TAIMANIN
YAMIYUKI
Episodio 49: Alto
es el trono, dura es la caída
El lugar comenzaba a cerrarse
herméticamente. Los Taimanin no estaban dispuestos para nada a dejarse atrapar,
pero no parecían tener demasiado tiempo. Aoi, harto ya de Kazark, decidió tomar
la iniciativa.
Chicos…-dijo-…si os pido un favor,
¿me lo hacéis?
Sin duda.-respondió Yamiyuki.
Confiad en mí desde ahora mismo
hasta el final de esta batalla.-pidió Aoi-No cuestionéis lo que voy a hacer…os
prometo resultados.
Dicho esto, Aoi se esfumó de la
sala con una velocidad pasmosa. Aprovechó su agilidad ninja para escapar de
aquel sitio antes de que quedara completamente sellado.
¿Qué irá a hacer?-se preguntó
Hagane en voz alta.
Seguro que algo bueno.-respondió
Rito-Aoi es muy inteligente.
Philell y Uro se encontraban
bastante fuera de lugar entre los Taimanin ahora que sus negocios habían
acabado, pero, aun así, la mentalidad estratégica del demonio acuático siguió
llevando a cabo su funcionamiento habitual.
Intuyo que hay algún mecanismo de
exterminio que aprovechará el hecho de que estamos aquí atrapados.-dijo
Philell-Puesto que ya no estamos trabajando juntos, Uro y yo nos retiramos a
investigar.
Haced lo que queráis.-dijo
Yamiyuki-Sois libres.
Philell y Uro se miraron y
asintieron. Corrieron por la puerta que más lentamente se estaba bloqueando,
consiguiendo atravesarla. Los cinco Taimanin que quedaban allí entendieron que
su cometido era entretener a Kazark.
Vaya…-dijo Kazark-…esperaba
aplastar a mi enclenque favorito primero, pero voy a tener que conformarme con
vosotros…
Confórmate con…-dijo Rito-… ¡ESTO!
Con una agilidad impecable, Rito
se colocó detrás de Kazark con una maniobra aérea. Desde esta posición, le
propinó un rodillazo en la cadera, hizo que se doblara y le puso su maza en la
garganta, usándola para subirse encima de él como si hiciera una dominada en
barra. Una vez sobre sus hombros, el fornido Taimanin cerró las piernas
alrededor del cuello del ogro y giró sobre sí mismo para forzárselo,
obligándole a hincarse de rodillas para intentar quitárselo de encima.
¡Maldito mocoso!-bramó
Kazark-¡Fuera!
Con su recién estrenada hombrera
metálica, golpeó a Rito, tirándolo de encima de su cuerpo.
¡Dadle fuerte ahora que está
arrodillado!-exclamó Rito.
Hagane e Inuhito corrieron juntos
hacia Kazark. El primero con sus abanicos y el segundo con su aro lanzaron
varios golpes, pero no lograron abrirle ninguna herida porque se protegió
poniendo el hombro delante. Mientras eran barridos de un manotazo, Shirubei y
Yamiyuki se lanzaron sincronizados para propinarle al ogro ingeniero sendas
patadas voladoras en la cara. Tras esto, Shirubei desplegó las garras de sus
pies y lanzó una sarta de patadas aéreas. Mientras tanto, Yamiyuki giró sobre
sí mismo con su nodachi para hundirle la hoja en el trapecio que no tenía
protegido por la hombrera. Kazark se levantó y utilizó sus brazos para mandar a
volar a los dos Taimanin.
Sois bastante molestos…-apreció
Kazark.
Tú sí que eres molesto.-dijo
Yamiyuki-Eres el único de los primeros Neo-Nómadas que sigue fastidiando.
¿Entiendes que cada batalla que libras contra nosotros puede ser la última?
Vosotros contra nosotros corréis
el mismo riesgo.-dijo Kazark-¿Pretendes amenazarme?
Oh, no…-respondió Yamiyuki-…nosotros
no amenazamos: directamente obramos.
Los cinco Taimanin volvieron a
ponerse en guardia.
. .
.
Philell y Uro recorrían los
pasillos de aquel lugar buscando pistas de lo que podía estar sucediendo. Los
mecanismos de cierre estaban dotados de cables y conexiones, por lo que las
seguían para entender qué clase de artefactos podría haber activado Kazark.
¿No te parece extraño que los
pasillos estén tan vacíos?-preguntó Uro.
