TAIMANIN
YAMIYUKI
Episodio 25: Dientes
de león
Una suave brisa soplaba en aquel anochecer. Las hojas de los
altos árboles se mecían con gentileza. Aoi estaba inconsciente y tenía la
espalda apoyada en uno de esos árboles.
Sus sueños turbulentos comenzaron a acercarse a un final abrupto:
comenzaba a despertarse y sentía el tronco del árbol en su espalda. Cuando por
fin abrió los ojos, se vio en medio del campo. Se esperaba cualquier cosa menos
aquello: después de haber sido capturados por los altos ejecutivos de los
Neo-Nómadas, una sala llena de instrumentos de tortura habría sido lo mínimo
esperable. No obstante, prefería el campo a la sala de tortura. El viento
arrastraba una suave fragancia a aire limpio, a naturaleza, a árboles. No
estaba atado y no encontraba signos de actividades invasivas en su cuerpo. Miró
a su alrededor. ¿Estaba realmente en medio de la naturaleza? En cualquier caso,
pensó que no podría hacer gran cosa allí sentado. Levantarse y orientarse era
lo que necesitaba en aquel momento.
Así que estás despierto…-lo sorprendió una voz.
Aunque al principio se sobresaltó ligeramente porque no
esperaba encontrar a nadie, pronto dejó de sorprenderle encontrarse ante quien
había aparecido en aquel paraje. Kazark, el ogro ingeniero, estaba allí.
Kazark…-dijo Aoi-…me pediste que no olvidara tu nombre y no
lo he hecho. Siente el honor que te he concedido.
Esa actitud no es muy tuya, ¿no crees?-preguntó el
gigantesco ogro-Tratar de imitar a tus camaradas no te acercará más a ellos.
Entiendo demasiado bien el juego al que quieres hacerme
jugar.-respondió el Taimanin-No voy a caer.
Si no es por la mente…-dijo Kazark-…será por el cuerpo. En
cualquier caso, Taimanin, caerás. Caerás ante mí.
Así que planeas luchar, ¿eh?-preguntó Aoi mientras se
levantaba con decisión.
Por supuesto.-respondió el ogro-¿Acaso piensas que te voy a
dejar irte de rositas?
No, claro que no.-respondió el joven-Sólo me sorprende que
no estés delirando con paranoias sobre drogas, aparatos de tortura y
modificaciones corporales.
No necesito tanta artificialidad para demostrarte que estoy
por encima.-contestó el demonio-Puedo vencerte sin utilizar nada de eso.
No estés tan seguro…-pidió Aoi-…no voy a dejarme vencer. No
soy moco de pavo, ¿sabes?
Acepto el hecho de que eres fuerte, pero no te esfuerces en
creerte más de lo que eres, mequetrefe.-le espetó Kazark-Un enclenque como tú
no podrá conmigo.
Eso no lo sabremos hasta que no lo intentemos, ¿no crees?-lo
retó el Taimanin.
Creo que tus esfuerzos son dignos de admiración, pero…hazme
caso, estás muy por debajo del listón.-insistió Kazark-Eres débil y lo sabes…
¿verdad que lo sabes?
Tal vez tienes miedo de enfrentarte a mí.-consideró Aoi.
Te equivocas.-dijo Kazark-Estoy muy tranquilo y puedo
demostrarte serenamente la diferencia de nivel que existe entre nosotros.
El ogro lanzó un vigoroso puñetazo hacia Aoi, que saltó
sobre el puño saltando sobre él apoyando las manos como si de un trapecio se
tratase. Cayó detrás de él.
No voy a dejarme pisar como la otra vez…-dijo el Taimanin-…
¡te debo una bien gorda!
Aoi lanzó una patada recta, intentando atravesar la zona
lumbar de su enemigo como si su pierna fuese una aguja, pero dicho enemigo
reaccionó rápido y giró sobre sí mismo a la vez que tensaba el brazo, propinándole
un revés muy fuerte con el dorso del puño.
No está mal…-dijo Aoi levantándose del suelo conforme caía.
