jodan!-bramó el ninja después de escupir en el pecho del inerte Andrei-Oh, mierda, este combate me ha dejado machacado… ¡tengo que ir al “baño”!


Sin miramientos y con aparente satisfacción, Inuhito comenzó a orinar encima del cuerpo de Andrei. Mientras tanto, pensó en lo cerca que había estado de la muerte y en cómo estarían sus amigos. 

domingo, 1 de mayo de 2016

[TY] Episodio 78: Pelea de cerebros

TAIMANIN YAMIYUKI
Episodio 78: Pelea de cerebros

¿Qué ha sido eso?-preguntó Christian en voz alta, sorprendido por el rayo que acababa de caer detrás de él.

Confío en que mis compañeros no van a dejar que tus camaradas duren tanto tiempo como para que se les agoten las reservas energéticas de sus armas tecnológicas, por lo cual veo bastante fútil lo que intentas hacer.-la voz de Aoi acarició fría y mordazmente los tímpanos del soldado desde las sombras-No obstante, nos gusta ser precavidos y, por tanto, es mi deber como amigo de los aliados de la justicia que están peleando ahí fuera el no dejarte hacer lo que te han pedido.

¿Dónde estás, Aoi Makihara?-el soldado intentaba ocultar su nerviosismo-¡Muéstrate! ¡Sabía que me estabas siguiendo!

No tengo tiempo.-respondió Aoi con cierta sequedad-No sé con qué sistema planeas transmitir la energía que derives de esta toma hasta el resto de tu equipo, pero tengo que evitar a toda costa que lo hagas. Lo último que necesitamos es que esto se haga más difícil de lo que ya está siendo.

Ah, ¿sí?-Christian empezó a dudar de las palabras de Aoi, aunque su nerviosismo se mantenía titubeante dentro de él-Y, ¿qué piensas hacer? ¿Lanzarme un cuchillo desde tu escondrijo? Estoy al lado del punto perfecto para montar el circuito de abastecimiento a distancia que he diseñado específicamente para este tipo de misiones. Si coloco dos pinzas en la estructura, ya no habrá gran cosa que puedas hacer para…

Mientras hablaba, el soldado acercaba las pinzas de corriente al lugar donde quería ponerlas. Un cuchillo kunai salió de la nada y, en medio de su vuelo silbante, impactó contra las dos pinzas, atravesando ambas en línea recta en su trayectoria, haciendo que cayeran al suelo e interrumpiendo el discurso del militar, que se quedó sorprendido con las manos muy abiertas, haciendo ademán de soltar.

Te aconsejo para tu futuro que no es de gran ayuda en combate el dar ideas al enemigo.-dijo Aoi taimadamente desde su escondite-Espero que me entiendas. Sé que sólo estás haciendo tu trabajo, pero yo estoy haciendo también el mío y, por caprichos del azar, resulta que tu misión y la mía son radicalmente contrarias.

Tras analizar el plano urbano de esta zona, acceder a los esquemas eléctricos de todo el perímetro, calcular la densidad energética en función de la posición con respecto al núcleo de población y un buen estudio optimizador, concluí con que el mejor lugar para enviar energía a mis camaradas de manera inalámbrica no era otro que éste.-pensaba Christian-Incluso he traído el equipo experimental para ponerlo en práctica. ¡No puedo cambiar de lugar! ¡Este combate será inevitable!

El militar notó que algo se enroscaba en su brazo izquierdo, pasando por debajo de la zona axilar y rodeando el hombro verticalmente. Al dirigir la mirada a esa parte de su cuerpo se dio cuenta de que era el látigo de Aoi.

No puedes quedarte  tanto tiempo dudando en el campo de batalla.-el Taimanin emitió un nuevo reproche-Te puede pasar factura, y esas facturas suelen ser muy cuantiosas.

¡Has cometido un error!-Christian se envalentonó por un momento-Al atarme con tu látigo, has convertido al mismo en un indicador de tu posición.

Aoi no pronunció ninguna respuesta. En lugar de eso, dejó que pasara corriente eléctrica por el látigo. Christian lo agarró y frenó la descarga aprovechando la gran calidad de los guantes aislantes que llevaba.

Es hora de que te muestres.-insistió el soldado.

Tiró del látigo por el punto en el que lo tenía agarrado, esperando que tarde o temprano consiguiera arrastrar a su contendiente, pero éste utilizó su arte ninja del endurecimiento para convertir el látigo en una unión rígida de la que no se podía tirar en ninguno de los dos sentidos posibles de su dirección.

El Kata no Jutsu es una habilidad muy versátil.-explicó Aoi.

Sigo pudiendo ir hacia ti de manera inequívoca.-respondió Christian-¡Te va a tocar pelear contra mí!

Cuando Christian intentó correr hacia Aoi, se dio cuenta de la trampa que su oponente le había tendido: el inteligentísimo Taimanin había endurecido y erguido el látigo parcialmente, creando un tramo rígido y fuerte entre ambos, pero manteniendo la elasticidad en la punta, de tal manera que el hombro del militar seguía firmemente rodeado y atado. De esa forma, el militar no podía acortar distancias con el ninja porque intentarlo suponía ir contra aquel puente inelástico e irrompible: la distancia entre ambos se había quedado fija. Christian podía intuir dónde se escondía Aoi, pero no podía acercarse a él. Incluso si intentaba cambiar de dirección para atacarle desde otro ángulo, el Taimanin no tenía que hacer otra cosa más que mover la muñeca para que el puente rígido que había creado se moviera solidariamente con él, impidiéndole todo avance. Tras varios intentos de moverse hacia un lado y hacia otro, el soldado apretó los puños.

¿Crees que la única manera que tengo de hacerte salir es con mis puños?-preguntó el soldado-¡No me subestimes! ¡E.M.Y.Y.!

El soldado no tenía los brazos inmovilizados, por lo que no tuvo dificultades para sacar sus yo-yos cargados con energía electromagnética para lanzar un fuerte ataque contra la zona en la que podría estar escondido Aoi. El látigo, que rodeaba su axila y su hombro, le restaba cierta movilidad en el brazo izquierdo, pero no le impedía lanzar el yo-yo como él deseaba.

¡No puede ser!-bramó Christian al ver que sus yo-yos volvían a sus manos haciendo honor a su naturaleza constructiva.

¿Acaso pensabas que la distancia que he fijado entre nosotros la he elegido de manera arbitraria?-preguntó Aoi desde su ya evidente escondite-He reunido datos de combate más que suficientes en nuestras anteriores batallas. Conozco la longitud total de los cables de esos yo-yos gigantes, así como el radio de los cuerpos. Es imposible que puedas golpearme con ellos.

Admito que juegas muy inteligentemente.-respondió el soldado tratando de mantener la calma-Tus acciones fuera del campo de batalla y tu estilo de lucha dentro del mismo están basados en el uso exhaustivo de un pulido y entrenado intelecto. Eres un hombre con mucha cabeza, pero yo también lo soy. Has pensado mucho y muy bien para hacer todo esto, pero no has hecho ni puedes hacer nada para impedir que yo piense una manera de contrarrestarlo.

Ahí llevas toda la razón.-concedió el Taimanin sin mostrar todavía su rostro-Sin embargo, sí que puedo evitar que tengas tiempo y calma para pensarlo. Además, estás muy nervioso y eso va a jugar en tu contra esta noche.

Christian oyó que varios proyectiles cortaban el aire. Aoi estaba lanzando estrellas shuriken, agujas senbon y cuchillos kunai.

¡Maldición!-gruñó el soldado.

Trató de esquivar la ráfaga de armas arrojadizas. Mientras lo hacía, se dio cuenta de que la trampa del látigo era más peligrosa y limitadora de lo que pensaba: si bien podía cambiar de dirección porque Aoi se lo permitía, lo cierto era que sus movimientos evasivos estaban muy limitados. No podía saltar mucho ni dar volteretas, ni tampoco rodar, pues eso supondría hacerse daño en el hombro por el agarre del látigo. Forzar esos movimientos le supondría quedarse con un brazo inutilizado en medio del combate si llegaba al extremo de una luxación de hombro, lesión que podría llevarle a la muerte más allá de la simple derrota dadas las apremiantes circunstancias. Por suerte para él, su enemigo no podía bloquear todos y cada uno de los movimientos forzando la posición exacta del látigo porque se acabaría rompiendo la muñeca. Con todo, Christian no salía herido con ningún proyectil. Su agilidad estaba a la altura de la situación y su cuerpo no estaba nada mal entrenado. Aoi tenía una gran puntería, pero su intención no era acertar en el objetivo, sino cansarlo y distraerlo.

No tiene demasiada fuerza.-pensó Aoi-Es un combatiente muy entrenado y nada menospreciable, pero no es tan peligroso como algunos de sus camaradas, ni por capacidades ni por personalidad o actitud. Si consigo nublarle el juicio, tal vez pueda sacar más beneficios de él que si simplemente lo derrotase en combate.

Continuó lanzando armas arorjadizas. El soldado trataba de pensar mientras esquivaba todos los proyectiles. El sudor ya goteaba por su cara.

Ha hecho esto a conciencia.-pensó Christian-Por mucho que me mueva en abanico, no hay absolutamente nada que pueda hacer que el látigo choque o falle. ¡Lo ha calculado absolutamente todo! La rigidez de este objeto es impresionante… la tensión mecánica se transmite hasta la parte curva, que permanece fuerte como si fuera igual de recta y dura. Por más que he intentado deshacer el lazo que ha hecho sobre mi hombro, mi pectoral y mi axila, no puedo. Está durísimo. No puedo creerme que me tenga atado y me dirija como si fuera una mascota… ¡tiene que haber una salida! ¡Claro! ¡ESO ES!

Al soldado se le ocurrió un plan de acción. Decidió saltar muy alto. Aoi tendría que levantar el brazo solidariamente para permitir ese movimiento y continuar fijando la distancia entre los dos. Sin embargo, eso supondría cargar con la masa de una persona alta y de musculatura desarrollada y un látigo de gran tamaño con un solo brazo: ambos sabían que Aoi no tenía esa fuerza muscular. Si lo intentase, acabaría por perder el forcejeo, por lo que su única opción para no dañarse el brazo era soltar el látigo, liberando así a su presa.

