REACTION
†
WORLDS
COLLIDE III †
Episodio XV · CARAS CONOCIDAS
Tras unos eternos
segundos de forcejeo y recelo, el portaaviones aterrizó todo lo suavemente que
se le podría haber pedido. La onda expansiva fue mínima, pero, aun así, tumbó
varias construcciones adyacentes y bloqueó una amplia extensión de vías
públicas.
Joder, menos mal…-Aquanika
aterrizó en la cubierta.
Casi nos
estampamos…-bufó Ibara mientras se bajaba del bastón.
Pero lo hemos
conseguido.-terció Freya-No pongáis esas caras tan largas, chicas.
Oyeron un fuerte
golpe: Nokanys había lanzado por los aires al resto del grupo con una onda de
energía disparada por su mano.
¡Me da igual que
hayáis conseguido parar mi estrategia del barco suicida!-exclamó Nokanys-Yo
misma puedo mataros aquí y ahora…
Tenemos que
tratar a Ayako.-recordó Freya-Necesitamos largarnos de aquí rápido: muy rápido
y, sobre todo, sin esa maldita militar loca.
No podréis
libraros de mí.-Nokanys se sonrió-¡Preparaos!
Agarró un trozo
roto de la estructura de la cubierta del portaaviones y lo convirtió en un
espadón con ayuda de su alquimia instantánea. Apuntó entonces al grupo con el
arma.
¡Aumento de
sueldo al primero que rompa esa mierda!-ordenó Freya estirando su brazo y
apuntando al espadón de Nokanys con su mano.
Itami volvió a
dejar el cuerpo de Ayame en el suelo y se lanzó a por Nokanys. Activó unas
intrincadas disposiciones de cuchillas en sus botas y lanzó patadas alternando
sus piernas. La militar bloqueó todos los impactos con su notablemente ancho
espadón y, posteriormente, lo bateó golpeándolo con el lomo en lugar de con el
filo. Ibara intentó seguir a su chico con un sai en cada mano, pero también fue
burlada por la increíble fuerza de la militar, que rompió los sai de un
mandoble y lanzó volando a su dueña de una patada.
Dicen que a la
tercera va la vencida.-advirtió Nokanys-Le cortaré la cabeza al próximo que se
lance a atacarme.
Eso no será
necesario.-dijo Metallurgy envalentonada-¡Técnica especial de Potencia Máxima!
La joven había
materializado un terminal bastante grande que llevaba colgado de los hombros a
la altura de su pecho para poder manipularlo. Asimismo, habían aparecido cuatro
pequeñas máquinas voladoras a su alrededor y unas orejeras protectoras de
aspecto muy pesado en su mano. Se colocó los cascos, tecleó algo en el terminal
y colocó los cuatro dispositivos formando un cuadrado perfecto encima de
Nokanys.
¡SONODEMOLICIÓN!-exclamó
la joven de piel gris mientras pulsaba un último botón.
Los dispositivos
voladores se activaron y liberaron unas desmedidas ondas ultrasónicas que
cavaron un inmenso boquete, hundiendo a Nokanys a la vez que hacían polvo su
espada.
¡Premio,
Metallurgy!-la elogió Freya apretando el puño.
Parece que los
sonotrodos voladores la han dejado algo tocada…-observó Metallurgy quitándose
las orejeras-…tal vez su oído tenga un rango de frecuencias audibles diferente
al humano y eso haya afectado a su equilibrio.
¡A
lincharla!-exclamó Freya-¡AHORA!
Dalton comenzó a
lanzar Ether a la vez que Aquanika disparaba proyectiles mágicos. Se les unió
Yuuji disparando chorros espiralizados de viento con sus manos.
¡Atrás!-pidió
Yuuji-¡Voy a lanzar una técnica especial!
Aquanika y Dalton
cesaron con sus ataques a distancia y saltaron varios metros hacia atrás. Yuuji
se colocó en una pose elegante y seductora y comenzó a danzar grácilmente.
¡Bomba Eólica de
la Devastación!-exclamó Yuuji.