El joven volvió a insistir: con ágiles y elegantes
volteretas, se alejó de Kazark. Desde una distancia prudencial lanzó varios
kunai. El ogro dejó que se clavaran en el dorso de su mano derecha, apretó el
puño e hizo que los cuchillos cayeran al suelo.
¿Es así como los humanos sentís la picadura de un
mosquito?-preguntó Kazark.
Tal vez.-respondió Aoi-¿Qué tal si pruebas la de una medusa?
El chico sacó su látigo, lo alargó en buena medida y fustigó
al ogro repetidas veces. Lejos de moverlo un centímetro, sólo consiguió que al
final agarrara el látigo con la mano izquierda y tirara de él.
Ninpô – Raiton no Jutsu!-exclamó Aoi.
(¡Arte ninja de la electricidad!)
Aoi condujo su corriente eléctrica a través del látigo,
haciendo que el ogro sufriera un espasmo que le obligó a soltar el arma. Tal
vez no podía herirle con su fuerza, pero sí podía aprovechar que su cuerpo, al
igual que el de otros seres vivos, tenía electricidad.
Je…-se sonrió el Taimanin de cabello azul.
Desde su posición aventajada, Aoi lanzó varios latigazos
contra el pecho del ogro. Acto seguido, hizo que su arma extensible se
enroscara alrededor de su pecho. Con esto, acortó el látigo, forzando un
acercamiento a gran velocidad. Cuando por fin llego a estar frente a frente con
Kazark, Aoi finalizó la maniobra de aproximación con un rodillazo que llevaba
impresa toda la velocidad del látigo plegándose. Con aquel golpe tan amplificado,
hasta el propio joven notó que el ogro lo había sentido. Aprovechó este momento
para lanzar un ataque especial.
Ninpô – Raiton no Jutsu! Arashi no Te!-gritó Aoi.
(¡Arte ninja de la
electricidad! ¡Palma de la Tormenta!)
Aoi incrustó la palma de su mano izquierda en el plexo solar
del Mazoku. Su palma, envuelta en brillantes rayos, inoculó una brutal descarga
eléctrica por todo el cuerpo de éste, permitiéndole levantarlo del suelo con el
látigo y lanzarlo por los aires.
Bien jugado…-dijo Kazark con tranquilidad mientras se
estabilizaba en el aire.
El enorme ogro cayó de pie.
…pero no lo suficiente.-añadió.
Un placaje de hombro atropelló al joven ninja, propulsándolo
hasta un árbol. Aoi trató de incorporarse, pero el ogro lo atrapó y comenzó a
castigarlo con sus puños.
Estos puñetazos…-pensó
Aoi-…son fuertes, pero no son nada
comparado con la carga que llevo sobre mis hombros. La justicia es mi
responsabilidad… ¡soy un Taimanin! ¡No puedo rendirme!
Aoi puso sus dos manos frente al puño de Kazark, interrumpiendo
el golpe haciendo un acopio de fuerzas. Sólo aguantó unos segundos, pero le
fueron suficientes para zafarse del tronco de aquel árbol y ganar distancia
para evitar ser golpeado de nuevo. Desde su nueva posición, gritó el nombre de
su técnica eléctrica, haciendo caer varios rayos sobre su enemigo, que
respondió con unas patadas. Dada la longitud exacerbada de sus piernas, el
ogro, de algo más de cuatro metros de estatura, logró alcanzar al chico en dos
movimientos: intercambiando sus patadas como si estuviera dando zancadas,
rápidamente llegó hasta él y lo pateó violentamente hasta hacerlo rodar colina
abajo hacia una zona más baja del campo.
. . .-Aoi se quedó sin palabras al ver el sitio en el que
había caído.
Su cuerpo yacía en un frondoso lecho de dientes de león.
Aquello no podía ser una casualidad… pero no podía pararse a pensar en ello,
pues pronto tuvo que apartarse. Con una impecable voltereta, evitó que el ogro
le cayera encima con el puño. El ataque creó una onda expansiva que culminó en
una ventisca de partículas de dientes de león.
¿Tienes fijación por destruir este tipo de flores?-preguntó
Aoi poniéndose en guardia de nuevo.