Por una parte sí, porque saben que
tienen enemigos dentro y deberían extender patrullas, pero…-explicó Philell-…otros
razonamientos me llevan a pensar que es normal. Si de verdad mi intuición ha
acertado y están a punto de activar algún tipo de artefacto, mecanismo, máquina
o arma para acabar con nosotros a traición de manera teleoperada, sería normal
que no hubiera soldados en los pasillos y que todos estuvieran a cubierto.
Imagínate que van a cubrir los pasillos con gas venenoso o algo similar…
Te entiendo…-dijo Uro-…y parece
lógico y legítimo…pero sigue sin darme buenas vibraciones esta calma.
Nada de lo que hagamos aquí te
puede parecer agradable.-lo tranquilizó Philell-Estamos en territorio enemigo y
han estado a punto de matarnos…
Cierto es.-corroboró Uro-Por
cierto, mira esto. Las guías metálicas que circulan por este pasillo van a un
lugar aparentemente poco concurrido… ¿ves esa esquina? ¿Y si torcemos por ahí?
Philell oteó el pasillo y asintió.
Al doblar la esquina, vieron una hilera de máquinas dispuestas en el lateral
derecho del pasillo al que acababan de entrar.
¿Qué es esto?-preguntó Uro-Parecen
más máquinas de los humanos que tecnología Mazoku…
Rechacé la formación de ingeniero
cuando se me propuso porque me parece una profesión demasiado
aburrida.-respondió Philell con aire disante-No obstante, creo que son
generadores de energía de algún tipo… tal vez estén alimentando a la máquina
asesina de cuya existencia sospechamos.
Sólo hay una forma de averiguarlo,
¿no?-se atrevió a decir Uro.
Exactamente: avanzando
más.-asintió Philell.
La pareja continuó caminando por
el pasillo. Aquellas máquinas parecían estar conectadas en serie, lo cual
indicaba que su propósito podría ser común. Llegaron finalmente a lo que
parecía una sala de máquinas, pero estaba bloqueada por una reja.
Creo que no contaban con que soy
inmune a los cierres de rejas.-comentó Philell.
Dejó caer una burbuja sobre la
reja. Al ver que no producía ninguna reacción dañina, se introdujo él mismo en
la reja, colándose por los entresijos y llegando al otro lado. Por su parte,
Uro se limitó a abrir un corte con su espada en la reja y pasar por él.
Parece que esa cadena de máquinas
se dirige a este artilugio gigante…-señaló Philell.
¿Es una unidad de
potencia?-preguntó Uro-¿Algo para convertir la entrada energética en una fuerza
destructiva?
Me temo que es así.-contestó el
Mazoku acuoso-No soy un experto en maquinaria, pero todo apunta a que este
aparato sirve para eso.
De pronto, por toda la sala
comenzaron a abrirse vórtices oscuros de los que comenzaron a salir bestias
demoníacas de alto nivel: aves, fieras cuadrúpedas, reptiles y humanoides de
distintos tipos comenzaron a correr por el lugar. No parecían tener muy buenas
intenciones con respecto a la pareja.
. .
.
Shirubei lanzó un potente chorro
de agua a presión contra Kazark. Hagane lo respaldó con un proyectil de viento
cortante y Rito con una estaca de arena compactada. Al converger estos tres
impactos contra el ogro, Yamiyuki añadió un cuarto, un chorro de pétalos de
rosa. Inuhito se acercó para dar un golpe definitivo, estampando su talón en la
cabeza de Kazark con una patada descendente desde el aire.
Es hora de que os presente los
beneficios de mi nueva hombrera…-dijo Kazark.
Su hombrera se abrió, revelando un
lanzador de misiles. Comenzó a dispararlo, dirigiendo aquellos peligrosísimos
proyectiles explosivos hacia los Taimanin. De nuevo, crearon sucesivos muros de
viento, fuego, piedras y hielo, amortiguando las explosiones. En medio del humo
salieron volando los abanicos de Hagane, el aro de Inuhito, un manojo de
cuchillos kunai lanzados por Shirubei, un manojo de shuriken lanzados por
Yamiyuki y un puñado de agujas senbon arrojadas por Rito. Aquella combinación
de ataques tomó al ogro desprevenido, lo cual le costó varios cortes
sangrantes.
¡La pérdida de sangre lo debilitará paulatinamente!-pensó Yamiyuki-Sólo tenemos que aguantar un poco más…
Inuhito se puso una mano detrás de
una oreja.