El chico saltó y
dejó caer una gran cantidad de su energía transformada en forma de una esfera
gigantesca de viento girando sobre sí mismo. La explosión ahondó el boquete
hecho por Metallurgy, creando un túnel que hundió a la militar enemiga
verticalmente, como si la sepultara. En su continuo ascenso a causa del golpe
de viento, Yuuji tiró de unos hilos ocultos de su chaleco y una estructura
plegable oculta en su espalda comenzó a montarse automáticamente: unas enormes
alas de mariposa de una brillante y vistosa gama de colores rosas se habían
desplegado, permitiéndole surcar el cielo gracias al impulso de su ataque. Iba
a aprovechar para tirarse en picado a por Nokanys, pero fue interrumpido.
¡Así que aquí
estás, chico mariposa!-exclamó una voz femenina conocida-¡Nos vemos de nuevo!
Desde la azotea
de un edificio medio derruido, la mujer con la que Yuuji se había enfrentado
antes de llegar al hospital estaba observando.
¡Es esa
tía!-señaló Aquanika-¡Eh, mariposilla, dile que baje si tiene algo que decir!
Veo que las cosas
siguen como siempre…-susurró la mujer antes de saltar hacia donde estaban Freya
y los demás.
Aterrizó en
cuclillas y pesadamente, causando una vibración y algunas fracturas en el
suelo. Se puso entonces en pie: era una mujer muy alta, de algo más de dos
metros. Todo su cuerpo era músculo puro, con unos anchos brazos, unas enormes y
marcadas piernas, hombros fornidos, cadera ancha, glúteos prominentes y duros y
unos gigantescos senos que disonaban totalmente con su musculatura. Llevaba un
uniforme de color verde militar bastante antiguo consistente en una chaqueta de
manga larga, una falda de tubo por encima de las rodillas, unas botas altas con
suela gruesa sin tacón y una capa cuyo forro interior era rojo, así como una gorra
militar con adornos dorados y visera rígida de color negro verdoso. Sus manos
iban cubiertas por guantes blancos, y lo poco que se veía de su piel tenía un
ligero toque bronceado. Del cinturón llevaba prendido un sable enfundado, y
tenía una larga melena de color lavanda claro, con la mitad de la longitud
suelta y la otra mitad trenzada. Unas gafas rectangulares de montura fina cubrían
sus curiosos y característicos ojos que no tardaron en asociar a alguien
conocido. Sólo el rostro y los ojos les eran conocidos, pero les fue suficiente…
¿¡TÚ!?-bramó
Aquanika-¡No me jodas! ¡Estaba esperando este momento! ¡No sé qué coño te has
hecho, pero te va a dar igual cuando dentro de poco PISES EL NICHO!
Yuuji bajaba en
picado con sus enormes y majestuosas alas de mariposa. Parecía que los demás
conocían a esa mujer.
¡Pamela
Rosenstiehl!-exclamó Yamiyuki-Volvemos a vernos, ¿no es así?
No nos habíamos
olvidado de ti, Pamela.-dijo Freya-Pagarás tu traición.
¡Voy a
despedazarte lentamente, zorra!-la amenazó Aquanika-¿Me oyes?
Os invito a
intentarlo.-dijo Pamela con sorna.
¡No me gusta que
una persona de dudosas intenciones amenace a mis camaradas!-exclamó Yuuji
mientras aterrizaba y se colocaba su antifaz-¡Recibe el castigo de Pink
Butterfly!
¡Y una mierda!-le
respondió Pamela con desdén.
Lanzó una patada
alta, burlando la estrategia de asalto de Yuuji, quien se vio obligado a
bloquear con otra patada y aterrizar de manera bastante indebida, quedando en
una posición desventajosa desde la que la fornida mujer pudo lanzar una patada
baja para tirarlo al suelo.
¡El suelo también
es buen lugar para defenderse!-la advirtió Yuuji mientras lanzaba tres
cuchillos kunai rosas.
Me parece muy
bien.-comentó Pamela parando las armas arrojadizas entre sus dedos-¿Puedo
seguir con lo mío?
Buen trabajo,
Yuuji.-dijo Freya levantando al chico del suelo-Has tumbado a Nokanys, puedes
descansar orgulloso. Esto lo tiene que arreglar Aquanika…
Por fin nos dejan
solas…-dijo Aquanika con una sonrisa sádica sacando una katana.