He elegido este lugar a propósito para ti.-dijo
Kazark-Deberías darme las gracias.
Aoi no respondió. Endureció su látigo y golpeó con él a
Kazark en diferentes articulaciones como si se tratase de una vara de castigo o
una fusta rígida. No sería más fuerte que él a nivel corporal, pero podía
romper su equilibrio si atacaba con inteligencia. Desgraciadamente, su
combinación de golpes necesitaba más tiempo para surtir efecto del que el ogro
le dio, pues lo agarró sin contemplaciones de un tobillo y lo estampó
verticalmente contra otro tramo de dientes de león. Mientras se levantaba, el
Taimanin agarró una de las flores que se habían caído al ser golpeado. Apuntó
con ella a Kazark y sopló.
Esto no ha hecho más que empezar.-dijo el Taimanin.
¡Ya lo creo!-bramó el Mazoku.
Kazark sacó una pequeña máquina plegable de uno de los
bolsillos de su faldón de combate. Al desplegarla, dejó ver que se trataba de
una mezcla entre un guantelete y un puño americano. Encajaba en su puño derecho
a la perfección, y tenía un aspecto muy amenazador.
Construí esto en un rato libre el otro día…-lo informó el
ogro-…veamos qué tal funciona.
Con un alcance temible, Kazark lanzó un puñetazo. Aoi lo
esquivó, pero vio cómo el puño de su enemigo se clavaba en un árbol y lo hacía
cenizas en una sonora explosión.
¡Bien!-exclamó el ogro-¡Funciona a la perfección! ¡Mi puño
reactor cumple con todas mis predicciones tecnológicas!
Estaré en un apuro si
eso me golpea.-pensó Aoi.
Continuó esquivando los puñetazos del ogro. En cada lugar
que era golpeado se generaba un cráter quemado. El arma tenía una potencia
devastadora. El forcejeo entre las voluntades de ambos luchadores continuó
hasta que Aoi cometió un error de cálculo: intentó lanzar una patada voladora
para aprovechar la ingente masa de Kazark como propulsión para alejarse de él,
pero su pie se resbaló ligeramente y golpeó el puño mecánico del ogro: la onda
de impacto fue tan fuerte que lo lanzó en vertical por los aires. El dolor lo
invadía.
¡Maldición!-se
lamentó Aoi en sus adentros-¡Esto no
puede quedar así!
Haciendo caso omiso del dolor, Aoi activó de nuevo su
técnica eléctrica y logró acertar con un rayo contra el puño de Kazark. El
metal condujo la electricidad, hiriendo la mano del ogro e inutilizando el
reactor, que se sobrecalentó y se apagó con un sonoro chasquido.
¡Chúpate ésa, demonio!-exclamó Aoi mientras caía de pie en el
suelo.
Las piernas comenzaban a flojearle. El impacto del puño
había sido demasiado para su cuerpo…
Mi arma incluye otra función.-explicó Kazark-¡Es un
excelente lanzador de discos!
Del puño de Kazark salieron disparados a gran velocidad
numerosos discos de sierra. Aoi comenzó a esquivarlos como si estuviera
bailando. Su agilidad le permitía evadir esos peligrosos artefactos, pero no
sabía cuánta munición tenía su enemigo y no podía estar así eternamente.
Ninpô – Kata no Jutsu!-exclamó el Taimanin.
(¡Arte ninja de la
dureza!)
Lanzó un manojo de cuchillos kunai. Gracias a la técnica
especial, se endurecieron hasta el extremo de poder cortar por la mitad los
discos cortantes del ogro. Además, algunos de aquellos endurecidos cuchillos
llegaron hasta el enemigo, clavándose en él e incluso atravesándolo.
¡Maldito Taimanin!-bramó el ogro-¡Me vas a hacer enfadar!