Oigo algo.-dijo-Los aledaños de
esta sala se han alborotado. Hay gran cantidad de individuos moviéndose…y
huelen a… ¡Mazoku! ¡Han proliferado bestias demoníacas! ¿Es ése tu plan,
Kazark? ¿Echarnos a tu jauría?
Os sorprendería saber que no tengo
nada que ver con esto.-Kazark se sonrió-Creo que sé por qué es, pero no tiene
nada que ver con lo que os espera…
. .
.
Philell se había retractado para
evitar daños en el combate. Uro mantenía fieramente a las bestias a raya con su
espada y sus técnicas de viento cortante. No obstante, tras un largo rato de
pelea, la fatiga comenzaba a notársele.
Comienzo a cansarme…-dijo Uro
entre jadeos-…ser á mejor que hagamos algo con esa máquina y desbaratemos los
planes de Kazark antes de que sea demasiado tarde…
Voy a intentar entrar en el
sistema prin…-Philell intentó hablar, pero no pudo.
Un enorme lobo demoníaco lo agarró
con sus fauces y lo apresó. Los colmillos del lobo impedían que el estratega
pudiera licuarse para escapar del mordisco.
¡Uro!-exclamó Philell-¡Ayuda!
¡Aguanta, Philell!-respondió Uro.
Pateó al lobo en el estómago,
obligándole a soltar a su novio. Tras esto, se dispuso a matar a la bestia,
pero algunos demonios humanoides lo rodearon por la espalda y lo golpearon
hasta dejarlo arrodillado en el suelo.
Ugh…-balbució.
Philell se encontraba solo ante
aquellas amenazadoras bestias. Necesitaba mantenerse sano y salvo mientras su
pareja se recuperaba. Los monstruos se le acercaban más y más…
¡Philell!-exclamó una voz
conocida.
Un vehículo de color blanco
atropelló a los monstruos que estaban a punto de abalanzarse sobre el
estratega. Desde un lugar desconocido había irrumpido Vega, la nereida que les
ayudó en la batalla del hotel Rakuen.
¿Estáis locos?-preguntó la recién llegada-¿Puede saberse qué coño estáis haciendo arriesgando vuestras vidas? ¡Ya os habéis juntado de nuevo, es hora de largarse!
Yo también me alegro de verte de
nuevo, Vega…-saludó Uro.
Y yo a ti, Uro, aunque sigue
pareciéndome una locura lo que estáis haciendo.-dijo Vega.
Tenemos que asegurar la retirada
eficaz de los Taimanin antes de despedirnos de ellos.-dijo Philell-Incluso si
ha acabado nuestro pacto, me parece lo más correcto. ¿Cómo es que has venido?
Hace muy pocos minutos, hemos
empezado a sentir un gran flujo de energía de naturaleza Mazoku desde la nada
hasta aquí.-explicó Vega-Entendemos por “la nada” un lugar que desconocemos
pero que no es nuestro mundo espiritual…no sabemos muy bien qué está pasando,
pero todos los demonios de fuera lo hemos notado. No he tenido tiempo para
reunir a los demás, he decidido venir directamente a ver si no era demasiado
tarde para ayudaros… ¡la hostia puta, qué problemas dais los tíos cuando
queréis!
¿Y si discutimos después de
librarnos de estas criaturas que desean nuestras cabezas?-preguntó Uro
apuntando con su espada a aquella marabunta demoníaca.
Me parece una buena idea.-dijo
Vega-¡A MACHACAR CRÁNEOS!
El joven de cabello blanco comenzó
a emitir viento cortante a través de su espada, hiriendo de gravedad o incluso
de muerte a muchos monstruos. Algunos lograban alcanzar su posición, por lo que
también se llevaba algunos golpes. Vega saltó de la bañera y, rodando sobre sí
misma hecha un ovillo, golpeó en el pecho a un humanoide de gran tamaño. Tras
tirarlo al suelo, le cayó encima con un codazo, apoyó las manos en el suelo y
con la fuerza de sus codos saltó de nuevo hacia la bañera, que estaba rodeada
de monstruos en aquel momento. Por ello, les escupió ácido apuntando a sus
cabezas. Uro y Vega eran realmente fuertes y hacían muy buen equipo. Desde un
punto que no observaron salió disparado algo dirigido a Philell. Éste pudo ver
que se trataba de una pequeña anotación hecha en un azulejo arrancado. Lo miró
con sus manos y vio un plano trazado a mano de los pasillos y unos puntos que
tenían los nombres de Benibatsu y Kuritöö. De los puntos salían unas líneas
discontinuas que indicaban las trayectorias que iban a seguir para ayudar a
Kazark, que también estaba representado por un punto. Sin más pensamientos, Philell
entendió aquello y buscó el panel de compuertas de la sala. Mientras su novio y
su amiga lo cubrían, trató de encontrar las compuertas de servicio que llevaban
hasta Kazark. Como las puertas reales del edificio habían sido bloqueadas, era
necesario atravesar los estrechos tubos
de mantenimiento para navegar por el edificio. Una vez los encontró, los selló
herméticamente, como las puertas de verdad. Entendió que eso detendría el
avance de aquellos dos peligrosos Neo-Nómadas.