Yuuji, que no
conocía muy bien a Aquanika, se sorprendió al ver que sus ojos, hasta el
momento azules, se habían vuelto amarillos. También hizo memoria y recordó que,
en conversaciones anteriores, los tenía marrones.
Freya, ¿qué…-intentó
preguntar Yuuji.
Los ojos de
Aquanika, ¿verdad?-dijo Freya-Son su marca de identidad como bruja: cambian de
color según las ganas de matar que tenga…es muy típico de ella.
¡Voy a cortarte
en lonchas!-gritó Aquanika saltando katana en mano hacia Pamela.
¡Ja!-rió la
soldado.
Desenvainó su
sable y paró el tajo de Aquanika, lanzándola por los aires con un fuerte
empujón.
¿Eso es todo lo
que tienes?-preguntó Pamela mientras le hacía un gesto con la mano para que se
acercara.
¡Claro que
no!-bramó Aquanika desapareciendo de la vista de su enemiga.
Apareció por
detrás de ella dispuesta a hundir su hoja en un costado. Conociéndola como la
conocía, Pamela predijo aquello y golpeó a Aquanika con una patada trasera,
alejándola lo suficiente como para permitirle poner su sable en la trayectoria
de la katana, evitando recibir el golpe. Con gran rapidez, la bruja asesina
apareció y desapareció por distintos puntos cercanos a Pamela, propinando
sablazos con la katana que intentaban tomar a su contendiente por sorpresa,
pero ésta pudo burlarlos todos.
¿Qué cojones
pasa?-pensó Aquanika-Antes no era tan rápida…
Bueno, Aquanika…-dijo
Pamela apretando el puño con el que no sujetaba el arma-…creo que es justo que
ahora sea yo la que tome la ofensiva. ¡Prepárate!
Con una velocidad
inusual, Pamela lanzó una estocada frontal, dispuesta a ensartar a Aquanika por
la espalda. La mujer de cabello rosa se giró y burló el impacto con su katana,
viéndose a punto ser clavada en aquella espada. Sin mediar palabra, la cambiada
Pamela lanzó una rapidísima sarta de estocadas que desequilibró a Aquanika tras
varios bloqueos, obligándola a
retroceder, momento que Pamela aprovechó para girar sobre sí misma y
patear su cuello, enganchándose en él doblando la pierna y estrangulando a su
contendiente con ambas piernas.
Bájate ahora
mismo…-siseó Aquanika mientras aguantaba el peso de Pamela sobre su cuello de
pie.
Oblígame.-respondió
Pamela dirigiendo su sable al hígado de Aquanika.
Aquanika liberó
un grito, parando la estocada con su katana y dándole a Pamela la oportunidad
perfecta para hacer ademán de rodar y arrastrarla al suelo para empotrar su
cuerpo con una potente llave tras la cual contoneó su cadera en aras de
dislocarle el cuello.
Veo que estás
experimentando dificultades.-dijo Pamela con sorna.
Y pronto verás tu
cara estampada en el suelo.-respondió Aquanika tras tomar aire para respirar.
Pamela sintió el
férreo tacto de las manos de Aquanika agarrando sus piernas. Con una fuerza más
que notable, la bruja separó las piernas de su enemiga de su cuello y se
deslizó por el suelo para escapar de aquella brutal llave de pinza. Acto
seguido, se levantó y se dispuso a patear a Pamela antes de que se levantara,
pero la soldado fue más rápida y se incorporó, poniendo su antebrazo contra la
pierna de la bruja para bloquear la patada.
Púdrete, traidora
ladrona de inventos…-le espetó Aquanika mientras lanzaba un puñetazo.
La enorme y dura
mano de Pamela agarró el puño y lo apretó, causándole dolor. La pelea contra
Verónica le estaba pasando factura: dos archienemigas seguidas eran, cuanto
menos, una cadena agotadora.
Si antes estaba
cuadrada…-pensó Aquanika-…ahora no sé cómo cojones está…menuda mole...y antes
era bastante más baja que yo… ¿por qué ahora me saca una cabeza? No entiendo
qué cojones está pasando…a no ser que… ¡claro!
