martes, 27 de enero de 2015

[TY] Episodio 12: Intelecto

TAIMANIN YAMIYUKI
Episodio 12: Intelecto

El servicio de habitaciones es más que mejorable, amigo…-dijo Yamiyuki.

¡Deja de burlarte, desgraciado!-le espetó el orco que lo custodiaba mientras le asestaba un puñetazo.

Se oyó un crujido. Entre lamentos, el orco se agarró la mano, que se había roto por completo, y comenzó a maldecir a voz en grito.

¿Quieres dejar de intentarlo?-le aconsejó Yamiyuki, cuyo cuerpo era tan fuerte que el puño del orco se había hecho astillas-Te vas a hacer daño…ah, y dúchate.

Yamiyuki estaba atado a un pilar de base cuadrada. Unas abrazaderas metálicas lo fijaban al mismo en las muñecas, en los tobillos, en la cadera y en el cuello.

Quiero poner una reclamación.-dijo Yamiyuki de nuevo aunando con sádico arte la serenidad y la sorna-Dile al botones que venga, porque está claro que tú no llegas a tal cargo y el dueño del hotel tendrá cosas mejores que hacer que verme a mí.

¡Te voy a cortar la cabeza!-bramó el orco agarrando un hacha de doble filo con la mano que le quedaba sana.

Permíteme dudarlo.-dijo Yamiyuki negando con la cabeza-Vas a acabar peor que como pudieras dejarme a mí si se te ocurre matarme. Me quieren vivo…hasta un ser como tú es capaz de entenderlo.

Llevas razón.-dijo el orco-¡Pero no necesito matarte para oírte gritar como a un perro abandonado!

¿El las tómbolas del asqueroso y poco aseado mundo de los orcos os regalan carnets de verdugo?-preguntó Yamiyuki-Mi hijo de tres años empuña mejor el hacha que tú… ¡Y NO TENGO HIJOS!

El orco lanzó furibundo el hacha. Se clavó medio metro por encima de la cabeza de Yamiyuki, quien comenzó a reírse.

¡No te rías!-amenazó el orco-Cuando el hacha caiga de la columna, ¡lo hará sobre tu cabeza!

¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!-Yamiyuki estalló en risas-No saldrá de donde está sin una fuerza externa: se ha clavado bastante bien. En cualquier caso, no voy a estar aquí atado mucho más.

Si tuvieras la fuerza suficiente como para romper tus ataduras, ya lo habrías hecho.-una voz de mujer irrumpió en la sala-¿Me equivoco?

No es una cuestión de fuerza, señorita Belladonna…-dijo el chico, dejando claro que no le sorprendía ni le importaba lo más mínimo la aparición de la Mazoku-…es mera lógica. Resulta tan obvio que hay algún mecanismo que me impedirá romperlas que no voy a perder mi valioso tiempo en intentarlo. Os consideramos menos inteligentes, pero no tan idiotas como desearíamos.

Veo que la insolencia es una constante en vuestro gremio.-dijo Belladonna con cara de asco-¡Rahk! ¡Explícame inmediatamente qué ha sido este jaleo!

Ese hombre es…-balbució el orco.

Será lo que sea, pero tú eres un completo inútil.-le espetó Belladonna.

Chasqueó los dedos y envolvió al lesionado orco en un manto de fuego azul que le causó una muerte lenta y dolorosa.

¿El siguiente, por favor?-preguntó Belladonna mirando a Yamiyuki.

No está, parece ser…-respondió Yamiyuki mirando al techo como si le interesara algo que hubiera ahí.

¡Mírame a la cara cuando te hablo!-gritó Belladonna.

No pego a mujeres y temo que puedas salir disparada con sólo mirarte.-respondió el chico como si estuviese en medio de una trivialidad.

Te voy a enseñar algo de disciplina…-dijo la mujer demoníaca.

Se acercó a una mesa llena de instrumentos de tortura que estaba al lado de la columna. Agarró una fusta y golpeó fuertemente con ella el vientre del joven.

¿Ya?-preguntó éste con aburrimiento.