El gigantesco demonio corrió hacia Aoi destruyendo grandes
cantidades de dientes de león a su paso. El chico, que se daba cuenta de eso,
se enfureció y aceptó el desafío cuerpo a cuerpo de Kazark de lleno. Sabía que
enfrentarse a él de esa forma suponía llevar las de perder, pero también tenía
claro que iba a cambiar algo: logró aprovechar la enorme fuerza de su enemigo
contra él, devolviéndosela en una llave más cargada de inteligencia que de
maña, arrojándolo por una especie de barranco.
¡AAAAAAAAAAAAAAAAAHHHH!-chilló el ogro mientras caía.
¡Lo conseguí!-pensó
Aoi mientras apretaba el puño en señal de victoria.
Se acercó al borde del barranco. Había bastante caída, pero
podía distinguir claramente el cuerpo de Karistus en el suelo…aunque se
sorprendió al ver lo que sucedió a continuación. El ogro se colocó otro de sus
inventos en la mano, esta vez una pinza flexible y extensible. Sin poder hacer
nada para remediarlo, Aoi fue agarrado con fuerza y empujado barranco abajo.
Eres más pequeño…-dijo Kazark-…veamos si sobrevives la
caída.
¡Eso será si caigo!-exclamó Aoi.
Agarró fuertemente las pinzas y las usó como ascensor para
caer con seguridad. Una vez en el suelo, las arrancó de la mano del ogro con
una llave de luxación y las arrojó por los aires lejos de ellos.
Eres más valiente de lo que pensaba…-dijo Kazark apretando
los puños-…y, ¿por qué ocultarlo? También más fuerte de lo que pensaba. Veamos
si aguantas mucho más…
Aguantaré al menos hasta poder cobrarme lo que me quitaste
ese día…Kazark.-respondió Aoi con seriedad.
¿Podrás?-preguntó Kazark.
Lo verás.-respondió Aoi secamente.
El Taimanin se esfumó de la vista del demonio. Agazapado entre
las ramas de un frondoso árbol, el chico activó de nuevo su técnica de la
dureza, lanzando una lluvia de shuriken mejorados. El ogro se percató
rápidamente, pero no era tan ágil como un ninja, por lo que recibió varios
pinchazos y cortes. Tras esto, Aoi bajó del árbol y alargó su látigo a la vez
que lo endurecía. Quedó una fusta de varios metros, lo suficientemente extensa
como para pinchar el abdomen del ogro sin acercarle a él. Desde esa posición,
transmitió una corriente eléctrica muy elevada, haciendo que el ogro se hincara
de rodillas.
¡Te venceré, Kazark!-gritó Aoi mientras corría hacia su
enemigo.
Una vez llegó a estar frente a él, se dio una increíble
voltereta hacia atrás que resultó en una patada ascendente muy vigorosa contra
su mentón. Este golpe lo hizo caer redondo al suelo.
¿Ves como no soy tan débil?-dijo Aoi-Ésta es una lucha de
ingenieros: deberías tomarme como a tu igual.
¡No me hagas reír!-gruñó el ogro mientras se levantaba-¡Esto
no es nada!
Kazark se levantó y reveló otra jugada que tenía guardada:
agarró a Aoi de la cintura y lo lanzó por los aires en una trayectoria casi
horizontal, mandándolo muy lejos. Con grandes saltos que hacían temblar la
tierra, lo siguió de cerca.
Tras varios minutos de mareante vuelo, Aoi vio una carretera
colindante a aquel campo. Para evitar estrellarse contra el asfalto, se colgó
de uno de los árboles más cercanos y bajó por su tronco con la agilidad propia
de un animal trepador. Kazark cayó detrás de él y levantó una pesada máquina
plegada.
¿Qué…-Aoi se giró extrañado.
El armazón metálico se desplegó, dejando ver que se trataba
de un cañón gigantesco. Kazark disparó. El Taimanin esquivó el proyectil,
observando sorprendido la enorme explosión que causaba en el lugar del impacto.
Veamos cómo te libras de esto…-Kazark se sonrió.
Aoi vio que había varias motocicletas estacionadas cerca.