. . .
Los cinco Taimanin lidiaban con el
poderosísimo Kazark y con sus versátiles y peligrosas máquinas. Pronto
empezaron a oír golpes, como si quisieran entrar en un lugar aporreando la
puerta.
¡Kazark!-se oyó la voz de
Benibatsu-¡Esto no estaba en los planes! ¡Por aquí no podemos pasar!
¡Maldita sea!-escucharon quejarse a
Kuritöö.
Joder…-murmuró Kazark-… ¡NO OS
PREOCUPÉIS! ¡Me las apañaré solo! Sigo teniendo el as en la manga…
¿De qué va tu película?-preguntó
Hagane en aire defensivo.
Hay una palanca oculta en este
lugar.-explicó Kazark-Si tiro de ella y la muevo, se activará mi estructura
auto-purgante, la cual os freirá con un potentísimo barrido electromagnético que
será ineludible.
. .
.
Uro y Vega estaban matando a
muchos demonios, pero no dejaban de aparecer más. Philell roció a sus aliados
con una capa de gel en spray que los hizo más resistentes.
Aguantad un poco más…-pidió
Philell-…hasta que sepa qué hacer con esto…
¡Tengo una idea mejor!-exclamó
Vega-¡Largarnos de aquí por donde he venido!
Ahora que hemos bloqueado a la
doctora Kuritöö y a Benibatsu…-dijo Philell-…creo que será necesario terminar nuestro
cometido aquí…
¡Y nos gustaría!-exclamó Vega-No
obstante, ¿no ves que nos van a matar si seguimos dejando que nos acorralen?
¡Larguémonos!
Philell se giró y vio detrás de él
a un individuo hacer bien y con soltura lo que él había intentado y no sólo no
había conseguido sino que le había costado una emboscada. Les hizo un gesto
indicando que se fueran de allí. No obstante, Philell se mantuvo estoico y
escribió una nota de despedida para los Taimanin.
¡Vamos!-exclamó Vega-¡Estoy
cansada de sacarme ácido del gaznate para acabar con estos hijos de puta!
Sé paciente, Vega…-susurró Uro.
. .
.
¡Mierda!-exclamó Kazark-¡Con lo
bien que nos lo habríamos pasado dándoos una paliza entre los tres! ¡Me habéis
jodido el plan! ¡Voy a mataros de una vez por todas!
Kazark lanzó una maraña de correas
contra el suelo. Como si fueran serpientes, no tardaron en reptar y alargarse
hasta atar, apresar y colgar de la pared a los cinco Taimanin. Comenzó a
golpearlos y a insultarlos aprovechando que los tenía a todos a tiro.
Ya no sois tan increíbles,
¿verdad?-les espetó.
Ya lo creo que lo son.-dijo una
voz muy familiar.
Aoi apareció con paso firme. Había
pasado por una de las puertas que previamente se habían cerrado.
¡Mequetrefe!-exclamó Kazark-¿Cómo
has podido…
Tus puertas se están abriendo, Kazark.-dijo
Aoi sonriéndose-Todas.
¡Se acabaron los juegos!-bramó el
ogro.
Dio un fuerte pisotón en el suelo,
haciendo saltar una placa por los aires. La placa quedó hueca, haciendo que de
un pequeño ascensor subiera una palanca.
En cuanto tire de ella…-dijo
Kazark-… ¡BUM!
No, no lo creo.-dijo Aoi con una
sonrisa muy altanera.
Kazark tiró de la palanca. No pasó
nada.
¿Qué has hecho, desgraciado?-bramó.
Freír tus generadores, tus
unidades de potencia y tus sistemas de control.-dijo Aoi-He encontrado todas
tus trampas y las he saboteado. Jamás subestimes a un ingeniero humano.
¿Quién va a mataros ahora a
todos?-preguntó Kazark fingiendo tristeza.