Aquanika abandonó
su soliloquio y sacudió su brazo, liberando su puño de la mano de Pamela.
Eres el futuro de
la Pamela que conozco, ¿verdad?-preguntó seriamente la kazaja.
Obviamente.-la
militar sonrió con sorna-Los humanos no vivimos cinco siglos, pero no vengo de
este futuro, sino de otro más cercano a tu presente. Tengo 40 años...y podría
decirte muchas cosas de lo que os pasará a ti y a…
Oyeron un
estruendoso golpe. En el fondo les parecía extraño que hubiera tardado tanto:
Nokanys había salido del agujero que habían cavado empujando su propio cuerpo.
¡Insolentes
humanos!-exclamó Nokanys sacudiéndose el polvo del vestido-Voy a haceros sufrir
lo… ¡eh! ¿Quién narices eres tú?
¿Y tú?-respondió
Pamela.
¡No hables así a
tus superiores!-gritó Nokanys-Veo que eres una militar, así que conocerás mi
papel en la diplomacia con nuestro planeta, ¿no es así?
Lo cierto es que
te conozco, pero me importas una mierda.-le espetó Pamela.
Atrévete a
decirme eso de cerca, estúpida soldado raso.-la amenazó Nokanys.
Soldado raso tu
puta madre, gnomo de jardín.-dijo Pamela enfundando su sable y crujiéndose los
nudillos mientras caminaba hacia Nokanys-Voy a hacerte morder el polvo.
Cuando estuvo lo
suficientemente cerca, lanzó un puñetazo descendente, pero Nokanys lo esquivó y
contraatacó con una vigorosa patada giratoria alta que lanzó a Pamela volando
hasta que cayó inconsciente al suelo.
Ja…-rió Nokanys-…
¡JAJAJAJAJAJAJA! ¡Patética! ¡Ridícula!
¡EH, TÚ!-terció Aquanika-¡Nadie me quita a mi presa y vive para contarlo!
¡EH, TÚ!-terció Aquanika-¡Nadie me quita a mi presa y vive para contarlo!
¡Ya no tenemos
necesidad de quedarnos parados!-exclamó Freya-¡Nokanys es de todos!
Freya,
Metallurgy, Nikola, Dalton, Ibara, Itami y Yuuji se lanzaron al ataque.
Alto ahí.-dijo
una voz desde una posición indeterminada.
Dos enormes
círculos se abrieron en el aire. Parecían distorsiones espaciales, cuadros a
medio pintar en el cielo.
Excelentísima
generala Nokanys Lithzaladrell.-continuó la voz-Tiene usted una invitación de
su rey. Hay una audiencia a punto de celebrarse. Se baraja la abdicación y
usted sería la primera candidata en la sucesión de la corona.
No te creo,
idiota.-respondió Nokanys.
Aquella voz no
era ni masculina ni femenina. Parecía la voz de una máquina. Un tercer agujero
se abrió, esta vez rectangular, como si fuera una puerta. De él salió un hombre
que a duras penas pudieron ver…excepto Nokanys.
¡Estás
aquí!-exclamó Nokanys-¡Te dije que no volvieras a acercarte a mí salvo para
suplicarme perdón!
Sin mediar
palabra, el hombre entró en la recién dibujada puerta. Nokanys lo siguió sin
decir nada a los demás, ignorándolos por completo, cerrándose tras de sí el
rectángulo.
Sólo voy a decir
una cosa antes de retirarme.-dijo la voz-El juego más arriesgado, y también el
más placentero, es el tiempo. El tiempo es el juego de los juegos, y se os
presentan a continuación las reglas. Hoy seréis espectadores, pero… ¿quién sabe
si mañana seréis jugadores? La única regla que tenéis los espectadores es que
no podéis dejar de serlo antes de que termine el juego.