No voy a caer en tu juego.-dijo Belladonna-Esto te dolerá, te lo aseguro…

Las paredes de la habitación se iluminaron. Cada placa parecía una pantalla capaz de retransmitir imagen y sonido. Tras el fogonazo inicial, mostraron a una gran cantidad de personas conocidas: alumnos de Gokuruma…concretamente, todos los que habían secuestrado en la batalla.

Es lista…-pensó Yamiyuki-…tal vez un poco más que los orcos, al menos.

Las reglas son sencillas.-dijo Belladonna-Tus cinco parias han salido de la sala donde los habíamos dejado. Si les das muerte antes de que nos causen alguna molestia, liberaremos a los alumnos. Si no, los mataremos a todos…después mataremos a tus amigos…y después te mataremos a ti.

¡Hija de puta!-pensó Yamiyuki-¡Esto no va a quedar así!

. . .

Se colocaron a ambos lados de la puerta, que estaba abierta de par en par. Entró entonces la bestia: un enorme perro infernal que emitía fuego púrpura a través de su pútrida coraza de exoesqueleto. Shirubei se puso enfrente de la criatura y atravesó su cabeza con la garra de su mano izquierda. Acto seguido, desplegó las garras de sus pies, saltó y sometió al enorme demonio a una combinación de patadas aéreas cortantes. Finalizó el asalto desplegando la garra de la mano derecha y lanzando un tajo descendente mientras caía del salto, cortando a la bestia hasta extremos mortales.

Débil.-resumió Shirubei.

¡Joder!-exclamó Inuhito-¿Cómo es que tienes las garras contigo?

Bueno…-Shirubei sonrió con jactancia-…supongo que unas garras retráctiles ocultas con un mecanismo diseñado, calculado y construido por los grandiosos ingenieros Aoi Makihara y Yamiyuki Kuroi no es fácil de quitar a su portador…hice bien en pedir que fuera así.

Así que no te han podido quitar las armas porque se hacen pasar por partes de tu cuerpo…-dijo Hagane.

Sí, pero no pienses que llevo un solo shuriken o kunai.-dijo Shirubei-Me lo han quitado todo…lo que me extraña es que no me hayan tocado hasta el paquete…

Aoi se sonrió.

¿Qué pasa?-preguntó Shirubei arqueando una ceja con complicidad.

Que me alegro mucho de que te guste tanto el arma que Yamiyuki y yo hicimos para ti…-dijo Aoi con una sonrisa cómplice-…y que no te preocupes por tener los bolsillos vacíos. Te dejo lo que quieras de los míos…incluso puedes echar mano si los encuentras.

Lanzó un kunai al aire y lo atrapó al vuelo. Guiñó un ojo acto seguido. Aoi era el mejor del grupo en ocultación de armas.

El látigo sí lo he perdido, pero aún tengo esto…-dijo Aoi-… ¿queréis?

Será mejor que ir desarmados.-concedió Inuhito-¿Un puñado de agujas senbon, por favor?

. . .

¡El tiempo es oro!-gritó Belladonna-¡Decídete! ¿Decenas de estudiantes o cinco amigos? ¡Vamos! ¡No se puede tener todo en esta vida!

Aguarda y verás…-dijo Yamiyuki-…te arrepentirás de todo esto en cuanto encuentre el punto flaco de tu estrategia.

¿Sabes?-Belladonna seguía intentando incomodar a Yamiyuki-Esto también lo están viendo y escuchando los rehenes, pero no tus amigos. De esta forma, te recordarán como un traidor a sus amigos si decides salvarlos y te maldecirán en el infierno si los dejas morir. ¡JAJAJAJAJAJA!

¡Eso es!-pensó Yamiyuki-¡Te pillé, bruja!

Yamiyuki dirigió los ojos a las pantallas. Buscó entre los rehenes. Todos ellos le eran conocidos. No eran la totalidad de los estudiantes, pero sí un grupo numeroso. Entre ellos reconoció a una de las alumnas que se graduaría con Matrícula de Honor en la promoción inmediatamente posterior a la suya.