¡Tienes dos opciones, Taimanin!-amenazó Christian-¡O me sueltas o te quedas sin brazo!

¿Seguro que tengo sólo dos?-preguntó Aoi.

¡MIERDA!-Christian se dio cuenta de su error para sus adentros.

Aoi tenía, como mínimo, una opción más: no moverse solidariamente con el salto, sino aprovechar la fuerza del mismo para dirigirlo a su voluntad sin ejercer apenas fuerza con su cuerpo. De esta forma, el Taimanin dio un tirón imitando la parábola que estaba describiendo el soldado, catapultándolo contra el suelo rápida y estrepitosamente. Debido a su escasa fuerza muscular y a la impulsividad del movimiento, al ninja se le había escapado el látigo de la mano, pero había logrado asestar un potentísimo golpe a su oponente. La pérdida del agarre del látigo trajo consigo una pérdida de concentración momentánea que hizo que el látigo volviera a su estado normal, permitiendo a Christian desatárselo y lanzarlo hacia la lejanía.

Ngh…-el soldado estaba dolorido, pero se negó a desaprovechar esa oportunidad.

Aoi se vio obligado a salir de su escondite para agarrar su látigo antes de que fuese demasiado tarde.

¡Te pillé!-exclamó Christian-¡Me ha costado llevarme un buen golpe, pero por fin te veo! ¡E.M.Y.Y.!

Justo cuando Aoi agarró su látigo en pleno vuelo, fue golpeado por los yo-yos de su contendiente, saliendo disparado varios metros pero sin dejar de asir fuertemente su arma.

No dejaré que te escondas otra vez.-dijo el soldado en tono amenazador.

No lo necesito.-replicó el guerrero ninja mientras se levantaba de su estrepitosa caída-Ya estás de los nervios y no tienes pinta de ser de los que tardan poco en tranquilizarse.

Christian se puso en guardia y preparó sus armas para lanzar otro ataque. Se sentía incómodo porque Aoi había descubierto sus puntos flacos a nivel personal: era una de las primeras veces que libraba una batalla importante sin estar rodeado de sus compañeros y, además, se le había encomendado una misión estratégica muy importante que no podía cumplir y ante la cual tenía una amenaza de castigo por parte de Grant en caso de fallo.

No juzgues tan rápido, Taimanin.-insistió el soldado-Que yo sepa, no puedes leer mi mente.

Tampoco es algo que sea necesario para mi misión aquí.-se limitó a decir Aoi-No he venido a humillarte ni a ningunearte. Me basta con neutralizar tu peligrosidad para con nuestro deber.

¿Me muestras compasión?-Christian parecía ofendido.

Interprétalo como quieras.-explicó el Taimanin-A mí me basta con entender lo que hago.

Aoi había madurado mucho en ciertos aspectos desde su graduación como Taimanin. Mientras mantenía aquella encarnizada pugna, recordó su gran rivalidad y enemistad con Kazark, el difunto demonio ingeniero del equipo de Tigres Black. Recordó que fue víctima de sus burlas y de sus palabras envenendas, con las que el ogro intentó hacerle más daño que con la arrolladora fuerza de sus enormes y musculosas extremidades. En esos enfrentamientos duros y frustrantes, el joven ninja aprendió de sus debilidades y de sus defectos, y comprendió que ninguna técnica era imposible de realizar en el campo de batalla. Casi venció al ogro utilizando una serie de técnicas aprendidas de sus amigos, y ahora estaba tratando de liderar un combate con una técnica aprendida de un enemigo: ahora era el propio Aoi quien llevaba la voz cantante y quien se estaba defendiendo con su intelecto y sus palabras. Apenas habían intercambiado unos pocos golpes, pero el combate entre Aoi Makihara y Christian Miller no era por ello menos encarnizado. Se estaban enfrentando de una manera intensa en sus mentes y sus golpes se transmitían a través de sus palabras y razonamientos. El Taimanin vio aquello como un ejemplo de que todo el mundo necesita tiempo y experiencia para entender por qué ciertos hechos de la vida tienen que suceder: si nunca hubiera sido enemigo de Kazark, tal vez no habría podido usar los nervios de Christian a su favor en aquel momento. Sin embargo, se sentía como si pudiera leerle la mente. No pretendía burlarse de su contrincante como aquel monstruoso ogro trató de hacerle a él en el pasado. No trataba de humillar y exponer a ese soldado que tenía frente a él. Sólo quería frenar su avance y, a ser posible, convertir a Christian en un aliado circunstancial o, lo que era lo mismo, aprovechar su personalidad y sus sentimientos en aquel momento para que sus acciones resultasen beneficiosas para los Taimanin.

Tengo que borrarte esa sonrisa helada de la cara, Taimanin.-dijo Christian entre dientes-Debo hacerlo.

Volvió a lanzar un ataque a distancia con sus yo-yos. Aoi rodeó su cuerpo de electricidad, ajustando la polaridad para repeler las armas de su enemigo, que salieron disparadas en sentido contrario.

¡No!-gritó Christian.

Sus propias armas chocaron contra él. El impacto hizo que se le cayeran de las manos. En pleno vuelo, se estabilizó con una voltereta aérea y cayó en cuclillas en el suelo, listo para recoger los yo-yos, pero su sorpresa fue contundente cuando vio que éstos volaban lejos de él: su enemigo, el Taimanin, había enlazado los cables de dichas armas con su látigo y, blandiendo el mismo, había logrado apartarlos de su alcance.

Ninpô – Raiton no Jutsu! Arashi no Te!-exclamó Aoi.
(¡Arte ninja de la electricidad! ¡Palma de la Tormenta!)

El joven saltó hacia los yo-yos, que había propulsado previamente hacia arriba, y los golpeó con la palma de su mano derecha, inyectando en su interior una poderosa descarga eléctrica que los hizo romperse en pedazos.

¡Ha roto los E.M.Y.Y.!-pensó Christian mientras se ponía en estado de alarma-¡Apenas hemos intercambiado unos golpes y ya me ha desarmado! Si no puedo valerme de la distancia como arma, ¡tendré que atacarle de otra manera!

Sin quedarse quieto ni un segundo, el militar corrió hacia Aoi con intención de enzarzarse en un combate cuerpo a cuerpo.

¡Es rápido!-pensó Aoi-Más vale que tenga cuidado.

El Taimanin estaba bajando de nuevo al suelo tras saltar para destruir los yo-yos. Antes de llegar al suelo, recibió una patada voladora de Christian.

¡YAAAAAAAAH!-gritó el soldado mientras lanzaba la patada.

¡NGH!-gruñó Aoi mientras salía disparado contra el suelo.

Es ligero y su tono muscular es similar al mío, tal vez un poco más débil.-pensaba Christian mientras corría hacia Aoi-Es más alto que yo, por lo cual, al tener una masa muscular similar a la mía que se reparte entre un cuerpo más grande, su esbeltez es superior. Si aprovecho esa circunstancia, tal vez pueda zarandearlo y lanzarlo por los aires. ¡He entrenado para esto! ¡Soy un guerrero!

Sin dejar tiempo a Aoi para levantarse, Christian lanzó una patada descendente de talón, pero fue bloqueada por los brazos del primero. Tras parar el impacto, el Taimanin agarró el tobillo del militar con las dos manos, tiró de su pierna para que cayera encima de él y, cuando lo tuvo lo suficientemente cerca, le puso un pie en el estómago y lo catapultó lejos de él estirando la pierna con fuerza.

No podrá defenderse de mis disparos en el aire.-pensó Aoi mientras se preparaba para lanzar sus armas arrojadizas.

El chico comenzó a lanzar varios proyectiles que llevaba escondidos en sus bolsillos ocultos. Christian tuvo dificultades para estabilizarse y defenderse a la vez, por lo que acabó cayendo al suelo con algunos cortes sangrantes en la cara y en el cuello, así como algunos desgarros en su ropa.

¡No vas a amilanarme!-gritó con obstinación el soldado-¡Esto no ha hecho más que empezar!

Christian corrió hacia Aoi y lanzó una rápida y elegante sarta de puñetazos. El Taimanin los bloqueaba o los desviaba con las palmas de sus manos y sus antebrazos hasta que encontró un hueco por el que penetrar en el campo ofensivo de su oponente.

Ninpô – Raiton no Jutsu! Raijinkyaku!-gritó el Taimanin.
(¡Arte ninja de la electricidad! ¡Patada Eléctrica!)

Con la pierna izquierda envuelta en energía eléctrica, Aoi pateó a Christian y lo alejó de él. No pareció hacerle mucho daño, pues apenas se mostraba entumecido ni dolorido. Era de esperar que el militar llevase protecciones aislantes de la electricidad.

Tu poder es poco efectivo contra mí.-advirtió el soldado-Has creado distancia entre nosotros, pero no has logrado dañarme.

Nunca me ha quitado el hambre ni el sueño que las cosas no salgan a la primera.-respondió Aoi sonriéndose.

Christian no respondió. Se limitó a volver a acercarse rápidamente a Aoi con un salto que acabó transformando en una hermosa y destructiva patada voladora. El Taimanin recibió el súbito golpe y se dobló por el impacto, momento que el soldado aprovechó para encajarle un fuerte gancho ascendente en el mentón.

¡Te voy a cortar la respiración!-amenazó el militar.

Apuntó con su puño al diafragma de Aoi, pero éste se dio cuenta y se protegió con las manos. Acto seguido, agarró firmemente la muñeca del chico y aprovechó su fuerza para hacerle una espectacular llave de Aikido.

¡EEEEEEEEEEEEEEEEEIIIIIIIII!-gritó Aoi mientras proyectaba a su oponente contra el suelo.

