REACTION
† WORLDS COLLIDE III †
Episodio XXI · SUIRI SUMITOMO
Nadie dijo nada
imperante acerca de Ayako. Simplemente, decidieron dar una tregua y dejar las
preguntas y respuestas para luego: era un momento muy especial para Nikola y
dejaron que la pareja se marchase a una habitación vacía facilitada por Metallurgy
para volver a dar calidez a sus lazos.
La habitación era
espaciosa, cómoda y agradable, y estaba muy bien iluminada. Había un escritorio
bastante amplio con una silla de oficina, un armario, una cama de matrimonio
con una mesita de noche a cada lado, varias estanterías y un tocador. Más por
agotamiento y acumulación de sensaciones que por deseo, no se lo pensaron dos
veces antes de deshacer la cama y echarse en ella. Se besaron de nuevo, todavía
con dificultades para creerse que de verdad estaban juntos de nuevo.
Ayako…-susurró
Nikola-…mi amor…te he echado tanto de menos…mi corazón ha estado rodeado por un
cilicio hasta este preciso instante…no ha habido ninguna otra mujer en mi vida…ninguna
que no seas tú…Ayako…
Estoy tan
contenta de oír eso…-respondió Ayako-…jamás pensé en ningún otro hombre que no
fueras tú. Incluso me hice fuerte para poder buscarte…grande y fuerte como tú…
Aunque todos lo
habían apreciado porque ninguno era ciego, nadie lo había comentado porque no les
parecía demasiado trascendente en comparación con el hecho de su vuelta a la
vida: Ayako tenía un cuerpo de puro músculo. Tenía una musculatura delgada y
marcada que definía sus largas extremidades, pero su cuerpo seguía tapado por
la sábana.
Sí…-dijo Nikola-
¡Guau! Has cambiado muchísimo…te has hecho mucho más alta que yo en estos siete
años…y has trabajado profundamente tu cuerpo…estás hecha toda una guerrera…
Ése era mi objetivo.-dijo
Ayako-Como ya sabes, tengo ciertas anomalías metabólicas que, desde mi niñez,
han hecho que creciera de manera irregular e incluso a edades posteriores a las
del desarrollo completo…lo de la musculación fue intencional, pero no me
esperaba que iba a crecer tanto en altura desde los 19 años.-la chica torció el
gesto-Pero…
Pero, ¿qué?-se
extrañó Nikola.
Tal vez…-dijo
Ayako-…el haber cambiado tanto haya hecho que deje de ser hermosa…
¿Por qué dices
eso?-preguntó Nikola con preocupación.
Siempre me decías
lo guapa que te resultaba…-dijo Ayako-…no me malinterpretes, no busco que me
agasajes, simplemente no quiero romper tus esquemas…quiero ser para ti la mujer
que siempre he sido…no me gustaría que tu idea de mí cambiase…y es cierto que
ya no tengo el cuerpo que tenía antes…
Ayako se quitó la
sábana y se mostró desnuda ante Nikola. Su abdomen estaba cuadriculado, sus
hombros estaban muy definidos, su ancha cadera engranaba con unos glúteos
amplios y marcados…de tal forma que sólo sus pechos, que habían crecido mucho,
eran lo único de su cuerpo que no era puro músculo. Sus clavículas marcadas y
su cuello fino y largo tenían una geometría sugerente. Nikola enrojeció de
manera súbita.
Increíble.-dijo
Nikola quitándose y poniéndose las gafas varias veces.
Puedes ser
sincero…-dijo Ayako cruzando una pierna sobre otra-… ¿te parezco peor que
antes?
Con ese
movimiento de piernas, Nikola reparó en las ingles marcadas y trabajadas de su
novia.
¿Bromeas?-preguntó
el joven quitándose el sudor que corría por su cara-¡Eres preciosa! ¡Tienes un
cuerpo escultural!
¿No te importa que me haya vuelto alta y fornida?-preguntó Ayako.
¿No te importa que me haya vuelto alta y fornida?-preguntó Ayako.
¡Para
nada!-exclamó Nikola mientras se quitaba inconscientemente la gabardina de
manera acalorada-Yo también soy musculoso, sería una tontería que no te
aceptase.
Tienes un cuerpo
tan grande, vigoroso y varonil…-dijo Ayako-…recuerdo esas horas muertas
abrazada a ti, sintiéndome cálida y protegida…
Acarició el pecho
de Nikola por encima de la camiseta. Podía sentir cada una de las líneas de sus
grandes músculos.
Mira…-dijo Nikola
quitándose la camiseta-… ¿lo ves? Mi cuerpo es como el tuyo: no puedo renegar
de tu figura.
Mientras
intercambiaban susurros e intimidad, Nikola reparó en la presión que llevaba
sintiendo desde que Ayako se había quitado la sábana. Miró hacia abajo y reparó
en dos cosas que le parecieron reprochables: que estaba en la cama con las
botas puestas y que…tenía la erección más vigorosa que había experimentado en
siete años. Decidió ignorarlo quitándose las botas y dejándolas en el suelo.
Gareki…-dijo
Ayako en voz baja-…no puedes engañarte a ti mismo…
Ayako se había
dado cuenta del estado del chico, que volvió a ruborizarse.
Tenemos tiempo
para todo…-dijo Ayako abrazándose a Nikola con ternura-…no te preocupes…
. . .
¡Enhorabuena!-Yuuji
felicitaba al equipo-¡Habéis hecho un trabajo impresionante! ¡Estoy seguro de
ello aunque no haya podido verlo!
¡Gracias!-respondió
Dalton-Siempre es una satisfacción poder lograr objetivos de este calibre con
tu trabajo…
Ha sido una labor
más difícil de preparar que de ejecutar por todo lo que nos ha pasado, pero
bien está lo que bien acaba, por lo menos en este caso.-comentó Freya-Vamos a
dejarles el resto del día para ellos solos y mañana ya hablaremos…
Hoy dormiréis
aquí todos.-dijo Metallurgy-No es una pregunta, es una invitación. Ya que
llevamos aquí buena parte del día y han pasado tantas cosas…ya veremos lo que
hacemos a partir de mañana. Por cierto, ¿qué hay de Yamiyuki?
Llevo un buen
rato intentando ponerme en contacto con él, pero no me es posible.-dijo
Freya-Si me dijeran que todos sus aparatos de comunicación se han roto en el
combate contra Yamibara, progrese éste como progrese, me lo creería.
En medio de la
conversación, Dalton reparó en que Marah estaba actuando de manera inusual.
¿Te pasa algo,
Marah?-preguntó Dalton-Estás muy callada…y tienes mala cara…
No es nada.-dijo
Marah-Sólo estoy conmocionada por lo súbitos que han sido los hechos...
¿Tiene también
algo que ver con lo que ha pasado antes de que volvieras?-preguntó el chico en
voz baja.
Un poco…-se
sinceró Marah-…y, además, tengo un mal presentimiento al respecto…
Por el pasillo
apareció Yurika seguida del pájaro enigmático que llevaba un rato
acompañándola.
¡Enhorabuena!-los
felicitó la chica-Lamento no haber aparecido antes: estaba viendo los trabajos
de algunos operarios para aprender de ellos.
No pasa
nada.-dijo Freya con una media sonrisa-Ya está todo en orden…salvo, tal vez,
ese pájaro.
Por lo menos se
queda quieto antes de llegar a la puerta del baño…-comentó Yurika.
Aquanika apareció
por detrás de Yurika.
¿Ya
está?-preguntó.
En efecto.-dijo
Freya con satisfacción-Y, si me disculpáis, voy a supervisar a Ibara y a Itami.
Freya sacó de su
bolsillo una tarjeta idéntica a la que le había dado a Itami y se desvaneció
con ella.
