TAIMANIN
YAMIYUKI
Episodio 16: Ataduras
rotas
La fuerza de Rito era exagerada. Había roto aquellas correas
como si se tratasen de tiras de papel mientras lanzaba a Inuhito contra la cama
de manera vigorosa pero indolora. El
chico musculoso y de gran estatura se levantó entonces de la silla. Inuhito se
sintió más caliente al ver su altísima figura de pie con su gigantesco falo
enhiesto apuntando hacia él. Las marcas de las correas por sus brazos y piernas
lo hacían sentir obscenamente excitado.
Ven aquí…-dijo Inuhito-… vamos a jugar, ¿no es así?
Ya lo creo.-respondió Rito con una sonrisa lasciva.
Inuhito analizó aquella expresión en la cara de su amigo.
Uno de los muchos rasgos que los seis Taimanin excelentes tenían en común era
la existencia de una circunstancia particular de cada uno en presencia de la
cual se volvían especialmente peligrosos. Shirubei solía ponerse muy violento y
se tornaba imparable, cruel y sanguinario cuando los demonios estaban cerca de
él, Hagane se volvía un asesino tanto más despiadado cuanta más rienda suelta
en voz alta podía darle a su vena narcisista en combate y…sin necesidad de
pararse por todos y cada uno, recordó que, en efecto, Rito se volvía
infinitamente más fuerte, implacable y peligroso cuando estaba excitado sexualmente.
Era muy raro que su ira brotase en un combate porque era de los pocos que no se
excitaba sexualmente al ver sufrir a sus enemigos, pero, si aquello sucedía,
aquel joven de cabello verde y ojos rosados sería una auténtica bomba atómica.
No obstante, al haberse disparado aquella situación estando entre amigos, no
había nada que temer.
Te veo pensativo…-dijo Rito-… ¿no tendrás miedo?
¿Cómo iba a tener miedo de ti?-preguntó Inuhito mientras se
masturbaba con las dos manos-Es sólo que no estoy muy acostumbrado a verte
actuar así…
Tranquilo.-dijo Rito-Sí, estoy cachondo y se ha abierto la
paj…la caja de Pandora, pero no voy a hacerte daño. Ten por seguro, no
obstante, que te haré disfrutar con tal intensidad que no podrás resistirte a
mí durante esta noche tan larga… y me aseguraré de que me hagas disfrutar tú a
mí también.
Trato hecho.-dijo Inuhito salivando entre espasmos de placer
al tocar y masajear su pene.
Rito se plantó frente a su amigo con el pene goteando
vigorosamente. Inuhito respondió a ese estímulo lamiéndolo y atrapando sus
secreciones con la boca. Notó cómo los fuertes y enormes brazos de su amigo lo
rodeaban y lo levantaban de la cama. Con el joven de cabello blanco en brazos,
el musculoso Taimanin se sentó de nuevo en la silla y, con un cariño y una
delicadeza inusuales para el estado en el que se encontraba, lo sentó encima de
él de tal manera que sus penes quedaron uno encima del otro, en total contacto.
Los testículos de Inuhito caían modestamente a ambos lados de la base del enorme
pene de Rito como si quisieran tocar los propios testículos de su amigo. El
roce entre sus penes hizo que ambos se sintieran tocados por los ángeles. El
placer que se apoderaba de sus cuerpos era sincero, intenso, memorable, dulce,
adictivo y sin parangón. Se sintieron tan cómodos que se relajaron muy
rápidamente. Inuhito dejó caer sus piernas sobre las de su amigo mientras
buscaba que las manos de los dos se agarrasen. Rito levantó ligeramente el
mentón de su amigo, instándole a mirarlo. Sin darle tiempo a reaccionar, bajó
su cabeza hacia él y lo besó en la boca. Inuhito rodeó el cuello de su amigo
con los brazos en alto: parecía un prisionero colgado de las muñecas, un
prisionero del placer. Sus lenguas se empujaron, se retorcieron, se
acariciaron. El joven de ojos rojos y cabello blanco aún tenía los últimos
tragos de líquido preseminal en la boca, de tal forma que el legítimo dueño de
éstos pudo saborearlos en aquel beso apasionado.
Soy realmente fuerte
me mires por donde me mires…-pensó Rito con lascivia.
¿Te gusta?-preguntó Inuhito separándose levemente de Rito-Es
miel de gran calidad…
Sí, me gusta, pero quiero probar la tuya.-dijo Rito-Te la
pediría amablemente, pero… ¡vas a dármela!
Rito comenzó a mover sus caderas. Su pene se deslizó sobre
el de Inuhito, frotándolo intensamente. La zona de contacto se calentaba por
momentos.
¡Ahhhh!-gimió Inuhito-¡AAAAAAAAAAAAAAAAH!
La voz de Inuhito cuando gemía se tornaba aguda. Se podía
asimilar a los agudos gritos de una hiena. Su pene, galantemente acomodado
encima de la húmeda región compuesta por el interior del prepucio completamente
extendido de Rito, se estaba moviendo sin parar debido al vaivén de su amigo.
Esto hacía que su prepucio se extendiese y se replegase parcialmente de manera
rítmica, generando un rozamiento muy placentero con su glande.
¡Vas a hacerme perder la cabeza!-exclamó Inuhito-¡Mi
prepucio me va a volver loco por tus movimientos! ¡Ahhhh!
Rito notó en su sensible y bien entrenado pene una nota de
calor y humedad que antes no estaba. Inuhito estaba lubricando.
¡Miel!-exclamó Rito con sorna-¡Por fin!
Y leche si no tienes cuidado.-articuló Inuhito entre
delirantes jadeos-¡Leche muy caliente y espesa!
Me gusta la leche.-respondió Rito-Es muy sana y ayuda a
mantener un cuerpo fuerte. Sin embargo, creo que es mejor dejarla para el
postre…al fin y al cabo, la miel es muy energética y nos permitirá aguantar sin
cansarnos…
Rito agarró el cuerpo de Inuhito como si fuera una pluma y
lo puso de pie en el suelo. Acto seguido, se agachó, lo agarró del pene como si
quisiera recolocarle el prepucio y se llevó el glande a la boca, lamiéndolo con
vigor. Por mera proporción humana, si el chico era grande, su lengua también lo
era, y esto hacía sentir a Inuhito muy complacido. Sus agudos y desgarradores
gemidos corroboraban que estaba pasando una noche inolvidable.
Qué sabor tan… ¿especiado?-comentó Rito-Tú también estás
fuerte…el mío huele más tal vez, pero no te quedas nada atrás.
Inuhito estaba muy sonrojado. Parecía tener fiebre. Sus
habilidades eran un arma de doble filo para él.
Mis propios poderes están haciendo que esto sea más
demencial de lo que sería de por sí.-explicó Inuhito-Los sentidos amplificados
siguen siendo cinco, incluido el tacto. Tengo un tacto tan desarrollado que lo
que me haces se siente como si mi glande hubiera sido descubierto por primera
vez…tan fuerte, tan profundo, tan marcado… ahora mismo estoy tan tierno y
sensible que podría arder con el aire… pero no pares… por… fa…vo…vor…
¡AAAAAAHHHH!
Inuhito volvió a emitir un agudo chillido. Rito había
amortiguado la caída de sus fluidos preseminales como si su lengua fuera una
bandeja, y ahora los estaba extendiendo por todo su alargado pene en una húmeda
y rítmica felación. Llegó también a sus testículos y no dudó en estimularlos
haciendo ventosa con los labios.
¡OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHH!-chilló Inuhito. Su voz no
parecía la misma de siempre-¡JODER, RITO, JODER, JODER, JODER!
El delgadísimo cuerpo del chico se convulsionaba y se
retorcía de placer. Rito dejó de lamer los genitales de su amigo para hablar.
Cuanto más te retuerzas, cuanto más te haga delirar el
placer, cuanto más te guste todo esto…-amenazó Rito-…más te lo haré. Voy a
llevarte al cielo en vida, amigo, y me da igual si me pides que pare.
No voy a pedirte que pa…-dijo Inuhito-… ¡DIOS MÍO!
¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHH!
Rito comenzó a lamer con presteza los bordes del glande de
su amigo, impidiéndole que hablara.
¿Por qué no cambiamos otra vez?-pidió Inuhito
desesperadamente-Mi sensibilidad me hace mucho menos resistente que tú, así que
déjame que descanse un rato…te daré todo el placer que quieras mientras tanto…
Rito dejó el miembro viril de Inuhito y se levantó.
Agachado, su musculatura estaba más contraída y le confería un aspecto que
disparaba el morbo de su amigo. Sin dejar que se moviera, comenzó a masturbarlo
con la mano.
Ogh…-boqueó el chico de cabello blanco-…qué increíbles
manos.
No has visto nada.-explicó Rito-Esto no es ni el
calentamiento de mi rutina de masturbación. Me hago todo esto después de cada
entrenamiento para terminar de relajarme y…créeme, me va más que bien.
En ese caso…-dijo Inuhito con una sonrisa cómplice.
Las delgadas y alargadas manos del joven rodearon el pene de
su amigo. Comenzó entonces a masturbarlo. Los increíbles testículos del chico
seguían creciendo. Los del propio Inuhito, aunque no fueran tan grandes,
también estaban muy hinchados.
¿Puedes sentarte un momento en la cama?-pidió Rito.
Inuhito se despegó de su acompañante y se colocó sobre la
cama mientras se tocaba el pene con calma y cariño.
Ya que estamos de confesiones…-dijo Rito-…he de contarte
algo yo también. Tu tacto amplificado te la está jugando, pero… mi regeneración
me la está jugando a mí. La sangre de los Yatsu corre por las venas de los
Sonozaki y créeme cuando te digo que la regeneración es integral…está en todo.
Mi semen no para de renovarse y multiplicarse. Es cierto que mis testículos son
grandes de por sí, pero muchas veces tienen un tamaño mayor que el normal
porque están llenos de espermatozoides rebeldes, llenos de semen deseando
salir. Ésa es una de las razones por las que nunca puedo llevar calzoncillos
ajustados como vosotros…y, en fin…me masturbo porque me encanta, pero, aunque
no me gustara, tendría que hacerlo o no ganaría para sábanas…
Ajá…-Inuhito parecía no estar procesando lo que su amigo le
explicaba.
¿”Ajá”?-preguntó Rito con sorna-¿Te da igual?
¿Significa eso que siempre estás listo para
eyacular?-preguntó Inuhito con lascivia-¡Eso es maravilloso! ¡Podrás darme toda
la leche que quiera beber!
¿Quieres un trago de leche?-Rito le guiñó un ojo a su amigo
mientras sonreía.
Si me invitas…-dijo Inuhito mientras se masturbaba con las
piernas muy separadas encima de la cama.
Pues…-dijo Rito agarrándose el pene con la mano derecha-…
¡allá va!
Comenzó a masturbarse de manera vigorosa. Todo el placer
acumulado en los nervios de su enorme pene explotó a la vez. El chico supo
conducirse muy bien hacia el orgasmo.
¡Ahhhh!-gimió Rito-¡AAAAAAAAAAHHH!
¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHH!
El río de semen que Rito guardaba en sus portentosos
testículos comenzó a fluir como una furibunda ola. Su rostro se enrojeció fuertemente, y sus
gemidos se hacían gritos poco a poco. Parecía que iba a romperse en pedazos en
cualquier momento. No paraba de salir semen caliente, espeso y resplandeciente
del orificio de su pene, y no se trataba de una eyaculación cualquiera. No
dejaban de salir chorros enormes a presión que arreciaban contra Inuhito como
si fuera un nadador en medio de un maremoto. Aquellos caudalosos y vigorosos
chorros salían con tanta fuerza y velocidad que se escuchaban como latigazos
cuando rociaban el pecho, los hombros, la cara y las piernas de Inuhito.
Aquello no era algo que pudiera pasarle a cualquier hombre: el poder de la regeneración
le hacía eyacular de aquella manera, particularmente por el hecho de que las
horas de placer que se habían estado dando hasta ese momento le habían hecho
acumular muchísimo semen que no paraba de multiplicarse. Eso explicaba también
por qué sus secreciones preseminales eran tan caudalosas, fuertes y abundantes.
Hay semen hasta en el
techo…-pensó Inuhito mientras recibía aquel baño caliente que no parecía
terminar-…pero no me importa. Este olor
tan masculino, esta fuerza, este calor, esta humedad…van a ser mi placer.
El chico tenía la boca intencionadamente abierta. Algunos
chorros caían total o parcialmente en su boca, y aprovechaba para paladear el
semen de su amigo.
Si no te importa…-dijo Inuhito.
El chico se tumbó bocarriba en la cama y se extendió el
semen de Rito por todo el cuerpo. Untó generosamente su pene en dicho fluido y
comenzó a masturbarse. La lubricación aportada por el semen recién expulsado
hacía que sus manos volasen. Arqueó su espalda, haciendo alarde de una
flexibilidad casi inhumana, y eyaculó, mezclando su semen con el de Rito.
Salieron varios chorros muy caudalosos que cayeron por su cuerpo, por la cama y
por el suelo.
Ahhh…-jadeó Rito-…ahhhh…ahhhh. Ya…ya está…
Lo mismo digo…-dijo Inuhito-…menuda corrida más bestial…
¿La tuya o la mía?-preguntó Rito con sorna.
La tuya, desde luego…-dijo Inuhito dejándose caer sobre la
cama-…en mi vida había visto tanto semen junto…aunque yo tampoco me suelo
correr tanto…he sentido que mi polla se quemaba por dentro…
La mía estaba explotando como una bomba de
relojería…-comentó Rito mientras caía hincado de rodillas al suelo.
Se miraron.
¿Comenzamos el segundo asalto?-se preguntaron mutuamente a
coro.
Con más fuerzas de las que cualquier persona en su situación
podría tener, Rito e Inuhito se acercaron de nuevo.
Vamos a intentar la penetración, ¿de acuerdo?-propuso Rito.
¿Pretendes meterme ESO?-preguntó Inuhito.
Te gustará.-dijo Rito-Eres uno de mis mejores amigos y una
de las personas más importantes de mi vida: jamás te haría daño. Si te causo el
mínimo dolor, abandonaré la idea.
Inuhito no respondió. En lugar de ello, le dio la espalda a
su amigo y se colocó el pelo a ambos lados de la cara, dejando libres sus
hombros y su columna vertebral. Rito
masajeó con dulzura los trapecios de su amigo y, acto seguido, los deltoides.
Tras estimular sus hombros, tocó su espalda. Hundió sus grandes y fuertes dedos
en ella y dibujó una serie de líneas de manera cuidadosa y cariñosa. El masaje
hizo que Inuhito se relajase y separase las piernas lo suficiente. Rito
aprovechó este momento para introducir su glande en el orificio anal de su
amigo. La entrada resultó muy estrecha, pero se produjo sin mayores problemas.
Shhhhh…-Inuhito emitió un quejido indescifrable.
¿Estás bien?-preguntó Rito.
Sí, estoy bien.-respondió el otro chico-Continúa…
Rito comenzó a introducir poco a poco cada centímetro de su
interminable pene. Inuhito sentía su ano muy dilatado a la vez que
experimentaba lo que imaginaba que se parecería a un dragón recubierto de fuego
ascendiendo desde el infierno hasta sus entrañas. Era la primera vez que estaba
tan dilatado, pero su musculatura era muy flexible y no le dolía. De vez en
cuando sentía espasmos y convulsiones, pero se sentía decidido a continuar.
¿Cuánto te queda por meter?-preguntó Inuhito sudando.
Un tramito de nada…-dijo Rito con un tono melodioso.
Joder…-suspiró Inuhito.
A eso voy.-respondió Rito con una sonrisa.
¡JAJAJAJAJAJAJAJAJA!-Inuhito no pudo evitar reírse.
Rito aprovechó la relajación de su amigo para introducirle
un poco más de su pene. El acercamiento fue satisfactorio, pues ya casi lo
había penetrado por completo y a él no le había dolido lo más mínimo.
Ya casi está…-Rito animó a su amigo.
No tenemos prisa.-dijo Inuhito-Mete todo lo que puedas…si no
me he muerto ya, estoy seguro de que cabe.
Finalmente, el pene de Rito entró por completo en el ano de
su amigo, que no parecía el mismo.
Noto tu pelvis pegada a mi cuerpo.-dijo Inuhito-Lo has
conseguido… ¡bien hecho!
Inuhito parecía muy contento. No se atemorizó al verse a sí
mismo, aunque cualquiera en su lugar lo hubiera hecho: se notaba el grosor del
pene de su amigo dentro de su cuerpo como cuando una serpiente se traga un
huevo.
El problema estático ya está resuelto.-dijo Rito-¿Probamos
la versión dinámica?
¡Dale!-la perversa sonrisa con la que Inuhito acompañó su
invitación lo hizo salivar con intensidad.
Rito extrajo su infinito pene del interior de Inuhito. Éste
sintió una gran liberación, como si le hubieran extirpado un cuerpo asesino del
cuerpo. Exhaló una gran cantidad de aire en señal de alivio. Tras esto, el
chico musculoso volvió a introducirlo, esta vez de manera más rápida. La
entrada fue sorprendentemente fácil y bien aceptada.
Parece que va bien…-dijo Rito.
¡Ya lo creo!-exclamó Inuhito entusiasmado-¡Al ataque!
Rito comenzó a mover sus caderas, dando por más que iniciado
el coito. Inuhito comenzó a emitir alaridos más agudos, estridentes y
estrambóticos que cuando estaban teniendo la experiencia oral.
Ngh…-jadeó Rito-… ¿te gusta, Inuhito?
Me encanta.-respondió Inuhito-Dame todo lo que quieras…lo
aceptaré con gusto.
Rito aumentó el ritmo de sus embestidas. Era fuerte,
dominante y vigoroso a la vez que considerado y cauteloso. Inuhito sólo sentía
placer, nada de dolor. La unión entre ambos era innegable e impecable.
Continuaron con ese acto sexual durante un lapso de tiempo largo. Cada segundo
que pasaba era una nueva explosión de placer para Inuhito. El pilar carnoso de
su amigo estaba reconstruyendo su cuerpo, convirtiéndolo en un ser de ataraxia
temporal, haciéndole alcanzar la luz. Por su parte, Rito no podía parar de
sudar y jadear: el placer de la fricción de su pene con las paredes anales de
su amigo era impresionante. Todos y cada uno de los miembros de su cuerpo se sentían
extenuados a la vez que complacidos. Los jadeos y gemidos de ambos se
mezclaban: parecía que estaban peleándose.
Esto es…-dijo Inuhito-… ¡increíble, genial!
Lo estoy gozando como si mañana fuese a acabarse el
mundo.-corroboró Rito-Voy a seguir hasta el final, ¿te parece bien?
Ya lo creo.-dijo Inuhito-¡Hasta que los dos perdamos el
conocimiento si es necesario!
Rito agarró a su amigo de los hombros, ejerciendo una fuerza
hacia abajo lo suficientemente elevada como para que el otro chico no quedara en
suspensión debido a la creciente fuerza de sus embestidas.
¿Vas a sujetarme bien?-preguntó Inuhito-¿No me caeré?
Claro que no.-dijo Rito-¿Por qué?
Ah…-dijo Inuhito mientras levantaba una pierna del
suelo-…por nada en especial.
Con el apoyo de Rito, Inuhito sintió que podía estar en el
suelo sin una pierna. Utilizó dicha extremidad para masturbarse con el pie
mientras era penetrado.
¡Qué sexy!-lo elogió Rito-¡Es realmente morboso verte hacer
eso!
¿Quieres que siga?-preguntó Inuhito-Siempre es buen momento
para hacerme una buena paja…
Me encantaría que siguieras, pero…-dijo Rito-…me has puesto
tan cachondo que me parece que viene otra riada…
¡No me digas eso!-exclamó Inuhito-¡Me vas a disparar como si
fuera un cohete!
No voy a…-intentó decir Rito-… ¡AHHHHHHHHHH, JODER, MALDITA
SEAAAAAAA!
No pudo evitar eyacular. Inuhito sintió la imperiosa
necesidad de saltar hacia arriba. Cayó sobre la cama con un enorme chorro de
semen inundando su espalda. Rito se deshacía en lágrimas de puro placer
mientras su semen chorreaba salvaje y violentamente en todas las direcciones.
¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHH!-gritaba Rito-¡No puedo
parar de correrme!
Inuhito permaneció jadeando bocabajo en la cama. Un reguero
de semen salía de su ano. Rito se percató de ello y corrió a su lado.
¡Inuhito!-dijo Rito zarandeando a su amigo-¿Estás bien?
Consiguió darle la vuelta. El rostro de su amigo estaba tan
enrojecido que parecía una talla en rubí. Por su cara fluían lágrimas de placer
y felicidad. Mientras tanto, el pene de Rito no paraba de soltar chorros y
chorros de semen, dándole violentas y visibles convulsiones. Moviéndose como un
corazón, el pene del joven no paraba de darle poderosos y encantadores
orgasmos. Se sabía multiorgásmico desde hacía mucho tiempo, pero aquello
superaba todos sus límites.
Me estás poniendo perdido…-dijo Inuhito.
Rito reparó en que estaba demasiado cerca de Inuhito y lo
estaba encharcando en su semen de producción descontrolada.
Oh…-Rito intentó articular una disculpa, pero sintió que su
cuello era atrapado.
Las piernas de Inuhito se cruzaron detrás de la nuca de su
amigo, rodeando su cuello y obligándolo a bajar, pegando su cabeza a su pene.
No había que ser un genio para entender que quería que lo volviese a trabajar
oralmente, así que no dudó en hacerlo. Mientras lo devoraba con su lengua, Rito
sintió de nuevo su fuerte olor. No tardó mucho en producir el resultado
esperado. Un caudaloso chorro de semen salió despedido del orificio del rojizo
glande de Inuhito, inundando la cara de su amigo, que no dudó en saborear y
tragar todas las fracciones de aquel néctar que caían dentro de su boca.
Bien hecho, Inuhito…-dijo Rito dejándose caer sobre la cama.
Igualmente…-su compañero le devolvió el elogio y se acurrucó
pegado a él, frotándose con los abdominales cuadriculados que ostentaba.
. . .
¡HAAAAAAAAAAAAH!-gritó Kuroageha.
Con una potente patada, noqueó a un ogro golpeando su
cabeza.
Estamos atrapados…-dijo Kuroageha-… ¿cuánto tiempo más
tendremos que estar así?
Hay que buscar el lugar donde ha caído la esfera y
destruirla.-respondió Yamiyuki mientras hacía pedazos a algunas bestias
llameantes.
Un ogro se acercó por su espalda, pero el Taimanin lo
detectó a tiempo y se anticipó a él eyectándolo de una patada.
Ni te me acerques, ganga.-le espetó el chico.
La esfera ha podido diluirse en este campo de alteración
espaciotemporal, ¿verdad?-preguntó Kuroageha-La tecnología no es mi campo de
mayor dominio, pero creo que sé lo suficiente como para inferir que esto es más
magia demoníaca que tecnología…
Exacto, yo pienso lo mismo.-dijo Yamiyuki-Si fuera simple
tecnología, ya nos habríamos librado, pero… desconozco la magia Mazoku. No la
hemos estudiado en suficiente profundidad como para poder combatirla
libremente. Creo que sólo estamos moviéndonos más lentos…es una especie de
control subversivo que nos hace vernos a velocidad normal cuando en realidad
estamos moviéndonos muy lentamente. Además, el hecho de que los ogros nos sigan
el ritmo da a entender que este campo azulado no es discriminatorio. De esta
forma, Kazark y Belladonna han tenido que largarse hace tiempo…o nos están
mirando desde fuera…
Esto parece complicado…-dijo Kuroageha.
Tanto que me parece que va a ser necesario un cambio de
planes.-respondió Yamiyuki.
JEJEJEJEJE *Guiño, guiño
ResponderEliminarYa sabes lo mucho que le gusta a tu amiga Darkness un buen relato BL hard *_*
¿Has disfrutado? ¡Me alegro un montón! ¡Vendrán más, no te preocupes!
Eliminar