Veena Idaiyar.-pensó Yamiyuki-Inmigrante. Natural de la República de la India. Estudiante modelo. Guerrera nata. Mejor amiga de Seika. No necesito hacer demasiados cálculos para inferir que puede ser perfectamente la más fuerte de todos los rehenes…y, por lo poco que he hablado con ella, creo que es una chica bastante inteligente…así que…

Clavó sus ojos en la chica. Ésta se dio cuenta y le devolvió la mirada desde la distancia.

Sagaz.-pensó Yamiyuki-Tal vez haya pensado lo mismo que yo cuando Belladonna ha explicado que podemos vernos y oírnos mutuamente. Ahora sólo queda…

Oteó la sala donde estaban los rehenes. No tenía ningún tipo de puerta, pero sí una serie de porosidades en las paredes. El chico infirió que gasearían a los estudiantes si no obedecía. No obstante, siguió mirando fijamente a Veena mientras fingía observar el resto del lugar.

¿Y bien?-instó Belladonna.

¿Cómo sé que no me engañas?-preguntó Yamiyuki-¿Quién me garantiza que dentro de esa sala no hay un…tigre de Bengala capaz de derrotar fieramente a quien se le tercie?

¿Un tigre de Bengala?-preguntó Belladonna-Eso es un animal de tu mundo, ¿no es así? En cualquier caso, tu única opción es fiarte de la palabra de un demonio.

Está bien, me fiaré.-Yamiyuki se rindió.

Sigue creyéndotelo, por favor.-pensó el chico con sadismo.

Al final va a resultar que eres sabio de verdad…-Belladonna sonrió macabramente.

. . .

¿Qué está diciendo?-se preguntaban asustados los estudiantes atrapados.

La mayoría de los rehenes estaban llenos de heridas y con las ropas bastante malogradas.

Intenta decirme algo, ¿no es así?-pensó Veena-Pero… ¿qué? Lo que está claro es que tiene algún tipo de plan…y que, por alguna razón, confía en mí para que no nos pase nada. Estamos atrapados y nuestros poderes no se activan, pero, aun así, un líder nato como él deposita en mí su confianza sin más referencia que la de que soy amiga de la hermana de un amigo suyo. Es motivo suficiente para sentirme halagada, pero me siento más preocupada por el hecho de que tenemos pocas salidas…

Se abrió una puerta oculta. Por ella entraron dos mercenarios.

Vuestro destino está en manos de ese Yamiyuki o como se llame.-dijo uno de ellos-Si hace algo indebido, estas paredes porosas dejarán escapar un gas que os paralizará por completo y nos permitirá cortaros en pedazos mientras lo sentís corte a corte… ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJA!

¿Y bien, Yamiyuki?-se preguntó Veena-¿Cómo me calificarías ahora mismo? ¿De valiente o de temeraria? Lo digo por lo que voy a hacer ahora mismo…

Con una grácil maniobra, se colocó en el flanco izquierdo de uno de los mercenarios, lo que le permitió darle una fuerte patada en el cuello con tal suerte que lo lanzó contra su compañero. Antes de que la puerta se cerrase de golpe, puso los cuerpos de los mercenarios entre medias, espalda con espalda. Cada uno de los lados de la puerta oprimía el abdomen de uno de los mercenarios. Comenzó a salir gas de las paredes.

¡Fuera todo el mundo!-gritó Veena-¡Rápido!

. . .

Belladonna acompañaba a Yamiyuki a la sala donde habían guardado el armamento confiscado.

Necesitarás tus armas para cazar a esas sabandijas.-dijo Belladonna-Puedes coger incluso las de ellos…no creo que les hagan falta en el otro mundo.

Yo necesitaba que quitaras la vista de los rehenes y lo he conseguido.-pensó Yamiyuki-Y, no conforme, te dignas a darme armas. ¿Eres una demonio bondadosa o algo así?

¿Crees que alejarme de ellos va a salvarlos?-se preguntó Belladonna-Ahora eres incapaz de ver lo que les espera… ¡bendita ignorancia!

Llegaron a la sala donde habían guardado las armas. Una vez dentro, Yamiyuki observó que tenía otra puerta en el extremo contrario.

Creo que están por el otro lado.-dijo Belladonna-Toma tus armas y dales caza.

La mujer se fue por donde había entrado y cerró  herméticamente la puerta tras de sí mediante la activación de un mecanismo oculto. Se encendieron entonces cuatro pantallas colocadas en los vértices del techo.