Los agujeros que
transmitían imágenes difusas en el aire se volvieron nítidos. En el que se
situaba más a la izquierda podían ver a Yurika en guardia frente al hombre
misterioso que vestía la armadura roja. Se encontraban en lo que parecía una
sala de una mansión medieval totalmente vacía, sin ningún tipo de mueble, sólo
una puerta cerrada y una ventana desde la que se veía el cielo. A mano derecha
había una jaula con lo que parecía un ave bastante grande. Por otra parte, en
el agujero derecho podía verse a Marah, también en guardia, frente a otro
hombre, idéntico pero con una armadura negra. Parecían hallarse en el pasillo
de una nave espacial: un suelo metálico, puertas cerradas herméticamente a
ambos lados y unas ventanas que dejaban ver la inmensidad interestelar. Estaban
viendo a sus amigas secuestradas, y también oyéndolas. Las dos preguntaban a
sus respectivos contendientes que de qué se trataba aquello, no obteniendo
respuesta. También escuchaban cada paso que daban las chicas, sus respiraciones…todo
como si estuvieran allí, al lado del resto.
¡Marah!-exclamó
Freya-¡Yurika! ¿Podéis oírnos?
Ni siquiera
parecían darse cuenta. Estaban completamente aisladas de los demás, aunque
éstos pudieran verlas y oírlas. ¿Qué clase de magia era aquélla?
Ayame, Pamela y
ahora esto…-dijo Aquanika-…se empeñan en cargarnos muertos y no paran.
¡Qué juego tan
intrincado!-oyeron otra voz-¡Yo también quiero jugar!
¿Qué demonios…-Nikola
se puso en guardia, así como también lo hicieron los demás.
Aquella voz no
era tan ambigua: era claramente masculina. Desconocían si tenía que ver con la
anterior.
Si tienes algo
que decir…-dijo Freya-… ¡sal aquí y habla! ¡No os escondáis, cobardes!
Te aseguro que no
soy un cobarde.-respondió aquel hombre que no podían ver-Voy a mostrarme ahora
mismo…sobre todo porque no tengo mejor momento para hacerlo. La tengo al
alcance…es perfecto...
¿De qué estás
hablando?-preguntó Freya en un tono defensivo.
No tardaré en
llevármela.-dijo la voz de hombre-No obstante, tengo que haceros unas
preguntas. Según cómo respondáis, apareceré de una forma u otra…
¡No jodas!-bramó Aquanika.
Calma.-terció
Itami-Sé muy bien a qué quiere jugar…a lo mismo a lo que le he ganado a este
inútil, supongo.
Pisó levemente el
cuerpo inerte de Ayame.
Sí, intenta
provocarnos…-dijo Aquanika-…no obstante, nunca dejaré que merme mi juicio: mis
ganas de darle una paliza son independientes del mismo.
¡Pregunta de una
vez!-ordenó Yamiyuki-¡No te quedes tan callado!
Tú eres quien más
tendría que verse envuelto en la futura espiral de preguntas y respuestas,
¿sabes?-respondió la voz masculina.
Me parece
bien.-Yamiyuki no se dejó llevar, sino que intentó seguirle el juego-Pregunta y
te intentaré responder yo mismo.
Está bien.-dijo
la voz-Primera pregunta: ¿verdad que sentís que muchas cosas quedan sin
explicar en todo esto?
¡Obviamente!-respondió
Yamiyuki mientras pensaba que aquel hombre se burlaba de ellos.
Segunda pregunta:
si habéis aunado ciencia y magia en vuestro grupo, ¿por qué ninguna de las dos
os sirve para explicar según qué facetas de ninguna de las dos?-preguntó la voz
de nuevo.
Si lo supiéramos…-respondió
taimadamente Yamiyuki-…habríamos suplido esa carencia hace mucho tiempo. Las
situaciones complicadas se acometen paso a paso, y eso es lo que estamos
haciendo.
Por supuesto…-respondió
la voz-…qué pregunta menos acertada por mi parte…casi tengo tentación de pedir
disculpas…pero no lo haré. Tercera pregunta: en relación con lo anterior, ¿os
preguntáis qué o quién puede estar detrás de vuestras dudas?
Cada día, gracias
por la obviedad.-respondió de nuevo Yamiyuki-¿Tienes algo interesante que
aportar o nos podemos ir de aquí ya? Tenemos cosas que hacer.
No seas
impaciente…-dijo la voz-…seguro que te interesará conocerme. ¿Recordáis a ese
individuo que se dedicaba a perseguir y atacar a vuestro querido Dalton?