Sin dudarlo, corrió hacia ellas y se encaramó a la más grande, una de color
negro y una apariencia propia de las motos de gran cilindrada. Con sus ágiles
manos de maquinista, la puenteó rápidamente y comenzó a conducirla con gran
maestría, alejándose del ogro y de su peligroso cañón en aras de tenderle algún
tipo de emboscada. Como experto en tecnología, la conducción de vehículos no
era un problema para Aoi.
Je…-se sonrió el ogro.
Kazark sacó otro de sus inventos de un bolsillo de su
faldón. Era otra máquina plegable, pero, esta vez, se desplegó formando algo
mucho más grande: una moto gigantesca. Montó y comenzó a perseguir a Aoi
pisando el acelerador a fondo. Con una mano llevaba el manillar de la
motocicleta, y con la otra sujetaba el cañón. Disparó una vez más. Al
escucharlo, Aoi se ladeó hacia un arcén y dejó que el proyectil lo sobrepasase,
creando una explosión a varios metros de su posición. De esta forma, el ninja y
el ogro comenzaron una violenta persecución de carretera.
Como me dé una sola
vez con ese cañón…-pensó Aoi-…más me
valdrá saltar rápido de la moto o seré pasto de las llamas.
¡No podrás huir eternamente!-chilló Kazark, que estaba a
punto de alcanzar a Aoi.
¡Ni tú podrás disparar eternamente!-respondió el Taimanin.
Inclinándose para tomar una curva, Aoi decidió tomar la
ofensiva. Soltó el manillar con su mano derecha, utilizando únicamente la
izquierda para conducir. Con la mano que había liberado, asió su látigo y lo
blandió hacia atrás, enroscándolo en uno de los manillares de la moto de su
enemigo.
Bien…-pensó Aoi
con decisión-…vamos a jugar.
Dejó que su látigo se alargara de tal manera que el
acelerador de Kazark no pudiera acortar la distancia entre ambos. Cuando
terminaron el tramo de curvas y volvieron a una línea recta, Aoi endureció
todos los metros de látigo, creando un puente rígido entre ambas motos y
obligando a Kazark a retroceder violentamente. Su moto hizo un caballito tan empinado
que la enorme masa conjunta del ogro y la motocicleta aseguraron un vuelque
completo.
¡UARGH!-gruñó Kazark en el suelo mientras su moto le caía
encima.
Aoi frenó. Bajó las piernas de la motocicleta y apoyó los
pies en el suelo. Se giró y miró a su oponente.
Asegúrate de que tu enemigo no sea aficionado a las motos
antes de hacerle pasar por esto.-dijo el chico con seriedad.
¡No te jactes!-bramó Kazark mientras se levantaba-¡Sigues
siendo un debilucho!
Este debilucho no va tan mal en este combate contra ti, ¿no
crees?-respondió Aoi.
Te demostraré que eres más débil que tus camaradas.-dijo
Kazark apretando sus puños.
El ogro se lanzó de nuevo en un asalto cuerpo a cuerpo. Esta
vez, Aoi no pudo contrarrestar su ofensiva y cayó presa de aquellos potentes
puñetazos. Había recibido tantos golpes que tosía sangre.
Ugh…-gimoteó Aoi.
¡No puedes hacer nada contra mí!-bramó Kazark-Un simple
humano no puede derrotar a un demonio, a una raza superior.
¡Cállate!-le espetó Aoi mientras rodaba por el suelo para
librarse de su enemigo.
Una vez se hubo alejado, Aoi se levantó y se puso en guardia
de nuevo.
¿Qué obsesión tienes con llamarme “débil” y con decir que
soy menos que mis amigos?-le preguntó el chico con rabia contenida-¿De qué me
acusas?
¡Ellos son más grandes y fuertes que tú!-exclamó Kazark-¡Sus
poderes están más desarrollados! ¡Sus armas son mejores! ¡En Gokuruma
defendieron más de lo que tú pudiste defender! Mientras ellos protegían a la
gente, tú te enfrascaste en un intento egoísta de proteger unas estúpidas
flores que se perdieron para siempre…
Los ojos de Aoi se abrieron con sorpresa.
Je…-rió Kazark-… ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!
Entre la confusión de Aoi, Kazark sacó una enorme cadena y
la utilizó para enganchar su moto. Como si fuera un látigo, blandió la cadena y
lanzó su enorme moto contra Aoi, que salió disparado y se deshizo en un
alarido.
¡Maldita sea!-pensó
Aoi mientras las lágrimas intentaban salir de sus ojos.
Kazark oprimió un pulsador de mano. La moto estalló en pleno
vuelo, de tal manera que Aoi dejó de verse.
Muerto.-dijo Kazark.
El ogro iba a darse la vuelta e irse de allí, pero…cuando el
humo de la explosión se disipó, se llevó una sorpresa. Aoi estaba en pie. Lleno
de heridas, magulladuras, quemaduras y sangre, el chico había endurecido su
látigo y lo estaba utilizando como bastón para mantenerse en pie. Clavó sus
ojos llorosos en el Mazoku.
¿Qué…-preguntó Kazark sorprendido.
Te…-balbució Aoi-…te…de…de…derrota…ré…
¿Qué demonios estás diciendo?-le gritó el ogro.
¡LO QUE HAS OÍDO!-chilló Aoi-¿Crees que no he pensado en mi
situación, en las diferencias que poseo con respecto a mis amigos?
Escúchame…Yamiyuki no me eligió por ser el más poderoso: lo hizo por cuestiones
intelectuales. Puede que no tenga la fuerza arrolladora de algunos de mis
amigos, pero soy lo suficientemente fuerte por dentro y por fuera como para no
dejarme llevar por tus estúpidas palabras. Quieres que me cohíba, que deje de
estar seguro de mí mismo, que pierda el orgullo. Quieres confundirme, hacerme
sentir débil…quieres que no sea un oponente, sino un saco al que golpear. ¿De
verdad piensas que soy débil? ¿De verdad piensas que me importa lo que me
digas? No, Kazark…no. No tienes ni idea de lo que me ha costado llegar hasta
aquí…de todo lo que me he esforzado, de todo lo que he luchado, del dolor que
he tenido que aguantar.-el chico sintió que las lágrimas regaban su pecoso
rostro-¡No conseguirás hacerme llorar! Si lloro, es porque recuerdo mi lucha,
no por el hecho de que tus palabras me hagan daño. Eres muy vil…como toda tu
estirpe. Si fuera débil e incapaz de proteger a nadie, tus ogros habrían
penetrado en Gokuruma y habrían hecho estragos entre mis convecinos, pero…
¿quién se los cargó a todos? ¡FUI YO! Escúchame, maldito manipulador, ¡las
lágrimas que hoy dejo caer porque mis esfuerzos duelen serán las sonrisas que
mi orgullo me brindará cuando logre todas mis metas! ¡Ninguna buena recompensa
llega sin esfuerzo, es natural! El que aún me quede mucho camino por recorrer
es tan normal que tu intento de confundirlo con debilidad es totalmente fútil.
Estoy seguro de que puedo contigo…incluso si me faltan fuerzas para
andar…incluso si tengo que usar mi arma como bastón…aun si me golpeas tan
fuerte que estés a punto de matarme…pase lo que pase…bajo cualquier circunstancia…
¡TE DERROTARÉ! ¡NO SOY MENOS QUE NADIE! Déjame decirte algo…tu intento de
guerra psicológica ha sido muy ingenioso, pero me ha dejado ver una cosa: si
tan empeñado estás en hacerme parecer débil…es porque TÚ eres débil. Eres
débil…y voy a demostrártelo. ¡TAIMANIN AOI, AL ATAQUE!
Bonito discurso…-dijo Kazark-…pero es tan inútil como
bonito. ¡MUERE!
Kazark sacó otro aparato plegable. Se desplegó formando un
enorme garrote metálico que asió con ambas manos para estamparlo contra Aoi.
Ninpô – Kata no Jutsu!-exclamó Aoi.
El chico endureció su propio cuerpo. El garrote se partió
limpiamente por la mitad.
¡Eres un debilucho, no puedes hacerme daño con tan poca
fuerza!-bramó Aoi parafraseando a su enemigo e imitando su tono de voz.
