TAIMANIN
YAMIYUKI
Episodio 23: Lujuria
y líquido
(Dedico este episodio a mi amigo Siphon. Él lo entenderá mejor que nadie.)
Una cama enorme en la que hasta perderse era una
posibilidad. Un colchón viscoelástico de muy alta gama. Sábanas de seda blanca.
Colcha de terciopelo granate con un estampado negro que imitaba la piel de un
leopardo. Almohadas con elegantes fundas negras. Cojines de diseño. Aquello
parecía demasiado bonito para ser cierto… ¿sería tal vez un sueño? ¿Una
ilusión? En cualquier caso, Hagane despertó de lo que le estuviera pasando. Su
agarrotamiento mermó la sensación de sorpresa al ver que la cama en la que se
creía mientras dormía era real y estaba dándole apoyo a su cuerpo tumbado y
vestido con el uniforme de Taimanin. Se puso bocarriba y se desperezó muy
discretamente. Miró a su alrededor: aquello parecía una habitación de lujo de
un hotel de cinco estrellas…o el escenario de rodaje de una película
pornográfica. Había un amplio escritorio, un tocador, un armario enorme,
alfombras lujosas, un biombo plegado y un juego de varias estanterías de
distintas formas y dimensiones. Los colores y la iluminación, en gama de rojos,
rosas y púrpuras, daban un toque muy erótico a la sala. Hagane pensó que, a
excepción de la colcha de leopardo, el dueño de aquel cuarto no tenía mal
gusto. No obstante, su mente lúcida no tardó en darle a entender que aquello
era una celda, no un dormitorio normal. Los muebles típicos de dormitorio
estaban aglutinados en los lados de uno de los ángulos rectos de la sala,
mientras que el resto era espacio abierto. Las paredes y el techo desentonaban:
mientras que los muros y columnas estaban pintadas con un sobrio color gris
marengo sin ningún tipo de decoración, el techo estaba enrejado y dejaba ver
algunos tubos fluorescentes blancos de uso común como respaldo para las luces
de ambiente. Esta estructura tan austera y lóbrega era más propia de un almacén
industrial que de aquel intento de habitación romántica. En todos los metros
cuadrados de espacio abierto había algo en lo que fijarse…especialmente un par
de pilares muy juntos entre sí de cuyas cúspides colgaban cadenas muy gruesas.
Olía a mezcla de frutos rojos con ligeras notas de vainilla, canela, fruta de
la pasión y cacao. El aroma era dulce, intenso y casi palpable. Resultaba
demasiado agradable para la situación en la que el chico se encontraba. Decidió
ponerse en pie después de haber examinado la sala. Como su imaginación le
dictaba, la puerta estaba cerrada. No había nada de interés encima de la mesa,
ninguna nota en el espejo del tocador, nada digno de ser considerado un acto
comunicativo. Carecía de tiempo para abrir cada uno de los cajones y observar
cada uno de los recovecos: tenía que hacerse una idea de dónde estaba y cómo
podía salir. Pensó en romper la puerta, pero sería demasiado arriesgado: no
dudaba del hecho de que estaba en unas instalaciones de los Mazoku, por lo que
el ruido le echaría a toda la seguridad de la planta encima. Decidido a forzar
la cerradura con una aguja senbon, el chico se acercó de nuevo a la puerta,
pero no necesitó intentar nada. Aquella puerta de elegante madera lacada en
rojo con picaporte de plata se abrió desde el otro lado con una llave. De
manera instintiva, Hagane saltó, alejándose de la puerta. El picaporte se giró
y, finalmente, la puerta cedió, revelando el rostro y la figura del poseedor de
la llave: Delphine.
Tú…-siseó Hagane-…parece que no voy a librarme de ti en la
vida…
Me hubiera gustado terminar de servirte en mi bar…-dijo el
demonio-…pero no puede ser porque ya no hay bar. ¿Qué te parece si te sirvo en
mis aposentos?
¿Ésta es tu habitación?-preguntó el Taimanin con sorna-¡Vaya
una colcha hortera!
No esperaba que entendieras mi sentido del gusto.-respondió
Delphine-¿Una copa?
¿Crees que soy idiota?-le espetó Hagane-¿De verdad piensas
que me voy a beber algo que me vayas a dar? ¡Y un cuerno!
