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viernes, 6 de septiembre de 2013

Reseña: Xenosaga Episode III - Also sprach Zarathustra (PS2)


De izquierda a derecha podemos ver a Jin, Shion, KOS-MOS, Jr., M.O.M.O. y Ziggy, una fracción importante del plantel de protagonistas de la trilogía que hoy finalizamos.

Tanto dentro como fuera de Japón, "Xenosaga Episode III: Also sprach Zarathustra" aterrizó en las estanterías de los comercios en el año 2006. Nos encontramos ante el "broche de oro", el cierre de la trilogía. Antes de reseñar, he de decir que la saga, en sus orígenes, iba a tener seis episodios (exacto, el doble), pero tuvo que ser finalizada de manera prematura con este tercer episodio. Una auténtica lástima, pues, con lo que ha sido este episodio en comparación con sus predecesores, la serie completa con seis títulos podría haber sido mítica. Hecho este pequeño (¿ínfimo?) preludio, procedo a exponer lo que ha sido este juego, tanto a mis ojos como de manera objetiva.


El marco

Han pasado seis meses desde los sucesos del segundo episodio. El descontento de unas fuerzas políticas, científicas y militares con respecto a otras está aumentando cada vez más, los conflictos se están disparando, la desesperación aplasta con su peso a la estrategia y el descontrol se expande de manera inexorable. Continúa profundizándose en los misterios de la Gnosis, se levantan tapaderas, se descubren verdades demoledoras. Todos los hechos se producen gracias a la determinación de cada uno de los grupos de interés para poner sus cartas sobre la mesa, y la de nuestros héroes no es ni menor ni menos importante: decidida a acabar con las mentiras, con la falsedad y con las amenazas, Shion abandona su puesto privilegiado en Vector y se une a Scientia, un grupo de acción cuya misión es investigar a la propia Vector y a organismos relacionados para descubrir la realidad de la guerra intergaláctica. El destino vuelve a ser caprichoso y hace que Shion se cruce de nuevo con todos sus compañeros en medio de su misión, viéndose en disposición de viajar y pelear juntos una vez más, una última vez, para llegar al fondo de todo. Es realmente difícil explicar qué sucede en esta saga sin incurrir en spoilers, pues hay tantas cosas que podría contar...

Los personajes

La selección de personajes jugables permanece prístina con respecto al título anterior: volvemos a tomar el control de Shion, Jin, Ziggy, Jr., M.O.M.O., KOS-MOS y chaos. En algunos puntos del juego son jugables los personajes secundarios Canaan (un androide que aparece en el título anterior y que tiene mucho que aportar a la historia), Miyuki Itsumi (una programadora de Vector, compañera y amiga de Shion, que aparece ya en el primer título) y Allen Ridgeley (un ingeniero de Vector que fue la mano derecha de Shion cuando ésta era la jefa en su sección, así como un personaje que aparece también desde el primer título y al que haré después una mención especial que no se ha merecido hasta ahora, en mi humilde opinión). Entre los antagonistas, seguimos viendo a los férreos e incansables Margulis y Pellegri, así como a los tremendamente pesados Richard y Hermann, dos subordinados de Pellegri a los que nunca se les ve el rostro y que aparecen ya en el segundo título dispuestos a incordiar (porque no saben hacer mucho más). Por supuesto, también se descubren las identidades de las verdaderas manos inteligentes que han movido todo cuanto ha sucedido, algunas francamente sorprendentes. Destacamos finalmente a T-elos, un androide de combate anti-Gnosis con el mismo aspecto que KOS-MOS pero una distinta coloración (su armadura es violeta oscura, su piel es morena y su pelo es blanco) que mostrará una encarnizada rivalidad con ésta y protagonizará unas escenas de pelea impresionantes. Como os decía, Allen por fin merece que diga su nombre. Es el típico personaje torpe que no destaca por nada pero que siempre sigue a los que son importantes para él, una versión futurista de Ron Weasley, si os gusta Harry Potter. Lleva toda la saga enamorado de Shion y sin atreverse a decírselo, lo cual nos lleva a pensar que es un cobarde...y lo es...hasta este título, en el que por fin se porta como un auténtico hombre. Destaco en este apartado que todos los personajes han recuperado su belleza: han vuelto a cambiar de ropa (salvo Ziggy, que permanece igual toda la saga), Shion vuelve a cambiar radicalmente en todo y ya no son feos ni desproporcionados, vuelven a tener caras bonitas, cuerpos con formas normales y, con los gráficos y la estética del juego, resultan muy bellos. Ya no tienen narices de patata, Ziggy se recupera de sus ojeras kilométricas, las ropas son bastante más bonitas y elaboradas que en el anterior título y...en fin, está todo en orden. El único cambio que no me ha gustado es el de Jin por la sencilla razón de que su peinado, su indumentaria y muchas de las referencias de sus armas y piezas de equipo son reminiscencia de China y no de Japón, como en origen era (y es, pues os recuerdo que es un guerrero samurai) el personaje.