Christian cayó bocabajo. Aoi reparó entonces en el aparato que llevaba ahí colgado como si de una mochila se tratase. Esa máquina permitía sus manipulaciones electromagnéticas. Pensó en quitársela, pero el soldado se incorporó antes y, sin levantarse, lanzó una patada baja en barrido, obligando a su contendiente a saltar y alejarse de él.

Tengo que poner fin a este combate.-pensó Christian-Aún estoy a tiempo de pinchar la línea, ayudar a mis compañeros y librarme del castigo de Grant. Cada día me da más miedo.

¡Despídete, Taimanin!-gritó el soldado mientras se colocaba a cuatro patas en el suelo simulando el andar de un cocodrilo-¡He de poner punto final a nuestro enfrentamiento!

Aoi cayó de pie en el suelo tras su salto. Se fijó en la postura que había adoptado el militar. Colocado así, el soldado dejaba ver el extremo superior de la máquina que llevaba sujeta a la espalda con tirantes.  Tenía una clara forma de cañón.

¡Tuéstate!-bramó Christian-¡Pulse Cannon!
(¡Cañón de pulsos!)

Del aparato de Christian salió disparado un enorme chorro de energía electromagnética. Fue tan rápido y tan súbito que Aoi no pudo esquivarlo, por lo que recibió el impacto, que desencadenó una explosión energética que ahogó el grito en el que el Taimanin se deshizo.

Tras acabar el destructivo y sorprendente ataque, Christian se incorporó y escudriñó el lugar con la mirada mientras el humo se disipaba. Vio que Aoi estaba bocarriba a muchos metros de él, aparentemente inconsciente.

¡Lo conseguí!-pensó el soldado, alegrándose-Es hora de hacer lo que se me ha encomendado.

Aoi apretó los puños mientras reunía fuerzas para levantarse.

Ese último ataque ha sido atroz.-pensaba-Si no llego a protegerme con electricidad en el último segundo, me habría matado indudablemente. ¿Qué clase de máquina es ésa? Tiene una potencia temible.

Concentró toda la fuerza de su cuerpo en su abdomen, el cual contrajo para incorporarse. Vio que su enemigo trataba de pinchar la línea de nuevo.

No puedo dejar que lo haga.-pensó Aoi-Tengo que inyectar en mi propio cuerpo una corriente eléctrica de la misma amplitud y frecuencia que el remanente que queda en mi cuerpo causándome dolor, pero en oposición de fase. Si consigo anular las secuelas de este impacto, no tendré impedimentos para vencer a ese soldado.

A sabiendas de lo peligrosa que podía llegar a ser su iniciativa si se equivocaba lo más mínimo, Aoi trató de anular todos los remanentes eléctricos de su cuerpo. A pesar del dolor y el entumecimiento, logró mantener la mente fría, por lo que, finalmente, consiguió recuperar sus fuerzas.

¡Sí!-Aoi se alegró para sus adentros y se dispuso a saltar para impedir en el último segundo que Christian pasara energía a distancia a sus camaradas.

El soldado, que ya se creía victorioso, sacó unas pinzas de repuesto y se dispuso a iniciar la transmisión que le habían encomendado, pero no lo logró, pues Aoi cayó desde el cielo frente a él de un gran salto.

¡No puede ser!-gritó Christian sorprendido-¿Cómo has…

Arriesgando mi vida.-explicó Aoi-Todo sea por ayudar a mis hermanos.

No me dejas alternativa.-se limitó a contestar el soldado bajándose la cremallera de la chaqueta.

¿Esconderá algo debajo de la ropa?-se preguntó Aoi mientras observaba aquel movimiento inesperado-Eso explicaría por qué mi electricidad no le afecta. Tiene que tener algún tipo de malla aislante cubriendo su cuerpo… y tal vez nuevas armas.

El joven militar se descolgó la peligrosa mochila que llevaba en la espalda y, acto seguido, se arrancó la ropa, lanzándola por los aires. Tras ello, pulsó un botón oculto de la mochila, que se escindió en pequeñas partes que comenzaron a volar hacia su cuerpo, colocándose en partes estratégicas del mismo como si de accesorios corporales se tratasen.

Aoi observó sorprendido la nueva apariencia de su enemigo. Todo su delgado y ligeramente musculado cuerpo estaba rodeado por una apretada y llamativa malla de un tejido elástico de color rojo muy brillante, similar a la lycra. Cubría y enguantaba sus manos y también rodeaba sus pies, que llevaba aún más cubiertos con unas botas altas de goma roja. Llevaba brazaletes plateados, un cinturón metálico con una hebilla redonda y algunas piezas más de los mismos colores metalizados, probablemente procedentes de la máquina que antes llevaba en la espalda.

No quería llegar al extremo de mostrarte todo mi arsenal, pero veo que lo estás pidiendo a gritos.-dijo Christian en voz bastante baja-Es hora de acabar con esto.

A través de sus brazaletes lanzó unos rayos eléctricos de colores azul, amarillo, rosa y rojo. Aoi los desvió con su poder eléctrico, haciendo que se extendieran hacia el cielo formando un abanico policromado. No obstante, se dio cuenta de que el poder de aquella descarga era mucho mayor que el de los yo-yos: necesitó mucha más fuerza espiritual para redirigir aquellos rayos con su arte ninja de la electricidad.

Parece que ambos tenemos el mismo problema a la hora de acertar con nuestros ataques.-dijo Aoi-No dudo del poder de tu arsenal, pero la eficacia de las armas depende en buena parte del objetivo contra el que se vaya a usar.

Esto no es lo único que puedo hacer.-insistió Christian-Acabo de sacar la artillería pesada.

No me da ningún miedo.-dijo Aoi-Continúo en plena forma.

El Taimanin lanzó un manojo de agujas contra el soldado, tratando de pinchar su malla para que la electricidad pudiera penetrar por su cuerpo. No obstante, Christian materializó una hoja de energía eléctrica gracias a su brazalete y las cortó por la mitad de una estocada.

Tal vez no pueda causarte ninguna electrocución ni efectos similares…-advirtió el soldado-… pero tu cuerpo sigue igual de sensible a los cortes y a las heridas. ¡Prepárate!

El soldado comenzó a lanzar tajos y estocadas contra Aoi, quien trataba de mantener la distancia. No necesitaba pensar mucho para darse cuenta de que aquellos haces altamente energéticos estaban hechos para cortar cualquier sólido, y que una herida producida por tal arma sería dolorosa, desagradable y probablemente difícil de tratar.

¿Por qué falla tanto?-Aoi no sabía si su enemigo trataba de engañarlo o realmente tenía un problema de eficiencia-Se supone que estoy asustado de esa arma y no le veo intención de jugar con ese factor. Además, tampoco me tiene tan lejos como para no dar ni una.

A la vista del desarrollo de aquel tramo del combate, el Taimanin pensó que tenía una oportunidad clara. Sin dudarlo, le asestó a su oponente un vehemente puñetazo en el abdomen, parando su avance y haciendo que su cuchilla se apagase. Aprovechando el ralentí momentáneo de Christian, Aoi lo agarró y lo lanzó lejos de él con una potente llave de Judo.

¡Se acabó!-sentenció Aoi agarrando con decisión su látigo.

El poderoso latigazo que envió golpeó contra el suelo, haciendo una ligera mella en él. Christian se había levantado tan rápido que había podido evitar el golpe, y respondió pulsando un botón de la hebilla de su cinturón,  haciendo que un potente rayo de energía saliera disparado de ella.

¡Guau!-exclamó Aoi ladeándose elegantemente y viendo cómo el punto en el que impactaba el rayo ardía y explotaba-Veo que quieres jugar muy duro.

¡No tengo alternativa!-exclamó Christian mientras saltaba como un depredador contra su presa-¡Desaparece en medio de esta lluvia electrónica!

Mientras estaba en el aire, el soldado operó de nuevo los controles de la hebilla de su cinturón, disparando a su través una colorida sarta de bolas de electricidad que comenzaron a llover sobre Aoi y sus inmediaciones.

La electricidad no suponía un problema para Aoi, pero la energía mecánica de las ondas expansivas que producían las bolas al chocar contra el terreno sí. Le estaban dando problemas para moverse y esquivar con precisión y, además, estaban fatigando y causando dolor en sus músculos.

¡No puedo dejar que me inmovilices!-gruñó Aoi-Ninpô –Raiton no Jutsu! Kagayaku Mori!
(¡Arte ninja de la electricidad! ¡Bosque Resplandeciente!)

Con la mano izquierda, Aoi concentró una considerable acumulación de energía eléctrica. Estampó la mano en el suelo y liberó una serie de rayos ascendentes que se extendieron hacia los cielos como los radios de una semiesfera eléctrica, protegiendo a Aoi como si formaran una cúpula que hizo explotar las bolas eléctricas de Christian sin que pudieran llegar al suelo.

¡No me importa que pares mi ataque!-bramó Christian-¡Tengo más! ¡YAAAAAAAAAH!

El chico se lanzó en picado con su hoja eléctrica, tratando de caer encima de Aoi y ensartarlo. Al ver esto, el Taimanin endureció su látigo y lo utilizó de pértiga para apartarse una gran distancia. Christian culminó su ataque contra el suelo, dibujando un amenazador boquete. Tras esto, materializó otra hoja eléctrica en la mano que tenía libre y se lanzó de nuevo contra su enemigo, duplicando el ritmo de los ataques.

¡Maldición!-pensó Aoi mientras trataba de esquivar sin apenas poder contraatacar.

Una de las estocadas acertó al Taimanin, causándole un aparatoso corte.

Ugh…-boqueó el chico en una mueca de dolor.

¡Es mi oportunidad!-se dijo Christian-¡Es hora de dejarlo fuera de combate!

Aprovechando que Aoi había parado de moverse, le asestó varios cortes más con sus hojas electromagnéticas y, acto seguido, disparó un enorme manojo de rayos. Al estar el Taimanin demasiado dolorido como para desviarlos, recibió el ataque, cayendo de nuevo al suelo.