No vas a vivir para verlo.-le
espetó Aoi secamente-Es hora de acabar contigo y darte justa retribución por
todo lo que me has hecho…desde los dientes de león de mi familia hasta hoy…me
las cobraré todas.
Los chicos no podían evitar
preocuparse por su amigo. Confiaban en su poder, pero les daba miedo que Kazark
le hiciera daño porque lo querían mucho: todos se querían mucho.
¡No se os ocurra apartar la
mirada!-exclamó Yamiyuki desde sus ataduras-Por muy desagradable que os pueda
resultar esta escena, ¡no dejéis de mirarla! ¡Mirad cómo nuestro hermano pelea
para salvarnos! ¡Honrad sus esfuerzos!
Los demás se miraron y asintieron.
Clavaron sus ojos en Aoi, infundiéndole ánimos mentalmente.
¿Qué vas a hacerme?-preguntó
Kazark con sorna.
¿No te lo he dicho?-preguntó
Aoi-¡Matarte!
Quiero ver cómo lo intentas…-el
ogro provocó al Taimanin.
Ya me tienes harto.-le espetó el
chico-Has mancillado el jardín de los Makihara, has intentado hacerme sentir
inútil y estúpido, te has metido con mis amigos, nos has golpeado y maltratado
a todos, intentaste hacer que tus ogros me violaran en Gokuruma, nos has
disparado con todo tipo de armas de destrucción masiva… ¿y tú crees que vas a
salir impune? Ya es tarde para ti, maldito Mazoku. Te daré tu merecido. Acabaré
contigo de un golpe y no dejaré que hagas nada para evitarlo.
¿Tú y cuántos más?-el ogro se puso
en guardia.
Aoi hizo un sello ninja con una
mano. La electricidad comenzó a acumularse a su alrededor. Las bombillas
parpadeaban.
Ninpô – Raiton no Jutsu! Hissatsu!
Saikousen!-gritó Aoi henchido de orgullo y rencor concentrado.
(¡Arte ninja de la electricidad! ¡Técnica exterminadora! ¡Rayo
Supremo!)
Apuntó con los dedos índice y
corazón de su mano izquierda al ogro. De sus dedos salió un enorme rayo redondo
de luz con un diámetro superior a la altura de Kazark. El impacto del disparo
fue tan fuerte que el moño de Aoi se deshizo por la onda expansiva, cayendo su
melena asimétrica por un lado junto con los restos del coletero roto. Sin mayor
dificultad, el rayo barrió a Kazark y lo redujo a cenizas.
Hasta nunca…-dijo Aoi con un
susurro-…demonio de mierda.
El ataque finalizó y Aoi cayó
arrodillado por la extenuación. Había concentrado muchísima energía en aquel
ataque y se encontraba cansado y febril. Por fin había matado a Karistus. Lo
que antes era un enorme ogro ahora era polvo que el viento podría esparcir.
¡Muy bien!-exclamó Shirubei-¡LO
HAS REVENTADO! ¡CÓMO HA MOLADO, JODER!
¡Así se hace!-lo elogió
Hagane-¡Demostrando quién manda! ¡Por fin! ¡Uno menos!
¡Me ha encantado, Aoi!-se sumó
Inuhito-¡De un puto golpe! ¡Qué crack!
¡Esto habrá que celebrarlo!-Rito
sonreía-Cuando estemos libres, prepararé una comilona de las que marcan época…
Ahora sí que es hora de irse a
casa.-dijo Yamiyuki-Aoi, suéltanos en cuanto te recuperes y vámonos de este
lugar.
Algo había cambiado en el interior
de Aoi. Por primera vez había disfrutado matando. Por primera vez tenía una
erección fuerte fruto de haber destruido a un Mazoku. Su despertar como
Taimanin sanguinario probablemente había tenido lugar. No sería tan extremo
como Shirubei o Hagane, pero se encontraba más cerca de ellos que antes en
aquel momento.
Veo que te alegra este resultado…-comentó
Yamiyuki.
Ya lo creo…-dijo Aoi mientras se
levantaba y tomaba aire-…me alegra mucho. Ahora os entiendo mejor. En cualquier
caso… ¡fuera correas!
Haciendo alarde de su
característica puntería, Aoi lanzó un puñado de shuriken y cortó todas las
correas, permitiendo que los cinco chicos se desataran.
Si no os importa…-dijo Aoi-…hay un
par de cosas importantes que tengo que haceros saber mientras nos vamos de
aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario