COALESCENCE
†
WORLDS
COLLIDE II †
Episodio I · LOS MUNDOS CHOCAN PARTE II
Cerrada,
como me imaginaba.-dijo Freya tras palpar la puerta.
¿Y
bien?-Ibara se encogió de hombros.
Lo
sabes tan bien como yo.-respondió Freya.
Todos
lo sabemos.-Aquanika se cruzó de brazos.
Se
miraron los unos a los otros y asintieron. Hasta un grupo tan heterogéneo como
aquél tenía rasgos en común. La gigantesca Freya avanzó dos pasos y, liberando
un enérgico grito, rompió la puerta de una patada frontal empujando con la
planta del pie derecho.
Vía
libre.-dijo Freya-Las mujeres y los niños primero.
¿Tienes
especial interés en que entre el último?-preguntó Yamiyuki.
¿Insinúas
que soy un niño?-preguntó Itami.
No
entendéis mi humor.-dijo Freya desde la mitad del pasillo que ya había
atravesado.
¿Es
siempre así?-preguntó Ibara mirando a Aquanika y a Yamiyuki.
A mí no
me preguntes.-respondió Aquanika mientras se adentraba en el pasillo-El asco
que me da es más grande que ella misma…si es posible.
Ibara
se encogió de hombros una vez más y se adentró en el pasillo a la vez que
Yamiyuki y seguida de cerca por su pareja, Itami.
¡HOLA,
DOCTOR KAMIYAMA!-gritó Freya-¡LE TRAIGO UN PRESENTE!
Discreción
ante todo…-susurró Itami.
Hemos
bombardeado los aledaños y reventado la puerta.-dijo Yamiyuki con una sonrisa
socarrona-¿Crees que no sabe que estamos aquí?
Se
escuchó un grito de dolor. Freya dejó caer a un guardia con las cuatro
extremidades partidas.
Lo sabe
de sobra.-dijo la chica con cara de asco.
¡Comité
de bienvenida!-sonrió Aquanika crujiéndose los nudillos-¡Mi aperitivo favorito!
¿Pasamos
de esta gente en la medida de lo posible y nos divertimos?-preguntó Itami.
Me lo
has quitado de la boca.-dijo Ibara mientras corría hacia la esquina que
doblaban los guaridas de Shiroi para asaltarlos.
Con lo
maravillosa que es tu boca…-replicó Itami mientras se colgaba del techo y
preparaba su ofensiva.
¡HAH!-gritó
Freya escindiendo las vértebras del cuello de un guardia con un golpe con el
canto de su mano izquierda-¡HAI!-lanzó a otro por los aires de un
rodillazo-¡Vamos, chicos, servíos, que se acaban!
Comenzaron
a llegar más y más guardias, algunos motorizados, conduciendo compactos
vehículos de dos plazas en el anchísimo pasillo. Aquanika sonrió pérfidamente,
sacó un manojo de estiletes de su capa y agujereó los chasis de dos vehículos.
Cuestión
de segundos que…-susurró Aquanika.
Los
vehículos explotaron, calcinando a sus ocupantes.
…las
hojas penetren hasta el motor.-sonrió ácidamente.
¡No
está tan mal juntarse con estos tipos!-exclamó Ibara mientras destrozaba a base
de puñetazos de boxeo británico a cuantos se le terciasen-¡Las excursiones son
divertidas!
¡Y más
si son rodeados de gente buenorra!-apostilló Itami cayendo desde el techo sobre
tres guardias, segando sus gargantas con unas cuchillas de arco.
Son muy
difíciles de tratar, pero hay que reconocer que todos y todas tienen un polvazo…-dijo
Ibara sacudiéndose la melena.
Un
soldado saltó desde detrás de ella hacia su espalda. Yamiyuki apareció frente a
él con la velocidad de una centella y le pateó la cabeza, propulsándolo hacia
una arista entre dos paredes, donde se partió la columna vertebral.
Gracias
por el cumplido.-dijo Yamiyuki adoptando una elegante guardia.
¡Esto
es grande!-exclamó Freya-¡Muy grande!