Tendrías que ser más educado, ¿sabes?-respondió Delphine-No
te he dicho ni te he hecho nada para que me contestes así…y, además, soy tu
anfitrión.
Vete al infierno.-respondió Hagane-¿Dónde están mis amigos?
Ah…-suspiró el Mazoku-…ni lo sé ni me importa.
Delphine lanzó la llave que llevaba en la mano contra la
cerradura, encajándola de manera impecable. Mágicamente, ésta giró sobre su
eje, cerrando de nuevo la puerta.
Bonito truco.-observó Hagane-Lástima que ahora tenga que
darle yo la vuelta a la llave en sentido contrario para largarme…
Hagane se alejó de Delphine y se acercó a la puerta, pero
éste lo agarró del hombro con firmeza.
Tú no vas a ninguna parte.-dijo Delphine con tono amenazante-Voy
a enseñarte muchas cosas esta noche…
El joven ninja miró por primera vez por la ventana. Era de
noche cerrada. ¿Cuántas horas habría pasado en esa cama?
¿Y si no me interesan?-preguntó dubitante Hagane.
Haré que te interesen.-el demonio se encogió de hombros.
Ya…-susurró Hagane- ¡HAAAAAAAAAAAH!
Ágil y violentamente, Hagane se giró hacia Delphine,
terminando el giro con una patada que impactó en su cuello.
Agh…-gimió Delphine.
¡HWOAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!-gritó Hagane.
Se preparó para lanzar otra patada, pero Delphine desenvainó
su espada y paró el golpe con la empuñadura.
Qué ganas tenía de vérmelas contigo…-confesó Hagane-…voy a
hacerte polvo, ¿sabes?
Vas a verme unas cuantas cosas esta noche, sí…-respondió el
demonio de piel grisácea-…y el polvo tal vez te lo eche yo a ti. ¿Qué te
parece?
Una puta, real, soberana, absoluta y rubicunda mierda.-respondió
Hagane-¡Pelea como un hombre, si es que lo eres!
El Taimanin sacó sus abanicos y apuntó amenazante a Delphine
con ellos.
No comprendes el poder de mi espada, ¿verdad?-preguntó el
Mazoku.
Se alarga y se dobla.-respondió Hagane-Nada que no haya
visto hasta ahora.
No sabes lo más importante…-se sonrió Delphine-…
¡JAJAJAJAJAJAJA!
Lo más importante va a ser la paliza que voy a darte esta noche,
madurito putero.-se jactó Hagane-¿Listo para llorarle a mamá mientras te arde
el pompis?
El Taimanin le guiñó un ojo a su oponente.
Es curioso que me hables de madres…-dijo Delphine-…precisamente
tú…
Deja a mi madre tranquila.-dijo Hagane con un tono gélido.
¿Por qué?-preguntó el Mazoku-Con todo lo que le han hecho
ya, no creo que le moleste un poco más… ¡JAJAJAJAJAJA!
Bastardo…-siseó Hagane-…no montaré en cólera: no lo necesito
para matarte...
El andrógino Taimanin vestido de rosa se lanzó contra
Delphine y pateó su pecho con uno de sus tacones. Acto seguido, se tiró encima
de él girando sobre sí mismo con sus abanicos, pero la espada se interpuso
entre ambos.
¡Alto ahí!-exclamó Delphine-¡No tan rápido!
Con destreza, el Mazoku desvió los abanicos de Hagane con un
mandoble de su espada y, acto seguido, lo apartó con una chulesca y
barriobajera patada.
¿Conociste a mi padre?-preguntó Delphine con una sonrisa
sádica-He estado informándome y todo apunta a que sí…
¿De qué me hablas?-preguntó Hagane aún en guardia-¡Esfúmate!
Mira…-dijo Delphine.
El demonio introdujo la mano en sus pantalones y sacó una
fotografía de un hombre demoníaco que se parecía mucho a él. Hagane miró la
fotografía con cara de sorpresa, totalmente descompuesto.
Muerto en combate contra los Taimanin, mi señor padre fue un
excelente adiestrador de damas.-explicó Delphine-Yo le he salido maricón, así
que cargo con su legado como adiestrador de señores. Y… ¡qué coincidencia del
destino! Al igual que su presa más deliciosa fue Kotona Kurobara…la mía será su
hijo, ¡Hagane Kurobara! ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!
Dos lágrimas se abrían paso a codazos por los ojos de
Hagane. Su madre había sido violada y asesinada por los demonios hacía años, y
el hombre que resultó liderar su tortura y culminarla en asesinato fue el que
se hallaba en la fotografía…el padre de Delphine, que posteriormente fue
derrotado y ajusticiado por Kuroyuri Kuzu, amiga íntima de Kotona y profesora
particular de artes específicas del propio Hagane.
Por eso me resultaba
tan familiar…-pensó Hagane mientras luchaba por no llorar-…no era su olor, por muy familiar que me
resulte, sino su cuerpo… ¡es idéntico a su padre! ¡A ESE HIJO DE PUTA QUE
DESTRUYÓ MI VIDA FAMILIAR!
El Taimanin hizo un enorme acopio de entereza, se guardó sus
lágrimas y lanzó un golpe feroz contra Delphine, cuya espalda se incrustó en el
armario.
Escupo a diario sobre la tumba de tu mierda de padre.-dijo
Hagane con furia contenida-La gran guerrera que cometió el noble acto de acabar
con su vida fue en su día mi maestra y me ha enseñado gran parte de lo que sé.
¡Estoy más que preparado para acabar contigo!
Ya lo veremos…-dijo Delphine-…lo mío no es el cuerpo a
cuerpo, así que no me voy a rebajar a tu altura. ¡Te voy a enseñar mis
auténticas capacidades!
El demonio se levantó y abrió el armario. No había nada de
lo que alguien cuerdo esperaría encontrar en un armario. De la barra de la que
normalmente se cuelgan las perchas sólo colgaban algunos hombres presos.
¡Chicos!-exclamó Hagane.
Aquellos hombres eran algunos ciudadanos de Gokuruma,
probablemente de los que fueron capturados durante el asedio liderado por
Belladonna.
Mira y aprende, Hagane Kurobara…-dijo el Mazoku.
La espada de Delphine comenzó a serpentear, buscando a los
hombres, que estaban casi desnudos y muy magullados. Pinchó a cada uno de los
hombres como si de un mosquito se tratase y, tras ello, volvió a su forma
original. Los rostros de aquellos reos cambiaron de forma brusca.
Hombres…-dijo Delphine con fruición-…seguid mis órdenes y os
daré lo que anheláis.
¡QUEREMOS LA POLLA DEL AMO!-bramaron a coro.
¿Qué clase de juego
macabro es éste?-pensó Hagane-¿De qué
va esta mierda?
¿Queréis la polla del amo?-pregunto Delphine-¿La queréis?
¡Tomad una pequeña muestra!
Delphine descolgó a uno de los hombres, lo obligó a
arrodillarse en el suelo y le pegó la entrepierna a la cara.
¿Esto quieres, putita?-preguntó un apremiante Delphine que
frotaba su entrepierna contra la cara de aquel torturado prisionero-¡Huélelo
bien, te aseguro que no encontrarás otro igual! Si queréis probar mi polla…
¡ACABAD CON ESTE HOMBRE Y OS DARÉ POLLA PARA UNA SEMANA!
Los reos se descolgaron a la fuerza del armario y se
lanzaron contra Hagane como si estuvieran drogados y reforzados.
¡No!-bramó Hagane-¡Esperad! ¡Soy yo, Hagane!
Los tipos tiraron al chico al suelo y comenzaron a
apalearlo. Aquel linchamiento le dolía más por verse enfrentándose a sus
convecinos que por los golpes en sí.
¡Parad!-exclamó Hagane-¡No! ¡Dejadlo!
¿Es esto todo lo que puedes hacer?-preguntó Delphine-Qué
decepcionante…
No me jodas,
proxeneta gris, no me jodas…-le espetó Hagane mientras encajaba los
golpes.
Llevadlo a la zona de castigo.-pidió Delphine.
Los hombres levantaron a Hagane y lo acercaron hacia los
pilares de los que colgaban las cadenas.
Lo siento, chicos…-susurró Hagane.
El chico se libró de sus captores con ágiles patadas y, una
vez estuvo de nuevo en el suelo, repelió a los que un día fueron sus amigos con
fuertes puñetazos y codazos.
¡AH!-gritó Hagane.
Entre el fragor de la escaramuza, notó un pinchazo. Delphine
había logrado clavarle la punta de su espada.
¿Por qué me siento tan…-se
preguntó Hagane-…débil y…caliente?
¡Por fin caes en mis garras!-se relamió Delphine.
Con gran facilidad, el Mazoku agarró a Hagane y lo ató de
pies y manos a los pilares.
Ya eres mío.-el demonio clavó sus ojos en el joven ninja.
Así que la “picadura” de tu espada pone cachonda a la gente,
¿eh?-preguntó Hagane con una sonrisa desafiante-Lamento decirte que estoy muy
sobrio ahora mismo…
Tu inyección no ha sido explosiva como la de esta gente que
has dejado inconsciente.-explicó Delphine-La tuya se extenderá poco a poco…
¡será divertido!
No voy a dejar que eso suceda.-explicó Hagane-Te voy a
destrozar.
Ya…-comentó el demonio-…seguro.
Pateó los abanicos de Hagane, alejándolos de él.
Veamos de qué cosas eres capaz estando lejos de tus queridas
armas.-Delphine retó a Hagane.
Seguro que de más que tú sin tu espada trampera.-respondió
Hagane con sorna.
¿Te gusta la mezcla de aceites esenciales para aromatizar la
sala?-preguntó Delphine-La he elegido para ti porque pensé que te gustaría…de
nada.
Sería bonita si no estuvieras tú jodiéndola, la
verdad.-comentó Hagane con trivialidad.
Tú necesitas oler otras cosas para ponerte a tono…-dijo
Delphine.
El demonio bajó las cadenas, haciendo que Hagane quedara
pegado al suelo, hincado de rodillas. Acto seguido, se desabrochó los
pantalones y dejó ver unos calzoncillos negros que despedían un olor muy fuerte
y estaban bastante húmedos.
No me jodas…-pensó
Hagane-…no…no…qué asquerosidad…no me
digas que tiene el puto clásico de los demonios…
Sin pudor ni miramientos, Delphine dejó ver su pene. Era
gris, como el resto de su cuerpo. Sus testículos, grandes y colgantes, estaban
totalmente depilados, mientras que en su bajo abdomen tenía una abundante mata
de pelo del mismo color que su cabello. El prepucio, bastante ancho, brillante
y humedecido, escondía muchos bultos, como si tuviera algo extraño además del
glande.
Pues sí…-pensó
Hagane-…sí lo tiene. Qué asco…a saber
cuánto tiempo lleve sin dar la luz por ahí…maldita sea…
Con una velocidad impresionante, el pene de Delphine entró
en erección. Retrajo su prepucio con ayuda de una mano y dejó ver algo que
Hagane no se esperaba y, paradójicamente, le sorprendió para bien. Su glande
estaba húmedo y tenía brillo, era de color gris más claro, parecido el de su
vello púbico, y estaba impregnado de unos cuerpos extraños que el Taimanin pudo
ver claramente.
Toma, cariño…-dijo Delphine.
Acercó su pene grande y vivaz a la cara del Taimanin, que
pudo olerlo. El pene en sí no tenía un aroma demasiado agradable, su líquido
preseminal era fuerte pero no olía como el de un hombre, era bastante distinto.
Sin embargo, lo que rodeaba su glande y vivía bajo su prepucio sí era muy
distinto. Lo que Hagane pensó que era esmegma no era sino una agrupación de
grageas brillantes y húmedas de diferentes colores: rosado, morado, anaranjado
y plateado. Para sorpresa del Taimanin, desprendían un olor agradable y cargado
de naturaleza.
¿Te he asustado, dulzura?-preguntó Delphine con falsa
ternura-No te preocupes, está limpio…no me gusta cultivar esmegma, eso se lo
dejo a…otros Neo-Nómadas. Esto es muy diferente…y es que yo NO PUEDO tener
esmegma porque…soy muy poco animal, digámoslo así.
El malvado hombre cogió un puñado de aquella materia untuosa
que rodeaba su glande y la aplastó con los dedos cerca de la nariz de Hagane.
Liberó un polvo brillante de colores cargado de aroma.
Este olor…-pensó
Hagane-… ¡claro! ¡En muchos trabajos de
campo en la carrera lo he notado! ¡Es almizcle!
¿Por qué tienes almizcle en la polla, viejo?-preguntó Hagane
intentando librarse de las maliciosas cadenas de aquel olor.
¿No eres biólogo?-preguntó Delphine-¡Piensa un poco! De
todas maneras, no creo que puedas pensar mucho…mi almizcle es un afrodisíaco
sin parangón…pronto estarás deseando vivir por y para atragantarte con mi polla…
¡JAJAJAJAJAJAJAJA!
Mierda…-pensó
Hagane-…me estoy poniendo como un caballo
en celo…este almizcle no es nada bueno… ¿por qué empiezo a verle un polvo a
este madurito? Ahhhhh, maldita sea, me va a estallar la cabeza…
¿Por qué no lo admites ya?-insistió Delphine-Estas deseando
ser mi esclavo sexual.
Púdrete.-le espetó Hagane después de escupirle en un zapato.
El demonio se sonrió y extrajo un puñado más de almizcle de
su pene. Lo amasó con ambas manos y llenó la habitación de olor.
Maldita sea…-Hagane
se debatía en su interior-… ¡qué almizcle
tan fuerte! Y, aunque me joda admitirlo, ¡qué bien huele!
¿Quieres lamer mi polla?-preguntó Delphine con generosidad.
¡NO!-bramó Hagane, que seguía luchando contra el influjo de
aquel almizcle.
Estoy sintiendo cada
vez más la picadura de esa espada…-seguía pensando Hagane-…no sé si voy a poder mantener la cordura
mucho más…
Te veo en apuros.-observó el Mazoku-Voy a darte lo que
deseas, ¿de acuerdo?
Delphine utilizó su pene como si fuera un pincel, pintando
los labios de Hagane con su almizcle. El Taimanin comenzó a toser y a escupir.
¡PUAJ!-bramó-¡Qué asco!
¡Me está poniendo como
una moto!-pensó Hagane-Estoy
empezando a mojarme… ¡eso es! ¡ESTOY EMPEZANDO A MOJARME! ¡AHORA EMPIEZA LA
AUTÉNTICA FIESTA, CABRÓN!
Así que eres un demonio hongo…-dijo Hagane, demostrando que
había entendido perfectamente la naturaleza de Delphine para desviar su
atención.
Sí, así es.-respondió éste-Los hongos que crecemos en el
mundo Mazoku somos…así.
Añadiré eso a mi tesis
doctoral.-pensó Hagane-Ahora…voy a
jugármela antes de que mis músculos se desgarren de la fuerza que estoy
haciendo para no tirarme encima de este viejo chalado.
¿Sabes, Delphine?-preguntó Hagane en un tono seductor-Me
estás empezando a parecer el tío más bueno del mundo… ¿por qué no te acercas y
follamos?
¡JAJAJAJAJAJAJAJAJA!-rió Delphine-¡Nadie puede
librarse! Está bien, querido…te
convertiré en mi puta personal.
¿Te importaría hacer algo con mi uniforme?-preguntó el
Taimanin fingiendo candor-Sácame la polla aunque sea…está todo muy apretado y
la tengo húmeda…quiero que me la trabajéis hasta que huela como la tuya… ¡deliciosa!
Espero que no haya
nadie más oyendo esta basura.-pensó Hagane mientras hacía esfuerzos
sobrehumanos para no lanzarse a lamer el pene de su enemigo con violencia pese
a la atracción que sentía por ello.
Je…-rió Delphine amasando la entrepierna de Hagane-… ¡te
estás poniendo perdido, eres un cerdo!
¡Sácamela ya, por favor!-exclamó Hagane-¡Voy a reventar!
Maldita sea,
vejestorio, ¡hazme puto caso de una vez!-pensó de nuevo el ninja-¡Ya me cuesta discernir si estoy mintiendo o
siendo sincero! ¡Sácame la puta polla! Si no fueras a morir, no te dejaría…agradécemelo.
¡Allá vamos!-exclamó Delphine.
Ágilmente, el demonio liberó el pene de Hagane, que
borboteaba líquido preseminal.
A tomar por el culo.-susurró Hagane con total seriedad.
¿Qué?-Delphine se asustó por un momento.
Traviesamente, el pene de Hagane dejó salir un chorro de
líquido preseminal que mojó la mano y el brazo de Delphine. Éste se vio
invadido por un tacto cálido y un olor suave pero atractivo. Sin darse cuenta,
se vio en el suelo, pegado a Hagane.
¿Qué está pasando?-Delphine miró a su alrededor y reparó en
la posición en la que estaba.
Las rodillas del Taimanin se subieron a su cuerpo. Las gotas
de excitación que caían de su pene le regaban el abdomen.
Ésta va por ti,
Kuroyuri-sensei…-pensó Hagane-… ¡en
tu honor utilizaré tu noble técnica! ¡Celebremos mi victoria cuando vuelva a
Gokuruma!
Ninpô – Into no Jutsu!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!-exclamó Hagane.
(¡Arte ninja de la
lujuria!)
Delphine comenzó a sentirse muy excitado sexualmente. Sus
testículos se estaban hinchando y su pene estaba creciendo aún más. Notaba que
su prepucio no daba de sí todo lo necesario y su glande se estaba estrangulando
ligeramente. Comenzó a aparecer una mezcla de almizcle con fluido preseminal
para ayudar a paliar esa situación.
Guau…-dijo Hagane tocando el glande de Delphine con uno de
sus puntiagudos dedos-…qué apretado…
Delphine emitió un quejido. Estaba tan excitado y sensible
que el mínimo roce le hacía perder la cabeza. No entendía por qué su técnica se
había vuelto contra él…o eso parecía.
Los fluidos de mi pene tienen unas propiedades afrodisíacas
desmedidas.-explicó Hagane-Cuando mi técnica ninja se activa, todo lo que brote
de mi falo se convierte en una droga capaz de doblegar la voluntad del más
poderoso de los enemigos…incluido tú…a quien mi líquido preseminal está
encandilando…desecando paulatinamente cada atisbo de raciocinio en tu mente de
demonio demencial…obliterando cada pieza del puzzle de tu personalidad…estás
acabado, Delphine, voy a seducirte.
Hagane retrajo su fino, húmedo y limpio prepucio, revelando
un glande muy húmedo que goteaba con intensidad. Su propia humedad tenía el
olor propio de un hombre, y era mucho más suave que la de Delphine, cuya
expresión facial se había descompuesto: los fluidos del Taimanin penetraban en
su piel, se absorbían y lo excitaban cada vez más y más. Para dar un toque más
intenso a su técnica, el chico volvió a dejar su prepucio en reposo y lo
recorrió con los dedos en busca de una buena dosis de lubricante fisiológico…que
no dudó en dejar caer sobre la boca abierta de Delphine.
Ahhh…-gimió el demonio-…este sabor…oh, por favor…quiero
chupártela…quiero que me folles… ¡NO! ¡MIERDA! ¿QUÉ ESTOY DICIENDO?
Parece de película, pero así estamos: -explicó Hagane- Es tu
polla contra la mía... ¡y te aseguro que sé cuál va a ganar!
Agh…-Delphine no paraba de tener espasmos de placer. Su
cuerpo se había vuelto muy sensible.
Hagane le sonrió con un aire macabro. En un abrir y cerrar
de ojos, había abandonado las cadenas y se había colocado detrás de él. A
Delphine le costó un poco asimilarlo: no había roto las cadenas…sólo las había
abandonado como un maestro escapista.
Ahora que su influjo
sexual sobre mí ha sido mermado…-pensó Hagane.
El Taimanin hizo el pino con las dos manos y, desde esa
posición, descargó varias elegantes patadas contra su enemigo como si fueran
latigazos. Tras esto, lo arrinconó contra el suelo y se tumbó junto a él.
Menos mal que llevo
guantes…-se dijo Hagane.
Para asegurar su victoria, Hagane masturbó a Delphine con su
mano derecha. El pene del demonio comenzó a sufrir sensaciones tan intensas que
parecía que lo iban a transportar a otro mundo. Sagazmente, el Taimanin
aprovechó el encandilamiento de su enemigo para atraparlo en sus propias
cadenas. Las subió ayudándose de los rieles de los pilares y dejó colgado a su
enemigo con los brazos y las piernas completamente extendidos, simulando una
crucifixión.
Te vas a enterar, hijo de puta…-siseó Hagane.
Envolvió sus manos en sus fluidos preseminales y, acto
seguido, masturbó de nuevo a Delphine. Sus líquidos penetraron en su pene,
provocando que el almizcle comenzara a caerse. Unas intensas vibraciones
avisaron al Taimanin de que su enemigo iba a eyacular. Ágilmente, esquivó un
vigoroso chorro de látex líquido con esporas en suspensión: realmente era un
hongo hecho hombre. El chorro, tibio, humeante y de olor agresivo, bañó el
techo y una pared. Delphine chillaba de placer y se enrojecía como si fuera su
primera vez.
Veo que han cambiado las tornas…-dijo Hagane-…prepárate para
tu final. Soy libre de tu seducción…sólo la tengo dura porque estoy pensando en
lo que voy a hacerte…
Se alejó de su crucificado oponente para coger de nuevo sus
abanicos. Justo cuando iba a lanzar su ataque final, sonó su comunicador.
¿Sí?-contestó Hagane.
Taimanin Kuroageha al aparato.-al chico le reconfortó oír la
voz de su amiga-Hemos detectado que estás con Delphine, el esclavista…
Taimanin Hagane al otro lado de la línea.-respondió
Hagane-¿Órdenes?
Ninguna, porque no soy tu líder.-respondió Kuroageha-No
obstante, hay un favor que quiero pedirte…
Kuroageha cerró los ojos desde Gokuruma y pensó en el hombre
que había hecho arder su bar, el negocio de su vida.
¿Sí?-preguntó el chico.
. . .-Kuroageha se paró a tragar saliva y coger aire-. . . ¡¡¡QUE
LE DUELA!!!
¡ESO ESTÁ HECHO, AMIGA MÍA!-bramó Hagane con una sonrisa
sádica-¡VICTORIA Y GLORIA PARA LOS TAIMANIN!
Delphine sintió verdadero pánico. Hagane avanzaba hacia él
con sus afilados abanicos y con su pene enhiesto y mojado: aquello podría
significar su fin. Sin darse demasiada cuenta de lo que pasaba, sintió que sus
brazos dejaban de responderle: el Taimanin los había cortado sin piedad con sus
abanicos. El placer le impedía percibir el dolor correctamente, por lo que
estaba siendo asesinado con una anestesia muy potente. Lo siguiente que sintió
que le cortaban fueron las piernas siguiendo la línea de las ingles. Sólo era
sensible al calor de sus fluidos internos saliendo de su cuerpo y acabando con
su vida poco a poco.
Hagane parecía divertirse cortando el cuerpo del demonio en
trozos con su par de abanicos. Hizo una apertura en canal de su tronco
superior, haciendo de su esternón una cremallera abierta y dejando ver sus
entrañas.
Y, ahora que he memorizado todas tus estructuras internas…-dijo
Hagane-…para poder dibujarlas y estudiarlas…ya puedo deshacerme de ti. Ninpô –
Into no Jutsu!
(¡Arte ninja de la
lujuria!)
Hagane dejó que varios chorros de líquido preseminal
entraran en la gran herida del Mazoku, haciendo que su percepción del dolor se
incrementara de manera estratégica revirtiendo su placer. Dejó que chillara y
agonizara durante unos minutos mientras, pacientemente, dibujaba todos los
órganos de su cuerpo en un cuaderno que sacó de la mesa. Cuando por fin hubo
hecho bocetos de todo lo que le interesaba, el Taimanin decidió poner fin a
aquel enfrentamiento y se puso a masturbarse delante de su agonizante enemigo.
¡Qué gusto me da que el hijo del asesino de mi madre muera a
mis manos!-respondió Hagane mientras hacía que su pene ardiese de placer y
éxtasis-¡Justicia poética! ¡Y me corro sobre tu futuro cadáver porque yo lo
valgo! ¡Chúpate ésa…LITERALMENTE!
El chorro de semen de Hagane acompañó sus gemidos mientras
rompía su mandíbula con fuerza. Manchado de semen, extasiado y dejando un
reguero de fluidos a lo largo de su camino a través del extremo de su pene, el
Taimanin cortó la cabeza de Delphine con un tajo horizontal, poniendo fin al
combate y a la vida del Neo-Nómada.
Esto es un jodido combate de penes con todas las de la ley xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD
ResponderEliminarGana el pene que mejor huele
Esto ha sido una batalla entre dos guerreros manipuladores de la lujuria. Espero que hayas disfrutado esta manera tan...innovadora de librar una batalla.
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