Sabe vaticinar los puntos débiles de un enemigo en tiempo real.-pensó Aoi-También es un chico listo. No obstante, no puedo morir aquí…

Christian se posó encima de Aoi y le apuntó al pecho con una de sus hojas, dispuesto a atravesarlo para darle el golpe de gracia.

Adiós, Aoi Makihara.-dijo Christian sin poder ocultar que le temblaban ligeramente las piernas-Has combatido bien.

Ninpô – Kata no Jutsu!-gritó el Taimanin.
(¡Arte ninja de la dureza!)

Aprovechando las dudas de Christian, Aoi tuvo suficiente tiempo para subirse el faldón que llevaba encima de los pantalones, ponérselo en el pecho y endurecerlo, creando un escudo tan inexpugnable que la hoja del soldado chocó con él, incapaz de penetrar más allá.

¡Imposible!-bramó Christian.

Tan real como la vida misma.-lo corrigió Aoi-Y ahora, ¡prueba tu medicina!

Aoi utilizó su Raiton no Jutsu para deformar y redirigir la espada de Christian, haciendo que impactara contra el otro brazalete, rompiéndolo. Acto seguido, hizo que la energía fluyera de nuevo hasta su propia fuente emisora, rompiendo también el brazalete que producía la espada que estaba controlando, apagándola instantáneamente.

¡Maldita sea!-se quejó Christian.

El Taimanin se incorporó y giró sobre sí mismo como si bailara, haciendo que su pesado faldón ondeara, adoptando la forma de un tutú por un instante. En este momento, lo endureció con su Kata no Jutsu y consiguió así hacer un corte horizontal en la malla del Christian con el giro, dejando una línea en la que se veía perfectamente su pecho, que había permanecido intacto. Tras esta sorpresiva maniobra, desactivó su técnica de la dureza, devolviendo la gravedad a su faldón, que cayó lacio encima de sus pantalones de combate. El soldado se miró el pecho y justo después miró al ninja con sorpresa. Éste le sonrió, dándole a entender que no le había cortado en el pecho porque no había querido.

¡Aún me quedan armas!-exclamó Christian-¡Teme, Taimanin!

Con un alarde de velocidad y agilidad, el soldado acortó distancias con Aoi y lo abrazó con fuerza, pegando a su cuerpo las partes metálicas que escondía por su apretado uniforme. Como el uniforme de combate del Taimanin dejaba ver parte de su pecho y algo de su abdomen, hizo contacto con estas partes y comenzó a transmitirle una descarga de energía. Para intensificar el ataque, trepó por su cuerpo, enroscó sus piernas alrededor de su tronco, atrapándole los brazos, y pegó la hebilla de su cinturón en el esternón del Taimanin, transmitiéndole un pico de energía que le hizo gritar de dolor.

Al menos morirás siendo abrazado.-sentenció el soldado.

¡No moriré!-insistió Aoi haciendo acopio de fuerzas para que las lágrimas de dolor no salieran de sus ojos-¡No después de lo lejos que he llegado! ¡Maté a un ogro de cuatro metros de un golpe! ¿Crees que no podré contigo? ¡HAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!

El Taimanin apretó los puños y se cubrió de electricidad, liberando un enorme pilar azul que hizo saltar por los aires a Christian.

¡Aún no he dicho mi última palabra!-insistió el militar mientras se incorporaba y corría de nuevo hasta su enemigo.

Lanzó una patada giratoria alta, pero Aoi la desvió con otra patada. Los tobillos de ambos chocaron y el Taimanin aprovechó para tirar de la pierna del soldado con la suya propia para acercarlo a él. Hubo un momento en el que las entrepiernas de ambos se juntaron, se apretaron y se frotaron. Christian enrojeció súbitamente, pero Aoi ni se inmutó. Se limitó a sonreír.

No está mal.-pensó el Taimanin.

Cuando hubo acercado a Christian lo suficiente, lo golpeó con las palmas de ambas manos en las costillas, dejándolo levemente doblado del impacto.

Tampoco quiero escucharla.-dijo Aoi-Lo siento mucho.

Durante una fracción de segundo, el Taimanin desapareció de la vista del soldado. Acto seguido, volvió a él deslizándose en línea recta como si tratase de atropellarlo. En las puntas de los pies tenía brillantes chispas azules, y se movía sin pisar el suelo, como si imitase la levitación magnética. Al llegar a un punto lo suficientemente cercano a Christian, Aoi lanzó una sarta de patadas muy rápidas con la misma pierna a la línea que había cortado en su malla, impactando directamente en su pecho y causando, por ende, dolor y entumecimiento gracias al contacto de la electricidad con su cuerpo.

Uaghhhh…-Christian no podía moverse ni defenderse.

Tras varias decenas de patadas en la misma línea, el cuerpo de Christian se sentía muy dolorido y la temperatura le había subido sobremanera. Por esto y por conducción eléctrica, en la malla empezaron a aparecer manchas negras de quemaduras que no tardaron en causar roturas, exponiendo cada vez más puntos de su cuerpo desnudo. En este instante, Aoi dejó de patear la misma línea y aumentó el rango y las direcciones de la sarta de patadas, creando un enorme y peligroso cono de patadas eléctricas, impactando en todos y cada uno de los puntos que tenía descubiertos. Tras varios minutos de patadas, Aoi paró y dibujó un aspa con dos patadas en diagonal. Tras ello, pasó por el centro del aspa con una línea horizontal y otra vez más con una línea vertical trazada con el talón, destruyendo por completo la malla roja de su enemigo y dejándolo en calzoncillos, lleno de quemaduras en contusiones, hasta que se deshizo en un grito de dolor.

Creo que eres demasiado buen chico para estar metido en esto.-susurró Aoi antes de quitarle el conocimiento a Christian con una última patada.

El chico quedó desmayado y totalmente derrotado en el suelo. Con varios cortes, alguna rasgadura en la ropa y el moño medio deshecho, Aoi alzó su dedo pulgar hacia el cielo en señal de victoria. Se dispuso entonces a cubrir a Christian con la ropa que se había arrancado antes. Su chaqueta roja, sus pantalones blancos y sus botas negras estaban en perfecto estado, así que tapó al chico poniendo la ropa por encima y dejando las botas cuidadosamente colocadas al lado de sus pies.

Algún día te darás cuenta de que éste no es tu lugar.-dijo Aoi mientras miraba el rostro inconsciente de Christian. Parecía un niño pequeño dormido-No mereces la muerte. Eres muy joven y necesitas ver lo que realmente  puedes conseguir para ser feliz. Sois títeres de los Mazoku y os vamos a enseñar la magnitud de vuestro error. Aprender es vital.


El Taimanin se dispuso a irse. Al poco tiempo de iniciar su paseo, notó un fuerte olor a sangre: alguien estaba combatiendo en las inmediaciones, y la batalla sería seguramente cruel y violenta.

jueves, 18 de febrero de 2016

Reseña: Enchanted Arms (PS3)


De izquierda a derecha, nuestros protagonistas para esta aventura: Karin, Yuki, Atsuma y Raigar. En lo alto, la temible antagonista, Queen of Ice.


¡Hola a todos una vez más! Hacía muchísimo tiempo que no escribía una reseña. Esto se debe a que he preferido volcarme en el desarrollo de mis historias, a que he tenido poco tiempo para otras actividades y a que no todos los juegos que he completado me han parecido demasiado dignos de reseñar. Nos encontramos ante un RPG por turnos desarrollado por From Software y publicado por Ubisoft que apareció en 2006 en la plataforma Xbox 360 y en 2007 en PS3. Yo he tenido el placer de completar la versión de PS3, aunque lo que quiero explicar sobre el título no depende de la versión que juguemos. Mucho tiempo ha pasado desde la última vez que completé un RPG antes de éste, y tal vez esta circunstancia ha sido una de las razones por las que "Enchanted Arms" me ha impresionado tanto y me ha hecho disfrutar desde el primer momento hasta el último. No es el mejor juego de rol de la historia y, como veremos, tiene ciertas carencias, pero tampoco es el peor en mi opinión. Creo que, aun con sus defectos, merece mucho la pena.



El marco

La historia de este bonito videojuego es de corte futurista. Nos sumergimos en una sociedad en la que, con una energía llamada Ether y los conocimientos específicos, se pueden crear unas máquinas de lo más variopintas y versátiles llamadas Golems. Estas máquinas, más parecidas a criaturas vivas que a obras de ingeniería, pueden tener infinidad de propósitos, desde regentar establecimientos comerciales hasta participar en guerras, y de guerras versa esta historia. Mil años han pasado desde la terrible y destructiva Golem War. En las clases de Historia se explica que esta guerra fue desencadenada por fuerzas inigualables, por criaturas cercanas a los dioses llamadas Devil Golems. Se sabe que, al finalizar esta guerra, los Devil Golems fueron sellados y permanecen encerrados y sumidos en un profundo y aparentemente irrompible letargo, cada uno en una punta del mundo. En aquella época existía una tecnología hoy extinta llamada "magia" con la que podían dar pie a existencias mucho más temibles y a poderes muy superiores a los que existen en la contemporaneidad del juego (NOTA: Sí, dicen tal cual que la magia era una tecnología. Yo me quedé igual.).

Ya muy lejos de ese pasado tan turbulento, las ciudades se desarrollan de manera próspera, utilizando a los Golems como compañeros y ayudantes con los que poder crear, en colaboración, un mundo lleno de comodidades y posibilidades. En la ciudad de Yokohama existe un centro educativo encargado de formar a los jóvenes para aprender a usar el Ether en la síntesis, invocación y manejo de Golems, así como a combatir a las máquinas que se descontrolan o desarrollan hostilidad. Aquí encontramos a Atsuma, nuestro protagonista, un estudiante muy poco prometedor que no sólo no estudia, sino que también tiene un serio problema a la hora de aprender a utilizar los poderes que en la escuela le quieren enseñar. Siendo lo único destacable de él su capacidad de combate, Atsuma lleva toda la vida preguntándose por qué no puede manipular el Ether igual que el resto de personas. La investigación no tarda en revelar que, por alguna razón, su brazo derecho destruye el Ether, haciendo imposible toda manipulación del mismo. Esta anomalía de su brazo derecho es la que da pie a toda la historia, pues, al ser capaz de romper cualquier fuente, formación o concentración de Ether que toque con dicha extremidad, no faltan quienes no tardan en teorizar que podría romper incluso los sellos de los Devil Golems en caso de encontrarlos. En este contexto comenzamos el juego y tomamos las riendas de una historia intrigante, hermosa y épica en la que no faltarán la acción y los sentimientos. Para saber más, como siempre os digo, sólo tenéis que jugar.