¡Estaré viendo y escuchando cada movimiento que hagas!-gritó Belladonna desde las pantallas-¡Nada de negociar con tus amigos! ¡Todos moriréis si explicas el trato que hemos hecho! Primero los rehenes, a quienes no podrás salvar de ninguna manera a causa de la distancia…

Yamiyuki agarró sus armas de la mesa. Se dispuso a salir por el otro lado, pero oyó unas voces conocidas.

¡Por fin!-era la voz de Inuhito-Según ese idiota que se dejó torturar, las armas están en esta sala.

Mierda…-maldijo Yamiyuki para sí.

¡Vamos a liarla una vez las volvamos a tener en las manos!-exclamó Hagane mientras abría la puerta.

Se produjo el reencuentro. Los seis Taimanin se habían reunido de nuevo.

¡Yamiyuki!-exclamó Aoi con una sonrisa.

El chico no respondió. Les dirigió una mirada que esperaba que comprendieran.

. . .

Los alumnos lograron salir ilesos de aquella cámara de gas. No contaban con armas, y sus poderes habían sido sellados. Lo único que tenían era un teléfono móvil que habían sacado de los bolsillos de uno de los mercenarios.

Oh, oh…-dijo uno de los malogrados alumnos.

Se encontraban en una sala redonda y que ascendía a grandes alturas. Estaban rodeados por vidrio y podían ver a través de él la formación de una jauría de bestias hambrientas. En aquel instante se encendieron unas pantallas alrededor de la sala.

¡JAJAJAJAJAJAJA!-rió Belladonna-¡Vais a morir de todas maneras! ¡Yamiyuki no es menos ingenuo que los demás Taimanin! Cuando se trata de proteger a otros, perdéis el juicio y caéis por vuestra propia cuenta y riesgo… ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJA! Es cuestión de tiempo que esos monstruos rompan las vitrinas y entren a mataros...

¿Qué hacemos ahora?-preguntó una estudiante con preocupación.

Tengo muy buena memoria...-pensó Veena-…especialmente si es para los números.

. . .

¡Me da igual que digas que quieras detenernos!-Hagane apuntó a Yamiyuki con sus abanicos- ¡Nos largamos de aquí!

Si y sólo si es a vuestro funeral…-susurró Yamiyuki.

No puedo creerme que un amigo como tú nos haga esto…-Inuhito parecía muy enfadado mientras agarraba su aro, con el que acababa de reencontrarse-…pensé que eras nuestro hermano, nuestro líder, nuestro modelo a seguir…pero no…te has vendido a los Mazoku. ¡Traidor!

¡Cerrad la boca y aceptad vuestro destino!-bramó Yamiyuki mientras se lanzaba a por ellos.

¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!-Belladonna se reía para sus adentros desde la sala de monitorización-¿Esto es lo que ha durado la amistad? En el fondo, el orgullo de un Taimanin sólo sirve para destruir al dueño… ¡JAJAJAJAJAJAJAJA!

2 comentarios:

  1. Hola Yamiyuki,he empezado a leer este trabajo tuyo, y aunque no voy por este capitulo aun, me esta sorprendiendo mucho, la ambientación y la psicología de los personajes me esta impactando mucho. Gracias por estos ratos de lectura.

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    1. ¡Vaya, un nuevo lector! ¡Cuánto me alegro de recibir este comentario! De verdad, significa mucho para mí que las personas que me leéis me pongáis de vez en cuando alguna opinión o comentario en mis escritos...me motiva mucho y me ayuda a mantener el entusiasmo, me anima a esforzarme y me convence para mejorarme día a día. ¡Gracias a ti por este comentario! Espero que te esté gustando la historia y que te siga sorprendiendo, de verdad. Me alegra mucho tenerte por aquí y espero que te sientas muy cómodo en el blog, que sabes que puedes comentar siempre todo lo que piensas al respecto de mis historias, tanto conmigo como con otros lectores. Me siento un poco más grande ahora. ¡Muchas gracias por comentar, espero que sigamos viéndonos por aquí y disfruta mucho de mis historias! ¡Un saludo!

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