La jugabilidad

Un auténtico caramelo de lo más dulce para la saga. Ha cambiado completamente la manera de jugar, siendo el boost lo único inalterable (es el elemento jugable definitorio de Xenosaga, en mi opinión). El sistema de batalla es muy parecido, prácticamente idéntico, al de la saga Final Fantasy y, si contamos la manera en la que los personajes aprenden habilidades, afinaría hasta Final Fantasy X, por las analogías (leves) existentes entre el tablero de esferas y las líneas de habilidades de este juego. Los combates son, como en toda la trilogía, por turnos, pero esta vez no hay que pulsar botones, sino elegir acciones entre un menú con los siguientes comandos: Atacar (utilizar el arma para un único golpe) /Técnicas (habilidades físicas, ya sean cuerpo a cuerpo o a distancia, con o sin elemento, que cada personaje aprende a su manera según el arma que use, realizadas consumiendo EP o Ether Points) /Ether (lo mismo que en los otros dos títulos, también con consumo de EP)/Ataques especiales (un total de tres habilidades que los personajes aprenden subiendo de nivel y que están enfocados a dar el golpe de gracia, se hacen consumiendo boost) /Objetos (utilizar cualquier objeto útil en posesión) /Cubrirse (pasar un turno reduciendo daños)/Cambiar (cambiar al personaje por otro que no esté en el equipo de batalla) /Huir (salir con el rabo entre las piernas). Es realmente rico este sistema de juego, pues permite que los personajes se distingan aún más entre ellos, sobre todo en el uso de técnicas: Shion vuelve a demostrarnos sus dotes con las artes marciales, Jr. aprende técnicas de disparo, chaos realiza distintos golpes de puñetazos y proyecciones de energía, Jin exhibe sus habilidades con la katana, etc.
Al ganar un combate, los personajes adquieren puntos de experiencia para subir de nivel y puntos de habilidad para gastarlos en aprender técnicas y Ether, muy parecido al tablero de esferas de Final Fantasy X. Cada personaje tiene dos líneas de habilidades, enfocadas a distintas ramas del combate. En el final de cada línea se nos obsequia con una habilidad maestra que constituye un potente apoyo para quien la ejecuta (por ejemplo, Shion tiene una con la que esquiva la totalidad de los ataques mientras dure el efecto) y, a lo largo del juego, puedes dominar una de las líneas entera y la mitad de la otra si realizas una partida normal a lo largo de la historia. Si se derrota a los jefes opcionales, se podrá acceder a mucho más. 
Las peleas con los E.S. son exageradamente destructivas: puedes equipar a tus máquinas de combate de una manera tal que los enemigos no podrán ni tocarte en muchas ocasiones, con la salvedad de los jefes, que serán igualmente muy fáciles. Ha desaparecido el sistema de copilotos y ahora cada E.S. tiene a dos personas fijas: en el E.S. Dinah encontramos a Shion y a KOS-MOS, en el E.S. Asher pelean Jr. y chaos, en el E.S. Zebulun se compenetran Ziggy y M.O.M.O. y, como añadido, aparece el E.S. Reuben, propiedad exclusiva de Jin. Por supuesto, muchos otros E.S. aparecerán en calidad de enemigos, como el E.S. Levi de Margulis o el E.S. Issachar de Pellegri.
También vuelve el sistema de break, del título anterior, pero con una premisa mucho más sencilla: tanto aliados como enemigos tienen una barra roja que se va llenando al recibir daños y, cuando se llene del todo, el miembro del combate en cuestión quedará atontado durante dos turnos, siendo incapaz de actuar y recibiendo más daño de los ataques. Se puede combinar esto con los ataques especiales antes mencionados, pues, si se le da el último golpe a un enemigo con estos ataques, se obtiene una bonificación llamada Finish Strike, muy parecida a la bonificación Exterminio (Overkill) de Final Fantasy X, aumentando nuestra experiencia, puntos de habilidad y dinero al final del combate: cualquier jugador aprenderá lo jugoso y cuasi mandatario que es hacer esto contra jefes.
Vuelve a ser un juego algo corto para el género, 34 horas en mi caso, pero mucho mejor organizado y estructurado, con una nivelación más realista (esta vez, mis personajes han llegado casi al nivel 60, en lugar de al 36 como en los dos anteriores).

Lo mejor
-La trama, por tercera vez: este título está lleno de reveses argumentales, descubrimientos de verdades demoledoras y una historia trepidante y acelerada.
-La banda sonora: ¡cómo se notan las artísticas y geniales manos de Yuki Kajiura!
-El tratamiento gráfico: hay escenas de pelea muy emocionantes y excitantes de ver. Asimismo, me gusta que, cuando los personajes lloran, se les da un enrojecimiento de ojos y de rostro muy realista: si bien la tecnología gráfica de la época no es milagrosa, se nota claramente que han estado llorando, no como en muchos otros títulos, donde no tengo claro si las lágrimas son como el dióxido de carbono sólido (el cual no moja) o la piel de los personajes es hidrófoba.
-Un sistema de juego mucho más ordenado, mejor estructurado y con un mucho mejor reparto entre escenas y horas de participación activa.
-Se ve mejor que nunca cómo es cada personaje, se les conoce de verdad y se descubre lo que son capaces de hacer en las peores situaciones. El título está cargado de valores.
-Los personajes se pueden volver a mirar sin tener el dilema de la risa o el llanto.
-No sólo en los subtítulos de los juegos, sino también a lo largo de los sucesos de toda la trilogía y, en especial, en este tercer episodio, se ha plasmado con cierta fidelidad y con cantidad de analogías lo que fue la filosofía y la obra de Nietzsche. Si habéis estudiado algo al respecto no pararéis de encontrar y notar referencias.

Lo peor
-Tuvieron que matar la saga antes de tiempo y han quedado muchas preguntas sin responder.
-¿Demasiado corto?
-Me ha gustado tanto que no sé de qué más pies cojea. (?)

Voy a decir una cosa para cerrar esta trilogía que os he presentado y comentado. Tal vez sea muy radical, tal vez me esté pasando, tal vez...pero, diría que, en general y, con toda la pena de mi corazón por la pedazo de historia que tiene, NO recomiendo esta saga...no mucho, al menos. Conocer la totalidad de la trama es precioso, pero no sé si todos querrán pasar largas horas con el mando apoyado en una pierna viendo escena tras escena y hay que tener MUCHO estómago para soportar el segundo episodio (¡menuda desgracia!). Sin duda, Xenosaga Episode III ha reconducido magníficamente la saga, pero los dos títulos anteriores tienen muchas inconsistencias, sobre todo el segundo episodio. En el primero es comprensible por ser el primero y porque Namco no es una compañía que tenga un catálogo de RPGs tan grande como el de otras compañías, pero hacerlo igual en algunas cosas y peor en otras en el segundo episodio es repetir errores a propósito.


KOS-MOS y T-elos se despiden de vosotros y cierran esta trilogía y, con ella, lo relativo a la misma en este blog. ¡Gracias por leerme y hasta la próxima!



sábado, 24 de agosto de 2013

Reseña: Xenosaga Episode I - Der Wille zur Macht (PS2)


KOS-MOS, la bella androide que, con los años, se ha convertido en el emblema de la saga y en uno de los personajes más famosos de la misma, en parte por su aparición en crossovers.

Hace escasos minutos que he vapuleado de manera injusta y humillante al jefe final de esta obra y creo que es el mejor momento para hablar sobre ella antes de que se me escape nada de la cabeza. Xenosaga es una trilogía de RPGs jugable en PS2 y, a diferencia de otras como Final Fantasy, Star Ocean y similares, los títulos no son independientes unos de otros, ni tienen distintos personajes y distinta historia, sino que forman una historia que empieza en este juego y termina al final del tercero, siguiendo una línea argumental con unos personajes que son jugables de unos títulos a otros, muy en la tónica de otras sagas del género como Shadow Hearts o Shin Megami Tensei Digital Devil Saga. El título apareció en las estanterías de las tiendas niponas en 2002, saliendo de su tierra natal hacia otros mercados al año siguiente. A diferencia de muchas sagas de RPG que se centran en atmósferas de campo abierto y sociedades poco industrializadas, la presente trilogía es completamente futurista, lo cual es una alternativa refrescante si uno no sabe a qué jugar dentro de este rico y vasto género. Los que, en su época, jugaseis a Xenogears en PSX, sabréis que es hijo de los mismos padres que este Xenosaga Episode I, aunque los autores no verifican que exista una conexión real entre ambas tramas pese a que comparten a KOS-MOS entre otras cosas. Tras esta breve introducción...