. . .
Sonaba una música
muy intensa: diversos temas de Black Metal, Power Metal y demás géneros afines
sonaban a través de unos grandes altavoces.
Ibara bailaba rítmica y sensualmente al compás de las canciones mientras
observaba cómo Itami torturaba a Ayame, quien estaba atado de pies y manos por
unas extrañas raíces de oscuridad que brotaban de aquella ominosa y negra
estancia.
Veo que le habéis
cogido el truco a esto.-dijo Freya justo después de aparecer por sorpresa.
¡Freya!-exclamó
Ibara.
Ya hemos
terminado la operación.-anunció la chica-¿Os gusta mi invento? Es un hechizo
consumible que genera un espacio de oscuridad que brinda prácticamente todo lo
que desea el usuario…siempre y cuando le sirva para torturar a un objetivo. He
tenido que utilizarlo en algunas situaciones peliagudas. Muy buena música, por
cierto. ¿Es Bolt Thrower?
Sí.-dijo Ibara-Me
encantan.
A mí
también.-dijo Freya con una sonrisa-¿Y bien? ¿Cómo está el pipiolo?
Hemos utilizado
la flexibilidad de este conjuro para reconstruir todo su cuerpo y devolverle la
consciencia con el único fin de hacérselas pasar putas.-explicó Ibara-Y ahí
está, jodiéndose bien…
Itami sólo vestía
un correaje de cuero que le confería un aspecto sadomasoquista. Ayame,
totalmente desnudo, salvo por la banda de su ingle, e inmovilizado, miraba con
cara de asco lo que le hacían.
Te hemos dado
latigazos…-dijo Itami-…hostias, tiros…te hemos clavado de todo y te hemos
reconstruido varias veces para volvértelo a hacer…y de ninguna manera
reaccionas. Lo que está sucediendo te lo has ganado tú: si lo que hacemos no
funciona, está claro que buscaremos algo que sí lo haga.
Pero…-dijo Ayame
asqueado-…esto…
Itami estaba
enfrente de Ayame, totalmente pegado a él, bajando y subiendo su cuerpo como si
hiciera sentadillas, frotando su pene contra el de Ayame. El verdugo estaba
erecto, y la víctima todo lo contrario.
Sólo queremos que
nos digas todo lo que sabes sobre Shiroi, Arianelle, Verónica, Yuu y
compañía.-dijo Itami-Si Shiroi te ha dado de lado, ¿qué te une a ellos? ¿Por
qué no lo haces?
Itami
extorsionaba a Ayame con la música de Ibara y el suave sonido del roce entre
ambos penes como aderezo.
Por ti,
Itami.-dijo Ayame-Me niego a cooperar contigo, incluso si ello me beneficiase.
¿Sí?-preguntó
Itami-Veremos si aguantas esto mucho más. ¡Ibara!
Ibara se acercó a
los dos chicos. Con mimo, lentitud y sensualidad, se hincó de rodillas en el
suelo, alzó sus glúteos y dejó libre uno de sus senos mientras recorría la
parte superior del mismo haciendo lascivos movimientos con su lengua. Al ver a
la chica de sus sueños de esa manera, Ayame no pudo reprimir una gran erección,
haciendo que su pene se apretase contra el de Itami como dos espadas chocándose
en un duelo a muerte. Ahora le daba aún más asco, por tener más superficie de
rozamiento y, a la vez, comenzaba a aparecer un innegable placer debido
únicamente a su sistema nervioso.
Maldito seas…-dijo
Ayame sin poder reprimir una lágrima.
Se está
derritiendo.-dijo Itami-Quien toque esta polla puede quedarse sin mano… ¡está
ardiendo!
Mmmmmmm…-se
relamió Ibara mientras se recostaba sobre el suelo y hacía sugerentes
movimientos con sus piernas.
Freya se cruzó de
brazos y observó la escena.
Aficionados…-pensó.
Podemos pedirle
muchas cosas a esta oscuridad…-dijo Itami.
Ayame notó que su
juicio se nublaba.
¡Parad ya!-cedió
Ayame-Os contaré lo que queréis saber, e incluso os ayudaré a llevarlo a cabo,
pero soltadme y dejad que me vista.
Freya no pudo
evitar echarse a reír.
Tenéis demasiado
que aprender…-les dijo-…pero no lo hacéis mal para ser unos principiantes.
Una cadena de
rayos negros sacudió el cuerpo del torturado joven, devolviéndole de nuevo toda
la salud y deshaciendo sus ataduras para dejar que cayera al suelo.
Levántate…-dijo
Itami.
Ayame se levantó.
Es hora de salir
de aquí, ¿no creéis?-preguntó Ibara.
Sí.-corroboró
Itami-Dejémosle algo de ropa a nuestra nueva mascota y larguémonos.
Tras varios
minutos, salieron de allí, volviendo a la fábrica de Metallurgy.
¡Vaya!-exclamó
Freya-¡Ya es de noche! Nos hemos entretenido demasiado jugando allí…
Está bien que nos
preocupemos por nuestro trabajo, pero tendremos que cenar algo, ¿no
creéis?-preguntó Metallurgy-Dirigíos al comedor, acabo de cocinar.
¿Ayako y Nikola
cenan en la habitación?-preguntó Freya arqueando una ceja.
Eso parece.-dijo
Metallurgy con una sonrisa pícara.
Espero que hayas
vuelto para ayudarnos.-dijo Aquanika al reparar en Ayame.
El chico se negó
a hablar.
Está aquí para
que lo usemos.-dijo Itami-Lamentará mucho hacer lo contrario.
Durante la cena,
Ibara e Itami explicaron todo lo que había pasado, por lo que entendieron que
Ayame era un aliado involuntario que no les podría causar problemas. Yamiyuki
siguió sin dar señales de vida, por lo que terminaron por irse a dormir,
decididos a salir a buscarlo al día siguiente.
. . .
Rayaba el alba y
la actividad de la fábrica ya se estaba iniciando. Metallurgy era una jefa
excepcional : tras mimar a todos sus operarios con un desayuno casero de
preparación admirable teniendo en cuenta el ingente número de comensales, los
puso a todos a trabajar rápidamente y con cargas y ritmos muy elevados. Tan
dura e implacable como justa y amable.
En una sala de
reuniones algo apartada, el grupo, incluyendo a Ayame y Ayako, se sentaba en asamblea
mientras tomaba un desayuno también generoso.
Buenos días a
todos.-dijo Ayako-Mi nombre, como imagino que sabréis, es Ayako y, antes de
nada…quiero deciros que siento mucho lo que pasó en esa nave…no era yo…fui
manipulada…
Tranquila.-dijo
Freya-Conocemos esa parte de la historia. Ahora, nos gustaría escuchar qué pasó
contigo, pues creemos que tiene relación con los objetivos que perseguimos…
Metallurgy apretó
los puños y apartó la mirada. Freya recordó el gélido instante en que su
compañera dijo que alguien se había ganado su odio. Que alguien como ella
utilizase la palabra “odio” tan seriamente no podía indicar sino una gravedad
muy considerable en el asunto.
Ayako se dispuso
a hablar. Habían tenido que hacerle algo de ropa, concretamente una camiseta
negra ajustada sin mangas con escote y una minifalda, también negra de tubo,
así como unas botas altas con suela
gruesa del mismo color.
Poco después de
ser separada de Gareki…-explicó-…decidí hacerme respetar para que no me
convirtiesen en la esclava en la que pensaban convertirme. Crecí
aproximadamente medio metro desde ese día fatídico hasta entonces a causa de mi
metabolismo anómalo, y entrené mi cuerpo y mi mente: desarrollé toda mi
musculatura con duros entrenamientos y estudié cuanto pude para poder
defenderme en aquella caza de inocentes por parte de corruptos. Logré hacerme
una vida…no sin antes haber tenido que tomar las armas…hasta que, hace
aproximadamente dos meses, me capturó un hombre…y el resto es lo que ya
conocéis.
¿Dos meses?-se
sorprendió Nikola-Has estado así de bien todo este tiempo…si ese desgraciado no
te hubiese capturado, podríamos habernos encontrado cuando por fin salí de las
alcantarillas.
Ayako no preguntó
al respecto, pues Nikola le había explicado toda la historia durante la noche.
¿Quién era ese
hombre?-preguntó Metallurgy en un susurro.
Creo recordar que
se llamaba…-intentó decir Ayako.
Un estruendoso
golpe la interrumpió. Saltaron varias alarmas dentro del edificio. Como
accionada por un resorte, Metallurgy giró un trozo de pared que reveló un terminal de emergencia. Con él, se conectó
a la megafonía.
¡Hombres!-exclamó-¡Parada
de emergencia en todas las máquinas salvo si ello produjese consecuencias
nocivas para la salud humana a corto plazo! ¡Dirigíos todos a las zonas de
seguridad! ¡Que no cunda el pánico!
¿Qué está
pasando?-preguntó Marah preocupada.
Nos atacan.-dijo
Metallurgy-Demasiado tiempo tranquilos, parece ser…
¡Metallurgy!-exclamó
Yurika levantándose de la mesa-¡Iré a echar un vistazo y me aseguraré de que
los trabajadores evacúan el perímetro con seguridad!
Gracias.-dijo
Metallurgy con confianza-Yo tengo que tomar algunas medidas…
Yurika echó a
correr pasillo abajo seguida de aquel pájaro.
Nikola, será
mejor que cuides de Ayako.-dijo Freya-Aún está convaleciente y esto podría
causarle reacciones adversas.
Me encuentro
bien.-dijo Ayako-Puedo luchar si es necesario…
No estás nada
mal.-dijo Freya-No obstante, podrías caer rápidamente. Soy médico, y te revisé
antes de que despertaras una vez terminada tu rehumanización.
Está bien,
Freya.-asintió Nikola-Iré con Ayako a un sitio seguro dentro del edificio.
¡Tu primer
trabajo, colega!-exclamó Itami mientras echaba a correr junto a Ibara.
Ayame los siguió
a desgana. Como mercenarios, se dirigían a la zona donde se había producido el
golpe con objeto de asegurarla. Últimamente se estaban tomando su trabajo más
en serio que nunca.
Yamiyuki…-suspiró
Dalton mientras iba con Marah a la entrada principal-...ahora mismo nos serías
de mucha ayuda.
Lo encontraremos
cuando solucionemos esto.-dijo Freya-Es hora de recibir a una visita.
¡ES ESE HOMBRE!-oyeron
chillar a Ayako.
¿Quién?-preguntó
Freya desde la otra punta del pasillo.
¡Lo he visto
corriendo hacia allá!-exclamó Ayako-¡Es quien me hizo esa atrocidad! ¡Ha
abierto un boquete en este lateral!
¡No entrará tan
fácilmente!-bramó Ibara mientras corría bastón en mano hacia la zona afectada.
Nikola, Ayako,
¿necesitáis que os acompañe?-preguntó Yuuji.
Tranquilo, nos
defenderemos si sucede algo.-dijo Nikola-Encargaos de lo que sea que esté
pasando…
La mismísima
Metallurgy, dueña de todo aquel complejo, se dirigió a gran velocidad al lugar
que Ayako había dicho. Con sus planos informatizados, pudo detectar rápidamente
el boquete y, montada en un teleférico de interior que había aparecido casi por
arte de magia, adelantó a Ibara, a Itami y a Ayame en la llegada al punto de
abordaje. Al bajar del vehículo, vio a alguien que había visto también en la
nave. Era un hombre de estatura intermedia, más bien delgado, con brazos largos
y unas manos exageradamente grandes, siendo sin duda lo que más llamaba la
atención de su cuerpo. Llevaba unos pantalones grises con bajos acampanados,
zapatos de combate marrones y el pecho descubierto a excepción de una especie
de top abierto rojo con cuadros de color vainilla. Su pelo era rojo, corto y
alborotado, y sus ojos eran blancos, produciendo sus pupilas una sensación como
la de una aguja clavándose en un músculo. En una de sus manos llevaba una vara
metálica bastante larga, y lo acompañaban numerosos humanoides.
¿Cómo te atreves
a venir aquí?-preguntó Metallurgy con un genio que nunca antes había mostrado.
¡Vamos, vamos!-le
contestó el hombre-¿Es ésa forma de recibir a un viejo amigo?
¿Viejo
amigo?-preguntó Metallurgy indignada-¿Te has vuelto loco? Te aseguro que
lamentarás esto…
He venido a
recoger un juguete roto.-dijo el hombre-Dámelo y me iré por las buenas.
¿Ayako?-preguntó
Metallurgy.
Sí,
Ayako.-respondió el hombre con sorna.
Ni sueñes que la
vas a tocar.-dijo Metallurgy-Has intentado atentar con un amor tan grande y
hermoso que no parece de este mundo…como en su día rompiste muchos otros amores
grandes y hermosos. ¡No pienso dejar que nada le pase! ¡Ayako es mi huésped, y
la mujer de la vida de uno de mis camaradas! ¿Quieres a Ayako? Bien, cógela…
¡por encima de mi cadáver!
¡TUS DESEOS SON
ÓRDENES!-bramó el hombre.
Los humanoides
rompieron filas y se lanzaron contra Metallurgy.
¡RAAAAAAAAAAAGH!-gritó
la chica.
Agarró un camión
de carga que había aparcado fuera del boquete con una mano y lo lanzó contra la
horda de soldados artificiales, aplastándolos fieramente.
¡No juegues
conmigo!-exclamó Metallurgy-¡Metallurgy Watanabe no es alguien a quien debas
VOLVER A INCORDIAR!
¿Acaba de lanzar
un camión con una mano?-preguntó Marah tocándole a sus gafas, temiendo que se
hubieran estropeado.
Ya te digo…-respondió
Dalton-…la fuerza de esa mujer es increíble. Una vez luché contra ella…antes de
que fuésemos camaradas.
Mis muñequitos…-se
quejó el hombre-… ¡bah, da igual, he traído más!
¡No me
fastidies!-exclamó Metallurgy en tono guerrero.
Se acercó al
camión, lo agarró como si fuera un bate y lanzó un potente mandoble contra el
hombre, quien saltó con gran agilidad y esquivó el impacto.
¡Cobarde!-gritó
Metallurgy mientras blandía el camión como si fuera un arma ligera-¡No saltes
tanto! ¡Defiéndete! ¡Defiéndete O TE APLASTARÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉ!
Jamás había visto
a Metallurgy así…-Yurika se asustó y retrocedió.
Creo que hay
muchas cosas que tenemos que saber acerca de ese hombre…-dijo Freya.
¿Nadie piensa
ayudarla?-preguntó Yurika.
No quiero ser
embestida por un camión por accidente.-dijo Aquanika.
Típico de ti,
Aquanika.-dijo Yurika.
Ese hombre me
convirtió en aquella máquina…-dijo Ayako con la respiración entrecortada-…no
quiero que pase lo mismo de nuevo…
¡Ese hombre no te
tocará!-exclamó Dalton-¡Estamos todos contigo!
Y él sigue
estando bajo arresto.-dijo Marah-Él es…
…Suiri
Sumitomo.-dijeron Marah, Ayako y Metallurgy a la vez.
¡Así me llamo y
así me llaman!-exclamó el animoso hombre-¿Qué tal si dejamos que este camión descanse?
¡BUOAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!-gritó
Metallurgy.
Lanzó el camión
en medio de un salto como si se tratase de una bomba. El tal Suiri movió
levemente su bastón, desviando la trayectoria del malogrado vehículo, que cayó
muy lejos del alcance de Metallurgy.
¡GRAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!-chilló
Metallurgy.
Hundió sus manos
en el suelo y comenzó a tirar hacia arriba. Plegó un buen trozo de terreno para
dejarlo caer sobre Suiri pesadamente, creando una increíble zanja. La fuerza de
Metallurgy parecía no conocer límites pese a la extrema delgadez de sus brazos.
¡Tranquilízate!-exclamó
Freya.
Freya saltó junto
a Metallurgy, la agarró y la alejó de aquel hombre.
¡Suéltame,
Freya!-Metallurgy forcejeaba como un toro-¡Tengo que darle su merecido!
¡Dáselo con la
cabeza fría!-le espetó-Tu inteligencia te permite pelear mejor que tu fuerza,
así que no dejes que ese tío nuble tu juicio…
¡No lo
entiendes!-exclamó Metallurgy.
Y no es momento
de que me lo expliques.-dijo Freya-Luchemos…ya hablaremos después.
¡NO LA SUELTES,
FREYA!-gritó Yurika-Eres la única que puede contenerla…
Pero tampoco
quiero retenerla contra su voluntad.-dijo Freya-Parece muy interesada en librar
este combate…
Los humanoides
comenzaron a colarse por el boquete.
¡Mierda!-exclamó
Freya-Perdón, Metallurgy, te compensaré arreglando todo esto.
Soltó a su
compañera y se dispuso a pelear. Afortunadamente, los demás comenzaron a
moverse. Ibara conjuró un cañón de ondas sonoras que comenzó a quebrar a
algunos enemigos, a la vez que Itami les lanzaba granadas de distintos tipos. A
regañadientes, Ayame los golpeó con técnicas de artes marciales. Aquellos
humanoides eran monocromáticos y brillantes, algunos plateados, otros grises,
otros blancos, otros marrones, otros negros. Todos tenían en común una
complexión lánguida y una altura más que notable, y algunos tenían las piernas
algo cortas mientras que poseían unos brazos extremadamente largos y otros
estaban dotados al contrario, con brazos algo más cortos de lo esperado y unas
piernas muy largas.
¡No ensuciaréis
la casa de Metallurgy!-bramó Yurika mientras pateaba a aquellos invasores.
Transformaba sus
piernas en diferentes armas. No tardó en darse cuenta de que el pájaro estaba
peleando junto a ella: golpeaba a los soldados artificiales con placajes,
picotazos, arañazos…y no era nada débil.
¡Dejadme,
pesados!-exclamó Marah mientras lidiaba con un pequeño corro-¡Estoy muy
enfadada y afectada por estos últimos hechos! ¡De los nervios últimamente!
¡Dejadme!
Los humanoides de
brazos largos le lanzaban peligrosos manotazos con la fuerza de un látigo,
mientras que los otros propinaban fuertes patadas. Tras recibir varios golpes,
se quitó a tres enemigos a base de patadas y alejó a uno golpeándolo con la
palma de la mano.
¡Ether Drive!-exclamó-¡Fire Bolt III!
Derritió al humanoide
con una explosión de fuego. Suspiró. Dalton comenzó a respaldarla con su
espada-escopeta y su M.W.S., mientras que Aquanika, que se mostraba algo
indiferente ante el tema, comenzó a deshacerse de los que la molestaban a base
de armas de fuego.
¡Técnica especial
del Combate Floral!-exclamó Freya después de haber reunido a un grupo numeroso
de humanoides frente a ella a base de fintas-¡Ventisca de Pétalos Filosos!
Giró sobre sí
misma en el aire y lanzó una potente ventisca cargada de pétalos de rosa
cortantes que redujeron a pedazos deformes a los enemigos invasores.
¡No paran de
llegar!-exclamó Yurika-A este ritmo, tal vez se junten demasiados por cabeza…
Nikola echó mano
del mango de una de sus espadas láser.
No luches,
Nikola.-le pidió Freya-Protege a Ayako de todo esto…ese Suiri puede comprometer
su estabilidad…
¡Triple Castigo!
¡Doble Pena! ¡Juicio Único! ¡SEIS GARRAS DE LA MARIPOSA!-exclamó Yuuji mientras
barría a más enemigos con su hermosa combinación de ataques.
Tras aquello,
Yuuji se giró hacia la entrada y vio que intentaban colarse más
humanoides. Les apuntó con la palma de
la mano y una explosión de viento que arrastraba pétalos de cerezo los lanzó
por los aires.
Esto es agotador…-dijo
Yuuji.
¡Nos
desbordan!-exclamó Metallurgy-¡Han abierto boquetes por otros lados! ¡Estamos
rodeados!
Suiri se acercó a
Metallurgy.
Eso me ha
dolido.-le dijo el hombre-He tardado un rato en sacudirme toda la tierra…y
ahora vas a pagarlo caro: voy a tomar tu hogar, tu negocio…tu vida.
¡He dicho que
no!-le gritó Yurika-¡Metallurgy es una excelente persona! ¡Es quien menos se
merece que le hagan esto de los aquí presentes! Si no cambias de parecer, voy a
darte una lección muy amarga…
El pájaro comenzó
a volar en círculos a su alrededor. Se cargó de un brillo rosado muy extraño y,
de pronto, se convirtió en un rayo de energía que atravesó el pecho de la
chica.
¡HWOAAAAAAAAAAAAAAAAAARGH!-gritó
de dolor.
De sus manos
comenzaron a salir rayos y espirales de viento…y su cuerpo comenzó a cambiar de
forma. Su piel se había vuelto de color verde jade, recubierta de algunas zonas
escamosas muy duras de color verde oscuro que tapaban sus senos y su
entrepierna a la vez que rodeaban sus extremidades. Sus manos y pies se habían
convertido en garras alargadas, y habían crecido dos alas verdes plumosas en su
espalda. Su cabello era ahora de color rosado y sus ojos se habían vuelto de color
verde jade brillante.
Como si estuviera
acostumbrada a aquella nueva fusión, batió sus alas, generando una inmensa
corriente de viento que expulsó a los invasores de aquel flanco. Voló fuera del
edificio para terminar de darles caza. Se posó encima de ellos y dio un pisotón
al aire que derivó en una lluvia de rayos que los fulminó a todos. Acto
seguido, se tiró en picado a por Suiri en un intento de rodillazo, pero el
hombre la bloqueó y la lanzó de nuevo al interior del edificio, haciendo que se
golpeara contra la pared. El hombre comenzó a avanzar lentamente hacia el
interior del edificio mientras Metallurgy se crispaba de los nervios al ver que
los humanoides ya habían entrado por otros flancos.
¡Estás
arrestado!-le espetó Marah a Suiri interponiéndose en su camino.
Intentó lanzar
una patada alta contra él, pero éste pivotó sobre sí mismo hacia atrás y volvió
a su posición anterior acompañando el paso final con un golpe de palma en el
estómago de Marah, que también fue estampada contra la pared.
¡Marah!-exclamó
Dalton, lanzándose a por Suiri.
¿Puede saberse
qué coño está pasando aquí?-preguntó la voz de alguien que no había estado allí
hasta ese momento.
Suiri se giró.
Detrás de él estaba Yamiyuki.
Uy dos veces a punto de escena sexual pero... no xD
ResponderEliminarMe encantan Ibara e Itami por lo retorcidos que son. Metallurgy vuelve a su lado tierno y de nuevo ACCIÓN!!!
¡Sí! ¡Acción! ¡La cosa está a punto! ¡A punto!
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