Maldito insolente…-siseó Kazark.
Ninpô – Raiton no Jutsu! Raijinkyaku!-Aoi tomó la ofensiva.
(¡Arte ninja de la
electricidad! ¡Patada Eléctrica!)
Aoi cargó su pierna derecha con electricidad. Con elegancia,
agilidad y presteza, lanzó una patada giratoria alta con salto que impactó en
el cuello de Kazark. El choque eléctrico atravesó sus hercúleos músculos y lo
hincó de rodillas en el suelo. Recordó a Yamiyuki, uno de sus mejores amigos…y
un Taimanin especialista en concentrar su fuego en sus extremidades para
convertirse a sí mismo en un arma.
¡Este movimiento me lo enseñó Yamiyuki!-exclamó el chico con
orgullo-Es imposible que pierda con esto.
Yamiyuki, Yamiyuki, Yamiyuki…-dijo Kazark-… ¿no tenéis otra
persona de la que hablar? ¿Es la única figura que existe en vuestras vidas? ¿Os
ha lavado el cerebro, idiotas?
La mirada de Aoi se endureció.
No entiendes la amistad humana por lo que veo.-le dijo-No
tienes ni idea… ¡Yamiyuki es sólo uno de mis hermanos! ¡Tengo otros cuatro,
somos una orgullosa prole de seis hermanos nacidos de padres diferentes! ¡Y
todos ellos han dejado su huella en mí! ¡Todos son importantes, irremplazables
y grandes personas! Déjame enseñarte unos ejemplos… ¡esto me lo enseñó
Shirubei!
Aoi se colocó un cuchillo kunai entre cada dos dedos,
simulando unas garras. Antes de lanzarse al ataque, los endureció con su poder
ninja y propinó una serie de arañazos al ogro, haciendo que sangrara. Recordó a
su amigo utilizando sus garras: sólo tenía que pensar en él, en los momentos
que habían pasado juntos, en lo que se habían enseñado mutuamente.
¡ARGH!-chilló el ogro, que por fin estaba sintiendo
verdadero dolor.
¡Esto me lo enseñó Inuhito!-siguió Aoi.
Recordó la crueldad de su amigo en combate. Eran muy
diferentes en ese aspecto, pero Aoi no podía negar que los métodos de Inuhito
eran efectivos. Era un chico agresivo que buscaba siempre la máxima
contundencia en sus ataques, por lo cual solía utilizar mucho sus codos y
rodillas para atacar…y una de sus especialidades era causar heridas y
golpearlas. Mientras imaginaba una escena de tranquilidad y armonía entre
ambos, Aoi giraba sobre sí mismo propinando potentes codazos en cada herida
abierta de Kazark. El chico dibujó a Inuhito sentado frente a él, compartiendo
una mesa y unas bebidas… no podía perder si sus amigos estaban en su corazón.
Agh…-Kazark tosió sangre.
Esto…-dijo Aoi saltando hacia Kazark y abriéndose de
piernas-… ¡ESTO ME LO ENSEÑÓ RITO EN EL GIMNASIO!
El chico enroscó sus piernas alrededor del robusto cuello
del ogro. Pegó su entrepierna a su cara. Imaginó a Rito: habían pasado por
mucho juntos. Muchas veces hacían ejercicio juntos, en el pasado resolvían
problemas profesionales juntos, habían compartido muchas comidas en la misma
mesa…hasta el mínimo cuarto de hora sentados juntos en el sofá lo motivó.
También recordó cuando, en la antesala de la pubertad, Rito le enseñó a
masturbarse. Después de recordar a su gran amigo, se dobló hacia atrás,
arrastrando a su enemigo consigo y catapultándolo en medio de una voltereta,
golpeando su cabeza contra el suelo y dejándolo tumbado bocarriba.
Y…-se sonrió Aoi-… ¡esto me lo enseñó Hagane!