El marco

Siglo LX, tal vez LXI. ¿Alguien dijo futurismo? Si bien la introducción muestra una escena contemporánea, el "4000 years later" no tarda en endulzar nuestras pantallas. No obstante, para no incurrir en spoiler, me limitaré a decir buena parte de lo que muchos imagináis: el espacio es la patria humana, las naves son las viviendas, las ciudades flotan...no estamos solos. ¡Demonios, incluso en una escena se habla del gravitón, dando a entender que la Física Cuántica de nuestra época pasó de moda hace...pues eso, 4000 años! Un terrible y masificado incidente sacudió la sociedad hace 14 años: se liberó una amenaza alienígena conocida como Gnosis, y actualmente está asolando el espacio, atacando y fagocitando lo que encuentre a su paso. En las industrias Vector, la jefa de ingeniería de I+D Shion Uzuki está trabajando en un ambicioso y durante años mantenido proyecto: el sistema KOS-MOS, un androide dotado de capacidades físicas, armamentísticas y lógicas-internas que le permitirían, en un principio, combatir la Gnosis allá donde apareciese. No obstante, existe un problema muy grave y es que la Gnosis es incorpórea: se puede ver, pero no tocar. Mientras las grotescas y violentas criaturas devoran y destruyen cuanto se les tercia, las víctimas no pueden defenderse salvo que se disponga de un A.G.W.S (Anti Gnosis Weapon System->Léase un mecha muy bien armado que da buena cuenta de los bichos malos) o de un fenómeno físico llamado efecto Hilbert, que consiste en una liberación de ondas electromagnéticas (o eso he de suponer, porque se ve claramente cómo se propagan en el espacio...) que vuelven tangibles a los objetivos de Gnosis que tocan. La historia se divide en distintos grupos de poder entre los que se encuentran científicos, ingenieros, investigadores, exploradores, pilotos de naves, etc., cada uno de los cuales persigue su propio bien o el de los suyos, no tardando en entrar en conflicto. Teorizando sobre los orígenes y la fenomenología de la Gnosis, no tardamos en vernos enfrascados en las aventuras de Shion y KOS-MOS, quien se ve obligada a despertar de su cibernético letargo para luchar contra la amenaza (casualidades de la vida, es capaz de generar el efecto Hilbert...) y proteger a su creadora en un trepidante y peligroso viaje en el que conocerán a gran cantidad de personas (y aquí entran hombres y mujeres, cyborgs, realians -así es como llaman a las distintas series de robots antropomorfos dotados de una mentalidad que emula a la del hombre-, etc.). Las escenas son muy largas y están llenas de jugosos diálogos que nos irán descubriendo poco a poco una elaborada y enrevesada trama llena de intrigas y acción. Aconsejo hacer mucho caso a los diálogos si no se quiere acabar más perdido que un murciélago en una discoteca llena de luces. Como curiosidad, se dice en el juego que la Gnosis está formada por agua y algunas sales simples, como el cloruro de sodio, encontrándose también trazas de hidróxido de sodio que se forma en su actividad: amigas, amigos, todos le hemos echado sal al agua de pequeños y no nos han salido esos bichos sanguinarios...ni falta que hace, creo. Maravillas de la naturaleza tras 4000 años de ¿evolución?.

Los personajes

¿Qué puedo decir de este plantel? Me ha gustado mucho, la verdad. Siento que no voy a poder extenderme tanto como con los protagonistas y antagonistas del anterior videojuego del que os hablé (Magna Carta: Tears of Blood), y es cierto que no tienen tantas comidas de olla simultáneas...o sí, claro que las tienen, pero son menos enrevesadas y se resuelven más rápidamente: Xenosaga Episode I puede ser perfectamente la mitad que Magna Carta en lo que a duración respecta. Nuestra protagonista es la inteligente y hermosa Shion, una joven ingeniera de aparentemente portentosas capacidades que lidera a un equipo entero de I+D en una industria puntera; es la fuente de humanidad (en lo biológico y en lo psicológico) del elenco, tiene un corazón que no le cabe en el pecho y mucho carisma: realmente me ha encantado. Al lado de Shion está su tan fiel como rebelde creación: KOS-MOS, un robot con forma de mujer tan hermosa como letal, armada hasta los dientes y capaz de hacer morirse de envidia a cualquier personaje de Dragon Ball; como máquina que es, carece de sentimientos y se mueve por pura lógica y cálculos numéricos, aunque poco a poco se irá amoldando a los demás: otro personaje genial, pura razón y pura lógica, ¿cómo no iba a adorarla?. Paralelamente a estas dos intrépidas aventureras encontramos a M.O.M.O., una realian muy especial (echadle imaginación y tratadlo como la diferencia entre persocom y chobit en el anime "Chobits", si bien no estamos hablando de las mismas prestaciones tecnológicas ni de lejos) que es rescatada de su cautiverio por Ziggurat 8, un cyborg que hace cientos de años fue humano y trabaja como mercenario para poder ganarse su sueño: convertirse en una máquina completa y olvidar su doloroso pasado: es el personaje serio, frío y leal, combina la gélida psique de KOS-MOS con un dejo de humanidad que recuerda a Shion y que le vendrá por su ¿oscuro? pasado como hombre...por cierto, no tardan en llamarlo Ziggy. Cerramos el plantel con chaos, un joven curioso y con poderes sobrenaturales (tan sobrenaturales como el hecho de que su nombre se escriba con minúscula) que constituye el lado misterioso del plantel de personajes, así como el rol del artista marcial (si bien utiliza unas técnicas muy fantasiosas y mágicas a la hora de repartir mamporros, muy efectivos, por cierto) y Jr., otro misterio cuya voz y estatura hacen honor a su nombre: es un pistolero que no tardará en convertirse en una descarada apisonadora en el campo de batalla, y el más representativo en lo que se refiere a la impulsividad, instintos, deseos y espinas clavadas, si bien no es un personaje, de entrada, egoísta ni mezquino. Todos los personajes parecen normales hasta que estalla lo que sea que lleven detrás: aunque no lo parezca, el peso que tienen todos en la historia es importante y tarde o temprano se descubrirá todo sobre ellos. Algo que me gusta es que la envergadura de Ziggy y chaos se tendrá que ver en los títulos posteriores, pues poco se dice sobre ellos en el primer juego, aunque se intuye algo. De los antagonistas es mejor no hablar hasta bien terminada la obra: sólo muestran la punta del iceberg, por lo que os contaré una versión general (y libre de spoilers) de ellos cuando termine la trilogía.

La jugabilidad

Este primer episodio de Xenosaga tiene relativamente poco que contarnos en este aspecto. Su manera de jugar es bastante clásica: mueves a un personaje que representa al grupo (generalmente Shion) por los escenarios, hablas con los NPCs para conseguir información, resuelves puzzles y luchas contra monstruos, los cuales se ven por ahí sueltos en la tónica de Star Ocean y similares para que puedas decidir si luchar o pasar por su lado dándoles esquinazo. Tenemos el equivalente de la época a lo que hoy sería un smartphone y en él leeremos e-mails y utilizaremos diversos plug-ins, uno de ellos el vaporizador, que permite reventar objetos que estorben en el camino. (El día en que mi móvil haga explotar cajas metálicas, dominaré el mundo.) Encontraremos a veces cilindros que, al dispararles, liberarán llamas, electricidad o una especie de polvo aturdidor (¿nanobots flotando?) y, en cualquiera de los tres casos, si el enemigo se ve envuelto en ese despliegue, podremos acercarnos a él para comenzar con ventaja. También encontraremos objetos o incluso enemigos escondidos al romper cajas. En cuanto a las peleas, los personajes tienen ataques que se activan pulsando el cuadrado y el triángulo, y ataques especiales con el botón círculo, los cuales se aprenden subiendo de nivel y se pueden potenciar utilizando puntos que se obtienen ganando batallas. También podremos usar objetos, montar y desmontar en los A.G.W.S. (cosa que sólo poseen Shion, chaos y Jr.), movernos de la fila delantera a la trasera (estando atrás no podremos atacar, pero sufriremos menos daños) y lanzar Ether (Especial Theory of Rudimentary->Un aprovechamiento controlado de ciertas reacciones resonantes entre nanobots que producen distintos efectos...entre nosotros, como la magia en todo RPG) con distintos propósitos, como curar, aumentar parámetros o hacer daño. Los personajes no sólo suben de nivel, sino que, además, hemos de colocar en ranuras sus técnicas especiales para asignarles combinaciones de botones, hemos de subir de nivel dichas técnicas para potenciarlas o volverlas rápidas (para que se puedan lanzar sin tener que esperar un turno de guardia), de la misma manera que utilizaremos otros puntos para aprender nuevos Ether o transferirlos entre personajes y una tercera clase de puntos para extraer los efectos especiales de los accesorios y poder gozar de ellos (hasta tres) sin llevarlos equipados. Poco más que contar...se juega como cualquier otro RPG, no os dolerá la cabeza a los que tengáis un mínimo de experiencia en el género.