¿Estamos
trabajando colectivamente o vamos por libre en media compañía?-preguntó
Aquanika.
No
tengo la culpa de que te pese el culo.-le espetó Freya-¡Acercaos y mirad esto!
El
pasillo se había abierto formando un enorme abanico lleno de bifurcaciones,
puertas, ascensores casi desnudos y un más que notable aparato de trampas
extendido por toda la estancia. Sonó una alarma.
Un poco
tarde para eso, ¿no?-comentó Itami.
De uno
de los abismales huecos emergió un ascensor que, al llegar al piso, se abrió y
liberó a dos robots de aspecto muy pesado y algo más de dos metros de estatura.
¿Aún le
quedan juguetes?-preguntó Yamiyuki-Típico de ratas como él…
Un
manojo de rayos afloró de la mano derecha del chico.
Me
molestan vuestras caras.-dijo Yamiyuki-Me niego a que sean legales. ¡A la
mierda!
Le
estampó la palma de la mano en el pecho a uno de los robots, haciendo que se
convulsionara. Acto seguido, cerró el puño y golpeó al otro robot, provocando
un efecto similar. En ese momento, escucharon leves y sigilosos pasos de dos
personas que se acercaban corriendo al punto de la escaramuza. Cuando se
acercaron lo suficiente, pudieron reconocerlas: armada con un martillo
gigantesco, Metallurgy saltó hacia uno de los robots y lo machacó de un fortísimo
golpe mientras que, por el otro lado, Yurika convertía una de sus piernas en
una barra pesada y molía el abdomen del otro androide. La chica de cabello
blanco ya no tenía la piel gris, sino verdosa. Por su parte, Yurika lucía un
kimono personalizado estilo Angura Kei de seda negra y rosa con botas altas a
juego, negras con cintas rosas a modo de fijación.
¡Bienvenidas
a la fiesta, chicas!-sonrió Yamiyuki.
¡Qué
guapas habéis venido!-dijo Freya en un intencionalmente sobreactuado tono
pomposo.
Como ya
te dije, me he acostumbrado a la locura.-respondió Yurika-Me es igual arriesgar
mi vida con ropa de combate o arreglada como si fuera a salir de fiesta, como
es el caso. Y veo que los demás venimos también en unas galas muy de fiesta…o
de…-miró a Ibara y a Itami-… ¿cine porno?
Ya
quisieran esas enanas aprender algo de mí.-se jactó Ibara.
Y ya
les gustaría a esos pichas cortas sentir el peso real de una buena
entrepierna.-rió Itami.
Ya…-respondió
Yurika.
¿Me
explicas luego lo del verde, Metallurgy?-preguntó Freya.
Tan
observadora como siempre, por lo que veo.-Metallurgy sonrió-Hablaremos más
detenidamente cuando todo esto acabe…porque acabará con un tanto a nuestro
favor, ¿verdad?
Verdad.-Freya
le devolvió la sonrisa-Veamos, compañeros, esto es demasiado grande para ir
juntos. Tenemos que dividirnos y explorar convenientemente. Ibara, Itami,
huelga decir que lo haríais muy bien juntos. Yurika, Metallurgy, no os matará
pasar un rato más juntas. Yamiyuki, tú irás con Aquanika, se ponga como se
ponga. Yo estoy sola. ¿Alguna duda?
Nadie
replicó.
¡En
marcha!-Freya echó a correr por un camino.
El
resto de los miembros del grupo se dividió en parejas y tomaron distintas vías.
. . .
Tras
varios giros y derivaciones en la exploración, Aquanika y Yamiyuki habían caído
encima de un ascensor que bajaba.
Si
nuestro enemigo fuera un cerdo en lugar de un cerdo con inteligencia…-reflexionó
Yamiyuki-…la arquitectura de este maldito edificio no cambiaría semanalmente o
a frecuencias similares.
Aquanika
no hablaba.
Está
bien.-respondió Yamiyuki-Si no quieres que rompamos el hielo, lo dejamos estar.
Peor para ti…yo tengo muy claro lo que hemos venido a hacer.
No eres
más que un perro de Freya…-le espetó Aquanika-…su botones.
Perdona
que no me ría.-respondió Yamiyuki.
¿Hasta
cuándo vas a hacerte el educado?-preguntó Aquanika mientras bajaban encima del
ascensor.
No
estoy fingiendo.-respondió Yamiyuki-No tengo necesidad de faltar el respeto. Lo
mejor de los errores es el momento en que quien los comete los descubre y
aprende de ellos.
Así que
no llevo razón, ¿eh?-preguntó Aquanika.
Ninguna.-respondió
Yamiyuki mientras observaba en todas las direcciones.
Al
mirar a su alrededor, vio cómo una bestia metálica de cuatro patas bajaba hacia
la caja del ascensor a toda velocidad con objeto de cazar a la pareja. Cuando
estuvo lo suficientemente cerca como para que se oyeran sus bamboleos, Aquanika
extrajo una lanza de su capa. Yamiyuki se interpuso entre la chica y el robot y
saltó ágilmente, devolviendo a la mole a las alturas de una patada. Acto
seguido, ascendió propulsándose entre las paredes y pateó a la máquina en lo
que sería su lomo con el talón izquierdo. En mitad de la caída, le lanzó un
potente chorro de fuego que calentó todo su chasis. Finalmente, bajó de nuevo a
la caja del ascensor y alzó el puño.
¡Puño
Pétreo!-exclamó Yamiyuki.
Su puño
y parte de su brazo se convirtieron en piedra, atravesando limpiamente a la
pesada máquina, que se hallaba ablandada por el fuego. Tras unos segundos de
chisporroteo, se desmembró en un estallido.
Así que
el único tío de la mesa sólo sirve para poner cortinillas, ¿eh?-preguntó
Yamiyuki.
. . .
Ibara e
Itami estaban recorriendo una serie de pasillos laberínticos y enrevesados.
Sabían que tenían que buscar a Shiroi o a cualquier persona cercana a él y
notificar al resto del grupo cuando lo hicieran. Cruzaron un lóbrego umbral y
llegaron a un pasillo especialmente ancho en cuyo otro extremo había una puerta
negra.
Espera.-Ibara
extendió el brazo para que Itami no se aventurase-Tú también lo ves, ¿no?
Se nota
a la legua…-dijo Itami-…y más cuando, por tu naturaleza, llevas toda la vida
haciendo con ellas lo que te sale de la polla, en el sentido más literal y
fisiológico de la expresión…
…trampas.-Ibara
terminó la frase-Inútiles y predecibles.
La
joven sacó de su bolsillo una pequeña varilla negra de unos pocos centímetros.
Al asirla con firmeza, se alargó: era su bastón, de longitud variable a placer
por poder mágico. Comenzó a orientar el bastón y a extenderlo para tocar
determinados puntos del suelo, de las paredes y del techo, activando varios
pozos, trozos de suelo espinosos, lanzas saliendo de la pared, péndulos
cortantes descolgándose del techo y varios dispensadores de gases venenosos que
la chica no tardó en neutralizar con su poder natural de las toxinas mediante
un erótico baile de barra.
Ya
están todas.-corroboró Itami-¡Vamos!
La
pareja corrió hacia la puerta a buen ritmo.
¿Dónde
está la persona, animal, monstruo, máquina o mierda en general que custodia la
puerta?-preguntó Ibara-¿De qué orificio sorpresa va a salir?
Es una
buena pregunta.-respondió Itami-¿Y si no hay nada ni nadie?
Llegaron
a la puerta y la tocaron con sus manos.
Efectivamente…-dijo
Ibara-…nada ni nadie. Y es extraño, porque la puerta está libre de trampas.
¿Cerrada
a cal y canto?-preguntó Itami mientras hacía ademán de abrirla.
El
chico la abrió sin problemas.
¡No
puede ser!-exclamó Ibara entre sorprendida e indignada.
¿A
quién te recuerda esto?-preguntó Itami.
Mierda…-Ibara
se llevó una mano a la frente.
Así los
llamábamos cuando teníamos que verlos.-le recordó Itami.
No
merecían otra cosa.-Ibara se resignó a entrar con cara de asco.
. . .
Guardia
tras guardia, todos caían sin piedad. Las ágiles, potentes y airosas patadas de
Yurika daban buena cuenta del pelotón que había intentado rodearlas.
Paralelamente, Metallurgy los despachaba golpeándoles con un puño americano
fabricado con sus aleaciones especiales.
Me
pregunto si a los demás les han tocado itinerarios tan llenos de insectos como
éste…-dijo Yurika mientras peleaba al lado de su compañera y tutora.
¡Largaos,
pesados!-chillaba Metallurgy mientras rompía sus chalecos de seguridad y los
huesos de debajo con vigorosos puñetazos-¡No me hagáis tirar de mi última
mezcla más de la cuenta! ¿No veis lo dura que es?
Esta
mujer es el demonio…-dijo uno de los guardias-…atraviesa cualquier cosa con
esos puños… ¡INCLUSO ES VERDE!
¡COBARDES!-gritó
otro guardia-Os enseñaré que ese cuerpecito es tan frágil como parece, sea cual
sea su color…
El
guardia, más temerario que valiente, se quitó sus guantes de seguridad y, con
las manos desnudas, apretó los puños y se dispuso a golpear a Metallurgy en el
abdomen. Al verlo, ésta puso los brazos en jarras y acercó su vientre a sus
puños. Sonó algo más parecido a un arañazo o un corte brusco que un puñetazo.
El hombre retiró su mano y vio que la piel estaba hecha jirones, y le escocía y
sangraba mucho.
Para
medir lo frágil que soy, primero tendrás que hacer que note tus cosquillas, ¿no
crees?-sonrió Metallurgy.
¿Qué
demonios…-Yurika se extrañó.
¡ATRÁS!-gritó
otro guardia-¡NO ES HUMANA!
Ya lo
creo que lo soy.-dijo Metallurgy con una feliz sonrisa-Sólo os digo dos cosas:
una es que no soy verde, sólo tengo un pequeño dejo verdoso…y la otra…es que no
quiero que os vayáis sin que os devuelva lo que es vuestro.
Miró
con una sonrisa casi infantil al guardia que había destrozado su puño contra
ella.
¿Qué cojones
estás mirando, bruja?-le preguntó apretando el otro puño.
Je…-rió
Metallurgy-¡Técnica especial de Fuerza Bruta! ¡Bobina Tesla!
La
chica de cabello blanco le dio la espalda al hombre, se abrió de piernas y
comenzó a girar sobre sí misma en un ángulo oblicuo, golpeando su cara
continuamente con una patada tras otra. Acto seguido, juntó las piernas, las
encogió mientras saltaba y las estiró en el aire, propinándole una coz que lo
lanzó fuertemente contra los miembros restantes del pelotón, que salieron
disparados.
¡Tomad
ésa!-Metallurgy apretó un puño mientras sonreía.
Ese
movimiento me ha gustado.-comentó Yurika con una sonrisa de alivio.
¡Gracias,
cielo!-sonrió Metallurgy-¿Vamos?
¡Claro!-exclamó
Yurika.
Continuaron
avanzando.
. . .
Has
sido muy lista alejando a todo el mundo de aquí para que no murieran.-Freya oyó
una voz detrás de ella-Tan lista como siempre.
Y por
la cuenta que me trae, ¿sabes?-dijo Freya-La tontería es algo que me produce
una alergia tal que no creo que pudiera mantenerme en pie si fuera tan estúpida
como tú.
Veamos
cuánto te dura esa sorna…-el hombre abrigado por las sombras caminó hacia
Freya.
De momento,
veinte años.-dijo Freya-Y, ¿sabes cuántos años tengo? Exacto: veinte.
Siempre
has sido una niñata asquerosa…-respondió la voz-…mirando a todos por encima del
hombro…
Querido,
¿por dónde coño quieres que los mire?-preguntó la chica con más sorna
todavía-¡Soy la persona viva más alta de este puto planeta ahora mismo! Si
tienes envidia, jódete, es así de fácil.
No
saldrás viva de aquí, Freya.-le respondió-Y, cuando tú caigas, nada podrá salvar
a esos estúpidos que has traído contigo.
Yo en
tu lugar no los subestimaría.-dijo Freya-Si, bien por tu cobardía, bien por
falta de tiempo, bien por motivos de fuerza mayor, yo no pudiera darte una
lección aquí y ahora, cualquiera de mis camaradas te podría hacer morder el polvo
ipso facto.
¿Osas
llamarme cobarde?-preguntó el hombre-¿Sin ni siquiera haberme visto cara a
cara?
Veo que
careces de problemas de audición.-respondió Freya-Me alegro por ti. Si fueras
tan valiente como insinúas, no tendrías problema en dejarme que te viera…o, por
lo menos, que te viera mientras tú fueras consciente de ello, a diferencia de como
te estoy viendo ahora. ¡LITHE, PEDAZO DE PERRO INÚTIL, SAL DE DETRÁS DE ESA
JODIDA ESQUINA Y QUÍTATE ESE MODIFICADOR DE VOZ: APESTA TANTO COMO TÚ!
Se oyó
un golpe. Freya vio un pequeño aparato hecho añicos en el suelo.
¿Cómo
me has…-preguntó Lithe saliendo de su escondite.
¿Descubierto?-Freya
terminó la frase-Es tan fácil que me daría pena si esa palabra existiese para
mí cuando hablamos de mis enemigos. ¿Qué tal si me llevas ante Shiroi por las
buenas? ¿O quieres repetir lo de aquella vez?
No voy
a hacer nada por las buenas.-Lithe se puso en guardia-Si eres tan infalible
como presumes, yo ya estaría tumbado en el suelo…algo estás tramando, ¿verdad?
Veo que
siguen intentando educarte, Lithe…-dijo Freya-…tal vez algún día tengan suerte…o
la vida los recompense por sus esfuerzos. Efectivamente, estoy tramando algo…y
es tan obvio y estúpido que me parece hasta dantesco que no te hayas dado
cuenta.
Lithe
hizo un ademán amenazador hacia la joven, que se rió.
Tu
percepción apesta, tío.-le espetó-Hasta un niño de cuna se habría dado cuenta…
¿De
qué?-preguntó Lithe.
La
fuerza bruta se te tiene que dar acojonantemente bien para que todavía no te
haya tirado ese cerdo a la basura.-dijo Freya-Mi maquiavélico plan era éste:
¡reírme!
¿DE QUÉ
DEMONIOS TE TIENES QUE REÍR AHORA?-chilló el corpulento chico.
Se
escuchó el sonido de un proyectil cortando el aire. Lithe sintió un punzante
dolor en su cabeza: un cuchillo acababa de atravesar su frente a una
profundidad intermedia. Freya se echó a reír.
Tocado.-dijo
una voz desde detrás de ellos.
Otro
proyectil. Una navaja abierta le atravesó un hombro.
Doble.-dijo
otra voz.
Otro
más. Un cuchillo kunai le atravesó el otro hombro.
¡Diana!-exclamó
una voz meliflua.
Un
último proyectil puso fin a la escena: una daga voladora se clavó en el
musculoso abdomen del joven de pelo verde.
Y, con
esto, hemos formado una hermosa cruz.-dijo otra voz-Aunque, si unimos los
cuatro puntos correlativamente, forman un rombo perfecto. Lo hemos hecho genial.
De las
sombras salieron Aquanika con las manos cargadas de cuchillos, Ibara con varias
navajas entre los dedos, Itami con dos puñados de kunai formando abanicos y
Yamiyuki sosteniendo una daga voladora con dos dedos.
¿Era o
no era para reírse como una niña a la que le hacen cosquillas?-preguntó Freya
entre carcajadas-¡Tienes cara de estúpido hasta para quedarte sin conocimiento
y sin sangre! ¡JAJAJAJA! Justo a tiempo, chicos, sabía que no me defraudaríais.
Sabía
que te gustaría.-dijo Yamiyuki-Casi discutimos al elegir entre rombo o
romboide.
¿En
serio?-preguntó Freya mientras pisaba sin disimulo el cuerpo de Lithe.
¡Chicos!-exclamó
Metallurgy.
Metallurgy
y Yurika llegaron corriendo desde la otra punta del pasillo.
Por lo
que sé, Shiroi está detrás de esa puerta.-dijo Freya-La trampa de Lithe era,
cuanto menos, patética, pero era una media verdad…siento su presencia.
Y yo
también.-dijo Yamiyuki con asco.
Nosotros
también hemos venido hacia aquí guiados por unas…auras familiares.-dijo Ibara.
Ahora
que lo decís…-dijo Aquanika-…algo ahí dentro huele a la peor mierda.
Yo no
siento a nadie, pero tengo un mal presentimiento…-dijo Metallurgy.
Creo
que eso lo tenemos todos…-comentó Yurika.
Freya
asintió con la cabeza.
Es hora
de saludar a nuestro anfitrión, ¿no crees?-preguntó Freya.
Sin
mediar más palabra, tiró la puerta de una patada.
¡Kamiyama,
hemos venido a por tu cabeza!-exclamó Yamiyuki irrumpiendo en la sala-¿Qué
demonios es esto?
Shiroi
se hallaba reunido, formando un círculo con individuos muy variopintos. Estaban
haciendo magia: entre todos tenían trazado un aro lleno de simbología mágica
que emitía colores muy brillantes.
Ibara e
Itami se asomaron y se fijaron en el grupo. En él, había dos personas de su
edad, una chica de cabello verde y un joven de cabello verde azulado.
¡VOSOTROS!-chilló
Ibara-¡Lo sabía! ¿Qué mierda hacéis aquí, CON ESTE ENGENDRO?
Voy a
esparcir vuestras sucias tripas por…-amenazó Itami.
¡PENSABA
QUE ESTABAS MUERTA!-exclamó Aquanika-¿TE SUPO A POCO, ZORRA?
Una
mujer de aspecto joven vestida de negro y con cabello y ojos violetas la miró
sin mediar palabra.
Esto no
puede ser una coincidencia…-dijo Freya-…Shiroi ha reunido a nuestros
archienemigos, por lo que veo. No sé cómo lo ha hecho, pero los conoce a todos,
por lo que veo…porque no creo que te pienses que no he visto TU CARA
INSOPORTABLE.
Un
chico que parecía un adolescente, de cabello verde eléctrico y ojos amarillos,
le dedicó una sonrisa socarrona.
Mierda,
Shiroi…-dijo Yamiyuki-…has jugado bien…pero hemos venido a dar el jaque mate.
¡ENROQUE!-chilló
Shiroi.
El
círculo comenzó a brillar.
¿Qué
clase de magia es ésa?-preguntó Yurika tapándose la cara con las manos ante las
potentes emanaciones y ondas expansivas.
Es…-dijo
Freya-…¡NO! ¡Es magia prohibida entre la magia prohibida! ¡Quiere plegar el
tiempo! ¡Va a mezclar las épocas! ¡Será el caos!
No voy
a mezclarlas.-dijo Shiroi-Ya están parcialmente mezcladas. Llegáis tarde…
El
resto de individuos del círculo que nadie reconocía colaboró con los demás,
extendiendo las manos para consumar el hechizo.
No
puedo creerme que algo tan valioso y por lo que luchamos tanto vaya a tener que
ser descartado ahora mismo…-dijo Freya.
¿A qué
te refieres?-preguntó Yamiyuki.
El
cristal inhibidor.-dijo Freya-Si no lo pongo ante sus narices ahora mismo, el
desorden reinará para siempre.
¡Para
esta mierda, tía gigante!-exclamó Ibara-¡O mándame a una brecha atemporal donde
pueda lobotomizar a esa puta por los siglos de los siglos!
Con
rabia, Freya sacó el cristal por el que casi mató a Ibara mientras Yamiyuki
casi mataba a Itami y lo lanzó al centro del círculo. La reacción fue
inmediata: se liberó una explosión blanca y el hechizo se hizo añicos. Todo fue
envuelto por una luz cegadora que parecía empujarlos con un peso material muy
elevado, alejándolos entre sí cada vez más…
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