Los personajes

He de decir que el plantel de personajes del juego está muy logrado. Se pueden encontrar personalidades de todo tipo y, en general, cualquier figura que aparece en la historia termina siendo carismática a su manera. Protagonistas nobles, fuertes y bellos en espíritu y antagonistas retorcidos y macabros serán nuestro pan de cada día en esta historia. Adelantando un poco sobre la jugabilidad, el mundo de este título se rige por seis elementos: fuego, agua, viento, tierra, luz y oscuridad. Todos los personajes, sean amigos o enemigos, pertenecen a un elemento cada uno, muy en la tónica de "Shadow Hearts", una saga imprescindible para cualquier aficionado a este género y que recomiendo encarecidamente. Este elemento será el que cada personaje utilizará en sus habilidades especiales, si bien contarán también con habilidades no elementales. Os presento brevemente a los cuatro protagonistas:

-Atsuma: Es el paradigma exacto de personaje protagonista de un J-RPG: estatura media, especialidad en cuerpo a cuerpo, descerebrado pero lleno de sentimientos y capaz de hacer un daño obsceno y descomunal en los combates. Su elemento es el fuego y su estilo de lucha se basa en dar puñetazos, siendo su arma de preferencia los guantes con refuerzos para los puños. Aunque siempre dice lo que piensa, nunca piensa lo que dice y es todo un cabeza hueca, pero tiene un gran corazón y, por fortuna, madura mucho a lo largo de la historia. No falta su poder descomunal e incomprensible, cosa que tienen todos los protagonistas (o casi todos) de estos juegos: su brazo derecho, como ya comentaba.

-Karin: Una joven rebelde de London City y mi personaje favorito del juego con diferencia. Es una chica fuerte, decidida, muy (para su desgracia) impulsiva y tiene un carácter fuerte e impositivo. Su elemento es el agua y, a la hora de combatir, es un personaje híbrido, versátil y polifacético: es capaz de atacar cuerpo a cuerpo, de lanzar magia ofensiva y de curar con bastante buen resultado en todas estas vertientes. Su estilo de lucha es una rama de las artes marciales (a la cual no le ponen nombre) que se especializa única y exclusivamente en el uso de patadas, siendo su arma unas vistosas grebas de diseños muy variados, algunas realmente preciosas. Con sus patadas es capaz de atacar a enemigos aislados o a grupos, también lanza magia de agua y venenosa y puede curar, resucitar y fortalecer al equipo con movimientos de danza. Con estos bailes también puede absorber vida o puntos mágicos del enemigo.

-Raigar: Rebelde de London City y guardaespaldas de Karin. Este hombre silencioso e impasible se muestra totalmente servil con su compañera, cumpliendo todas sus órdenes sin rechistar. Su gran estatura y su porte serio lo convierten en un tipo temible. Su elemento es la tierra y es el tanque del equipo, teniendo una gran cantidad de vida y una muy buena defensa. También tiene una fuerza descomunal y es un experto en esgrima, demostrándolo en cada combate con su arma de preferencia, unas espadas gigantescas. Es también capaz de fortalecer a los aliados, aunque más a sí mismo, y de lanzar algún que otro hechizo de tierra, con muy mal resultado.

-Yuki: Una adolescente que se auto-proclama la reina de los cazadores de Golems. Desde que aparece hasta muy bien entrado el juego parece una niña repelente, maleducada y con el único deseo de llamar la atención. No obstante (y afortunadamente para los jugadores), detrás de esa fachada esconde una personalidad mucho más profunda que hacen que podamos verla como a toda una mujer, si bien tiene aún mucho que madurar y aprender. Su elemento es el viento y sus armas son dos pistolas, una en cada mano. Es especialista en atacar desde lejos y puede llegar a hacer mucho daño con algunos de sus disparos. También puede eliminar (¡a tiros!) las protecciones y los hechizos fortalecedores de los enemigos.

Además de estos cuatro héroes, encontraremos a muchos otros personajes, unos amigos y otros enemigos, que convertirán esta historia en toda una delicia. Los primeros que encontramos son los amigos de Atsuma: Toya (elemental de agua), un alumno brillante y capaz de todo, armado con una lanza y Makoto (elemental de luz), un chico gay apasionado por la belleza, la ropa, el maquillaje y la cocina que está enamorado de Toya (lo cual no es un spoiler, pues no para de pregonarlo desde el principio del juego) y usa un saxofón como arma para canalizar sus hechizos. Además de estos dos jóvenes, muy carismáticos y también situados entre mis favoritos del juego, encontraremos a muchos otros, todos con muchas sorpresas, reveses y riqueza que aportar a la trama. Os invito a conocerlos jugando.


La jugabilidad

Este juego tiene unas bases muy parecidas a las de muchos otros hermanos del género, si bien también goza de una gran cantidad de elementos que lo hacen diferente. Para empezar, los personajes están asociados con elementos y cumplen las reglas de los mismos: cada par de elementos antagónicos se hace el doble de daño mutuamente y la mitad a sí mismo. Es decir, el agua es efectiva contra el fuego y el fuego es efectivo contra el agua. Esto no se ve en todos los títulos. En muchas sagas, los elementos siguen unas reglas basadas en la medida de lo posible en el mundo real, y el ejemplo más claro es "Pokémon". Aquí no es de esta manera, así como tampoco lo era en "Final Fantasy X", un juego anterior a éste del que hablamos. Los combates son por turnos y con sistema de movimiento: el campo de batalla tiene una cuadrícula y hay que mover a los personajes. Cada ataque tiene una forma geométrica determinada y no podrá lanzarse si no se cubre a los enemigos con esa forma. No obstante, difiere mucho de los RPGs estratégicos, pues no hay grandes cantidades de enemigos y aliados ni tampoco elementos en el terreno que haya que sortear: sólo movimientos por una cuadrícula, parecido al mítico "Koudelka". Tampoco existe la perspectiva aérea que se da frecuentemente en los RPGs estratégicos. Como en prácticamente todos los RPGs, los personajes se fortalecen al subir de nivel, aumentan su HP y EP (como se llaman en este juego a la vida y a los puntos que se consumen al lanzar ataques), su fuerza, su velocidad, etcétera, pero, además, en cada combate ganado se recibirá una cierta cantidad de SP. Gastando estos SP en el menú podremos aumentar los parámetros de nuestros personajes de manera selectiva, pudiendo desarrollarlos a nuestro gusto aprovechando sus talentos naturales y teniendo en cuenta sus debilidades por definición. El sistema de Golems es también uno de los añadidos más brillantes y definitorios de este juego: todo enemigo que se combate es un Golem, salvo algunos personajes humanos que forman parte de la historia. Todo Golem existente se puede fabricar para utilizarlo en el grupo, y esto incluye a los jefes opcionales, hasta al más poderoso, grande y terrorífico de todos, el gran Omega (nombre muy original que no hace ningún guiño a ninguna saga mítica del género, por cierto). Cada Golem tiene su elemento y su abanico de habilidades activas (de combate) y pasivas (bonos de parámetros, protección contra estados, etcétera), siendo exactamente iguales que cuando aparecen como enemigos y no pudiendo aprender ninguna más, pero sí pueden subir de nivel y recibir SP como los personajes. Para hacer esta síntesis de Golems, se necesita el núcleo de la criatura (algunos se venden, otros están en cofres, otros son recompensas de batallas...) y una determinada cantidad de gemas de fuerza, de velocidad y de poder mental. Estos tres tipos de gemas se pueden comprar en cualquier tienda, se pueden encontrar en cofres, rompiendo cajas (muchos elementos del juego se pueden romper durante la exploración y algunos contienen objetos), como recompensas de batallas, etcétera. En cuanto a las habilidades de los personajes, la mayoría las venden, aunque algunas se encuentran en cofres o son recompensas de batalla. Otras directamente aparecen al avanzar la historia y, finalmente, los ataques EX, es decir, los ataques máximos que en todo RPG nos honran con su presencia, se aprenden subiendo de nivel. Cada personaje tiene tres y pueden ser usados siempre que se tenga la barra EX lo suficientemente llena. Esta barra se llena combatiendo (y se conserva de un combate a otro mientras que no se gaste) o con un elemento muy gracioso y útil llamado Enchant Dance, que consiste en poner a Atsuma a bailar en medio del camino. Este baile nos permite recargar el EX a placer, pero aumentará la tasa de encuentros con enemigos, los cuales no aparecen en el mapa: en cada combate, la pantalla se distorsiona, la música cambia y se pasa a la vista de batalla, como en "Final Fantasy" en la mayoría de sus entregas o muchos otros títulos. La mayor flaqueza de este juego es que las animaciones son bastante pobres y malas: movimientos ortopédicos y poco variados, ataques casi idénticos, hechizos poco vistosos... y es una pena, porque es lo que le faltaba a "Enchanted Arms" para ser una auténtica joya. La mayoría de los ataques son muy parecidos entre sí y sólo varía el daño que hacen o un pequeño detalle en la animación. Los personajes no se mueven demasiado bien y, en general, podrían haber sido más espectaculares, como lo es la historia. Un ejemplo muy característico es Karin, quien, para ser toda una experta en patear a los enemigos, dobla muy poco las rodillas a la hora de ejecutar sus técnicas y eso a mí, como persona acostumbrada al ejercicio físico y conocedora de algunos tipos básicos de patadas, me provoca dolor desde las ingles hasta los tobillos sólo con verlo. Además, teniendo dos personajes expertos en artes marciales, podrían haberse esforzado en crear movimientos más aerodinámicos y variados. Hay muchos tipos de puñetazos y patadas y nuestros héroes se han quedado con dos. Los sablazos de Raigar y los tiros de Yuki tampoco son demasiado variados y esta carencia hace que los combates no sean todo lo preciosos que podrían ser. Un dependiente de una tienda de videojuegos con el que me llevo bien me definió este juego como "malo, pero no en cuanto a la historia, sino por lo ortopédico que es", y no le voy a quitar la razón. Es muy ortopédico, pero la historia engancha y merece la pena. Tiene sus virtudes y sus defectos.


Lo mejor:
-La historia está llena de intriga, incógnitas y no para de sorprender hasta el final, con giros hasta el último momento.
-Los personajes son muy carismáticos. El plantel está lleno de auténticos héroes y villanos.
-La banda sonora está bastante bien trabajada, con algunas piezas inolvidables.
-Los personajes maduran mucho a lo largo de la historia, sin excepción.
-El sistema de SP permite un desarrollo estratégico y lleno de oportunidades para dominar el juego.
-El sistema de Golems es muy rico y variado. Hará las delicias de los coleccionistas. Los diseños de las criaturas son muy variopintos y algunos son auténticas preciosidades.
-Karin.
-Toya.
-Makoto.


Lo peor:
-Tal vez un poco corto de más para un juego de este género.
-Las animaciones son muy pobres.
-Me han faltado algunos personajes muy carismáticos que tendrían que haber sido jugables.
-A esto último añado que seis héroes habrían dado más juego en el campo de batalla, pues se podría tener representación de todos los elementos, si bien la historia habría cambiado profundamente y el juego no habría sido el mismo. Nunca sabremos qué vertiente es mejor, pues el título ya está terminado.


Si no tenéis nada a lo que jugar, os recomiendo que le deis una oportunidad. Creo que os gustará y, además, con la edad que tiene, lo encontraréis barato. A mí  me costó 7 € y, tras haber terminado de jugar, considero que han sido 7 € muy bien invertidos.

martes, 9 de febrero de 2016

[TY] Episodio 77: Choque de puños y acero

TAIMANIN YAMIYUKI
Episodio 77: Choque de puños y acero

Grant aún tenía la cabeza dolorida por el fortísimo golpe que Rito le había dado contra la pared.

Me acabas de llamar incompleto porque he pasado por una cirugía de extirpación.-recapituló el soldado-¿Cómo vas a llamarte a ti mismo una vez cuentes todas las partes que te van a faltar cuando acabe contigo?

Rito Sonozaki, como llevo llamándome dieciocho hermosos años.-respondió el Taimanin cruzándose sonriente de brazos.

O lo que quede de ti, mejor dicho.-lo corrigió Grant mientras se ajustaba las gafas con una mano-Y ya te anuncio que será poco.

No adelantemos acontecimientos.-repuso Rito-Aún no hemos empezado a darnos de golpes.

Eso tiene fácil arreglo.-respondió el militar con una sonrisa arrogante mientras apuntaba a su enemigo asiendo su bastón como si fuera un estoque.

Esa cosa hace mucho daño.-recordó el Taimanin-Al no haberlo tenido nunca en mis manos, no sé qué tecnología puede tener, pero, si nuestras teorías son ciertas, quedamos en que excitaba los nervios produciendo dolor intenso que no podría justificarse con la mera fuerza del impacto del bastón. Tendré que andarme con cuidado y no dejar que esa cosa me toque. Por suerte, mi arma personal permite mantener las distancias mucho mejor que la suya por su longitud.

Rito asió su doble maza y se puso en guardia.

¡Arreglémoslo entonces!-invitó a su adversario a atacarle.

Punishing Strike!-bramó Grant.
(¡Golpe castigador!)

Rito paró el golpe de Grant con un movimiento de su doble maza. Tal cual había previsto, su fuerza no era la clave: al interceptar el bastón de su enemigo con un arma, un objeto insensible al dolor, el forcejeo quedaba reducido a una competición por ver quién de los dos era más fuerte a nivel muscular, y estaba claro que el soldado no era rival para el Taimanin en aquel aspecto.

Has parado el primer golpe, pero, ¿y los demás?-advirtió el soldado.

Deslizó su bastón sobre la superficie de contacto con la maza de Rito y trató de golpearle con la punta en el pecho, pero el otro chico no estaba dispuesto a dejar que aquello sucediese, por lo que giró la maza sobre sus manos y desvió el bastón, alejándolo de su cuerpo. Acto seguido, lanzó un golpe circular a media altura que acertó fuertemente a Grant en la cadera.

Los demás irán todos para ti.-Rito se sonrió.

Tras golpear a Grant, Rito apartó la maza de delante de él y lanzó una patada giratoria con suma elegancia. Aquel movimiento de gran belleza parecía imposible para un cuerpo tan ancho y robusto como el del chico de pelo verde, pero, aun así, lo hizo, golpeando a Grant en el plexo solar y acorralándolo contra una pared.

Parece que quiere hacerme creer que fuera de su mala leche y su bastón maldito es una mosquita muerta, pero no voy a confiarme.-pensó Rito-Esto está resultando demasiado fácil y estoy seguro de que es una de sus estrategias. En cualquier caso, he de aprovechar ahora para reducirlo.

¡YAAAAAAAAAAAAAAAAH!-gritó el Taimanin.

Lanzó una patada frontal, empujando con la planta del pie al soldado contra el muro, golpeándolo fuertemente. Acto seguido, se preparó para golpearle en la cabeza con su arma con un movimiento vertical, pero el militar se recuperó antes de lo que había estimado y le golpeó con el bastón en las costillas.

¡Mierda!-maldijo Rito para sus adentros mientras se llevaba una mano a la zona donde había sido golpeado.

Tratando de ignorar el dolor, el Taimanin se dio cuenta de que Grant preparaba otro golpe con su peligroso bastón. Con un vigoroso movimiento, lo desvió de un mazazo.

¿Te duele?-preguntó Grant con sorna.

¿A ti qué te parece?-respondió Rito en tono burlesco.

Esto no ha hecho más que empezar.-amenazó el soldado.

Me decepcionarías si no fuera así.-le reprochó el Taimanin arqueando una ceja.

Grant continuó esgrimiendo su bastón, pero no estaba lo suficientemente cerca de Rito como para burlar la defensa que su ponía su maza de gran longitud y masa, por lo que todos los golpes fueron bloqueados.

¿Por qué no te dedicas a otra cosa?-preguntó Rito-No vas a poder acertarme ni por asomo.

No me subestimes.-respondió Grant taimadamente-Voy a darte una lección esta noche.

Con tanta violencia como elegancia, el soldado lanzó una patada giratoria inversa alta contra la maza de Rito, impulsándose para encaramarse a ella, saltar por encima y caer sobre su dueño con un bastonazo. El golpe, que le acertó entre los hombros, fue tan doloroso para el chico que hizo que cayera al suelo.

Ya lo tengo donde quería.-pensó Grant con satisfacción-Ha perdido el combate.

Te voy a hacer una última pregunta antes de acabar contigo.-dijo el soldado-¿Sabes por qué tu oponente soy yo y no cualquier otro de los hombres de la sargento Phoenix o de la teniente Johnson?

El dolor que Rito sentía invadía su espalda y no podía incorporarse. El arma de Grant era realmente peligrosa.

¿Porque eres el único con suficiente complexión para aguantar un golpe mío?-preguntó Rito mientras hacía por levantarse.

Porque te regeneras.-respondió Grant con una sonrisa macabra-Si Delacroix te volase un brazo con sus explosivos, te volvería a crecer. Si fueras atravesado por los arpones de Silver, tus agujeros se cerrarían. Nos han explicado la naturaleza de tu poder en las reuniones estratégicas. ¿Cómo vas a regenerarte cuando algo no está dañado? ¡Sólo yo puedo infligirte un dolor que no tiene nada que ver con una cura! ¡Eres mío!

Aprovechando que Rito seguía en el suelo, Grant comenzó a golpearlo con su bastón en todas las partes del cuerpo. El dolor invadía el cuerpo del Taimanin, impidiéndole todo tipo de reacción.

¡TE LA ESTÁS GANANDO, HIJO DE PUTA!-el joven ninja no podía sino gritar, fruto del dolor y la rabia.

¡No puedes hacer nada para pararme!-exclamaba Grant entre risotadas-¡No se puede regenerar lo que no está roto! Sólo tengo que seguir causándote dolor hasta que pierdas el conocimiento, ¡JAJAJAJAJA! Pensaba que este combate iba a ser fácil para mí, pero jamás imaginé que fuera a ser TAN fácil.

¡MALDITO CABRÓN!-gritaba Rito mientras aguantaba los golpes-¡NO TIENES NI IDEA DE LO QUE ES MI PODER EN REALIDAD!

Estás perdiendo la cabeza del dolor, ¿verdad?-se mofó el chico con gafas-¿Quién es el incompleto ahora?

¡RAAAAAAAAAAAGHHHHHHHHH!-gruñó Rito.

Con su dolorido y entumecido brazo derecho, el ninja agarró el bastón de Grant, pudiendo frenar la cadena de golpes. Sentía que su mano iba a explotar, pero decidió continuar así el tiempo suficiente como para lanzar un potente puñetazo contra el soldado para, por fin, quitárselo de encima.

¡HIYAAAA!-gritó el Taimanin victorioso mientras lanzaba al soldado por los aires.

Se levantó y apretó los puños en señal de insumisión.

Un desgarro muscular.-comentó entre jadeos-Justo lo que necesitaba para burlar tu mierda de estrategia sádica. Ninpô – Fushikakuzei!
(¡Arte ninja! ¡Despertar del inmortal!)

Rito se cubrió de una luz verdosa que regeneró las heridas internas que se había hecho al mover los brazos con tanta fuerza teniéndolos agarrotados y magullados. Esto logró que desaparecieran todos sus dolores.

¡Maldito psicópata!-bramó Grant mientras se masajeaba la mandíbula con una mano por el golpe que le había dado Rito-¿Te has hecho daño a propósito para regenerarte?

Es algo que puedo permitirme.-respondió Rito-¡Soy inmortal!

Tienes que estar bromeando…-el soldado se llevó las manos a la cabeza.

Una broma es lo que te va a parecer el infierno cuando te mande allí después de la paliza que te acabas de ganar.-lo amenazó Rito-¡Quítate las gafas si no quieres que acaben hechas polvo!

Grant se preparó para recibir a Rito, que avanzaba corriendo hacia él, con un golpe seco de su bastón, pero el ninja lo rodeó, lo agarró por la espalda y lo sometió contra el suelo con una brutal llave de lucha libre.

¡ARGH!-gritó el soldado-¡Un Suplex! ¡No eres ningún principiante!

No conforme con aquello, el Taimanin cambió de posición, agarró a su enemigo de diferente manera, saltó y lo volvió a estampar contra el suelo con una llave aérea.

¡No saborearás un Power Bomb como éste todos los días!-exclamó el chico de pelo verde orgulloso.

El Taimanin cambió de estilo y, una vez hubo reducido a Grant en el suelo, le atrapó un brazo con una técnica de Aikido con objeto de causarle una luxación.

¡Despídete del brazo con el que agarras ese bastón del demonio!-bramó Rito.

¡No te lo permitiré!-le rebatió el soldado.

Haciendo un movimiento de tijeras con sus piernas, fustigó a Rito, rompiendo la tensión en su agarre y pudiendo así sacar su brazo de tan peligrosa situación.

Voy a anularte totalmente.-amenazó Grant mientras volvía a agarrar su bastón.

¡A callar!-Rito hizo caso omiso de las amenazas de su oponente.

El Taimanin levantó la pierna izquierda y dejó caer el talón sobre la cabeza de su oponente, dejándolo doblado unos segundos, el tiempo suficiente como para hacerle una llave de Judo y colocarlo de nuevo en el suelo.

¡Despídete!-gruñó el ninja dispuesto a pisar con fuerza el estómago de su enemigo.

Grant levantó una pierna y chocó su pie con el de Rito, parando el pisotón.

¡Qué fuerza!-maldijo el soldado para sus adentros-¡Me va a partir la rodilla si sigue así!

Es su pierna contra la mía.-pensó Rito-Si me pasa algo, me regeneraré. Si le pasa algo a él, estará fastidiado.

El soldado vio un atisbo de esperanza: su bastón estaba en el suelo al alcance de sus manos. Lo agarró y, con él, lanzó una estocada recta con la que acertó al Taimanin en la entrepierna, aprovechándose de que tenía las piernas separadas para el pisotón.

¡AGH, MIS HUEVOS!-gruñó Rito-¡ESO ES JUGAR SUCIO, HIJO DE PUTA!

¡Todo es válido en el campo de batalla!-se jactó Grant mientras se levantaba-¡Has aguantado bien, pero SE ACABÓ!

Rito fue golpeado fuertemente en el cuello con aquel bastón amplificador del dolor. Cayó de espaldas contra una pared y rápidamente fue golpeado en todas las articulaciones.

Antes le he dejado que se moviera.-pensó Grant-Si soy lo bastante rápido como para castigar todas sus articulaciones con una sarta veloz de golpes, no podrá relajársele ninguna lo suficiente como para golpearme, no sufrirá ningún desgarro muscular y, por tanto, no se regenerará. Aún puedo dejarlo sin conocimiento. ¡Este combate es mío!

Ingenuo.-pensó Rito mientras las lágrimas de dolor amenazaban por salir de sus ojos-Hazme más daño, vamos. No podré moverme durante tu paliza, pero no lo necesito para devolvértela. No sabes nada, incompleto de mierda.

¡La picadura de un mosquito es más dolorosa que tus golpes birriosos!-el ninja provocó al soldado-¿No vas a golpearme en serio? ¡Así no vas a conseguir nada, gruñón penoso!

¡NO TE BURLES DE MÍ!-Grant reaccionó con un grito impositivo e intensificando sus golpes.

Sigue así.-pensó Rito-Vamos, continúa. Excita mis nervios tanto que al menos uno de ellos llegue a deformarse por exceso de impulsos eléctricos. La mínima desviación permitirá que mi regeneración se active y, entonces, ¡OH, POBRE DE TI!

El soldado continuó golpeando al joven Taimanin.

¡Caerás derrotado por el dolor!-gruñía Grant.

¡POR FIN!-gritó Rito con lágrimas en los ojos-¡ME HAS QUEMADO UN NERVIO! NINPÔ – FUSHIKAKUZEI!

La luz verde en la que se envolvió Rito para curarse de su rotura interna empujó a Grant lejos de él.

¿Qué diantres…-Grant se sorprendió.

Si excitas mis nervios con impulsos no deformadores pero abusas de la intensidad y/o de la frecuencia, puedes llegar a crear una modificación negativa en mi cuerpo y, por tanto, forzarme a regenerarla.-explicó Rito-El hecho de haber elegido combatir conmigo “porque me regenero” no hace que puedas vencer mi habilidad natural. Tal vez puedes durar más contra mí que otros con armas destinadas a destrozar cuerpos, pero eso no te librará de la amarga derrota que vas a sufrir hoy. ¡QUE TE DEN POR EL CULO!

Rito saltó y embistió con gran fuerza a Grant con los dos pies. El golpe sonó atronador, y el soldado voló por los aires. Por su parte, el Taimanin cayó de pie al suelo con una elegante voltereta. Sin dejar que el aturdido soldado se recuperarse, Rito se acercó a él corriendo y lo atrapó con una violenta y fugaz combinación de puñetazos.

¡Te voy a hacer harina, cabrón!-gritó el Taimanin.

A Grant, que se le había vuelto a caer el bastón, no le quedaban muchas opciones, así que decidió lanzar puñetazos él también. Tras un largo y doloroso intercambio de golpes, el soldado decidió desequilibrar  a Rito con un rodillazo en el abdomen y, acto seguido, someterlo con varios puñetazos.

No eres del todo malo.-reconoció Rito-No obstante, aún me duelen los huevos por culpa de tu mierda de bastón y no voy a perdonar ninguna ofensa a las partes más sagradas de mi cuerpo. ¡Feliz vuelo sólo de ida!

El Taimanin agarró al soldado de los hombros, lo zarandeó y, tras golpearlo varias veces contra el suelo y las paredes, lo lanzó muy lejos. Con una agilidad impropia de alguien tan magullado y castigado, Grant agarró su bastón en pleno vuelo, asegurándose de que caía con él en la mano. Lo clavó en el suelo para amortiguar la caída y lo usó como apoyo para incorporarse. Acto seguido, tocó un botón oculto que llevaba en el mango, el cual comenzó a brillar y a abrirse amenazadoramente.

Tenía esto reservado en caso de catástrofe, pero creo que ésta es una causa sobradamente justificada.-dijo Grant-Éste es el auténtico adiós. Hidden Punishment!
(¡Castigo oculto!)

Del mango del bastón salieron varios misiles de pequeño tamaño que volaron amenazadoramente hacia Rito.

¡Ni tu regeneración podrá salvarte si las explosiones te hacen cenizas!-gritó Grant cantando victoria.

Ninpô – Dôton no Jutsu! Nessa no Senpuu!-exclamó Rito.
(¡Arte ninja de la tierra! ¡Remolino de Arena Tórrida!)

El chico asió su maza, comenzó a girarla y produjo un enorme tornado de arena a muy alta temperatura. Los misiles no pudieron vencer la ingente fuerza de aquel temporal, por lo que volaron en sentido contrario y acabaron por explotar, liberando unas catastróficas olas de fuego y energía, demasiado grandes para el pequeño tamaño de los misiles. Así, Rito se salvó de un ataque mortal y Grant quedó atrapado entre las ondas expansivas, siendo finalmente sepultado en el suelo.

Chúpate ésa, cabrón desequilibrado.-dijo Rito con satisfacción-Y venga ya, que he jugado a muchos videojuegos y sé que en estos casos SIEMPRE se levanta el enemigo que se da por derrotado en primera instancia.

Es curioso que pienses en algo tan trivial cuando estás jugándote la vida en un combate…-dijo a duras penas Grant mientras se levantaba.

Lo sabía.-se limitó a comentar Rito.

Mi bastón nunca hará que Rito Sonozaki caiga inconsciente, me lo ha demostrado negando las dos únicas posibilidades que tenía.-pensó Grant-Mis misiles ocultos Hidden Punishment son de un único uso y tengo que recargar en el cuartel general porque no puedo llevar esa munición tan peligrosa encima. Esto hace que sólo me quede una opción.

El soldado se bajó la cremallera de la chaqueta. Acto seguido, se desabrochó los pantalones.

Haciéndome un striptease no vas a lograr que me apiade de ti.-dijo Rito con seriedad.

No es mi cuerpo desnudo lo que está debajo de este uniforme.-respondió Grant-Es mi verdadero arsenal de combate.

El joven soldado lanzó su ropa por los aires, revelando lo que llevaba debajo. Una camiseta negra sin mangas de fibra elástica muy ajustada. Pantalones rectos de camuflaje negro, rojo, gris, plateado y blanco. Botas altas de color negro metalizado por fuera de los pantalones con una tira de algo que parecía neón rojo en las suelas. En las manos llevaba unos mitones negros con el mismo tipo de neón rojo  que las botas. Al ir tan destapado y apretado en comparación con su anterior indumentaria, holgada y poco reveladora, la forma de su cuerpo podía apreciarse claramente. Era bastante musculoso, sus brazos estaban muy bien trabajados y se le marcaban los pectorales y los abdominales. Probablemente sus piernas serían también musculosas, aunque no se veían con los pantalones, cuyo diseño de camuflaje parecía brillar extrañamente. Inexplicablemente, sus gafas seguían intactas, sin absolutamente ningún rastro del feroz combate.  Ceñida a la camiseta llevaba una correa en diagonal de color rojo de la que colgaban unas piezas redondas de color gris metalizado que parecían granadas.

¡Bonito look!-comentó Rito con una sonrisa-¡Y mira qué músculos! Me encanta, tío, tienes un cuerpazo.

¿Podrías dejar de hablar como si fuéramos amigos?-preguntó Grant cortantemente.

Lo siento, macho: cuando veo unos músculos así, me emociono.-respondió Rito encogiéndose de hombros-Te han debido de costar muchas horas de entrenamiento. ¡Enhorabuena!

¿Te ríes de mí?-inquirió Grant.

¡Lo digo en serio!-respondió Rito con fingido compañerismo.

No hay que tener un doctorado para ver que tienes el triple o el cuádruple de masa muscular que yo.-dijo Grant tajantemente-Parece que te estás burlando de que tenga menos… ¡como si tu cuerpo de culturista te hiciera superior!

No me burlo de ti.-dijo Rito-Tu cuerpo me parece realmente bonito. No me enseñarías las ingles, ¿verdad? Seguro que se te marcan como cortes de una katana en una plancha de acero… y me encanta eso, joder.

¡Basta de bromas!-bramó el soldado-¡Me tienes harto! Veamos si puedes con mis manos expertas en infligir dolor ahora que no tengo una ocupada sujetando un bastón.

Sin ese bastón no eres más que un enclenque al que puedo vapulear a placer.-Rito le guiñó un ojo-¡Toma esto!

Y veamos si mi hipótesis sobre esas luces de su traje es cierta…-pensó mientras lanzaba un puñetazo.

Grant paró el puñetazo con la palma de una mano. No necesitó hacer mucha fuerza, pues, al tocar la mano de Rito, éste empezó a sentir un gran dolor.

¿Sorprendido?-preguntó Grant con una sonrisa.

Lanzó una patada giratoria alta, impactando en la cara del Taimanin y lanzándolo por los aires, causándole, de nuevo, gran dolor.

Esa cosa que brilla en tu ropa es el material, la tecnología o lo que cojones sea que lleva tu bastón para amplificar el dolor, ¿verdad?-Rito lanzó su reflexión en voz alta.

¿Cómo lo has averiguado tan rápido?-se sorprendió el soldado.

Bueno, soy demasiado inteligente para cualquiera de vosotros.-explicó el ninja-Me disculparía, pero no tengo motivos.

Ahora que casi todo mi cuerpo es igual que mi bastón, las superficies de contacto con el enemigo son más grandes.-pensó Grant-¡Seguro que así consigo dejarlo sin conocimiento! ¡Es la única forma de parar a esta bestia! Normalmente, las personas tan entregadas a su cuerpo no cultivan tanto su mente porque no reúnen tiempo, pero este tipo es tan fuerte como inteligente… ¡Rito Sonozaki es un monstruo aunque me duela admitirlo! En cualquier caso, ¡no está todo perdido!

Rito se preocupó por volver a agarrar su maza para contraatacar todos los golpes de Grant, quien no tardó en utilizar sus manos y sus pies para lanzar ágiles y feroces golpes. Si conseguía golpear al Taimanin al menos una vez, lograría someterlo de nuevo, esta vez con una intensidad sin igual. No obstante, él no se dejaba avasallar y contraatacaba todos los golpes usando su doble maza como si fuera un palo largo.

Tengo que tener cuidado de no golpearle en las piernas ni en las manos.-pensó Rito-Me haré más daño del que podré hacerle a él. A partir de ahora, debo lanzar sólo ataques altos… ¡como éste!

En un momento de descuido de Grant, Rito usó su maza como pértiga y se propulsó hacia él con una patada aérea. El soldado aprovechó inteligentemente la distancia que su contendiente había logrado y saltó hacia él, agarrándose a su cintura haciendo una pinza con las piernas. Al estar todo su pantalón recubierto de la fibra brillante que causaba el dolor intenso, la franja que Grant recubrió en el cuerpo de Rito comenzó a arder.

¡Este dolor es mucho peor que el de antes!-pensó Rito sintiendo de nuevo sus lágrimas intentando brotar-¡Menudo psicópata! Sin embargo, ahora no puede castigarme los brazos, por lo que… ¡se va a ir a la mierda!

¡FUERA!-chilló Rito mientras propulsaba a Grant hacia arriba de un codazo ascendente.

En pleno vuelo, el Taimanin lo interceptó y lo lanzó lejos de él de un puñetazo.  Grant apoyó las manos en el suelo y se colocó como si estuviera haciendo flexiones de pecho, posición desde la que se incorporó de nuevo.

Que sepas que ahora la distancia no es problema para mí.-dijo Grant arrancándose una de las piezas metálicas que colgaban de la correa de su pecho.

Lanzó aquel objeto que parecía una granada. Explotó, pero no liberó fuego ni llamas, sino una onda electromagnética de gran radio que atrapó a Rito que le causó grandes dolores en todo el cuerpo.

¡Mierda!-pensó Rito-¡Vuelvo a no poder moverme!

Cambiando intensidad por área tengo que ser capaz de hacer que se desmaye sin deformarle los nervios y que se vuelva a regenerar.-pensó Grant-Si castigo todo su cuerpo a la vez con una onda que se conduce por la propia electricidad de sus nervios, ¡tengo que conseguirlo!

El joven soldado lanzó más de esas granadas hacia Rito. Las ondas electromagnéticas lo atraparon en una pesada y desoladora espiral de atroz dolor.

¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARGHHHH!-gritaba el Taimanin.

¡Lo conseguí!-pensó Grant-¡Un golpe en la cabeza y haré que esa bestia se duerma!

Grant se colocó al lado de Rito, que estaba en el suelo retorciéndose, y se preparó para patearle la frente con el talón, pero el Taimanin dio un cabezazo contra el suelo, provocándose una pequeña brecha que le permitió disparar sus poderes regenerativos. De esta forma, rodó por el suelo para evitar el talonazo de Grant y se levantó de nuevo.

¿Hasta qué punto llega tu masoquismo?-preguntó Grant.

No voy a darte el gusto de caer ante tus patéticos ataques.-dijo Rito-Manipulas el dolor porque no tienes fuerza, porque no tienes capacidad para vencer en un combate sin un arma que no esté trucada. ¡Ya me has hartado!

Grant se fijó en que en el lugar donde Rito se había dado el cabezazo a propósito no había ni una gota de sangre. Tal y como le habían explicado, la sangre de aquel chico siempre volvía a su cuerpo.

Incluso cuando mi táctica parece que va a surtir efecto, él encuentra una forma de burlarla.-pensó Grant apabullado por la situación-Es formidable, y yo estoy jodido.

Por tu cara podría leer tus pensamientos.-dijo Rito con una gran sonrisa-Te he dejado sin trucos bajo la manga, ¿verdad? No hay nada que puedas hacer para vencerme… ¡y menos ahora que me has terminado de tocar las narices! Por culpa de tus estúpidas granadas, las ondas de dolor han recorrido TODO mi cuerpo. ¡TODO! Justo cuando el picor de huevos que me has causado estaba remitiendo, vas y lo reactivas. ¡Eres un auténtico cerdo!

Lo reduce todo a bromas sobre sus genitales, exactamente igual que un niño, con la misma sonrisa candorosa.-pensó Grant-¿Tal es su nivel de genialidad que me toma por un juguete, por una cosa de niños? ¿A mí, a Grant Steeler? En la vida me había sentido tan humillado…

¡Gracias por quedarte como un pasmarote mirando las musarañas!-gruñó Rito mientras corría hacia Grant-¡TRÁGATE ESTO Y MUERDE EL POLVO DE UNA VEZ!

El joven Taimanin hizo una increíble pirueta en el aire y, con ella, agarró el cuello del soldado con las dos piernas haciendo una pinza, arrastrándolo con la pirueta y terminándola estampándolo en el suelo.

Qué increíble Frankensteiner…-susurró Grant entre toses.

Te equivocas, hijo de puta con cuerpazo.-le corrigió Rito-Eso no ha sido un Frankensteiner, ha sido un Hurricanrana. ¡ESTO es un Frankensteiner!

Rito saltó por encima de Grant con las piernas abiertas, le cayó sobre los hombros, apoyando cada pierna en uno de los hombros, entrecruzó los pies para atraparle el cuello y dio una voltereta hacia atrás, apoyando las manos en el suelo y catapultándolo contra una pared lejana con la que se chocó de cabeza.

No puede…-gimió el militar-…ser… ¿estoy… acabado…?

Sí.-respondió Rito secamente antes de quitarle el conocimiento con una patada en la cabeza.

Tras acabar el combate, el Taimanin agarró el cuerpo de Grant y lo colocó en una posición conveniente. Le quitó un mitón.

Me llevo esto para investigar qué clase de material es éste con el que puedes causar tanto dolor.-dijo Rito en voz alta.

Tras ello, le quitó las gafas.

Me llevo tus gafas para analizarlas y saber qué las hace indestructibles.-continuó hablando con el soldado inconsciente-Y…

Con cuidado de no dañarse las manos, le desabrochó el cinturón y le retiró ligeramente los pantalones hacia abajo. Se quedó mirando las marcadas ingles del militar.

¡Lo sabía!-exclamó Rito con una sonrisa-¡Son preciosas! Entre la paliza que te he metido, lo que hemos sudado y el cuadro que me has pintado, creo que me voy a hacer la paja de mi vida cuando toda esta mierda acabe. Tengo curiosidad por ver cómo tienes el miembro, pero no voy a exponerlo: tienes derecho a la intimidad. Soy mejor persona que tú. Tú sólo eres un hijo de la gran puta.

Tras terminar su discurso, Rito volvió a dejar los pantalones de Grant perfectamente colocados y ajustados, con el cinturón abrochado.  Acto seguido, echó a andar en busca de sus compañeros. No muy lejos de él, vio saltar chispas en el aire y caer un rayo.