Lo mejor
-Un tratamiento futurista muy cuidado, lleno de referencias científico-tecnológicas que harán las delicias de los que gusten de la ciencia ficción o de la ciencia y la tecnología reales, entre los cuales me incluyo.
-Es poco notable y tal vez haya gente que ni lo considere de tal manera, pero ciertos entornos y ciertas situaciones tienen un matiz cyberpunk muy sutil que le da un sabor especial al título.
-Un plantel de personajes bien diseñado, con personalidades marcadas, diseños muy cuidados y abismales diferencias entre protagonistas y antagonistas, los cuales tienen mucho juego para dar.
-Cultura entrando a chorros en nuestra cabeza. Si habéis estudiado o leído algo al respecto en alguna ocasión, ya os habréis dado cuenta de la cantidad de referencias que tiene este juego a la Filosofía. Terminología griega empleada por filósofos: Gnosis (conocimiento), KOS-MOS (orden) y, por supuesto, antes de todo eso, el título: "Der Wille zur Macht", esto es, "La voluntad del poder"... ¿he oído Nietzsche? Ni que decir tiene que los episodios II y III son "Más allá del bien y del mal" y "Así habló Zarathustra". Otra cosa que también me da que pensar es si el efecto Hilbert viene en honor al matemático alemán David Hilbert, el cual cultivó ramas de las Matemáticas tan importantes como el Análisis Funcional y la Geometría, las cuales son fundamentales en... ¿todo? Sus trabajos han servido en Mecánica Cuántica y Relatividad General, y todo eso parece estar a la orden del día en un mundo donde los viajes intergalácticos son la cotidianidad, ¿no?
-Los combates tienen gran cantidad de efectos y dinamismo: no me he cansado de ver moverse y combatir a los héroes.

Lo peor
-En las cinco primeras horas de juego, gozarás, puestos a ser generosos, de una hora y media de jugabilidad como tal. Las escenas son LAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARGAS y muy seguidas y, si bien son necesarias y muy interesantes, a veces te preguntas si esta película tan bonita que te deja mover a los personajes de vez en cuando tiene fin o no. Por supuesto, el jugador se acostumbra rápido y, mientras que no me parecen excesivas ni aburridas, lo que sí creo es que han abusado un poco a la hora de repartirlas.
-El juego es muy corto...no me ha llegado a durar 40 horas. Esto no es un problema per se, porque no quiere decir que reste calidad al juego...el problema viene cuando lo acompañamos con lo anterior: hay tantas escenas y tan pocas horas de juego que uno llega a la batalla final con un serio retraso en la nivelación de los personajes. Sólo uno de los seis superaba el nivel 40 en mi partida llegados al punto final, y a veces te pasa factura. No obstante, tenemos la ¿suerte? de que una de las misiones secundarias del juego, así como la más fácil, consiste en obtener un Ether DEVASTADOR para Shion que quita 9999 puntos a todos los enemigos en pantalla, pudiendo abatir a prácticamente cualquier enemigo del juego (muy pocos superan esa cifra, los jefes opcionales -y los premios que ocultan- están a tus pies).
-Esto no es realmente un lanzamiento directo y declarado a la yugular, pero sólo hay un tema de batalla, sin distinguir entre enemigos comunes y jefes...cambiando sólo en el último enemigo. Es poco épico, aunque la música, tanto la de los combates como la de todo el juego, es bastante buena, ha habido un par de temas que me han encantado.

Y, con esto y un bizcocho, concluyo este pequeño análisis. Espero que os haya gustado y que os animéis a jugar si tenéis la oportunidad: es divertido, bonito y pinta una historia muy interesante. Como ya os he dicho, no es un juego autoconclusivo, así que no supondrá un spoiler el pedazo de "TO BE CONTINUED" que me he comido sin pan ni nada al terminar...sinceramente, dadas las fechas, creo que me voy a enfrascar con el segundo juego antes de volver a la universidad: me dará tiempo a terminarlo seguramente, aunque tenga que dejar el último episodio para mis próximas vacaciones. ¡Un saludo a todos!