Aoi levantó su pierna y la dejó caer sobre la entrepierna
del ogro, pisando sus genitales con el talón y girando el tobillo repetidas
veces para hincar más el pie. Él no era tan sádico como Hagane, pero imaginarlo
en su lugar pisando a su enemigo con sus elevados zapatos de tacón convertía
todo atisbo de crueldad en dulzura: ser así era tan suyo que no podía sino
sentirse nostálgico y encariñado por todo lo que había compartido con su amigo.
Je…-rió el ogro intentando ignorar el dolor-… ¿tienes que
dar lugar a que un amigo te enseñe a hacer una llave, dar un pisotón, repartir
codazos o utilizar unos cuchillos? Eres un poco inútil en tal caso…
No lo entiendes bien.-dijo Aoi-Pareces muy corto de
miras…esperaba más de ti. No son los movimientos per se…es la esencia de mis
amigos, la personalidad de cada uno de ellos, la importancia de tenerlos a mi
lado… ¡todo eso es lo que da poder a los movimientos que utilizo! En ningún
momento les he pedido que me enseñen técnicas…no intento imitarlos en
combate…sólo quiero demostrarte lo poderoso que te puede llegar a hacer tener
amigos.
Eso está muy bien…-dijo Kazark-…pero no es suficiente para
luchar contra mí.
Con su fuerza sin parangón, el ogro se quitó a Aoi de encima
fácilmente. Acto seguido, se levantó y le asestó otro brutal puñetazo. El
chico, que había hecho un enorme acopio de fuerzas para poder seguir peleando,
cayó arrodillado en el suelo.
¡Eres pequeño y débil, lo mires por donde lo mires!-le
espetó el ogro.
¿Pequeño?-susurró Aoi-¿Débil? ¡Déjalo ya! Que seas más
grande y tengas más músculo que yo es natural debido a que eres un ogro, pero…
¡ESTE METRO NOVENTA DE HOMBRE LUCHADOR NUNCA SE HA SENTIDO PEQUEÑO, NI MUCHO
MENOS DÉBIL! –se levantó de golpe- ¡Deja de decir falacias para ocultar el
miedo que me tienes! ¡Pelea como un hombre si es que te consideras uno!
Lo he subestimado
claramente…-pensó Kazark.
Has…-dijo el ogro-…aprobado. No obstante, aún es pronto para
cerrar esta disputa. Volveremos a vernos…Taimanin.
¿Qué estás diciendo?-preguntó Aoi.
Kazark lanzó un objeto pequeño a los pies de Aoi. Se trataba
de una trampa a base de tecnología Mazoku que emitió una descarga de rayos
violetas que paralizaron el cuerpo del ninja inmediatamente.
Lo siento, no puedo dejar que me sigas.-dijo Kazark.
El ogro se colocó un aparato en la espalda y saltó al vacío,
hacia lo que parecía una pequeña ciudad debajo de aquella carretera de montaña.
La máquina se desplegó, dejando ver que se trataba de un ala delta
autopropulsada. Finalmente, Kazark desapareció en el horizonte, volando.
¡Cobarde!-bramó Aoi-¡COBARDEEEEEEEEEEEEEEEEEE!
Aoi tenía muy clara una idea: Kazark no era tan fuerte como
parecía. Tenía un punto débil crítico e iba a explotarlo. Se prometió a sí
mismo que la próxima vez lo mataría.
Mira, me caía bien el ogro (en serio, por como se expresaba y demás, era de estos malos que me caen bien) hasta que le ha dado la pataleta.
ResponderEliminarJoder, es que les da la pataleta y se les va la cabeza diciendo chorradas en plan "Soy el puto amo" NOOO
A ver querido ogro, tú tendrás mil artilugios y trucos pero... vas a morir. Y vas a morir porque no puedes quedarte callado y tienes que tocarle los cojones a Aoi... Estos malos... no aprenden.
Es duro luchar contra unos héroes tan geniales... ¿verdad? Bueno, después de una racha inestable, hoy viene un nuevo episodio. ¡Te va a gustar!
EliminarY añado...
ResponderEliminarSON UNOS BOCACHANCLAS XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD
Me gusta ese término...aunque ya te digo que Kazark tiene bastantes cosas que enseñar todavía. ¡Seguiré esforzándome!
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