Como para
olvidarlo.-dijo Yamiyuki-Fue necesaria la ayuda de…alguien de mi familia…para
plantarle cara…y, aun así, no conseguimos darle fin.
¿Y si te digo que
ese individuo es mi aliado?-preguntó la voz.
No me
sorprendería.-respondió Yamiyuki-Todo me parece esperable. Esto no deja de ser
una jaula de locos, ¿no es así?
No voy a darte más
pistas.-dijo la voz-Sólo quiero recordarte…que eres único en tu época. No nace
alguien como tú en todas las generaciones.
¿He de suponer
que conoces a mi familia?-tanteó Yamiyuki.
Ya lo
creo.-respondió la voz.
Eso explicaría
por qué Megami dijo que ese clon de Dalton “era un Kuroi”…-dedujo Yamiyuki-…y
también explicaría quién cojones eres. Desconozco por qué no puedo sentirte de
las maneras obvias, pero no necesito que me digas más. Lo he entendido
perfectamente: soy único en mi generación, pero no en mi familia.
¡Bingo!-dijo la
voz con sarcasmo.
¿Clonación?-preguntó
Yamiyuki.
¡Error!-bramó la
voz masculina desde la nada.
Las imágenes de
Marah y Yurika no dejaban de verse y oírse. No obstante, sus diálogos no
parecían llegar a ninguna parte, y todos estaban convencidos de que ambas
acabarían luchando contra esos hombres.
Sabía que era un
error.-dijo Yamiyuki-No obstante, podría haberse dado lo contrario de una
manera… ¿inexplicable? Quería pensar que esto sería más fácil de lo que intuyo,
pero veo que no es así.
Casi puedo leer
tu mente, joven Yamiyuki…-dijo la voz-…veo que estás entendiendo lo que pasa en
esta época futura con respecto a tu apellido.
Sí.-dijo
Yamiyuki-Y eso daría respuesta a la pregunta de por qué siento tanto peligro
sobrevolándonos. Déjate de tapujos: eres el siguiente o uno de los siguientes a
mí, ¿verdad?
Depende de a qué
te estés refiriendo…-dijo la voz.
Pasar más tiempo
evitando decirlo para suavizar la acometida de estas nuevas y difíciles
circunstancias es algo inútil.-dijo Yamiyuki-Nos separan cinco milenios…tiempo
más que suficiente para que haya nacido al menos otro descendiente directo de
Megami Kuroi.
Delante del grupo
comenzó a dibujarse una silueta: un hombre extraordinariamente alto, superado
sólo por Freya en aquel numeroso grupo. Su figura era delgada y lánguida. Sus
piernas, larguísimas, eran delgadas y vistosas, al igual que sus brazos. Su
piel era muy pálida. Vestía de negro, con una casaca ajustada con adornos
plateados, mitones con toques metálicos que más que adornos parecían cables
funcionales, un cinturón lleno de cadenas, cruces y máquinas pequeñas colgando,
unos pantalones muy ajustados con correas sobresaliendo en algunas zonas y unas
botas altas de suela muy gruesa con cordones rojos. De sus hombros
colgaba una media capa roja con ribetes violetas que terminaban en cruces de
color violeta metalizado y colgaban alrededor de su pecho, sus hombros y la
mitad de su espalda, dividiendo la media capa, que le tapaba hasta la altura de
los codos, en triángulos repartidos por el peso de las cruces. Su cabeza estaba
poblada por una larguísima melena negra lacia y brillante que llegaba hasta sus
tobillos, como la de Yamiyuki, y sus ojos eran grandes, brillantes, saturados y
rojos…de un rojo molibdeno muy puro e inolvidable…como los ojos de Yamiyuki.
Freya y los demás
lo entendieron sin necesidad de explicaciones.
Es la primera vez
que dos descendientes y herederos directos de nuestra Matriarca se ven y se
conocen en persona.-dijo el recién llegado, dejando ver que la voz de antes era
suya-Soy…tu pariente…Yamibara Kuroi.
Toma. Su pariente. A ver que le dije. Me ha intrigado Pamela que sabrá sobre ellos.
ResponderEliminar¡Esta noche habrá carne en el asador! ¡No te lo pierdas!
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